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El Congreso peruano aprobó en la madrugada de este lunes una resolución que autoriza levantar un fuero especial al expresidente Pedro Castillo que evitará que tenga que pasar por un antejuicio político, un proceso en el que se levanta la inmunidad de los funcionarios, lo que abre el camino para que la Fiscalía amplíe la detención preventiva por el delito de rebelión.

La resolución, aprobada por 67 votos a favor y 45 en contra, propuso levantar la prerrogativa de antejuicio político a Castillo y dar lugar a una causa penal, en vista a que el destituido exmandatario tiene vigente una detención preventiva por siete días, que vence el próximo miércoles.

El Legislativo puso a debate el oficio del Ministerio Público en el que informaba sobre las diligencias preliminares contra Castillo, la expresidenta del Consejo de Ministros Betssy Chávez y el exministro del Interior Willy Huerta.

La congresista Adriana Tudela, del partido derechista Avanza País, pidió al pleno autorizar a la mesa directiva para proponer un proyecto de ley que autorice el levantamiento del fuero a Castillo, dado que, en su opinión, “amenazó con la destrucción del Estado de derecho” al plantear un autogolpe de Estado.

Con esta resolución se elimina el antejuicio que es un procedimiento político-jurídico a través de cual se levanta la inmunidad a los altos funcionarios por la presunta comisión de delitos de función, con el fin de que sea la judicatura ordinaria la que establezca la responsabilidad penal de los funcionarios acusados.

La medida legislativa se aprobó en momentos que la defensa del exmandatario ha presentado varios recursos de amparo contra la detención de Castillo.

Los legisladores de Perú Libre, el partido marxista-leninista por el que Castillo llegó a la presidencia de la República el año pasado, y otros grupos políticos afines, han cuestionado la destitución y detención del expresidente, llegando a afirmar que Castillo es un perseguido político y que la actual mandataria, Dina Boluarte, debe renunciar al cargo por estos hechos.

Paralelamente, la madrugada de este lunes la presidenta Boularte anunció que propondrá al Congreso el adelanto de elecciones generales para el 2024, en vista a las protestas y movilizaciones sociales que se han agudizado en las últimas horas.

Las marchas ya han dejado un saldo de dos personas muertes y decenas de heridos. Las principales demandas son el cierre del Congreso y la convocatoria a un nuevo proceso electoral.

A todo esto, habría que sumarle que el gobierno de México confirmó la semana pasada que se encuentra trabajando con las autoridades peruanas la solicitud de asilo que recibió de Castillo.

En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con el periodista Diego Salazar, columnista en el Washington Post, sobre la destitución de Castillo y lo que sigue con el nuevo mandato a cargo de Dina Boluarte.

La Cancillería peruana convocó este viernes al embajador de México en Lima, Pablo Monroy, para transmitirle su rechazo por las expresiones que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y del Canciller Marcelo Ebrard han hecho respecto a la situación política en Perú.

A juicio del Ejecutivo peruano, las declaraciones realizadas por distintas autoridades mexicanas “constituyen una injerencia en los asuntos internos” de su país.

Recordemos que el ahora expresidente Pedro Castillo, acusado de intentar dar un golpe de Estado, solicitó desde el miércoles pasado asilo a México. Fue el canciller Marcelo Ebrard quien confirmó la solicitud al publicar una carta que el abogado del exmandatario hizo llegar.

“Las expresiones de las autoridades mexicanas constituyen una injerencia en los asuntos internos del Perú y no resultan consistentes con los acontecimientos que se han sucedido en días recientes”, se lee en un comunicado de la Cancillería peruano.

La cancillería se encuentra actualmente sin ministro titular, tras la renuncia de César Landa, quien abandonó el cargo acusando a Castillo de dar un golpe de Estado y pedir ayudar internacional para frenar sus intentos.

Y es que aunque el presidente López Obrador defiende los principios de no intervención y autodeterminación de los pueblos, no ha dejado de criticar lo sucedido en Perú, acusando que las élites hicieron todo lo que tenían a su alcance para quitar a Castillo del poder.

En una de sus mañaneras de esta semana, el morenista dijo que era lamentable que por intereses económicos y políticos, desde el inicio de la presidencia de Pedro Castillo, se haya mantenido un ambiente de confrontación y hostilidad en su contra.

En una especie de justificación, dijo que Castillo fue llevado a “tomar decisiones” que le han servido a sus adversarios para consumar su destitución con el “sui géneris precepto de ‘incapacidad moral'”.

Hoy, al encabezar la ceremonia castrense por la conmemoración de la Batalla de Ayacucho, la presidenta de Perú, Dina Boluarte, pidió dejar atrás los “capítulos de confrontación” y agradeció a las Fuerzas Armadas por “recuperar” el equilibrio de poderes.

En su discurso, la jefa de Estado afirmó que la nación es “fuerte y segura” gracias a las fuerzas armadas que “dan la garantía” al país de vivir “en orden, respetando la Constitución, el Estado de Derecho y el equilibrio de poderes, ese que recuperaron tras una fallida aventura, que debe quedar en la memoria del país para que la historia no se vuelva a repetir”.

Asimismo, Boluarte pidió dejar “atrás los capítulos de confrontación, de dimes y diretes, que nada bien le hicieron al país”, así como también “los infaustos hechos que quisieron quebrar la democracia y las aventuras que no generaron estabilidad”, en clara referencia a la reciente crisis generada por el intento de golpe de Estado de Pedro Castillo.

Horas antes, Boluarte dijo que en los próximos días visitará Castillo, quien se encuentra preso por acusado de los delitos de rebelión y conspiración.

“En unos días más, si se me permite luego de la juramentación del nuevo gabinete, yo quisiera ir a saludar al presidente Pedro Castillo porque el hecho que haya suscitado de esta manera tan rápido y violenta, también me duele”, dijo la presidenta.

En lo que respecta a la posibilidad de que Castillo y su familia puedan recibir asilo político en México, Boluarte señaló que ella siempre se ha movido por los marcos legales y que “lo que diga el derecho de asilo (…) eso lo tendrá que validar el gobierno mexicano”.

Ayer, el canciller Marcelo Ebrard informó que el embajador Pablo Monroy pudo entrevistarse con Pedro Castillo en el Centro Penitenciario. “Lo encontró bien físicamente y en compañía de su abogado”, dijo el funcionario.

Confirmó que Castillo ratificó su solicitud de asilo, por lo que se procedió a iniciar las consultas ante las autoridades peruanas.

“Con relación a las declaraciones de dichas autoridades respecto al derecho de asilo invocado por el expresidente Pedro Castillo, se señaló al Embajador Monroy la necesidad de que los estados se ciñan a las normas contenidas en los tratados internacionales vigentes sobre la materia y cumplan con todos los requisitos que los mismos establecen”, añade el comunicado de la cancillería peruana.

La presidenta de Perú, Dina Boluarte, negocia este viernes la formación de un nuevo gobierno tras la destitución y detención de Pedro Castillo, mientras el descontento social crece con seguidores del exmandatario tomando las calles para exigir su liberación y convocar a nuevas elecciones.

