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Al día siguiente de su victoria en el US Open, que le permitió llevar a 24 su récord de títulos del Grand Slam, Novak Djokovic amplió otra marca este lunes, recuperando el número 1 de la ATP, por lo que ha pasado 390 semanas en lo más alto del ranking.

Pierde la posición de honor y aparece como segundo el español Carlos Alcaraz, que defendía título en el US Open y fue eliminado en semifinales por Daniil Medvedev, que repite en el tercer escalón del podio.

Sin embargo, junto a Aryna Sabalenka, Novak Djokovic ascendió cada uno un puesto, con lo que ambos se colocaron en cima de los rankings del tenis.

Después de quedar subcampeona del Abierto de Estados Unidos, la bielorrusa Sabalenka cumplirá su primera semana en lo más alto del escalafón de la WTA.

A sus 25 años, Sabalenka se convirtió en la 29va jugadora que alcanza a la cima del ranking femenino desde que los rankings computarizados empezaron a elaborarse en la década de los 1970.

Su campaña en Nueva York acabó con una derrota 2-6, 6-3, 6-2 ante Gauff en la final del sábado.

Sabalenka avanzó un puesto para superar a Iga Swiatek, quien retrocedió a la segunda plaza tras reinar desde abril de 2022. Swiatek se alzó con el título del US Open el año pasado, pero la polaca perdió en la cuarta ronda esta ocasión.

“He jugado muy bien todo el año. La presioné bastante”, declaró Sabalenka, quien se adjudicó su primer grande en el Abierto de Australia en enero. También alcanzó las semifinales de Roland Garros y Wimbledon.

El triunfo de Djokovic por 6-3, 7-6 (5), 6-3 sobre Daniil Medvedev el domingo dejó al serbio empatado con Margaret Court en la tabla histórica de títulos de individuales en los Slams y quedó como líder absoluto de la era profesional, uno más que Serena Williams.

Djokovic, la raqueta con más semanas como número uno en ambas ramas, empezó el US Open como número dos del ranking. Estaba por detrpas de Carlos Alcaraz, el campeón defensor en Flushing Meadows. El español perdió ante el ruso Medvedev – tercero del ranking – en las semifinales.

Esta es la séptima vez que Djokovic y Alcaraz intercambian posiciones en 2023. La última vez que el número uno de la ATP cambió de manos tantas veces fue en 1999, cuando se produjeron ocho.

Novak Djokovic recalcó sus ganas de seguir jugando mientras siga “en la cima” y jugando “a un nivel tan alto”.

“Sabiendo que sigo a un nivel tan alto y que gano los torneos más importantes de este deporte, no quiero dejarlo, si sigo en la cima y como juego”, declaró en la ceremonia de entrega de premios del cuarto ‘grande’ del año.

Gracias a que a las lesiones le estás respetando y sigue siendo tan competitivo, tiene claro que va “a seguir”, además de que tiene el apoyo para hacerlo. “Sigo sintiendo que tengo el apoyo de mi entorno, de mi equipo, de mi familia”, comentó.

A sus 36 años, su calendario ha cambiado y ahora su “prioridad” son los ‘Grand Slams’, su “objetivo más alto” de toda la temporada. “No juego tanto en otros torneos, así que intento dar prioridad a mi preparación para llegar a tope a los ‘grandes'”, reconoció Djokovic.

Tras conseguir el torneo que le iguala con Margaret Court como el más laureado de la historia, reflexionó sobre que nunca pensó que lo conseguiría, aunque en estos dos últimos años vio “la oportunidad” de lograrlo. “Entrar en la historia de este deporte es algo verdaderamente extraordinario y especial”, concluyó.

Novak Djokovic llegó este lunes a Serbia, país natal del tenista, tras ser deportado de Australia por no haberse vacunado contra el COVID-19. La decisión de las autoridades australianas acabó con las esperanzas del tenista de defender su título del Abierto de Australia.

Su salida de Australia cerró al menos el primer capítulo de una novela que ha resonado en el mundo de los deportes de élite, la política australiana de pandemia y el polarizado debate sobre las vacunas contra el COVID-19.

Pero mientras se cerraba ese episodio comenzaba otro, entre dudas sobre si podría competir en el siguiente major del calendario, el Abierto de Francia.

El avión en el que viajaba el tenista masculino mejor clasificado del mundo llegó el lunes a la capital serbia, Belgrado, donde se esperaba que recibiera una bienvenida de héroe. Sus abogados habían alegado ayer en una corte australiana que se le debería permitir quedarse en el país y competir en el torneo debido a una exención médica porque dio positivo en coronavirus el mes pasado.

Djokovic ha ganado nueve títulos del Abierto de Australia, incluidos tres seguidos, y un total de 20 trofeos del Grand Slam. Eso le deja igualado con sus rivales Roger Federer y Rafael Nadal como los más premiados del tenis masculino. Federer se está recuperando de una lesión y Nadal es el único excampeón del Abierto de Australia que participa en la edición que inició este lunes en Melbourne.

La visa de Djokovic fue cancelada primero el 6 de enero luego de que un funcionario de aduana determinó que no calificaba para una exención médica bajo las reglas para visitantes no vacunados de Australia. Recibió una exención por parte del torneo debido a que padeció coronavirus en los últimos seis meses.

