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El gobierno francés indicó que poco más de un millón de personas salieron a las calles este jueves en distintas ciudades del país, para protestar contra la aprobada reforma de las pensiones del presidente Emmanuel Macron.

Sin embargo, la Confederación General del Trabajo (CGT), indicó que la cifra de inconformes fue de 3.5 millones.

El Ministerio del Interior informó 1.09 millones de personas participaron en la gran jornada de huelga que ha paralizado el sector del transporte, con trenes, aviones y carreteras afectadas, así como la educación o la sanidad, mientras continúan los paros y bloqueos en refinerías y recolectores de basura.

En la capital, París, al menos 880,000 tomaron las calles, una cifra que ha sido rebajada a 119,000 por el Ministerio del Interior durante una jornada en la que cerca de 5,000 policías montaron un operativo de seguridad.

Por el momento, las fuerzas de seguridad, que lanzaron gases lacrimógenos para dispersar a la multitud en distintos distritos de la capital, han detenido a 80 personas, aunque se espera que la cifra crezca.

Las protestas, que todavía continúan, están siendo especialmente tensas en la Plaza de la Ópera, donde los manifestantes han prendido fuego a un puesto y han lanzado fuegos artificiales. Asimismo, un grupo de personas ha asaltado un banco de BNP Paribas de la zona.

El enfrentamiento entre manifestantes y policías se replicó en otras ciudades francesas, como Nantes, Burdeos, Rennes y Lorient, donde se han producido saqueos a tiendas y daños a ventanas en distintos edificios.

Ante el éxito de la convocatoria, los principales sindicatos franceses han decidido convocar a un décimo día de huelga general para el próximo martes, jornada que estará precedida por mítines sindicales durante este fin de semana.

Poco antes de que empezase la marcha en París, el secretario general de la CGT, Philippe Martinez, ha asegurado en entrevista con la cadena BFMTV, que las recientes palabras del presidente Macron, quien condenó la violencia en las protestas recordando los asaltos a las instituciones de Estados Unidos y Brasil, son una “provocación”.

Por su parte, el secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT) ha intentado aliviar las tensiones y ha condenado la violencia de las manifestaciones, a la par que ha hecho un llamado a la calma.

En este sentido, se ha mostrado a favor de un proyecto de ley que pide un referéndum de iniciativa compartida (RIP) y que fue presentado a principios de semana en el Consejo Constitucional. Para salir adelante, necesitará el apoyo de 4.87 millones de personas, firmas que tendrán que ser recogidas en un plazo de nueve meses.

El presidente Emmanuel Macron aseguró este miércoles que quiere ver en vigor su impopular reforma de las pensiones “para finales de año” y calificó de “sediciosos” a los manifestantes que endurecieron las protestas desde su adopción por decreto.

“Esta reforma es necesaria. No me hace feliz. Hubiera preferido no hacerla”, aseguró el mandatario francés en una entrevista en las principales cadenas de televisión, la privada TF1 y la pública France 2, asumiendo la “impopularidad” de la medida.

Francia vive un contexto social muy tenso con una ola de protestas marcadas por la violencia desde la semana pasada.

Sus declaraciones son “un desprecio para las millones de personas que manifiestan”, dijo Philippe Martinez, líder del sindicato CGT. Macron “ha echado más brasas a un asador bien prendido”, estimó por su parte el jefe del Partido Socialista, Olivier Faure.

El gobierno enfrenta desde enero un fuerte rechazo a su plan de retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y de adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años, y no 42, para cobrar una pensión completa.

Pero la tensión explotó el jueves cuando Macron y su primera ministra Élisabeth Borne anunciaron su adopción por decreto, ya que temían perder la votación en la Asamblea Nacional, incluso con el apoyo de la oposición de derecha.

Desde ese día, París y otras ciudades registran cada noche protestas, en las que manifestantes, en su mayoría jóvenes, queman contenedores y otros elementos.

“No toleraremos ningún desbordamiento”, advirtió Macron que calificó de “sediciosos” a estos manifestantes y los comparó con quienes asaltaron el Capitolio en Estados Unidos en 2021 y las instituciones en Brasil en enero.

“Somos una gran nación y un viejo pueblo que vota a sus responsables y les da legitimidad. Los sindicatos tienen la suya y cuando se manifiestan los respeto, es un derecho protegido por la Constitución”, aseguró Macron en una de sus entrevista.

“Pero cuando hay grupos que utilizan la violencia extrema para atacar a representantes democráticos, cuando usan la violencia sin reglas porque no están contentos, eso no es democracia”, agregó.

En una reunión con los legisladores oficialistas, el mandatario ya había advertido que la “muchedumbre” y los “disturbios” no tenían “legitimidad” sobre los representantes del pueblo, unas declaraciones criticadas incluso por sus aliados.

Las fuerzas de seguridad se encuentran no obstante en el punto de mira por los cientos de detenciones practicadas desde el jueves pasado, que en la gran mayoría de los casos saldan con una liberación sin cargos, y por los métodos usados para controlar las protestas.

Amnistía Internacional alertó este miércoles del “uso excesivo de la fuerza de forma generalizada” y de “las detenciones arbitrarias”, preocupaciones ya expresadas por la oposición de izquierdas, abogados, magistrados e incluso la defensora del pueblo.

