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Este sábado, un coche, varias motocicletas y múltiples barricadas ardieron en las calles del este de París, durante una protesta del movimiento de los chalecos amarillos que culminó en actos dispersos de violencia.

Los bomberos de París apagaron múltiples incendios pequeños alrededor de la Plaza de la República.

Varios reporteros informaron sobre un auto y motocicletas en llamas, mientras que la policía disparaba gas lacrimógeno y granadas antimotines para controlar a la multitud.

La televisión francesa mostró imágenes de médicos voluntarios atendiendo a un manifestante con chaleco amarillo tendido en el suelo.

La jefatura de policía de París dijo que las autoridades detuvieron a 126 personas en la primera hora de la tarde y que hicieron inspecciones aleatorias a más de 11 mil personas que trataban de entrar a la capital para participar en las protestas.

Los chalecos amarillos reanudaron sus protestas en París y otras ciudades para recordarle al gobierno que reconstruir la Catedral de Notre Dame, dañada por el fuego, no es el único problema que el país tiene que resolver.

Aunque el ambiente en el este de la capital francesa era tenso, en general las acciones del sábado con los chalecos amarillos fueron pacíficas.

Muchos manifestantes se sienten frustrados porque la campaña internacional para ayudar a Notre Dame ha eclipsado el movimiento de cinco meses de antigüedad contra la desigualdad de la riqueza. Muchos están furiosos por las donaciones de mil millones de dólares para Notre Dame hechas por magnates mientras sus demandas sociales siguen sin respuesta.

En Francia, un manifestante que participaba en la protesta de los “chalecos amarillos” perdió una mano durante los enfrentamientos con las fuerzas del orden. El hecho ocurrió cuando un grupo trataba de forzar las verjas de seguridad de la Asamblea Nacional.

Según fuentes policiales citadas por la cadena “BFM TV”, el hombre tomó una granada lacrimógena lanzada por los antidisturbios con la intención de reenviarla contra los agentes, pero el artefacto le estalló en la mano y se la arrancó.

Los “chalecos amarillos” se manifiestan otra vez en las calles de París, y en varias ciudades de Francia por decimotercer sábado, casi tres meses después del inicio de las protestas.

En la capital parisina, los manifestantes se dieron cita en la Plaza Charles de Gaulle y en torno al Arco del Triunfo, según imágenes transmitidas por canales de televisión.

Armados con banderas francesas y pancartas anti-Macron, los manifestantes comenzaron su recorrido por los Campos Elíseos y pasaron por delante del Ministerio de Asuntos Exteriores, la Asamblea Nacional, el Senado, la sede de la patronal, para terminar en el Campo Marte, frente a la Torre Eiffel.

Durante su mensaje de fin de año, el presidente francés Emmanuel Macron criticó la violencia ejercida por miembros del grupo de protesta de los “chalecos amarillos” en sus violentas manifestaciones del último mes en París y otras ciudades francesas.

“He visto estos últimos tiempos cosas impensables y escuchado otras inaceptables”, declaró Macron en su mensaje transmitido a la nación por televisoras públicas y privadas de Francia, en referencia a las protestas que comenzaron el pasado 17 de noviembre y que han dejado 10 muertos y cientos de heridos.

“La libertad en la que vivimos necesita un orden republicano y el respeto por cada uno y por todas las opiniones”, afirmó el jefe de Estado durante su discurso de 17 minutos de duración.

“Algunos toman como pretexto hablar en nombre del pueblo, pero ¿cuál?, ¿de dónde? ¿cómo?”, comentó Macron al criticar a los que “haciéndose los voceros de una masa llena de odio, atacan a los políticos en función, a las fuerzas del orden, a los periodistas, a los judíos, a los extranjeros y a los homosexuales”.

“Todo esto es simplemente la negación de Francia”, subrayó Macron sobre la oleada de protestas que no cesa y que esta misma noche, en el marco del movimiento popular de los chalecos amarillos, ha convocado a una nueva concentración en París, principalmente vigilada por 12 mil policías.

“El pueblo es soberano y se expresa en las elecciones”, subrayó Macron al aseverar que “el orden” social será “asegurado” en Francia “sin contemplaciones” ante el movimiento de los autodenominados “chalecos amarillos” que ha dejado también un balance de más de cuatro mil detenidos.

“Somos un Estado de derecho”, reiteró Macron y afirmó: “espero de cada uno el respeto indispensable a la vida en sociedad”.

 

 

Durante el séptimo sábado de protestas del movimiento de los “chalecos amarillos” se registraron disturbios y enfrentamientos con la Policía en París y otras ciudades francesas.

De acuerdo con medios locales, manifestantes y granaderos se enfrentaron en calles del selecto distrito decimosexto de la capital francesa.

Los granaderos usaron gases lacrimógenos para tratar de repeler a los manifestantes, quienes atacaron lanzándoles piedras. Un número indeterminado de personas fueron detenidas por las fuerzas del orden, según los reportes.

También en el sur de la capital, ante la sede del Ministerio francés de Defensa y la televisora de noticias BFMTV hubo disturbios.

