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OPOSICIÓN PRENSA

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EL UNIVERSAL

 

Tras advertir quela libertad de expresión está amenazada y bajo constante presión desde Palacio Nacional, el periodista y escritor Pablo Hiriart Le Bert advierte que México no puede vivir sin una prensa libre.

Se pronuncia por la unidad de los medios de comunicación, intelectuales y académicos para enfrentar los retos que significan las acciones del crimen organizado y las presiones de algunos sectores de la clase política.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Hiriart Le Bert -quien ha seguido durante 32 años la carrera política del Presidente de la República y actualmente radica en Miami-, sostiene que la prensa no puede convertirse en oposición del gobierno federal ni dela Cuarta Transformación pues la búsqueda del poder le corresponde a los partidos políticos.

“No somos partidos políticos y los periodistas no somos dirigentes partidistas sino que estamos para enseñar errores, aciertos o impulsar proyectos del país en los cuales creemos. Dada la presión que ejerce el Presidente y la amenaza latente que hay contra los medios, se ha dado un alineamiento verdaderamente vergonzoso en muchos medios de comunicación con laspolíticas destructivas del presidente y no lo hacen por convicción, yo respeto a los que lo hacen por convicción, pero lo hacen por miedo”, señala.

Ganador del Premio Nacional de Periodismo en 2005, Hiriart Le Bert destaca el liderazgo de EL UNIVERSAL para tratar de unir al gremio periodístico y dar voz, “dar espacio a todas las voces y tratar de unir al gremio, no en contra del Presidente, sino en favor de un derecho a pensar por cuenta propia y a decirlo sin ambages y no sufrir consecuencias por ello”. Ataja: “El Presidente está dando las batallas que tiene que dar para imponer su proyecto”.

– ¿Cómo ve la situación de la libertad de expresión en México en estos momentos?

Veo una libertad de expresión amenazada, bajo constante presión del Presidente de la República. Los medios de comunicación están siendo chantajeados, a través de calumnias e infundios que aparecen todos los días por parte de la máxima autoridad del país.

Una cosa es el derecho que tiene el Presidente a debatir puntos de vista con los medios, sin duda que la tiene, pero no debate, él tiene una incapacidad profunda para debatir, porque es un político autoritario que se expresa en un primitivismo binario de sí o no, estás conmigo  o estás contra mí. Y ese tipo de políticos no admite el diálogo con los medios de comunicación, con los académicos, con los periodistas, ni siquiera en su propio partido.

No dialoga, no concilia. La extorsión se realiza a través de estas críticas, de estás contra mí eres un golpista perteneces a el BOA  y toda esa andanada de calumnias y difamaciones que salen de Palacio Nacional son una amenaza y una intimidación constante a los medios. Sí, la libertad de expresión está en riesgo y está siendo amenazada, está siendo extorsionada por el presidente Andrés Manuel López Obrador. El Presidente está dando las batallas que tiene que dar para imponer su proyecto estatista y antidemocrático.

– En los últimos días se han reportado agresiones contra periodistas en Guanajuato y Sinaloa.

Sí, estamos en la indefensión porque tenemos el peligro armado del narco y tenemos el desprecio de la Presidencia. Donde deberíamos encontrar cobijo tenemos a alguien que nos considera un adversario.

– Ante este escenario, ¿qué le queda a los medios y periodistas independientes, seguir luchando?

No vamos a poder luchar por la libertad de expresión de manera aislada, tenemos que ser mucho más unidos, respetando nuestras diferencias de enfoque, de criterio, de origen e inclusive, de visión de país. Estamos todos en peligro, por lo tanto es indispensable la unidad del gremio y no acentuar nuestras diferencias ni distraernos en pequeñeces.

– ¿Por qué llegamos a este escenario?

Mira, en una parte creo que despreciamos la libertad que teníamos con todo y sus defectos, éramos absolutamente libres de publicar de escribir sin ser ni siquiera molestados, sin ser castigados económicamente por el gobierno. Queda como en las épocas de 1982 y antes con el “no pago para que me peguen”, y llegamos a esto porque descuidamos ese derecho que conquistamos y que muchos ejercemos.