Más allá de la reforma, Emmanuel Macron se juega poder aplicar el programa de su segundo mandato, por lo que su entrevista fue muy seguida para conocer sus intenciones y ver si admite algún error, como esperan los analistas.

El jefe de Estado reconoció que su único error fue “no conseguir convencer” sobre la reforma.

Macron fue reelegido hace casi un año, contra su rival ultraderechista Marine Le Pen, con un programa reformista y liberal.

El presidente francés, Emmanuel Macron, derrotó ayer domingo a su rival de extrema derecha, Marine Le Pen, por un cómodo margen, según las primeras proyecciones de los encuestadores, asegurando con ello un segundo mandato y evitando lo que habría sido un terremoto político.

Las primeras proyecciones mostraban a Macron con alrededor del 58% de los votos. Aunque estas estimaciones suelen ser exactas, pueden modificarse a medida que se vayan conociendo los resultados oficiales de todo el país.

Los resultados aparecieron en una pantalla gigante en el Campo de Marte, a los pies de la torre Eiffel, donde los partidarios de Macron ondeaban banderas francesas y de la Unión Europea. La gente se abrazaba y coreaba el nombre del mandatario.

Por el contrario, una reunión de abatidos partidarios de Le Pen estalló en abucheos y silbidos al conocer la noticia en un extenso salón de recepciones en las afueras de París.

Ahora, el primer gran reto serán las elecciones parlamentarias. Están a la vuelta de la esquina: en junio, y los partidos de la oposición, tanto de izquierda como de derecha, iniciarán de inmediato una gran campaña para intentar votar un parlamento y un gobierno opuestos a Macron.

Las encuestadoras Ifop, Elabe, OpinionWay e Ipsos proyectaron una victoria de Macron del 57.6% al 58.2% Macron habría obtenido casi 17.5 millones de votos, frente a los casi 13 millones de su rival, la ultraderechista Marine Le Pen, lo que supone la mitad de diferencia de la que el actual presidente obtuvo hace cinco años en su primer duelo en segunda vuelta frente a la líder de la extrema derecha.

Más tarde, de acuerdo con los resultados provisionales publicados este lunes por el Ministerio del Interior una vez escrutado el 100% de los votos, Emmanuel Macron fue reelegido con el 58.54% de los votos, mientras que su rival Marine Le Pen se quedó con un 41.46%.

La victoria del centrista y proeuropeo Macron será aclamada por sus aliados como un respiro tras las sacudidas de los últimos años por la salida de Reino Unido de la Unión Europea, la elección en 2016 de Donald Trump y el ascenso de una nueva generación de líderes nacionalistas.

Solo dos presidentes franceses antes que él han conseguido un segundo mandato. No obstante, su margen de victoria parece ser más estrecho que cuando venció por primera vez a Le Pen en 2017, lo que pone en evidencia cómo muchos franceses siguen sin estar impresionados con él y su gobierno.

Esa desilusión se reflejó en las cifras de participación. Los principales institutos de encuestas de Francia dijeron que la tasa de abstención probablemente se establecería en torno al 28%, la más alta desde 1969.

Con el telón de fondo de la invasión rusa de Ucrania y las consiguientes sanciones occidentales que han exacerbado la subida de los precios del combustible, la campaña de Le Pen se centró en el aumento del costo de la vida como punto débil de Macron. Por su parte, Macron señaló que la admiración de su rival por Vladimir Putin en el pasado demuestra que no se puede confiar en ella en la escena mundial, al tiempo que insistió en que mantiene sus planes para sacar a Francia de la Unión Europea, algo que ella negó.

Tras conocerse las proyecciones, diversos líderes mundiales felicitaron a Macron. El primer ministro de la India, Narendra Modi, felicitó este lunes a su “amigo” el presidente francés, Emmanuel Macron, por su victoria en los comicios generales de Francia.

A estas felicitaciones se unieron el presidente de Estados Unidos, Joe Biden; el primer ministro británico, Boris Johnson; el exmandatario de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva; el presidente chino, Xi Jinping; la presidenta de Grecia, Katerina Sakellaropulu; los presidentes del Consejo, la Comisión y el Parlamento, el liberal Charles Michel y las populares Ursula Von der Leyen y Roberta Metsola, respectivamente; Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE); entre otros. Llamó la atención la felicitación del presidente ruso, Vladímir Putin y el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.

El presidente Andrés Manuel López Obrador no se quedó atrás, celebró ayer, mediante un mensaje en sus redes sociales, la reelección de Macron, aunque atribuyó parte de su triunfo al izquierdista Jean-Luc Mélenchon.

“Celebro el triunfo del presidente Emmanuel Macron. El pueblo francés volvió a ponerse cera en los oídos para no escuchar ‘el canto de las sirenas'”, escribió López Obrador en Twitter en referencia también a la derrota de la ultraderechista Marine Le Pen.

En Broojula tenemos el mejor análisis de esta elección. Fausto Pretelin, analista internacional y columnista en El Economista, ayuda a entender qué pasa en Francia y con el movimiento que encabeza Emmanuel Macron.

Emmanuel Macron y Marine Le Pen han iniciado ya con sus campañas para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas del próximo 24 de abril, luego de que ayer fueron los ganadores de la primera vuelta, buscando atraer a los votantes de los candidatos que no avanzaron.

