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El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) afirmó que “no hay elementos” que sostengan la versión de que el Cártel de Sinaloa está detrás del asesinato del candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio, ocurrido la tarde de ayer en Quito.

“No me atrevería a adelantar nada sobre los motivos porque no hay elementos. Son, si acaso, hipótesis y pueden ser hasta conjeturas, no hay que olvidar que siempre, y más en tiempos electorales, se inventan cosas”, declaró el mandatario al ser consultado sobre el tema.

Villavicencio, que era candidato para las elecciones del próximo 20 de agosto, recibió varios disparos la tarde de ayer cuando salía de una escuela de la capital, donde había encabezado un acto días después de denunciar amenazas de un líder criminal ligado al Cártel de Sinaloa.

En el atentado también resultaron heridas otras seis personas y uno de los presuntos asesinos murió en el cruce de balas, según reportó la Fiscalía.

Villavicencio era parte de los ocho candidatos presidenciales que buscaban el voto de los ecuatorianos el 20 de agosto para reemplazar a Lasso, quien acortó su propio período de gobierno y disolvió la Asamblea cuando ésta lo enjuiciaba con miras a destituirlo. Tanto el nuevo mandatario como los nuevos legisladores tendrán que completar el actual período que termina en mayo de 2025.

Dos de los aspirantes que encabezan las encuestas, Otto Sonnenholzner y Yaku Pérez, anunciaron hoy que suspenderán cualquier evento masivo para no arriesgar la seguridad de las personas.

Villavicencio se ubicaba en cuarto lugar de las preferencias con menos de 10% de intención de voto, detrás de Luisa González, Sonnenholzner y Pérez, aunque los sondeos señalan que aún existe un 40% de indecisos.

El presidente Guillermo Lasso decretó tres días de luto nacional y estado de excepción por lo que efectivos militares se movilizan en todo el territorio nacional, mientras en varios operativos en distintos sectores de Quito se ha detenido a seis personas.

El subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Brian Nichols, sostuvo que el asesinato de Villavicencio “es un ataque descarado contra la democracia y el Estado de Derecho”.

El funcionario estadounidense reclamó “una investigación rápida y exhaustiva por parte de las autoridades competentes” al tiempo que ofreció el apoyo de su país.

El mandatario atribuyó al crimen organizado el asesinato de Villavicencio, aunque hasta ahora las autoridades no han dado más detalles sobre el móvil y el posible grupo que estaría detrás del ataque.

Pocas horas antes de morir, Villavicencio había señalado que mafias tenían vínculos con la fuerza pública, por lo que anunció una depuración y el ataque a las bandas de criminales.

Autoridades detuvieron a Jesús Aurelio Ibarra Ramiro, alias “el Comandante Aurelio”, presunto jefe de la plaza del Cártel de Sinaloa y “Los Chapitos” en el noroeste y en el Alto Golfo de California.

Aunque su captura trascendió este martes, su detención ocurrió ayer a las 16:50 hora local, de acuerdo con el Registro Nacional de Detenciones, en una casa de seguridad del barrio La Botella de la ciudad de Sonoyta, Sonora, fronterizo con Arizona, Estados Unidos.

En medio de un operativo de seguridad para evitar que sus cómplices intentaran rescatarlo, agentes de la Dirección de Seguridad Pública del Estado trasladaron al “comandante Aurelio” a las instalaciones de la Fiscalía General de la República (FGR) en el municipio de Plutarco Elías Calles.

El sujeto está acusado de ser uno de los líderes de “Los Chapitos”, facción que dirigen los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán.

Recordemos que “Los Chapitos” están entre los criminales más buscados de Estados Unidos, que en abril anunció cargos contra cuatro hijos de Guzmán por tráfico de fentanilo.

Aurelio Ibarra es uno de los presuntos operadores del cártel de mayor relevancia en el estado de Sonora y se considera de los principales generadores de violencia en la zona.

La captura ocurre mientras crece la presión de Washington contra los cárteles de la droga mexicanos que trafican fentanilo. La Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) sostiene que se fabrica en nuestro país con precursores químicos de Asia.

En la región del Alto Golfo de California, donde operaba, los grupos de la delincuencia organizada se dedican, además del tráfico de drogas, armas y migrantes indocumentados, al comercio ilegal de especies marinas como el buche de totoaba y la medusa bola de cañón, cuya pesca inició este martes.