Un día se nos cayó, cayó en manos de una persona que tiene una gran habilidad para manipular las emociones de la población, de prácticamente todos los sectores pero fundamentalmente de las clases medias.  También llegamos a esta situación por los excesos que cometió el gobierno democrático de Enrique Peña Nieto y también por errores y falta de crecimiento en el sexenio de Calderón, Fox y de Ernesto Zedillo.

Es decir si se ha cometido un caudal de errores que crearon un caldo de cultivo para el léxico, la retórica del rencor que llevó a la presidencia al licenciado López Obrador.

– Usted es un enérgico crítico del presidente López Obrador, ¿por qué?

Desde hace 32 años, que fue la primera vez que fue candidato a gobernador de Tabasco por el FDN en 1988. He sido muy crítico de López Obrador porque conozco al personaje y lo conozco bastante mejor que otros, bastante más a fondo quiero decir, porque he estado con él desde su casa desde el fraccionamiento las Galaxias en Tabasco cuando arrancaba su carrera, hasta las famosas conferencias mañaneras.

Bueno, he sido un crítico suyo porque soy un demócrata creo en la democracia, luego le ponemos los apellidos que quieras: democracia liberal, democracia con sentido social, lo que sea pero soy un demócrata. Creo que no podemos vivir sin prensa libre y Andrés Manuel López Obrador no es un demócrata, porque no puede nunca convivir con el que piensa diferente, o te sometes a él, o te subordina a él o eres su enemigo.

Cuando lo conocí, cuando llegué a Tabasco él pretendió mi subordinación porque yo venía de un periódico de izquierda y no hubo subordinación a su candidatura ni de chiste, entonces de ahí se creó un ambiente que él se encargó de propiciar y de seguir.  Me puso en uno de sus libros y  luego lo seguí criticando hasta que ganó la Presidencia de la República.

– Lo ha señalado.

Es una persona bastante poderosa, desde sus conferencias mañaneras en más de una docena de ocasiones ha dicho y ha expresado su animadversión a mi persona y eso en México sabemos tiene un impacto y después muchísimos otros más, casi todos los medios de comunicación , periodistas y analistas y académicos que lo critican ya pasaron por las armas de sus rencores y de su intolerancia.

– El peso de las palabras de un Jefe de Estado es diferente al de un luchador social, más cuando se habla de la libertad de expresión ¿no?

No, no, no. Él siempre dijo que estaba en favor de la libre expresión, cuando era un político opositor, pero yo sabía que mentía porque lo conozco y conozco que él es intolerante. No sólo está en riesgo la libertad de expresión lo vemos todos los días, sino que también está en riesgo la democracia.

– ¿Por qué?

Porque así ha sido su trayectoria, porque lo conocemos y cegarnos a esa realidad, creo que va a ser tan costoso cómo haberlo elegido Presidente.

– Entonces lo ha seguido 32 años

Este tipo de personas, bueno a mí como periodista crítico, me ejercía una atracción importante, en señalar: “Cuidado con este personaje que va avanzando en política, se están equivocando con él” y fui enseñando a través de mis escritos, crónicas y después como director de medios la realidad de un político con piel de demócrata, pero qué es un autoritario cuyo principal adversario siempre será el que piensa de manera independiente, el que tiene el subordinado, el funcionario suyo que tiene un criterio propio es un peligro para él.

Y la prensa que muestra aquello que no le gusta como las inundaciones en Tabasco, la falta de medicinas en los hospitales, el personal médico trabajando en condiciones precarias o en la ausencia de medicina para quimioterapias en niños con cáncer, los ve como un ataque personal, ve a esos medios de comunicación que publican las fallas que hay en este gobierno y que había en otros, pero los ve como enemigos personales no como una oportunidad para corregir, para corregir lo que se está haciendo mal, porque no es un nombre de conciliación.

Pone al presente como rehén del pasado, por eso no importa que se vayan las empresas españolas, ellos son parte de esa visión de conquistadores que nos vinieron a robar la plata y a maltratar indígenas y que se vayan con todo y sus energías limpias no le importan, la inversión, no le importa la creación de empleos… no depara el futuro.

– ¿Los señalamientos contra periodistas y medios pueden desbordarse en agresiones físicas?