Según el recuento de votos que concluyó este lunes, muestra que Macron logró imponerse con un 27.84% de los votos, frente a un 23.15% que obtuvo Le Pen. Ambos mejoraron sus registros de la primera vuelta de 2017, e incluso el presidente logró un margen ligeramente mayor.

En tercera posición terminó el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, de la Francia Insumisa, con un 21.95%. También por encima del 19.58% que había conseguido en 2017, cuando había finalizado en cuarta posición por detrás del que fue entonces el pretendiente de Los Republicanos (LR), François Fillon.

Esta vez, la cuarta posición con un 7.07% de los sufragios correspondió al ultraderechista Éric Zemmour, que fue el gran fenómeno mediático durante varios meses de la precampaña pero que se desinfló después, en parte desde el comienzo de la guerra en Ucrania.

Por detrás de Zemmour y ya por debajo del umbral del 5%, que da derecho al reembolso de los gastos electorales, quedaron Valérie Pécresse de LR (4.78%); el ecologista Yannick Jadot (4.63%); el defensor del mundo rural Jean Lasalle (3.13%); el comunista Fabien Roussel (2.28%), el soberanista Nicolas Dupont-Aignan (2.06%); la socialista Anne Hidalgo (1.75%), el trostkista Philippe Poutou (0.77%) y la también trostkista Nathalie Artaud (0.56%).

La abstención fue relativamente alta para una primera vuelta de las presidenciales en Francia (26.31%), pero sin llegar a los niveles récord de 2002.

Los sondeos de intención de voto divulgados hasta ahora coinciden en una victoria de Macron el próximo 24 de abril, pero por un margen mucho más estrecho que el contundente 66.1% vs 33.9% de 2017. Ahora, la reelección del presidente sería por una diferencia de entre 2 y 8 puntos porcentuales, según cuatro institutos demoscópicos.

Tras conocer los resultados, los candidatos del arco político que va desde la derecha moderada hasta el comunismo hicieron llamamientos a votar a Macron, o al menos a no votar por Le Pen. Se trata de una nueva edición del llamado “frente republicano”, como se llama en Francia al cordón sanitario para evitar que la ultraderecha llegue al poder en cualquier nivel de gobierno.

El hundimiento de las dos grandes formaciones tradicionales de centroderecha (Los Republicanos) y centroizquierda (Partido Socialista) hace que los dos aspirantes al Elíseo tengan que buscar votos entre electores más radicalizados o en la abstención, que fue la segunda más alta en una primera vuelta.

Los resultados del domingo muestran que Le Pen fue la más votada en 20,484 poblaciones, por las 11,788 de Macron, mientras que Mélenchon logró 2,970. Esto confirma la posición dominante de Le Pen entre las clases populares de pequeñas poblaciones, que se sienten desatendidas por el gobierno y alejadas de los beneficios de la globalización.

En cambio, las ciudades medianas y grandes han estado dominadas claramente por Macron y Mélenchon.

La primera vuelta ha puesto en evidencia, además, la progresión del electorado de extrema derecha, que suma ya casi un tercio (un 32%) en tres candidaturas, con un claro dominio en la regiones del norte, centro, este y sureste del país.

Las fuerzas rusas han ocupado un estratégico puerto marítimo ucraniano y asediaban otro en un intento por separar al país de sus costas, al tiempo que ambas partes se sentaron para otra ronda de conversaciones con que se busca poner fin a los combates que han obligado a más de un millón de personas a huir del país.

El intento de Moscú de tomar el control de la capital ucraniana aparentemente ha parado, pero las fuerzas militares han realizado avances considerables en el sur de Ucrania como parte de los intentos de interrumpir la conexión del país al Mar Negro y al Mar de Azov.

Rusia informó que tenía el control de Jersón, y funcionarios ucranianos locales confirmaron que las fuerzas tomaron el mando de la sede del gobierno local en el puerto sobre el Mar Negro de unos 280,000 habitantes, siendo la primera ciudad importante que cae en su poder desde el inicio de la invasión hace una semana.

La ofensiva rusa continuaba en varios frentes, aunque una columna de tanques y otros vehículos aparentemente estaba atascada desde hace días fuera de Kiev, la capital. Este jueves se libraban combates intensos en las afueras de otra estratégica ciudad portuaria, Mariupol, frente al mar de Azov. Las redes eléctrica y telefónica estaban caídas en gran medida, y la población enfrentaba escasez de agua y alimentos.

En tan solo siete días de combates, más del 2% de la población de Ucrania se ha visto forzada a abandonar el país, según el recuento de la agencia de la ONU para los refugiados. La evacuación masiva estaba a la vista en Járkiv, una ciudad de 1.4 millones de habitantes y la segunda más grande del país.

Los residentes desesperados por huir de la artillería y los bombardeos abarrotaban la estación ferroviaria y subían a los trenes, incluso sin saber adónde se dirigían.

En ese lapso han muerto al menos 227 civiles y otros 525 han sufrido heridas, de acuerdo con las cifras más recientes de la Alta Comisión de la ONU para los Derechos Humanos. La agencia reconoció que la verdadera cifra es mucho mayor, y Ucrania había indicado previamente que han muerto más de 2,000 civiles, cifra que no se pudo verificar de manera independiente.

La presidencia ucraniana confirmó esta mañana que comenzó la segunda ronda de conversaciones con Rusia sobre la guerra en Ucrania en Bielorrusia.

