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Rusia lanzó este lunes una serie de bombardeos coordinados y mortales contra varias ciudades de Ucrania, incluida la capital, y amenazó con réplicas “severas” en caso de nuevos ataques por parte de Kiev.

Al menos 11 personas murieron y 89 resultaron heridas tras la mayor campaña de ataques en meses, según la policía ucraniana.

Estas agresiones “constituyen otra escalada inaceptable de la guerra”, denunció el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, según su portavoz, Stephane Dujarric.

Los bombardeos se producen en una aparente represalia a la explosión que destruyó parcialmente el sábado pasado el puente que conecta la península de Crimea con Rusia continental, clave para el envío de suministros a las tropas rusas en Ucrania.

Putin acusó a los servicios secretos ucranianos de haber provocado la potente explosión y calificó el incidente de “acto terrorista”.

El tráfico de trenes y autos estuvo interrumpido varias horas después del incidente que dejó tres muertos y que fue atribuido a un camión bomba. El puente había sido apenas inaugurado por Putin en 2018.

El ejército ucraniano afirmó que las fuerzas rusas habían disparado 75 misiles sobre ciudades de todo el país, en una jornada de ataques que incluyó el uso de drones iraníes lanzados desde Bielorrusia.

Recordemos que el último bombardeo contra la capital ucraniana fue en junio pasado.

Dirigiéndose a su Consejo de Seguridad, el presidente ruso Vladimir Putin aseguró que si continuaban los “intentos de ataques terroristas” por parte de Ucrania, las réplicas serán “severas”.

En tanto, el número dos del Consejo de Seguridad, el expresidente Dmitri Medvedev, afirmó que los bombardeos solo eran el “primer episodio” y reclamó el “desmantelamiento total” del poder político ucraniano.

Paralelamente, el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, aliado de Putin, acusó a Lituania, Polonia y Ucrania de preparar ataques contra su país y anunció el despliegue de tropas conjuntas con Rusia.

En un discurso a la nación, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo que esta mañana había sido “difícil” y explicó que el objetivo de las fuerzas rusas era el sistema energético y los civiles.

Según el primer ministro ucraniano Denis Chmygal, 11 estructuras importantes fueron dañadas en ocho regiones y en la capital. Por su parte el jefe de la diplomacia ucraniana, Dmytro Kuleba, estimó que Putin está “desesperado a raíz de las derrotas en el campo de batalla”.

Por eso, añadió, usa “el terrorismo de los misiles para intentar cambiar el ritmo de la guerra a su favor”.

Las reacciones a los ataques no se hicieron esperar. Reino Unido calificó los ataques de “inaceptables”; la Unión Europea y Polonia dijeron que se trataba de “crímenes de guerra”; Francia prometió incrementar la ayuda militar a Kiev.

Alemania señaló que la entrega de un primer sistema de defensa antiaérea a Ucrania era inminente. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, condenó los “horribles e indiscriminados” ataques.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, condenó los bombardeos y prometió que el mandatario ruso rendirá cuentas por las “atrocidades” cometidas durante la guerra.

“Estados Unidos condena firmemente los ataques rusos con misiles de hoy en Ucrania, incluida Kiev. Estos ataques mataron e hirieron a civiles, además de destruir infraestructura no militar”, criticó el presidente estadounidense en un comunicado.

Finalmente, todos los países de las Naciones Unidas se reúnen este lunes para debatir una condena a la anexión de regiones ucranianas por parte de Moscú, horas después de los ataques rusos a diversas ciudades de Ucrania.

Con esta resolución, cuya votación se espera no antes del miércoles, las naciones occidentales apuntan a mostrar que la Rusia del presidente Vladimir Putin está aislada en la escena internacional.

Emmanuel Macron, Olaf Scholz y Mario Draghi pudieron percibir la “barbarie” de la guerra desencadenada hace casi cuatro meses por la invasión rusa, al realizar este jueves su primera visita a Ucrania desde el inicio del conflicto.

