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El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, acusó este jueves a las autoridades rusas de “chantaje” por su reciente retirada del acuerdo para exportación de cereales ucranianos, en el Consejo de Seguridad de la ONU.

El jefe de la diplomacia estadounidense, que preside una reunión sobre inseguridad alimentaria en la sede de la ONU en Nueva York, dijo a los 15 miembros del máximo órgano de Naciones Unidas para la garantía de la paz en el mundo, que “el hambre no debe convertirse en arma” de guerra.

Asimismo, acusó a Rusia de provocar un “asalto” al sistema alimentario mundial a raíz de la invasión de Ucrania en febrero del pasado año y su retirada el mes pasado de la llamada Iniciativa del Grano del Mar Negro, que había permitido la exportación de cereales ucranianos durante el último año.

Y es que las autoridades rusas rechazaron prolongar el acuerdo, lo que según diversos expertos y organizaciones, está repercutiendo en el aumento de los precios de los alimentos, que afecta sobre todo a los países más desfavorecidos.

“Cada miembro de este Consejo, cada miembro de Naciones Unidas debería decir a Moscú basta, basta de usar el mar Negro como chantaje”, dijo Blinken, cuyo país preside este mes el Consejo de Seguridad.

“Basta de utilizar a la población más vulnerable del planeta. Basta de esta guerra injustificada y desmedida”, instó.

El acuerdo, firmado en julio de 2022 y respaldado por la ONU y Turquía, que ejercieron de facilitadores entre Ucrania y Rusia, permitió la venta de grano ucraniano a pesar de la guerra.

Sin embargo, Moscú exige garantías sobre otro acuerdo para sus propias exportaciones, en particular de fertilizantes y productos agrícolas.

En respuesta a los señalamientos, el embajador adjunto ruso, Dmitry Polyanskiy, dijo que las sanciones occidentales están impactando las exportaciones de fertilizantes y alimentos rusos.

“Mientras no se eliminen los obstáculos ilegítimos creados artificialmente por Occidente que afectan a la capacidad de los operadores económicos rusos para suministrar productos agrícolas, difícilmente será posible restablecer el funcionamiento normal de las cadenas de suministro y abordar otros problemas de seguridad alimentaria mundial”, declaró en el debate.

En medio de este conflicto, drones rusos dañaron esta semana un puerto ucraniano en el Danubio, en un nuevo ataque de Moscú contra instalaciones vitales para la salida de grano de Ucrania.

Blinken dijo que los precios de los cereales han subido más de un 8% en todo el mundo desde el fin del acuerdo. Por ello, su país tiene la intención de hacer público un “comunicado conjunto de condena del uso de los alimentos como arma de guerra” adoptado al margen de la reunión, que ya han firmado 91 países.

Una serie de ataques rusos con drones causaron este miércoles daños en las infraestructuras portuarias de Ucrania en el Danubio, cruciales para el tránsito de granos tras el fin de un acuerdo de exportación con Rusia.

Kiev, la capital, también fue blanco de artefactos explosivos, pero todos fueron derribados, según las autoridades ucranianas.

Desde que Rusia puso fin en julio pasado al acuerdo que permitía a Kiev exportar pese a la guerra, dos pequeños puertos fluviales ucranianos fronterizos con Rumania, Reni e Izmaíl, en la región de Odesa, se han convertido en la principal ruta de salida para los productos agrícolas ucranianos.

Desde entonces, Moscú ha multiplicado los ataques contra las infraestructuras portuarias ucranianas.

Los drones del miércoles, de tipo Shahed y fabricación iraní, apuntaron al sur de la región de Odesa, dijo el ejército ucraniano en Telegram, sin especificar la ubicación, pero explicando que “el objetivo evidente del enemigo era la infraestructura portuaria e industrial de la región”.

Por su parte el fiscal general de Ucrania explicó en un comunicado que “las instalaciones portuarias y la infraestructura industrial en el Danubio” se vieron afectadas, dañando un elevador, varios silos de cereales, tanques de terminales de carga, depósitos y locales administrativos.

No se reportaron víctimas a pesar de los ataques que causaron un incendio, dijo el gobernador de la región, Oleg Kiper, en Telegram.

El ataque ruso con drones iraníes ha destruido 40,000 toneladas de grano destinado a África, China e Israel, según el Ministerio de Desarrollo Territorial de Ucrania.