Dos días después del fracaso de su intento de golpe de Estado, el expresidente se encuentra recluido en la misma prisión que el exmandatario Alberto Fujimori en la base de las fuerzas especiales de la policía, ubicada al este de Lima.

La fiscalía acusa a Castillo de rebelión y conspiración, por lo que un tribunal ordenó siete días de prisión preventiva en su contra.

Paralelamente, en las calles, las manifestaciones crecen y avivan la incertidumbre sobre la posibilidad de que Boluarte pueda concluir en 2026 su mandato, como ella misma anunció al asumir el poder.

En Lima, una protesta de cerca de un millar de personas marchó ayer hacia el Parlamento, donde fue dispersada por la policía con gases lacrimógenos y donde se produjo la detención de al menos tres manifestantes.

En otro punto, manifestantes bloquearon la carretera Panamericana Sur utilizando piedras, troncos y quemando neumáticos en demanda de elecciones generales y el cierre del Congreso.

En Ica, a unos 300 km de Lima, varias decenas de manifestantes paralizaron el transporte de pasajeros y vehículos de carga, según un reporte del canal Latina. En Arequipa, a 1,000 km al sur de Lima, también se produjeron bloqueos en la Panamericana sur.

Otras movilizaciones se reportaron en varios puntos al interior de Perú como Chota (Cajamarca, cuna de Castillo), Trujillo, Puno, Ayacucho, Huancavelica y Moquegua.

La Defensoría del Pueblo hizo un llamado a toda la ciudadanía a la “tranquilidad y la responsabilidad”. “El uso de medios violentos durante las movilizaciones de protesta están prohibidos”, indicó en un mensaje en Twitter.

Desde tempranas horas de hoy, se reportaron en la televisión local, en un tramo de la principal carretera de la costa peruana por parte de cientos de agricultores que demandan adelantar las elecciones.

Las manifestaciones llegaron este viernes a la ceremonia del Ejército peruano por el 198º aniversario de la Batalla de Ayacucho, en el que Boluarte estuvo presente. Los reflectores estuvieron centrados en dicho evento, pues la presidenta tenía que pronunciar un discurso ante los militares, que jugaron un rol clave en la caída de Castillo al no respaldar el régimen de excepción que propuso.

Recordemos que Castillo intentó disolver el legislativo y gobernar por decreto, pero sus órdenes fueron desacatadas por las Fuerzas Armadas y el Congreso.

Ayer durante las movilizaciones, los manifestantes exigieron la renuncia de la presidenta, la primera mujer en dirigir a Perú, y a quien algunos de los inconformes calificaron de “traidora” por haber asumido el cargo, cuando hace un año señalaba que si Castillo dejaba el gobierno, ella se iría con él.

Boluarte dijo este viernes que en los próximos días visitará a Castillo, al tiempo que “deja” en manos de México la posibilidad de que tanto él como su familia puede recibir el asilo político.

“En unos días más, si se me permite luego de la juramentación del nuevo gabinete, yo quisiera ir a saludar al presidente Pedro Castillo porque el hecho que haya suscitado de esta manera tan rápido y violenta, también me duele”, dijo la presidente.

“Lamento mucho que se haya dado esta situación inesperada”, añadió Boluarte, quien reveló que tanto ella como el resto de gabinete habían estado aconsejando hasta la última semana a Castillo acerca de que no mantuviera la confrontación con el Congreso.

En lo que respecta a la posibilidad de que Castillo y su familia puedan recibir un salvoconducto para que pueda recibir asilo político en México, tal y como se supo que solicitó cuando se hizo efectiva su destitución, Boluarte  expresó que ella siempre se ha movido por los marcos legales y que “lo que diga el derecho de asilo (…) eso lo tendrá que validar el gobierno mexicano”.

Durante su primera audiencia judicial, visiblemente nervioso, Castillo declinó hacer uso de su derecho a defensa para replicar las imputaciones, y cedió la palabra a sus abogados. “Resulta claro que acá no se ha configurado el delito de rebelión” porque este no se concretó, alegó su defensa.

De ser hallado culpable, el ahora expresidente podría enfrentar una condena de entre 10 y 20 años en prisión.

Pero, ¿qué hay detrás de la destitución de Pedro Castillo, y cuál ha sido el papel de México en este conflicto? En Broojula Ana Paula Ordorica conversa con Brenda Estefan, analista internacional, sobre las causas y consecuencias de la inestabilidad política en Perú.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fue cuestionado esta mañana sobre lo sucedido en Perú, con la destitución y detención del ahora exmandatario Pedro Castillo.

López Obrador dijo que si bien ya había fijado su postura, sobre que México se ceñirá a los principios que guían la política exterior: la no intervención y la autodeterminación de los pueblos, volvió a lamentar lo que sucedido, pues dijo, desde que Castillo ganó legal y legítimamente, fue víctima de acoso y confrontación.

AMLO reclamó que las élites económicas y políticas de Perú no aceptaron que Pedro Castillo gobernara el país.

“Muy lamentable lo que pasó. Estuvo siempre acosado, lo fueron debilitando hasta que lograron destituirlo. Pero es la decisión que tomaron estas élites, aunque yo no creo que sea lo mejor para los pueblos. Lo lamento mucho por el pueblo de Perú, es mucha inestabilidad; cinco presidentes en los últimos seis años. ¿Quién sufre? El pueblo, todo por los intereses de las élites”, reclamó.

Tal como lo ha dicho en el caso de México, aseguró que las élites en Perú no piensan en los pueblos.

Dijo que la oposición ya tenían todo listo para destituir a Pedro Castillo por un precepto legal que está en su Constitución: incapacidad moral.

Afirmó que al saber que lo iban a destituir, pedro Castillo tomó la decisión de desaparecer el Congreso, lo que precipitó su destitución y le dio el argumento a sus detractores para quitarlo del poder.

Fue en ese punto donde López Obrador reveló que ayer, en los momentos más álgidos de lo sucedido en Perú, Pedro Castillo habló a Palacio Nacional para avisar que se dirigiría a la embajada de México donde solicitaría asilo.

“Pero seguramente ya tenían intervenido su teléfono y (sabían) que iba a solicitar el asilo (…) busque a Marcelo Ebrard, le informe y le dije que hablara con el embajador y que se abriera la puerta del embajada, con apego a nuestra tradición de asilo”, contó el mandatario.

Dijo que al poco tiempo de la llamada, policías y ciudadanos llegaron a las inmediaciones de la embajada para evitar que Castillo ingresara, aunque recordó, el expresidente ni siquiera pudo  llegar pues fue detenido antes.

“Nosotros pedimos que se le respeten sus derechos humanos; que se actúen con legalidad verdadera; que se proteja a su familia, y lo demás, lo político, ya lo va a atender la Secretaría de Relaciones Exteriores”, dijo AMLO.

López Obrador precisó que es importante recoger la lección de lo sucedido en Perú, que además se está aplicando en distintas partes del mundo, recordando que ya paso en Brasil, Argentina y ahora en Perú.