El presidente francés y los jefes de gobierno de Alemania e Italia se dirigieron a la ciudad mártir de Irpin, en las afueras de Kiev. Los acompañó el presidente rumano, Klaus Iohannis.

Tras el recorrido desde Kiev, de unos 20 kilómetros, los líderes europeos fueron recibidos con una primera imagen ahora familiar, pero aun así escalofriante: la de un puente con sus pilares derrumbados. En los primeros días de la guerra, cientos de habitantes de Irpin habían huido por un camino improvisado de tablas sobre las ruinas de este puente.

En el día 113 de la guerra, los cuatro dirigentes europeos realizaron una visita de la ciudad en ruinas, acompañados por el ministro ucraniano a cargo de la Descentralización, Oleksii Chernyshov, que les reiteró la voluntad de reconstuir la ciudad rápidamente y de que sus habitantes regresen.

“Reconstruiremos todo”, prometió Draghi, en tanto que Macron hizo hincapié en la necesidad de “juzgar los crímenes de guerra”.

La Unión Europea debe decidir la próxima semana si concede a Ucrania el estatuto de candidato oficial al bloque.

Al final de la visita, los convoyes volvieron a Kiev, donde les esperaba en el palacio presidencial el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. Tras un apretón de manos, los líderes se retiraron para discutir a puerta cerrada.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, reconoció hoy que la visita a Kiev de los líderes europeos supone un “mensaje de solidaridad”.

“Por supuesto, doy la bienvenida a que el presidente Macron y el canciller Scholz y también el primer ministro Draghi estén en Kiev. Es un mensaje de solidaridad, pero de muchas formas, por supuesto, este mensaje ya ha sido enviado por estos países”, declaró Stoltenberg en una rueda de prensa posterior a la reunión de ministros de Defensa aliados celebrada entre ayer y hoy en Bruselas.

En ese sentido, señaló que los tres Estados, miembros de la OTAN y de la Unión Europea, están proporcionando y han dado “durante mucho tiempo un apoyo significativo a Ucrania”.

El secretario general aliado también se refirió a las solicitudes de Finlandia y Suecia para entrar en la OTAN, que por ahora permanecen bloqueadas por el rechazo de Turquía.

Finlandia y Suecia han solicitado la entrada en la OTAN tras la invasión rusa de Ucrania, pero el proceso de adhesión se ha complicado por las preocupaciones de Turquía, miembro de la Alianza que acusa a Helsinki y, sobre todo, a Estocolmo, de mantener una política de acogida de militantes kurdos.

Los treinta miembros actuales de la OTAN deben respaldar por unanimidad la entrada de nuevos países, por lo que se necesita el visto bueno de Ankara. Stoltenberg recalcó que su objetivo es “encontrar una solución tan pronto como sea posible” y que tanto él como su equipo están implicados en el asunto.

Rusia confirmó este viernes haber atacado Kiev, capital de Ucrania, con armas de “alta precisión” en plena visita del secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

En este ataque murió la productora y periodista de la emisora financiada por Estados Unidos, Radio Free Europe/Radio Liberty, después de que su vivienda recibiera el impacto de un misil.

El ministerio de Defensa de Rusia informó que lanzó un ataque aéreo de “alta precisión de largo alcance” contra los talleres de la empresa espacial y de fabricación de misiles Artyom en Kiev.

El primer bombardeo en la capital desde mediados de abril se produjo después de que Guterres visitara Bucha y otras ciudades en la periferia de Kiev. “Es una zona de guerra, pero causa conmoción que esto haya ocurrido cerca del lugar en que nos encontrábamos”, dijo Saviano Abreu, un portavoz de la ONU que acompañaba a Guterres.

El presidente ucraniano Volodimir Zelenski denunció el ataque como intento de “humillar a la ONU y a todo cuanto esta organización representa”.

Alemania criticó el ataque tildándolo de “inhumano” y afirmó que muestra que el presidente ruso Vladimir Putin “no tiene ningún respeto por el derecho internacional”.

