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La decisión de la agencia de calificación crediticia Fitch de rebajar la nota de deuda de Estados Unidos, de la perfecta AAA a AA+, es “injustificada”, dijo este miércoles la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.

Según Yellen, la evaluación de la agencia, que ya había desatado comentarios de su parte cuando se dio a conocerla decisión, no corresponde con el vigor actual de la mayor economía mundial.

“La decisión de Fitch es sorprendente considerando el vigor de la economía que constatamos en Estados Unidos. Estoy profundamente en desacuerdo con la decisión de Fitch, y pienso que es totalmente injustificada”, declaró la funcionaria durante una visita a un centro de impuestos en McLean, Virginia.

Y es que recordemos que ayer Fitch degradó un escalón la nota de deuda de Estados Unidos.

Fitch atribuyó el recorte a una “erosión de la gobernanza”, luego de los retrasos de las negociaciones en el Congreso sobre el límite de endeudamiento y los acuerdos de último minuto para evitar un default.

Para evaluar la solvencia de Estados, comunidades o empresas, las tres principales calificadoras del mundo: S&P Global, Fitch y Moody’s, usan escalas de letras o notas, que van de AAA, considerada por encima de cualquier riesgo, a C o D, que señalan posibles incumplimientos de reembolsos.

Las mediciones se realizan analizando parámetros de crecimiento económico, endeudamiento, déficit, gastos, ingresos fiscales, y el diagnóstico sirve de guía a los inversionistas.

Eso significa también que cuanto más baja sea la nota atribuida, mayores serán los intereses que los inversores pedirán para prestar dinero a un Estado o a una empresa, porque su deuda será considerada de mayor riesgo.

Solo un puñado de países conserva la máxima nota de las tres grandes calificadoras: Australia, Dinamarca, Alemania, Países Bajos, Suecia, Noruega, Singapur, Suiza y Luxemburgo. Otros sólo tienen la mejor calificación en una o dos de las tres grandes agencias de riesgo crediticio.

En 2011, S&P Global despojó a Estados Unidos de su nota AAA después de una extensa pugna en el Congreso sobre el límite de endeudamiento, pero Moody’s, que tiene registros desde 1949, le sigue otorgando la nota máxima.

La pérdida de la triple A envía una señal a los mercados, que por el momento es sobre todo simbólica, dado que Estados Unidos sigue teniendo una buena nota y sus bonos siguen siendo considerados como los más seguros y líquidos del mundo.

La tasa de rendimiento del bono del Tesoro a 10 años, una referencia para el mercado, rompió por tercera vez en el año la barrera del 4% antes del anuncio de Fitch, pero volvió a pasar por debajo de ese nivel inmediatamente después.

Las tasas de esos bonos son el rendimiento que ofrecen o el interés que paga el Tesoro por endeudarse. La presión al alza de los últimos meses se debe ante todo al aumento de las tasas de referencia de la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos.

La agencia Fitch rebajó este viernes la calificación crediticia de Pemex de “BB-” hasta “B+” con perspectiva negativa, lo que representa más dificultades financieras para la petrolera más endeudada del mundo, pues la nueva calificación es considerada en un grado altamente especulativo de inversión.

La calificadora justificó su decisión por el “persistente desempeño operativo débil” que ha resultado en la caída de los puntajes relevantes de los criterios de medioambiente, sociedad y gobernanza (ESG) de la empresa del Estado.

La caída del grado crediticio de Pemex “limitará sus fuentes de financiamiento de bancos, inversionistas y proveedores”, advirtió la agencia.

La nueva calificación crediticia coloca a Pemex a dos peldaños de los llamados bonos “basura”.

“La rebaja de estos puntajes relevantes refleja el impacto social y ambiental asociado con los múltiples accidentes de Pemex en sus instalaciones desde febrero de 2023, lo que ha resultado en muertos y heridos dentro de sus empleados, y en daños a su infraestructura crucial”, apuntó Fitch en su comunicado.

La reducción de la calificación ocurre una semana después de un accidente que dejó dos muertos en una plataforma de Pemex en Campeche, en el sureste del país.

La última vez que una de las grandes calificadoras internacionales disminuyó el grado crediticio de Pemex fue en julio de 2022, cuando Moody’s la rebajó de “Ba3” a “B1” con perspectiva estable días después de bajar la calificación del crédito soberano de México a “Baa2”.

Las calificadoras han coincidido en las dificultades de Pemex para solventar su deuda, que alcanzó los 107,728 millones de dólares en 2022, según su reporte financiero.

Fitch aclaró que la perspectiva negativa obedece a las “preocupaciones” sobre la habilidad del Gobierno de México y su voluntad para mejorar la liquidez de la compañía y su estructura de capital dentro de los próximos dos años sin concesiones de sus acreedores.