“Los ataques contra los puertos ucranianos son una amenaza para el mundo”, afirmó el viceministro de dicho Ministerio, Oleksadr Kubrakov, a través de su cuenta en twitter.

Los bombardeos en esta zona comenzaron después del fin del acuerdo que, bajo los auspicios de la ONU y Turquía, había permitido la exportación de 33 millones de toneladas de cereales y oleaginosas ucranianos, a pesar de la invasión rusa.

En este sentido, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo a su homólogo ruso, Vladimir Putin en una llamada telefónica que “no se deben tomar medidas que aumenten las tensiones en la guerra entre Rusia y Ucrania”.

También enfatizó la importancia del acuerdo que considera un “puente para la paz”, según un resumen de la conversación de la oficina del líder turco.

En la misma llamada, Putin le pidió a Erdogan que ayude a Rusia a exportar cereales a los “países más necesitados” por la escasez de alimentos.

Rusia también dijo este miércoles que había empezado ejercicios navales en el mar Báltico, en los que participaron unos 30 buques de guerra. Durante los ejercicios, la armada practicará cómo proteger las rutas marítimas, transportar tropas y carga militar, y defender la costa, según el ministerio de Defensa ruso.

Antes de los puertos del Danubio, las fuerzas rusas habían atacado las infraestructuras portuarias ucranianas del Mar Negro varias veces en las últimas semanas, particularmente Odesa, desde donde se exportaba grano ucraniano.

Rusia ha incrementado en un 60% las exportaciones de cereales correspondientes a julio comparado con el mismo mes de 2022, coincidiendo con la renuncia del Kremlin a los acuerdos del grano con Ucrania, que tenía la mediación de Turquía y la ONU.

Las exportaciones de grano ascendieron a 5.68 millones de toneladas, según informó Yelena Tiúrina, directora del departamento de análisis de la Unión Rusa de Grano, a la agencia oficial RIA Nóvosti.

De ese volumen, 4.54 millones de toneladas correspondieron a trigo, lo que supone un alza del 50%, precisó la fuente

El principal cliente del grano ruso ha sido Arabia Saudí con 578,000 toneladas, seguido por Turquía, 518,000 toneladas; Egipto, 467,000 toneladas, e Israel, 345,000.

En cuanto a los países en desarrollo, Bangladesh importó 222,000 toneladas; Tanzania, 94,000 toneladas, y Sudán, 68,000.

“Nuevos compradores de trigo ruso son los países de América Latina. Por ejemplo, Brasil recibió 62,000 toneladas y Perú, 49,000 toneladas. El pasado año Brasil y Perú no compraron nuestro trigo”, explicó la funcionaria.

Un total de 33 países recibieron este mes cargamentos de trigo, siete países más que hace un año.

La Unión Rusa de Grano estima el potencial exportador de du país en 55-57 millones de toneladas de grano, lo que incluye 48-49 toneladas de cereal.

Según las estimaciones de Tiúrina, también aumentaron las exportaciones de maíz en un 40% (319,400 toneladas) y de cebada en un 160% hasta las 822,000 toneladas.

Por ello, el presidente ruso, Vladímir Putin, asegura que Rusia puede sustituir a Ucrania como suministrador mundial de cereal, aduciendo que produce mucho más cereal que su vecino.

La pasada semana durante la cumbre África-Rusia Putin prometió ayudar a seis países del continente: Burkina Faso, Zimbabue, Mali, Somalia, la República Centroafricana (RCA) y Eritrea, con cargamentos de cereales gratuitos, aunque el secretario general de la ONU, António Guterres, ya aseguró que dicha medida únicamente provocará un nuevo alza de los precios.

Putin recordó que Moscú ha enviado este año casi 10 millones de toneladas a África, de ellos 9 millones de toneladas de trigo, lo que demuestra su solidez como granero del continente.

Recordemos que Ucrania reconoció que la última semana los ataques rusos contra terminales portuarias en el mar Negro destruyeron 180,000 toneladas de grano destinado a la exportación.

Tras la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, la exportación de cereales por parte de Kiev se vieron fuertemente afectada hasta convertirse en un arma de guerra.

