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Cuando se firmó el TMEC hace dos años (que se cumplen el viernes) México era la economía 14 del mundo. Ahora somos la economía 16 y según el FMI al final del año próximo estaremos en el lugar 17.

En el mismo lapso de tiempo Estados Unidos sigue siendo la economía número uno del mundo y Canadá la número nueve. Los tres países hemos pasado por la pandemia; la escasez de suministros y la actual guerra en Ucrania pero somos el único de los tres que ha caído en tamaño de economía. Nuestro crecimiento ha sido mediocre a pesar de que pertenecemos a un tratado valiosísimo.

Este club de tres países representa una tercera parte del PIB del mundo; 12 por ciento del comercio global. Es un mercado de 1.2 billones de dólares al año; 2 millones de dólares por minuto.

La certeza que ofrece el TMEC permite que sigamos teniendo Inversión Extranjera Directa. Sin embargo hemos dejado de ser un imán de esta IED. Hemos salido del ranking de entre los 25 países más atractivos para invertir, de acuerdo a la consultora Kearny, con todo y que somos el único país en vías de desarrollo que compartimos más de 3 mil kilómetros de frontera con una economía desarrollada.

En lugar de aprovechar el “near” y “friedshoring” en medio de la reconfiguración global por la guerra en Ucrania y la comercial entre EUA y China, el gobierno mexicano ha optado por alejarse de nuestros socios y abrazar a los dictadores y autócratas del mundo.

A la pregunta de qué balance le dan a estos dos primeros años del TMEC, varios de los principales negociadores me respondieron que es positivo que cumpla este tiempo pero preocupa que México los ha desperdiciado.

El TMEC es un tratado todo terreno, en el sentido de todo lo que ha logrado sortear y a la vez sigue funcionando, me dijo la periodista experta en temas económicos, Barbara Anderson. El mayor riesgo que tenemos ahora es olvidar lo cerca que estuvimos de que las cosas salieran mal cuando Trump amenazó con cancelar al antecesor del TMEC, el TLCAN, y dejarnos sin nada, me comentó Juan Carlos Baker, Subsecretario de Economía el sexenio pasado. Es necesario que lo recordemos y pongamos la atención necesaria para cuidar el TMEC, sobre todo cuando es clarísimo que la amenaza del regreso de Trump o de un trumpista está más que latente.

En este momento el TMEC no es un tema de batalla política en ninguno de los tres países y eso es positivo, de acuerdo con Luis de la Calle, colega de estas páginas que ha participado en las negociaciones de los múltiples acuerdos comerciales que ha firmado México.

Preocupa la serie de incumplimientos de los 3 países: México en materia energética; Estados Unidos en el sector automotriz en donde se brincan las reglas de origen y viola el acuerdo con los subsidios a los vehículos eléctricos; y Canadá viola las reglas en el mercado de lácteos. Esto ocurre con cero o nulas consecuencias para los tres países. Y es que ¿cómo podría México reclamarle a EUA el discurso contrario al TMEC de Buy American cuando violamos de forma flagrante lo acordado; ratificado y firmado hace dos años en materia energética, agrícola y laboral, principalmente.

Ahora somos insulares por el discurso nacionalista del presidente López Obrador y esto complica que, por ejemplo, podamos reclamarle a Biden que el Buy American tiene que convertirse en Buy North American o que esté utilizando el tratado como una herramienta proteccionista con la excusa de que México está violando disposiciones laborales.

Otro de los integrantes del equipo negociador mexicano, Ken Smith Ramos, me comenta que deberíamos estar trabajando con nuestros socios comerciales en el desarrollo de mecanismos para fortalecer y profundizar el Tratado en temas torales como el cambio climático, las cadenas de valor, la entrada temporal de profesionistas, entre otros.

Dos años del TMEC y es una tristeza que algo que ameritaba solo buenas noticias en un momento complejísimo para la economía global, México ha decidido desperdiciarlo y le ha dado la espalda a su principal socio comercial y ha prácticamente ignorado al otro integrante del TMEC, a Canadá.

Todo esto cuando el acuerdo ha sido la pieza más valiosa para mantener a flote la economía mexicana, me dijo el ex Secretario de Economía, Ildefonso Guajardo.

Columna completa El Universal

Consumidores, minoristas y restaurantes, entre otros, desperdiciaron 931 millones de toneladas de alimentos en 2019, o el 17 % del total de la comida consumible en el mundo, según un nuevo informe del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA).

