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Bajo el título en español “No pasarán”, un colectivo de unos veinte conocidos cantantes de rap franceses grabaron una polémica canción de protesta contra la extrema derecha, que encabeza las preferencias electorales rumbo a la segunda vuelta de las elecciones legislativas.

El partido Agrupación Nacional (RN) de Marine le Pen y Jordan Bardella podría obtener la mayoría absoluta, si se mantiene las tendencias de lo registrado el domingo pasado en la primera vuelta.

Figuras del rap en francés como Fianso o Akhenaton denuncian esa situación política con alusiones directas y controvertidas. “Jordan t’es mort!” (“¡Jordan estás muerto”!) gritan los cantantes en uno de los estribillos de la canción, que dura casi 10 minutos. “On vote contre les porcs (Votamos contra los cerdos)” añade otro rapero en la canción.

La obra fue lanzada en redes sociales ayer por la noche. Su videoclip mezcla imágenes de protestas callejeras, violencia policial, peleas, robos o fragmentos de eventos políticos.

Con versos en rima, los autores no solamente critican a la extrema derecha, sino que aluden a los masones, a los que acusan de dirigir el mundo, o a los “illuminati”, una supuesta secta secreta a menudo mencionada por grupos conspiracionistas.

“Espero que la fiscalía tome medidas contra esta abyección”, reaccionó Marine Le Pen en un mensaje en la red X.

El lema “No pasarán” es el título de una canción antifascista lanzada durante el asedio de las tropas rebeldes del general Francisco Franco contra Madrid durante la Guerra Civil española.

Todo esto sucede cuando al menos 200 candidatos a diputado que se clasificaron a la segunda vuelta de las elecciones legislativas retiraron su candidatura, en su mayoría para intentar impedir una mayoría absoluta de la extrema derecha.

Ante este escenario, la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP) y la alianza de centroderecha del presidente Emmanuel Macron reactivaron el llamado “frente republicano”, consistente a aislar a la extrema derecha e impedir su victoria en cada circunscripción.

Los rivales de RN retiraron, salvo excepciones, a sus candidatos que se clasificaron en tercera posición en cada circunscripción para aumentar las opciones del otro candidato “republicano” en un duelo en segunda vuelta contra uno ultraderechista.

El candidato ultraderechista a primer ministro, Jordan Bardella, denunció “alianzas de deshonor” y pidió a los electores una mayoría absoluta “frente a la amenaza existencial para la nación francesa” que representa a su juicio la coalición de izquierdas.

La alianza de centroderecha del presidente Emmanuel Macron y la coalición de izquierdas inician este lunes una semana de campaña decisiva en Francia para evitar la llegada de un nuevo gobierno de extrema derecha en la Unión Europea.

El partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen y sus aliados obtuvieron más del 33% de votos en la primera vuelta de las elecciones legislativas celebradas este domingo.

Agrupación Nacional puede obtener la mayoría simple, e incluso absoluta, de los 577 diputados de la Asamblea Nacional (cámara baja) tras el balotaje (segunda vuelta) previsto para este 7 de julio, allanando el camino a un gobierno ultraderechista.

“La extrema derecha está a las puertas del poder”, “ningún voto debe ir a RN”, advirtió el domingo por la noche el primer ministro, Gabriel Attal.

Francia escoge a sus diputados en circunscripciones uninominales, con un sistema mayoritario a dos vueltas. Al balotaje pueden acceder en cada circunscripción dos, tres o más candidatos.

Con un RN en posición de fuerza, la presión se recrudeció sobre sus rivales para que se retiren en caso de balotajes con tres candidatos y aumentar así las opciones del mejor posicionado contra un rival ultraderechista.

“Tras la conmoción, hacer frente unidos”, llamaba este lunes en portada el diario de izquierda Libération, junto a una imagen en blanco y negro del candidato de extrema derecha a primer ministro, Jordan Bardella, de 28 años.