“Estamos preparados para conversar, pero continuaremos la operación porque no permitiremos a Ucrania conservar una infraestructura militar que amenaza a Rusia”, dijo previamente el canciller ruso Serguei Lavrov, repitiendo la acusación con que Rusia ha justificado reiteradamente su invasión.

Lavrov agregó que las potencias occidentales han armado a Ucrania, entrenado sus tropas y construido bases para trasformar el país en un baluarte contra Rusia.

Estados Unidos y sus aliados insisten que la OTAN es una alianza defensiva que no amenaza a Rusia. Y Occidente teme que el objetivo de la invasión sea derrocar al gobierno ucraniano e instaurar un régimen adicto, aunque Lavrov aseguró que Moscú permitiría a los ucranianos elegir el gobierno que quieran.

El presidente ruso Vladimir Putin evocó el espectro de la guerra nuclear al poner a las fuerzas nucleares en alerta, pero ante las preguntas de si Rusia escalaría la guerra con armas nucleares el canciller dijo que eran habladurías de Occidente.

Sobre el conflicto, el presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que “lo peor está por venir”, esto tras una conversación telefónica con el mandatario ruso quien le expresó su determinación a seguir la ofensiva y que podría “tomar el control” de todo el país, informó el Palacio del Elíseo.

En una conversación que duró una hora y media, Vladimir Putin afirmó a su homólogo francés Emmanuel Macron que la operación rusa se desarrolla “acorde a los planes” y que podría “intensificarse” si los ucranianos no aceptan sus condiciones.

Putin también alertó que podría aumentar sus exigencias a la lista de demandas que presentó a Ucrania. “Rusia tiene la intención de seguir sin hacer concesiones en su lucha contra los miembros de grupos nacionalistas que cometen crímenes de guerra”, declaró Putin, según el comunicado de la presidencia francesa.

En la conversación calificada como “franca” por la presidencia rusa, Putin expresó su “desacuerdo” con el discurso pronunciado por su homólogo francés sobre el conflicto en Ucrania, en el que Macron afirmó que era “mentira” que Rusia estuviera luchado contra el nazismo en Ucrania.

Respecto a las conversaciones que se llevan a cabo en Bielorrusia, Putin dijo a Macron que su país podrá sobre la mesa una “desmilitarización y un estatuto neutral para Ucrania, para que ninguna amenaza de cualquier tipo que afecte a Rusia pueda venir de este territorio”, según el Kremlin.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió este lunes “poner fin” a la controvertida construcción del oleoducto Nord Stream 2 para abastecer de gas ruso a Europa si Moscú invade Ucrania.

Biden habló junto al canciller alemán Olaf Scholz a quien recibió en La Casa Blanca. Scholz sin embargo, se mantuvo un poco más moderado en su posición y solo prometió estar “unidos” con Biden.

La declaración de Biden ha sido la más contundente hasta ahora respecto al futuro del nuevo gasoducto, que ya se terminó, pero que no ha empezado a canalizar gas natural hacia Alemania.

“Si Rusia invade, eso significa tanques o tropas cruzando la frontera de Ucrania nuevamente, entonces ya no habrá más un Nord Stream 2”, dijo Biden. “Les prometo”, dijo Biden, que “le pondremos fin”.

Scholz fue mucho menos claro sobre hasta dónde estaría dispuesto a llegar para castigar a Rusia si despliega un ataque por parte de sus más de 100,000 tropas concentradas en la frontera con Ucrania por órdenes del presidente Vladimir Putin.

El canciller alemán advirtió que él y Biden están “absolutamente unidos” en aplicar sanciones contra Rusia e insistió en que no darán “pasos diferentes”. “Daremos los mismos pasos y serán muy, muy fuertes hacia Rusia”.

Al ser preguntado por los periodistas acerca del Nord Stream 2, Scholz evitó mencionar el gasoducto con nombre propio o confirmar directamente que apoyaría eliminar la infraestructura.

Scholz, en su primera visita a La Casa Blanca desde que asumió en reemplazo de Angela Merkel, ha sido criticado por Ucrania y Estados Unidos por su postura casi pasiva en defensa de la Ucrania pro-occidental.

Las críticas provienen de la decisión alemana de no unirse a Estados Unidos y otros aliados de la OTAN en el envío de armas para ayudar a los militares ucranianos, y también porque muchos dudan que Alemania esté dispuesta a cerrar el Nord Stream 2.

“Alemania es uno de nuestros aliados más importantes en el mundo. No hay duda sobre la alianza entre Alemania y Estados Unidos. Ninguna”, subrayó Biden.

Por su parte el presidente francés, Emmanuel Macron, propuso también este lunes a su homólogo ruso Vladimir Putin “construir garantías de seguridad concretas” para todos los Estados implicados en la crisis ucraniana.

“El presidente Putin me aseguró su disposición a participar en este proceso y su voluntad de mantener la estabilidad y la integridad territorial de Ucrania”, agregó Macron durante una rueda de prensa conjunta tras más de cinco horas de conversaciones con el líder ruso en Moscú.

Mientras el presidente ruso subrayaba sus desacuerdos con la OTAN, el mandatario francés hizo un resumen de sus objetivos: “la estabilidad militar a corto plazo y que el diálogo entre Rusia, Estados Unidos y los europeos prosiga para encontrar soluciones para la seguridad de todos”.