Esta cantidad equivale en peso a 23 millones de camiones de 40 toneladas completamente cargados y suficientes para dar la vuelta a la Tierra siete veces, detalla el estudio publicado hoy, que busca reunir esfuerzos a fin de reducir a la mitad el desperdicio para 2030 de acuerdo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por las Naciones Unidas.

“Si queremos tomarnos en serio la lucha contra el cambio climático, la pérdida de naturaleza y biodiversidad, la contaminación y el desperdicio, las empresas, los gobiernos y los ciudadanos de todo el mundo deben hacer su parte para reducir el malgasto de alimentos”, declaró la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.

El ‘Informe del índice de desperdicio de alimentos 2021’, señala el fuerte impacto ambiental, social y económico de esta práctica en los 54 países analizados, y estima que entre el 8% y el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero están asociadas con alimentos que no se consumen.

Además, la investigación revela que la cantidad de residuos comestibles “per cápita” es muy similar en todos los hogares con independencia de sus ingresos, lo que sugiere que se trata de un “problema global” que afecta por igual a naciones desarrolladas y en desarrollo.

Esto difiere de narrativas anteriores que culpaban del mal uso de alimentos a los consumidores de los países más avanzados y atribuían su desperdicio a deficiencias de producción, almacenamiento y transporte en los países en desarrollo.

A nivel mundial “per cápita” se desperdician 121 kilogramos de alimentos al año, según el estudio, si bien 74 de ellos se origina en los hogares, donde se descarta un 11% del total de alimentos disponibles.

Con 690 millones de personas afectadas por el hambre en 2019, un número que se espera aumente drásticamente por la pandemia de Covid-19, y tres mil millones de personas que no pueden pagarse una dieta saludable, los consumidores “necesitan ayuda para reducir el desperdicio de alimentos en el hogar”, subraya el informe.

El Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX) hizo un llamado a la población a no desperdiciar agua con motivo del Sábado de Gloria, pues indicó, podría haber sanciones equivalentes a horas de trabajo o bien a horas de arresto.

Las autoridades capitalinas precisaron que en el marco de la emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus Covid-19, el líquido que se tira es agua que se podría suministrar en otra partes de la ciudad donde hay escaces.

Reiteraron el llamado redoblar esfuerzos en medidas como el constante lavado de manos, duchas y limpieza de superficies ante la propagación del virus.

“Entre las tradiciones más reconocidas en la CDMX se encuentra el sábado de gloria, actividad en la que se desperdicia volúmenes significativos de agua, toda vez que, entre los ciudadanos a manera de juego se mojan usando cubetas, mangueras, recipientes y globos llenos con agua”, señaló el SACMEX.

Indicó que se tienen cálculos de que quienes desperdician agua, lo hacen en un promedio de 100 litros por persona, equivalente al doble del volumen mínimo que requiere una persona para cubrir sus necesidades básicas al día, que es de 50 litros por habitante al día de acuerdo con la estimación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Ante dicha situación reiteraron que de conformidad con lo establecido en el artículo 29 de la Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México, el desperdiciar el agua se clasifica como infracciones contra el entorno urbano de la Ciudad de México.

Por desperdiciar el agua o impedir su uso a quienes deban tener acceso a ella en tuberías, tanques o tinacos almacenadores, así́ como utilizar indebidamente los hidrantes públicos, obstruirlos o impedir su uso se podrá sancionara con un arresto de 20 a 36 horas o bien con 10 a 18 horas de trabajo en favor de la comunidad.

El Gobierno de la Ciudad de México exhortó a los habitantes de las 16 alcaldías evitar el desperdicio de agua durante las vacaciones de semana santa, principalmente en la festividad religiosa del “sábado de gloria”.

Recordó que la Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México establece en su Artículo 26, Fracción VIII, que “Son infracciones contra el entorno urbano capitalino: desperdiciar el agua o impedir su uso a quienes deban tener acceso a ella en tuberías, tanques o tinacos almacenadores, así como utilizar indebidamente los hidrantes públicos, obstruirlos o impedir su uso”.

Al respecto, indicaron que la ley establece que en caso de no cumplir con lo mencionado se sancionará con una multa equivalente de 21 a 40 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA) de la Ciudad de México vigente, es decir, de mil 774.29 hasta tres mil 379.60 pesos, y un arresto de 25 a 36 horas.

Pidió a los habitantes de la capital reportar cualquier caso de desperdicio o uso indebido del agua.

“El Gobierno de la Ciudad de México reitera que el compromiso de la presente administración es que los habitantes en las 16 alcaldías cuenten con una mayor y mejor distribución de agua las 24 horas del día durante los 365 días del año, por ello es fundamental evitar su desperdicio y generar conciencia entre la población sobre su cuidado diario”, remató.