Los partidos franceses han aplicado tradicionalmente la política del “cordón sanitario” para aislar al partido heredero del Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen, conocido por sus comentarios racistas y antisemitas.

Macron, cuyo bloque de centroderecha terminó tercero con solo 20% de votos, llamó a una alianza “amplia” contra la extrema derecha durante la segunda vuelta, pero sin aclarar si apoyarán a candidatos de izquierda radical.

Con este panorama, la llegada al poder de la extrema derecha, por primera vez desde la Liberación de Francia de la ocupación de la Alemania nazi en 1945, sumaría un nuevo país en la UE gobernado por esta tendencia, como Italia.

Toda Europa tiene los ojos puestos en Francia. El jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, afirmó que mantiene la “esperanza en la movilización de la izquierda francesa”. En Reino Unido, que el jueves celebra elecciones legislativas, el jefe del partido laborista Kei Starmer, estimó que la “lección” que saca de los comicios franceses es que se debe “responder a las preocupaciones cotidianas” de los electores.

Rusia dijo que sigue “muy de cerca las elecciones en Francia”. La victoria de la ultraderecha podría debilitar la política de Macron de apoyo a Ucrania, frente a Rusia. Aunque el partido de Le Pen, cuyos detractores la consideran cercana a la Rusia de Vladimir Putin, asegura que apoya a Kiev y que quiere evitar una escalada con Moscú.

Recordemos que Macron, cuyo mandato termina en 2027, adelantó la jornada electoral a raíz de la victoria de RN en los comicios europeos en Francia y ahora se arriesga a compartir el poder con un gobierno de otro color político, a menos de un mes de los Juegos Olímpicos de París.

“Necesitamos una mayoría absoluta” para poder gobernar, dijo Le Pen el domingo en su feudo de Hénin-Beaumont, en el norte. Si no logran la mayoría absoluta, Francia podría vivir un período de bloqueo institucional con tres bloques en el Parlamento: izquierda, centroderecha y extrema derecha, y sin posibilidad de convocar nuevos comicios hasta dentro de un año.

Por ello, RN mantiene una aproximación a Los Republicanos (LR), el partido de la derecha clásica francesa, para tratar de ampliar su base y poder disponer de una mayoría con la que formar Gobierno tras las legislativas.

El ultraderechista Agrupación Nacional (RN) mantiene sin cambios su ventaja sobre el Frente Popular de izquierda y el bloque macronista de cara a las primera vuelta de las elecciones legislativas francesas del próximo domingo, según el último sondeo divulgado esta semana.

El RN tiene un 36% de la intención de voto, la misma cifra que en la última muestra de Ifop, mientras que el Frente Popular continúa en el 28.5% y el bloque macronista sigue en el 21%. El partido conservador Los Republicanos baja ligeramente medio punto porcentual para situarse en el 6%.

El sondeo, realizado para Le Figaro, el canal LCI y Sud Radio, realiza una proyección de 220 a 260 escaños para RN y sus aliados, frente a los 289 necesarios para lograr la mayoría absoluta en la Asamblea General.

El Frente Popular tendría de 180 a 210 diputados y el bloque macronista entre 75 y 110, lo que de confirmarse supondría una dura caída desde los 250 que logró hace dos años.

El conservador LR lograría de 23 a 50 diputados, mientras que la Cámara tendría de 5 a 9 independientes de izquierda.

Actualmente, los macronistas tienen una mayoría relativa de 250 diputados, la ultraderecha tiene 88, la izquierda 149, y el LR 61. También hay 22 regionalistas de distintos territorios y 7 no inscritos.

Un 66% de los consultados señalan su intención de ir a votar en la primera vuela. Como comparación, en la primera vuelta de 2022 la participación fue únicamente del 47.51%.

Además, un 82% de los que dicen que irán a votar están seguros de su elección, mientras que un 18% todavía podrían cambiar de opinión.

Las elecciones al Parlamento Europeo confirmaron este domingo el auge de la extrema derecha, que aunque no modificó los equilibrios de poder en Bruselas, motivó la convocatoria de legislativas anticipadas en Francia y logró enormes avances en Alemania y Austria.