Pemex, agregó la agencia, enfrenta vencimientos de bonos por un total de 4,600 millones de dólares en 2023 y por 10.900 millones de dólares en 2024. “El refinanciamiento de este deuda expondrá a la compañía a mayores gastos por intereses que presionarían más su flujo de efectivo”, indicó.

Los retos financieros de Pemex ocurren pese a la promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de “rescatar” a la empresa del Estado, a la que ha ofrecido recursos de la Secretaría de Hacienda.

Recordemos que la empresa reportó una ganancia neta de 1,187 millones de dólares en todo 2022, un resultado positivo que rompió con 9 años consecutivos de pérdidas.

La agencia Fitch ratificó este viernes la calificación de la deuda de largo plazo en moneda extranjera de México en ‘BBB-‘ con una perspectiva estable.

La firma señaló que espera que la economía de México enfrente desafíos debido a la continua desaceleración en Estados Unidos, que afecta tanto la demanda de exportación de manufacturas como las remesas.

Sin embargo, la calificación que fue ratificada se encuentra por encima del grado de inversión, y refleja que la agencia no espera movimientos en la calificación durante los próximos 12 a 18 meses.

Fitch destacó la estabilidad macroeconómica de México y la trayectoria estable de la deuda con respecto al PIB, incluso menor a la mediana de países con una mejor calificación (BBB).

Asimismo, mencionó que no anticipa cambios en la postura fiscal del país de cara a las elecciones presidenciales del próximo año.

La agencia mencionó que los ingresos tributarios han mostrado resiliencia y se han beneficiado de menores estímulos fiscales a la gasolina, en línea con los menores precios del petróleo a nivel internacional.

Fitch resaltó que el crecimiento económico ha sido mejor al esperado debido al buen desempeño del mercado laboral, la fortaleza de la demanda externa, aunque no se descarta una posible desaceleración hacia adelante, y la llegada de mayores flujos de inversión por el nearshoring.

La Secretaría de Hacienda reaccionó a lo comunicado por la agencia, y dijo que la ratificación de la deuda soberana permitirá continuar con un acceso favorable a los mercados nacionales e internacionales.

“La Secretaría de Hacienda y Crédito Público mantiene su compromiso por mantener la estabilidad en las finanzas públicas y la deuda”, indicó a través de un comunicado.

Pese a la alta inflación que se registra, lo que ha puesto en jaque a las economías del mundo, la agencia Fitch Ratings ratificó elsteviernes en “BBB-” la calificación crediticia de México, con perspectiva estable.

La firma indicó que la ratificación se debe a que observa un marco de política macroeconómica prudente, así como finanzas externas estables y robustas, y un rango de deuda/PIB que se prevé permanezca estable.

“La perspectiva estable está respaldada por finanzas públicas estables y la prioridad que los tomadores de decisiones otorgan a estas y a una estabilidad macroeconómica, a pesar de los desafíos de las perspectivas de crecimiento económico moderado”, dijo Fitch en un comunicado.

Sin embargo, también hay riesgos. La calificadora agregó que la nota crediticia está restringida por indicadores de gobernanza débiles, un desempeño de crecimiento a largo plazo moderado, una intervención política continua que afecta las perspectivas de inversión y los posibles pasivos contingentes de Pemex.

La calificadora mencionó que espera que el gobierno federal mantenga su compromiso de apoyar financieramente a Pemex, la petrolera más endeudada del mundo, como parte de su prioridad para fortalecer el papel de las empresas estatales en el sector energético.

Aun así, prevé el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no garantice la deuda de Pemex.

Entre otras cosas, Fitch dijo que la elevada inflación, en máximos de más de dos décadas, puede aumentar su persistencia fuera del rango meta del 3%, afectando las expectativas.

Además, anticipó que el Banco de México continuará con el endurecimiento de su política monetaria y proyectó que la tasa clave alcanzará el 10.75% para fines de 2022.

Al respecto, la Secretaría de Hacienda celebró el anuncio de Fitch Ratings e indicó que la calificadora resaltó el compromiso del gobierno federal con la prudencia fiscal y monetaria.

“Destacó que las finanzas públicas continúan mostrando un buen comportamiento por encima de la mediana de países pares con calificación de BBB, incluyendo déficits fiscales moderados y una trayectoria estable de la deuda con respecto al PIB”, señaló la dependencia que dirige Rogelio Ramírez de la O.

Hacienda destacó que a pesar de los riesgos ante una desaceleración económica global, Fitch apuntó que nuestro país cuenta con una posición externa robusta resultado de un tipo de cambio flexible, un nivel adecuado de reservas internacionales y un bajo déficit en cuenta corriente apoyado por la inversión extranjera directa.

