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El expresidente de Bolivia y líder del partido oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales, acusó este jueves al Ministerio de Gobierno boliviano de “agredir violentamente y perseguir” a sus simpatizantes.

El exmandatario se refirió al encuentro de organizaciones políticas convocado ayer por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), que estuvo precedido por enfrentamientos entre los seguidores de Morales y afines al presidente de Bolivia, Luis Arce, ambos grupos conformados por integrantes del MAS.

“¿Cuál es la tarea del Ministerio de Gobierno?, cuidar a su pueblo, pero ahora hay que cuidarse del Ministerio de Gobierno”, afirmó Morales en una conferencia de prensa en la ciudad de La Paz.

El exgobernante dijo que servidores públicos salieron con tomates, petardos y “bazucas” para agredir a sus seguidores, que aseguró sumaban más de 3,500 personas.

Más tarde, a través de una publicación en X, denunció que “no hay un solo detenido” por las agresiones que sufrieron sus simpatizantes.

Además, recordó que en mayo de este año vio un helicóptero que sobrevolaba su vivienda, en la región central del Trópico de Cochabamba, región que es su bastión político y sindical, y dijo que se trataba de gente del Gobierno de Arce. “En el Trópico hay una persecución permanente”, añadió.

La reunión de las organizaciones políticas culminó con la decisión unánime de pedir a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) que las elecciones primarias presidenciales se suspendan, para dar prioridad a los comicios judiciales que debieron celebrarse en 2023, algo con lo que Morales no estuvo de acuerdo.

Recordemos que Arce y Morales están distanciados desde finales de 2021; sus diferencias se profundizaron el año pasado por la realización de un congreso nacional de MAS en el que, en ausencia del mandatario y de sus sectores leales, el expresidente se ratificó como líder del MAS y fue nombrado “candidato único” para las elecciones de 2025.

Evo Morales acusó al actual mandatario de su país, Luis Arce, de engañar al pueblo boliviano, al orquestar un “autogolpe” esta semana con el fin de ganar puntos políticos entre el electorado en medio de las disputas que mantienen al interior del partido de gobierno, y de cara a las elecciones del próximo año.

“Lucho (Luis Arce) faltó el respeto a la verdad, nos engañó, mintió, no sólo al pueblo boliviano sino al mundo entero”, indicó el exgobernante en su programa dominical difundido por la radio Kausachun Coca. Horas antes hizo esta acusación en sus redes sociales.

En un principio, Morales estuvo entre las voces más poderosas del país andino que dijeron que aproximadamente 200 miembros del Ejército que marcharon hacia el Palacio de Gobierno de Bolivia junto con vehículos blindados el miércoles habían intentado un “golpe de Estado”.

Morales planteó una “defensa irrestricta de la democracia en la región” y la “condena a todo intento de quebrantarla”, pero el domingo se sumó a otros que creen que el propio Arce orquestó un “autogolpe” para ganarse la simpatía de los bolivianos en un momento en que su popularidad es extremadamente baja.

Más tarde, el expresidente en su cuenta de X pidió una investigación completa e independiente que demuestre la verdad de lo ocurrido. Posteriormente se disculpó con la comunidad internacional por la “alarma generada”.

“Frente a esa realidad, debo pedir disculpas a la comunidad internacional por la alarma generada y agradecer por su solidaridad con nuestro país. Es importante que una investigación completa e independiente demuestre la verdad de este hecho”, señaló en redes sociales.
La movilización de los militares el miércoles sumió al país en en caos político por varias horas, hasta que la cúpula militar fue destituida y reemplazada por nuevos mandos nombrados por el mandatario boliviano.

El sábado, el general Juan José Zúñiga, el exjefe militar que encabezó el fallido intento de golpe de Estado, dijo que “en algún momento se sabrá la verdad” sobre los hechos, esto cuando era trasladado a un penal de alta seguridad en las afueras de La Paz. En total la policía detuvo a 21 personas en relación a lo sucedido.

La ministra de la Presidencia, María Nela Prada, cuestionó a Morales y le acusó de “pretender distorsionar la historia”. “No se equivoque con la historia… al unirse hoy al discurso y a las declaraciones de un golpista (en referencia de Zúñiga) y a la derecha fascista… No se sume a ser un títere, marioneta y un instrumento del imperialismo que pretende saquear en nuestro país”, agregó.

Poco antes, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, dijo en una entrevista en el canal estatal que “según Evo, si no hay muertos, no hay golpe de Estado”.

Más tarde el presidente Arce le contestó: “Evo Morales, ¡no te equivoques una vez más! Claramente lo que ocurrió el 26 de junio fue un Golpe Militar Fallido en Bolivia”.

Morales tiene un fuerte apoyo de los cocaleros en el centro de Bolivia y de sindicatos campesinos. Arce recibió el apoyo de su entorno, pero también críticas desde la oposición, que cuestiona el posible golpe fallido.

Las disputas entre los dos líderes del gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS) se agudizaron después de que Morales anunció su intención de postularse a las elecciones de 2025, en las que Arce podría buscar un segundo mandato. Inclusive, los analistas señalan que el gobernante ya está en campaña.

En una reciente entrevista con la agencia The Associated Press (AP), Arce reconoció que tiene “diferencias con el compañero Evo (Morales)”, a quien dijo que llamó el mismo miércoles para advertirle que se pusiera a buen recaudo.

“Nuestras diferencias tienen que ver sobre quiénes son dueños del instrumento político (MAS). Para nosotros son las organizaciones sociales, para Evo él es el dueño y por eso sus ataques” al Gobierno, señaló Arce.

Evo Morales añadió este lunes que le “advertimos de todas las formas posibles sobre la conducta del Gral. Zúñiga” a Arce, en referencia al alzamiento armado.