Las proyecciones indican que el partido de extrema derecha Agrupación Nacional arrasó en las elecciones en Francia y obtuvo del doble de votos que la alianza liberal lanzada por el presidente Emmanuel Macron.

Ante el catastrófico resultado, Macron pronunció un discurso al país y anunció la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas, “cuya primera vuelta tendrá lugar el 30 de junio y el balotaje el 7 de julio”.

Nunca hasta ahora unas elecciones europeas habían tenido un impacto tan devastador en la política doméstica de un país del bloque.

La elección de los 720 diputados del Parlamento Europeo abre un nuevo ciclo en la UE, y los nuevos legisladores designarán al nuevo presidente de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo del bloque.

En Alemania, la mayor economía de la UE, el partido socialdemócrata del jefe de gobierno, Olaf Scholz, obtuvo el peor resultado de su historia y quedó relegado al tercer lugar, por detrás de la derecha y la extrema derecha.

Según proyecciones del Parlamento Europeo, la alianza conservadora CDU-CSU recibiría alrededor del 30% de los votos. El partido de extrema derecha AfD llega en segundo lugar con alrededor del 16%, y el partido SPD de Scholz, en tercero con un 14%.

Alemania es el país con más elevado número de eurolegisladores, con 96, seguido por Francia (81), Italia (76) y España (61).

En Austria, las encuestas de salida situaron al partido de extrema derecha FPO al frente, con aproximadamente el 27% de los votos.

En tanto, en Italia los sondeos indican que el partido posfascista Hermanos de Italia, de la primera ministra Giorgia Meloni, quedó a la cabeza con entre el 25% y el 31% de los votos.

Pese al avance de la extrema derecha, los resultados provisorios divulgados por el Parlamento Europeo sugieren que la suma de la derecha más moderada, los socialdemócratas y los liberales centristas seguirá siendo mayoritaria, en un gran bloque de 389 plazas en el que se forjan los compromisos fundamentales en materia legislativa.

Sin embargo, aunque en estas elecciones el número de eurodiputados pasó de 705 a 720, los socialdemócratas perdieron cuatro escaños, los centristas liberales tienen 19 escaños menos y los Verdes dejaron escapar 18 espacios.

La familia política de la ultraderecha está dividida en dos bloques. De un lado, está el bloque de Conservadores y Reformistas (ECR) y del otro, el de Identidad y Democracia (ID), separados por su postura sobre la propia UE.

Luego de esta elección, los dos grupos, individualmente, tienen más legisladores que los Verdes: el ECR quedaría con 72, ID con 58 y los Verdes con 53, según las proyecciones del Parlamento Europeo.

En España, los conservadores del Partido Popular (PP) ganaron las elecciones y consiguieron 22 escaños, contra 20 para el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) del presidente del gobierno Pedro Sánchez, según el 99% de los votos escrutados.

En Portugal, la oposición socialista se impuso por estrecho margen a la coalición gobernante de derecha moderada, al tiempo que la extrema derecha de Chega se quedó en 9.8%, en un lejano tercer lugar.

En Hungría, el partido Fidesz, del ultranacionalista primer ministro Viktor Orban se perfila para obtener su peor resultado en 14 años, pero aún así tuvo más del 43% de los votos.

En Polonia, la coalición liberal lanzada por el primer ministro, Donald Tusk, se quedó con alrededor del 38% de los votos, relegando al segundo lugar al ultraconservador partido PiS, con un 33%.

Tras las primeras proyecciones de resultados, la presidenta de la Comisión Europea y aspirante a un segundo mandato, la alemana Ursula von der Leyen, prometió en Bruselas construir una barrera de contención contra “los extremos”.

“Vamos a construir un baluarte contra los extremos de la izquierda y de la derecha. Vamos a contenerlos. Eso es seguro”, dijo Von der Leyen. “¡Hemos ganado las elecciones!”, afirmó a nombre de su bloque, el Partido Popular Europeo. “El PPE es el grupo político más fuerte del Parlamento Europeo (…) No se puede formar una mayoría sin el PPE”, subrayó.