“Esta ratificación de la deuda soberana refrenda el compromiso del gobierno de México con el buen manejo de las finanzas públicas, permitiendo continuar con un acceso favorable a los mercados internacionales y nacionales”, remató la SHCP.

El presupuesto para 2023, que prevé un crecimiento económico del 3% frente al 2.4% proyectado este año, es optimista y eventualmente puede requerir recortes de gastos, adelantó Carlos Morales, director de deuda soberana de Fitch Ratings.

El presupuesto, que el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, entregó ayer a los legisladores, pronostica ingresos fiscales de 4.6 billones de pesos en 2023. También incluye un gasto público ajustado, con el objetivo de llevar la deuda pública al 49.4% del PIB el próximo año.

Ramírez de la O dijo que el presupuesto fue creado bajo los principios de austeridad, eficiencia y racionalidad en el gasto.

Al respecto, Morales dijo que el presupuesto “apunta a un balance primario cercano a cero y una trayectoria de deuda relativamente estable”.

“Sin embargo, las proyecciones optimistas de crecimiento del 3% pueden conducir a ingresos gubernamentales menores a los esperados y requerir recortes de gastos para cumplir con la meta de déficit fiscal”, agregó el analista.

Morales señaló que mayores costos de financiamiento junto con menores ingresos relacionados con el petróleo resultaron en un deterioro del balance fiscal de 2023.

Además, dijo que los gastos están aumentando debido a las mayores gastos sociales en la población vulnerable de México y los proyectos de infraestructura prioritarios del gobierno, como el polémico Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, entre otros.

De acuerdo con la proyección de egresos de la Hacienda mexicana, la Refinería de Dos Bocas, con la cual se plantea alcanzar la soberanía energética de México, recibirá un aumento de 2.345 millones de pesos (unos 111 millones de dólares) para totalizar un presupuesto de 47.234 millones de pesos (2.361 millones de dólares).

Además, aun cuando se concluyeron los trabajos de construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), el Gobierno de México solicitó un aumento de casi el doble por una cantidad de 836.230 millones de pesos (unos 41.811 millones de dólares), desde 419.449 millones de pesos (20.972 millones de dólares) que pidió en este año.

Por su parte, el proyecto de presupuesto 2023 prevé el segundo aumento sustancial para la Secretaría de Turismo de México por poco más del 111 % por 145.565 millones de pesos (8.388 millones de dólares), del cual el 98 % se destinará al Tren Maya, una de las obras prioritarias del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Asimismo, se propone destinar 600.321,9 millones de pesos (unos 12.006 millones de dólares) a 16 programas sociales gubernamentales prioritarios, de los cuales, según cifras oficiales, permean al 70 % de las familias mexicanas.

Ayer durante la entrega del paquete económico, Ramírez de la O aseguró que las finanzas públicas se mantendrán “sanas” al cierre de 2022, “a pesar del alto costo del subsidio a la gasolina para evitar el aumento de los niveles de inflación, que estimó cierre el año en 7.7%.

El paquete económico tendrá que recibir el aval del Senado y de la Cámara de Diputados de México en el caso de cambios a las leyes de Ingresos de la Federación, del Código Fiscal federal, y los criterios de política económica y fiscal.

Sin embargo, es responsabilidad exclusiva de la Cámara Baja aprobar el presupuesto de egresos de 2023 a más tardar el próximo 15 de noviembre.

La agencia calificadora Fitch Ratings revisó a la baja su perspectiva de crecimiento de México para este 2022, advirtiendo las presiones inflacionarias.

En el Global Economic Outlook de junio, la expectativa de crecimiento pasó de de 2.0% a 1.8% para este año, mientras que para 2023 y 2024 espera un crecimiento de 1.9%.

“El PIB no alcanzará sus niveles prepandemia sino hasta el 2023, con lo que México estará rezagado en comparación con sus países pares de la región. El limitado estímulo fiscal que se otorgó en la pandemia, así como la reversión de la política monetaria ha restringido la recuperación económica a la vez de que las autoridades priorizan la estabilidad macroeconómica”, señaló la agencia calificadora.

Para la calificadora, hay riesgos en el país que limitan el crecimiento, tales como la falta de inversión, situación que señaló está relacionada con el “ruido político y la incertidumbre regulatoria”. Recordemos que Fitch se refirió en su momento que el intento e reforma eléctrica afectó la confianza de la inversión en el país.

Además, señaló la coyuntura global actual, donde además de efectos de la pandemia, está en marcha la invasión de Rusia a Ucrania, lo cual ha desencadenado una inflación alta, incluso alcanzando niveles no vistos en décadas en Europa y otros países, entre ellos México.

“La inflación se ha acelerado a niveles no vistos desde 2001 debido al aumento de los precios de las materias primas, la interrupción de la cadena de suministro y los cambios en la demanda relacionados con la pandemia. La inflación general no solo es más alta, sino que se está ampliando, ya que la inflación subyacente también ha aumentado constantemente, incluidos los bienes y servicios no relacionados con alimentos”, añadió la firma.

