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El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fue cuestionado este miércoles, de nueva cuenta, por el hackeo a la Secretaría de la Defensa por parte del colectivo Guacamaya.

Cómo fue que pasó; qué se ha hecho con la información robada; si todo lo que se ha revelado es verdad, fueron algunas de las preguntas que se le hicieron al mandatario.

Sin embargo, el presidente aseguró que no contestaría y ahondaría en el tema, pues eso sería hacerles “el caldo gordo” a sus opositores. Se limitó a decir que todo se trató de un “rotundo fracaso”.

“En general. Cómo lo anunció Loret de Mola, casi era el derrumbe de nuestro gobierno (…) entonces, como seguramente les costó mucho, imagínense cuántos estrategas, asesores, expertos, y salió ‘puke’ (…) pues quisieran que siguiéramos hablando de eso”, añadió.

López Obrador llamó a la prensa a “no aplicarse” en ese tema y buscar otros pues el hackeo “no funcionó”.

A diferencia del hackeo, dijo, la mañanera es un diálogo circular de comunicación de muy buen nivel, no tiene que ver con la calumnia o la guerra sucia, “es el periodismo como imperativo ético, no tiene que ver con el coloquialmente conocido chayote, nada”.

Fue en ese momento donde dijo que pese a los hackeos, no le va a ser fácil a sus opositores encontrar algo en su contra. Recordó que ha sido investigado desde 1977 cuando fungía como director del Instituto Nacional Indigenista en Tabasco.

“Lo he dicho, no es para presumir, pero no me importa el dinero. He aprendido, y es un consejo que yo puedo dar a seres queridos y amigos también queridos, que no hay tener mucho apego ni al dinero ni al poder. Entonces, por ahí no es la cosa”, justificó.

Señalando que lo que realmente le importa es acabar con la corrupción y que haya justicia, AMLO ofereció disculpas por no darle juego al tema del hackeo, pues dijo, “es politiquería, es querer engancharme en lo que traman mis adversarios, los conservadores, porque no todos ellos piensan, sino traman, están nada más, ni duermen, viendo qué maldad van a hacer, son malos de Malolandia”.

Dijo a sus adversarios que si pretenden echar a andar otro escándalo, les sugiere que tenga sustento. Y aunque dijo que de vez en cuando va a contestar algo así, advirtió que no se va a manchar la mañanera.

“Están utilizando pues cualquier información. Ya la guacamaya se volvió zopilote”, remató entre risas.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) minimizó la negativa del secretario la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, a comparecer por el hackeo del colectivo Guacamaya ante diputados, y calificó de “politiquería” las críticas que se le hicieron a su colaborador, e incluso pidió a opositores y medios serenarse con un “té de tila”.

Y es que la comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Diputados citó hace un par de semanas al general Luis Sandoval, ante lo que respondió que con una negativa a asistir  dijo que de reunirse tendría que ser en oficinas castrenses, según dio a conocer el congresista Sergio Barrera, del opositor Movimiento Ciudadano y secretario de ese comité.

La cita, programada para el pasado 18 de octubre, fue finalmente cancelada, informó el lunes el titular de Gobernación, Adán Augusto López. El funcionario dijo que Barrera, al que acusó de tener una actitud “irrespetuosa”, anunció que no iría al encuentro, lo que el parlamentario niega.

Los diputados requirieron la presencia de Sandoval para que detallara las medidas que están tomando las Fuerzas Armadas en ciberseguridad tras el hackeo masivo de seis terabytes de información clasificada destapado en septiembre y atribuido al colectivo Guacamaya.

Las filtraciones han sacado a la luz detalles de la salud de López Obrador, datos sensibles sobre operativos militares, el seguimiento militar a periodistas y activistas, y el conocimiento que tienen las Fuerzas Armadas de actos corrupción entre autoridades y grupos criminalesm, entre muchas otras cosas.

“Es parte de lo mismo, es la politiquería, no le den importancia a eso, no es nota (noticia)”, afirmó el mandatario al ser cuestionado en su conferencia de prensa matutina. Se le insistió si Sandoval gozaba de privilegios como para negarse a comparecer. “Nota es el que el peso sea la moneda menos devaluada en el mundo”, respondió, dejando de lado la pregunta.

Y es que recordemos que después de llegar al poder, AMLO ha colocado cada vez a más militares en funciones de seguridad pública y en otras que normalmente están en manos de civiles, como actividades de infraestructura o aduanas. La oposición lo considera un sometimiento al poder castrense.

“No hay que enojarse, hay que estar contentos, alegres, felices y que ellos (los opositores) se serenen, que se tranquilicen; sirve la pasiflorina o el té de flor de tila”, añadió el presidente, quien acusó también a los medios de cobrar dinero de sus adversarios para atacarle.

Si bien los secretarios de Estado no están obligados a acudir a las invitaciones de los legisladores, esas comparecencias, a veces a puerta cerrada, están contempladas como un mecanismo de rendición de cuentas del Poder Ejecutivo.

Los comentarios del presidente llegan previo a que Sandoval, junto a la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, y el titular de Marina, Rafael Ojeda, estuvieran citados mañana en el Senado para comparecer ante los legisladores como parte de la Glosa del Informe de Gobierno.