Esta última especie es considerada como el nuevo negocio de los grupos criminales en la región, quienes buscan controlar su pescadería para encargarse del trasiego de la especie hacia Corea, Singapur, Japón, Vietnam y China, donde existe una alta demanda de aguamala o medusas para el consumo humano, la industria farmacéutica y cosmetológica.

En la última temporada de pesca se exportaron, desde la región noroeste de México hacia los mercados asiáticos, entre 80,000 y 100,000 toneladas de medusa.

Un tribunal de apelaciones con sede en Jalisco, ordenó la liberación de Héctor ‘El Güero’ Palma Salazar, considerado junto a Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, uno de los fundadores del Cártel de Sinaloa.

La liberación se ordenó tras ser absuelto del último delito por el que estaba cumpliendo una pena de prisión, el de crimen organizado.

La jueza María Dolores Olarte Ruvalcaba lo absolvió al considerar que la Fiscalía no ha aportado las pruebas suficientes para inculparle del delito de delincuencia organizada, dando por bueno así el amparo de la defensa, después de que la acusación no pudiera presentar ni localizar a dos testigo protegidos.

Recordemos que ‘El Güero’ Palma cumplía una pena de prisión desde julio de 2016 cuando fue extraditado de Estados Unidos tras cumplir otra de nueve años por narcotráfico.

En 2021 logró salir de prisión, aunque fue aprehendido de nuevo por la Fiscalía mientras se intentaba localizar a estos dos testigos.

Estas dos personas serían Javier Burgueño Urías y Marcelo Peña García, quienes ya habrían implicado a ‘El Güero’ en un traslado de más de tres toneladas de cocaína en 1999 y cuatro años antes en el asesinato del subdirector de la Policía Judicial de Nayarit, Antonio Contreras, de y su escolta, José Cruz Guerrero.

Su detención se produjo en 1995 cuando el avioneta en la que viajaba para asistir a una boda se estrelló entre Jalisco y Nayarit.

Sería en las próximas horas cuando ‘El Güero’ Palma podría salir de prisión, luego de 28 años preso, aunque existe la posibilidad que pueda ser nuevamente detenido tan pronto quede libre.

El Departamento de Justicia de los Estados Unidos presentó este viernes cargos contra 28 miembros del cártel de Sinaloa, entre ellos los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, en el marco de una extensa investigación sobre el tráfico de fentanilo.

El secretario de Justicia, Merrick Garland, anunció los cargos junto con la directora de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA), Anne Milgram, y otros importantes fiscales federales.

Los cargos fueron presentados contra los líderes del cártel, así como presuntos proveedores de productos químicos, supervisores de laboratorio, traficantes de fentanilo, jefes de seguridad, operadores financieros y traficantes de armas.

Las acusaciones imputan a los tres hijos de Guzmán, conocidos como “los Chapitos”, que se han ganado la reputación de ser la facción más violenta y agresiva del cártel.

También se imputa a ciudadanos chinos y guatemaltecos acusados de suministrar los precursores químicos necesarios para fabricar fentanilo. Otros acusados en los casos incluyen a los acusados de dirigir laboratorios de fabricación de drogas y proporcionar seguridad y armas para el narcotráfico, dijeron los fiscales.

Recordemos que “El Chapo” Guzmán, líder del cártel de Sinaloa fue condenado en 2019 por dirigir una operación de contrabando a escala industrial.

Durante el juicio de Guzmán, los fiscales dijeron que la evidencia reunida desde fines de la década de 1980 mostraba que él y su cártel ganaron miles de millones de dólares mediante el contrabando de toneladas de cocaína, heroína, metanfetamina y marihuana a Estados Unidos.

El exsecretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón, Genaro García Luna se presentó en su primer día de juicio por narcotráfico, donde el primer testigo de la Fiscalía de Estados Unidos lo acusó se haber recibido sobornos millonarios del Cártel del Sinaloa durante años.

El fiscal Philip Pilmar acusó a García Luna de traicionar a México y a Estados Unidos por aceptar sobornos de narcotraficantes a cambio de ayudarles en sus actividades; la Fiscalía presentó uno de sus testigos estrella: Sergio Villarreal Barragán, alias “el Grande”, que aseguró haber presenciado el pago de dichos sobornos con sus propios ojos.

De Castro, de pie frente a los 12 miembros del tribunal, adelantó la que será la estrategia de la defensa, al subrayar que la Fiscalía no tiene pruebas “objetivas”: ni documentos, ni fotos, ni conversaciones grabadas, ni mensajes de texto que incriminen a su cliente.