En ese sentido, Macron aceptó, como sugería Putin, que “no hay seguridad para los europeos si no hay seguridad para Rusia”. Pero al mismo tiempo, recordó al presidente ruso que los países bálticos y los países europeos fronterizos tenían “los mismos temores” de seguridad que las de Rusia.

Macron prometió “intensificar los contactos” con todos sus socios para “construir nuevas soluciones”. “Hemos esbozado algunas vías en nuestra reunión”, añadió.

Tras la rueda de prensa, la presidencia francesa aseguró que los dos dirigentes habían alcanzado varios puntos de acuerdo que, sin embargo, no mencionaron durante la rueda de prensa. En particular, Moscú aceptó, según París, retirar sus soldados al final de las maniobras de Zapad, en Bielorrusia. El Elíseo citó también el compromiso de ambas partes de “no tomar nuevas iniciativas militares, lo que permite prever una desescalada”.

Un hombre que se encontraba entre un grupo de personas a las cuales se acercó el presidente de Francia, Emmanuel Macron, cacheteó al mandatario, esto en una provincia al sur de Francia.

El equipo de seguridad del mandatario tiró al hombre al suelo y alejó a Macron. Dos personas fueron arrestadas según información difundida por las cadenas BFM TV y RMC radio.

El primer ministro, Jean Castex, dijo que el ataque fue una afrenta a la democracia.

Macron estaba de visita en la región de Drome, donde se reunió con restauradores y estudiantes para hablar sobre el regreso a una vida normal después de la epidemia de COVID-19.

En un video que circula por las redes sociales se puede ver a Macron, caminando, incluso corriendo, hacia el grupo de personas que deseaban saludar al mandatario, esto tras una barrera que se había montado. En ese momento, Macron extiende la mano para saludar y un hombre con playera verde, lentes y mascarilla arremete contra él.

Entonces se pudo escuchar al hombre gritando “Abajo Macronia” antes de golpear a Macron. También se oyó al hombre gritando “Montjoie Saint Denis”, el grito de batalla del ejército francés cuando el país aún era una monarquía.

Hasta el momento no ha sido revelada la identidad del agresor ni los motivos que lo llevaron a golpear al presidente.

Las reacciones de la clase política no tardaron en llegar. El primer ministro, Jean Castex, denunció en el parlamento que “la política no puede ser la violencia, la agresión verbal y menos la agresión física”.

Los líderes de la oposición también condenaron la agresión. El candidato de izquierda radical a la presidencia, el diputado Jean-Luc Mélenchon, se dijo “solidario” con Macron.

“Es inadmisible atacar físicamente al presidente de la República, a responsables políticos, pero más aún al presidente”, declaró por su parte Marine Le Pen, candidata ultraderechista.

Este incidente se produce en un clima cada vez más tenso en Francia, donde se multiplican los insultos y los ataques verbales.

Minutos antes de ser abofeteado, Emmanuel Macron llamó a “todo el mundo al respeto y a la calma para no debilitar la democracia”.

Las agresiones físicas a presidentes son poco habituales en Francia. La más grave en las últimas décadas remonta a 2002 cuando un militante de extrema derecha intentó asesinar a balazos a Jacques Chirac durante el desfile militar del 14 de julio.

Las explosiones del martes pasado en el puerto de Beirut ha golpeado a un país, Líbano, “ya muy frágil, tras meses de crisis económica y de pandemia” de coronavirus, por lo que los efectos adversos de la catástrofe durarán mucho tiempo, advirtió hoy el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

La organización, que trabaja sobre el terreno para atender a víctimas y afectados por el siniestro, que causó 137 muertos y dejó más de 5,000 heridos, subrayó que unas 250,000 personas se han quedado sin hogar debido a las explosiones, algunas de ellas se han visto obligadas a dejar la capital, y varios hospitales en la zona afectada han sufrido graves daños.

“Líbano seguirá sintiendo durante largo tiempo los efectos de la explosión, ya que, además de las pérdidas de vidas humanas y los heridos, se ha quedado mucha gente sin hogar y sin su modo de vida”, indicó la organización, al tiempo que reiteró su compromiso de “apoyar al Líbano en estos momentos difíciles”.

Cruz Roja subraya además que la destrucción del puerto de Beirut tendrá un efecto devastador, al reducir la capacidad importadora del Líbano y las posibilidades de recibir ayuda humanitaria tanto para esa nación como para la vecina Siria.

Asimismo, el CICR indicó que ha entregado ayuda médica a 12 centros médicos de Beirut y sus alrededores y recordó que desde 2016 colabora directamente en el Hospital Rafik Hariri, que es el principal centro de respuesta a la pandemia de COVID-19.

Topadoras del ejército libanés trabajaban este jueves entre los escombros para reabrir las carreteras en torno al puerto de Beirut, al día siguiente de que el gobierno prometiera investiga la devastadora explosión de esta semana y pusiera a los responsables del puerto bajo arresto domiciliario.

También podría haber acelerado los contagios de coronavirus en el país, ya que miles de personas llenaron los hospitales tras la detonación, advirtieron autoridades del país.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, llegó este jueves al país, donde aseguró que “Líbano no está sola”. Hizo un llamado por ayuda urgente.