Con la mediación de Turquía y la ONU, Kiev y Moscú acordaron hace un año una serie de medidas para garantizar la seguridad de los buques que llevan granos ucranianos a los mercados internacionales, un pacto conocido como la “Iniciativa del Mar Negro”.

Dicho acuerdo expiró este 17 de julio, y aunque se esperaba una renovación, Rusia decidió suspenderlo con el argumento de que las sanciones que sufre debido a su agresión contra Ucrania impiden que se cumpla la parte del acuerdo que debe garantizar también las exportaciones de alimentos y fertilizantes rusos.

“En la práctica, los acuerdos del mar Negro expiraban hoy. Lamentablemente, la parte del acuerdo del mar Negro que se refiere a Rusia no se ha cumplido. Por ello, (el acuerdo) pierde su vigor”, dijo hoy el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

El funcionario ruso se refería a la reconexión del banco agrícola ruso, Rosseljozbank, al sistema bancario internacional SWIFT, el levantamiento de sanciones a repuestos para la maquinaria agrícola, el desbloqueo de la logística y seguros de transporte, el descongelamiento de activos y la reanudación de la tubería de amoniaco Togliatti-Odesa, que explotó el 5 de junio.

Rusia rechazó así la prolongación del acuerdo, horas después de que drones navales atacaran un puente estratégico que conecta su territorio con la península anexada de Crimea, y que es clave para transportar suministros a los soldados rusos en Ucrania.

“Tan pronto como la parte del acuerdo relativa a Rusia esté satisfecha, el país volverá inmediatamente al acuerdo sobre los cereales”, advirtió.

El acuerdo ha permitido exportar más de 32 millones de toneladas de grano ucraniano.

El presidente Vladimir Putin denunció la semana pasada que los intereses de Moscú estaban siendo ignorados.

Al respecto, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, aseguró que nunca acordaron pacto alguno con Rusia para la exportación de grano y que el corredor abierto a través del mar Negro puede seguir utilizándose a pesar de la salida de Moscú.

“Teníamos dos acuerdos: Ucrania, Turquía y la ONU; y otro acuerdo, el de Rusia, Turquía y la ONU”, aseguró Zelenski en una entrevista con medios africanos y cuyas citas han sido difundidas por su portavoz, Sergi Nikiforov.

En ese sentido, Zelenski aseguró que cuando Rusia anuncia que pone fin al acuerdo de exportación de grano lo que está haciendo es “romper” sus acuerdos con el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, y con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

Aclaró que su gobierno “no tenía ningún acuerdo con ellos”. Zelenski informó que ordenó al Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania para que haga saber a las autoridades de Naciones Unidas y Turquía la predisposición de Kiev a continuar con dicha iniciativa.

Por su parte el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró este lunes que seguirá intentando reactivar el acuerdo para facilitar la exportación de cereal ucraniano a través del Mar Negro.

Erdogan se mostró optimista de que el presidente ruso, Vladímir Putin, accederá a reactivarlo.

“Creo que mi amigo, el señor Putin, desea que este puente humanitario (el corredor de cereales) continúe”, dijo el mandatario turco a la prensa en Ankara poco antes de partir en una gira por Arabia Saudí, Catar y los Emiratos Árabes Unidos.

En tanto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, calificó de “medida cínica” la decisión de Rusia de suspender el acuerdo de exportación de grano a través del Mar Negro, y añadió que la Unión Europea seguirá trabajando para garantizar la seguridad alimentaria de los países pobres.

“Condeno de forma enérgica la cínica decisión rusa de poner fin a la iniciativa de los cereales del Mar Negro, a pesar de los esfuerzos de la ONU y Turquía. La UE trabaja para garantizar la seguridad alimentaria de los más vulnerables del mundo. Los carriles de solidaridad de la UE seguirán sacando productos agroalimentarios de Ucrania y llevándolos a los mercados mundiales”, tuiteó Von der Leyen.

El responsable de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, calificó de injustificada la decisión de Moscú, a la que acusó de estar utilizando los alimentos como arma en el conflicto con Ucrania.

Finalmente, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, dijo que Rusia cometió “otro acto de crueldad” al suspender el acuerdo del mar Negro, ya que con ello dio “otro golpe a los más vulnerables del mundo”.

La embajadora dijo que los acuerdos del mar Negro han traído estabilidad a los precios de los alimentos en un mundo donde 345 millones de personas viven altos niveles de inseguridad alimentaria, una cifra que ha crecido con “la brutal guerra contra Ucrania”.

