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El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo este martes, tras asistir a una audiencia en un tribunal de Washington, que los demócratas van a tratar de ganarle las próximas elecciones presidenciales por la vía judicial.

“Creo que ellos sienten que esta es la forma en la que van a tratar de ganar”, afirmó Trump en una declaración a periodistas después de salir del tribunal. “Es algo muy triste lo que ha sucedido con toda esta situación. Cuando hablan de amenaza a la democracia, esto es una amenaza real a la democracia”, añadió.

En la audiencia, celebrada en el tribunal federal de apelaciones de Washington, los abogados de Trump defendieron que su cliente tiene inmunidad presidencial por los hechos del asalto al Capitolio de 2021.

Trump asistió a la audiencia, convocada a menos de una semana de los caucus de Iowa, que abren el calendario electoral en Estados Unidos, pese a no ser requerida su presencia y a que no iba a poder hablar.

En su declaración posterior ante los medios, el expresidente repitió uno de los argumentos de sus abogados: rechazar su petición de inmunidad y permitir que el caso penal siga adelante abriría una “caja de Pandora” contra los mandatarios.

“Siento que, como presidente, hay que tener inmunidad. Muy simple”, dijo. Advirtió que procesar a un expresidente corre el riesgo de provocar un “caos” en Estados Unidos.

Los argumentos de Trump fueron recibidos con escepticismo por el panel de tres juezas que deberán tomar la decisión y que tuvieron que escuchar como la defensa afirmaba que incluso un asesinato político estaría bajo la inmunidad presidencial.

El caso sobre la inmunidad está ahora en la corte de apelaciones porque en diciembre, la jueza que lleva el caso penal, Tanya Chutkan, rechazó la petición de Trump para archivar el caso. Es probable que, una vez que la corte de apelaciones emita su fallo, el caso termine en el Tribunal Supremo de Estados Unidos.

El expresidente busca así evitar el juicio por el que está acusado de varios delitos, el más grave el de conspiración para obstruir un procedimiento oficial, que podrían acarrearle un máximo de 55 años de cárcel.

Es una de las cuatro causas penales que Trump tiene abiertas a 10 meses de las elecciones presidenciales. El inicio del juicio está previsto para el 4 de marzo de 2024 en la capital federal, coincidiendo de pleno con el proceso de elecciones primarias, en el que Trump parte como favorito.

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este martes haber recibido una carta de la fiscalía que sugiere que es probable que se le acuse penalmente por los disturbios durante el ataque al Capitolio.

“El trastornado Jack Smith, fiscal del Departamento de Justicia de (el presidente estadounidense) Joe Biden, envió una carta (…) que afirma que soy un OBJETIVO de la investigación del Gran Jurado sobre el 6 de enero”, dijo Trump en su plataforma Truth Social.

Recordemos que el 6 de enero de 2021, cientos de simpatizantes de Trump sembraron el caos y atacaron el Capitolio en Washington, para intentar impedir que se certificara la victoria electoral del demócrata Joe Biden.

El expresidente, favorito entre los republicanos para la nominación del candidato del partido de cara a las presidenciales de 2024, dijo que le dieron “un plazo muy corto de cuatro días” para presentarse ante un gran jurado, “lo que casi siempre significa un Arresto y Acusación”.

“Esta cacería de brujas tiene que ver con la interferencia electoral y un completo y total uso de la aplicación de la ley como arma política”, dijo el republicano, de 77 años.

En su publicación de Truth Social, Trump argumentó que tiene “derecho a protestar” por unas elecciones que está “plenamente convencido de que han sido amañadas y robadas” y se considera en el punto de mira debido a los próximos comicios.

El Departamento de Justicia ha “emitido efectivamente una tercera acusación y arresto del OPONENTE POLTICO NÚMERO UNO de Joe Biden que domina ampliamente en la carrera por la Presidencia”, sostiene Trump. “Nada semejante ha ocurrido antes en nuestro País”, añadió.

Una comisión parlamentaria, disuelta a principios de año por la nueva mayoría republicana en la Cámara baja, investigó si Trump desempeñó un papel en los actos violentos de ese día.

El panel, integrado sobre todo por demócratas, afirmó que el expresidente había incitado a sus partidarios antes del ataque y “falló en su deber de comandante en jefe” durante los actos violentos.

En su informe final hecho público en diciembre de 2022, la comisión concluyó que Donald Trump no debería volver a ocupar un cargo público tras incitar a sus partidarios a la insurrección. También recomendaron que la justicia federal iniciara procedimientos penales contra él, en particular por incitación a la insurrección.

Trump ya ha sido imputado en una investigación federal sobre documentos confidenciales, también dirigida por Jack Smith. Se le acusa de negarse a devolver documentos que supuestamente conservó cuando se fue de la Casa Blanca.

Un jurado de Washington declaró este jueves culpables del delito de conspiración sediciosa a cuatro miembros de la milicia ultraderechista Proud Boys, entre ellos a su líder Enrique Tarrio, por su papel en los ataques al Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2020.

Además de Tarrio, también han sido declarados culpables de conspiración sediciosa Ethan Nordean, Joseph Biggs y Zachary Rehl, mientras que Dominic Pezzola ha librado este delito, aunque todos ellos se enfrentan una gran variedad de cargos, entre ellos el de conspirar para interrumpir un procedimiento oficial.