Según De Castro, todo se basa en rumores y “especulaciones de asesinos, secuestradores y traficantes de droga”, muchos de los cuales, según De Castro, fueron encarcelados en la época en la que García Luna fue responsable, abriendo el camino de la venganza a través de sus testimonios.

La fiscal Erin Reid se encargó de dirigir el interrogatorio de “El Grande”, que habló en español y fue traducido de manera simultánea por un traductor de la Corte.

“El Grande” aseguró haber visto “en varias ocasiones (a García Luna) para pagarle sobornos de parte del Cártel de Sinaloa entre 2001 y 2006”.

Según el testigo, “con la ayuda del Gobierno (mexicano) el cartel creció en lo referente al territorio” e insistió en que también gracias a la ayuda de García Luna el grupo que estaba dirigido por el capo Joaquín “El Chapo” Guzmán pudo aumentar la importación de cocaína a México y deshacerse de grupos rivales”.

Villarreal Barragán, que se declaró culpable de narcotráfico en Estados Unidos y cumple una condena rebajada, aseguró que desde su grupo criminal se fomentaba la corrupción de los funcionarios del Ejército y del gobierno, tanto municipal como estatal y federal de dos formas.

“Hay dos tipos de corrupción, el que se voltea para un lado y deja pasar, y otra, la de los funcionarios forman parte de las actividades de la organización”, dijo “El Grande” antes de aclarar, a petición de la fiscal, que García Luna era del segundo tipo.

En concreto, apuntó que el ex responsable de la Seguridad Pública daba información sobre operativos de seguridad e investigaciones en contra de miembros del grupo, facilitaba el nombramiento y el cese de agentes en cualquier parte de México y compartía información para golpear a los grupos enemigos.

Asimismo, la Agencia Federal de Investigación (AFI),que García Luna dirigió entre 2001 y 2005, ayudó al Cártel de Sinaloa en varios estados en su guerra contra el Cartel del Golfo, grupo rival.

“El Grande” precisó que el encargado de los pagos a García Luna era Arturo Beltrán Leyva, amigo suyo y uno de los líderes del Clan de los Beltrán Leyva (parte del Cartel de Sinaloa), y agregó que él “estuvo en algunas ocasiones” presente en dichas transacciones, que, según su declaración, aumentaban a medida que el cartel crecía.

El ahora colaborador de la fiscalía estadounidense detalló que cuando él comenzó a trabajar para los Beltrán Leyva en el año 2001, García Luna ya estaba en la nómina del cártel y se le siguió pagando hasta la muerte de Arturo Beltrán Leyv , en 2009.

De acuerdo a lo declarado,cuando García Luna era el director de la Agencia Federal de Investigación (AFI), él y otros altos cargos de seguridad recibían entre un millón y un millón y medio de dólares mensuales por sus servicios.

“Los pagos eran puntuales” dijo desde la tribuna “El Grande”, que aseguró que los Beltrán Leyva y García Luna hablaban frecuentemente.

Asimismo, durante la sesión salieron a colación varios nombres de narcos y supuestos policías corruptos que se movían en la órbita de García Luna o tuvieron contacto con él.

Además de Arturo Beltrán Leva y sus hermanos Héctor y Alfredo, fueron citados Ismael “El Mayo” Zambada, “El Rey” Zambada, Ignacio Coronel o Édgar Valdez, alias “la Barbie”.

Asimismo, se hizo referencia a varios exmiembros de las fuerzas de seguridad, entre ellos Luis Cárdenas Palomino (exmando de la Policía Federal), y que supuestamente estuvieron presentes en entregas de sobornos a García Luna.

El secretario de Exteriores de México, Marcelo Ebrard, descartó una extradición inmediata a Estados Unidos de Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, detenido la madrugada de ayer en Sinaloa.

Ebrard confirmó que existe una solicitud de extradición por parte del gobierno de Estados Unidos contra el hijo del que fuera líder del Cartel de Sinaloa.

“No podríamos proceder a extraditarlo el día de hoy, mañana, pasado en estas circunstancias. Tenemos que cumplir las formalidades”, sostuvo el canciller en un breve encuentro con los medios. “Más adelante veremos si Estados Unidos llega a sustancia en la extradición”, añadió.

Y es que el canciller indicó que Washington “tiene que sustanciar, argumentar y fundamentar la extradición” para que se inicie el proceso.

Al ser preguntado por si la detención de Ovidio Guzmán será un “intercambio” previo a la reunión con el presidente estadounidense, Joe Biden, la semana que viene, Ebrard rechazó dicho señalamiento y detalló que “este operativo se mantuvo en extrema reserva” sin que hubiera “intermediación ni consulta política en el gabinete”.