En la primera visita de un jefe de Estado al Líbano luego de la tragedia, Macron prometió ayudar a organizar la asistencia internacional pero dijo que el Gobierno local debe implementar reformas económicas y abordar la corrupción.

“Si no se llevan adelante reformas, el Líbano continuará hundiéndose”, dijo Macron luego de ser recibido en el aeropuerto por el presidente libanés, Michel Aoun. “Lo que también se necesita aquí es un cambio político. Esta explosión debería comenzar una nueva era”, sostuvo.

Vistiendo una corbata negra en señal de luto, Macron recorrió el lugar de la explosión y las calles destruidas de Beirut donde multitudes enardecidas exigían el final del “régimen” de la jerarquía política del Líbano, a la que acusan de corrupción y de provocar un desastre en el país.

El candidato a la alcaldía de París por el partido del presidente francés Emmanuel Macron, Benjamin Griveaux, anunció este viernes el retiro de su candidatura tras la difusión de un video sexual, a un mes de las elecciones.

Tras padecer “ataques infames (…) he decidido retirar mi candidatura a la elección municipal parisina”, afirmó Griveaux, en un video difundido en redes sociales.

Un sitio de internet difundió la noche del miércoles un video íntimo y mensajes dirigidos a una mujer, afirmando que procedían del exportavoz del gobierno. Poco a poco fueron divulgados en las redes sociales.

Indicó que su familia no merece ese tipo de ataques.

“Durante más de un año, mi familia y yo hemos sido objeto de comentarios difamatorios, mentiras, rumores, ataques anónimos, la revelación de conversaciones privadas robadas y amenazas de muerte”, indica en su video. “Como si esto no fuera suficiente, ayer se alcanzó otro nivel”.

El polémico artista ruso, Piotr Pavlenski, famoso por impactantes performances de protesta contra el poder, dijo haber publicado el video que incrimina a Griveaux.

Pavlenski explicó que filtró el video para “denunciar la hipocresía” de Griveaux, que “dice que quiere ser el alcalde de las familias y cita siempre como ejemplo a su mujer y niños, pero hace todo el contrario”.

De 42 años, Griveaux es considerado como un político cercano al presidente francés. Ayudó a Macron a fundar su partido La República en Marcha (LREM) con el que ganó las elecciones presidenciales en 2017.

Griveaux indicó que se reunió el jueves por la noche con el presidente francés que, según él, le dijo que le apoyaría “cualquiera” que fuera su decisión.

Las últimas encuestas lo mostraban rezagado en el tercer lugar para las elecciones municipales, detrás de la actual alcaldesa, la socialista Anne Hidalgo, y la candidata conservadora Rachida Dati.

La líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, anunció hoy que competirá en las elecciones presidenciales de 2022, postulación que hará oficial en el próximo congreso de su partido, Rassemblement National (RN).

En conferencia de prensa en la sede de la agrupación en Nanterre, precisó que el actual presidente Emmanuel Macron ya inició la campaña y no lo dejará “correr solo”.

De acuerdo a lo que reportó el diario francés Le Figaro, Le Pen indicó que ante el importante trabajo que es necesario llevar a cabo, es importante comenzar lo más pronto posible la campaña.

Hizo un llamado a sus seguidores “de decirles, al igual que a los franceses, que ahora es necesario trabajar y comprometerse para que Macron no sea reelecto”.

Bajo la consideración de que oficialmente la campaña por la presidencia de Francia iniciará hasta dentro de un año, dijo que aprovechará ese tiempo para presentar una serie de “libros blancos” sobre seguridad, fraudes, transición energética y defensa.

Le Pen, de 51 años de edad, es hija de Jean-Marie Le Pen fundador del Frente Nacional que luego se transformó en el Rassemblement National.

En las elecciones de 2022 será la tercera vez que busque la presidencia francesa, luego de que en los comicios de 2012 quedó en tercer lugar y en 2017 subió a la segunda posición, detrás de Macron, el actual presidente francés.

La huelga en los transportes en Francia contra la reforma del sistema de pensiones entró este jueves en su jornada número 29, un récord histórico, mientras sigue el bloqueo en las negociaciones con los sindicatos a la espera de nuevas movilizaciones la semana siguiente.

La tregua de facto durante las vacaciones de fin de año permitió una leve mejoría este jueves, con solo una línea de metro totalmente cerrada en París y un tren de alta velocidad de cada dos circulando en el país.

En el inverno de 1986-1987 los trabajadores de la compañía francesa de ferrocarriles (SNCF) estuvieron en huelga 28 días.

Unos 200 manifestantes, entre ellos trabajadores del ferrocarril y funcionarios territoriales, se concentraron este jueves frente a una refinería en Donges (oeste de Francia) donde bloquearon las salidas.

Para el jueves 9 de enero hay convocada una nueva movilización nacional aunque a partir del próximo lunes están previstas manifestaciones de varias profesiones liberales, como los abogados, y en el sector petrolero.

El sindicato CGT en el sector químico pidió bloquear a partir del martes refinerías y depósitos petroleros durante cuatro días.

Por su parte el secretario general de CGT, Philippe Martinez, pidió a “todos los franceses que se movilicen, que vayan a las manifestaciones y se pongan en huelga”.

La secretaria de Estado de Economía, Agnès Pannier-Runacher, condenó este tipo de movilizaciones. “El bloqueo de refinerías es ilegal. No es el derecho de manifestarse, el derecho a la huelga”, afirmó a la cadena de televisión BFMTV.

