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SpaceX realizó este jueves desde Boca Chica, Texas, el tercer vuelo de prueba del Starship, la nave más grande y más poderosa del mundo que busca alcanzar el espacio exterior, después de dos intentos fallidos realizados en abril y noviembre de 2023, que terminaron en explosiones.

Tras el exitoso despegue, que se llevó a cabo alrededor de las 8:25 hora local, desde una plataforma de Starbase, la base de SpaceX, ambas etapas del cohete se separaron con éxito; aunque la primera, llamada Super Heavy, no concluyó su retorno a tierra con éxito.

La compañía confirmó la “pérdida” de la nave poco después de hacer su reingreso en la atmósfera terrestre y antes de que alcanzara las aguas del océano Índico, no obstante la prueba fue calificada de “enorme éxito” durante la transmisión en vivo.

La otra parte, el Starship en sí, continuó con el trayecto previsto de casi una órbita alrededor del planeta, durante la cual se desplazó a unos 160 kilómetros de altura y a una velocidad de más de 26,000 km/h.

A lo largo de más de una hora de vuelo, un tiempo considerablemente mayor en comparación a las anteriores pruebas, el Starhip logró abrir y cerrar las puertas de la nave y transferir combustible de un tanque hacia otro, parte de las pruebas planificadas para hoy.

Tuvo tiempo la nave mientras descendía y hacía su reingreso a la atmósfera terrestre de emitir en directo unas impresionantes imágenes del planeta, tras lo cual, y como se preveía, la comunicación se cortó.

Momentos después, los controladores de la misión confirmaron que “perdieron” la nave durante su descenso a más de más de 25,000 kilómetros por hora.

A pesar de que Starship no sobrevivió a las duras condiciones durante su reingreso, la prueba cumplió varios de sus objetivos. El dueño de SpaceX, Elon Musk, señaló que prevén más pruebas para este mismo año.

La idea con estas pruebas es preparar el terreno de Estados Unidos para regresar a la Luna, previsiblemente en 2026, y acelerar el camino a Marte.

En abril pasado, las dos etapas del Starship no lograron separarse y los controladores de la misión activaron un sistema de emergencia que hizo explotar el cohete de manera intencional unos cuatro minutos después del lanzamiento.

La segunda prueba, que también acabó con una explosión, fue más exitosa, ya que ambas etapas se separaron y SpaceX “logró una serie de hitos importantes y proporcionó datos invaluables para continuar desarrollando rápidamente Starship”, según explicó la compañía.

El Gobierno de Estados Unidos autorizó a SpaceX realizar la segunda prueba del lanzamiento de su poderoso cohete Starship, la nave espacial más grande del mundo, que la compañía tiene previsto hacer este viernes desde Texas.

La Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos autorizó el lanzamiento al considerar que “SpaceX cumplió con todos los requisitos de seguridad, medio ambiente, políticas y responsabilidad financiera”.

El permiso estaba pendiente después de que un primer test realizado hace seis meses acabó con una explosión al poco tiempo de alzar vuelo.

Como en el primer vuelo de prueba, el Starship despegará desde las instalaciones de SpaceX en la localidad de Boca Chica, en Texas, y lo hará propulsado por la primera etapa del cohete, el lanzador Super Heavy de 33 motores Raptor.

Tras conocer de la autorización, SpaceX anunció que tiene previsto el lanzamiento a partir de 7:00 hora local con una ventana de dos horas.

Si todo sale bien, está previsto que el Starship, que junto con el cohete propulsor mide 121 metros de altura (equivalente a más de 35 pisos), alcance orbita y de una vuelta casi completa al planeta para culminar su trayecto en aguas del Océano Pacífico, cerca de Hawai.

Para esta segunda prueba la firma ha hecho algunas mejoras, entre ellas una relacionada con el proceso de separación y por el que la segunda etapa, la propia nave Starship, encenderá sus motores durante el mismo proceso de separación, y no después, en aras de conseguir más potencia.

Se han hecho cambios también en la plataforma de lanzamiento de Starbase, en Texas, para mitigar los efectos de los motores de la primera etapa, y que constituye uno de los aspectos analizados por la FAA tras la primera prueba del 20 de abril.