Morales también agregó esta jornada: “expresamos nuestra molestia cuando se forzó su ascenso a General pese a que, por bajas calificaciones, se encontraba en el puesto 48 de 65 en su promoción; aun así, decidió ascenderlo desmereciendo la carrera militar”, en referencia al nuevo mando militar.

“Zúñiga amenazó públicamente con detenerme si participaba en las elecciones y el Gobierno guardó silencio, lo empoderó y lo sostuvo porque servía para atacarnos”, acusó Morales. Y terminó su mensaje al presidente: “confíe más en el pueblo y menos en aduladores, sólo así existirá unidad”.

En los últimos meses, Morales ha llamado a Arce “el peor presidente de la historia del país”, mientras que el presidente calificó a Morales como “su principal opositor”.

Las autoridades bolivianas han detenido a 21 personas, incluidos los tres máximos excomandantes de las Fuerzas Armadas, por el intento de golpe de Estado contra el presidente Luis Arce, confirmaron este viernes autoridades de ese país.

Hasta el jueves habían sido detenidos 17 militares activos, en retiro y civiles, pero en las últimas horas se reportaron cuatro nuevos arrestos.

Hay “un total de 21 personas aprehendidas dentro del caso denominado golpe de Estado fallido”, señaló el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, en conferencia de prensa.

El funcionario destacó entre las nuevas detenciones la del general Marcelo Zegarra, exjefe de la Fuerza Aérea.

Zegarra fue detenido cuando se presento ante la fiscalía con sus dos abogados. Los otros tres nuevos detenidos, tres militares de bajo rango, fueron presentados esposados y con chalecos antibalas.

De acuerdo con la información oficial, los tres depuestos comandantes del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea están implicados en el asedio con tropas y tanques a la sede presidencial el miércoles.

Al frente del plan estuvo, según el gobierno, el general Juan José Zúñiga, exjefe del Ejército, quien fue detenido el mismo miércoles junto al vicealmirante Juan Arnez, de la Armada, tras el repliegue de las tropas sublevadas.

Durante la rebelión militar, 14 civiles resultaron heridos con balines disparados por los soldados cuando ingresaron a la plaza donde está el Palacio presidencial. Varios de los agredidos fueron intervenidos “quirúrgicamente”, según informó el presidente Luis Arce.

Las autoridades continúan con las investigaciones y operativos para esclarecer la intentona golpista contra Arce, en el poder desde finales de 2020.

“Desde el inicio hemos manifestado que Juan José Zúñiga no ha actuado solo todas estas personas; estas 21 personas no han actuado de manera unilateral”, comentó el ministro Del Castillo.

Ayer, el presidente Luis Arce rechazó enfáticamente la narrativa de “autogolpe” promovida por sectores opositores.

En una conferencia de prensa, Arce aseguró que no buscaría ganar popularidad mediante acciones violentas y recordó la lucha del pueblo boliviano por recuperar la democracia. “Yo no soy un político que se va a ganar la popularidad con la sangre del pueblo. Todo lo contrario, nosotros hemos venido para reivindicar a ese pueblo boliviano que dio su sangre para recuperar la democracia”.

Recordemos que el destituido general Juan José Zúñiga, excomandante del Ejército, dijo el miércoles que el presidente Arce le solicitó medidas para “levantar” su popularidad, lo que llevó a la movilización de las tanquetas en la plaza.

Arce argumentó que el comandante destituido actuó de manera independiente y sin órdenes directas, rompiendo la cadena de mando en las Fuerzas Armadas y obstruyendo la inteligencia militar. También sugirió la posible influencia de intereses externos en la intentona golpista, similar a los eventos de noviembre de 2019 vinculados al litio. “Todos los golpes de Estado en el país han tenido como premisa el tema económico. El más reciente de ellos, el de 2019, ha sido el tema del litio”, remató.

Bolivia vivió horas de tensión ayer miércoles por una masiva movilización militar frente al Palacio de Gobierno en lo que las autoridades describieron como un intento de golpe de Estado, que mantuvo en vilo al país hasta que el general presuntamente detrás del despliegue del Ejército fue detenido.

El mandatario boliviano, Luis Arce, llamó al pueblo a movilizarse contra el operativo y designó un nuevo mando militar, que ordenó la retirada de las tropas y relevó al comandante general del Ejército, Juan José Zúñiga, protagonista de la movilización.

“No podemos permitir que una vez más intentonas golpistas se lleven las vidas de bolivianos”, dijo Arce en un mensaje nacional difundido en televisión.

Tras el relevo en el mando militar, los uniformados y los vehículos militares desplegados en la plaza frente a la sede gubernamental se retiraron del lugar. También lo hizo el comandante Zúñiga.

“Sin duda hoy ha sido una jornada atípica en la vida de un país que quiere democracia”, declaró el presidente Arce. Y se refirió a “un intento de golpe de Estado por militares que están manchando el uniforme, que están atentando contra nuestra Constitución”.

Poco después salió a saludar desde el Palacio de Gobierno rodeado de sus ministros y agradeció a una multitud de bolivianos que se dio cita en la plaza.

El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, informó al final del día que la jornada saldó con dos aprehendidos: Zúñiga y un excomandante de la Armada, además de dos heridos, que fueron enviados al hospital. Solo mencionó que uno de ellos recibió en una pierna un “balín” de escopeta.

El destituido general Zúñiga fue arrestado por la policía tras una orden de aprehensión que giró la Fiscalía General. El viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera, informó a periodistas antes de la aprehensión que el militar “ha liderado una asonada criminal que ha puesto en vilo al país. El Ministerio Público ya ha dispuesto una investigación” y mencionó que se le acusa de varios delitos que no detalló.