Se trata de la tercera vez que sale adelante el delito conspiración sediciosa en el marco del proceso judicial contra quienes asaltaron el Capitolio, después de que también fueran declarados culpables varios miembros Oath Keepers, otra de estas milicias presentes durante el asalto, entre ellos sus líder Stewart Rhodes.

El juicio se ha prolongado durante cuatro meses y ha resultado clave el testimonio de uno de otros des sus miembros, Jeremy Bertino, quien ya se declaró culpable de conspiración sediciosa en octubre como parte de un acuerdo con la Fiscalía.

“Tenían que hacer cualquier cosa que fuera necesario para salvar el país”, dijo Bertino durante una de las
audiencias.

Entre los culpables está Enrique Tarrio, de 38 años, quien ha estado al frente de Proud Boys durante muchos años. A pesar de que no estuvo durante los disturbios, pues fue detenido dos días antes por posesión de armas y destrucción de la propiedad, los fiscales sostienen que creó una suerte de ‘Ministerio de Autodefensa’ para “conspirar” y “paralizar” el traspaso de poder presidencial.

El resto son Ethan Nordean, uno de los líderes de la delegación de Washington; Joseph Biggs, un veterano del Ejército y jefe de Proud  Boys de Florida; Zachary Rehl, antiguo infante de la Marina y presidente del grupo en Filadelfia, y Dominic Pezzola, a quien las cámaras captaron robando un escudo policial con el que rompió una de  las ventanas del Capitolio por las que la turba fue entrando.

El plan por el que han sido acusados comenzó con Tarrio llamando a la insurrección a través de redes sociales e internet días después de la derrota en las urnas del expresidente Donald Trump. “Si Biden roba
estas elecciones seremos presos políticos. No nos iremos en silencio (…) lo prometo”, publicó.

La presencia de Proud Boys en las manifestaciones que ponían en cuestión la validez de las elecciones fue en aumento, participando en muchas de ellos en los actos violentos que se produjeron.

Tarrio es señalado por ser uno de los principales ideólogos de ese ‘Ministerio de Autodefensa’ que estuvo compuesto por un centenar de personas fuertemente armadas, que en la mañana del 6 de enero se reunieron en el Monumento a George Washington para ir todos juntos hacia el Capitolio.

Si bien los miembros de Proud Boys se mantuvieron en la vanguardia de los ataques a los sobrepasados policías del Capitolio, según las grabaciones de ese día, algunos como Nordean, Biggs y Rehl asumieron un segundo plano y dejaron que fueran otros quienes lideraran el asalto para unirse posteriormente.

El expresidente Donald Trump puede ser demandado por policías o por congresistas por el asalto al Capitolio ocurrido el 6 de enero de 2021, declaró este jueves el Departamento de Justicia.

La posición del departamento, de que Trump no es inmune a litigios en este caso, fue presentada en documentos ante un tribunal federal de apelaciones.

El departamento escribió que si bien un presidente tiene amplia autoridad para comunicarse con el público en temas de interés nacional, “ninguna parte de las responsabilidades oficiales de un presidente incluye la incitación a la violencia privada inminente. Por su naturaleza, dicha conducta claramente está fuera de los deberes oficiales y constitucionales de un presidente”.

El documento está firmado por abogados de la División de Asuntos Civiles del Departamento y no afecta la investigación penal que se lleva a cabo sobre si Trump puede ser procesado penalmente por sus intentos de revertir los resultados de las elecciones.

De hecho, los abogados reiteraron que no están tomando posición en cuanto a la vulnerabilidad penal de Trump o de nadie más.

Recordemos que un juez federal en Washington rechazó el año pasado los intentos de Trump de desestimar las demandas presentadas por legisladores y dos agentes de la Policía del Capitolio, afirmando que las declaraciones del exmandatario “probablemente” llevaron al asedio contra el palacio legislativo.

En su fallo, el juez Amit Mehta dijo que las palabras de Trump en el mitin previo a la toma del Capitolio fueron probablemente “palabras de incitación que no están protegidas por la Primera Enmienda”.

Las demandas fueron presentadas por el representante demócrata Eric Swalwell y por los oficiales James Blassingame y Sidney Hemby, aunque luego se sumaron otros representantes demócratas.

El litigio argumenta que Trump y otros realizaron “denuncias falsas e incendiarias de fraude y robo, y como respuesta directa a los llamados de violencia hechos por el acusado en el mitin, una turba violenta atacó el Capitolio estadounidense”.

Steve Bannon, excolavorador clave del expresidente Donald Trump, y una figura influyente en la derecha estadounidense, fue condenado el viernes por desacato al Congreso por negarse a un citatorio que el comité que investiga el ataque al Capitolio le formuló.

La decisión del jurado, aseguran los expertos, es un gran triunfo para el panel liderado por demócratas.

Y es que el jurado declaró a Bannon, de 68 años, culpable de dos cargos por negarse a proporcionar testimonio o documentos al comité selecto de la Cámara de Representantes que investiga el ataque del 6 de enero de 2021 por parte de los partidarios de Trump.

Cada cargo de desacato al Congreso se castiga con 30 días a un año tras las rejas y una multa de 100 a 100,000 dólares. El juez de distrito Carl Nichols fijó la fecha de la sentencia para el próximo 21 de octubre.