“Esto es lo que pasa cuando un país decide tomar a la humanidad entera como rehén (…) mientras Rusia se dedica a los juegos políticos, la gente de verdad sufre”, insistió, e instó a la comunidad internacional a obligar a Rusia a revertir si decisión, volver a las negociaciones y expandir el campo de aplicación de los acuerdos.

Rusia afirmó hoy que los barcos que transportan grano desde los puertos ucranianos deben abandonar el mar Negro antes de que expire el acuerdo el próximo 17 de julio, tras reiterar que no hay fundamentos para una nueva prolongación del pacto.

“La parte rusa continúa abordando de manera consciente y responsable sus obligaciones como parte del acuerdo, haciendo los esfuerzos necesarios en estricto cumplimiento de las reglas de procedimiento para que todos los barcos que participan en él puedan completar con éxito su misión y abandonar el mar Negro antes de que expire su vigencia”, señaló el Ministerio de Exteriores.

La diplomacia rusa reiteró que es “obvio” que no hay motivos para continuar  ‘La Iniciativa de Granos del Mar Negro’ pactada hace un año con la mediación de Turquía y la ONU para permitir la exportación de alimentos ucranianos en medio de la guerra, a fin de garantizar la seguridad alimentaria mundial.

Rusia recalcó que el acuerdo no puede ser prolongado sin el consentimiento de todas las partes: Rusia, Ucrania y Turquía.

Moscú reiteró que la iniciativa, cuyo propósito era brindar asistencia a los países necesitados de África, Asia y América Latina, “se ha convertido en una exportación puramente comercial de alimentos ucranianos a países ‘bien alimentados'”.

Sostuvo que, de los 32.6 millones de toneladas de cereales exportados desde los puertos de Odesa, Yuzhni y Chornomorsk desde el 1 de agosto de 2022, el 81% se envió a países con ingresos altos y medios altos, mientras que solo un 2.6% llegó a los países más pobres como Etiopía, Yemen, Afganistán, Sudán y Somalia.

La diplomacia rusa recalcó que desde julio de 2022, la Unión Europea (UE) ha introducido cinco nuevos “paquetes” de sanciones contra Rusia, mientras que persisten las restricciones extraterritoriales “cada vez mayores” de Estados Unidos y el Reino Unido, que han bloqueado las exportaciones agrícolas rusas.

Las exigencias de Rusia para mantener la iniciativa eran la reconexión de su banco agrícola, Rosseljozbank, al sistema bancario internacional SWIFT, el levantamiento de sanciones a repuestos para la maquinaria agrícola, el desbloqueo de la logística y seguros de transporte, el descongelamiento de activos y la reanudación de la tubería de amoníaco Togliatti-Odesa, que explotó el 5 de junio.

El presidente ruso, Vladimir Putin, reconoció este martes la posibilidad de que Moscú no apruebe una nueva prórroga del acuerdo para la exportación de granos y cereales desde puertos ucranianos, poniendo así fin a uno de los principales acuerdos entre Rusia y Ucrania desde el estallido de la invasión.

De acuerdo con el mandatario ruso, el pacto tenía como principal objetivo abastecer a los países más necesitados de los productos agrícolas producidos o transportados desde Ucrania, algo que, según él, no se está cumpliendo. “Hemos sido engañados una vez más”, ha denunciado.

“Por tanto, ahora estamos pensando en cómo podemos salir de este llamado acuerdo de granos (…) Además, los corredores por los que pasan los barcos son utilizados constantemente por el enemigo para lanzar drones navales”, añadió el presidente, según recoge la agencia rusa de noticias TASS.

Esta fue la ocasión en la que el presidente ruso ha sido más claro sobre el futuro de este pacto, que parece próximo a su fin.

Sin embargo, Putin ha incidido en que Moscú elabora un plan para seguir apoyando a aquellas naciones más necesitadas y reemplazar los suministros ucranianos de forma gratuita.

“La cantidad de cereales que han recibido los países más pobres es poco más del tres por ciento. Estamos dispuestos a suministrarla a los países más pobres de forma gratuita”, señaló Putin, quien apuntó que aún no ha conversado sobre este asunto con los líderes de los países afectados.