Antes de ser detenido y en un breve diálogo con periodistas Zúñiga dijo que el presidente Arce le había pedido que movilizara las tropas para hacer subir su imagen. “El presidente me dijo ‘la situación está muy jodida, muy crítica, es necesario preparar algo para levantar mi popularidad’ ¿Sacamos los blindados?”, le preguntó a Arce y el mandatario, según el militar, le respondió “sacá”.

El ministro de Gobierno responsabilizó a Zúñiga de un intento de golpe con motivaciones políticas. “Hubo motivaciones políticas; el general Zúñiga quería tomar el mando”, señaló Eduardo del Castillo. El otro detenido presentado ante los medios era el vicealmirante Juan Arnez Salvador, comandante general de la Armada Boliviana que también fue relevado el lunes de su cargo.

Edmundo Novillo, ministro de Defensa, compareció poco después rodeado de los nuevos mandos militares para asegurar que “ya todo está bajo control” y que la “intentona golpista ha sido sofocada, ha sido un golpe fallido”. Hizo un llamado a los ciudadanos a retomar la normalidad.

Previo a la movilización, el comandante Zúñiga dijo en una entrevista televisada que si el exmandatario Evo Morales mantenía sus intenciones de ser candidato de nuevo a la presidencia, podrían llegar a detenerlo. Esto en medio de una disputa interna en el Movimiento al Socialismo (MAS), donde Morales y Arce se disputan el liderazgo.

“Esto ha sido un montaje, él (Zúñiga) cumplió el guion que le han mandado hacer, ya se empezó a desmantelar. Había mucha incredulidad, querían darle mayor narrativa con la detención en vivo y él dice que solo ha hecho lo que me mandaron hacer”, dijo Carlos Romero, exministro de Gobierno de Evo Morales a la televisora Red Uno.

El intento de golpe de Estado en Bolivia generó reacciones de rechazo en toda la región. Los presidentes de Brasil, México, Chile, Venezuela, Paraguay y Argentina, entre otros, enviaron mensajes de apoyo a Bolivia y condenaron lo sucedido. Llamaron a respetar el orden constitucional. Otros gobiernos y liderazgos como Estados Unidos, la Unión Europea, entre otros, se sumaron al apoyo a Luis Arce.

La Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) condenó lo sucedido y apeló a que el Ejército se someta “al poder civil legítimamente elegido”.

El presidente de Bolivia, Luis Arce, denunció este miércoles un intento de golpe de Estado y juramentó un nuevo mando militar, lo cual provocó el repliegue de fuerzas al mando del destituido jefe del Ejército que intentaron irrumpir en el Palacio presidencial.

Tropas militares y tanquetas se desplegaron la tarde de este miércoles en la plaza frente a la sede del gobierno boliviano en La Paz, e intentaron derribar la puerta metálica del Palacio presidencial.

El destituido general Juan José Zúñiga, comandante del Ejército, ingresó al Palacio y tras algunos minutos salió caminando, según imágenes de las televisoras locales.

Poco después, Arce convocó a los bolivianos a movilizarse “en contra del golpe de Estado”, y tomó juramento a los nuevos comandantes del Ejército en el mismo Palacio presidencial, de acuerdo con una transmisión en vivo por televisión.

Las tropas al mando del destituido jefe del Ejército se retiraron tras varias horas de movilización.

Arce se mostró victorioso. “Nadie nos puede quitar la democracia que hemos ganado (…) Estamos seguros nosotros vamos a seguir y vamos a seguir trabajando”, indicó desde un balcón del palacio de Gobierno frente a cientos de seguidores.

Zúñiga, el general sublevado que busca impedir el regreso del expresidente Evo Morales al poder en 2025, aseguró que los militares pretendían “reestructurar la democracia” en Bolivia y exigió la liberación de opositores presos.

“Las Fuerzas Armadas pretenden reestructurar la democracia, que sea una verdadera democracia. No de unos cuantos, no de unos dueños que ya tienen 30, 40 años manejando el país”, dijo en las afueras de la sede presidencial, rodeado de soldados y unas ocho tanquetas militares.

Evo Morales, rival de Arce dentro del partido oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) que busca regresar al poder el año próximo, también denunció un “golpe de Estado”. “Convocamos a una movilización nacional para defender la Democracia frente al golpe de Estado que se gesta a la cabeza” del general Zúñiga, añadió.

Desde ayer comenzaron a circular rumores sobre la probable destitución del jefe del Ejército, en el cargo desde noviembre de 2022, y quien se opone tajantemente a que Morales, exaliado de Arce, vuelva al poder.

En una entrevista el lunes con un canal de televisión, Zúñiga aseguró que detendría a Morales si insistía en postularse a la presidencia en 2025, pese a que fue inhabilitado por la justicia electoral. “Legalmente está inhabilitado, ese señor no puede volver a ser más presidente de este país”, dijo Zúñiga.

Morales, primer presidente indígena de Bolivia, promovió reformas constitucionales para poder gobernar durante tres mandatos consecutivos, de 2006 a 2019.

Y aunque perdió un referéndum en 2016 para poder presentarse a las elecciones cuantas veces quisiera, se aferró al poder, y finalmente se vio forzado a renunciar en medio de un estallido social, tras ser acusado de fraude electoral para obtener un cuarto mandato.

Hace seis meses el Tribunal Constitucional inhabilitó a Morales como candidato presidencial para la contienda de 2025, alegando que la reelección indefinida no es un “derecho humano”, como había señalado en otra sentencia de 2017.

Pero Morales busca este año la nominación a la presidencia en representación del MAS, mientras que Arce, en el poder desde 2020, no se ha pronunciado sobre si buscará la reelección.

Los gobiernos y las federaciones de fútbol de Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile lanzaron el martes en Buenos Aires la candidatura oficial para obtener la sede del Mundial de 2030, año que coincidirá con el centenario de la primera Copa del Mundo en Montevideo.