“¿Cuál es la lección que deja todo esto? Hay que gobernar para el pueblo, no se debe confiar en los que supuestamente son líderes de opinión, que pertenecen a la llamada clase política, ahí hay mucha falsedad; antes y todavía se piensa que la política es estar bien con los potentados, con los dueños de los medios de comunicación, con los intelectuales alcahuetes. Y no, hay que estar bien con el pueblo por dos razones: una que es fundamental, el humanismo. Porque gobernar es atender a todos pero fundamentalmente a los más necesitados; y la otra es que el pueblo no es malagradecido. El pueblo es leal, si se voltea ver al pueblo, se le respeta y se cuida del pueblo, se cuenta con el pueblo, se tiene siempre una base social para sostener a un gobierno que busca cambios y transformación”, dijo.

El mandatario habló de los llamados “golpes blandos” que se están produciendo. Dijo que ya no es la intervención militar, sino ir por el control de los medios de información, que son manejados por los oligarcas de los países, lo cual ayuda a ir socavando a autoridades legal y legítimamente constituidas, sobre todo cuando se trata de gente surgida del pueblo o que quiere hacer algo en beneficio del pueblo y que no pertenece a las élites.

“Van implementando campañas de desprestigio, magnificando errores que se cometen, y siguen siendo los medios instrumentos para manipular y justificar actos contrarios a la democracia”, sostuvo.

En ese sentido, fue cuestionado sobre si se está llevando un golpe blando en México, a lo que dijo que, pues en el país “no han podido ni podrán” hacer algo así.

Enfatizó que el pueblo de México está muy avispado, muy despierto, muy consciente. Reiteró que es de los pueblos más politizados del mundo. Añadió que ha dado muy buenos resultados la revolución de las conciencias que se impulsa desde el movimiento que encabeza.

Ante las acusaciones tanto en México como en Perú, sobre que está incurriendo en injerencionismo, AMLO fue enfático en negarlo.

“Si eso es inferencia, creo que es una exageración. Sin embargo, como son parientes los conservadores en todos lados”, recurren a la misma acusación.

Pedro Castillo fue destituido ayer por el Congreso de Perú bajo el argumento de “incapacidad moral”, lo que supone un nuevo capítulo en la inestabilidad política del país, tras la destitución de Alberto Fujimori en el año 2000.

Pedro Castillo, candidato de una coalición de izquierda, ganó las elecciones presidenciales de 2021, sin embargo ante los hechos de ayer, solo completó 16 meses en el cargo, los cuales estuvieron marcados por luchas internas dentro del gobierno y ataques de la derecha.

En diciembre de 2021 y luego en marzo de 2022, el Congreso, controlado por la oposición, rechazó dos solicitudes de destitución por “incapacidad moral” contra Pedro Castillo.

En agosto, fue objeto de un total de seis investigaciones por corrupción y tráfico de influencias, una situación sin precedentes en Perú. El 11 de octubre, la justicia interpuso un recurso de inconstitucionalidad acusándolo del delito de organización criminal de corrupción. Esa investigación sigue en curso.

Apenas el mes pasado,  Castillo había nombrado a su quinto gobierno en seis meses.

Sin embargo, la historia de inestabilidad viene de tiempo atrás. El 21 de noviembre del 2000, tras un escándalo de corrupción, el Congreso destituyó por el mismo motivo (incapacidad moral permanente) a Fujimori, quien estaba al frente del país desde 1990, y quien había presentado su renuncia desde Japón, adonde había huido.

Fue hasta el año 2007 que Fujimori fue detenido en Chile y extraditado a Perú. Fue condenado en 2009 a 25 años de prisión por corrupción y crímenes de lesa humanidad.

El expresidente gozó de un breve período de libertad entre fines de 2017 y octubre de 2018, cuando recibió un polémico indulto que posteriormente la justicia peruana y la Corte Interamericana de Derechos Humanos anularon. Ahora se encuentra pagando su condena en una prisión de Lima.

En 2003, el presidente Alejandro Toledo declaró estado de emergencia ante una ola de descontento social. Parte de la oposición y la prensa exigieron su salida “por incompetencia”. El gobierno dimitió en bloque.

También sospechoso de corrupción, el expresidente fue arrestado en 2019 en Estados Unidos y luego puesto bajo arresto domiciliario tras estar siete meses tras las rejas. La justicia estadounidense autorizó su extradición en septiembre de 2021, pero Toledo apeló y Perú está a la espera de que sea entregado.

En 2008, el presidente socialdemócrata Alan García aceptó la renuncia del gobierno tras descubrirse un presunto caso de corrupción a favor de la petrolera noruega Discover Petroleum.

Al verse relacionado con un supuesto caso de lavado de dinero relacionado con el escándalo de Odebrecht, el expresidente García se suicidó en abril de 2019 cuando estaba por ser arrestado.

El 6 de junio de 2011, Ollanta Humala se convirtió en el primer presidente de izquierda en 36 años. Un año después, los miembros de su gobierno, criticados por su gestión de los conflictos sociales renunciaron. En 2015, la jefa de gabinete de Humala, Ana Jara, fue apartada del cargo por una moción de censura, la primera en 50 años, tras un caso de espionaje.

Investigado por un caso de corrupción, Ollanta Humala recibió prisión preventiva en 2017, acusado de haber recibido tres millones de dólares de la firma durante su campaña electoral. Acusado desde  2019, ha estado en juicio, junto con su esposa, desde febrero pasado.

En 2016, el presidente de centroderecha Pedro Pablo Kuczynski pasó a ser investigado por presunto lavado de dinero en el escándalo de corrupción en el gigante brasileño de la construcción Odebrecht con sobornos a políticos a cambio de contratos.

El 21 de marzo de 2018, Kuczynski renunció ante una probable votación parlamentaria para acusarlo formalmente de cara a un juicio de destitución. Fue puesto en prisión preventiva y luego bajo arresto domiciliario.

La líder opositora Keiko Fujimori, hija del exmandatario Alberto, también ha sido objeto de una investigación por el caso Odebrecht; fue detenida en octubre de 2018 y cumplió 16 meses de prisión preventiva, antes de ser liberada bajo fianza en mayo de 2020.

En septiembre de 2019, el presidente Martín Vizcarra disolvió el Parlamento controlado por la oposición fujimorista y anunció elecciones legislativas anticipadas. El Congreso respondió al año siguiente suspendiéndolo por un año y votando para reemplazarlo por la vicepresidente. Pero líderes militares, policías y gobernadores regionales le dieron su apoyo. El vicepresidente renunció.

En enero de 2020, los fujimoristas perdieron las elecciones legislativas. En noviembre, el Parlamento destituyó a Vizcarra por “incapacidad moral”, en medio de acusaciones de supuestos sobornos recibidos mientras era gobernador en 2014.

El titular del Legislativo, Manuel Merino, asumió la presidencia pero renunció a los cinco días, presionado por movilizaciones ciudadanas y reclamos políticos. Francisco Sagasti, presidente electo del Parlamento, asumió la presidencia interina entre noviembre de 2019 y julio de 2021.

