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Este martes fue publicado el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el origen de la COVID-19, tras 28 días de trabajo de campo de expertos en Wuhan, China; el documento presenta cuatro posibles teorías sobre la aparición del nuevo coronavirus en humanos, sin descartar ninguna del todo.

El informe aclara que algunas de las teorías son más probables que otras, destacando que es necesario proseguir la investigación de todas ellas.

La teoría más probable, según el documento, apunta a un animal intermedio. El informe considera “muy probable” que el coronavirus causante del COVID-19 llegara al ser humano procedente de un animal que presenta coronavirus muy parecidos (quizá un murciélago o un pangolín) pero no directamente, sino a través de uno o varios animales intermedios.

Aunque el ADN del SARS-CoV-2 es un 96% parecido a otro coronavirus detectado en el murciélago de herradura, los expertos consideran que la distancia evolutiva entre uno y otro virus es de “varias décadas”, lo que sugiere un “eslabón perdido”, posiblemente variaciones formadas en otros animales antes que en el hombre.

En contra de esta teoría está el hecho de que no se han encontrado evidencias de SARS-CoV-2 en muchos de los animales domésticos y salvajes criados en granjas de China.

La hipótesis menos probable es le que apunto a que todo se debió a un accidente e laboratorio. El informe no consideró la posibilidad de una liberación deliberada del coronavirus, ya descartada anteriormente por otros expertos tras analizar el genoma del SARS-CoV-2.

Una liberación involuntaria en laboratorio sí podría ser plausible, ya que “aunque son raros, los accidentes ocurren y varios laboratorios del mundo trabajan con coronavirus”, señala el estudio.

El informe indica que el coronavirus de murciélago mencionado, el más próximo al SARS-CoV-2, era estudiado en el Instituto de Virología de Wuhan y que el centro de control de enfermedades de las ciudades se cambió de sede el 2 de diciembre de 2019, un momento en el que los trabajos de laboratorio pueden sufrir perturbaciones. Sin embargo, el informe señala que los tres laboratorios de Wuhan que estudiaban coronavirus tenían altos niveles de bioseguridad, que no se reportaron incidentes en la mudanza del 2 de diciembre y que ningún genoma en ellos era idéntico al SARS-CoV-2.

Todo ello hace “altamente improbable” la teoría del origen de la pandemia en un laboratorio, concluye el informe.

En un término medio de probabilidad entre las dos teorías anteriores se encuentran otras dos: la transmisión directa desde un animal al hombre o el contagio a través de la cadena alimentaria, quizá por comida congelada que podría incluso provenir de países diferentes a China.

El documento añade que, aunque en algunos países los seres humanos llegan a consumir murciélagos o pangolines, no hay evidencia directa de transmisión del coronavirus de esta forma, ni se detectó carne de ellos en los mercados de Wuhan.

Sobre la cuarta teoría, que baraja la cadena alimentaria como transmisor, el informe admite que China tuvo en 2020 rebrotes del coronavirus causante de la COVID-19 relacionados con carne congelada procedente de otros países y se ha comprobado que ese y otros coronavirus pueden sobrevivir en temperaturas bajas.

También se mencionan estudios de aguas residuales en países como España o Italia que detectaron presencia del SARS-CoV-2 antes de diciembre de 2019, cuando se registraron los primeros casos de COVID-19 en Wuhan.

Sin embargo, en contra de esta teoría se indica que la concentración de coronavirus encontrada en alimentos congelados era muy baja y que sería muy extraño que el virus circulara ya en la cadena alimentaria antes de que se hubieran detectado grandes brotes de transmisión entre humanos.

El grupo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de misión en China anunciaron este martes que no encontraron pruebas contundentes sobre el origen de la pandemia por Covid-19, y destacaron que no hay nada que indique el virus que causa la enfermedad haya sido creado en un laboratorio del país asiático, tal como se especuló en un inicio.