El secretario general de la ONU condenó el ataque como “malvado” y tras visitar Bucha pidió a Moscú “cooperar” con la Corte Penal Internacional a fin de “establecer las responsabilidades”, sobre los presuntos crímenes cometidos contra civiles en esta localidad. Señaló que hay una investigación en marcha contra diez soldados rusos sospechosos de cometer atrocidades en Bucha, donde decenas de cadáveres vestidos de civiles fueron encontrados tras el retiro de las tropas de Moscú.

Horas antes del bombardeo en Kiev, el presidente estadounidense Joe Biden solicitó al Congreso 33,000 millones de dólares de ayuda adicional para respaldar a Ucrania frente a “las atrocidades y agresiones” rusas. “El costo de esta pelea no es barato. Pero ceder ante la agresión va a ser más costoso si permitimos que suceda”, defendió el presidente estadounidense.

Tras semanas de conflicto sin que las tropas rusas lograran capturar la capital ucraniana, ahora los esfuerzos de Moscú están centrados en lograr un avance significativo en el este y a asentar su control en la zona sur, en torno al puerto de Mariúpol.

Las autoridades ucranianas indicaron que tienen previsto para este viernes un plan para evacuar a los civiles atrapados en la planta de Azovstal sitiada por las fuerzas rusas en Mariúpol. Cientos de militares y civiles ucranianos, entre ellos decenas de niños, están refugiados en esta planta.

En tanto, Kiev ha admitido que las fuerzas rusas han capturado varias localidades en la región del Donbás, en el este.
La primera fase de la invasión lanzada por Rusia el 24 de febrero fracasó a la hora de capturar Kiev o para derrocar al gobierno ucraniano, tras enfrentar una aguerrida resistencia, que fue reforzada por las armas enviadas a Ucrania por países occidentales.

Ahora la campaña rusa se centra en capturar territorios en el este y en el sur de Ucrania y también utilizar misiles de largo alcance contra zonas del oeste y del centro del país.

El negociador jefe ruso, Vladímir Medinski, advirtió hoy a Ucrania de que el estatus tanto de la anexionada península de Crimea como de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, cuya independencia fue reconocida por el Kremlin, son intocables para Rusia.

“Quiero subrayar que la postura de principio de nuestro país en relación con Crimea y el Donbás sigue siendo invariable”, dijo Medinski en una declaración por la televisión pública.

Al respecto, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, calificó como positivas las negociaciones entre ambos bandos celebradas ayer en Estambul. “La soberanía y la integridad territorial de Ucrania deben quedar garantizadas. No puede haber ni habrá ningún compromiso sobre la soberanía e integridad territorial”, señaló.

Su asesor presidencial, Mykhailo Podoliak, explicó que Kiev propuso a Moscú un plazo de quince años para negociar el estatus de Crimea, anexionada por Rusia en 2014.

Recordemos que el presidente ruso, Vladímir Putin, reconoció tres días antes del inicio de la “operación militar especial” en Ucrania la independencia de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.

Tanto Putin como los líderes separatistas destacaron que su objetivo era recuperar el control de todo el territorio administrativo de las regiones de Donetsk y Lugansk, según la Constitución ucraniana.

Precisamente, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, aseguró que ahora el Ejército ruso se centrará en la conquista de todo el Donbás.

Medinski, que regresó de Estambul, donde tuvo lugar la quinta ronda de negociaciones, destacó que “ayer, por vez primera en muchos años, las autoridades de Kiev expresaron su voluntad de llegar a un acuerdo con Rusia”. Es decir, agregó, “Ucrania se mostró dispuesta a cumplir con las principales demandas en las que Rusia insistió durante los últimos años”.

Se refería a la renuncia de Ucrania a ingresar a la OTAN, a pertenecer a bloques militares, a las armas nucleares y a poseer, adquirir o desarrollar otras armas de destrucción masiva, y a acoger bases o contingentes militares extranjeros.