Sin embargo, Perú no es el único más en la región que se ha visto envuelto en casos de destituciones presidenciales o líderes forzados a dimitir.

El vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, condenado en el escándalo Odebrecht a seis años de prisión, fue destituido a principios de 2018 después de tres meses de ausencia de sus funciones debido a su encarcelamiento.

En abril de 2005, el presidente Lucio Gutiérrez también fue apartado del cargo tras haber sido acusado, en plena revuelta popular, de haber colocado a personas cercanas en el seno de la Corte Suprema de Justicia.

Uno de sus predecesores, Abdala Bucaram, acusado de malversación de fondos públicos, fue destituido en febrero de 1997, apenas seis meses después de su investidura.

La presidenta de Brasil Dilma Rousseff fue destituida el 31 de agosto de 2016 por más de dos tercios de los senadores, que la consideraron culpable de maquillar las cuentas públicas.

También en Brasil, en diciembre de 1992, Fernando Color de Mello, acusado de corrupción, dimitió al iniciarse el proceso de su destitución en el Senado y perdió sus derechos políticos durante ocho años.

En septiembre de 2015, el presidente de Guatemala, Otto Pérez, acusado de dirigir un sistema de corrupción en las aduanas, fue privado de su inmunidad por parte del Parlamento. Ante el riesgo de ser cesado, dimitió y después fue arrestado. Apenas este mes fue condenado a 16 años de cárcel.

En Paraguay, Fernando Lugo fue destituido en 2012 debido a una operación policial contra campesinos sin tierra que terminó con 17 muertos.

El presidente venezolano Carlos Andrés Pérez, acusado de malversación y enriquecimiento ilícito, fue suspendido de sus funciones en mayo de 1993 tras un voto en el Senado. En 1996, fue condenado a 2 años y 4 meses de cárcel.

La región también ha sido escenario de golpes de Estado como ocurrió en Honduras en junio de 2009, cuando el presidente Manuel Zelaya fue arrestado y expulsado a Costa Rica mientras preparaba un plebiscito para reformar la Constitución y ser reelegido.

También el presidente venezolano Hugo Chávez fue blanco de un golpe militar en abril de 2002 en el que fue arrestado antes de volver al poder dos días más tarde gracias a las manifestaciones ciudadanas.

En octubre de 2019, el entonces presidente boliviano Evo Morales se postuló a un cuarto mandato pese a perder un referéndum para habilitarlo a una nueva reelección. En medio de una fuerte convulsión social y acusaciones de fraude, renunció y salió del país.

Jeanine Áñez, que lo sustituyó en el cargo, fue condenada en junio pasado a diez años de prisión por tomar el mando irregularmente.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) utilizó sus redes sociales para pronunciarse sobre la crisis política que atraviesa Perú, luego de la destitución del presidente Pedro Castillo, quien hoy por la mañana disolvió el Congreso y ordenó instaurar un gobierno.

La decisión de Castillo, calificada por detractores y aliados como un golpe de Estado, se dio previo a que el Parlamento debatiera una moción de vacancia, destitución, en su contra para apartarlo de la jefatura del Estado.

Aunque López Obrador reiteró que la política exterior de México se apega al principio de no intervención y autodeterminación de los pueblos.

Sin embargo, dijo que era lamentable que por intereses económicos y políticos, desde el inicio de la presidencia de Pedro Castillo, se haya mantenido un ambiente de confrontación y hostilidad en su contra.

En una especie de justificación, dijo que Castillo fue llevado a “tomar decisiones” que le han servido a sus adversarios para consumar su destitución con el “sui géneris precepto de ‘incapacidad moral'”.

El mandatario mexicano confió en que se respeten los derechos humanos en Perú, además de que haya estabilidad democrática en beneficio del pueblo.

Al respecto, el canciller Marcelo Ebrard afirmó este miércoles que México está dispuesto a ofrecer “asilo” al ya expresidente Castillo, actualmente detenido en Lima después de ser destituido por el Congreso, aunque apuntó que por el momento “no lo ha solicitado”.

En entrevista con “Atando Cabos” en Radio Fórmula, Ebrard comentó la detención de Castillo, quien se encuentra en la sede de la prefectura de la Policía de Lima, al ser acusado de haber intentado perpetrar un golpe de Estado.

“Si Pedro Castillo pide asilo a México, se lo damos, pero no lo ha solicitado”, aseguró Ebrard, quien manifestó su preocupación por la situación en Perú y agregó que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), le ha pedido que lo mantenga informado “en todo momento”.

Y aunque el presidente siempre habla de los principios que guían la política exterior de México, siempre termina inmiscuyéndose en asuntos internos de otros países.

Esta mañana, denunció que existe una “venganza política” detrás de la sentencia contra la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández, condenada ayer a seis años de prisión por corrupción.

“A todas luces es una venganza política en contra de la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández, y también es un acto antidemocrático porque no quieren que participe en el proceso electoral, la están inhabilitando para que pueda ser candidata”, manifestó el mandatario en su conferencia diaria.

López Obrador envió un “abrazo fraterno” y su “solidaridad” a la vicepresidenta “y a todo el pueblo de Argentina”, y les pidió que “hay que seguir adelante, resistiendo”. También aprovechó para resaltar la decisión de Fernández de no contender de nuevo por la presidencia.

“Una actitud muy digna y esto demuestra que no es una mujer ambiciosa, vulgar, porque no va a ir de candidata. Para empezar, tiene fuero y va a estar hasta diciembre del año próximo, hasta las elecciones, y sin ser candidata ella va a seguir siendo dirigente”, añadió el presidente.

López Obrador se sumó a líderes de la izquierda latinoamericana que han expresado su apoyo por la vicepresidenta, como el expresidente boliviano Evo Morales, el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, y el mandatario de Cuba, Miguel Díaz-Canel.

La abogada Dina Boluarte juró esta tarde como presidenta de Perú en reemplazo de Pedro Castillo, quien fue destituido por la mañana, “por permanente incapacidad moral” tras intentar cerrar el Parlamento en un acto calificado de “golpe de Estado”.

Boluarte, de 60 años, es la primera mujer en alcanzar la presidencia en más de 200 años de república y era la vicepresidenta de Castillo desde que éste asumió el poder en julio de 2021.

La ahora presidenta había ejercido hasta hace casi dos semanas el cargo de ministra de Desarrollo e Inclusión Social.

Horas antes, había rechazado el intento de cierre del Congreso por parte de Castillo. En sus redes sociales indicó que se trataba de una maniobra “que agrava la crisis política e institucional, que la sociedad peruana tendrá que superar con estricto apego a la ley”.

Boluarte, que domina el quechua y el español, y al igual que Castillo tampoco tenía experiencia en cargos políticos, trabajó como funcionaria del Registro Nacional de Identificación desde 2007 hasta 2021 y no tiene apoyo de una bancada en el Parlamento.

La nueva jefa de Estado debe completar el mandato de Castillo hasta el 28 de julio de 2026.