Tras su detención y presentación ante el ministerio público en la Ciudad de México, Ovidio “N” fue trasladado en helicóptero al penal de máxima seguridad de Altiplano, en el estado de México, donde ingresó la tarde de ayer.

Así, Guzmán López pasó su primera noche en la cárcel en la que estuvo su padre, bajo estrictas medidas de seguridad. Docenas de agentes han permanecido en el exterior de la prisión, formando un cerco de vigilancia, acompañados de vehículos blindados, ante la posibilidad de que la organización criminal que lideraba intentara liberarlo.

Esta mañana, en la conferencia de prensa de Palacio Nacional, el secretario de la Defensa, Luis Crescencio Sandoval, informó que el operativo en el que se detuvo a Ovidio “N” dejó un total de 29 muertos, de los cuales, 19 eran miembros de la banda delictiva.

El secretario detalló que 10 militares perdieron la vida en el operativo, a cuyas familias dijo, el Estado brindará todo el apoyo.

En más del saldo de este operativo, se informó que 35 militares fueron lesionados; 21 miembros del cártel de Sinaloa fueron detenidos; se aseguraron 53 vehículos; 4 fusiles barret calibre 50; 6 ametralladoras calibre 50 y 7.62; 26 armas largas y 2 cortas; 111 cargadores con cartuchos de diferentes calibres; 2 chalecos antibalas; 1.4 kg de marihuana; 6 bolsas con pastillas de fentanilo, entre otros decomisos.

El secretario de la SEDENA indicó que en la jornada de ayer se registraron 9 bloqueos y 6 agresiones en diversos puntos de Culiacán; esta cifra difiere de la cifra dada ayer en la conferencia vespertina, donde se habló de 19 bloqueos y agresiones armadas.

Ante la situación, que se prolongó hasta la tarde de ayer, señaló que se desplegaron 3,586 efectivos de las Fuerzas Armadas para garantizar la seguridad en la entidad.

Luis Crescencio Sandoval fue enfático en señalar que “hasta el momento no se tiene información de ningún civil inocente que haya perdido la vida como resultado de las operaciones” para detener a Ovidio “N”.

Pero, ¿qué hay detrás de la recaptura de Ovidio “N” y que diferencias hay con el llamado “Culiacanazo” ocurrido en octubre de 2019, cuando se detuvo al hijo de “El Chapo” y se le liberó por ordenes presidenciales? En Broojula, Ana Paula Ordorica conversa con Carlos Pérez Ricart, profesor-investigador del CIDE, sobre el operativo de recaptura.

EDUARDO GUERRERO

EL FINANCIERO

 

Por un lado, no es ningún secreto que entre el Presidente y el Chapo Guzmán se han registrado varios gestos de simpatía. Las visitas a Badiraguato; decir que él “no hace leña del árbol caído (sobre la condena a cadena perpetua del capo)”; el saludo a María Consuelo Loera; desistirse de último momento en la captura de su hijo Ovidio Guzmán, entre otros. Por otro lado, el 6 de junio Morena se quedó con el carro completo en Sinaloa, un estado donde la izquierda nunca había gobernado. Rubén Rocha, candidato de Morena a la gubernatura, ganó con una ventaja de 25 puntos. El partido de AMLO también ganó las diputaciones por mayoría relativa en los siete distritos electorales del estado y se quedó con la alcaldía en 17 de los 18 municipios.

Ante estas dos premisas es tentador especular si Morena le debe la contundente victoria en Sinaloa a la gente del Chapo (en particular a sus hijos, los Chapitos, que al parecer fueron quienes buscaron beneficiar al partido del Presidente, en contra de la línea que siguió el Mayo Zambada). Al menos en el caso del gobernador electo, la ventaja fue tan holgada que se antoja difícil que no fuera resultado de la voluntad popular. Sin embargo, conforme pasan los días, y se acumulan testimonios y crónicas, resulta cada vez más evidente que la gente del Chapo sí quiso darle una ayudadita al partido del Presidente.

Hay muchos relatos de irregularidades antes y durante la jornada electoral. Por ejemplo, personas armadas robaron algunas urnas en Los Mochis. Estas historias son similares a las que se cuentan en otros estados. Sin embargo, lo peculiar, y lo que probablemente tuvo un impacto importante en los resultados en Sinaloa, fue la estrategia para ‘neutralizar’ por completo a toda la estructura de operadores de la alianza PAN-PRI-PRD, empezando por el secretario de organización electoral del PRI, José Alberto Salas Beltrán, quien fue levantado el sábado previo a las elecciones.

