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La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advirtió este martes que México mantiene uno de los niveles de pobreza y desigualdad más altos del grupo.

En su informe anual sobre reformas estructurales, la OCDE reportó que México tiene un índice de brecha de pobreza de 34.2, por encima del promedio de 28.7 del resto de los 38 países que integran la organización.

Mientras que el índice de Gini, que mide del 0 al 100 la desigualdad por ingresos, es de 42 en México, 10 puntos por encima de la media del organismo.

“México tiene uno de los niveles más altos de pobreza y desigualdad de ingresos de la OCDE, lo que llama a continuar los esfuerzos y fortalecer la protección social, notablemente para hacerla más eficiente y responsiva a los ciclos económicos, reducir las brechas de género y mejorar la educación”, señala el reporte.

En ese sentido, la OCDE recomendó establecer un esquema federal de seguro de desempleo, una red de guarderías con prioridad para hogares de bajos ingresos, y programas para reintegrar a las escuelas a estudiantes que desertaron durante la pandemia.

El informe mencionó que la pandemia “impactó fuertemente” el sistema educativo de México y amplió las desigualdades preexistentes. Además, resaltó que la participación laboral de las mujeres aún está rezagada a pesar del “progreso reciente”.

El organismo advirtió que la “competencia es débil en sectores claves de la economía y un número pequeño de compañías tienden a dominar los mercados”. Recordó que el 55% de los trabajadores son informales, “lo que es una causa y consecuencia de baja productividad”.

En el apartado de transición climática, la OCDE reconoció que México fue “pionero” entre las economías emergentes en mitigación y adaptación para el cambio climático, aunque dijo que ahora “necesita acción política adicional para alcanzar sus metas de emisiones”.

El 32.1% de la población total de la región, lo que equivale a 201 millones de personas, vivirá en situación de pobreza para finales de este año, de los que 82 millones (13.1%) se encontrarán en pobreza extrema, informó este jueves la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

“La cascada de choques externos, la desaceleración del crecimiento económico, la débil recuperación del empleo y la inflación al alza profundizan y prolongan la crisis social en América Latina y el Caribe”, planteó el secretario ejecutivo de institución, José Manuel Salazar-Xirinachs.

Después de un fuerte crecimiento de la pobreza y un leve aumento de la desigualdad de ingresos en 2020, a consecuencia de la pandemia, 2021 dio cuenta de una reducción de las tasas de pobreza extrema y pobreza y un crecimiento de los estratos de ingresos medios, que no fue suficiente para revertir completamente los efectos negativos de la crisis sanitaria, explica el informe Panorama Social de América Latina y el Caribe 2022.

“No se ha logrado revertir los impactos de la pandemia en materia de pobreza y pobreza extrema y los países enfrentan una crisis silenciosa en educación que afecta el futuro de las nuevas generaciones”, agregó Salazar-Xirinachs.

Las cifras implican que 15 millones de personas adicionales estarán en la pobreza con respecto a la situación previa a la pandemia y que el número de personas en pobreza extrema será 12 millones más alto que el registrado en 2019.

“Los niveles proyectados de pobreza extrema en 2022 representan un retroceso de un cuarto de siglo para la región”, subraya el organismo regional de las Naciones Unidas.

La incidencia de la pobreza es mayor en algunos grupos de la población: más del 45% de la población infantil y adolescente vive en la pobreza y la tasa en las mujeres de 20 a 59 años es más alta que en los hombres en todos los países de la región. De igual forma, la pobreza es considerablemente más alta en la población indígena o afrodescendiente, revela el documento.

En 2021, la desigualdad de ingresos disminuyó levemente con respecto a 2020 en América Latina, situándose en 0.458, en niveles similares a los de 2019.

La desocupación proyectada para 2022 representa un retroceso de 22 años, y afecta especialmente a las mujeres, para quienes la desocupación sube de 9.5% en 2019 a 11.6% en 2022.

Latinoamérica, la región más afectada por la pandemia, creció un 6.9% en 2021 como rebote tras el desplome del 6.8% registrado en 2020, la mayor recesión en 120 años. Para 2022, la Cepal proyecta un crecimiento del 3.2%, aunque prevé una desacelaración en 2023 del 1.4%.

El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo este viernes ante el Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC), que “la pandemia ha subrayado la necesidad de un multilateralismo fortalecido y renovado” y destacó la importancia de los miembros de este organismo para financiar la aplicación de la Agenda 2030.

“En este momento clave, con la Covid-19 todavía expandiéndose, las tensiones geopolíticas en aumento y el grito por la justicia racial, social y climática más urgente que nunca, tenemos la responsabilidad de responder a las ansiedades, los miedos y las esperanzas de los pueblos a los que servimos”, dijo Guterres.

Al comienzo del encuentro, en el que se discute el futuro de los Objetivos del Desarrollo Sostenible de la Agenda del 2030 y el papel del multilateralismo tras la irrupción de la pandemia de Covid-19, Guterres insistió en que el coronavirus ha mostrado y “exacerbado las vulnerabilidades y las desigualdades dentro y entre los países”.

Adicional, dijo que la pandemia ha vuelto a confirmar que los sistemas de los que depende el mundo: alimentación, comercio, salud y clima, son no solo más interdependientes, sino cada vez más frágiles.

“Un revitalizado ECOSOC en el centro de un multilateralismo entrelazado, inclusivo y efectivo puede ayudarnos” a responder a esas inquietudes de los pueblos, según el secretario general de la ONU.

Guterres se mostró también partidario de reimaginar la manera en la que las naciones cooperan e instó a trabajar por un multilateralismo basado en los ideales y objetivos consagrados en la Carta de la ONU y en los acuerdos definidos a lo largo de las décadas.

“Un multilateralismo basado en la confianza, que se sustente en el derecho internacional y esté orientado hacia los objetivos generales de la paz y la seguridad, los derechos humanos y el desarrollo sostenible”, dijo el máximo responsable de la ONU.

Pidió un “multilateralismo inclusivo” que se aproveche de las contribuciones de la sociedad civil, las empresas, las fundaciones, la comunidad investigadora, las autoridades locales, las ciudades y los gobiernos regionales.

El arranque de las reuniones del ECOSOC coincide con la clausura del Foro Político de Alto Nivel sobre el Desarrollo Sostenible que entre el 7 y el 16 de julio discutió la evolución del cumplimiento de la Agenda 2030 y lo que la ONU ha definido como “el impacto catastrófico” de la COVID-19 en el ámbito del desarrollo.