Mientras Dina Boluarte juramentó, minutos antes Castillo fue detenido y trasladado a la sede de la prefectura de la Policía de Lima.

“Dando cumplimiento a nuestras facultades y atribuciones descritas en el artículo 5 de D.L (decreto legislativo) n° 1267 Ley la Policía Nacional del Perú (PNP), efectivos PNP intervienen al expresidente Pedro Castillo”, escribió la cuenta oficial de ese cuerpo en su cuenta de Twitter.

El Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (CCFFAA) y la Policía Nacional de Perú (PNP) alertaron que no acatarían ningún acto contrario al orden constitucional.

Durante cerca de media hora se desconoció el paradero de Castillo, quien a primera hora de la mañana dictó el cierre del Congreso y el nombramiento de un gobierno de emergencia, una medida que fue tachada por la oposición y varios miembros de su equipo, entre ellos Boluarte, como un golpe de Estado.

Horas después del anuncio, Castillo salió de Palacio de Gobierno y se trasladó a la sede de la prefectura, en la avenida España, donde fue detenido junto a Aníbal Torres, expresidente del Consejo de Ministros, entre otros exfuncionarios.

Medios locales señalaron que Pedro Castillo se intentaba trasladar a la Embajada de Méxicoen Perú, donde pensaba solicitar asilo.

Y hablando de México, el gobierno de nuestro país pidió “respeto a la democracia y a los derechos humanos” en Perú, tras la decisión y detención del ahora expresidente Pedro Castillo.

“México lamenta los últimos acontecimientos en Perú y hace votos por el respeto a la democracia y a los derechos humanos en bien de ese entrañable pueblo hermano”, escribió en Twitter el canciller, Marcelo Ebrard.

El titular de la SRE también anunció el aplazamiento de la Cumbre de la Alianza del Pacífico prevista para el próximo miércoles en Lima, dados “los últimos acontecimientos” en Perú.

“Dados los últimos acontecimientos en Perú, se ha convenido posponer la Cumbre de la Alianza del Pacífico que tendría verificativo el próximo 14 de diciembre en la Ciudad de Lima. Les mantendré informados”, señaló.

Recordemos que México debe entregar la presidencia pro tempore del bloque comercial a Perú.

En un principio, la cumbre de la Alianza del Pacífico se debería haber llevado a cabo a finales de noviembre en la Ciudad de México, pero el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) pidió cambiarla de fecha y lugar después de que el Congreso peruano negara a Castillo la autorización para viajar al extranjero.

Por su parte la Organización de Estados Americanos (OEA) convocó para este mismo miércoles una sesión extraordinaria para tratar la situación en Perú.

Se espera que el Consejo Permanente de la OEA vote para aprobar una declaración conjunta sobre los eventos en Perú.

Durante la sesión, está previsto que el excanciller de Paraguay Eladio Loizaga, que lideró el grupo de trabajo que la OEA envió a Perú a mediados de noviembre a petición de Castillo, haga una declaración, al igual que el secretario general de la organización, Luis Almagro.

Quien también se refirió al tema fue Estados Unidos, quien calificó a Castillo de expresidente de Perú.

“A nuestro entender, debido a la decisión del Congreso, Castillo es ahora expresidente”, dijo en una rueda de prensa en Washington el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, quien hizo un llamado a defender la democracia peruana.

El funcionario añadió que Estados Unidos “seguirá de cerca los acontecimientos” que vayan ocurriendo en el país y que Washington “actuará de acuerdo a los deseos y aspiraciones del pueblo peruano”.

El Congreso peruano destituyó este miércoles al presidente Pedro Castillo, poco después de que éste disolviera el Legislativo e instalara un gobierno de emergencia.

Especialistas hablan de la mayor crisis política desde que llegó al poder hace poco más de un año.

Castillo fue destituido por “incapacidad moral” por 101 votos a favor, seis en contra y 10 abstenciones y será sucedido en el poder por su vicepresidenta, Dina Boluarte.

La votación se produjo horas después de que Castillo disolviera el Congreso en una maniobra que varios actores consideraron un intento de golpe de Estado y que fue incluso criticada por algunos de sus propios funcionarios.

“Se dictan las siguientes medidas: Disolver temporalmente el Congreso de la República e instaurar un Gobierno de emergencia excepcional”, dijo Castillo en un mensaje a la nación que no fue previamente anunciado por su equipo de comunicaciones o en sus redes sociales.

Con un temblor evidente en sus manos, anunció que también dicta “convocar en el más breve plazo a elecciones para un nuevo Congreso con facultades constituyentes para elaborar una nueva Constitución en un plazo no mayor de 9 meses”.

También ordenó un toque de queda a nivel nacional a partir del día de hoy desde las 22:00 hora local y que “se declara en reorganización del sistema de judicial, el Poder Judicial, el Ministerio Público, la Junta Nacional de Justicia (JNJ) y el Tribunal Constitucional (TC)”, agregó.

En tanto, la presidenta del Poder Judicial, Elvia Barrios, hizo un llamado a la ciudadanía a “mantenerse vigilante en defensa del Estado democrático y de derecho”.

“Demandamos a las instituciones correspondientes mantenerse firmes en el respeto al Estado de derecho y pedimos a la ciudadanía, a la sociedad civil organizada, a mantenerse vigilantes en defensa del Estado democrático de derecho”, dijo Barrios en un mensaje transmitido en las redes sociales del Poder Judicial.

La presidenta de la Judicatura enfatizó que “el Estado de Derecho es consustancial al respeto de los derechos fundamentales” y que en Perú se tiene “un Estado constitucional de derecho al que todos los poderes del Estado, organismos constitucionales y ciudadanos debemos respetar”.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dijo esta mañana que es posible que se cancele la cumbre de mandatarios de la Alianza del Pacífico programada para esta semana en la Ciudad de México, derivado la negativa del Congreso peruano de conceder permiso a Pedro Castillo para viajar a México.

“Es muy probable que se cancele el encuentro de los países de la Alianza del Pacífico, se posponga”, dijo López Obrador en su conferencia de prensa matutina.

Explicó que el motivo de la cancelación sería que Perú es quien recibirá la presidencia Pro Tempore de la iniciativa regional, conformada por estos países junto con Chile y Colombia.

Precisó que hoy hará consultas para tomar la decisión, aunque no reveló con quiénes tocará base para poder proceder o no.

Y es que el Congreso de Perú rechazó la pasada semana la solicitud de Castillo de viajar a México para participar en la cumbre, que se llevaría a cabo entre el 24 y 26 de noviembre.

Recordemos que Castillo mantiene una fuerte pugna política con el Congreso de su país, liderado por la oposición, y la mayoría de legisladores consideraron que no era conveniente el viaje del mandatario a México mientras encara investigaciones de presunta corrupción.

Y aunque todo parece indicar que la cumbre de la Alianza del Pacífico en México se cancelaría, el presidente López Obrador aclaró que se mantendrán las reuniones bilaterales que se tienen programadas con los presidentes de Chile y Costa Rica quienes visitan México.

