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Los duques de Sussex, Enrique y Meghan, y la madre de la duquesa, Doria Ragland, sufrieron una persecución automovilística “casi catastrófica” en Nueva York, Estados Unidos, por parte de paparazzi “muy agresivos”, informó el portavoz de la pareja.

Según el portavoz, la “persecución”, después de que los tres asistieran a una ceremonia de entrega de premios, duró “más de dos horas” y dos agentes de la Policía neoyorquina (NYPD) presenciaron los hechos.

“Anoche, el duque y la duquesa de Sussex y la Sra. Ragland se vieron involucrados en una persecución automovilística casi catastrófica a manos de un grupo de paparazzi muy agresivos”, indicó el comunicado difundido en el Reino Unido.

“Esta persecución incesante, que duró más de dos horas, resultó en múltiples colisiones cercanas que implicaron a otros conductores, a peatones y a dos agentes de la policía de Nueva York”, afirmó la fuente.

Si bien ser una figura pública “conlleva cierto nivel de interés”, “nunca debe ser a costa de la seguridad de nadie”, añadió el portavoz.

La fuente señala que la difusión de imágenes obtenidas de esta manera “fomenta una práctica altamente invasiva, que es peligrosa para todos los implicados”.

Según la BBC, el incidente se produjo en la noche del martes después de que los duques y la madre de Meghan asistieran a los premios de Ms. Foundation Women of Vision, en su primera aparición pública desde que el hijo menor de Carlos y Diana acudiera a la coronación de su padre en Londres el pasado 6 de mayo.

En la ceremonia, Markle fue reconocida por su labor en favor de los derechos y libertades de mujeres y niñas.

No constan daños personales ni detenidos por este incidente, aunque el entorno del príncipe sí ha recogido una serie de infracciones en las que constan conducir mientras se habla por teléfono o se hacen
fotos, subirse a la acera, saltarse un semáforo en rojo, circular en dirección contraria o bloquear el paso de un vehículo, añadió la BBC.

El seguimiento de la prensa es un tema especialmente delicado para el hijo pequeño del rey británico, que ha llegado a equiparar la presión sobre su mujer a la sufrida por su madre, Diana de Galas, fallecida en París mientras era seguida por fotógrafos.

La pareja, que tiene dos hijos en común, reside en Estados Unidos desde que decidió renunciar a sus principales funciones dentro de la Casa Real británica. Tras esta decisión, ambos han criticado públicamente tanto a la institución como a sus propios parientes, en televisión y también con un libro de memorias.

Enrique y Meghan, que se casaron en el Reino Unido el 19 de mayo de 2018.

El príncipe Enrique señaló a los periodistas que han examinado su vida desde el día que nació al expresar su arrepentimiento por la forma en la que tuvo que renunciar a sus deberes reales.

En un discurso personal en el que mencionó a su fallecida madre, la princesa Diana, quien murió en un accidente automovilístico en 1997 cuando era perseguida por paparazzi’s, Enrique dijo que no tenía “otra opción” sino apartarse para que él y su esposa Meghan pudieran tener una vida más pacífica.

“Cuando perdí a mi madre hace 23 años ustedes me cuidaron”, dijo Enrique en una cena en Londres para Sentebale, su organización benéfica en África que apoya a jóvenes con VIH. “Me vigilaron por mucho tiempo, pero los medios son una fuerza poderosa. Y mi esperanza es que un día nuestro apoyo colectivo mutuo pueda ser más poderoso, porque esto es mucho más grande que nosotros”.

Los comentarios fueron las primeras declaraciones públicas de Enrique desde el sábado por la noche cuando su abuela, la reina Isabel II, anunció los términos en los que el príncipe y su esposa se separarán de la mayoría de sus deberes reales, renunciarán a los fondos públicos y buscarán ser independientes económicamente.

Se espera que la pareja pase la mayoría del tiempo en Canadá, aunque mantendrán una casa en Inglaterra cerca del castillo de Windsor.

El mensaje de la reina señalaba que el acuerdo, alcanzado tras las charlas entre los miembros más importantes de la familia real y su personal, fue “una manera de avanzar constructiva y alentadora”.

Pero Enrique dejó en claro en su discurso que no se cumplió el deseo de la pareja de poder continuar con algunas actividades reales y ser al mismo tiempo independientes. “Nuestra esperanza era seguir sirviendo a la reina, la Mancomunidad (de Naciones) y mi asociación con el Ejército, pero sin fondos públicos. Desafortunadamente eso no era posible”, dijo.

Bajo los términos del acuerdo, Enrque y Meghan dejarán de usar el título de “su alteza” en los próximos meses, aunque los conservarán formalmente, tampoco recibirán fondos públicos por su trabajo. No representarán a la reina y Enrique debe renunciar a sus cargos militares honorarios, incluyendo su papel como capitán general de los marines reales.

Las condiciones representan una ruptura más grande de la monarquía que lo que Enrique y Meghan habían imaginado cuando anunciaron en Instagram que planeaban “distanciarse” de sus deberes reales.

Enrique dijo “me da mucha tristeza que el resultado haya sido este”. “La decisión que tomé para mi esposa y para mí de distanciarme no la tomé a la ligera. Fueron muchos meses de charlas después de muchos años de retos. Y sé que no siempre lo he hecho bien, pero en este caso, realmente no había otra opción”.