Según me han comentado amigos sinaloenses, este operativo se hizo con un método y una disciplina escalofriantes, de corte casi militar. En la víspera de las elecciones, tras llevarse a Salas Beltrán, los operadores de la alianza fueron levantados uno a uno. También se llevaron a representantes de casilla. Sin embargo, no hubo mayores desmanes ni excesos. Los operadores y representantes de casilla fueron liberados después de concluir la jornada electoral. Claramente se buscó que el operativo fuera lo más discreto posible. En Sinaloa no hubo candidatos asesinados. Al parecer, en los cálculos de quienes operaron en contra de la alianza, no hizo falta.

Lo ocurrido en Sinaloa nos invita a reflexionar sobre el grado de involucramiento del crimen organizado en las elecciones, pero también sobre el carácter de la competencia política en México. En una democracia consolidada, donde los ciudadanos votaran exclusivamente de acuerdo a su evaluación individual de los candidatos, y donde la compra y la coacción del voto fueran verdaderamente excepcionales, sería muy difícil para el crimen organizado incidir de forma significativa en los resultados con una estrategia como la que vimos en Sinaloa.

Sin embargo, como sabe de sobra la gente de los partidos, en México las elecciones son un juego sucio, donde unos y otros le siguen apostando a las estructuras de ‘operadores’, un eufemismo para personajes que en muchos casos se dedican a cometer delitos electorales, en particular distintas formas de compra del voto. De ahí que la existencia de estas estructuras, y su trabajo el día de los comicios, sea tan importante.

Como se vio en Sinaloa, el crimen organizado puede golpear fuertemente a un partido si el día de la elección logra neutralizar su estructura de operadores. No dudaría que, en elecciones competidas, pudiera llegar a inclinar la balanza. No es necesario hacer demasiada alharaca, basta secuestrar a algunas decenas de operadores, en quienes recae echar a andar la ‘maquinaria’ el día de la elección. Por supuesto, hace falta tener un pequeño ejército de personas armadas y bien disciplinadas para ejecutar una operación de esta naturaleza. También se necesita buena inteligencia para conocer la red de operadores que se busca inmovilizar. No es mayor problema; para eso, los grupos como el Cártel de Sinaloa se pintan solos (con comprar o intimidar a una persona clave es suficiente).

Desafortunadamente, el corolario de las elecciones de junio es que es mejor llevar la fiesta en paz, o incluso cortejar, a los grupos del crimen organizado con mayor capacidad de operación. Caer de su gracia (o tener adversarios que son más populares con ellos) puede resultar muy costoso en términos electorales. Hacer frente a este fenómeno sólo sería posible con un acuerdo de muy alto nivel entre todas las fuerzas políticas del país. Tristemente, un acuerdo de esa naturaleza parece hoy más lejano que nunca.

Foto: Twitter @rochamoya_

Joaquín “El Chapo Guzmán” conocerá la condena que se le imputará por los 10 cargos en los que hoy fue encontrado culpable el próximo 25 de junio, informó la Corte de Brooklyn donde fue enjuiciado.

Guzmán Loera líder del cartel de Sinaloa, uno de los más peligrosos del mundo y responsable de violencia, asesinatos y tráfico de drogas durante décadas, podría enfrentar una condena de por vida sin posibilidad de preliberación.

Uttam Dhillon, administrador encargado de la agencia estadounidense antinarcóticos (DEA), dijo que se trató de un juicio contra “increíbles cantidades de droga y violencia” en México y Estados Unidos. Además reconoció que el juicio fue muestra la gran colaboración de las agencias antidrogas de México y Estados Unidos.

El narcotraficante mexicano conoció este martes el veredicto emitido por el jurado compuesto por ocho mujeres y cuatro hombres, quienes empezaron sus deliberaciones el lunes 4 de febrero y este martes anunciaron su veredicto.

En el juicio se aportaron pruebas y testimonios de 56 testigos en 10 cargos en total. Catorce excolaboradores de “El Chapo” rindieron testimonio en contra del acusado.

Entre los cargos figuran el de introducir a Estados Unidos más de 150 toneladas de cocaína, heroína, metanfetaminas y marihuana, que le generaron miles de millones de dólares en ganancias, una fortuna de alrededor de 14 mil millones de dólares, de acuerdo a la acusación.

