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El consejero delegado de Tesla y propietario de la red social X, Elon Musk, llamó este miércoles a crear un “árbitro independiente” que vele por un desarrollo seguro de la Inteligencia Artificial (IA), a la que calificó como una de las “principales amenazas para la humanidad”.

En el marco de la cumbre de seguridad de IA que se celebra en Reino Unido, el magnate estadounidense defendió la necesidad de regular la actividad de las empresas que desarrollan esos sistemas.

“Creo que lo que realmente queremos hacer aquí es establecer un marco de trabajo para la vigilancia. Que haya al menos una tercera parte, un árbitro independiente, que pueda observar lo que están haciendo las compañías punteras en IA y dar la voz de alarma si les suscitan preocupaciones”, afirmó Musk.

El magnate alertó que por primera vez se está en una situación en la que hay algo que va a ser más listo que el más listo de los humanos.

En su opinión, “no está claro si podemos de hecho controlar algo como eso, pero creo que debemos aspirar a guiarlo hacia una dirección que sea beneficiosa para la humanidad”.

Musk afirmó que no ha acudido a la cumbre para defender ninguna política en particular. “Estoy diciendo que intentemos establecer un marco de trabajo para la vigilancia por parte de terceras partes neutrales”, detalló.

Una vez dado ese paso, “se propondrán ciertas políticas o ciertas legislaciones, y eso se hará en colaboración con las compañías de IA”, agregó.

El magnate participa en la cumbre de Bletchley Park junto con 29 gobiernos y organizaciones mundiales, entre ellos Estados Unidos, China y la Unión Europea, y las principales tecnológicas del sector de la IA, como OpenAI, Google DeepMind y Anthropic.

Analistas aseguran que la cumbre ya tuvo un logro inicial cuando funcionarios de 28 países y la Unión Europea firmaron un acuerdo sobre el desarrollo seguro y responsable de la tecnología.

La Inteligencia Artificial de última generación está llevando la tecnología hasta sus límites, pero podría venir con peligros hasta ahora desconocidos. Se sustenta sobre modelos fundacionales que potencian bots conversacionales como el ChatGPT de OpenAI y el Bard de Google y están entrenados con el enorme acervo de información disponible en internet.

Jorge Suárez-Vélez

Reforma

 

Las grandes crisis, como esta pandemia, nos fuerzan a cambiar y a salir de nuestra cómoda inercia. Por eso, son momentos cruciales para también detonar cambio deliberado; cambio difícilmente asequible en medio de la comodidad propia de la estabilidad y la rutina.

Las crisis resaltan lo peor y lo mejor de la humanidad. El esfuerzo por desarrollar una vacuna en tiempo récord ha incitado cooperación sin precedente entre nuestras mejores mentes; empresas biotecnológicas, gobiernos, universidades y farmacéuticas están por lograr lo impensable, pues la vacuna que más rápido se había logrado -para las paperas- tomó cuatro años en la década de los sesenta. Pero también asoman la cabeza la ignorancia, las teorías de conspiración, los supremacistas blancos, los fanáticos religiosos, los políticos sin escrúpulos y los populistas a quienes parece importarles más acumular poder -desdeñando la pandemia- que proteger la vida humana.

Si aprovechamos este momento de cambio, ¿a qué mundo podemos aspirar?, ¿a qué tipo de sociedad?, ¿a qué país? Esta crisis nos recuerda que una cadena es sólo tan fuerte como su más frágil eslabón. No importa qué tan ricos sean los más ricos, si no logramos proteger e inocular a los más pobres, éstos esparcirán un virus que impedirá que los primeros normalicen sus vidas. Esta pandemia puede volverse el mayor impulsor de desigualdad entre países y entre individuos, la gobernabilidad estará en riesgo si no diseñamos políticas públicas para evitarlo.

Hoy entendemos que la devastación de áreas naturales provoca que los seres humanos convivan con especies animales capaces de desencadenar terribles contagios. Cuidar el medio ambiente es una prioridad impostergable. Hoy confirmamos que la inversión en ciencia no es un lujo elitista, sino una prioridad para todos. Entendemos que desarrollar sistemas de salud pública eficientes e incluyentes es indispensable, e imposible lograrlo de la noche a la mañana, cuando se enfrenta una amenaza clara.