En este sentido, Fitch Ratings también elevó su estimado de inflación para el cierre del año de 3.7% a 5.3%.

Aún así, reconoció que los precios estables de la gasolina en el país han impedido que la inflación alcance niveles aún más altos, y señaló que se espera un “éxito limitado” de otros programas que el gobierno ha implementado para hacer frente a la situación.

Fitch también anticipó que el Banco de México (Banxico) continuará con su política de “endurecimiento dada la persistencia de la alta inflación y para evitar contaminar aún más las expectativas de inflación”.

La agencia Fitch Ratings ratificó esta martes en “BBB-” la calificación crediticia de México, con perspectiva “estable”, citando un marco de política macroeconómica prudente, así como finanzas externas estables y sólidas.

Sin embargo, Fitch advirtió de “un débil crecimiento” económico de 2% para 2022, con lo que aún no se estaría alcanzando el nivel prepandemia.

“La calificación está constreñida por débil gobernanza, débil crecimiento a largo plazo, la continua intervención política que afecta los prospectos de inversión, y la potencial carga de Pemex”, indicó Fitch en su informe.

Al inicio de la pandemia y la crisis internacional de los precios del petróleo, en marzo y abril de 2020, las tres grandes calificadoras internacionales, Standard & Poor’s, Fitch y Moody’s, bajaron la calificación crediticia de México. Pero desde entonces las han mantenido en el mismo nivel: Moody’s en Baa1, Fitch en BBB- y S&P en BBB, hasta ahora.

“La calificación de México está apoyada por un marco prudente de política macroeconómica, finanzas externas robustas y estables, y un porcentaje de deuda/PIB que se proyecta que permanezca estable”, añadió Fitch.

La calificadora enfatizó el “débil” crecimiento de la economía mexicana, que creció 4.8% en 2021, por debajo de la expectativa del gobierno, que esperaba un repunte del 6% tras el desplome histórico de 8.2% de 2020. Ahora Fitch pronosticó que el crecimiento se “ralentizará” a 2% en 2022 y permanecerá en ese nivel en 2023.

Aunque la agencia destacó el crecimiento anual de 1.6% del PIB en el primer trimestre de 2022, también consideró que la inversión privada todavía está por debajo de su potencial por las “intervenciones políticas”, en particular en el sector eléctrico.

Como riesgos, Fitch enunció las disrupciones en precios y en cadenas de valor por la invasión de Rusia en Ucrania, los confinamientos en China por la COVID-19 y la inflación anual de cerca de 7.7%, la tasa más alta en más de dos décadas.

Las agencias Fitch y Moody’s revisaron a la baja las calificaciones del Banco Nacional Mexicano (Banamex) tras el anuncio del grupo estadounidense, Citigroup, de abandonar la marca CitiBanamex.

Moody’s puso “todas las calificaciones y estimaciones de CitiBanamex en revisión para la baja”, lo que incluye la calificación de depósitos de Baa1, la evaluación del riesgo crediticio base (BCA, en inglés) de baa1 y la calificación de depósitos de largo plazo de Aaa.mx.

“La revisión para la baja surge del anuncio de Citigroup Inc. (A3 estable), publicado el 11 de enero de 2022, de que venderá su negocio de banca de consumo en México, así como sus segmentos de pequeños negocios y empresas medianas en México”, explicó la agencia en un comunicado.

Por separado, Fitch Ratings también comunicó que colocó en “observación negativa de rating” (RWN, en inglés) las calificaciones de Banamex.

“El RWN refleja la incertidumbre sobre las potenciales implicaciones para el crédito de las subsidiarias tras la decisión de su empresa madre (Citi) de salir del mercado de consumo, pequeños negocios y negocios intermedios financieros en México”, expuso Fitch.

La decisión de Citi, que en 2001 compró el banco mexicano, responde a una estrategia del grupo estadounidense que ha ocurrido en otros mercados emergentes, como Argentina, Colombia y Brasil.

Sin embargo, la noticia ha sacudido a la banca mexicana, donde CitiBanamex es el tercer mayor banco del sistema bancario nacional con el 12.9% de los depósitos, el segundo mayor de los créditos al consumo con el 15.8% y el cuarto en créditos comerciales con 9.2% del mercado, según citó Moody’s.

“La estructura de la venta de sus operaciones de banca de consumo en México conlleva incertidumbres, las cuales se contemplan en esta revisión”, indicó la calificadora.

En el periodo de revisión, las calificadoras evaluarán la estructura del resultante CitiBanamex con la desinversión, su capacidad para mantener una calidad de activos resiliente, la capitalización sólida y la rentabilidad, entre otros factores.