El cohete ha estado listo y colocado desde días atrás en la plataforma de lanzamiento de Boca Chica, a la espera de los permisos correspondientes tanto de la FAA como de la FWS, ésta última responsable de la cuestión ambiental.

Con capacidad para una carga de 150 toneladas métricas e ideado para ser reutilizable, cuando esté operativo el Starship será el cohete más grande del mundo, más incluso que el lanzador SLS de la NASA, que hasta la fecha ostenta el título de ser el cohete más potente que ha volado al espacio.

El cohete Starship, desarrollado por la empresa estadounidense SpaceX de Elon Musk, que está previsto para viajes a la Luna y Marte, explotó durante su primer vuelo de prueba poco después de despegar en Texas.

El gigantesco cohete despegó con éxito a las 08:33 hora local desde Starbase, la base espacial de SpaceX en Boca Chica, Texas.

Estaba programado que el propulsor se separara de la cápsula Starship tres minutos después del lanzamiento, pero la separación no se produjo y el cohete explotó.

Una enorme nube de gas cegó la plataforma de lanzamiento durante el despegue, de la que emergió el mayor cohete que ha despegado en la Tierra hasta la fecha.

El lanzamiento fue seguido por numerosos empleados de Space X que siguieron el lanzamiento desde las
instalaciones de la compañía con gran excitación y aplausos.

Tras alcanzar una altitud superior a los 30 kilómetros, el cohete empezó a cabecear y finalmente perdió su orientación, hasta que explotó en el aire, de acuerdo con la transmisión en directo realizada por Space X.

“Con una prueba como esta, el éxito proviene de lo que aprendemos, y la prueba de hoy nos ayudará a mejorar la confiabilidad de Starship mientras SpaceX busca hacer que la vida sea multiplanetaria”, indicó
Space X en su cuenta de Twitter.

En otro tuit informó de que la propia nave Stasrhip “experimentó un rápido desmontaje no programado
antes de la separación de la etapa”. Los equipos continuarán revisando los datos y trabajando para la próxima prueba de vuelo, añadió.

Según el plan de vuelo, estaba previsto que el cohete se separase poco después y retornase a tierra para realizar un amerizaje controlado cerca de Starbase. Mientras, Starship alcanzaría la órbita y cruzaría el globo sobre el Atlántico, África, el Índico y el Pacífico para impactar al norte de Hawai. El vuelo iba a extenderse durante una hora y media.

Starship es un sistema de transporte, que en el futuro será reutilizable, “diseñado para llevar tanto a la tripulación como a la carga a la órbita terrestre, ayudar a la humanidad a regresar a la Luna y viajar a Marte y más allá”, explica la propia compañía en un comunicado.

Starship es el cohete más grande jamás construido, con una altura de 120 metros cuando está completamente apilado. Pero se hará aún más grande, otros 10 metros más o menos, reveló Musk recientemente.

Pese al desenlace del lanzamiento, Musk felicitó al equipo de SpaceX y prometió un nuevo vuelo de prueba del Starship “en unos meses”.

El lanzamiento del nuevo megacohete de la NASA a la Luna fue cancelado este lunes debido a un problema técnico con uno de sus motores principales, un duro golpe para la agencia espacial de Estados Unidos, que ahora tendrá que esperar a las próximas fechas posibles de despegue.

Cincuenta años después de que astronautas pisaran la Luna por última vez en la misión Apolo 17, Artemis 1 debería marcar el lanzamiento del programa estadounidense para regresar a la Luna, con miras a permitir a la humanidad llegar eventualmente a Marte a bordo de la misma nave.

“La directora de lanzamiento pidió cancelar por el día”, dijo la NASA. Las próximas fechas posibles de despegue son el 2 y el 5 de septiembre. Pero el problema tendrá que ser evaluado en detalle por los equipos de la agencia espacial antes de determinar cuándo ocurrirá.

El lanzamiento estaba originalmente programado para las 08:33 hora desde la plataforma de lanzamiento 39B en el Centro Espacial Kennedy en Florida.

