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PARTIDO COMUNISTA

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El presidente chino, Xi Jinping, consiguió este viernes un tercer mandato de cinco años como mandatario del país, con lo que se encamina a permanecer en el poder de por vida en un momento de graves desafíos económicos y crecientes tensiones con Estados Unidos y otros países.

Xi recibió 2,952 votos a favor y cero en contra en la Asamblea Popular Nacional, cuyos miembros son nombrados por el partido gobernante.

El respaldo ofrecido a Xi como presidente por parte de la Asamblea Popular Nacional era algo que ya se veía venir. El mandatario maniobró para limitar a posibles rivales y para colocar en cargos de importancia dentro del Partido Comunista a simpatizantes.

Cuando se autonombró en octubre para un tercer periodo de cinco años como secretario general del partido, Xi, de 69 años, rompió una tradición bajo la cual los mandatarios chinos entregaban el poder luego de una década.

Además, el límite de dos periodos en la presidencia fue eliminado de la Constitución china previamente, lo que provocó insinuaciones de que podría permanecer en el poder de por vida.

No se distribuyó ninguna lista de candidatos, y se considera que Xi y otros que obtuvieron cargos no enfrentaron oposición.

El proceso electoral sigue envuelto casi totalmente en el secretismo, fuera del proceso por el que los delegados al Congreso introducen cuatro boletas en urnas colocadas alrededor de un enorme auditorio en el Gran Palacio del Pueblo.

Xi también fue nombrado de manera unánime comandante de los dos millones de soldados que integran el Ejército de Liberación Popular, una fuerza que explícitamente recibe sus órdenes del partido y no del país.

En otra votación, el tercer funcionario de mayor rango del partido, Zhao Leji, fue nombrado director de la Asamblea Popular Nacional. La gran mayoría de la labor legislativa del organismo es encabezada por su Comité Permanente, el cual sesiona durante todo el año.

Zhao, de 67 años, se ganó la confianza de Xi como jefe del organismo de control anticorrupción del partido, la Comisión Central para la Inspección Disciplinaria, que lanzó una campaña contra la corrupción que congeló toda posible oposición a Xi.

El exjefe del partido de Shanghái y miembro del último Comité Permanente del Politburó, Han Zheng, fue nombrado para el cargo mayormente ceremonial de vicepresidente de Estado.

Xi Jinping pidió a todo el pueblo chino que se mantenga unido como “una pieza de acero duro” bajo la dirección del Partido Comunista de China (PCC).

Xi hizo estas declaraciones cuando participó en un debate de grupo con los delegados de la región autónoma de la etnia zhuang de Guangxi, en el sur de China, en el marco del XX Congreso Nacional del PCCh.

Xi indicó que el XX Congreso Nacional del PCCh señala aún más la dirección para el desarrollo de la causa del Partido y del país, y sirve como una declaración política y un programa de acción para que el Partido una al pueblo chino para defender y desarrollar el socialismo con peculiaridades chinas.

Cinco delegados de Guangxi compartieron sus opiniones sobre el informe presentado por Xi ayer al XX Congreso Nacional del PCCh en su sesión inaugural, y expresaron su respaldo unánime al informe.

El informe presentado al XX Congreso Nacional del PCCh subraya que todo el Partido debe persistir en la supremacía del pueblo, en la autoconfianza y el autosostenimiento, en la preservación de principios fundamentales y en la innovación, en tomar la resolución de los problemas como rumbo orientador, en una visión sistémica, así como en tener en cuenta al resto del mundo.

Xi instó a hacer esfuerzos para obtener un buen dominio de los seis puntos mencionados y hacer un buen uso de ellos mientras se implementa el trabajo del Partido y del país en diversos campos y durante todo el proceso.

El PCCh ha logrado avanzar y expandir la modernización china en la nueva era, dijo Xi, y agregó que el informe al congreso del Partido exponía las características chinas y los requisitos esenciales de la modernización china.