“El proceso de salida podría potencialmente afectar su buen perfil de negocios, y reducir su posición de franquicia y su diversificación de ingreso”, advirtió Fitch.

Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador ha pedido “regresar Banamex a México”, este lunes prometió que “no pondrá muchos obstáculos” a la venta del banco.

El día de hoy la agencia calificadora Fitch Ratings ratificó la calificación crediticia para la deuda soberana de México en BBB- con perspectiva estable.

“La calificación de México está respaldada por un marco de política macroeconómica prudente, finanzas externas estables y sólidas, y deuda pública/PIB estable proyectada en niveles por debajo de la mediana de ‘BBB'”, indicó la agencia en un comunicado.

La calificadora señaló que el avance logrado en el programa de vacunación mitiga los riesgos asociados al desarrollo de la pandemia. Recordemos que el gobierno federal asegura que al día de hoy, el 84% de la población adulta en el país ya ha recibido al menos una dosis de las vacunas. Fitch resalta que solo el 58% de la población ha recibido una dosis, mientras que el 47% está completamente vacunada.

La agencia resaltó que las finanzas públicas de México continúan mostrando un mejor desempeño que economías similares, registrando una relación deuda pública/PIB muy por debajo de la mediana de países con la misma calificación. Asimismo, destaca que los ingresos tributarios se han fortalecido, destacando la recaudación del IVA dada la sólida recuperación económica presentada en el país.

Fitch Ratings también destacó que, si bien el paquete económico 2022 no vislumbra aumentos en impuestos, existen medidas para incentivar a los pequeños contribuyentes para incorporarse a la formalidad, lo que incrementará la base tributaria.

Sin embargo, advirtió que la calificación se ve restringida por una gobernanza débil, un crecimiento moderado a largo plazo, una intervención política continua que afecta las perspectivas de inversión y las implicaciones para las finanzas del gobierno federal de su estrategia de aliviar la carga tributaria de Pemex.

En su comunicado, también enfatiza el mayor gasto en salud e inversión como prioridades del gobierno federal durante 2022, lo que refleja su compromiso de seguir atendiendo las necesidades creadas por la pandemia, mientras sienta las bases para lograr un crecimiento económico más inclusivo en los próximos años.

De forma similar, el informe resalta el manejo de la deuda por parte del gobierno federal, lo que ha permitido mejorar el perfil de vencimientos de la deuda con un alto porcentaje de denominación en moneda local, lo que reduce el impacto de riesgos externos. Sobre el mediano plazo, la agencia considera que la postura de política fiscal es consistente con una trayectoria estable de la deuda pública.

“Esta ratificación ayuda a preservar el acceso favorable para el sector público y privado a los mercados financieros internacionales y nacionales”, destacó la Secretaría de Hacienda.

Fitch espera un crecimiento del PIB real del 5.9% en 2021 y del 2.8% en 2022. En cuanto a la inflación, recordó que aumentó hasta 2021 y alcanzó el 6.2% en octubre de 2021. La agencia cree que estos efectos son transitorios, pero los precios más altos están alimentando las expectativas de inflación a corto plazo. 

La agencia calificadora también menciona el tema de las recientes elecciones, donde recordó que Morena perdió  la mayoría de dos tercios, lo que disminuye la capacidad del presidente López Obrador para aprobar cualquier reforma constitucional, incluida la reforma eléctrica.

En ese sentido, en caso de aprobarse, Fitch espera que la reforma dé lugar a una inversión insuficiente en el sector eléctrico y precios no competitivos de la electricidad y que debilite la calidad regulatoria de México. Anota que la reforma probablemente también resultaría en mayores necesidades de inversión por parte de CFE y mayores costos de generación, lo que podría aumentar la presión sobre las finanzas públicas y de CFE.

La reforma eléctrica que propone el gobierno federal desatará arbitrajes internacionales por las afectaciones a la inversión privada que ya está hecha, advirtió este lunes la agencia Fitch.

“Inversionistas extranjeros de países con tratados bilaterales de inversión y acuerdos de libre comercio con México podrían impugnar la ley en cortes de arbitraje internacional en un esfuerzo para proteger sus inversiones y recibir compensación monetaria”, indicó la firma en un reporte.

La calificadora recordó que la iniciativa constitucional busca limitar a 46% la participación privada en la generación de electricidad, que ahora es de cerca del 60%, lo que “añadiría incertidumbre a la futura demanda y precio”.

También desaparecería a los reguladores autónomos de energía como la CRE o la CENACE, cancelaría todos los contratos de autoabastecimiento y priorizaría el despacho de las plantas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sobre las renovables de privados.

“La propuesta podría debilitar aun más el Estado de derecho de México y podría desincentivar futuras inversiones privadas en el sector”, consideró Fitch.