Pero a medida que amanecía sobre el enorme cohete naranja y blanco de 98 metros de altura el despegue se hacía cada vez más improbable.

Los depósitos del cohete, el más potente del mundo, se fueron llenando durante la noche con más de tres millones de litros de hidrógeno y oxígeno líquidos ultra fríos.

Sin embargo, el abastecimiento comenzó con una hora de retraso debido al alto riesgo de relámpagos.

Luego, una fuga provocó una pausa durante el llenado del segmento principal con hidrógeno, antes de que se encontrara una solución y se reanudara el flujo.

Sobre las 07:00, se investigaba un nuevo problema. Uno de los cuatro motores RS-25, debajo del segmento principal del cohete, no pudo alcanzar la baja temperatura deseada, condición necesaria para poder encenderlo.

La cuenta regresiva se detuvo y, después de más de una hora y media de espera mientras se intentaba solucionar el problema, la directora de lanzamiento de la NASA, Charlie Blackwell-Thompson, tomó la decisión de cancelar.

Entre 100,000 y 200,00 personas, incluida la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, se esperaba que presenciaran en vivo el despegue el lunes.

El objetivo de Artemis 1 es probar el cohete SLS y la cápsula de tripulación Orion en su parte superior. Orion se lanzará sin tripulación en órbita alrededor de la Luna, para verificar que el vehículo sea seguro para los futuros astronautas, entre los que se prevé enviar la primera mujer y la primera persona de color a la superficie lunar.

“Esta misión lleva consigo los sueños y esperanzas de muchas personas”, dijo el jefe de la NASA, Bill Nelson. “Ahora somos la generación Artemis”.

El principal objetivo de Artemis 1 es probar el escudo térmico de la cápsula, que regresará a la atmósfera terrestre a casi 40,000 km/h, y a una temperatura la mitad de la de la superficie del Sol.

En lugar de astronautas, se colocaron maniquíes a bordo, equipados con sensores que registran las vibraciones y los niveles de radiación.

Tras esta primera misión, Artemis 2 llevará astronautas a la Luna en 2024, sin llegar a alunizar, un honor reservado para la tripulación del Artemis 3, pero que no será antes de 2025.

Para esa fecha, la idea de la NASA es lanzar cerca de una misión cada año con el objetivo de establecer presencia humana y constante en la Luna, construir la estación espacial Gateway que orbite a su alrededor e instalar una base en la superficie lunar.

En ese escenario la humanidad debería aprender a vivir en el espacio y probar la tecnología necesaria para un viaje de varios años de ida y vuelta a Marte, que podría cumplirse “a finales de la década de 2030”, según Nelson.

La compañía Blue Origin, del magnate estadounidense Jeff Bezos, fundador de Amazon, lanzó este jueves al espacio el cohete New Shepard, con seis turistas, en el primer viaje organizado por la empresa este año.

Tras sufrir varios retrasos, la misión, bautizada como NS-20, lanzó el cohete New Shepard a las 08:58 hora local desde su plataforma en Van Horn, Texas.

La cápsula se elevó unos 100 kilómetros antes de regresar a la Tierra unos 10 minutos después. Durante el viaje, la tripulación experimentó dos minutos sin gravedad.

Tras su despegue, el cohete se aceleró hasta tres veces la velocidad del sonido para superar la barrera de 80 kilómetros de altura, que supone el límite con el espacio.

La cápsula voló de manera autónoma, sin piloto, y descendió a la superficie ayudada por varios paracaídas.

A bordo viajaban los directores ejecutivos de las compañías Party America y Tricor International, Marty Allen y Marc Hagle, junto a la esposa del segundo, Sharon Hagle; el profesor de la Universidad de Carolina del Norte Jim Kitchen; un exresponsable del regulador de aviación estadounidense, George Nield; y el arquitecto jefe del cohete New Shepard, Gary Lai.

En un principio el cómico estadounidense Pete Davidson, pareja sentimental de Kim Kardashian, había anunciado que iba a embarcarse en este viaje espacial, pero finalmente decidió no unirse a la misión por motivos que no precisó, y su lugar fue ocupado por Lai.