También destaca su iniciativa criminal continua así como conspiración internacional para elaborar y distribuir cocaína, metanfetaminas y marihuana, así como uso de armas de fuego y lavado de dinero.

 

El narcotraficante colombiano Juan Carlos Ramírez, alias “Chupeta”, reveló hoy que tejió una red de corrupción que se extendió desde 1990 hasta su arresto en 2007, la cual incluía a políticos de alto nivel en su país y agentes de la DEA.

En su tercer día de testimonios en el juicio que se sigue contra Joaquín “El Chapo” Guzmán, Ramírez aceptó en el interrogatorio realizado por el abogado defensor William Purpura que entregó 500 mil dólares al entonces candidato presidencial Ernesto Samper a fin de garantizar un trato favorable si ganaba las elecciones.

Samper, quien fue presidente de 1994 a 1998, ya fue sometido a juicio en Colombia por recibir aparentemente fondos del Cártel de Cali, una organización a partir de la cual fue creada el Cártel del Norte del Valle.

En su testimonio, Ramírez también indicó que “por lo menos entregó 10 millones de dólares al Congreso de Colombia a fin de descarrilar la discusión sobre la reinstitución de la extradición de criminales de ese país hacia los Estados Unidos.

Además, dijo que pagó entre 25 y 50 mil dólares para tener informantes dentro del Congreso de Colombia para que lo mantuvieran al tanto de iniciativas legales que pudiera afectar su negocio criminal.

El testigo indicó que mediante policías colombianos de élite logró corromper de manera indirecta a agentes de la DEA adscritos a la embajada estadounidense en Bogotá; entre esos sobornos entregados de manera indirecta a agentes de la DEA destacaban prostitutas, departamentos y regalos.

Enfatizó que esa capacidad de corrupción fue posible por la fortuna millonaria que logró amasar como líder del Cártel del Norte del Valle, que aparentemente fue el mayor proveedor de cocaína para el Cártel de Sinaloa en México.

La prensa estadounidense reportó que la defensa de Guzmán Loera intentó hoy desacreditar el testimonio de Ramírez Abadía. Indicaron que en su turno de preguntas, los abogados de “El Chapo” han intentado demostrar que el testigo mintió al Gobierno de Estados Unidos, incluso antes de que este fuera extraditado desde Brasil, en 2008

 

 

El narcotraficante colombiano Juan Carlos Ramírez, mejor conocido como el “Chupeta”, afirmó hoy que Joaquín “El Chapo Guzmán seguía controlando los negocios del Cártel de Sinaloa aún después de ser arrestado y estando en una prisión de alta seguridad.

En su segundo día de sus testimonios en el juicio contra Guzmán en Nueva York, Ramírez dijo que luego de que fuera arrestado en 1993 en Guatemala y enviado a la prisión de alta seguridad del Altiplano, el acusado seguía “al frente” del Cártel de Sinaloa.

Ramírez conoció la situación debido a que un barco mexicano que había recibido su droga en alta mar se había perdido con 10 toneladas de cocaína por causa de un huracán en el Océano Pacífico. Guzmán prometió pagar la deuda que ascendía a 42 millones de dólares por la cocaína perdida. Una vez encerrado en prisión, tanto el hermano de Guzmán, Arturo alias “El Pollo”, como los hermanos Héctor y Arturo Beltrán Leyva asumieron esa deuda, que finalmente pagaron.

Tanto los Beltrán Leyva como Arturo Guzmán aseguraron a Ramírez que “todo seguía igual”, lo que él interpretó como que el acusado “seguía con el negocio de la cocaína a través de sus asociados, pese a estar en la cárcel”.

Entre 1990 y 1996, cuando fue arrestado en Colombia, Ramírez logró enviar aproximadamente 200 toneladas de cocaína a México, y entre 80 y 90 toneladas fueron dirigidas de manera específica a Guzmán. Cerca del 90% de esa cocaína era dirigida a Nueva York, donde se vendía entre 20 mil y 34 mil dólares por kilogramo. Guzmán cobraba 40% de los envíos solo por cruzar la cocaína de México hacia Estados Unidos.

Así, Ramírez calculó que Guzmán se embolsó 32 millones de dólares tan solo por la cocaína que él le enviaba como líder del colombiano Cártel del Norte del Valle.

 

El narcotraficante mexicano Dámaso López Núñez, alias “El Licenciado”, fue sentenciado a cadena perpetua al ser considerado el sucesor de “El Chapo” Guzmán al frente del cártel de Sinaloa.