El veredicto del jurado, compuesto por ocho hombres y cuatro mujeres, tras menos de tres horas de deliberaciones, supuso el primer enjuiciamiento exitoso por desacato al Congreso desde 1974, cuando un juez declaró culpable a G. Gordon Liddy, conspirador en el escándalo Watergate que provocó la dimisión del presidente Richard Nixon.

Bannon fue un asesor clave de la campaña presidencial de Trump en 2016, y luego fue su principal estratega en La Casa Blanca durante 2017. También ha desempeñado un papel fundamental en los medios de comunicación de la derecha.

La condena puede reforzar la posición del comité en su intento de conseguir testimonios y documentos de otras personas del círculo cercano de Trump, que pidió el año pasado a sus allegados que no cooperaran con el comité, acusándolo de tratar de perjudicarlo políticamente.

John Bolton, exasesor de Seguridad Nacional de Donald Trump, reveló que “ayudó” a planear golpes de Estado en otros países, sin especificar las fechas, esto al descartó la idea de que el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 fuera equivalente a un golpe.

En entrevista con Jake Tapper para CNN, el presentador dijo que “uno no tiene que ser brillante para intentar un golpe”, esto en referencia a Trump y el asalto al Capitolio en enero de 2021.

“No estoy de acuerdo con eso”, afirmó Bolton. “Como alguien que ha ayudado a planear un golpe de Estado, no aquí, sino en otros lugares, (pienso que) se necesita mucho trabajo”, respondió Bolton.

Recordemos que Bolton ha ocupado numerosos cargos en las administraciones de Ronald Reagan, George H.W. Bush, George W. Bush y con el propio Trump, además de ser representante permanente de Estados Unidos ante Naciones Unidas entre 2005 y 2006.

El exfuncionario mencionó el intento de golpe de Estado en Venezuela en 2019 contra el presidente Nicolás Maduro, aunque aclaró que Estados Unidos “no tuvo tanto que ver con ello”.

“Escribí sobre Venezuela en mi libro, pero (el intento de golpe) no fue exitoso. Vi lo que es necesario para que la oposición intentara derribar a un gobierno elegido de forma ilegítima”, explicó.

Y es que en 2019, como asesor de seguridad nacional de Trump, Bolton apoyó públicamente el llamado del líder opositor venezolano, Juan Guaidó, para que los militares respaldaran su esfuerzo por sacar del poder al presidente, Nicolás Maduro, argumentando que la reelección en 2018 fue ilegítima.

“Siento que hay otras cosas que no me estás diciendo (más allá de Venezuela)”, dijo Tapper, lo que provocó una respuesta de Bolton: “Estoy seguro de que las hay”.

Muchos expertos en política exterior han criticado a lo largo de los años la historia de intervenciones de Washington en otros países. Pero es inusual que los funcionarios estadounidenses reconozcan abiertamente su papel en avivar los disturbios en países extranjeros.

De esta forma, Bolton ha resaltado que Trump no atentó contra la Constitución para ganar tiempo, e insistió en que es un error decir que el asalto al Capitolio “fue un golpe de Estado cuidadosamente planificado”.

“No es la forma en la que Trump hace las cosas. Va de una idea a otra, si un plan fracasa, surge otro (…) no escucha a nadie más, pero es importante entender que nada de lo que hizo Trump tras las elecciones (de noviembre de 2020) en relación con la mentira sobre el fraude electoral es indefendible”.

Sobre el asalto al Capitolio, ayer, el comité que investiga lo sucedido presentó pruebas de que el entonces entonces presidente Donald Trump planeó días antes instigar a sus seguidores a acudir a la sede del Congreso y de que su círculo cercano se reunió con los grupos de ultraderecha que participaron.

Trump escribió un tuit que no envió pero ese mensaje, que conservan los Archivos Nacionales, es suficiente, según el comité para demostrar que tanto Trump como sus consejeros estaban interesados en alentar a las masas a incurrir en disturbios, que dejaron al menos 5 muertos y 140 policías heridos.

La democracia estadounidense atraviesa por una crisis sin precedentes desde que Donald Trump decidió gritar “trampa” y aseguró que él ganó la elección de noviembre del 2020 y que Biden es un presidente que está usurpando las funciones que a él le corresponden.

El momento más grave se identifica en la toma del Capitolio el 6 de enero del 2021 y por ello han comenzado una serie de seis audiencias para intentar fincar responsabilidades y que esa amenaza a la transferencia pacífica del poder no se vuelva a dar.

Resulta increíble que el ejemplo de democracia para el mundo esté ante la amenaza de que en el 2024 quizás no se de una transferencia pacífica del poder. Esta es una película que conocemos bien en América Latina pero que, como ha dicho Moisés Naim, la hemos visto siempre en español. Ahora por primera vez la estamos viendo en inglés.

A principios de mes fui invitada por la Universidad de California en San Diego a entrevistar a Barbara Walter quien acaba de publicar el libro How Civil Wars Start en el que la académica experta en guerras civiles en el mundo ve que en Estados Unidos existen muchos de los componentes para encender las alarmas de que una guerra civil muy bien puede ocurrir en su país.

El declive de la efectividad del Estado y sus normas democráticas; el ascenso de facciones políticas alineadas no por una misma ideología sino por identidad étnica y la preservación de privilegios para los blancos; la división radical entre población urbana y rural; la existencia de lideres políticos y en los medios de comunicación (Tucker Carlson) que se benefician de avivar el fuego de la polarización son algunas de las condiciones que identifica Walter para encender los focos rojos de la violencia que ya está y que puede fácilmente recrudecerse en Estados Unidos. El momento que más ha llamado la atención, evidentemente es el 6 de enero del 2021.