La agencia señaló que la propuesta también pondría bajo control de la CFE “toda la cadena de suministro eléctrico”, incluyendo la generación, transmisión, distribución y suministro, lo que “acabaría con la autonomía del operador independiente del sistema”.

Para satisfacer la demanda eléctrica del país, la CFE tendría que incrementar su ritmo de inversión y desarrollo, apuntó la calificadora.

“Si la iniciativa pasa, Fitch cree que la capacidad del sistema estaría presionada a partir de 2024, y que la participación privada sería necesaria para ejecutar los nuevos proyectos de generación que se necesiten”, argumentó en su reporte.

Recordemos que para aprobar la reforma, la alianza oficialista requiere dos tercios de los votos del Congreso, una mayoría calificada que perdió tras las elecciones intermedias del pasado del 6 de junio. En este contexto, Fitch consideró que la aprobación de la reforma “es improbable”, aunque dijo que “si pasa, las implicaciones al crédito serían significativas”.

El incendio que se registró el pasado fin de semana en una plataforma de Pemex afecta su meta de producción de 1.8 millones de barriles diarios, advirtió este martes la agencia Fitch.

“Los fuegos que reportó Pemex en su campo de producción Ku-Maloob-Zaap (KMZ) podrían ralentizar el crecimiento de la producción de la compañía, ya que este campo es el complejo de producción más grande de la empresa”, indicó la calificadora.

La agencia recordó que el incendio, que dejó cinco muertes y dos desparecidos frente a las costas de Campeche, ha afectado 125 pozos y ha reducido en 421,000 barriles diarios la producción de crudo.

En conferencia de prensa, el director de Petróleos Mexicanos, Octavio Romero Oropeza, ha estimado que se reactivarán de forma paulatina “en los próximos días”, aunque no dio a conocer fechas exactas.

Pemex, señaló Fitch, promediaba poco más de 1.72 millones de barriles diarios en la primera mitad de 2021, por lo que el incidente “hará muy difícil” que la compañía alcance su meta de producción.

Esto “añadirá más presión a su ya negativo flujo” de caja libre (FCF), que Fitch espera que promedie un aproximado negativo de 12,000 millones de dólares dentro de los próximos tres años.

“Aunque la compañía ha exitosamente incrementado la producción en nuevos campos en los últimos dos años, un declive más rápido en la producción del campo maduro de KMZ sería más desafiante para la compensación de pérdidas”, remató Fitch.

El incidente ocurrió el domingo en la Plataforma E-Ku A2 del Centro de Proceso Ku-A, perteneciente al activo de producción Ku-Maloob-Zaap, ubicada en la Sonda de Campeche. Tras aplicar un cierre de válvulas y activar un plan de emergencia, a las 16:30 hora local fue controlado el incendio.

Aunque prometió un peritaje con las causas del incidente, el director de Pemex expuso que ocurrió por “actividades de mantenimiento preventivo y limpieza de líneas de los cabezales de succión y descarga de gas” que hacían las empresas.

“Para llevar a cabo la extracción del petróleo, la refinación, se corren riesgos, se tiene que manejar gas, como en este caso, para inyectar ese gas a los pozos petroleros y sacar el crudo, y toda esa operación es muy riesgosa”, expuso este martes el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

El accidente en Pemex sucede mientras afronta pérdidas por unos 1,155 millones de dólares en la primera mitad de 2021, además de 21,417 millones de dólares en todo 2020, en la que ha sido considerada por la propia compañía como la “peor crisis de su historia”.

Fitch Ratings elevó el lunes su proyección para el crecimiento económico de México este año a un 5% desde el 4.2% previo, citando el impacto positivo de la reapertura de actividades productivas tras la emergencia sanitaria por el coronavirus y la fuerte demanda de Estados Unidos, principal socio comercial.

La agencia, que mantuvo en “BBB-” con perspectiva estable la nota crediticia de nuestro país, también atribuyó las mejores perspectivas a una menor carga del sector petrolero, mayor certidumbre para el comercio que significa la firma del T-MEC y la expectativa de nuevas inversiones en el país, por la reconfiguración de las cadenas globales de valor.

“Fitch destaca como factor positivo, en la calificación y la perspectiva, la prudencia de la política fiscal y el sólido desempeño de las finanzas públicas, que abonan a la estabilidad macroeconómica y a la confianza para la inversión”, dijo la agencia.

La decisión de Fitch, dijo la Secretaría de Hacienda, está en línea con las ratificaciones en 2021 de JCR, Moody’s, HR Ratings, DBRS y KBRA.

La agencia resaltó que las finanzas públicas de México han tenido un mejor desempeño que las de sus pares, registrando un déficit relativamente menor y un aumento más limitado en la relación deuda pública/PIB. Asimismo, los ingresos tributarios superaron las expectativas al aumentar en términos reales en 2020, en contraste con la experiencia de recesiones anteriores.