Pidió seguir adelante con confianza, defender los principios fundamentales y abrir nuevos caminos, y esforzarse por abrir nuevos capítulos en la construcción de un país socialista moderno en todos los aspectos.

La causa del Partido y del país ha resistido los peligros potenciales y ha superado las dificultades en la última década, logrando una serie de avances y cosechando resultados emblemáticos uno tras otro, sostuvo Xi.

Las principales políticas, principios, planes y decisiones del Comité Central del PCCh han demostrado ser correctos en todos los sentidos, defendió.

En el marco del Congreso, que se celebra cada cinco años, el subsecretario del Comité de Disciplina e Inspección del partido, Xiao Pei, anunció que más de 5 millones de sus miembros han sido investigados por corrupción en los últimos 10 años y que ha presentado cargos formales contra 553.

El partido tiene 96 millones de miembros y tradicionalmente mantiene la disciplina mediante un sistema combinado de ofrecer recompensas o aplicar castigos a todo el que acepte sobornos, venda favores o abuse de su poder.

Así, 207,000 funcionarios han recibido algún tipo de castigo en los 10 años desde que el actual líder Xi Jinping asumió el cargo.

Xi, quien ahora busca un tercer período como jefe del partido y gobierno, ha hecho de la lucha contra la corrupción una de las prioridades de su administración.

Xiao indicó que la mayoría de los investigados ya habían sido acusados antes, y que solo para un 11% de los castigados era la primera vez que incurrían en esas infracciones en los últimos cinco años.

“La propagación de la corrupción ha sido contenida decididamente”, expresó Xiao, añadiendo que “las políticas diseñadas y la alta presión” han llevado a 80,000 miembros del partido a admitir que violaron las normas en los últimos cinco años.

La lucha contra la corrupción ha sido sumamente popular entre la población, y además le ha servido de herramienta a Xi para hacer a un lado a potenciales rivales.

Además, China decidió este lunes aplazar la publicación de las cifras de crecimiento del tercer trimestre, así como de otros indicadores económicos, sin ofrecer una explicación de dicha decisión, sin embargo, llega a un día de haber iniciado el Congreso del Partido Comunista.

La Oficina Nacional de Estadísticas debía presentar este martes una serie de indicadores, entre ellos el dato del PIB para el tercer trimestre, que muchos analistas pronosticaron que será el más débil desde 2020, con la economía lastrada por las restricciones anticovid y una crisis inmobiliaria.

Para millones de chinos, los agotadores confinamientos aplicados para erradicar el COVID-19 han dejado un legado de miseria y sufrimiento. Pero para el presidente Xi Jinping, las restricciones sanitarias son un triunfo.

La política de Xi de cero tolerancia al COVID ha sido una herramienta fundamental de su campaña para afianzar su autoridad sobre China y el gobernante Partido Comunista (PCC).

La recta final de la campaña arranca este domingo, cuando miles de delegados del partido se congregarán en Pekín con motivo del Congreso del partido en el que Xi espera asegurar un inédito tercer período presidencial. El evento del Partido Comunista chino se prolongará hasta el 22 de octubre.

Mientras el resto del mundo pasó a convivir con el COVID-19, Xi se aferró a las políticas draconianas dirigidas a erradicar el virus.

Ese enfoque paralizó en buena medida la segunda economía mundial, ya golpeada por el endeudamiento de su sector inmobiliario y el elevado desempleo juvenil.

Pero Xi insiste en que la política de cero COVID es la ruta más “económica y efectiva”, mientras mantiene políticas que han profundizado el control estatal sobre la vida de los 1,300 millones de habitantes del país.

La parte más visible de la campaña son los confinamientos, a veces con decenas de millones de personas encerradas durante semanas o meses en casa.

Expertos también han señalado que durante la década de poder de Xi Jinping, China construyó la mayor flota militar del mundo, modernizó el ejército más numeroso del mundo y amasó un arsenal balístico y nuclear capaz de poner en apuros a cualquier enemigo.

Además, se menciona que entre los logros Xi  destaca haber sacado a decenas de millones de la pobreza con una economía efervescente gracias a la tecnología, las cadenas de suministro industriales y la energía.