Todo esto es el trasfondo para las audiencias que están ocurriendo en este momento en el legislativo norteamericano en donde se busca responder a la gran pregunta: ¿Es Donald Trump culpable de instigar la violencia que llevó a la toma del Capitolio?

Por las audiencias que ya hemos escuchado es claro que Trump sabía que había perdido la elección de noviembre. Salvo Rudy Giuliani, todos a su alrededor, desde el procurador Bill Barr hasta su hija Ivanka, le dijeron que había perdido la reelección. Pero aún así Trump insistió en que se la habían robado. Esa es la gran mentira que genera la gran pregunta respecto de las audiencias: ¿se logrará que, a través de éstas, la verdad sea aceptada por suficientes estadounidenses como para que el 2024 se pueda dar una transferencia pacífica del poder sin importar quién gana?

El columnista del New York Times, David Brooks, identifica que el grave problema para Estados Unidos hoy es que hay millones de estadounidenses que creen absolutamente convencidos que 1) la elección del 2020 se la robaron a Donald Trump 2) el uso de la violencia se justifica para rectificar lo anterior y 3) que las reglas y normas que cohesionan a la sociedad norteamericana no importan.

Si las audiencias no logran modificar estas tres convicciones de miles de estadounidenses, “Houston, we have a problem”.

Columna completa en El Universal

El entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ignoró repetidamente el consejo de sus asesores la noche electoral de 2020, y decidió escuchar al exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani, que estando ebrio le recomendó que se proclamara vencedor sin esperar a que terminara el conteo de votos.

Así lo declararon varios testigos en entrevistas grabadas que fueron reproducidas este lunes en una audiencia del comité legislativo que investiga el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.

El comité recreó lo ocurrido en la Casa Blanca durante la noche electoral del 3 de noviembre de 2020 mediante el testimonio de los asesores más cercanos a Trump y su familia, quienes retrataron al entonces mandatario como alguien ajeno a la realidad que estaba enfadado por los resultados y que decidió autoproclamarse vencedor.

Los resultados de las elecciones de 2020 tardaron en llegar tres días, pero la misma noche de los comicios Trump compareció ante sus seguidores para alegar sin pruebas que se había producido un fraude y que “francamente” él había ganado al candidato demócrata y actual presidente, Joe Biden.

Según reveló el comité, Trump hizo esas declaraciones guiado por Giuliani, quien le había instado en varias ocasiones a salir al escenario y declarar la victoria porque los demócratas estaban “robando” las elecciones.

“El alcalde estaba definitivamente ebrio”, dijo sobre Giulani, exalcalde de Nueva York, el que fuera portavoz de la campaña presidencial de Trump, Jason Miller, cuyas palabras fueron reproducidas en video durante la audiencia.

El que fuera jefe de campaña del mandatario, Bill Stepien, también reveló en otra entrevista grabada que Giuliani había bebido demasiado aquella noche y explicó que varios asesores, él incluido, le pidieron a Trump que esperara a que terminara el conteo para hacer una declaración pública.

Esa noche quedó claro, según Stepien, que el grupo de asesores de Trump estaba separado en dos: “el equipo normal” y “el equipo loco”, compuesto por aquellos que promovían teorías conspiratorias.

Incluso algunos familiares de Trump le pidieron que escuchara sus consejos. Su hija, Ivanka Trump, no tenía una “visión firme” sobre si su padre podía ganar, pero aquella noche le recordó que “todavía se estaban contando las papeletas”, según el video mostrado por el comité.

Además, el marido de Ivanka Trump, Jared Kushner, dijo al entonces presidente que no estaba de acuerdo con los consejos de Giuliani y que él no seguiría ese enfoque, un consejo que su suegro ignoró.

El ahora ex fiscal general de Estados Unidos, William Barr, pintó una imagen aún más preocupante de Trump, quien según dijo no mostró en ningún momento “interés por cuáles eran los verdaderos hechos”.

Barr describió un encuentro que tuvo con Trump en diciembre de 2020 en el que pensó que si, realmente se creía todas esas mentiras de fraude, entonces el mandatario se había convertido en alguien “ajeno a la realidad” y con el que ya no era posible razonar.

El comité mostró varios extractos en video de la entrevista que hizo a Barr y en los que aparece describiendo de manera muy singular las mentiras de Trump, que llama “basura”, “completas tonterías” y “cosas locas”.

Barr dejó el liderazgo del Departamento de Justicia en diciembre de 2020, casi un mes antes de que Trump abandonara la Casa Blanca; pero hasta ahora no se habían hecho públicos sus desacuerdos con el expresidente.

Con las palabras de Barr y del resto de asesores, el comité intentó mostrar cuáles fueron los orígenes de las teorías falsas sobre fraude electoral, desestimadas por los tribunales y que llevaron a una masa de simpatizantes de Trump a irrumpir en el Capitolio el 6 de enero de 2021.

Ese día estaba prevista la certificación de la victoria electoral de Biden, en lo que hasta entonces era un mero trámite parlamentario, pero la turba obligó a interrumpir la sesión.