Tendremos el reto colosal de reincorporar a la fuerza laboral a los más de 33 millones de mexicanos hoy desempleados o subempleados. Corremos un riesgo potencialmente devastador si nuestra respuesta a esta brutal crisis -que quizá ha costado 200 mil vidas- es regresar a un pasado que nunca fue lo que nos dicen, en vez de abrazar al futuro con convicción para acelerar cambios que urgen para volvernos un país menos desigual, más próspero, más justo, más seguro, capaz de ofrecer las oportunidades que nuestros jóvenes merecen.

Démosle la espalda a toda narrativa -de izquierda o derecha, conservadora o liberal- que acentúe lo que nos diferencia, que quiera convencernos de que quien piensa diferente es nuestro enemigo y merece nuestro odio. Respetemos nuestras diferencias para mejor buscar propósitos comunes, para encontrar soluciones realistas a los colosales retos que enfrentamos.

Esta crisis confirma que convocar a las mejores mentes en la búsqueda de soluciones concretas rinde espléndidos resultados, que la atención médica y la educación a distancia son posibles, que podemos reencauzar recursos y esfuerzos para resolver problemas urgentes, y que los gobiernos y bancos centrales tienen herramientas que pueden usarse con responsabilidad en casos de emergencia para detonar cambios apremiantes.

Urge que este gobierno se dé cuenta de que insistir en el rescate del Pemex que hoy conocemos es suicida, pues necesitamos esos recursos para insertarnos en un mundo que cambió. Urge que invirtamos en energías limpias, para las cuales de hecho tenemos ventajas importantes. Urge que entendamos que es indispensable revolucionar nuestro paupérrimo sistema de educación pública. Hoy debe ser obvio que es grave gastarnos en campañas políticas los pocos recursos que encauzábamos a investigación científica.

Como país podemos optar por perder el tiempo en penachos y buscando culpables de errores pasados, o ver el futuro con la determinación y certeza de que podemos provocar cambios que nos permitan participar en el nuevo mundo que surgirá después de la pandemia.

 

Columna completa en Reforma

El Grupo Parlamentario de Morena en la Cámara de Senadores presentó una propuesta para modificar el artículo 108, con la que buscan que el Presidente de la República pueda ser sujeto a responsabilidad penal por delitos electorales, de corrupción y contra la humanidad.

Salomón Jara Cruz, vocero de la fracción de Morena, indicó que es necesario que la figura presidencial ya no sea una persona con derecho a inmunidad, como ha sucedido en los últimos años.

El senador indicó que hoy nuestro país ha iniciado una nueva época de cambio político, en donde se están impulsando acciones legislativas que transparenten y permitan que en México no haya ningún tipo de inmunidades ni privilegios.

La propuesta que presentaron tiene como objetivo que el titular del Ejecutivo en funciones sea sometido a proceso cuando incurra en actos de corrupción o cuando la autoridad competente compruebe su participación en algún tipo de delito electoral vigente, lo que comúnmente se conoce como fraude electoral.

“El fraude electoral, en el caso de México, ha sido una práctica común, a lo largo de la historia, en la que los titulares del Poder Ejecutivo se inmiscuyen en asuntos electorales, especialmente cuando se trata de una contienda para renovar la Presidencia de la República; sólo recordemos el caso cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación determinó que el presidente Felipe Calderón violó la Constitución y la Ley Electoral al haber realizado propaganda gubernamental durante el periodo de veda”, señaló el legislador.

Jara Cruz añadió que su propuesta también trata de incorporar otros supuestos, como la responsabilidad penal por la comisión de algún delito contra la humanidad.

 

Las autoridades peruanas informaron que se ha reabierto una nueva investigación sobre “crímenes de lesa humanidad” en relación a un caso de 1990, misma que involucra al ex presidente Ollanta Humala, quien estuvo al frente del gobierno de Perú de 2011-2016.

Se ha indicado que se trata de las presuntas torturas y asesinatos que se cometieron en la base militar de la localidad de Madre Mía, al norte de Lima, en donde hace poco m´ás de tres décadas, Humala era un mando del ejército.

De acuerdo a la fiscal Edith Chamorro, de la Primera Fiscalía Supraprovincial Especializada en delitos de Terrorismo y Derechos Humanos de Perú, la reapaertura del caso se debió a la aparición de dos nuevos testigos en entrevista con medios de comunicación, proporcionaron nueva información al respecto. “La aparición de los nuevos testigos constituye elementos suficientes para iniciar una nueva investigación, la misma que buscará establecer a los responsables de dichos asesinatos”.

Con información de BBC / Foto: Archivo APO