Sí, desde luego, que el Presidente te señale como un enemigo o él dice la palabra adversario de su proyecto concretamente. una de las últimas, antes de que me viniera Estados Unidos dijo se refirió a mí y a Raymundo Riva Palacio y dijo “a esos columnistas hay que combatirlos”.

¿Qué significa eso para abajo? Muchos lo podrán interpretar,  no es un llamado al debate plural de ideas, sino a combatirlos en la manera en que todos los grupos violentos de la 4T, ahora en redes sociales, pero en medida en que se polariza el país, la sangre puede llegar al río, es enormemente peligroso, lo que hace el presidente porque pone en riesgo la seguridad de la prensa y no de los periodistas y no obtiene nada en un debate en un intercambio de ideas, porque él sólo calumnia. y atemoriza desde Palacio Nacional.

– ¿Se está buscando en la prensa una oposición que pudiera generar equilibrios?

Pudiera ser, es posible, son dos funciones muy diferentes la de la prensa y la de los partidos políticos. La de la prensa es mostrar la realidad, explicar el país al país, desde su punto de vista, las tendencias editoriales son inevitables, son positivas por algo es un país plural.

Pero la función de los partidos políticos es para elecciones, llegar al poder, es una función totalmente distinta y me parece que estratégicamente ellas deberán de medir con quién deben discutir qué es lo que deben debatir, son funciones completamente distintas los periódicos.

No somos (los medios)  partidos políticos y los periodistas no somos dirigentes partidistas sino que estamos para enseñar errores, aciertos o impulsar proyectos del país en los cuales creemos.

Y me parece que en ese sentido, dada la presión que ejerce el presidente y la amenaza latente que hay contra los medios, se ha dado un alineamiento verdaderamente vergonzoso en muchos medios de comunicación, con las políticas destructivas del presidente y no lo hacen por convicción, yo respeto a los que lo hacen por convicción, pero lo hacen por miedo y por quedar bien con quien está en el poder.

– ¿Se ha sentido amenazado?

No, me he sentido hostilizado. El Presidente te señala como adversario en 14 ocasiones en Palacio Nacional, por supuesto que sí, pero aunque en su mente no esté el “vamos a destruir a estas personas” pero hacia abajo de interpreta de diferente manera y entre sus colaboradores también, el espionaje a periodistas y a políticos siempre ha existido, pero hemos llegado a un límite intolerable.

Yo al llegar a Estados Unidos a los pocos días, compré y contraté un servicio teléfono y días después me llega un mensaje de telegram diciendo “ha entrado un aparato o un sistema que no ha sido usted, sino que es de un dispositivo de Ciudad Juárez”. ¿Qué es eso? De verdad ya es asfixiante la manera en que la 4T presiona a los medios, a los periodistas, y me imagino que también a políticos y a empresarios y a críticos.

– ¿Qué futuro ve para la prensa y la libertad de expresión en México a partir de esta coyuntura que estamos viviendo?

Primero creo que nos distingue una falta de solidaridad en el gremio, producto de los egos, producto de distintos orígenes, hay medios hechos por periodistas, hay medios hechos por empresarios, en fin, todos son válidos, pero redunda en una falta de solidaridad penosa.

Esto; sin embargo, se ha ido subsanando y creo que cada vez son más los medios que estamos preocupados por qué le pasa al otro, muy lentamente hemos sido evolucionando y en eso ustedes han sido líderes en tratar de unir y dar espacio a todas las voces y tratar de unir al gremio, no en contra del Presidente, sino en favor de un derecho a pensar por cuenta propia y a decirlo sin ambages y no sufrir consecuencias por ello.

– ¿Cómo definiría su relación con López Obrador?

Él me ve como un adversario, yo lo veo como un fenómeno político impresionante que salió desde el Tabasco profundo a la Presidencia, gracias a una enorme habilidad de manipular las emociones de las personas y de los sectores populares, marcadamente de las clases medias.

Para mí es un objeto y ha sido siempre un objeto de análisis y de crítica.

Él ha sido siempre un objeto de estudio y él me considera como un adversario al que hay que combatir, como lo dijo en una conferencia de prensa y me parece un riesgo para México. Mantiene una obsesión por el pasado y no por el presente. Su rencor va desde Peña Nieto hasta Cristóbal Colón y así no se puede construir nada, sólo destruir.

 

Texto publicado originalmente en EL UNIVERSAL