En el asalto al Capitolio, 5 personas murieron, entre ellas un oficial tras sufrir un infarto horas después del asalto, y cerca de 140 agentes fueron agredidos. Además, cuatro policías cometieron suicidio con posterioridad.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró este jueves que reza para que nunca se repita algo similar al asalto al Capitolio, ocurrido hace un año a manos de los seguidores del expresidente Donald Trump.

“Estoy rezando para que nunca tengamos otro día como el día que tuvimos hace hoy un año. De eso voy a hablar”, dijo Biden en declaraciones a la prensa al llegar al Capitolio.

Recordemos que el 6 de enero del pasado año, unas 10,000 personas, la mayoría simpatizantes de Trump, marcharon hacia el Capitolio y unas 800 irrumpieron dentro del edificio para impedir que se ratificara la victoria del ahora presidente estadounidense.

El expresidente, que se negó a aceptar su derrota contra Biden en las elecciones de 2020, dio un mitin ante sus seguidores justo antes del asalto, en el que alentó a la multitud a marchar hacia el Capitolio y “luchar” para evitar que se certificara el resultado electoral.

Un año después, la trágica jornada, que dejó cinco personas fallecidas y 140 agentes heridos, continúa marcando gran parte de la agenda política de Estados Unidos.

Para subrayar la importancia de la conmemoración, el Capitolio acoge este jueves diversos eventos de “reflexión” y “recuerdo” de lo sucedido, que incluyen discursos de Biden y la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris.

En su mensaje, Biden acusó a Trump de haber creado una “red de mentiras” en detrimento del interés nacional. “Lo ha hecho porque valora el poder por encima de los principios, porque antepone su propio interés al interés de su país”.

El demócrata acusó a su predecesor de haber intentado bloquear el traspaso democrático del poder. “Por primera vez en nuestra historia, un presidente no solo perdió las elecciones; trató de evitar el traspaso de poder pacífico cuando una turba violenta irrumpió en el Capitolio (…) No era un grupo de turistas. Era una insurrección armada”, añadió.

El presidente de Estados Unidos responsabilizó también a Trump de crear una “red de mentiras” sobre las elecciones de 2020 y del incidente en el Capitolio, debido a que que su ego fue “herido”. “Le importa más que nuestra democracia y nuestra Constitución. No puede aceptar que perdió”.

Aunque no mencionó por su nombre a Trump, Biden dedicó buena parte de su discurso a criticar a su predecesor. “El expresidente de Estados Unidos de América ha creado y difundido una red de mentiras sobre las elecciones de 2020. Lo ha hecho porque valora más el poder que los principios”, afirmó Biden.

Denunció que Trump y sus aliados han decidido que la única forma de ganar para ellos es suprimir el voto y subvertir las elecciones, en un contexto de crecientes reformas a nivel estatal que, en la práctica, prometen dificultar el voto de las minorías y las personas con menos recursos económicos.

“No puedes amar nuestro país solo cuando ganas. No puedes obedecer la ley solo cuando te conviene. No puedes ser patriótico cuando abrazas las mentiras y las permites”, agregó el mandatario.

Visiblemente irritado, Biden insistió en que hay “cero pruebas” de las denuncias de fraude electoral que Trump difundió tras las elecciones de 2020 y que han provocado que la mayoría de los votantes republicanos sigan todavía sin creer que Biden ganara de forma legítima los comicios.

“Él no solo es un expresidente. Es un expresidente derrotado, por un margen de más de 7 millones de sus votos, en unas elecciones completas, libres y justas”, remató.

Rápidamente Donald Trump reaccionó a los señalamientos del mandatario, y lo acusó de haberlo usado “para dividir”.

“Usó mi nombre hoy para tratar de dividir aún más a Estados Unidos”, expresó en un comunicado Trump, quien el martes pasado canceló una rueda de prensa que tenía prevista para hoy en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida.

Trump insistió en que se deberían discutir las elecciones presidenciales “amañadas” de 2020, en las que perdió ante el demócrata. “Se salieron con la suya y está llevando a la destrucción de nuestro país”, manifestó Trump.

El republicano señaló que Biden y su administración están destruyendo el país con “políticas locas de fronteras abiertas, elecciones corruptas, políticas energéticas desastrosas, mandatos inconstitucionales y cierres de escuelas devastadores”. Igualmente criticó a los medios de comunicación, al rechazar que se refieran al supuesto fraude electoral como la “Gran Mentira”.

“Los demócratas quieren adueñarse de este día 6 de enero para avivar los miedos y dividir a Estados Unidos”, enfatizó el republicano.

Jacob Chansley, el hombre que participó en el asalto al Capitolio de Estados Unidos disfrazado de bisonte, fue condenado este miércoles a 41 meses de prisión, tres años y cinco meses de cárcel, en un tribunal federal del país.

“Lo que usted hizo fue terrible”, afirmó este miércoles el juez Royce Lamberth, de una corte federal del Distrito de Columbia, durante la vista para leer la sentencia.

Pese a opinar que el arrepentimiento expresado por Chansley es genuino, Lamberth subrayó que el delito cometido es tan “grave” que no justifica una sentencia menor.

En la audiencia, Chansley le dijo al juez que se equivocó al entrar al Capitolio. “No tengo excusas”, indicó este hombre, quien agregó que su comportamiento de ese día es “indefendible”.