Fitch menciona que la deuda de Pemex representa un pasivo contingente para las finanzas públicas del país. En este sentido, la Secretaría de Hacienda refrendó la estrategia iniciada en 2019 para el fortalecimiento de Pemex, que es el mayor contribuyente del presupuesto federal, como una inversión de mediano y largo plazo.

“Esta estrategia ha permitido estabilizar la producción petrolera y aumentar las reservas durante 2019 y 2020, luego de años de caídas consecutivas, al tiempo que se han preservado finanzas públicas sanas. Como resultado, en 2020 Pemex contribuyó al erario público con cerca de 600 mil millones de pesos, en el peor año para la industria petrolera desde 1933”, destacó la SHCP.

Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda, indicó que los resultados en materia económica se lograron sin elevar impuestos ni contraer el gasto, manteniendo los ingresos tributarios en 0.8% reales en 2020, pese a la caída económica y contrario a otras crisis.

“La ratificación preserva el #acceso favorable a los #mercados nacionales e internacionales”, remató el funcionario.

La deuda pública crecerá a 54.7% del PIB en 2020, el nivel más alto en décadas, pese a una “estricta postura fiscal” y a una “recaudación mayor a la esperada”, estimó este martes la agencia Fitch.

Ante la ausencia de apoyos fiscales para mitigar los efectos de la crisis de la COVID-19, Fitch pronosticó una contracción de 10.8% del PIB de México para este 2020, superior al 8% que prevé la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

“Esperamos un modesto rebote en parte porque la economía había dejado de crecer antes de la pandemia”, expuso el reporte de Fitch.

Además de 76,600 muertes y casi 734,000 casos, la crisis de COVID-19 ha provocado una contracción histórica anual del 18.7% del PIB en el segundo trimestre del año, que se suma al decrecimiento del 0.3% de 2019.

Previo al informe de Fitch, la Asociación de Bancos de México (ABM) señaló este martes la falta de un programa “amplio” de inversión del gobierno para la recuperación económica.

Al respecto, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha insistido en no adquirir más deuda, por lo que el paquete económico de México para aligerar la crisis equivale a sólo 1.1% del PIB, por debajo del promedio regional de 3.2%, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Fitch destacó el historial de medidas macroecónomicas “prudentes, creíbles y consistentes” de México por priorizar las finanzas públicas.

“Sin embargo, la contracción económica y la depreciación del peso empujarán a que la deuda del sector público en relación al PIB alcance su máximo nivel en décadas”, matizó la agencia.

La calificadora redujo su pronóstico del déficit público a 4.8% del PIB desde un 5.9% previo para reflejar la “resiliente” recaudación tributaria.

Fitch destacó que México tomará el equivalente al 1% del PIB del Fondo de Estabilización de los Ingresos Petroleros (FEIP), lo que incrementará los ingresos no fiscales hasta 2.2% del PIB y limitará la caída de los ingresos del gobierno a 0. % del PIB este año.

Asimismo, la agencia pronosticó que el déficit del gobierno será menor al 4% del PIB en 2021 y que podría ser menos con la transferencia de los excedentes del Banco de México (Banxico) que equivaldrían a 1% del PIB.

No obstante, la calificadora consideró demasiado optimistas las metas petroleras del gobierno, que asegura que producirá casi 1.86 millones de barriles diarios en 2021, con ingresos cercanos al 1% del PIB.

“Los ingresos relacionados con Pemex podrían ser más bajos de lo presupuestado. Si la producción permanece a su nivel actual de 1.65 millones de barriles diarios, el déficit de ingresos sería de 0,2 % del PIB con base solo en el menor volumen”, concluyó.

La agencia calificadora Fitch rebajó este viernes, por segunda ocasión en lo que va de abril, las notas crediticias de largo plazo, en moneda local y extranjera, de Pemex; la calificación pasa de ‘BB’ a ‘BB-‘ con una perspectiva de calificación estable.

El nuevo ajuste se da como resultado del recorte que recientemente se le hiciera a la calificación soberana de México.

“Las calificaciones de Pemex están tres niveles por debajo de las del soberano como resultado del continuo deterioro de su perfil de crédito independiente a ‘ccc-‘ en medio de la recesión en la industria mundial del petróleo y el gas, los supuestos más bajos del precio del petróleo de Fitch y la debilitamiento de la vinculación crediticia entre México y Pemex”, indica el reporte de la calificadora.

Así, Pemex se queda con la nota más baja junto con Petrobras, entre las cinco compañías estatales más importantes de América Latina.

Fitch también recortó las notas de CFE a ‘BBB-’ desde ‘BBB’. Con dicho ajuste, la calificación de la institución que dirige Manuel Bartlett queda a un paso del grado especulativo.