Sin embargo, la sorpresa la dio Argentina quien anunció que propondría que Bolivia se sume a la candidatura para organizar el Mundial de fútbol de 2030, que ya comparten aquel país, Uruguay, Paraguay y Chile, según indicó este martes el presidente Alberto Fernández.

“Nuestra Selección Argentina trajo la Copa del Mundo a nuestro continente y sería una enorme alegría que, 100 años después, el Mundial vuelva a donde todo empezó: Sudamérica. Esta candidatura es de todo el continente. Por eso, me gustaría y voy a proponer que nuestro país hermano Bolivia sea parte de este sueño”, escribió en su cuenta de la red social Twitter.

El mandatario hizo esta publicación en coincidencia con la celebración, este martes, en el predio de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), en Ezeiza, provincia de Buenos Aires, de la asamblea de la Corporación Juntos 2030, que se dedica a promover y desarrollar la candidatura sudamericana.

El presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), Alejandro Domínguez, lidera este encuentro del ente presentado en noviembre pasado en Chile, ahora bajo el impulso del título mundial logrado por Argentina en el Mundial de Qatar 2022.

Aunque, aparentemente, la inclusión de Bolivia en la candidatura no estaba sobre la mesa, en unas recientes declaraciones hechas en Argentina, el expresidente de ese país Evo Morales dijo que había logrado el apoyo de Fernández para ser considerada.

El exmandatario boliviano pidió en ese momento el respaldo del actual presidente de su país, Luis Arce, para acometer las inversiones necesarias para cumplir este sueño balompédico.

Hasta el momento, cinco de los 22 Mundiales disputados se han celebrado en Sudamérica: Uruguay 1930, Brasil 1950, Chile 1962, Argentina 1978 y Brasil 2014.

De esas 22 citas, en diez ocasiones el triunfo fue para una selección de la región: Uruguay (1930 y 1950), Argentina (1978, 1986 y 2022) y Brasil (1958, 1962, 1970, 1994 y 2002).

El 2 de agosto de 2022, en el Estadio Centenario de Montevideo, escenario de la primera final mundialista, Domínguez presentó junto a los titulares de Deportes de los cuatro países el denominado “Mundial Centenario”, como homenaje a la cita de 1930.

Posteriormente, en noviembre, fue lanzada en Santiago de Chile la Corporación Juntos 2030, un ente “de derecho privado sin fines de lucro”, como se estableció en ese momento.

En dicho acto, se estableció que la asamblea de Argentina, que debía convocarse en 90 días, establecería “un directorio permanente”.

Por el momento, la candidatura sudamericana compite con la de España y Portugal, países que recientemente invitaron a Ucrania a sumarse a un proyecto que la UEFA apoya.

Además, Grecia, Egipto y Arabia Saudí han mostrado su interés por organizar la cita mundialista, aunque la candidatura no se ha formalizado.

Recordemos que la FIFA deberá dar a conocer su decisión sobre la sede del Mundial 2030 en el Congreso de 2024.

El presidente de Bolivia, Luis Arce, anunció que no asistirá a la Cumbre de las Américas si Estados Unidos “persiste” en su decisión de excluir a otros países, asumiendo la misma posición que México anunció ayer.

“Reafirmo que una Cumbre de las Américas que excluye a países americanos no será una Cumbre de las Américas plena, y de persistir la exclusión de pueblos hermanos, no participaré de la misma”, afirmó el gobernante en sus redes sociales.

Señaló que Bolivia “cimienta sus relaciones internacionales en la diplomacia de los pueblos, con inclusión, solidaridad, complementariedad, respeto a la soberanía, autodeterminación y construcción colectiva de la cultura del diálogo y la paz”.

Arce, considerado como el “delfín político” del expresidente Evo Morales, dijo la semana pasada que no existen razones para excluir a otras naciones del evento previsto entre el 6 y el 10 de junio en Los Ángeles, California.

Con esto se sumaría a lo expresado por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien confirmó que no asistirá a la Cumbre si persiste en la exclusión de naciones como Cuba, Venezuela y Nicaragua.

La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, señaló que las invitaciones a la cumbre “aún no han sido emitidas” y se abstuvo de confirmar si esas tres naciones serán excluidas. Sin embargo, en días recientes, el jefe de la diplomacia estadounidense para la región, Brian Nichols, opinó que esperaba que Cuba, Nicaragua y Venezuela no estén presentes en la Cumbre de las Américas.

La cumbre pondrá énfasis en la crisis migratoria, el cambio climático, el COVID-19 y la “lucha por la libertad y la democracia”, señaló Washington.

Bolivia y México no son los únicos que han adoptado esta posición. Los países de la Comunidad del Caribe (Caricom) informaron que no asistirán a la Cumbre de las Américas si se excluye a alguna nación de la región.

“La Cumbre de las Américas no es una reunión de Estados Unidos, por lo que no puede decidir quién está invitado y quién no”, señaló el embajador de Antigua y Barbuda en Washington, Ronald Sanders.

Los Estados miembros de la Caricom son: Antigua y Barbados; Bahamas; Barbados; Belice; Dominica; Granada; Guyana; Haití; Jamaica; San Cristobal y Nevis; Santa Lucía; San Vicente y las Granadinas; Surinam; Trinidad y Tobago y el territorio de Montserrat. Además, figuran como miembros asociados las Islas Vírgenes Británicas; las Islas Caimán; las Islas Turcos y Caicos, y Bermudas.

Por otra parte, según fuentes brasileñas con conocimiento del tema, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, político de derecha que admira al expresidente Donald Trump, tampoco viajaría a la Cumbre.