Esto trajo nuevas libertades y oportunidades a la población, así como desafíos inesperados para un partido que prioriza el control y su supervivencia.

“Cada uno tiene sus propios ideales, aspiraciones y sueños”, dijo Xi en un discurso el 29 de noviembre de 2012, poco después de convertirse en secretario general del partido. “En mi opinión, realizar el gran rejuvenecimiento de la nación china es el mayor Sueño Chino”, afirmó.

Pero, ¿qué más hay detrás del Congreso del Partido Comunista? ¿Xi Jinping logrará mantenerse en el poder? Eso y más lo analiza Ana Paula Ordorica con Marusia Musacchio, maestra en estudios asiáticos por Harvard.

El Partido Comunista de China (PCC) abrirá el 16 de octubre su 20º Congreso, donde se definirá si el presidente Xi Jinping accederá un inédito tercer mandato al frente de la potencia asiática.

La fecha del Congreso, que se celebra cada cinco años, fue anunciada este martes por los medios oficiales chinos.

En el último congreso, en 2017, el PCC incluyó en sus estatutos el “pensamiento” de Xi Jinping sobre “el socialismo con particularidades chinas” en sus estatutos. Un rango que coloca a Xi, secretario general del PCC desde 2012, en el podio de los fundadores del régimen, junto a Mao Zedong (1893-1976) y Deng Xiaoping (1904-1997).

Meses después, China modificó su Constitución para eliminar el límite de dos mandatos presidenciales, ejercido en las últimas décadas por el mismo dirigente que ocupa el cargo de secretario general del PCC.

Esta enmienda abre la vía para que Xi, de 69 años, permanezca al frente de la República Popular de por vida.

El Congreso de octubre debería dar lugar igualmente a una importante remodelación del comité permanente del Buró Político, el poderoso órgano de siete miembros que ostenta el poder real en China.

Según una tradición no escrita, algunos de los actuales miembros de este órgano están llegando a la edad en la que deben retirarse.

El Congreso del PCC, en el que participarán 2,300 delegados, se celebrará en “un momento clave en el que todo el Partido y los grupos étnicos del país están comprometidos con la construcción de un país socialista moderno”, afirmó la cadena estatal CCTV.

Aunque el régimen quiere dar una imagen de unidad, analistas advierten que al interior hay muchas rivalidades y el presidente sigue tratando de consolidar su poder.

Desde que Xi Jinping se convirtió en el hombre fuerte de la segunda economía mundial en 2012, más de 1.5 millones de funcionarios fueron sancionados en una campaña masiva contra la corrupción, según datos oficiales. Expertos señalan que esta campaña le sirvió a Xi a deshacerse de opositores dentro del PCC.

El Partido sigue asentado su legitimidad en la mejora del poder adquisitivo de la población, pero el Congreso de octubre llega en un contexto de fuerte desaceleración económica y con un fuerte aumento del desempleo, especialmente en los jóvenes.

La política de “cero covid”, defendida duramente por Xi, es además cada vez más criticada por la opinión pública y sobre todo por los círculos empresariales, preocupados por las amenazas que suponen los confinamientos y el paro de la actividad económica.

A nivel internacional, los puntos de discordia entre la China de Xi Jinping y su gran rival, Estados Unidos, se han multiplicado: el comercio y la tecnología, el tratamiento de la minoría uigur en Xinjiang, la represión en Hong Kong y las tensiones en torno a Taiwán.

El Partido Comunista de China (PCCh) celebra este jueves sus cien años de existencia. Durante más de una hora, el presidente de China, Xi Jinping, habló de la historia y del futuro del partido en un discurso pronunciado en la icónica plaza pequinesa de Tiananmen.

La celebración de hoy fue relativamente sencilla para lo que acostumbra China, y es que durante junio y lo que resta de este mes, se han programado infinidad de actos, conferencias y espectáculos por todo el país en torno a la efeméride.