Las autoridades rusas han advertido en repetidas ocasiones a lo largo de las últimas semanas que, dada la situación, es más que probable que Moscú se desvincule del acuerdo, firmado en julio del año pasado, pocas semanas después del estallido de la guerra en Ucrania, con la mediación de Turquía y Naciones Unidas.

Para no firmar una nueva prórroga, Moscú ha denunciado que solo se está cumpliendo con la parte de acuerdo que beneficia a Kiev, y ha planteado varias exigencias relacionadas con el sector agrícola y con el oleoducto de amoniaco Toliatti-Odesa, recientemente saboteado en el tramo que pasa por Jersón.

Rusia accedió a prorrogar un acuerdo que le permitía a Ucrania exportar granos por puertos del Mar Negro, algo que impulsa la seguridad alimentaria luego de que la guerra iniciada hace más de un año provocó que los precios subieran.

“Quiero dar buenas noticias”, declaró el presidente turco Recep Tayyip Erdogan. “Gracias a los esfuerzos de nuestro país, el apoyo de nuestros amigos rusos y la contribución de funcionarios ucranianos, la Iniciativa de Granos del Mar Negro ha sido extendida por otros dos meses”.

Recordemos que Turquía y la ONU mediaron para concretar el año pasado el acuerdo, además de otro que permite los envíos de alimentos y fertilizantes por parte de Rusia, aunque Moscú ha denunciado que esa parte no ha sido respetada.

Rusia había fijado mañana jueves como plazo para que se resolvieran las inquietudes que tenían respecto al acuerdo, o de lo contrario, anunció, abandonaría el pacto.

Esta posición del gobierno ruso no es nueva: en marzo, cuando se debatía una prórroga similar, Rusia decidió unilateralmente renovar el pacto por 60 días en vez de los 120 estipulados en el arreglo.

La vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, declaró este miércoles que se tendrán que resolver algunos problemas “al nivel técnico”. Ni ella ni Erdogan mencionaron si Rusia recibió alguna concesión.

Erdogan agradeció al presidente ruso Vladimir Putin, al presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy y al secretario general de la ONU Antonio Guterres por sus contribuciones.

“Continuaremos los esfuerzos para asegurar que se cumplan todas las condiciones del acuerdo para que pueda cumplirse la próxima fase”, añadió Erdogan.

La extensión del acuerdo brindará un alivio a los países de África, Medio Oriente y Asia que dependen del trigo, la cebada, los aceites y otros productos ucranianos, especialmente ahora que impera una sequía. Autoridades han señalado que el pacto ayudó a reducir los precios de productos como el trigo en los últimos meses.

“Los productos ucranianos y rusos alimentan al mundo”, expresó Guterres. “Son importantes porque seguimos estando en medio de una crisis sin precedente del alto costo de la vida”.

En conversaciones en Estambul, el viceprimer ministro ucraniano Oleksandr Kubrakov dijo que el acuerdo “debe ser prorrogado por más tiempo y debe ser ampliado” para dar “previsibilidad y confianza” a los mercados. Moscú dijo que se opone a ampliar el pacto.

El acuerdo ha permitido el envío de más de 30 millones de toneladas métricas de granos ucranianos, más de la mitad de las cuales han ido a países en desarrollo. China, España y Turquía han sido los principales receptores, lo que ha hecho que Rusia denuncie que los alimentos no están yendo a los países más necesitados.

El secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, y el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, sostuvieron este viernes una conversación “franca y directa” sobre el intercambio de presos rusos y estadounidenses.

Estados Unidos anunció el miércoles que había formulado una propuesta a Rusia para el intercambio de Brittney Griner, jugadora de baloncesto de la liga estadounidense WNBA, y el exmarine Paul Whelan. A cambio, Rusia recibiría al traficante de armas Viktor Bout, según informó la cadena CNN.

“He presionado al Kremlin para que aceptara la propuesta sustancial que presentamos sobre la liberación de Paul Whelan y Brittney Griner”, resaltó Blinken sobre la llamada con Lavrov, que supone el primer contacto entre ambos funcionarios desde el inicio de la guerra en Ucrania.

Sin embargo, el secretario de Estado no detalló cuál fue la respuesta o reacción de Lavrov, ni se ha manifestado sobre su expectativa de que el intercambio pueda llevarse finalmente a cabo. “No puedo dar una evaluación de si creo que las cosas son más o menos probables”, sostuvo.