De acuerdo con los reportes, el capo, de 52 años de edad, se declaró culpable del delito de narcotráfico en un tribunal federal de Alexandria, Virginia, en Estados Unidos.

“El Licenciado” que había reconocido su responsabilidad en el delito el pasado 28 de septiembre, pasará el resto de su vida en prisión, informó la agencia EFE.

Según el informe, la defensa y la Fiscalía habían recomendado al juez que la sentencia fuera prisión de por vida.

Además, el fallo incluye un embargo de 25 millones de dólares.

Miguel Ángel Martínez, mejor conocido como “El Tololoche” aseguró en el juicio contra Joaquín “El Chapo” Guzmán, que el cártel de Sinaloa lavaba entre ocho y nueve millones de dólares al mes mediante el sistema bancario mexicano.

Martínez hizo la revelación en una corte de Nueva York donde se desarrolla el llamado ‘juicio del siglo’. De acuerdo a las declaraciones, la actividad de lavado de dinero fue aparentemente realizada en los primeros años de la década de 1990.

El testigo, quien se describió como gerente de las operaciones de tráfico de drogas de Guzmán, precisó que pese a que empleados de bancos cuestionaban los cuantiosos montos de sus depósitos, él los sobornaba.

Además confirmó que pese a haber sido encarcelado desde 1993, Guzmán Loera seguía dando órdenes mediante un teléfono que él le introdujo a la prisión de alta seguridad de Almoloya, en el Estado de México.

 

 

Amanda Mars

El País

El mismo día que Donald Trump juraba su cargo como presidente, Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, se veía por primera vez con el juez de Nueva York. Había aterrizado la noche antes en el aeropuerto de Long Island, extraditado desde México, escoltado por los hombres de James Hunt. Caza mayor. El agente especial al mando de la Agencia Antidrogas de Nueva York (la DEA, en sus siglas en inglés) también estaba allí, era un Día D, por los años que llevaban tras él, porque era el mayor capo del mundo y porque con la caída de Guzmán sabía muy bien que vendrían otros. En sus primeros 100 días en Estados Unidos, enjaulado en un correccional de extrema dureza de Manhattan, la lucha de poder ha bañado en sangre Sinaloa y en Estados Unidos se han multiplicado las investigaciones, muchos narcos tienen miedo y empiezan a hablar.

 

 

“Traer a un tipo como El Chapo aquí hace que mucha gente se plantee si ellos van a ser los próximos, así que muchos acuden al Gobierno para cooperar y tratar de conseguir un trato, porque piensan que si pueden atrapar a alguien así, pueden con todos, y muchos narcos están contactando con abogados estadounidenses”, explica el agente a este periódico.

 

 

La violencia se dispara en Sinaloa tras la extradición de El Chapo Guzmán

En México ha corrido como la pólvora el rumor de que Guzmán, viendo ya todo perdido, ha empezado a cantar, a delatar a viejos compinches, a subordinados y a rivales, tratando de suavizar lo aciago de sus condiciones: pasa aislado en una celda 23 horas diarias mientras espera juicio. La detención de Edgar Veytia, fiscal general de Nayarit (México), abonó especulaciones porque lideró la investigación el mismo funcionario que imputó a El Chapo, pero sus abogados los desmintieron radicalmente.

 

Las guerras intestinas explican muchas vulnerabilidades. “Cada vez que hay luchas internas, el cartel se debilita, porque sus miembros empiezan a preocuparse más los unos de los otros, de quién va a ser el próximo jefe, que de sortear la ley”, explica también el jefe de la DEA neoyorquina, en una declaración previa a este arresto. Hay “muchas, muchas investigaciones” abiertas, dice.

 

Este martes cayó en la Ciudad de México Dámaso López, uno de los sucesores del gran capo, capturado precisamente en plena contienda entre las distintas facciones del cartel: López, por un lado, los hijos de Guzmán, por otro, Beltrán Leyva… La batalla en territorio Chapo ha acercado la violencia a nuevos umbrales. Se han empezado a tirar cuerpos desde avionetas, como exhibición y amenaza, y en los dos primeros meses se registraron 230 homicidios, pero los analistas de la zona creen que a estas alturas se habrá duplicado ya.

 

Dice Hunt que enjaular a El Chapo fue parecido a lo que en su día fue echar el guante a John Gotti, que llegó a ser el jefe de los Gambino, una de las grandes familias mafiosas de Nueva York. Hay que ver en qué lugar quedarán los hijos de El Chapo. “Estoy seguro de que hay mucha gente resentida por el hecho de que estén los hijos donde están sin haber competido como ellos”, explica el responsable de la DEA. Quejas de nepotismo en versión narcotraficante: “Es como cuando Gotti nombró jefe a su hijo, hubo mucho resentimiento por ello y es lo que hundió a la familia, pero no estoy en México”, añade.