Además, destacó, Kiev también se comprometería a organizar maniobras militares con participación de fuerzas extranjeras sólo con el consenso de todos los garantes internacionales de su seguridad, que incluye a once países, incluido Rusia.

“Si esas obligaciones se cumplen, entonces quedará eliminada la amenaza de creación en territorio ucraniano de una plataforma de la OTAN”, resaltó.

Medinski precisó que Kiev entregó a Moscú “plasmados en papel los principios de un posible y futuro acuerdo”. “El trabajo sigue, las negociaciones continúan”, dijo.

Según la prensa, Rusia habría renunciado en las negociaciones a demandas como la “desnazificación” de Ucrania y el estatus de la lengua rusa.

En otro de los compromisos hechos por Rusia, de reducir la presencia de sus tropas en la capital Ucraniana así como en Chernihiv, el portavoz del Ministerio de Defensa de Ucrania, el coronel Oleksandr Motuzyanyk, afirmó que sí se ha producido una “retirada parcial de unidades del enemigo” en los alrededores de Kiev.

“Sin embargo, no podemos hablar aún de un repliegue a gran escala”, matizó, señalando que “es muy pronto para saber qué intenciones tiene Rusia”. Anoche todavía se registraron ataques rusos en ambos lugares.

El coronel indicó que esas unidades rusas del centro del país se están retirando hacia el este, a las provincias de Donetsk y Lugansk.

“Podemos confirmar esa información porque hemos visto que están concentrando allí su actividad. Los intentos de ofensiva del enemigo no han cesado allá”, aclaró el portavoz de Defensa sobre la situación en la región oriental del Donbás, donde una guerra civil de baja intensidad ya se libraba desde 2014 con milicias prorrusas.

En más sobre Moscú, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, denunció este miércoles que las fuerzas armadas rusas han usado en al menos 24 ocasiones bombas de racimo, prohibidas por la ley internacional, contra áreas pobladas de Ucrania en las cinco semanas transcurridas desde el inicio de la guerra.

Se han cometido además ataques indiscriminados contra hospitales, escuelas y otras infraestructuras que “están prohibidos por la ley humanitaria nacional y podrían constituir crímenes de guerra”, añadió Bachelet en una intervención ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

Adicional, se informó este miércoles que el presidente Vladimir Putin fue engañado por sus asesores sobre lo mal que va la guerra en Ucrania y lo perjudicial que han sido las sanciones occidentales para la economía rusa, dijo un responsable estadounidense, que basa su información en reportes desclasificados.

“Creemos que Putin está siendo mal informado por sus asesores sobre lo mal que se está desempeñando el Ejército ruso y sobre cómo la economía rusa está siendo paralizada por las sanciones, porque sus asesores tienen demasiado miedo de decirle la verdad”, dijo el funcionario que habló bajo condición de anonimato.

El secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, pidió este martes desde Rabat a Rusia que ponga inmediatamente fin a la guerra en Ucrania, que retire a sus soldados de este país y que de paso a negociaciones.

Blinken dio estas declaraciones durante una rueda de prensa conjunta con el ministro de Exteriores de Marruecos, Naser Burita, en el marco de un viaje oficial de dos días al país.

“No hay indicios de que Rusia quiere poner inmediatamente fin a la guerra”, señaló Blinken que elogió “la valentía y el coraje” de los ucranianos por incorporarse a las negociaciones en un contexto de guerra.

El secretario estadounidense recordó que su país toma en cuenta lo que hace Rusia y no lo que dice sobre Ucrania. “La agresión de Rusia ha provocado el desplazamiento de la mitad de los niños de Ucrania. Debe poner inmediatamente fin a esta agresión y se incorpore a las negociaciones”, reiteró.

Rusia anunció hoy la decisión de reducir “de manera cardinal” la actividad militar en torno a la capital ucraniana, Kiev, y la asediada ciudad de Chernígov tras las negociaciones celebradas en Estambul con la delegación ucraniana.