En su mensaje de fin de año, el presidente francés Emmanuel Macron pidió un “compromiso rápido” entre el gobierno y los sindicatos. El ejecutivo apuesta por buscar una salida negociada con los sindicatos más reformistas (CFDT, CFTC et Unsa).

El detonante de la huelga es una reforma del sistema de pensiones que prevé fusionar los 42 regímenes de pensiones existentes en un sistema único y atrasar dos años la edad de jubilación (de 62 a 64 años) para recibir una pensión completa.

Esta última cuestión, que Macron no abordó en su mensaje, es uno de los principales obstáculos en las negociaciones y el número uno de la CFDT, Laurent Berger, dijo que se trata de “una línea roja”, aunque el sindicato no ha pedido de momento participar en las manifestaciones del 9 de enero.

Macron sí aseguró que la reforma “tomará en cuenta las tareas difíciles para permitir a los que las ejercen irse antes”.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, aseguró este miércoles que podría hacer alguna concesión en su proyecto de reforma de pensiones durante las negociaciones con los sindicatos, después de dos semanas de huelga de transporte y movilización en las calles que amenazan con arruinar las fiestas de fin de año de los franceses.

“El presidente no abandonará el proyecto, pero está dispuesto a mejorarlo durante las conversaciones previstas con los sindicatos”, afirmaron este miércoles fuentes cercanas al jefe de Estado, que auguran “avances importantes” antes de que finalice la semana.

El primer ministro francés, Edouard Philippe, recibirá este miércoles por la tarde a los responsables de los sindicatos y la patronal para intentar encontrar una salida a la crisis que tiene entre la espada y la pared al gobierno, preocupa a los comerciantes y tiene cansada a la población.

Macron, al que esta protesta no ha perjudicado aún en términos de popularidad, quiere “obtener una pausa” en la movilización social “durante las fiestas” de fin de año, según fuentes del gobierno.

Los sindicatos, sin embargo, reiteraron esta semana que no tienen intenciones de hacer una “tregua” navideña si el gobierno no cede y retira su proyecto de reforma.

Según información filtrada por fuentes cercanas a Macron, el ejecutivo podría hacer concesiones sobre uno de los puntos más polémicos de su reforma: la llamada “edad de equilibrio” o edad oficial de jubilación, que la reforma sitúa en 64 años a partir de 2027 frente a los 62 actuales.

Trabajar menos de esa edad daría derecho a una pensión más pequeña, trabajar más allá de esa edad, a una remuneración mayor. Esta idea ha sido rechazada en bloque por los sindicatos, sobre todo la CFDT, que era hasta hace poco el principal aliado del gobierno.

Philippe hará todo lo posible para recuperar a su aliado, con la ayuda de Laurent Pietraszewski, el nuevo encargado del gobierno para esta reforma de las pensiones, que reemplaza a otro responsable que dimitió en plena crisis social por un presunto conflicto de intereses.

Los sindicatos llegan a la mesa de negociaciones fortalecidos después de que ayer lograran sacar a las calles a cientos de miles de personas en todo el país, en la tercera jornada de protestas nacionales en dos semanas.

Más de 600,000 manifestantes, según el ministerio del Interior, y 1.8 millones, según los sindicatos, participaron en las protestas en varias ciudades de Francia, en rechazo a esta reforma que prevé fusionar los 42 regímenes de pensiones existentes en un sistema único.

Según una encuesta, 62% de los franceses sigue apoyando la huelga, pero el 69% desea una “tregua” por Navidad.

Turistas frustrados en toda Francia se enfrentaron este viernes por segundo día consecutivo con un caos en el transporte, mientras los sindicatos se preparan para lo que esperan sea una larga protesta contra los planes del presidente, Emmanuel Macron, para rediseñar el sistema nacional de jubilación.

La mayoría de los trenes están detenidos, incluyendo los del metro de París, mientras las carreteras se colapsaron en todo el país.

El Palacio de Versalles seguía cerrado el viernes y el Museo del Louvre advirtió a los visitantes que podrían encontrarse con demoras y algunas galerías cerradas. La Torre Eiffel volvía a recibir turistas, pero los turistas de todo el mundo seguían sufriendo las consecuencias de las protestas.

Envalentonados por la mayor muestra de descontento público en años, los sindicados anunciaron nuevas protestas, “intergeneracionales” y a nivel nacional, para el martes contra una reforma que ven como un ataque a los derechos conquistados por los trabajadores.

Al menos 800,000 personas se manifestaron en todo el país este jueves dentro de una huelga que cerró escuelas y algunos servicios públicos y alteró el funcionamiento de hospitales y refinerías. La policía disparó varias rondas de gases lacrimógenos y los manifestantes prendieron fuegos en el este de Paris.

La mayoría de las movilizaciones fueron pacíficas y la violencia de los radicales no desanimó a los sindicatos para llamar a toda la sociedad francesa a unirse a las marchas la próxima semana.

El presidente Macron está decidido a seguir adelante con una de sus medidas clave, los cambios en el complicado y relativamente generoso sistema de pensiones francés, para transformar la economía.

Quienes se oponen a la reforma temen que los cambios en cómo y cuándo podrán jubilarse los trabajadores amenace el estilo de vida francés y les haga trabajar más años por una pensión más baja.