Evitar nuevas epidemias similares era el objetivo de la misión de la OMS en China para identificar el origen del nuevo coronavirus, pero, más allá de descartar casi por completo que el virus se fugara de un laboratorio de Wuhan, no logró identificar el animal que pudo transmitirlo al hombre.

Una transmisión del coronavirus de un animal a otro y después al hombre es la hipótesis “más probable”, dijo en rueda de prensa Peter Ben Embarek, jefe de la delegación; pero se necesitarán investigaciones más específicas.

El experto apuntó también a una posible transmisión “a través del comercio de productos congelados”. “Sería interesante examinar si un animal salvaje congelado que fue infectado podría haber sido el vector potencial”, aseguró.

La transmisión a partir de un animal es probable, pero “no ha sido aún identificado”, dijo por su parte Liang Wannian, jefe del equipo de científicos chinos que trabajaron junto a los de la OMS en Wuhan, donde se registraron los primeros casos a fines de 2019.

Entre los resultados del estudio se encuentra que un coronavirus con gran similitud con el nuevo coronavirus en las secuencias genéticas aparece en murciélagos y pangolines. Pero la similitud no es suficiente para convertirlo en un ancestro directo del nuevo coronavirus.

Los murciélagos, los pangolines, las comadrejas, los gatos y otras especies podrían ser potenciales huéspedes naturales, indicaron los expertos que asistieron a la rueda de prensa celebrada en Wuhan.

El virus fue hallado en las pruebas ambientales en el mercado de mariscos Huanan después de su cierre, especialmente en sus puestos de productos acuáticos. El coronavirus en el mercado podría haberse introducido a través de canales como personas contagiadas, productos contaminados de la cadena de frío y productos animales, pero aún es incierto.

En las pruebas a gran escala de productos animales en el mercado no se produjeron resultados positivos. No se detectó al nuevo coronavirus en muestras de murciélagos en la provincia de Hubei ni en grandes cantidades de ganado, aves de corral y animales silvestres en toda China.

En diciembre de 2019, el nuevo coronavirus se extendió entre las personas a cierta escala en Wuhan, y la mayoría de los casos ocurrieron en la segunda mitad del mes. Un estudio sobre los primeros mostró que, al igual que había casos de nuevo coronavirus en el mercado, también los había en otras zonas de Wuhan de manera simultánea.

Así, los expertos identificaron cuatro hipótesis sobre el origen de la transmisión del nuevo coronavirus a la población humana, entre las que se encuentran la propagación zoonótica directa, los alimentos de la cadena de frío, especies huéspedes intermediarias y un incidente relacionado con un laboratorio. Sin embargo precisan que un incidente de laboratorio es “extremadamente improbable” como la causa de la COVID-19. La introducción a través de especies huéspedes intermediarias es vía “más probable”. La transmisión directa o la introducción a través de alimentos de la cadena de frío también son probables.

El equipo estudió una gran cantidad de datos relacionados con la epidemia y visitó nueve instalaciones, entre ellas el Hospital Jinyintan de Wuhan, el mercado de mariscos Huanan y el Instituto de Virología de Wuhan adscrito a la Academia de Ciencias de China. El equipo realizó amplios intercambios con trabajadores médicos, investigadores de laboratorio, científicos y administradores de mercado locales. También entrevistaron a trabajadores sociales, trabajadores comunitarios, residentes, pacientes recuperados y familiares de trabajadores médicos que perdieron la vida en la epidemia.

La misión de la OMS tuvo dificultades para concretarse, ya que China era renuente a dejar entrar al país especialistas mundiales de diferentes disciplinas como la epidemiología pero también la zoología. La OMS ya ha advertido que habrá que tener paciencia para encontrar respuestas.

Al respecto, el gobierno de Estados Unidos espera poder analizar los datos incluidos en el informe de la OMS presentado este martes, el cual concluye que el virus COVID-19 no se originó en un laboratorio en Wuhan, China, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.