Sin embargo, el compromiso de Rusia de reducir las operaciones militares alrededor de Kiev y en el norte de Ucrania no representa un alto al fuego, dijo el principal negociador de Moscú en las conversaciones con Ucrania.

“Esto no es un alto al fuego, pero esta es nuestra aspiración, llegar gradualmente a una desescalada del conflicto al menos en estos frentes”, dijo Vladimir Medinsky en una entrevista con la agencia de noticias TASS, refiriéndose a la promesa de reducir las operaciones cerca las ciudades de Kiev y Chernígov.

Un asesor del presidente de Ucrania dijo que las conversaciones con Rusia en Estambul se centran en las garantías de seguridad para Ucrania y en la esperanza de un alto el fuego.

Mykhailo Podolyak dijo a medios ucranianos que hay “consultas intensas sobre varios asuntos importantes, la clave de los cuales es un acuerdo sobre las garantías internacionales de seguridad para Ucrania”. Según el asesor, solo con dicho acuerdo podrán poner fin a la guerra de la forma que Ucrania necesita.

“El segundo bloque de cuestiones es un alto el fuego para que podamos resolver todos los problemas humanitarios que se han acumulado y que requieren resoluciones urgentes”, añadió. Los dos bandos discutían también las infracciones de las normas de la guerra, agregó Podolyak.

La ronda de negociaciones que inició este martes entre Rusia y Ucrania, que inicialmente se prolongarían hasta mañana, ha concluido, y se ha anunciado que mañana no habrá reunión.

Al concluir las conversaciones, poco después del mediodía, en el palacio de Dolmabahçe en Estambul, ambas delegaciones habían mostrado su satisfacción con los avances alcanzados que, dijeron, podrían ser suficientes para abrir las puertas a un encuentro a nivel presidencial.

El encuentro fue precedido por una breve reunión del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, con ambas delegaciones, tras lo que el mandatario subrayó que Turquía no tiene un rol de mediador pero sí de facilitador en este encuentro.

Según anunció la delegación ucraniana, Kiev renunciaría formalmente a buscar el ingreso de la OTAN, si a cambio recibe garantías firmes de un grupo de diez países, entre ellos los cinco miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, de protección contra toda agresión militar.

Foto: Twitter @KyivIndependent

Ya no queda casi nada del nuevo centro comercial “Retroville”, situado en el noroeste de Kiev y bombardeado por las fuerzas rusas ayer por la noche, un ataque que dejó al menos ocho muertos, según un informe oficial preliminar.

A las 22:45 hora local, un bombardeo sacudió este suburbio de la capital ucraniana y destruyó tanto el edificio como los alrededores más cercanos.

Inaugurado a inicios de 2020, un poco antes de la pandemia de COVID-19, “Retroville” era un templo del consumo, con sus 250 tiendas, cines y sus 3.000 lugares de estacionamiento. Toda la parte sur del inmenso complejo comercial quedó devastado.

Según los lugareños, el bombardeo fue el mayor en Kiev desde el inicio de la ofensiva rusa el 24 de febrero.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo este lunes que es demasiado pronto para hablar de una reunión entre el presidente Vladimir Putin, y el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, porque aún no hay ningún avance en las conversaciones de paz.

“Para poder discutir una posible reunión entre los dos presidentes, primero debe hacer su tarea. Es decir, debe realizar y acordar los resultados de las negociaciones”, dijo Peskov en una conferencia de prensa diaria. “Hasta el momento, no se han logrado avances significativos. Simplemente, los presidentes aún no tienen acuerdos que aprobar”, señaló.

Y es que las delegaciones de Ucrania y Rusia tuvieron tres rondas de negociaciones presenciales en Bielorrusia a partir del 28 de febrero para buscar una posible solución al conflicto actual. Las dos partes comenzaron su cuarta ronda de negociaciones a través de un enlace de video el pasado14 de marzo.