El pasado 21 de julio, el propio Bezos tomó parte en el primer vuelo de su compañía que alcanzaba el espacio y que duró once minutos. Desde entonces, Blue Origin ha lanzado veinte cohetes con tripulación.

Entre los famosos que han viajado con Blue Origin en sus vuelos anteriores están el actor de “Star Trek” William Shatner y el presentador del programa “Good Morning America” Michael Strahan.

El cohete espacial, que es reutilizable, ha sido bautizado como New Shepard en honor a Alan Shepard, el primer estadounidense en el espacio.

Además de Bezos, los multimillonarios Richard Branson, dueño de Virgin Galactic, y Elon Musk, fundador de SpaceX, también se han lanzado a la carrera de atraer turistas multimillonarios y famosos para sus viajes espaciales.

Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo, alcanzó este martes el espacio tras despegar desde una base en el oeste de Texas, en Estados Unidos, a bordo del cohete New Shepard, con el que superó los 106 kilómetros de altura para luego emprender el regreso a la Tierra.

El viaje tuvo una duración total de once minutos. “Estoy emocionado, pero no angustiado. Veremos cómo me siento cuando esté abrochado a mi asiento”, dijo Bezos horas antes del despegue. “Estamos listos. El vehículo está listo. Este equipo es increíble. Me siento muy satisfecho. Y creo que mis compañeros de tripulación también se sienten igual”.

Dentro de la nave fabricada por Blue Origin, la compañía aeroespacial creada por Bezos en el año 2000, el fundador y hasta hace poco consejero delegado de Amazon viajó acompañado de su hermano, Mark; la piloto de 82 años Wally Funk; y Oliver Daemen un estudiante neerlandés de 18 años e hijo de un multimillonario.

Durante el trayecto, la cápsula en la que viajaron los pasajeros se separó del cohete propulsor una vez que alcanzaron los 76 kilómetros de altura, para luego continuar por su cuenta los restantes 30 kilómetros hasta una distancia de la superficie terrestre que les permitió experimentar por unos minutos la ingravidez.

Una vez concluido el viaje, que empezó con un retraso de 12 minutos por ajustes técnicos, la cápsula con sus cuatro ocupantes aterrizó sin contratiempos en un paisaje desértico cerca del sitio de lanzamiento, en las inmediaciones de Van Horn, Texas, y por donde momentos antes llegó el cohete propulsor del New Shepard.

“El mejor día”, exclamó desde dentro de la cápsula Bezos, una vez que aterrizó.

A diferencia del trayecto que hizo hace poco más de una semana desde Nuevo México el multimillonario Richard Branson, en el viaje de hoy Bezos y sus acompañantes superaron la línea imaginaria de Karman, situada a 99.7 kilómetros de la Tierra y que en algunos ámbitos científicos se acepta como la división entre la atmósfera terrestre y el espacio exterior.

Desde hoy Bezos es otro multimillonario que se erige en pionero del turismo más allá del planeta, luego de que Branson, a sus 70 años, alcanzará las fronteras del espacio a bordo de un avión fabricado por su compañía Virgin Galactic, con el que, a una velocidad tres veces superior a la del sonido, cruzó los 80 kilómetros de altura.

En ese punto, Branson y los otros cinco ocupantes del plateado avión VSS Unity experimentaron también la ingravidez, por casi unos cuatro minutos, y pudieron observar la curvatura de la Tierra.

A Branson y Bezos se suma Elon Musk, el fundador del fabricante de coches eléctricos Tesla y de SpaceX, la firma contratista de la NASA que ya ha enviado astronautas a la Estación Espacial Internacional (EEI) y que hacia fines de este año espera llevar a cabo el primer viaje tripulado con fondos privados al espacio.

Después de que el clima impidiera el miércoles pasado el despegue de la misión Demo-2 desde Cabo Cañaveral, la NASA y la compañía aeronáutica SpaceX volverán a intentarlo mañana pese al reto que representa el clima en Florida, Estados Unidos

El equipo ha informado que hay un 50% de probabilidades de que se produzca el lanzamiento.