También adelantó que una solución sería el reprogramar la cumbre en Perú, para que de esa manera el presidente Pedro Castillo pueda estar presente y recibir la estafeta.

“Podríamos hacer una reunión en Perú, esa puede ser una opción, hacerla allá pero tengo que consultar, lo que sí no considero conveniente es hacer una reunión sin que esté el presidente que debe de recibir pues la estafeta”, subrayó AMLO.

El canciller Marcelo Ebrard llegó este jueves a Bolivia invitado por el presidente Luis Arce, para discutir una eventual alianza bilateral para la industrialización del litio boliviano.

“Este viaje corresponde al interés de lograr una extensa colaboración en litio, para lo cual fui invitado a conocer Uyuni, el mayor desierto de sal en el mundo con importantes reservas de litio… Este metal estratégico coloca a Bolivia en primer lugar mundial de reservas y a México en el décimo”, escribió Ebrard el jueves en una columna publicada en el diario boliviano La Razón.

Ebrard tenía previsto una rueda de prensa con su colega boliviano Rogelio Mayta antes de viajar a la ciudad de Sucre, la capital histórica de Bolivia, para participar de una celebración patria como invitado de honor.

El titular de la SRE recordó que Bolivia y México tienen una relación diplomática de 190 años que alcanzó su pico cuando el mandatario Andrés Manuel López Obrador (AMLO) le concedió el asilo al expresidente boliviano Evo Morales en 2019 tras su renuncia después de unas fallidas elecciones denunciadas como fraudulentas por la OEA, lo que detonó un estallido social que dejó 37 muertos.

A su vez, Arce fue un aliado de su par mexicano en el reclamo por la exclusión de los presidentes de Venezuela, Nicaragua y Cuba por parte de Estados Unidos a la Cumbre de las Américas celebrada en California en junio pasado.

A pesar de sus enormes reservas, Bolivia no ha podido consolidar una industria del litio. Arce se ha propuesto activarla tras 14 años de escasos avances que han rezagado a Bolivia frente a sus vecinos Chile y Argentina.

El gobierno boliviano impulsa la construcción de una planta para producir carbonato de litio a nivel industrial hasta 2024 para lo cual ha seleccionado como eventuales socios a seis compañías transnacionales: una estadounidense, cuatro chinas y una rusa.

El encuentro con Ebrard se pridujo luego de que Castillo acudió al Ministerio Público para declarar ante la Fiscal General en un caso de presunta corrupción.

Rodeado de sus abogados y decenas de policías antimotines Castillo acudió a la cita de la Fiscal General, Patricia Benavides, quien lo investiga por supuesta corrupción en el manejo de ascensos de oficiales de las fuerzas armadas en 2021.

Previamente, a través de sus abogados, Castillo pidió ser interrogado en el palacio presidencial, pero la Fiscal General aclaró más tarde que el presidente era un investigado, por lo que no podía escoger dónde ser interpelado y debía acudir a la fiscalía.

El presidente dijo en su cuenta de Twitter que se dirigía a la fiscalía para defender su “inocencia y colaborar siempre con la justicia”. En su caminata el mandatario saludó a decenas de simpatizantes que gritaban “Cierra el Congreso” y “Prensa corrupta”. En otro extremo, otro grupo menos numeroso lo abucheaba y coreaba “Castillo ya fuiste, por rata te jodiste”.

La investigación por la que el mandatario es interrogado partió de una denuncia de irregularidades presuntamente cometidas en 2021 en el proceso de ascensos de las Fuerzas Armadas.

En noviembre el ahora exjefe del Ejército, José Vizcarra, dijo en el Parlamento que recibió presiones de los entonces secretario presidencial, Bruno Pacheco, y ministro de Defensa, Walter Ayala, para ascender a militares cercanos al gobierno. Castillo ha negado las acusaciones.

Sobre el mandatario pesan cinco investigaciones fiscales, la mayoría por corrupción y una por el presunto plagio de su tesis de maestría. La Fiscal General sostiene la hipótesis de que el presidente es el líder de una organización criminal que recibía dinero de licitaciones de obras públicas.

La Fiscal incluye en el grupo al exsecretario presidencial y al sobrino del mandatario y a un exministro de Transportes que están prófugos.

Castillo es el primer presidente peruano investigado mientras está en funciones. Casi todos los expresidentes de las últimas décadas están bajo investigación judicial, un exmandatario está sentenciado y otro en proceso de extradición desde Estados Unidos.

El primer ministro de Perú, Aníbal Torres, dijo este miércoles por Twitter que presentó su renuncia al presidente Pedro Castillo alegando “razones personales”, en momentos en que el gobierno transita por una crisis política debido a investigaciones de presunta corrupción en el entorno del poder.

Torres, que había asumido la presidencia del Consejo de Ministros en febrero, se había convertido en un férreo defensor del mandatario frente a las denuncias de corrupción y a los constantes choques con el Congreso dominado por la oposición.

“Me retiro del cargo después de haber servido, conjuntamente con Usted, a nuestra patria, especialmente al pueblo más postergado y olvidado”, dijo Torres en un tuit.

Su dimisión se produce cuando el presidente Castillo enfrenta cinco investigaciones, entre ellas por presuntos delitos de tráfico de influencias, obstrucción a la justicia y hasta de plagio de su tesis de maestría de profesor.

Castillo ha negado las acusaciones y ha señalado a la “oligarquía y poderes fácticos” de buscar su destitución.

El mandatario, que ha realizado una serie de cambios sin precedentes durante su mandato en su equipo, debe decidir ahora si acepta la renuncia de Torres y anunciar su reemplazo, que sería el quinto primer ministro a un año de asumir el Gobierno.

A la incertidumbre política que enfrenta Castillo se suman los conflictos sociales en el segundo mayor productor mundial de cobre, que han frenado operaciones mineras y afectado la confianza de los inversionistas, pese a que el mandatario ha moderado su discurso de una mayor intervención estatal en la economía.

La renuncia del primer ministro cayó de sorpresa para el grupo de legisladores que apoya al mandatario en el Congreso. En tanto desde la oposición saludaron la dimisión.

El Congreso también investiga a Castillo y legisladores de oposición han anunciado recientemente que planean alistar una moción para iniciar un nuevo juicio político contra el presidente, que ya sobrevivió a dos intentos de destitución.

Para destituir a Castillo se requieren más de 87 votos de los 130 en el fragmentado Congreso unicameral peruano, algo improbable en estos momentos, según analistas.

El presidente Castillo ha sido citado por la fiscalía para mañana 4 y 9 de agosto para declarar sobre el presunto tráfico de influencias en el ascenso de militares de alto rango y un supuesto encubrimiento personal de prófugos de la justicia.

El presidente de Perú, Pedro Castillo, convocó el miércoles a las “fuerzas políticas” del país a trabajar por la democracia luego de que el partido que lo llevó a poder le pidiera su renuncia, en momentos en que el mandatario es investigado por presuntos actos de corrupción en su gobierno.