Sin embargo, el miércoles pasado, el asesor presidencial de Ucrania, Mykhailo Podolyak, dijo que Zelensky podría sostener conversaciones con Putin en los próximos días.

También se informó este lunes que Rusia convocó al embajador de Estados Unidos en señal de protesta después de que el presidente Joe Biden calificara a Putin de “criminal de guerra” a raíz del conflicto en Ucrania.

“Este tipo de declaraciones del presidente estadounidense, que no son dignas de un político de alto rango, han puesto las relaciones ruso-estadounidenses al borde de la ruptura”, dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado.

En tanto, el partido socialdemócrata Rusia Justa presentó este lunes a la Duma (Cámara de Diputados) un proyecto de ley para que su país abandone la Organización Mundial de Comercio (OMC) debido a las sanciones económicas impuestas contra Moscú.

Con el fin de defender “los intereses nacionales”, los diputados proponen denunciar el protocolo al Acuerdo de Marrakech suscrito en 2011 y también la ratificación parlamentaria de 2012.

“El ingreso en la OMC se debió a motivos políticos. Beneficios económicos había pocos”, comentó uno de los autores de la iniciativa, Alexéi Chepa, vicepresidente del comité de Asuntos Internacionales de la Duma.

El diputado consideró que en condiciones de sanciones internacionales, la salida de la OMC permitirá a Moscú rebajar las tarifas y los precios, y apoyar a los productores nacionales, algo que está restringido por dicha organización.

Recordemos que Rusia fue la última gran economía mundial en ingresar en la OMC, donde entró el 22 de agosto de 2012 tras casi dos décadas de arduas negociaciones.

Paralelamente, la Justicia rusa respondió a la demanda de la Fiscalía, sobre prohibir en el país las actividades del gigante tecnológico Meta, matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp, al considerarle una organización extremista por permitir llamamientos a la violencia contra rusos.

“Queda prohibida la actividad de la multinacional estadounidense Meta Platforms de ofrecer las redes sociales Facebook e Instagram en el territorio de la Federación Rusa por actividades extremistas”, señaló el tribunal.

El fallo no se aplica al servicio de mensajería WhatsApp de Meta debido a que no contiene funciones para la difusión pública de información, añadió.

Aunque estos servicios quedan oficialmente bloqueados, la Fiscalía no califica el uso de las redes sociales como participación en actividades extremistas.

El motivo de este proceso fue el levantamiento temporal por parte de la prohibición a los residentes de varios países de publicar información con llamamientos a la violencia contra los ciudadanos rusos a raíz de la “operación militar especial” lanzada por el Kremlin en Ucrania.

El Comité de Investigación de Rusia abrió una causa penal debido a la negativa de Meta a eliminar los llamamientos a la violencia contra los rusos, entre ellos los militares. Rusia ya había bloqueado Instagram y restringido el acceso a Facebook.

Las tropas rusas intensifican su Jofensiva en Ucrania, donde bombardearon por primera vez la ciudad de Dnipro y dos aeródromos militares del oeste del país, mientras estrechan este viernes el cerco en torno a Kiev, la capital, en medio de denuncias sobre nuevos ataques contra civiles.

Más de dos semanas después de que Rusia iniciara la invasión de Ucrania, el 24 de febrero, miles de civiles siguen atrapados bajo los bombardeos, en tanto más de 2.5 millones huyeron del país, según estimaciones de la ONU.

Los países occidentales han impuesto fuertes sanciones a Moscú y enviado fondos y refuerzos militares a Ucrania, pero no han logrado impedir el avance de Rusia, que efectuó múltiples bombardeos la madrugada de este viernes.

En el terreno, tres misiles alcanzaron edificios de civiles en la ciudad de Dnipro, en el centro de Ucrania, este viernes temprano, destrozando una fábrica de zapatos y matando a un guardia de seguridad.

Hasta ahora, la ciudad había sufrido muy pocos ataques, por lo que se convirtió en un centro de coordinación de ayuda humanitaria y de recepción de desplazados.