“Es un verdadero desafío el intentar competir con el clima aquí en Florida durante el verano, pero vamos hacer lo correcto. Todo sigue hacia adelante y tenemos un cincuenta por ciento de posibilidades con el tiempo mañana, así que veremos lo que pasa”, aseguró el director del Centro Espacial Kennedy, Bob Cabana, en una rueda de prensa este viernes.

Está previsto que el cohete Falcon 9 despegue a las 15:22 hora local, desde la plataforma 39A del Centro Espacial Kennedy si las condiciones meteorológicas lo permiten, que al parecer serán más favorables que las del día 27 cuando la nubosidad y la electricidad en el ambiente lo impidieron.

Aproximadamente a las 10:29 de la mañana del domingo (14:29 GTM) se espera que la cápsula Crew Dragon con los astronautas de la NASA Bob Behnken y Doug Hurley llegará a la Estación Espacial Internacional (EEI) y procederán a acoplarse a ella tras lo cual serán bienvenidos por la tripulación de abordo.

“Nuestra mayor prioridad siempre ha sido Bob y Doug y unos días atrás teníamos mucha electricidad en la atmósfera. No había rayos, pero el lanzamiento podía haber producido una tormenta eléctrica. La NASA y SpaceX sabían que debían cumplirse determinados parámetros para el despegue”, subrayó el administrador de la NASA, Jim
Bridenstine.

Sin embargo, dada la incertidumbre meteorológica el despegue se podría retrasar hasta el domingo a las 15:30 cuando habría otra ventana para el lanzamiento e incluso se están valorando algunas fechas posteriores en caso de que no se pudiera realizar este fin de semana.

El Centro Nacional de Huracanes (NHC) sigue de cerca un sistema de bajas presiones que se está desarrollando en el océano Atlántico y que tiene un 50% de probabilidades de convertirse durante el fin de semana en la tercera tormenta tropical.

Al igual que en el intento del miércoles, el presidente Donald Trump acudirá este sábado para presenciar el lanzamiento de la cápsula Crew Dragon.

La misión, denominada como “histórica” por el administrador adjunto de la Agencia aeroespacial estadounidense, Jim Morhard, busca volver a enviar a astronautas desde Estados Unidos a la EEI nueve años después de que se cancelara su programa de transbordadores espaciales.

Desde el último vuelo del transbordador Atlantis a la órbita terrestre en 2011, la NASA se ha visto obligada a utilizar los sistemas de lanzamiento rusos como el Soyuz para poner en órbita a sus astronautas.

Durante la misión se pondrá a prueba el sistema de lanzamiento de SpaceX, la empresa fundada por Elon Musk y que junto a Boeing obtuvieron en 2014 los dos contratos del gobierno para poner a prueba la comercialización de los viajes espaciales.

Esta tarde, desde la plataforma de lanzamiento 39A del centro espacial Kennedy, un cohete SpaceX con la nueva cápsula Crew Dragon enganchada despegará hacia la Estación Espacial Internacional (EEI). A bordo llevará a Bob Behnken y Doug Hurley, los dos hombres elegidos por la NASA para esta misión de demostración.

Space Exploration Technologies Corp., fundada en 2002 por Elon Musk, se ganó la confianza de la agencia espacial más grande del mundo.

SpaceX se convirtió en 2012 en la primera empresa privada en acoplar una cápsula de carga a la EEI. Dos años después, la NASA le pidió que adaptara la cápsula Crew Dragon para poder transportar astronautas. “SpaceX no estaría allí sin la NASA”, dijo Musk el año pasado, después de un ensayo general del viaje a la EEI sin tripulación.

La agencia espacial ha pagado más de 3.000 millones de dólares a SpaceX para diseñar, construir, probar y operar su cápsula y hacer seis viajes espaciales de ida y vuelta. El desarrollo experimentó retrasos, explosiones, problemas de paracaídas, pero SpaceX venció al gigante Boeing, al que la NASA también pagó para hacer una cápsula, la Starliner, que aún no tiene lista.

La inversión, autorizada durante las presidencias de George W. Bush para el envío de carga y Barack Obama para el de astronautas, se considera fructífera en comparación con las decenas de miles de millones que costaron los sistemas anteriores desarrollados por la NASA.