Psaki dijo a los periodistas en una conferencia de prensa el martes que el gobierno no participó en la “planificación e implementación” de la investigación y quiere realizar una revisión independiente de sus hallazgos y datos subyacentes.

Asimismo, agregó que aunque Washington se reincorporó a la OMS, es “imperativo que tengamos nuestro propio equipo de expertos sobre el terreno”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), criticada por Estados Unidos por no haber reaccionado rápidamente ante el nuevo coronavirus, pidió este viernes a China que lo invite a participar en las investigaciones sobre el origen animal del patógeno.

“La OMS desearía trabajar con los socios internacionales y, a invitación del gobierno chino, participar en la investigación sobre los orígenes animales” del virus, indicó el portavoz de la organización, Tarik Jasarevic.

La OMS, que hasta ahora ha elogiado la gestión de la crisis hecha por Pekín, explicó el viernes que “estimaba que un cierto número de estudios que desean entender mejor el origen de la epidemia en China estaban previstos o en marcha”.

Pero “la OMS no participa actualmente en estos estudios en China”, subrayó el portavoz en entrevista con la agencia AFP.

Recordemos que a finales de enero, una delegación de la OMS dirigida por su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, viajó a Pekín para reunirse con el presidente Xi Jinping y organizar la visita a China de un equipo internacional de científicos, en el que la OMS estaría incluida.

Días antes, la OMS pudo realizar una visita a Wuhan, cuna del patógeno.

Muchos países han dado su apoyo a la OMS pero otros, como Estados Unidos, han manifestado sus dudas o críticas sobre la gestión de este organismo de la ONU. Washington decidió suspender su contribución financiera a la institución por considerar que su quehacer es demasiado condescendiente con Pekín.

Según la OMS, las investigaciones en marcha se centran en enfermos cuyos síntomas comenzaron a manifestarse en Wuhan y sus alrededores a finales de 2019, en muestras tomadas en mercados y granjas de regiones donde se identificaron los primeros casos en seres humanos, y en especies salvajes y animales.

Los resultados de estos estudios son “esenciales para prevenir nuevas introducciones del virus que ha causado la COVID-19 desde los animales hacia el ser humano”, explicó el portavoz.

El presidente Donald Trump insistió en que ha visto evidencia que vincula al Covid-19 con el Instituto de Virología Wuhan, con lo que reaviva el enfrentamiento con China.

Trump aseguró que China pido haber contenido el virus pero prefirió dejar que se propagara, tras asegurar haber visto pruebas que muestran que el patógeno se originó en un laboratorio de la ciudad de Wuhan.

“Podrían haberlo parado, ellos (China) son una nación muy brillante, científicamente y en otras cosas. Se escapó, digamos eso, y ellos podrían habérselo guardado, podrían haberlo parado, pero no lo hicieron”, dijo Trump a los periodistas en La Casa Blanca, sin especificar a qué tipo de prueba se refería.

Horas antes, el director de la oficina de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Richard Grenell, descartó que el nuevo coronavirus fuera una creación artificial.

“La comunidad de Inteligencia coincide con el amplio consenso científico de que el virus COVID-19 no es ni artificial ni genéticamente modificado”, destacó el jefe de la agencia federal en un comunicado, oponiéndose así los dichos de Trump.

Agregó que la comunidad de Inteligencia continuará examinando rigurosamente la información y los datos que surjan para determinar si el brote comenzó a través del contacto con animales infectados o si fue resultado de un accidente en un laboratorio en Wuhan, la ciudad china donde se originó la pandemia.

De acuerdo con el diario The New York Times, altos funcionarios de la administración Trump han presionado a las agencias de espionaje estadounidenses para que busquen evidencia que respalde una teoría sin fundamento de que un laboratorio del gobierno chino en Wuhan fue el origen del brote de coronavirus.

El presidente Trump intensifica una campaña pública para culpar a China de la pandemia de COVID-19, que ha infectado a más de un millón de personas en Estados Unidos, y ha causado más de 63 mil muertos.