El presidente López Obrador dijo esta mañana que otros mandatarios latinoamericanos, al igual que él, “no están contentos” con la Cumbre de las Américas porque no están todos los países invitados.

“Ya me habían hablado otros presidentes, ya me habían preguntando, que no están contentos. Por ejemplo, el de Bolivia (Luis Arce) ya me había dicho que no consideraba eso adecuado, que era una falta de respeto”, manifestó este miércoles en su rueda de prensa diaria.

En Broojula, el analista y ex canciller Jorge Castañeda, da su análisis sobre la relación de AMLO con Biden, ante la amenaza que representan sus declaraciones sobre la Cumbre de las Américas.

El presidente de Bolivia, Luis Arce, expresó este miércoles su “felicidad” de regresar a México pero esta vez “ya no en calidad de refugiado”, en referencia a su exilio junto a Evo Morales durante la crisis boliviana de 2019.

“Es una felicidad venir a México, esta vez ya no en calidad de refugiado, de asilado, ante el golpe perpetrado en mi país en noviembre de 2019”, expresó el mandatario al intervenir en la conferencia de prensa de su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO)

Arce recordó que ese año estuvo en México hasta que regresó a Bolivia para ser candidato presidencial del Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales.

Dijo que recibió “mucha solidaridad” del pueblo mexicano “cuando caminaba las calles” y subrayó: “Esta solidaridad nunca la vamos a olvidar, la vamos a mantener en un lugar de nuestros corazones todos los que hemos sufrido persecución política”.

Reivindicó que como ministro de Economía de Morales logró reducir la pobreza extrema del 38% al 15%, y que la economía crecía hasta que “vino el golpe de Estado” que les dejó un país quebrado.

“Para mí es simbólico venir al país que me cobijó, que se solidarizó con el proceso de cambio en Bolivia. Venimos a decirle, presidente Andrés Manuel López Obrador, que recuperamos nuestra democracia en Bolivia”, sentenció.

Arce llegó anoche a México en su primer viaje al exterior como presidente para reunirse con López Obrador, quien en noviembre de 2019 tomó la decisión de asilar a Evo Morales y a varios de sus colaboradores tras la crisis desatada en el país.

Tras reunirse brevemente en Palacio Nacional, ambos mandatarios ofrecieron una conferencia de prensa en la que López Obrador dijo que Arce es “nuestro amigo, compañero y hermano”.

AMLO aseguró que el presidente de Bolivia “es fruto de un movimiento indígena, popular, democrático” que “demostró una nueva manera de gobernar a favor del pueblo y en especial de los más pobres”.

El morenista destacó que fue un Gobierno surgido de regímenes autoritarios, un gobierno encabezado por Evo Morales que durante más de una década, creció más que ningún otro país del continente americano.

Por la tarde, Arce será nombrado Huésped Distinguido de la Ciudad de México por parte de la jefa del Gobierno, Claudia Sheinbaum, y participará en una sesión solemne en el Senado.

Su viaje concluirá mañana con una visita junto a López Obrador al estado de Campeche para conmemorar la victoria indígena sobre los conquistadores españoles en la batalla de Chakán Putum.

El presidente boliviano Luis Arce viaja este martes a México, en lo que será su primera visita oficial desde que asumió el poder.

El viaje de Arce se da cuando su gobierno es cuestionado por la comunidad internacional por la detención preventiva de su predecesora, Jeanine Añez Chávez.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) invitó hace dos meses a Arce para participar de celebraciones en nuestro  país, informó el vocero presidencial de Bolivia, Jorge Richter, a la televisora Unitel.

Está previsto que Arce viaje al mediodía y entregue el bastón de mando al vicepresidente David Choquehuanca.

Se tiene previsto que Arce acompañe a AMLO mañana miércoles en la conferencia de prensa matutina, con lo que comenzaría la agenda programada. Adicional, Arce presentará un libro de su autoría sobre economía con la presencia virtual del director general del Fondo de Cultura Económica (FCE).

AMLO y Arce sostendrán un encuentro privado, para luego trasladarse al bosque de Chapultepec para depositar una ofrenda floral a los niños héroes en el Monumento a la Patria. También se reunirá con grupos de apoyo y solidaridad con Bolivia y en la tarde la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, le entregará las llaves de la capital.

El acto central de su visita será el jueves, cuando acompañará a AMLO a Champotón, Campeche, en el marco del Día de la Resistencia de los Pueblos Originarios, que forma parte de las festividades del Bicentenario de la Consumación de la Independencia.

Horas antes de la partida de Arce la expresidenta interina Jeanine Áñez denunció a través de Twitter desde la cárcel, donde está detenida desde hace una semana, que se está “atentando contra su salud” porque no fue llevada a una clínica para recibir atención médica por su cuadro de hipertensión.

“No confío en los médicos del gobierno, ellos son parte del sistema de abuso y represión y ya han demostrado que están dispuestos a arriesgar mi vida inyectándome medicación de alto riesgo sin precauciones, ni estudios previos, sólo con el fin de mantenerme en sus celdas”, se lee en una carta escrita a mano que compartió en sus redes sociales.

La oposición ha pedido la liberación de Áñez y de sus exministros, mientras que los seguidores de Arce piden que se le juzgue por las muertes ocurridas durante su gobierno tras la crisis política y social que se desató en 2019 y que dejó 36 muertos.

Áñez está acusada de promover un supuesto golpe de Estado contra Morales junto a varios líderes políticos. Tanto Áñez como otros opositores han rechazado la acusación y señalaron a Arce y a Morales de desatar una “persecución judicial” por venganza. Arce ha rechazado esas acusaciones.

El lunes por la noche el Ministerio Público admitió tres juicios contra Áñez por un préstamo presuntamente inconstitucional contraído con del Fondo Monetario Internacional, por la supuesta violación de la libertad de expresión durante la cuarentena impuesta por la pandemia de COVID-19 y por presunta violación de los derechos humanos.