Recordemos que en septiembre Chansley se declaró culpable por el cargo de haber obstruido un procedimiento oficial durante una sesión del Congreso el pasado 6 de enero, cuando tuvo lugar el asalto al Capitolio. Mediante dicha declaración de culpabilidad, que formó parte de un acuerdo con la Fiscalía, Chansley aceptó una pena recomendada de entre 41 y 51 meses de prisión, aunque se le descontará el tiempo que lleva en la cárcel desde el 9 de enero pasado.

Chansley, un adepto a las teorías conspirativas del movimiento QAnon, se convirtió en el asaltante más mediático del Capitolio ya que lo hizo disfrazado de bisonte y llegó a sentarse en la silla del presidente del Senado.

Fue detenido tres días después y desde entonces ha permanecido tras las rejas, aunque el interés mediático siguió activo por él después de exigir que le ofrecieran comida orgánica en la cárcel y negarse a comer durante nueve días hasta lograrlo.

Durante la audiencia de este miércoles, el fiscal mostró un vídeo del acusado gritando dentro de la sede del Congreso e insultando a los legisladores. El Departamento de Justicia sostiene que Chansley fue una de las primeras 30 personas que entraron al Capitolio y que luego fueron seguidas por cientos.

Hasta ahora, más de 600 personas han sido imputadas en tribunales federales por el asalto al Capitolio. La sentencia contra Chansley sigue a la dictada la semana pasada por el mismo juez contra un hombre que golpeó a un policía durante el asalto al Capitolio y quien también fue condenado a 3 años y 5 meses de prisión. Estas dos son las penas más altas ordenadas hasta el momento contra imputados por ese suceso

El ultraderechista Steve Bannon, aliado del expresidente Donald Trump, se entregó este lunes en la oficina del FBI de Washington tras haber sido imputado de dos cargos por desacato al Congreso al no haber respondido a una citación del comité legislativo que investiga el asalto al Capitolio de enero pasado.

Bannon, de 67 años, encara un cargo por su negativa a comparecer ante dicho comité, mientras que el segundo es por no querer entregar documentos.

Una acusación por desacato al Congreso puede implicar entre 30 días y un año de prisión, así como una multa de entre 100 y 1,000 dólares.

La imputación formal se produjo el pasado viernes después de que el 21 de octubre la Cámara de Representantes de Estados Unidos declarara en desacato a Bannon por rehusar comparecer ante el comité investigador del asalto al Capitolio del 6 de enero de este año por parte de una turba de seguidores del expresidente Trump.

Más tare, una jueza ordenó la liberación de Bannon, aunque le retiró el pasaporte para evitar que se fugue del país.

A la salida de la corte, Bannon se mostró desafiante y con el dedo en alto a modo de advertencia proclamó: “¡Esta vez se han metido con el tipo equivocado”. Acusó al presidente Joe Biden, al fiscal general Merrick Garland, y a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, de estar violando su libertad de expresión y, en varias ocasiones, repitió: “Ahora vamos a ir a la ofensiva, ya verán”.

Preguntado por los periodistas por el significado de sus amenazas, el abogado de Bannon explicó que van a ir a la “ofensiva” porque defenderán “afirmativamente” sus derechos en las cortes.

Después de entregarse al FBI, Bannon pasó unas horas en custodia federal y compareció ante la jueza Robin Meriweather de la Corte del Distrito de Columbia. La Fiscalía no pidió prisión preventiva para Bannon y la magistrada decidió ponerle en libertad a la espera de juicio con las condiciones comunes en estos casos: retirada de pasaporte para evitar la fuga y la condición de que notifique con anterioridad a las autoridades judiciales de cualquier viaje dentro del país.

Además, si quiere viajar fuera de Estados Unidos debería recibir la aprobación de un juez y solo entonces se le devolverá el pasaporte. La próxima comparecencia judicial de Bannon será el próximo jueves a las 11:00 hora local, pero será de manera virtual por petición de sus abogados. Esa comparecencia será ante el juez del Distrito de Columbia, Carl J. Nichols, que fue nombrado por Trump.

Recordemos que el pasado 6 de enero, cinco personas murieron y cerca de 140 agentes fueron agredidos por manifestantes partidarios de Trump que irrumpieron en el Capitolio, armados con hachas, bates y palos de hockey, entre otros objetos, según datos de las autoridades.

El asalto se produjo después de un mitin en el que Donald Trump se negó a aceptar su derrota en las elecciones de noviembre presidenciales e instó a sus seguidores a marchar hacia la sede del Congreso, donde los legisladores estaban reunidos para certificar la victoria electoral del actual presidente, Joe Biden, quien llegó a la Casa Blanca el 20 de enero.

Agentes de la policía del Capitolio que sufrieron ataques y golpizas durante los disturbios del 6 de enero presentaron una demanda este jueves contra el expresidente Donald Trump, sus aliados y miembros de grupos extremistas de ultraderecha, a quienes acusaron de incitar a una turba violenta para impedir la certificación del voto presidencial por el Congreso.

La demanda en una corte federal en Washington alega que Trump “trabajó con supremacistas blancos, grupos extremistas violentos y partidarios de su campaña para violar la Ley Ku Klux Klan y cometer actos de terrorismo interno en un intento ilegal por conservar el poder”.