El gobierno de Macron lleva meses negociando con sindicatos y otros colectivos, aunque ha dicho que no hará públicos los detalles del plan hasta la próxima semana. El ejecutivo dijo que no cambiará la edad oficial de jubilación de 62 años, pero se espera que los cambios orillen a la población a trabajar por más tiempo.

La incertidumbre en torno a las repercusiones de la reforma está alimentando los temores de la gente. Las encuestas muestran que la mayoría de los franceses respaldan la huelga y el movimiento de protesta, al menos por ahora, con la esperanza de que empuje al gobierno a prestar más atención a las preocupaciones de los trabajadores.

Los mandatarios del Reino Unido, Canadá, Francia y Holanda fueron captados por las cámaras en el Palacio de Buckingham riéndose del presidente estadounidense, Donald Trump, por sus largas apariciones ante la prensa en la cumbre de la OTAN.

Las imágenes, filmadas por el anfitrión británico el martes por la noche y emitidas con subtítulos por la cadena canadiense CBC, podrían afectar este miércoles la reunión de los aliados en Watford, en las afueras de Londres.

En ellas, se puede escuchar al primer ministro británico, Boris Johnson, preguntando al presidente francés, Emmanuel Macron: “¿Es por eso que llegaste tarde?”.

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, interviene: “Llegó tarde porque su rueda de prensa duró 40 minutos”.

A principios del martes, la reunión bilateral entre Macron y Trump estuvo precedida por un largo encuentro con los medios, en el que los líderes mostraron públicamente sus desacuerdos sobre la estrategia de la OTAN y sobre comercio.

En el video, Macron parece contar una anécdota sobre el encuentro, ante las miradas de la princesa Ana y el primer ministro holandés, Mark Rutte, aunque el líder galo está de espaldas a la cámara, por lo que sus palabras resultan inaudibles.

“Oh, sí, sí, anunció…”, apunta en tono de burla Trudeau, agregando: “Acabas viendo a su equipo boquiabierto”.

Al igual que en la reunión de la OTAN del año pasado, Trump ha rechazado el protocolo de la cumbre y ha usado sus apariciones públicas con aliados para responder a decenas de preguntas de los periodistas.

El dirigente calificó así de “insultantes” las críticas de Macron sobre la muerte cerebral la OTAN, cargó de nuevo contra los países europeos “morosos” por no gastar los suficiente y contra la investigación de cara a un juicio político en su país.

Tras la segunda jornada de cumbre, que debería terminar con una declaración común para reiterar la unidad de los aliados, Trump debe dar otra conferencia de prensa, en esta ocasión en solitario.

El presidente francés, Emmanuel Macron, reiteró este martes sus polémicas declaraciones sobre la OTAN, a la que había acusado de estar en “muerte cerebral”, provocando el disgusto de sus socios de la Alianza Atlántica poco antes del inicio de una cumbre en Londres.

“Mi afirmación provocó la reacción de mucha gente”, pero “mantengo” esas palabras, afirmó el mandatario en rueda de prensa conjunta con el presidente estadounidense Donald Trump, que horas antes había calificado estas declaraciones de “muy insultantes”.

“Cuando se mira lo que la OTAN debería ser, en primer lugar se ve el desplazamiento en el peso y el presidente Trump ya lo recordó”, afirmó Macron, subrayando que Estados Unidos es el primer contribuidor “con diferencia”.

Pero “cuando hablamos de la OTAN no se trata sólo de dinero”, agregó.

En su polémica entrevista con The Economist, en que denunció la “muerte cerebral” de la organización, Macron había puesto como ejemplo la ofensiva de un aliado, Turquía, contra las milicias kurdas en el norte de Siria, clave en la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico, lo que enfureció a Ankara.

Al respecto, el presidente Donald Trump reconoció este martes que tiene una “pequeña disputa” con Macron, sobre la OTAN, pero dijo que confía en que “probablemente” puedan “resolverlo”.

Mientras Trump insistió en la necesidad de que los aliados hagan más aportes a las arcas de la OTAN, Macron fue más duro al insistir en que no se trata de hablar “solo de dinero”, sino de tener una “estrategia clara” sobre lo que debe ser la Alianza.

Este martes el gobierno de Brasil rechazó  20 millones de euros en fondos de emergencia para combatir los incendios del Amazonas que había ofrecido el presidente francés Emmanuel Macron en nombre de los países del G-7.

El dinero, parte de un plan del G-7 para apagar los incendios y luego proteger la selva tropical, es una amenaza para la soberanía de Brasil, declaró el presidente Jair Bolsonaro a los periodistas. Agregó que Macron tendría que “disculparse por los insultos en mi contra” antes de cualquier discusión sobre la ayuda al Amazonas.

En una respuesta iracunda a un comentario hecho por Bolsonaro en las redes sociales, Macron señaló el lunes que esperaba que “los brasileños pronto tengan un presidente digno de ellos”.

Se refería a un comentario sarcástico hecho por el mandatario brasileño en una publicación de Facebook en la que se burló de la apariencia física de la primera dama francesa, Briggite Macron.

Anteriormente, el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Ernesto Araujo, calificó la iniciativa liderada por Francia en esa región del país sudamericano como “redundante” y acusó a la comunidad internacional de no cumplir con las promesas anteriores de financiamiento para la región acordada con las Naciones Unidas.