Recordemos que el pasado miércoles, Fitch anunció una rebaja a la nota crediticia de México a ‘BBB-‘ desde ‘BBB’, un escalón por encima del grado especulativo, argumentando que el choque económico del coronavirus llevará al país a una “severa recesión” en 2020.

Pese a los recortes en calificaciones, el peso mexicano cerró la semana con una ligera recuperación. De cacuerdo a datos oficiales del Banco de México (Banxico), el tipo de cambio cerró en un nivel de 23.8670 unidades por dólar, frente a sus 24.0100 pesos del miércoles pasado.

La contracción económica que sufrió México el año pasado por primera vez en una década es un elemento de preocupación para agencias calificadoras como Moody’s y Fitch respecto al futuro de la nota soberana del país latinoamericano.

Durante 2019, el Producto Interno Bruto (PIB) de México se contrajo un 0.1% anual en cifras oficiales preliminares, abatida principalmente por una menor inversión debido a la incertidumbre generada por algunas políticas del primer año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Para Moody’s, tal contracción tiene efectos crediticios negativos para la nota soberana, al tiempo que refleja el sentimiento adverso de los inversionistas, según publicó en un comunicado este martes.

“Si el sentimiento empresarial negativo persiste y la inversión privada sigue teniendo un rendimiento inferior, los ingresos del gobierno podrían quedarse cortos, lo que afectaría el resultado fiscal, ya que el presupuesto de este año se basó en un crecimiento económico anual del 2%”, aseguró.

Con base en el desempeño de la economía del año pasado, el análisis pronosticó que han incrementado los riesgos de un ajuste a la baja para este año. “Aun así, proyectamos un crecimiento real del PIB de cerca de 1% en 2020. Para que esto se materialice, tendría que haber un consumo privado relativamente estable, una inversión del sentimiento
negativo de negocios y un mayor gasto gubernamental”, mencionó.

Con esto, la agencia recortó su pronóstico desde la previsión de 1.3% de octubre del año pasado.

Fitch, por su parte, indicó que una de las preocupaciones en México es el bajo crecimiento económico local respecto a otros países con niveles de ingresos y calificaciones crediticias comparables, según explicó el analista soberano de la firma, Charles Seville, en un evento celebrado en Ciudad de México.

“Es difícil manejar unas finanzas públicas sostenibles si la economía no está creciendo”, dijo Seville, y agregó que, si bien la esperada ratificación del nuevo acuerdo comercial T-MEC puede impulsar la inversión extranjera directa al remover algo de incertidumbre, los inversores domésticos permanecen dudosos.

Considerando la pesada carga fiscal de la empresa, la agencia calificadora Fitch Ratings indicó que el apoyo del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador a Petróleos Mexicanos es “moderado”.

El Gobierno anunció este miércoles un nuevo apoyo a Pemex, que incluye la inyección de 5 mil millones de dólares y una nueva emisión para refinanciar su deuda.

“A pesar de la inyección de capital anunciada de 5 mil millones de dólares, Fitch continúa evaluando el historial de apoyo del gobierno mexicano como ‘moderado’ dada la pesada carga fiscal actual para la compañía, que históricamente ha limitado la capacidad de reinversión de Pemex”, indicó la agencia en un comunicado.

Señaló que el apoyo total del Gobierno mexicano hacia Pemex en 2019 puede totalizar aproximadamente 9 mil 500 millones de dólares después de la inyección de capital y siempre que la compañía pueda obtener el 100 por ciento de los beneficios fiscales que el gobierno mexicano extendió a la empresa este año.

Además, Fitch asignó una calificación a largo plazo de ‘BB +’ a la emisión a plazos de siete, 10 y 30 años anunciada y que se utilizará para el refinanciamiento de deuda de corto plazo.

La calificadora destacó que el perfil independiente de la compañía es proporcional a una calificación ‘ccc’ como resultado de la débil estructura de capital de la empresa derivado su elevado apalancamiento, y si bien el incentivo del gobierno para respaldar a Pemex es “fuerte”, el apoyo es “moderado” dando como resultado una calificación que está dos escalones por debajo de la soberana.

Las calificaciones ‘CCC’ indican que el incumplimiento es una posibilidad real. La capacidad para cumplir los compromisos financieros depende exclusivamente de un favorable entorno económico y de negocios.

Agregó que si bien Pemex implementó algunas medidas de reducción de costos y recibió recortes impositivos moderados de parte del Gobierno, la compañía continúa con bajos niveles de inversión lo que podría conducir a una mayor disminución de la producción y de las reservas probadas.

“El muy alto nivel de transferencias de Pemex al Gobierno mexicano continúa presionando significativamente la capacidad de reinversión y generación de flujo de efectivo de Pemex y debilitando su nota independiente”, puntualizó.