El Comité de Abogados por los Derechos Civiles bajo la Ley presentó la demanda en representación de los siete agentes. Los acusados son el expresidente, la campaña de Trump, Roger Stone, aliado de Trump y miembros de los grupos extremistas Proud Boys y Oath Keepers que estuvieron presentes en el Capitolio y en Washington el 6 de enero.

Legisladores demócratas han entablado dos demandas similares en los últimos meses. Alegan que las acciones de Trump y sus aliados provocaron el violento asalto al Capitolio en que docenas de agentes de policía resultaron heridos, se demoró la certificación de la victoria electoral del demócrata Joe Biden y forzó a los legisladores a salir del recinto “para salvar la vida” cuando irrumpieron en la sede de la democracia estadounidense con garrotes, palos y otras armas.

Un comité de la Cámara baja que está investigando los sucesos de la jornada pidió ayer los documentos a las agencias de inteligencia, policía y otros organismos del gobierno. Han solicitado documentos sobre Trump y su equipo al Archivo Nacional.

El pedido de documentos es apenas el inicio de lo que se prevé será una investigación larga, partidista y rencorosa de cómo la turba pudo penetrar en el Capitolio e interrumpir la certificación de la victoria electoral, en el asalto más grave al Congreso en dos siglos.

En una declaración emitida ayer por la noche, Trump acusó al comité de violar “principios legales consagrados de inmunidad”.

“Se defenderá la inmunidad presidencial, no solo en nombre de mi Gobierno y los Patriotas que colaboraron conmigo, sino en nombre de la Presidencia de los Estados Unidos y el futuro de nuestra Nación””, afirmó Trump.

Facebook anunció este viernes que mantendrá el veto por dos años al expresidente de Estados Unidos Donald Trump, después de que su consejo asesor pidiera el mes pasado a la empresa que revisara la prohibición indefinida contra el exmandatario.

La compañía anunció en un comunicado que suspenderá las cuentas del exmandatario por dos años contando desde el 7 de enero pasado.

Recordemos que las cuentas de Trump en Facebook e Instagram, también propiedad de la compañía, permanecen cerradas desde el asalto al Capitolio del 6 de enero por parte de miles de simpatizantes del expresidente, algunos de ellos armados, que dejó un saldo de cinco personas muertas.

La suspensión de la cuenta del exmandatario es el máximo castigo impuesto hasta ahora, y se debe a que se violó las reglas de la red social.

“Dada la gravedad de las circunstancias que llevaron a la suspensión del señor Trump, creemos que sus acciones constituyeron una grave violación de nuestras reglas que merecen la pena más alta disponible bajo los nuevos protocolos”, dijo el vicepresidente de asuntos globales de Facebook, Nick Clegg.

Facebook también dijo que los políticos serán tratados como otros usuarios cuando violen las reglas de la red social, en particular en caso de desinformación.

Después de que venza el plazo del veto ahora impuesto, la red social decidirá sobre el posible reingreso de Trump a la plataforma, una vez que determine “si continúa siendo un peligro serio para la seguridad pública”.

“Esta penalización solo se aplica a nuestros servicios. Trump es y seguirá siendo libre de expresarse públicamente por otros medios. Nuestro enfoque refleja la forma en que intentamos equilibrar los valores de la libertad de expresión y la seguridad en nuestros servicios, para todos los usuarios”, añadió Facebook en su comunicado.

El de Facebook no fue el único veto sufrido por Trump; también se quedó fuera de Twitter, una red social que utilizó antes y después de llegar a La Casa Blanca para ampliar el alcance de sus mensajes e incluso realizar anuncios públicos de índole política.

Tras conocerse la decisión de la red, Trump dijo que la suspensión de Facebook es un “insulto” a sus 75 millones de votantes en las pasadas “amañadas elecciones” presidenciales. Calificó la acción como un acto de censura.

El consejo asesor de contenido de Facebook, un órgano independiente que vigila lo que se publica en la red social y sus consecuencias, avaló este miércoles el cierre de la cuenta del expresidente de los Estados Unidos Donald Trump, alegando que con sus mensajes “creó un ambiente donde había un grave riesgo de violencia”.

Facebook cerró la cuenta de Trump después de que éste alentara a sus seguidores a marchar hacia el Capitolio el 6 de enero, con un polémico discurso en el que el magnate neoyorquino puso en duda la legitimidad del triunfo del demócrata Joe Biden en las elecciones de noviembre de 2020.

En un primer momento, se trató de una medida temporal, pero esta se hizo definitiva al día siguiente, después de que los seguidores de Trump asaltaran la sede del poder legislativo estadounidense. El consejo asesor de contenido tenía la última palabra y, con una decisión vinculante, ha descartado una posible reapertura de la cuenta.

“El consejo ha concluido que, al mantener una narrativa sin fundamento sobre el fraude electoral y reiterados llamamientos a la acción, Trump creó un ambiente donde era posible un grave riesgo de violencia”, han determinado los expertos, que ven un riesgo “claro e inmediato” en los mensajes que publicó a principios de enero el aún presidente.

Sin embargo, el panel indicó que “no fue apropiado que Facebook impusiera una pena indeterminada y estandarizada de suspensión indefinida” por lo que llamó a la plataforma a “revisar este asunto para determinar y justificar una respuesta proporcionada” en los próximos seis meses.

Señaló que la compañía impuso inapropiadamente una suspensión indeterminada sin estándares claros. Así, ordenó a Facebook determinar una respuesta que sea consistente con las reglas aplicadas a otros usuarios de la plataforma.