Arce ha conseguido apoyo político en sus países amigos como México, Cuba y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), pero ha sido cuestionado por los organismos internacionales.

La semana pasada el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, habló con el gobernante y le remarcó la importancia de respetar los derechos humanos y las condiciones de detención de los arrestados. Mismo mensaje que le fue transmitido por la Unión Europea, la organización internacional Human Rights Watch y la Organización de Estados Americanos (OEA).

El expresidente Evo Morales ingresó este lunes a su país vía terrestre a través de la frontera con Argentina, país donde se encontraba exiliado, a casi un año después de su renuncia al poder.

“No dudaba que iba a volver, no sabía que iba a ser tan pronto”, declaró Morales desde La Quiaca, ubicada en la provincia argentina de Jujuy, minutos antes de cruzar a suelo boliviano, acompañado por el presidente argentino, Alberto Fernández.

El líder indígena encabezará una caravana que recorrerá 1,100 km desde la ciudad de Villazón hasta la zona cocalera de Cochabamba, donde forjó su carrera política.

El viaje, que culminará el próximo miércoles, está cargado de simbolismo: el exmandatario de izquierda regresa a su país un día después de la investidura de su delfín político Luis Arce y horas antes de que se cumpla un año del día en que renunció a la presidencia de Bolivia.

Recordemos que Morales renunció a la presidencia el 10 de noviembre de 2019 tras perder el apoyo de las fuerzas armadas. Al día siguiente, viajó a nuestro país, donde fue recibido por el canciller Marcelo Ebrard luego de que un avión de las Fuerzas Armadas mexicanas lo sacara de su país. Semanas después, en diciembre, se refugió en Argentina.

En un contexto agravado por la pandemia del coronavirus, muchos quieren que se repita el “milagro económico” del mandato de Morales, cuando Arce era ministro de Economía: alto crecimiento y reducción de la pobreza (del 60% al 37.2%).

Varios analistas advierten que el retorno de Morales horas después de la asunción de Arce al poder puede opacar el futuro y acciones de su gobierno. El expresidente ha repetido que no se dedicará a la política.

El gobierno interino de Bolivia, en sus últimos días al mando del país, envió este jueves una carta al órgano electoral pidiendo una auditoría a los comicios del pasado 18 de octubre, para darle “certidumbre” a la población que en varias ciudades realizan protestas en señal de rechazo a los resultados.

La carta está dirigida al presidente del Tribunal Supremo Electoral, Salvador Romero, y la firma el ministro interino de la Presidencia, Yerko Núñez.

La carta señala que ante las “expresiones públicas y espontáneas” de distintos sectores en el país denunciando un supuesto “fraude electoral” en las pasadas elecciones, solicita a ese órgano que considere una auditoría al proceso electoral con la finalidad de dar “certidumbre, tranquilidad y credibilidad” a la población.

Argumenta que dicha determinación es necesaria e imprescindible para otorgar mayor legitimidad a los resultados de las elecciones, por el bien de la democracia y la vigencia de la pacificación del país.

Y es que desde la semana pasada, distintas organizaciones ciudadanas y colectivos cívicos de ciudades como Santa Cruz, la mayor del país, La Paz, sede de Gobierno y el Parlamento, y Cochabamba realizan protestas, vigilias y paros cívicos.

Los manifestantes rechazan los resultados de los pasados comicios y exigen una auditoría e incluso la anulación del proceso electoral que dio la victoria por una amplia mayoría del 55.1% de los votos a Luis Arce del Movimiento Al Socialismo (MAS).

El gobierno transitorio de Jeanine Áñez está en los últimos días al mando del país, ya que el domingo 8 de noviembre está prevista la transmisión de mando a Arce en La Paz.

Cabe destacar que la victoria del MAS es reconocida incluso por su rivales políticos, como la propia Áñez, y la comunidad internacional. El órgano electoral ha descartado una auditoria para un proceso avalado además por observadores internacionales.

La justicia boliviana anuló la orden de detención contra el exmandatario Evo Morales por supuestos delitos de terrorismo, una semana después de la elección, donde Luis Arce, quien ha sido calificado como el “delfín” de Morales se impuso, informó este lunes el juez Jorge Quino.

La orden de arresto contra el exmandatario exiliado en Argentina fue levantada porque “se vulneraron sus derechos, básicamente el derecho a la defensa debido a que no se citó debidamente al expresidente”, dijo Quino, presidente del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz.

El Tribunal Constitucional debe revisar en los próximos días el fallo, dictado por el juez Román Castro, pero parece improbable que lo anule.

La fiscalía había imputado a Morales el 6 de julio por supuestos delitos de terrorismo y su financiamiento, y solicitó una vez más su detención preventiva.

Una primera orden de arresto por sedición y terrorismo había sido dictada en diciembre contra Morales, luego de que renunciara a la presidencia el 10 de noviembre de 2019 en medio de una convulsión social y acusaciones de fraude electoral.

La fiscalía había abierto además otra carpeta contra Morales por supuesto fraude en las elecciones de octubre de 2019, en las que ganó la reelección a un cuarto mandato, y que luego fueron anuladas tras denuncias de irregularidades. No hubo avances en este caso en la justicia.

El exmandatario indígena y su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), habían rechazado todos los cargos y afirmado que tenían motivaciones políticas. Tras el comicio, Morales dijo que “tarde o temprano” retornaría a Bolivia.

El juez que falló en favor de Morales es el mismo que también anuló este fin de semana una orden de arresto contra su exministro de Justicia, Héctor Arce, quien también era investigado por el supuesto fraude en las elecciones del año pasado y estaba refugiado en la embajada de México desde hace once meses, cuando dimitió Morales.