Así, la actual presidenta de la Comisión Europea y aspirante a un segundo mandato de cinco años, salió fortalecida de las recientes elecciones europeas, aunque aún está lejos de poder cantar victoria.

Este escenario parece allanar el camino de Von der Leyen a otros cinco años al frente de la Comisión, pero su candidatura aún tendrá que superar varios obstáculos, en especial en materia de apoyo político de los dirigentes europeos.

La funcionaria alemana viajó este lunes a Berlín, donde mantendrá conversaciones en la sede central del partido conservador CDU.

El futuro de la Comisión comenzará a ser discutido ya desde el jueves al margen de la cumbre del G7, aunque varios de los interlocutores de ese diálogo viven realidades electorales claramente diferentes. El 17 de junio, Von der Leyen tiene en agenda una cena informal con los jefes de gobierno de la UE, para definir su candidatura.

Von der Leyen podría conseguir en el hemiciclo alrededor de 400 votos, cómodamente más allá de los 361 necesarios. Sin embargo, el proceso es más complejo, ya que antes de ello quien aspira a presidir la Comisión Europea tiene que recibir la luz verde del Consejo Europeo.

El triunfo de Giorgia Meloni, quien ya es considerada la nueva reina de la ultraderecha europea, abre una etapa sin precedentes en la historia política de Italia en las últimas décadas, pues permitirá que el país tenga un gobierno de extrema derecha desde la caída de Benito Mussolini en la Segunda Guerra Mundial.

La abrumadora victoria de Meloni, la primera mujer que se convertirá en primera ministra en Italia, junto a la coalición que forma con el soberanista Matteo Salvini y el consevador Silvio Berlusconi dará lugar a un gobierno de derechas “como nunca antes” ha tenido el país, en palabras del líder progresista Enrico Letta.

Letta se ha convertido ya en la primera víctima de Meloni y su movimiento, pues ha anunciado que abandonará la dirección del Partido Demócrata (PD) en el próximo congreso de la formación.

El partido logró un 18.9%, un resultado por debajo del 20% que se habían marcado y similar al 18.7% obtenido en las elecciones de 2018, el más bajo de su historia. En cierto sentido, esta vez la derrota ha sido incluso peor, pues debido a la ley electoral obtendrá cerca unos 120 diputados y senadores, cifra no vista en los últimos años.

“Hoy es un día triste para Italia y Europa, nos esperan días duros”, dijo Letta al comparecer ante la prensa para reconocer su derrota y anunciar que, “ante el desafío histórico” del momento, era necesario “un nuevo partido” en manos de la próxima generación y ya han comenzado a sonar algunos nombres.

La alianza formada por Hermanos de Italia (FdI), Liga y Forza Italia (FI), que obtuvo el 44.1% de los votos, tendrá mayoría absoluta la Cámara de Diputados y el Senado, quedándose no muy lejos de la mayoría de tres cuartos que le habría permitido cambiar la Constitución sin consenso político ni la ratificación de los ciudadanos.

El liderazgo de Meloni es indiscutible: FdI, su partido, ha sido el más votado del país, con el 26% de los sufragios; muy por delante de sus compañeros Salvini (8.8%) y Berlusconi (8.2%), dos grandes figuras de la política italiana.

El líder de la Liga y Berlusconi, que fueron esenciales para la caída de Draghi, tendrán que convivir juntos una larga legislatura y muchos analistas se preguntan si eso será posible, dados los egos y las distancias que les separan, aunque Salvini aseguró: “Nos mantendremos durante 5 años, sin cambios, y centrándose en lo que hay que hacer”.

El que podría ser el próximo ministro del Interior, como él mismo ha manifestado, admitió que los resultados de la Liga habían sido “insatisfactorios”, pero descartó su dimisión.