Sería la primera vez que los titulares de las Fuerzas Armadas comparezcan ante el pleno del Senado en una reunión pública.

Sin embargo, de ultima momento, el Pleno del Senado modificó el acuerdo de las comparecencias y canceló la participación de los titulares de SEDENA y SEMAR.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) aseguró esta mañana que va a seguir la guerra sucia en su contra, y en contra del movimiento que encabeza, aunque dijo, “no da resultados”.

“Tiene un efecto boomerang: tiran y se les regresa, no les ayuda. Lo veo en la actitud de la gente”, dijo el mandatario.

Retomó el caso del hackeo del colectivo Guacamaya y cómo lo abordaron los medios. Cuestionó que se haya vendido como “la gran nota” sus afectaciones de salud.

“A quién se le ocurre dar a conocer con cómo una gran nota que estoy enfermo cuando el pueblo de México es respetuoso de los enfermos, de la gente mayor. El pueblo de México no es de malas entrañas, hasta cuando se trata de un presunto delincuente y se muere su madre, piden permisos para que vaya al velorio y muchas veces se le otorga, porque estamos llenos de sentimientos, humanitarios. Este es un pueblo excepcional”, indicó.

Señaló que lo que pasa con sus adversarios es que no conocen al pueblo e incluso muchos de ellos desprecien al pueblo.

Reconoció que van a seguir las calumnias, pues eso tiene que ver con el hampa del periodismo, que siguen creyendo que la calumnia “cuando no mancha, tizna”.

Sin embargo, dijo que el pueblo de México es de los pueblos más conscientes, “más avispados” del mundo por lo que no le preocupa lo que sigan haciendo sus opostoriores.

En ese sentido, relató que todo se trata de algo “elemental”. “Imagínense me han investigado, me han espiado desde los años setentas; hace 45, 50 años. Yo tengo una especie de religión: para mí el amor y el poder tienen que ser puros; el poder tiene que ser puro para que se convierta en virtud y se ponga al servicio de los demás”.

Aprovechó para reiterar que a él nunca le ha interesado el dinero. Relató que llevo décadas sin tener una cuenta de cheque o usar tarjetas de crédito.

“No traigo cartera, quién administra mis ingresos es Beatriz y antes Rocío, y me daban para mis gastos para lo elemental. No me importa, nunca me ha interesado el dinero, lo material, pero también siempre digo, porque no me gusta ofender a nadie, que no todo el que tienes malvado, y respeto a todos nada más que yo tengo una manera de pensar y de ser”, añadió.

Retó a sus adversarios a “encontrar algo ilícito” reiterando que no es corrupto. “Les va a costar mucho trabajo pero que sigan su camino”.

Insistió en tener la conciencia tranquila, seguir, no detenerse y enfrentar los ataques. Para ello dijo, es importante tener autoridad moral, lo que tiene que ver son ser honesto.

“Un corrupto no aguanta ni  la primera lanzada, lo hacen trisas. La honestidad es un escudo, es algo que protege. Un dirigente político que quiere transformar y hacer historia, tiene que ser honesto”, remató.

La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) expresó este martes su “profunda preocupación” por los actos de vigilancia ilícita del Ejército a periodistas y activistas durante la actual administración.

“Estas prácticas son actos graves de intrusión, violatorios de derechos humanos y socavan la confianza de la población en las instituciones del Estado”, expresó Guillermo Fernández-Maldonado, representante en México de la ONU-DH.

La oficina de la ONU se refirió a la información que se desprendió del hackeo que el Colectivo Guacamaya hizo a miles de documentos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y a la investigación periodística “Ejército Espía”, que la semana pasada señaló que el Ejército habría espiado, ya con López Obrador en el poder, a periodistas y activistas.

Aunque el presidente ha afirmado que su gobierno “no espía a nadie”, el organismo internacional advirtió que “es deber del Estado mexicano esclarecer el alcance de las acciones de inteligencia, vigilancia e intervención de comunicaciones bajo el cual operan tanto las autoridades civiles como militares”.

Advirtió que los actos de vigilancia ilícita tienen un efecto intimidatorio y envían una señal de intolerancia gubernamental a la crítica.

Y es que este espionaje a periodistas surge mientras la prensa en México vive una violencia inédita, con 18 comunicadores asesinados en lo que va del año, según el conteo de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

También se difunde en medio de las crecientes políticas de militarización de México, como trasladar al Ejército el control de la Guardia Nacional, pese a que López Obrador prometió mantener civil al crearlo en 2019, así como a las nuevas empresas estatales para que las Fuerzas Armadas administren aeropuertos y el Tren Maya.

Recordemos que una investigación de medios internacionales destapó en 2021 que varios países intervinieron poco más de 50,000 teléfonos con el programa Pegasus, de los que cerca de 15,000 fueron en México durante el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Esta información, también periodística, fue condenada por el gobierno federal y autoridades y políticos afines a la 4T, cosa que no sucedió esta ocasión pese a que el presidente y la Sedena reconocieron y confirmaron el hackeo del colectivo Guacamaya.