Los bombardeos nocturnos también alcanzaron las ciudades de Chernígov, Sumy y Járkov, fuertemente impactadas por la ofensiva rusa. Los ataques causaron daños en edificios de viviendas e infraestructuras de suministro de agua y electricidad.

Cerca de Oskil, en la región de Járkov, un edificio para personas con discapacidad fue blanco de los bombardeos rusos, indicó este viernes un responsable local. En el centro había 330 personas en el momento del ataque, 73 de las cuales pudieron ser evacuadas. No se registraron víctimas.

Este ataque se produjo dos días después del bombardeo contra un hospital pediátrico de Mariúpol, que provocó la muerte de tres personas, incluida una niña. En esa ciudad, a orillas del mar de Azov, la situación es descrita como “apocalíptica”. Según su alcalde, Vadim Boishenko, más de 1,200 residentes murieron en Mariúpol tras diez días de asedio.

Además, el aeródromo militar de Lutsk, en el noroeste, también fue bombardeado y cuatro militares ucranianos murieron, informaron las autoridades locales. Moscú dijo que el aeropuerto quedó “fuera de servicio”.

El Ejército ucraniano alertó en un informe que “el enemigo está intentando eliminar las defensas de las fuerzas ucranianas” en numerosas localidades al oeste y el norte de Kiev con el objetivo de “bloquear la capital”. Esta fuente no excluyó “un movimiento del enemigo hacia el este en dirección a Brovary”, a las puertas de Kiev.

Desde el inicio de la ofensiva, el 24 de febrero, las fuerzas invasoras han rodeado al menos cuatro grandes ciudades ucranianas y han enviado vehículos armados al flanco noreste de Kiev, donde suburbios como Irpin o Busha llevan días bajo las bombas.

Este viernes, el Kremlin apuntó que ciudadanos de Siria y de otros puntos de Oriente Medio podrían ser autorizados a combatir junto a las fuerzas rusas en Ucrania. En tanto el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, acusó a Rusia de contratar “asesinos de Siria, un país donde todo ha sido destruido por los ocupantes, algo por lo que nos están haciendo pasar a nosotros”.

Con toda la ofensiva que se lleva a cabo, hay zonas donde los corredores humanitarios están funcionando. Cerca de 100,000 personas han podido salir de la ciudad de Sumy, de Izium y de áreas del noroeste de Kiev en los dos últimos días, informaron las autoridades ucranianas.

El gobierno ruso prometió la apertura diaria de corredores humanitarios para que los ucranianos huyan de los combates y puedan llegar a Rusia, pero Ucrania se niega a evacuar a sus ciudadanos a Rusia y reclama corredores humanitarios dentro de sus fronteras.

Este jueves, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, informó a través de su cuenta de Twitter, su decisión de anular su encuentro con su homólogo ruso, Vladimir Putin, previsto para el sábado durante la cumbre del G20 en Argentina.

Trump atribuyó su decisión al hecho de que Rusia no ha devuelto los tres barcos militares ucranianos a Kiev, así como a los soldados ucranianos que mantiene retenidos tras el incidente del domingo pasado en el estrecho de Kerch, que une los mares Negro y de Azov.

“Basándose en el hecho de que los barcos y los marineros no han sido devueltos a Ucrania por Rusia, he decidido que sería mejor para todas las partes interesadas cancelar mi reunión previamente programada… en Argentina con el Presidente Vladimir Putin”, dijo Trump.

Y agregó: “¡Espero con ansias una cumbre significativa en cuanto se resuelva esta situación!”.

Previamente, el mandatario estadounidense había dicho a periodistas en la Casa Blanca que la cumbre del G20 sería un “muy buen momento” para reunirse con su homólogo ruso, Vladimir Putin.

“Probablemente me reuniré con el presidente Putin. No hemos cancelado esa reunión. Estaba pensando en eso, pero no lo hemos hecho. Creo que es un muy buen momento para tener la reunión”, dijo Trump.