La fiscalía había intentado a inicios del año que la Interpol emitiera una orden de arresto internacional contra Morales, pero el organismo lo rechazó por considerar que se trataba de asuntos políticos, no criminales.

Además, el 4 de septiembre, el gobierno de Bolivia contactó a la Corte Penal Internacional (CPI) en La Haya para denunciar a Morales por supuestos crímenes de “lesa humanidad” por los bloqueos de rutas de agosto. Sin embargo, esta acción pareció ser meramente mediática en busca de réditos electorales, pues un Estado puede pedir a la CPI que examine si es procedente que intervenga en determinado caso. Además, la Corte interviene solo cuando ha fracasado el sistema penal nacional.

Al respecto, el expresidente adelantó este lunes que podría regresar a su país el próximo 11 de noviembre, aunque ha  expresado cautela y ha manifestado que la fecha “está en debate  todavía” y “no está decidido”.

Según Morales, varias organizaciones bolivianas le han expresado su petición de que vuelva al país latinoamericano, después de renunciar a su cargo de presidente en noviembre del año pasado.  “Las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba están evaluando  nuestro pedido de que vuelva el 11 de noviembre”, ha manifestado en una entrevista concedida a la agencia de noticias rusa Sputnik.

Que Morales regrese a Bolivia el 11 de noviembre implica que se  perderá la toma de posesión del presidente electo del país, Luis Arce, que está prevista para el 8 de ese mes.

“Me alegra mucho que haya una enorme preocupación y ocupación por que  retorne”, expresó Morales, admitiendo que, en relación a su vuelta, “hay  diversas opiniones de autoridades, de movimientos sociales y de las autoridades electas”.

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia ha finalizado este viernes el recuento de votos de las elecciones presidenciales del pasado fin de semana, en las que se confirmó que Luis Arce, candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), obtuvo la victoria sin necesidad de ir a una segunda  vuelta.

Fuente: OEP

Arce obtuvo casi 3.4 millones de votos, un 55.10% del total de sufragios. La proporción de votos obtenidos permite al ‘delfín’ político del expresidente Evo Morales devolver al MAS a la jefatura  de Estado, tras un año fuera por las sospechas de fraude en las elecciones de 2019.

En segunda posición se posicionó Carlos Mesa, que recibió poco menos de 1.8 millones de sufragios, equivalente al 28.83%, mientras que en tercer lugar figura el líder cívico de Santa Cruz Luis Fernando Camacho, que logró más de 862 mil sufragios  a su favor, un 14%.

El MAS ve reafirmada de esta forma una victoria que ya apuntaban los primeros sondeos a pie de urna y que se ha visto enturbiada por el retraso en el proceso de recuento, que no ha concluido hasta este viernes con la incorporación final de los datos de La Paz.

El TSE ha atribuido a razones técnicas esta demora, si bien Arce ya llevaba días siendo ‘de facto’ el presidente electo de Bolivia.

Arce y su compañero de fórmula, el exministro de Exteriores David Choquehuanca, asumirán sus cargos en noviembre próximo, en un intento por favorecer una transición rápida para poner fin a la interinidad de la actual presidenta, Jeanine Áñez, que asumió el poder de mando tras la dimisión de Morales.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, evitó responder a las críticas del gobierno de México, quien le pidió someterse a un “proceso de autocrítica” para determinar si debe seguir al frente del organismo, luego de lo ocurrido el año pasado en Bolivia.

Almagro compareció este jueves ante la prensa después de la Asamblea General de la OEA.

“Yo entiendo que la prensa quiera concentrarse en el país que me criticó, y no en los treinta y pico que me apoyaron, eso lo entiendo perfectamente, aunque me gustaría más lo contrario. Me gustaría más que ustedes dijeran: qué genial el secretario general lo apoyaron treinta y tantos países, qué fantástico, qué apoyo a su gestión”, dijo Almagro.

Aseguró no tener ningún problema con las críticas que se le han hecho, pues reiteró que es un tema (Bolivia) del que ya ha hablado largamente, al igual que sobre las misiones de observación electoral.

Almagro resaltó la labor de las misiones de observación electoral que, según explicó, trabajan con mucho menos presupuesto que las de la Unión Europea (UE) y con un “gran sacrificio personal”.

El secretario general mantuvo su postura de defender el informe en el que la OEA denunció irregularidades en las elecciones de 2019, que luego fueron anuladas debido a sospechas de fraude en favor del entonces presidente, Evo Morales, quien había sido elegido para un cuarto mandato consecutivo.

En concreto, Almagro destacó que los principales hechos de dicho informe de la misión de la OEA “nunca” fueron rebatidos y citó, entre otros, la alteración y falsificación de actas, los servidores ocultos que transmitían datos para el conteo general y el voto de personas fallecidas que aparecían como electores.

“Nosotros no valoramos otra cosa que la limpieza del proceso electoral”, sean cuales sean los resultados, sostuvo.

Y es que ayer, durante la Asamblea General, el subsecretario para América Latina y el Caribe de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Maximiliano Reyes, sugirió a Almagro someterse a un proceso de autocrítica a partir de sus acciones en contra de la Carta de la OEA y por lastimar la democracia de Bolivia, para determinar si aún cuenta con la “autoridad moral necesaria para encabezar esta organización”.

Almagro se limitó a decir que la OEA puede ayudar a nuestro país en temas de corrupción, lucha contra el narcotráfico, derechos de los migrantes, transparencia electoral e independencia de los órganos electorales, entre otros asuntos.

“Tenemos muchas cosas para aportar en el tema que son prioritarios, desafíos importantísimos que tiene México hoy y estamos dispuestos a hacerlo porque somos un interlocutor permanente para estos temas en todo el hemisferio”, manifestó Almagro.