Las reacciones en el mundo ha sido varias. Estados Unidos colaborará con el nuevo Gobierno de Italia en toda una serie de retos globales compartidos, declaró hoy la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.

El opositor de Venezuela Juan Guaidó felicitó a Meloni, por su victoria electoral en los comicios generales celebrados ayer.

El principal estratega del presidente Trump, Steve Bannon, abandonó la Casa Blanca el 18 de agosto después de un polémico periodo de siete meses con el Presidente en el poder. En su primera entrevista televisiva, Bannon habló con el programa 60 minutes con Charlie Rose de la cadena CBS en donde habló de su paso por la administración federal, incluyendo lo que asegura, podría ser el mayor error de la historia política moderna.

 

Te presentamos algunos fragmentos de la entrevista.

 

Rose le dice a Bannon que lo oyó describir el despido como el “mayor error en la historia política”. “Eso probablemente sería demasiado presuncioso, incluso para mí”, responde Bannon, “pero sí, tal vez de la historia política moderna”.

 

La forma en que Bannon lo ve, le dice a Rose, el FBI es una institución, y cambiar el jefe de esa institución no cambiaría su enfoque sobre la investigación rusa. Por otra parte, Bannon reconoce que, si Comey todavía estuviera al mando del FBI, el fiscal especial Robert Mueller nunca habría sido puesto a cargo de la investigación.

 

“No creo que haya ninguna duda de que si James Comey no hubiera sido despedido, no tendríamos un fiscal especial”, dice Bannon.

 

Durante el tiempo de Bannon en la administración de Trump, él y el presidente abrazaron la filosofía nacionalista que ambos compartieron. Hillary Clinton pasó por alto el populismo pese a su propio riesgo, dice Bannon. “Hillary Clinton no es muy brillante”, le dice a Rose. “Todo el mundo dice que es tan inteligente, mucho más inteligente que Donald Trump”.

 

“Ella realmente no tiene un alcance, no tiene una idea de lo que es importante y de lo que no.”

 

Así, cuando Clinton atacó al portal Breitbart News, el lugar de trabajo de Bannon antes y después de su paso por la Casa Blanca, por su apoyo a los supremacistas blancos, ella estaba perdiendo rumbo, dice Bannon. “Primero, no sólo es moralmente incorrecto, también es totalmente irrelevante”, dice.

 

Lo que Bannon considera relevante es el “nacionalismo económico”, en el cual los ciudadanos estadounidenses tienen prioridad sobre todos los demás. “La única pregunta que tenemos ante nosotros es que va a ser un populismo de izquierdas o un populismo de derecha”, dice Bannon. “Y esa es la pregunta que se responderá en 2020”.

 

Debido a que Bannon piensa que un grupo de demócratas está de acuerdo con su noción de populismo, cree que el Partido necesita un reordenamiento propio. “Aquí está el problema del Partido Demócrata …” le dice a Rose. “No hay Breitbart, el problema en el Partido Demócrata, no han tenido una guerra civil”. Hasta que no lleguen a un acuerdo con su propia discordia, dice, “nunca serán competitivos”. “Ellos tienen el mismo problema con su base que tenemos con la nuestro.”

 

¿Por qué la aprobación del presidente Trump es tan baja? -preguntó Rose a Bannon. “Creo que es 36% o 38% porque no hemos construido el muro”, dice Bannon, explicando que una vez que el Presidente Trump promulgue su agenda legislativa, estará cerca del 47% de aprobación.

 

Bannon afirma que la solución para prevenir una guerra nuclear es a través de China. “Mi sugerencia y mi recomendación es que para resolver el problema con Corea, es necesario resolver el problema con China”, dice. “China es un punto primordial”. Bannon dice que para resolver el problema de China, los Estados Unidos deben utilizar el “enorme apalancamiento” que tiene, incluyendo sanciones, mercados de capitales y bancos e instituciones financieras chinas.

 

 

 

 

 

Para ver la entrevista completa visita CBS

Con información y foto de: CBS