Arrancó con unos helicópteros sobrevolando la plaza componiendo en el cielo un enorme 100, seguidos de una decena de aviones que dejaron una estela de colores en el aire. Después sonaron cien espaciadas salvas de cañón, con los asistentes en pie en completo silencio, solo interrumpido por algunos pájaros y el sonido de las botas de un grupo de soldados de los tres ejércitos que desfiló, al compás de los cañonazos, sobre una alfombra roja que cubría el centro de la plaza.

Hasta que cesaron las salvas, se izó la bandera china y comenzó a hablar Xi desde la Puerta de la Paz Celestial, flanqueado a su derecha por el primer ministro, Li Keqiang, y a su izquierda por su antecesor al frente del partido y del país, Hu Jintao.

El presidente de China destacó que su país, ya “moderadamente próspero”, “nunca” volverá a “ser sometido” ni permitirá que ninguna fuerza extranjera le intimide.

Xi también aprovechó la ocasión para declarar que el país ha logrado convertirse en “una sociedad moderadamente próspera a todos los niveles”, el principal objetivo fijado en 2012 para el centenario del partido, que rige desde hace casi 72 años.

“Esto significa que hemos logrado una resolución histórica al problema de la pobreza extrema en China, y ahora avanzamos con paso decidido hacia el objetivo del segundo centenario: convertir a China en un gran país socialista y moderno a todos los niveles”, dijo el mandatario.

Xi incluyó en su mensaje la “reunificación” de Taiwán, cuya soberanía reclama Pekín, con la República Popular; y aunque el mandatario exigió “aplastar cualquier plan para la independencia” de la isla, también recuperó la idea de una reunificación “pacífica” tras haber amenazado en los últimos años con una intervención militar.

También habló de garantizar que “los hongkoneses gobiernen Hong Kong”, pero la ley de seguridad nacional impuesta por Pekín hace un año y la reforma del sistema electoral de la antigua colonia británica prácticamente han excluido a la oposición prodemocrática del debate político.

Otra de las señales destacadas fue la ausencia del influyente expresidente Jiang Zemin (1993-2003) entre especulaciones sobre su estado de salud a sus 94 años.

El Partido Comunista, dijo Xi, “seguirá persistiendo en la cooperación, la no confrontación, la apertura, buscando el beneficio mutuo y oponiéndose al hegemonismo y las políticas de poder”; indicó que el PCCh debe “continuar desarrollando el socialismo con características chinas”, al que consideró “un camino chino único para la civilización” que “ha creado un nuevo modelo para el progreso humano”.

Sostuvo que China está dispuesta a “aprender las lecciones que pueda de los logros de otras culturas” y que recibirán con agrado “las sugerencias útiles y las críticas constructivas”. “Sin embargo, nunca aceptaremos el sermoneo de quienes se creen con derecho a aleccionarnos”, aseveró.

Xi destacó que “el sueño chino del gran rejuvenecimiento de la nación”, que definió como “históricamente inevitable”, está más cerca, y apuntó que para alcanzarlo los chinos deben “estar preparados para trabajar más duro que nunca”.

En mensajes enviados por el aniversario, el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, abogó por llevar las relaciones con China a un “nuevo punto estratégico”.

En un mensaje de felicitaciones enviado al presidente Xi Jinping, en una aparente referencia al empeoramiento de la relación entre Pekín y Washington, Kim ha indicado además que las “fuerzas hostiles” se han embarcado en una misión para ejercer “presión de todo tipo” sobre China.

“A pesar de la situación internacional tan complicada, los dos países, con total fe en la justicia y la causa socialista y comunista, han acelerado su paso hacia un futuro brillante”, añadió Kim.

En tanto, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, felicitó al Partido Comunista, destacando los logros de la organización política.

“Cuba comparte la celebración con sentimientos de amistad, admiración y respeto por una organización política que ha llevado al pueblo chino a índices de desarrollo impresionantes”, escribió Díaz-Canel en Twitter.