 

 

Lee la columna completa en la siguiente liga: http://bit.ly/2pcs44H / Foto: Twitter

El titular de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la Procuraduría General de Justicia (PGR), Omar García Harfuch, confirmó la aprehensión del líder cártel de Sinaloa, Dámaso López Núñez “El Licenciado” en la Ciudad de México, que será extraditado a Estados Unidos.

 

En conferencia de prensa, García Harfuch explicó que la detención se dio derivado de la ejecución de tres órdenes de cateo implementadas en las colonias Nueva Anzures, en un complejo de Santa Fe,  y en la colonia Tezozomoc en la delegación Azcapotzalco.

 

Además de la detención de López Núnez, se logró también la aprehensión de Giovanni “N”, quien funge como operador logístico y financiero de Dámaso en la Ciudad de México.

Ambas detenciones se llevaron a cabo sin uso de violencia y en estricto apego al debido proceso, destacó el titular de la AIC.

“El Licenciado” fue detenido con fines de extradición, por lo que se espera que las autoridades de Virginia, Estados Unidos deberá iniciar con los trámites para comenzar el proceso.

 

 

Redacción APO / Foto: 

 

 

Elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Agencia de Investigación Criminal (ACI), detuvieron esta madrugada a Dámaso López Nuñez, alias “El Licenciado”, quien es líder del cártel de Sinaloa, informó la Procuraduría General de la República (PGR).

 

Fue capturado sobre Av. Ejército Nacional en la colonia Anzures, delegación Miguel Hidalgo, sin necesidad de hacer un solo disparo en el edificio Hares. Es identificado por las autoridades mexicanas y estadounidenses como uno de los funcionarios penitenciarios que ayudaron a Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera a escapar del penal de Puente Grande, Jalisco, en enero de 2001.

 

También se le identifica como compadre, “mano derecha”, y uno de los principales lugartenientes de Guzmán Loera, además de ser el presunto responsables de los envíos de drogas de México a Estados Unidos.

 

 

Redacción APO / Foto: Noticieros Televisa

 Funcionarios que participan en el gabinete de Seguridad Nacional, aseguran que Ismael “El Mayo” Zambada se convirtió en el líder máximo del cártel de Sinaloa, y los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera operan en un segundo nivel de mando.

 

De acuerdo al periódico La Jornada,  los órganos de inteligencia obtuvieron evidencias que refieren que Dámaso López Núñez “El Licenciado”, traicionó a Joaquín “El Chapo”  Guzmán  y su familia, y ahora se enfrentan por los territorios que antes pertenecían a los líderes del cártel de Sinaloa.

 

La división que existe en el grupo delictivo ha sido aprovechada por Dámaso López, quien se convirtió en jefe de uno de los grupos que opera en la zona del Triángulo Dorado y es enemigo de El Mayo Zambada.

 

Esta organización se fracturó en tres frentes, uno que encabeza Ismael “El Mayo” Zambada, el segundo que dirige Aureliano Guzmán Loera “El Guano”, hermano de “El Chapo”, y el tercero al mando de Dámaso López Núñez y su hijo del mismo nombre y apellidos López Serrano, “El mini lic”.

 

Supuestamente el último intento por llegar a un acuerdo por el liderazgo ocurrió en febrero pasado, pero Dámaso López Núñez emboscó a “El Mayo” Zambada y a los hijos de Guzmán Loera.

 

En la nueva composición del cártel de Sinaloa, Iván y Alfredo Guzmán Salazar decidieron mantenerse en una posición de segundo nivel, bajo las órdenes de “El Mayo”  Zambada, y son responsables de la producción de amapola y goma de opio en el municipio de Badiraguato, así como del control de varias zonas de trasiego de droga en Sonora.

 

El cártel de Sinaloa tiene presencia en Chihuahua, Sinaloa, Durango, Coahuila, Baja California, Baja California Sur y Sonora, y opera con células delictivas identificadas como Gente Nueva, Los Cabrera, el cártel del Poniente o de La Laguna, Los Aquiles, El Tigre, Del 28, Los Artistas Asesinos, Los Mexicles, Los Salazar y Los Memos, de acuerdo con reportes de la Procuraduría General de la República.

 

 

 

Con información de La Jornada / Foto: Especial