Ganó una apelación para quedarse en el torneo, pero el ministro de Inmigración le revocó la visa nuevamente. Tres jueces federales decidieron por unanimidad el domingo confirmar el derecho del ministro de inmigración a cancelar la visa de Djokovic.

Estar vacunado contra el COVID-19 era un requisito para cualquiera que acuda al Abierto de Australia, ya sea jugador, sus entrenadores o cualquier persona que ingrese al complejo en el que se lleva a cabo el torneo. Más del 95% de los jugadores que se ubican entre los mejores 100 de la gira masculina y femenina están inmunizados.

El intento de Djokovic de recibir una exención por no estar vacunado generó molestia en Australia, donde se han impuesto estrictas medidas de confinamiento en ciudades y restricciones de viaje para controlar la propagación del COVID-19 desde que inició la pandemia.

Mientras el tenista viajaba a su país natal circulaban dudas sobre si podría disputar el siguiente torneo del Grand Slam. Un parlamentario francés señaló que una nueva ley que excluirá a las personas sin vacunar de recintos deportivos, restaurantes y otros espacios públicos se aplicará a cualquiera que quiera jugar en Roland Garros. Los comentarios del lunes de Christophe Castaner y un tuit de la ministra francesa de Deportes el domingo por la noche apuntaban a un cambio de planes respecto al proyecto inicial de crear una “burbuja” en torno al Abierto de Francia, previsto para finales de mayo y principios de junio.

Sin embargo, eso no es lo único que enfrenta Djokovic; la marca de ropa Lacoste, patrocinador principal del número uno del tenis, le pedirá cuentas por la polémica de los últimos días en Australia.

“En cuanto sea posible contactaremos con Novak Djokovic para revisar los acontecimientos que han marcado su presencia en Australia”, indicó en un comunicado la casa del cocodrilo, que el serbio luce en su pecho desde que en 2017 firmó un multimillonario contrato y abandonó la japonesa Uniclo.

Lacoste es el primero de los patrocinadores de Djokovic que muestra su descontento con la actitud del tenista, cuya negativa a vacunarse le ha impedido defender su título en el Abierto de Australia, donde aspiraba a lograr su 21 Grand Slam.

La marca francesa agradece sus esfuerzos a los organizadores del torneo para “asegurar su celebración en buenas condiciones para los jugadores, cuerpo técnico y espectadores”.

El resto de los patrocinadores de Djokovic, por ahora, no se han pronunciado sobre esta polémica.

El número uno del tenis, Novak Djokovic, volvió a las prácticas este lunes tras haber sido liberado de un centro de detención de inmigrantes en Australia, después de ganar un recurso judicial que lo puso a punto de ser deportado de dicho país.

Recordemos que el Abierto de Australia comienza el 17 de enero.

El tenista publicó una foto con su equipo en Melbourne Park al tiempo que agradeció al juez por dejar sin efecto las medidas, que incluía la cancelación de su visa.

“Estoy contento y agradecido de que el juez haya anulado la cancelación de mi visado. A pesar de todo lo que ha pasado, quiero quedarme e intentar competir en el Abierto de Australia. Sigo centrado en eso”, escribió el serbio en Twitter. “Por ahora no puedo decir más, pero gracias a todos por estar conmigo en todo esto”. La familia del jugador dijo que su liberación era la “mayor victoria de su vida”.

Sin embargo, los abogados del gobierno federal indicaron que el proceso legal podría no haber terminado y señalaron que el ministro de Inmigración, Alex Hawke, se reservaba el derecho de ejercer su poder personal para revocar de nuevo el visado de Djokovic.

Y es que este lunes, el juez Anthony Kelly dictaminó que la decisión del Gobierno federal de la semana pasada de revocar el visado para entrar en el país era “irrazonable” y ordenó la liberación de Djokovic.

La situación del tenista ha acaparado la atención de todo el mundo, creando tensiones políticas entre Belgrado y Canberra y suscitando un acalorado debate sobre los mandatos nacionales de vacunación.

La noticia de su puesta en libertad fue recibida con ruidosas celebraciones de tambores y bailes por parte de un grupo de unos 50 seguidores, muchos de ellos ataviados con la bandera serbia, a las puertas del tribunal de Melbourne.

El juez también ordenó que el gobierno federal pagara los gastos judiciales de Djokovic, que pasó varios días en un hotel de detención de inmigrantes, señalando que sus abogados argumentaron que su “reputación personal y profesional y sus intereses económicos pueden verse directamente afectados”.

Kelly dijo que había anulado la decisión del Gobierno de cancelar el visado de Djokovic porque al jugador no se le dio suficiente tiempo para hablar con los organizadores del tenis y los abogados para responder de manera exhaustiva después de que se le notificara la intención de cancelar su visado. Dijo que Djokovic había solicitado y recibido la exención médica requerida para la vacunación contra el COVID-19 sobre la base de que había contraído el virus el mes pasado. Había presentado pruebas de ello antes de viajar a Melbourne. “¿Qué más podría haber hecho este hombre?”, señaló.

El caso de Djokovic había provocado enojo en Australia, donde más del 90% de la población adulta está completamente vacunada y la opinión pública se ha mostrado mayoritariamente en contra del jugador.