“Facebook dejó la suspensión indefinida y remitió todo el asunto a la junta de supervisión, aparentemente esperando que la junta hiciera lo que no había hecho”, dijo Michael McConnell, copresidente del organismo, durante una conferencia de prensa después de publicar su decisión.

McConnell agregó: “Las sanciones indefinidas de este tipo no pasan la prueba internacional o estadounidense en cuanto a claridad, consistencia y transparencia”.

El de Facebook no fue el único veto sufrido por Trump, que también se quedó fuera de Twitter, una red social que utilizó antes y después de llegar a la Casa Blanca para ampliar el alcance de sus mensajes e incluso realizar anuncios públicos de índole política.

Tras conocerse la decisión del consejo asesor, Donald Trump reiteró sus denuncias sobre el supuesto fraude en las elecciones.

“Si el cobarde e incapaz líder de la minoría (republicana en el Senado) Mitch McConnell… hubiera batallado para exponer toda la corrupción que apareció en aquel momento, y con más hallazgos desde entonces, hubiéramos tenido un resultado muy diferente” de la elección presidencial de noviembre, dijo Trump en un comunicado divulgado por su oficina.

Trump, quien ha dicho que sí contempla postularse nuevamente a La Casa Blanca, repitió que hay abundantes pruebas de fraude electoral e instó a sus seguidores “a no rendirse jamás”.

La sede del Congreso de Estados Unidos fue blindada este viernes y está bajo alerta máxima después de que un vehículo embistiera a dos policías en un punto de acceso al inmueble.

El conductor del coche murió, según medios estadounidenses, y la policía informó que los dos agentes resultaron heridos y fueron llevados a un hospital. Algunas medios reportan que uno de ellos perdió la vida.

“Hay un sospechoso detenido. Ambos oficiales resultaron heridos”, informó en Twitter el Departamento de Policía del Capitolio.

Las imágenes de televisión mostraron un coche azul que se había estrellado contra la barrera de seguridad de unas de las calles que lleva al Congreso de Estados Unidos. También mostraron a dos personas en camillas, que parecían ser los oficiales heridos.

Las autoridades todavía no han publicado ninguna información sobre la identidad del conductor del vehículo y, según medios estadounidenses, en el momento de la detención del sospechoso se escucharon disparos. La cadena NBC informó que el individuo salió del vehículo con un cuchillo.

Tras el incidente de este viernes, el Capitolio y los edificios adyacentes fueron cerrados. De todas formas el Congreso estaba en receso por Semana Santa, por lo que había menos personal en el lugar.

Este incidente se produce después del violento asalto del edificio del Capitolio perpetrado el 6 de enero por partidarios de Trump que querían interrumpir la certificación de las elecciones.

El grupo buscaba impedir la oficialización de los resultados de las elecciones de noviembre en las que Joe Biden se impuso a Trump, después de que el exmandatario republicano clamara sin aportar pruebas que hubo fraude en los comicios. En los incidentes de enero murieron cinco personas, incluido un agente de la policía del Capitolio.

Las autoridades han citado a una conferencia de prensa, que se espera comience en breve para dar mayores detalles y confirmar o desmentir las versiones que circulan en los medios y redes sociales.

Foto: C-SPAN

La Policía del Capitolio solicitó que los miembros de la Guardia Nacional continúen brindando seguridad al inmueble ubicado en Washington durante otros al menos dos meses, según reportó la agencia The Associated Press, a quien funcionarios de Defensa le confirmaron que el Pentágono está revisando la propuesta.

La solicitud subraya las continuas preocupaciones sobre la seguridad y el potencial de violencia en la sede del Congreso, dos meses después de que simpatizantes del expresidente Donald Trump asaltaran el recinto con violencia, causando la muerte de cinco personas.

La petición se conoce mientras las fuerzas del orden están en alerta máxima después de que los servicios de inteligencia descubrieran un “posible complot” de un grupo de milicias para asaltar nuevamente el edificio este 4 de marzo.

La amenaza parece estar relacionada con una teoría de extrema derecha, promovida principalmente por partidarios de QAnon, de que el expresidente Trump volverá al poder el 4 de marzo y que miles irán a Washington DC para tratar de destituir a los demócratas de su cargo.

Recordemos que el 4 de marzo fue el día de la inauguración presidencial original hasta 1933, cuando se trasladó al 20 de enero.

Por su parte, presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo este jueves que la Guardia Nacional debe quedarse todo el tiempo que considere necesario.

Pelosi agregó que una evaluación sobre lo ocurrido el 6 de enero incluirá varias recomendaciones para reforzar la seguridad del Capitolio y se publicará probablemente la próxima semana. Por su parte, el congresista Hakeem Jeffries de Nueva York dijo que las amenazas no impedirán a los congresistas continuar con su labor. “El terrorismo doméstico no prevalecerá. La democracia prevalecerá”.

Los más de 5,000 miembros de la Guardia que se encuentran actualmente en Washington, D.C., están programados para abandonar la ciudad el 12 de marzo.

Sobre el presunto complot, las autoridades detectaron intercambios por internet entre miembros de Three Percenters, un grupo de milicias antigubernamentales, según dos personas al tanto del tema y que hablaron bajo condición de anonimato. Miembros de Three Percenters se encontraban entre los extremistas que irrumpieron en el Capitolio el 6 de enero.