Manifestó su deseo “de que continúen multiplicando éxitos en el desarrollo socialista”, y publicó imágenes de encuentros anteriores entre autoridades de ambos países.

Recordemos que el PCCh se fundó el 1 de julio de 1921 y desde la proclamación de la República Popular China, el 1 de octubre de 1949, ha sido el único partido gobernante del país.

El Partido Comunista de Cuba eligió este lunes al presidente Miguel Díaz-Canel para suceder a Raúl Castro como primer secretario de la organización en la cuarta y última sesión de la reunión quinquenal de los comunistas cubanos.

Díaz-Canel, de 60 años, se convierte así en el máximo jefe del Partido Comunista y del gobierno en la isla.

La sucesión marca el final de seis décadas de gobierno de los hermanos Fidel y Raúl Castro, quienes encabezaron la revolución izquierdista de 1959.

Díaz-Canel, quien reemplazó a Raúl Castro en la presidencia en 2018, lidera una transición hacia un liderazgo más joven en la nación caribeña.

El líder cubano dijo en un discurso ante unos 300 militantes que continuaría consultando a su predecesor sobre las decisiones estratégicas en el país.

“Estará siempre presente, bien al tanto de todo, combatiendo con energía, aportando ideas y propósitos a la causa revolucionaria a través de sus consejos, su orientación y su alerta ante cualquier error o deficiencia”, dijo en su primer discurso como jefe del Partido Comunista, en alusión a Castro.

El nuevo primer secretario del Partido ha reiterado la continuidad de la nación desde que asumió la presidencia y no se espera que aleje a Cuba de un sistema socialista unipartidista aunque estará bajo presión para emprender más reformas económicas.

Díaz-Canel aseguró que quiere que el PCC sea más “democrático, atractivo y cercano al pueblo”, pero a la vez advirtió a los “activistas del caos” de que “la paciencia tiene límites”.

Llamó a generar “encuentros periódicos con representantes de los distintos sectores de la sociedad” y consideró necesaria una militancia ejemplar “que despierte admiración y respeto en el pueblo”.

Así, el nuevo líder del PCC reiteró que el embargo impuesto por Estados Unidos es el principal “obstáculo” al desarrollo de Cuba, pero acotó que “ratificar esta verdad no intenta ocultar las deficiencias de nuestra realidad”.

A la vez, insistió en que la aspiración de su país es mantener una relación con Estados Unidos “como con el resto de la comunidad internacional” y cuestionó que existan leyes como la Helms-Burton y altos presupuestos para lograr un cambio de régimen en la isla, mientas la nueva Administración de Joe Biden asegura que Cuba no está entre las prioridades de su política exterior.

Deploró nuevamente el incremento de la hostilidad de Washington en los últimos años, mediante sanciones y campañas de “intoxicación ideológica” que buscan “desprestigiar a Cuba y confundir al pueblo exacerbando las contradicciones internas”.

También mencionó temas que podrían explorarse como parte de una futura colaboración bilateral, entre ellos la lucha contra la pandemia o el cambio climático.

El presidente Xi Jinping obtuvo este miércoles la confirmación del Partido Comunista Chino (PCC) como su líder para un segundo mandato de cinco años.

El partido lo eligió como secretario general en una votación que también confirmó al primer ministro Li Keqiang, al frente del comité central que tiene otros cinco miembros.

Con esto, Jinping presentó a los cinco nuevos miembros del Comité Permanente del Politburó de la formación, un
órgano que constituye la cúpula del liderazgo del partido y del país.

Además de Xi y del primer ministro, Li Keqiang, que se mantienen en el órgano, los nuevos miembros son Li Zhanshu, Wang Yang, Wang Huning, Zhao Leji y Han Zheng, según los presentó el presidente a la prensa en un acto en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín.

Los otros cinco miembros se jubilaron por motivos de edad, entre ellos el poderoso Wang Qishan, responsable de la poderosa Comisión Central de Supervisión de la Disciplina, que ha encabezado la amplia campaña contra la corrupción.

 

Con información de EFE / Foto: Archivo APO