El jefe de Estado afronta una fuerte inestabilidad política que le ha llevado a nombrar hasta cuatro gabinetes en medio de conflictos sociales.

Asimismo, ha sobrevivido a dos intentos de juicio político en busca de su destitución en el Congreso, dominado por los partidos de derecha.

Perú Libre solicitó la noche de ayer su renuncia “después de haber evaluado estatutariamente el comportamiento”, según una carta difundida por Twitter por el fundador del partido, Vladimir Cerrón, considerado un político radical de izquierda.

Castillo, un profesor de primaria que asumió la presidencia en julio del año pasado, agradeció a Perú Libre por postularlo en las elecciones y sostuvo “que por encima de todo” está los intereses del país, en una aceptación implícita al pedido de renuncia.

“Desde acá llamo a todas las fuerzas políticas a ponernos de acuerdo, a trabajar por la democracia”, dijo el mandatario en una breve declaración a periodistas a su salida de la Catedral de Lima, a donde asistió por un feriado religioso católico.

“Estamos en unos momentos críticos”, afirmó. “No podemos entretenernos en otros temas, sino mas bien en mirar con responsabilidad al país que para eso mayoritariamente el pueblo peruano nos ha puesto al frente”, refirió Castillo.

Perú Libre dijo que el pedido a Castillo de su “renuncia irrevocable” al grupo es porque el mandatario ha promovido el “quebramiento de la unidad partidaria” en el Congreso. Además, el partido afirmó que las políticas del gobierno no guardan relación con las promesas de campaña electoral y menos con el plan de Perú Libre. El grupo refirió que Castillo ha implementado el “programa neoliberal” de partido perdedor.

Perú Libre llevó 37 legisladores al Congreso en las elecciones del año pasado, pero tras varias renuncias el bloque se ha reducido a solo 16 miembros. Hace unos meses, la vicepresidenta de Perú, Dina Boluarte, fue expulsada del grupo.

Recordemos que la fiscalía peruana investiga la relación de Castillo con una presunta trama de corrupción en la concesión de obras públicas por parte de su exministro de Transportes y Comunicaciones, Juan Silva, quien se encuentra prófugo de la justicia.

Es la primera vez que la fiscalía investiga a un mandatario en pleno ejercicio por casos de corrupción. Antes, la fiscalía había realizado pesquisas a otros presidentes, pero por acciones cometidas antes de ejercer el cargo de jefe de Gobierno.

Castillo ha rechazado todas las acusaciones en su contra, y afirma que éstas son orquestadas por sus opositores, partidos minoritarios en el Congreso y grupos económicos que no aceptan que ganó las elecciones y por eso quieren sacarlo del poder.

Además, Castillo es investigado por una comisión del Congreso por presunta corrupción en su gobierno. Dicha comisión recomendará una acusación constitucional en su contra, lo que puede acarrear un nuevo pedido de destitución del cargo al que llegó hace 11 meses.

“La Comisión de Fiscalización y Contraloría propone a la Comisión Permanente del Congreso que al amparo de los artículos 99 y 100 de la Constitución formule Acusación Constitucional ante el Pleno contra el Presidente José Pedro Castillo Terrones”, señala en sus conclusiones el grupo de trabajo.

El Congreso de Perú, dominado por la oposición, aceptó este lunes admitir a debatir una moción de destitución contra el presidente Pedro Castillo, similar a las que condujeron a las caídas de los exmandatarios Pedro Pablo Kuczynski, en 2018, y Martín Vizcarra, en 2020.

Se trata de la segunda “moción de vacancia” contra Castillo en los siete meses y medio que lleva en el poder. En diciembre, el Congreso desestimó la primera.

El pedido lo presentaron 50 congresistas de los partidos derechistas Renovación Popular, Avanza País y Fuerza Popular (fujimorista), con apoyo de legisladores de otras bancadas. La oposición alega “incapacidad moral” de Castillo.

Necesitaba 52 votos, de un total de 130, para ser aceptada a debate. Un total de 76 legisladores votaron a favor, 41 votaron en contra y hubo una abstención. Sin embargo, especialistas advierten que no conseguiría los 87 votos que exige la Constitución para remover a un presidente en una sesión a esos efectos.

La iniciativa comenzó a ser tratada hacia las 11:30 hora local, dos horas después de lo previsto, con la presentación de la moción por el legislador ultraconservador Jorge Montoya.

“El presidente Pedro Castillo debe dar explicaciones inmediatas al país por sus reiteradas inconductas”, dijo Montoya, un almirante retirado. “El propio señor Castillo ha reconocido públicamente que no se encuentra preparado para el cargo”, agregó.

A continuación, Waldemar Cerrón, jefe de la bancada del partido oficialista Perú Libre, afirmó que el Congreso “pierde el tiempo” en estos debates. La formación adelantó que sus 37 parlamentarios rechazarán la moción.

Castillo había solicitado acudir al Congreso el martes para dar un mensaje sobre el estado de la nación en el contexto de la crisis en curso, pedido aceptado este mismo lunes por los jefes de las bancadas.

Este mes la desaprobación del mandatario cayó a 66%, tres puntos menos que en febrero cuando alcanzó su mayor nivel(69%), pero aún más desprestigiado está el Congreso, que acumula un rechazo de 70%, según un sondeo de Ipsos.

El choque de poderes entre el Ejecutivo y el Legislativo en Perú volvió a trascender fronteras y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) hizo un llamado a respetar la “voluntad popular”. El presidente rotativo de la Celac, el argentino Alberto Fernández, expresó el fin de semana “su preocupación por la situación institucional que atraviesa Perú”.

Sobre este tema, el presidente Andrés López Obrador (AMLO) ha denunciado que en Perú había “una especie de preparación a un derrocamiento” lanzada por el conservadurismo.

La posible destitución de Castillo ronda en el aire desde su elección en junio, cuando sus rivales denunciaron “fraude” a pesar del aval a su victoria por parte de observadores de la OEA y la Unión Europea. La oposición acusa a Castillo, un maestro rural de 52 años que asumió la presidencia 28 de julio por cinco años, de falta de rumbo y critican sus constantes crisis ministeriales.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se lanzó en contera del conservadurismo en Perú, que dijo  “es evidente está haciendo labor” en contra del presidente Pedro Castillo, esto pese a que ha defendido su política de no intervención y esta mañana asegurara que México es respetuoso de las decisiones de otros países.

“Nosotros somos respetuosos de la decisiones que se están tomando en otros países, pero es evidente que el conservadurismo está haciendo labor en contra del Gobierno legal y legítimamente constituido, ganó el presidente Castillo, así lo decidieron los peruanos”, dijo López Obrador en su conferencia matutina.

El mandatario señaló que “los conservadores son iguales en todos lados, unos más burdos, otros más hipócritas”; y añadió que sólo son “son demócratas cuando les conviene”.

Y es que el pasado fin de semana, la excandidata presidencial peruana Keiko Fujimori afirmó que el presidente Pedro Castillo es “la enfermedad” que genera la crisis política que afronta su país y debe dejar de manera “urgente” la jefatura del Estado.