“Algunos han dicho que es inviable o imprudente trabajar con el sector privado de esta manera. No estoy de acuerdo”, dijo Obama en 2010. La decisión del expresidente se encontró con la hostilidad del Congreso y de la NASA.

Diez años después, Donald Trump asistirá al centro Kennedy para el lanzamiento. El republicano trata de reafirmar la dominación estadounidense del espacio y ha ordenado el regreso a la Luna en 2024.

Si la NASA pudiera confiar al sector privado las misiones más cercanas a la Tierra, dentro de la “órbita baja”, esto le permitiría destinar presupuesto para sus misiones más lejanas.

“Imaginamos un futuro en el que la órbita baja de la Tierra está completamente privatizada, donde la NASA es solo un cliente entre otros”, dijo Jim Bridenstine, administrador de la agencia. De lo contrario, “nunca iremos a la Luna ni a Marte”.

La lluvia ha caído con fuerza en los últimos días en Florida, y los pronosticadores dan un 40% de que siga en Cabo Cañaveral. En caso de precipitaciones, el vuelo se pospondrá hasta el sábado.

La Crew Dragon es una cápsula como la Apollo, pero del siglo XXI. Las pantallas táctiles han reemplazado los botones y los joysticks. “Esperamos un vuelo más suave pero más ruidoso”, dijo Bob Behken, quien al igual que su compañero de misión viajó dos veces en aquellos transbordadores.

La cápsula llegará a la estación espacial, situada a 400 kilómetros sobre el nivel del mar, el jueves y probablemente permanecerá acoplada allí hasta agosto.

Si cumple su misión, los estadounidenses ya no dependerán de los rusos para llegar al espacio. Pues, desde 2011, los Soyuz son los únicos vehículos espaciales que hacen este recorrido.

Foto: @elonmusk

En caso de que veas esos videos de cohetes gigantes aterrizando en Tándem o del auto de Elon Musk desplazándose en órbita y creyendo la idea de que los vuelo espaciales moderno son glamuroso, por favor escucha la historia del astronauta de la NASA Peggy Whitson sobre cómo guarda regularmente popó con su mano.

En realidad, todavía no, pero eso podría suceder pronto.

Comencemos con los conceptos básicos del baño de la Estación Espacial Internacional (ISS). Aquí está, cómo trabaja una aspiradora metida en un refrigerador:

 

Dicho baño se instaló en el lado estadounidense de la ISS en 2008. Poco después se agregó una cortina, pero se inundó.

Afortunadamente, hay un segundo retrete en el lado ruso, aunque a veces también se rompe, lo que obliga a los astronautas a entrar en sus transbordadores o, como último recurso, usar lo que paradójicamente se llama una “bolsa de Apolo”.

Solo decimos: podría ser mucho peor.

Notarás que alguien ha decorado el cubículo con una caricatura de un astronauta y un retrete. Probablemente sea importante mantener el sentido del humor cuando use ese baño.

Alguien también ha escrito notas a mano alrededor del inodoro, porque seguir instrucciones cuidadosamente también será muy importante.

La mejor parte del baño, o la parte menos terrible, es donde se orinara. Es solo un embudo, una manguera y una aspiradora, pero es relativamente fácil de usar, la pipí entra en un sistema de reciclaje de última generación que la convierte de nuevo en agua.

Eso es genial. La peor parte es con la popó.

Lo peor en todo el espacio puede ser la popó.

Una vez, un astronauta de la Agencia Espacial Europea explicó cómo funciona el inodoro en una demostración de YouTube (no se preocupe; seguro para ver en la oficina).

El video lo hizo parecer fácil, pero no es fácil apuntar la popó en gravedad cero.

“Estás tratando de alcanzar un objetivo bastante pequeño”, dijo Whitson a Business Insider la semana pasada, como preludio de su historia de terror.

Sus compañeros astronautas de la NASA deben practicar la técnica antes de abandonar la Tierra, utilizando baños de entrenamiento y una cámara de video colocada de forma invasiva para ayudar a cuadrar las cosas.

Y hay accidentes, dijo Whitson, quien pasó dos años de su vida en el espacio. La popó flotante ha sido un peligro para los viajes espaciales.