Además de París, también hubo concentraciones en las ciudades de Marsella, Lyon, Toulouse y Burdeos, donde alrededor de dos mil 400 personas se manifestaron por la mañana.

En Ruan, capital de la región de Normandía, al norte de Francia, se reportaron disturbios y destrozos de mobiliario urbano por parte de los manifestantes.

El movimiento, que comenzó desde mediados de noviembre, ha decaído tras las concesiones del Gobierno del presidente, Emmanuel Macron, pero también debido a las fiestas de Navidad y Año Nuevo.

Las protestas contra las alzas de impuestos, iniciadas a mediados de noviembre por el movimiento de los “chalecos amarillos” en Francia, generaron más de dos mil millones de euros en pérdidas, alrededor de dos mil 280 millones de dólares, estimaron fuentes oficiales.

Las empresas más afectadas fueron los dos grupos nacionales de distribución Carrefour y Auchan, cada uno de los cuales perdió al menos 150 millones de euros, unos 170 millones de dólares, en las seis semanas de protestas y disturbios.

En promedio, los pequeños negocios afectados perdieron 25% de ventas, pero algunas empresas afirman que habrían perdido entre el 60 y el 70% de sus ventas en el periodo entre el 17 de noviembre y el pasado 22 de diciembre, fechas de la primera y la última manifestación.

Asimismo, las protestas del movimiento de los “chalecos amarillos” dejaron alrededor de 43,000 desempleados temporales según una estimación oficial.

Christophe Castaner, ministro del Interior de Francia, informó sobre la muerte de una octava persona durante las protestas de los chalecos amarillos por quinto sábado consecutivo y es que, las multitudes de inconformes protestaron con una nueva demanda: un referendo sobre las políticas de gobierno.

La exigencia más resonante del sábado supuso un salto respecto de la demanda inicial de una baja al impuesto a los combustibles, cuya alza propició las movilizaciones a mediados de noviembre entre civiles que se identifican porque llevan puestos chalecos de seguridad amarillos.

“Anoche, una octava persona murió debido a este conflicto.Las glorietas deben ser desocupadas y la seguridad de todos debe ser la norma”, afirmó el funcionario en un intento por aplacar al movimiento.

El gobierno desplegó 69,000 efectivos de seguridad en las calles y exhortó a la calma después de los fuertes actos de violencia de los últimos dos sábados, que incluyeron vandalismo dentro y fuera del Arco del Triunfo, donde se encuentra la Tumba del Soldado Desconocido.

Unos ocho mil policías y 14 vehículos blindados, así como cañones de agua, fueron destacados de nuevo en París para vigilar que no se destruyera nada y evitar los saqueos que empañaron las dos movilizaciones anteriores.

Este jueves, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Bélgica recomendó a sus ciudadanos que no viajen a París este fin de semana ante las manifestaciones convocadas por los “chalecos amarillos” y recomendó extremar la prudencia a quienes decidan visitar la capital del país vecino.

“Con motivo de las posibles manifestaciones de ‘chalecos amarillos’ el fin de semana del 15 y 16 de diciembre, instamos a los viajeros a retrasar su estancia en la capital (francesa) este fin de semana”, indicó la diplomacia belga en una nota difundida en su página web.

En caso de que alguien viaje a París, el gobierno aconseja evitar las concentraciones de gente, privilegiar los distritos del margen izquierdo del Sena y no visitar “lugares simbólicos y otras zonas turísticas” como el Arco del Triunfo, los Campos Elíseos, la Bastilla, República o Nación.

Se recomienda, además, evitar desplazarse en coche por riesgo de una “circulación caótica” y, en todo caso, asegurarse de tener el tanque lleno de gasolina para evitar situaciones problemáticas.

Este lunes, el presidente francés, Emmanuel Macron, prometió recortar los impuestos para los jubilados y aumentar el salario mínimo en 100 euros para enero, pero se negó a restablecer un impuesto a la riqueza, en respuesta a la ola de protestas que han desafiado su autoridad.

Actualmente, el salario mínimo en Francia es de 1,498 euros.

“Responderemos a la urgencia económica y social con medidas sólidas, reduciendo los impuestos más rápidamente, manteniendo nuestros gastos bajo control, pero no con un giro en U”, dijo Macron en un discurso televisado al país.

Macron se enfrenta a una enorme presión en las calles por parte de los llamados ‘chalecos amarillos’ para aumentar más los recortes de impuestos y los costos de la seguridad social con el fin de aumentar el poder adquisitivo de los hogares, conteniendo al mismo tiempo el déficit presupuestario de Francia por debajo del límite de la Unión Europea.

Las protestas de los ‘chalecos amarillos’ surgieron el 17 de noviembre, cuando casi 300 mil manifestantes en todo el país salieron a las calles para denunciar los altos costos de vida y las reformas económicas de Macron.

Los manifestantes dicen que las reformas benefician a los ricos y no hacen nada para ayudar a los pobres. El Gobierno canceló esta semana un aumento planificado de los impuestos sobre la gasolina y el diesel en un intento por calmar la situación.