Por otro lado, los máximos representantes de la diplomacia rusa y estadounidense abordaron también el acuerdo para la exportación de cereales desde puertos ucranianos, alcanzado hace una semana por Rusia y Ucrania, con la mediación de Turquía y Naciones Unidas.

Respecto a este asunto, Blinken ha instado a su par ruso para que garantice que el acuerdo finalmente se implemente, pues, según Ucrania, ya hay embarcaciones cargadas con trigo esperando a zarpar por aguas del mar Negro y cruzar el Bósforo.

En este punto, el ministro ruso ha remarcado que todo lo relacionado con la exportación de alimentos “se complica” debido a las sanciones que Estados Unidos ha impuesto a Rusia en respuesta a la guerra en Ucrania.

De acuerdo con Lavrov, Washington no está cumpliendo su palabra de eximir el suministro de alimentos de las sanciones, según ha señalado el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso y del cual reportó la agencia de noticias TASS.

Blinken también advirtió a Lavrov que habrá consecuencias si Moscú sigue adelante con los presuntos planes de anexar territorios del este y sur de Ucrania.

Le dijo que el mundo “jamás reconocerá” anexión alguna del territorio ucraniano, la cual “redundará en costos adicionales importantes” para Rusia.

El secretario de Estado aprovechó para comentar que espera que su país y China consigan manejar sus discrepancias sobre Taiwán, entre tensiones por un posible viaje de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a la isla.

“Sería importante, como parte de nuestra responsabilidad compartida, seguir gestionando esto de una manera inteligente que no cree la perspectiva de un conflicto y manteniendo abiertas las líneas de comunicación sobre el tema”, dijo Blinken a los periodistas.

Rusia y Ucrania alcanzaron este viernes acuerdos con Turquía y la ONU para desbloquear la exportación de granos a través del mar Negro y aliviar la grave crisis alimentaria mundial, un avance diplomático después de cinco meses de la invasión rusa.

Tras varias rondas de negociaciones, las delegaciones rusas y ucranianas firmaron en Estambul dos textos idénticos pero separados, ya que Ucrania se negó a rubricar ningún documento con Rusia.

Antes de que se firmaran los documentos, el consejero presidencial ucraniano Mijailo Podoliak señaló que ambas partes firmarían “acuerdos espejos”. “Firmamos un acuerdo con Turquía y la ONU y nos comprometemos con ellos. Rusia firmará un acuerdo espejo” con esas dos partes, afirmó Podoliak en Twitter.

El pacto, negociado desde abril bajo la dirección de la ONU y de Turquía, establece “corredores seguros” para que los barcos ucranianos puedan entrar y salir de tres puertos del mar Negro, tanto en la ciudad de Odesa como en sus alrededores.

Ambas partes se comprometieron además “a no atacar” los buques de sus adversarios, según un funcionario de la ONU.

“Hoy hay un rayo en el mar Negro: un rayo de esperanza, un rayo de posibilidad, un rayo de alivio”, reaccionó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, durante la ceremonia en el Palacio de Dolmabahçe, en el estrecho del Bósforo.

El acuerdo “aliviará a los países en desarrollo al borde de la bancarrota y a las personas más vulnerables al borde de la hambruna”, dijo. Ahora, “deberá aplicarse en su totalidad” lo acordado.

Se trata del primer pacto importante sellado por ambas partes desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero. El conflicto, que ya ha desplazado a millones de personas y dejado miles de muertos, se libra entre dos de los mayores productores de cereales del mundo.

Cerca de 25 millones de toneladas de trigo y otros cereales están actualmente bloqueados en los puertos de la región de Odesa por la presencia de buques de guerra rusos y de minas, colocadas por Kiev, para defender su costa.

Antes de sellar el acuerdo, Kiev había advertido que cualquier infracción de Moscú al documento y cualquier incursión en los puertos ucranianos tendría una “respuesta militar” inmediata. Turquía se ofreció para ayudar a desminar las aguas del mar Negro para facilitar la exportación de granos.

Los diplomáticos esperan que el grano pueda empezar a exportarse a mediados de agosto. Según el ministro de Defensa ruso, el acuerdo podría aplicarse “en los próximos días”.