¿Entonces que? Nadie va a reciclar esa popó.

Lo mejor que la NASA sabe hacer con esto, es dispararlo desde la Estación Espacial Internacional y dejarlo arder en la atmósfera de la Tierra como una estrella fugaz. No pidas un deseo.

Pero la popó no puede simplemente lanzarse al espacio inmediatamente. Hacer cualquier cosa en el espacio es difícil y costoso; según los informes, costó $19 millones solo construir el baño, y no se incluyó el sistema.

Según la Agencia Espacial Europea, la popó se queda dentro del inodoro hasta su eliminación masiva, que es cada 10 días aproximadamente. Si alguna vez usó el inodoro en el último día de un festival de música, puede imaginarse cómo es el retrete en la estación espacial después de más de una semana de uso.

Y entonces (no se muestra en el video de YouTube), es un procedimiento final que Whitson reveló con un gesto a Business Insider: “Después de que empieza a llenarse, tienes que ponerte un guante”, dijo, “y empacarlo”.

Esto no quiere decir que los viajes espaciales del siglo 21 sean del todo malos. A excepción de esto.

En un nuevo episodio de “One Strange Rock” de National Geographic, Whitson no reprimió sus emociones al recordar el esplendor de su tiempo récord en el espacio: moviéndose en una nave que representa la cima del ingenio humano; mirando por una ventana a un hemisferio entero girando.

Pero luego te das la vuelta, y está el inodoro y el embudo para líquidos de $19 millones, y ha pasado una semana desde el último día de la basura y esa popó necesita aplastarse.

 

Con información de The Washington Post

La versión mejorada del cohete Falcon 9 Bloque 5 de SpaceX despegó hoy de Florida y puso en órbita el primer satélite de comunicaciones de Bangladesh.

El propulsor Bloque 5, la mejora final del vehículo de lanzamiento Falcon 9 de SpaceX, fue lanzado a las 16:14 hora local desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA para realizar su primer vuelo.

El vehículo, cuyo futuro propósito será trasladar astronautas a la Estación Espacial Internacional, incluye muchos cambios de diseño para mejorar su confianza y reutilización. Los cambios podrían facilitar a los ingenieros remodelar las primeras etapas para más vuelos.

El nuevo cohete mejoró sus tanques de helio sumergidos en tanques impulsores de oxígeno líquido en la segunda etapa. Los tanques de helio reventaron en una preprueba de lanzamiento el 1 de septiembre de 2016, lo que causó una explosión.

La primera etapa del cohete fue recuperada con éxito y aterrizó en la plataforma marítima Of Course I Still Love You (Por supuesto que todavía te amo) unos ocho minutos después del lanzamiento. El Bangabandhu-1 es el primer satélite geoestacionario de comunicaciones de Bangladesh y se espera que el servicio principal incluya Bangladesh y la región de los alrededores, incluyendo aguas territoriales en bahía de Bengala.

 

Con información de Xinhua / Foto: Especial

La compañía privada estadounidense SpaceX, que dirige el magnate de Silicon Valley, Elon Musk, realizó el lanzamiento del gigantesco cohete Falcon Heavy, el cual es considerado el más poderoso en activo del mundo, con una capacidad de carga de 64 toneladas.

 

 

El cohete inició su trayecto este martes desde el Centro Espacial John F. Kennedy en Cabo Cañaveral en Florida, Estados Unidos, y en lo es su primer vuelo, se espera que coloque en el espacio un automóvil eléctrico Tesla.

 

El cohete, de 70 metros de alto y con capacidad para transportar más de 66 toneladas, despegó a las 15:45 hora local de la plataforma LC-39A de dicho centro de la NASA, la misma de la que despegaron los cohetes de las misiones Apolo con destino a la Luna entre 1961 y1972.

 

Miles de personas contemplaron el lanzamiento desde las áreas habilitadas para ello en el Centro Kennedy.

 

La empresa estadoundense informó que Falcon Heavy mide 70 metros de alto y tiene 27 motores con una fuerza de empuje de más de 2.500 toneladas.

 

Con información de EFE / Foto: Twitter