“Tener cuatro gabinetes en menos de siete meses es algo inédito y es una situación muy lamentable para nuestro país”, acusó Fujimori.

Ante ello, el presidente Castillo dijo que recompondrá su gabinete, tan solo tres días después de tomar juramento al que preside el congresista Héctor Valer, cuyo nombramiento generó una serie de críticas por las denuncias que tiene por violencia familiar.

Ante la situación, López Obrador preguntó cómo es posible que hayan celebrado las elecciones en Perú hace seis meses, el presidente tome posesión y ya intenten destituirlo; Castillo “hizo cambios en su gabinete hace unos días y de inmediato surgieron demandas de medios de comunicación”.

Sin embargo, Perú no fue el único país al que AMLO criticó. Para reforzar su postura contra el conservadurismo, López Obrador citó el caso de la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, quien el domingo anunció que había dado positivo en una prueba de coronavirus y a quien deseó su pronta recuperación.

“Su esposo fue destituido, padeció un golpe de estado y la señora Xiomara ganó con mas del 50% de los votos y ganó la mayoría del Congreso mediante una alianza y antes de tomar posesión se partió esa alianza, se van los legisladores de un bloque y se juntan con los conservadores y Xiomara ya no tiene mayoría en el congreso”, lamentó.

Contó que antes de que Castro tomara posesión y ya en el poder comenzó “una campaña mediática contra ella y ahora la acusan de corrupción (…) creo lleva un mes, pero es lo mismo porque (los conservadores) se sienten desplazados, los que dominaban”.

El presidente recordó que no pudo asistir a la toma de posesión de Castro, pero avisó que tiene el compromiso de visitar Honduras para estrechar más la relación entre ambos países.

En un repaso por la actualidad política latinoamericana, López Obrador aprovechó para desearle que al presidente electo de Chile, Gabriel Boric, quien asumirá el 11 de marzo de 2022, “le vaya muy bien”.

Dijo que un bloque de derecha conservador se reunió hace unos meses en Miami y el invitado especial fue el escritor peruano Mario Vargas Llosa “y lo que plantearon ahí, pues no dejan de tener relaciones, fue como una internacional del conservadurismo”.

Sobre su postura ante estos temas, AMLO dijo: “nosotros ayudamos siempre a los gobiernos legal y legítimamente constituidos y cuidamos los principios de no intervención y de autodeterminación de los pueblos, pero somos partidarios de defender a quienes luchan por la justicia, la democracia y por el cambio”.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) expresó este lunes su apoyo al mandatario de Perú, Pedro Castillo, por el intento de destitución presidencial impulsado por la oposición y que fracasó la semana pasada.

“Tenemos que ayudar a los pueblos hermanos, porque esto no es solo apoyar al presidente surgido de un movimiento popular, que es un dirigente que orgullosamente nace en la zona serrana, viene de las comunidades pobres”, dijo López Obrador en su conferencia de prensa matutina.

AMLO reveló que envió al país andino al secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, y a funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y de la Secretaría de Bienestar para “apoyar en lo que podamos”.

“Fuimos, siendo muy respetuosos, a apoyar, sobre todo lo que se pueda hacer para ayudar a la gente humilde, a la gente pobre en tiempos difíciles”, expuso sin precisar la fecha y resultados del viaje.

Sus declaraciones se producen después de la moción promovida por la derecha y la ultraderecha peruana, incluyendo al partido fujimorista Fuerza Popular, para destituir a Castillo. La destitución fracasó el martes de la semana pasada, pero se quedó a solo seis votos para admitir a trámite la moción y, con ello, abrir un proceso de vacancia presidencial.

En este contexto, López Obrador reprochó que “los adversarios” iniciaron el proceso de destitución de Castillo solo un mes y medio después que asumiera el poder.

“Imagínense esta situación, de un conservadurismo, bueno, apoyado hasta por (el escritor Mario) Vargas Llosa, una cosa irracional. Entonces nos pidió apoyo el presidente porque hay toda una campaña en contra, mediática, además adelantada, aparejada de la inflación”, mencionó.

López Obrador cuestionó que en Perú, según él, baste el 20% de los votos del Congreso para aceptar una solicitud para la remoción del presidente y 40% para “quitarlo”.

La moción de destitución presidencial contra Castillo ha sido la quinta presentada en el Parlamento peruano en los últimos cuatro años, lo que impidió culminar sus mandatos a los expresidentes Pedro Pablo Kuczynski y Martín Vizcarra.

López Obrador consideró que “ahí hay algo que vale la pena comentarlo”, porque no solo es el Perú. Dijo que durante el periodo neoliberal, los dueños del mundo, fueron creando sistemas de Gobierno para que no pudiera llegar un líder popular a gobernar y que si llegaba un líder popular lo pudieran “rodear y tenerlo atado”. Añadió que nada de lo que sucede en Perú es espontáneo o casual.

El presidente de Perú, Pedro Castillo, designó la noche de ayer como jefa de gabinete a la activista ambientalista y de derechos humanos Mirtha Vásquez, quien reemplaza a Guido Bellido, quien dejó el gobierno peruano en medio de criticas y señalamientos.

Tal como lo había anunciado, Castillo tomó juramento a Vásquez, una abogada de 46 años y expresidenta del Congreso, durante una ceremonia en Palacio de Gobierno transmitida por la televisora estatal.

“Por Dios, por este país de mujeres y hombres que todos los días luchan por vivir con dignidad, sin discriminación, y que promueven reales cambios, ¡Sí, juro!”, dijo la nueva jefa del gabinete ministerial.

La nueva primer ministro dirigió el Congreso entre noviembre de 2020 y julio de 2021 durante el gobierno del presidente interino Francisco Sagasti.

Además de Vásquez, originaria de l provincia de Cajamarca como Castillo, el presidente juramentó a los otros 18 ministros integrantes del nuevo gabinete, entre los cuales ratificó a los titulares de Economía, Pedro Francke, y el canciller Oscar Maúrtua.

Del total de 19 ministros que componen el gabinete, hay siete perfiles nuevos y los 12 restantes fueron ratificados.

Entre quienes fueron despedidos está el cuestionado titular de Trabajo Iber Maraví, a quien la prensa le atribuye una presunta participación en atentados terroristas hace 40 años. El gabinete pasó a tener cinco mujeres en lugar de las dos del saliente.

Recordemos que Castillo asumió el gobierno el pasado 28 de julio por un período de cinco años, marcado por la inquietud de buena parte de los peruanos temerosos de un brusco giro hacia el socialismo tras décadas de políticas liberales.

Castillo había anunciado horas antes la renuncia de Bellido durante un sorpresivo mensaje de apenas tres minutos, aunque en su carta de renuncia, difundida por la prensa, Bellido indicó que se aleja del Ejecutivo a pedido del mandatario.

“No sabemos cuáles son las causas. Hoy el presidente solicitó que presente la carta de renuncia e inmediatamente cumplí con ese pedido”, agregó a periodistas Bellido, quien retornará al Congreso para ejercer funciones como parlamentario.