Sobre el tema, el ex presidente de Bolivia, Evo Morales, reclamó este jueves la renuncia de Almagro, al sostener que el triunfo electoral de su Movimiento al Socialismo del domingo demostró que no hubo fraude en los comicios de 2019.

“Luis Almagro debe renunciar, si tiene ética y moral, si tiene personalidad. Y por supuesto tiene que ser procesado, juzgado. Sus manos están manchadas de sangre de bolivianos y bolivianas”, declaró Morales en una rueda de prensa en Buenos Aires.

En el caso de que Almagro no renuncie, Morales dijo que solicitará a los miembros de la Organización de Estados Americanos “que inicien los trámites para su destitución, porque ha ocasionado un daño irreparable al pueblo boliviano, a las misiones de observación electoral y a la propia OEA”.

Añadió que además de demostrar que no hubo fraude, los resultados de las recientes elecciones refieren que sí hubo golpe de estado, por lo que reclamó una auditoría independiente sobre el “informe fraudulento” de la OEA.

El gobierno de México cuestionó este miércoles al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, por la misión del organismo a las elecciones bolivianas anuladas en 2019. Lo acusó de haber lastimado la democracia de dicho país.

“Ustedes han deslegitimado a las misiones electorales”, acusó el representante de México Maximiliano Reyes, Subsecretario para América Latina.

Aseguró que la secretaria general de la OEA utilizó de manera facciosa a la misión de observación lectoral para denunciar prematuramente un supuesto fraude en Bolivia que nunca existió.

“Las elecciones del domingo pasado en Bolivia rarificaron la tendencia electoral de 2019. Este uso faccioso generó inestabilidad, violencia y desorden constitucional en el ese país, y creó un entorno internacional de confrontación”, añadió el funcionario mexicano.

Dijo que la secretaría general de la OEA no está para calificar elecciones o gobiernos, por lo que sugirieron a Luis Almagro someterse a un proceso de reflexión y autocrítica, “a partir de sus acciones en contra de la carta de la OEA y por lastimar la democracia de Bolivia”, para determinar si aun cuenta con la autoridad moral necesaria para seguir encabezando la organización.

“Mi país denuncia el afán del secretario general de intervenir en los asuntos internos de nuestros estados y de lastimar nuestras democracias. Lo que ocurrió con la OEA en Bolivia no debe repetirse jamás”, denunció el subsecretario.

Y es que la votación de octubre de 2019 fue anulada tras una auditoría de la OEA que estableció una “manipulación dolosa” en favor del entonces presidente Morales, que buscaba un cuarto mandato.

Morales terminó renunciando en medio de violentas protestas y presiones del Ejército y se asiló en México para después trasladarse a Argentina en donde permanece hasta hoy.

Casi un año después, el domingo pasado, el candidato del partido de Morales, Luis Arce, se impuso en las elecciones con cerca del 53.58% de los votos, según los conteos preliminares.

Sobre las acusaciones del gobierno mexicano, la canciller de Bolivia, Karen Longaric, que representa al gobierno interino que asumió tras la salida de Morales, dijo que hay países que tienen problemas mucho más graves, problemas como el narcotráfico y sin embargo, se obstinan en asuntos de otros países.

Y es que las principales críticas están en la paralización de un conteo preliminar durante la noche de los comicios de 2019 y su reanudación un día después, con un considerable aumento de la ventaja de Morales.

La Misión de Observación Electoral (MOE) de la OEA expresó su preocupación por cambio de tendencia que calificó como “drástico” y “difícil de explicar”. Según investigadores de las universidades de Pennsylvania y de Tulane, en Estados Unidos, la ruralidad y las regiones explican la mayor parte de la tendencia y lo que se presentó como evidencia de irregularidades en realidad fue un “error en el análisis”.

Frente a las críticas, Almagro ha denunciado “una maliciosa campaña de desinformación contra la OEA, con evidentes objetivos políticos”.

El virtual ganador de las elecciones presidenciales en Bolivia, Luis Arce, ha tratado de marcar su distancia con Evo Morales, ante los señalamientos de que será el ex presidente quien ejerza el control y conducción del país.

“Si quiere ayudarnos, será muy bienvenido, pero no significa que estará en el Gobierno. Será mi gobierno”, declaró Arce.

Aun sin resultados oficiales, las proyecciones apuntan a que Arce devolverá el poder político para el Movimiento al Socialismo (MAS), un año después de que Morales tuviese que dimitir por las dudas sobre la transparencia de las elecciones.

El también ex ministro de Economía ha subrayado en una entrevista con la cadena británica BBC que los comicios del domingo demuestran “de manera muy clara” que el MAS es “mayoría” en Bolivia y que, por tanto, en las elecciones de 2019 no hubo ningún fraude, sino que la derecha política fraguó un golpe de Estado.

Sin embargo dijo, está dispuesto a “tender puentes” con todos los actores de la sociedad. Arce ha rehusado aclarar cuándo podría regresar Morales a Bolivia, a pesar de que él mismo se comprometió a facilitar su vuelta si lograba la Presidencia, y ha defendido en cambio, una “renovación”, dentro del MAS.

A nivel de políticas, Arce ha prometido pasar página al “modelo neoliberal” implantado en el último año, bajo la batuta de la presidenta interina, Jeanine Áñez, y ha prometido regresar al modelo que está “más del lado social”, ya que considera que la pandemia de coronavirus ha hecho más evidente “que la economía no está yendo bien”.

Arce, artífice de las políticas económicas en la última etapa de Morales en el poder, ha defendido también la capacidad del MAS para combatir la corrupción, alegando que, a diferencia del actual Ejecutivo, en el anterior quienes cometían alguna irregularidad sí rendían cuentas ante la Justicia.