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El expresidente estadounidense Donald Trump y su vicepresidente Mike Pence participaron este fin de semana en actos de campaña opuestos en Arizona, convirtiendo la contienda de gobernador en un referéndum sobre el futuro del Partido Republicano.

Tanto Trump como Pence elogiaron los logros de su gobierno y criticaron al presidente Joe Biden, pero ninguno se mencionó mutuamente, ni hicieron alusión a la creciente disputa entre ellos.

Pence, que esta semana añadió su nombre a una lista de figuras republicanas que respaldan a Karrin Taylor Robson, lanzó una crítica indirecta a los republicanos que siguen promoviendo la mentira de que Trump perdió la elección por fraude.

Si ustedes eligen a Robson, dijo, “pueden enviarle el mensaje claro a todo el país de que el Partido Republicano es el partido del futuro”.

Más tarde en Twitter, fue más directo: “Algunas personas quieren que esta elección se centre en el pasado, pero las elecciones son siempre sobre el futuro. Nada les gustaría más a los demócratas que los republicanos pierdan de vista el objetivo y se concentren en el pasado”.

Robson asegura que las elecciones de 2020 “no fueron limpias” y acusa a “jueces liberales” de cambiar las reglas durante el proceso y a la prensa y los gigantes tecnológicos de reprimir las voces conservadoras. Pero se ha abstenido de decir que Trump perdió por fraude.

Su principal rival, la expresentadora televisiva Kari Lake, ha adoptado las mentiras de Trump y su actitud agresiva hacia sus enemigos políticos y los medios.

“Nadie entiende mejor que Kari cómo responderle a la prensa de noticias falsas y la izquierda radical”, dijo Trump el viernes por la noche en su propio acto de campaña en Prescott Valley, una de las áreas más conservadoras de Arizona.

Trump arremetió contra dos republicanos de Arizona que se reusaron a respaldar sus intentos por permanecer en el cargo tras perder en las urnas ante Biden. Dijo que el presidente de la cámara baja estatal, Rusty Bowers, quien testificó el mes pasado ante la comisión del comité de la Cámara de Representantes que investiga el asalto del 6 de enero, “participó contra el Partido Republicano”.

Además, se lanzó contra el gobernador Doug Ducey, quien dijo, no ha logrado proteger la frontera con México.

Robson es una abogada y desarrolladora de viviendas que recibe el apoyo de las principales figuras republicanas que se sienten cada vez más cómodas con romper con Trump. Además de Pence, sus partidarios incluyen al exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie y al gobernador de mandato limitado Doug Ducey, que silenció una llamada de Trump cuando certificaba la victoria presidencial del demócrata Biden en 2020 en Arizona.

La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la demócrata Nancy Pelosi, ha pedido al vicepresidente, Mike Pence, que invoque la 25ª enmienda de la Constitución para destituir al presidente, Donald Trump, sugiriendo que el Congreso podría comenzar un proceso de juicio político (‘impeachment’) si Pence y el Ejecutivo no actúan.

“Al llamar a este acto sedicioso, el presidente ha cometido un asalto indecible a nuestra nación y a nuestro pueblo”, afirmó Pelosi en una rueda de prensa.

La posibilidad de hacer uso de la 25ª enmienda se comenta desde ayer que se produjo el asalto al Capitolio por parte de partidarios de Trump durante la sesión conjunta en la que el Congreso de Estados Unidos se disponía a ratificar la victoria de Joe Biden en las elecciones del 3 de noviembre.

Esta enmienda, con la que la Constitución se actualizó tras el asesinato de John F. Kennedy, estipula en su sección IV que el vicepresidente, en este caso Mike Pence y la mayoría de los miembros del gobierno pueden plantear por escrito al Congreso que el presidente no puede seguir en el cargo.

Pence asumiría en este hipotético caso el poder, mientras que a Trump solo le restaría impugnar el proceso, ya sin margen de maniobra por la inminencia de la toma de posesión de Biden. El vicepresidente no ha dado muestras por ahora de dar este controvertido paso.

Si bien esta enmienda se invocó durante la Presidencia George W. Bush, fue en dos ocasiones y por razones médicas, por lo que nunca se ha hecho para apartar a un presidente del cargo. En este sentido, no se aplicó la sección IV sino la III, según la cual el presidente puede ceder temporalmente el mando del país a su ‘número dos’ por incapacidad.

En su mensaje, la demócrata se refirió a Trump como “una persona muy peligrosa que no debería continuar en el cargo”.

Al llamado de Pelosi se unió Chuck Schumer, el demócrata de mayor rango en el Senado, quien indicó que “la forma más rápida y eficaz de destituir a este presidente de su cargo, algo que se puede hacer hoy, sería que el vicepresidente (Pence) invoque inmediatamente la enmienda 25”.

En un mensaje aparte, el presidente electo, Joe Biden, acusó a Trump de desatar “un asalto total” contra las instituciones democráticas y causar uno de los “días más oscuros” en la historia del país, en referencia a los hechos registrados ayer.

“Desencadenó un asalto total contra las instituciones de nuestra democracia desde el principio”, dijo Biden.

El presidente electo Joe Biden sostuvo que la turba enardecida que irrumpió en el Capitolio en Washington son “terroristas domésticos” y culpó de los sucesos directamente al republicano.

En declaraciones en Wilmington, Delaware, Biden dijo que los cientos de partidarios de Trump que invadieron el Capitolio no son manifestantes sino una “turba insurrecta, terroristas internos”. Dijo que Trump es culpable de “tratar de usar una turba para acallar las voces de casi 160 millones de estadounidenses” que votaron en noviembre.

Dijo que el presidente ha hecho patente su desdén por la democracia y la Constitución, el estado de derecho en todo lo que ha hecho, además de que lanzó un “ataque frontal” a las instituciones democráticas del país, lo que desembocó en la violencia.

Biden acusó a las autoridades de haber tratado a los manifestantes pro-Trump con mayor condescendencia que a los participantes de una protesta antirracista que fueron dispersados a la fuerza el año pasado en Washington.

“Si hubiese sido un grupo del (movimiento antirracista) Black Lives Matter el que protestaba ayer… hubiera recibido un trato muy distinto al que recibió la turba de matones que invadió el Capitolio”, afirmó Biden. “Todos sabemos que eso es cierto, y es inaceptable”, remató.

El Congreso de Estados Unidos se reunirá mañana para ratificar el resultado de las elecciones de noviembre pasado, un hecho que los aliados del presidente Donald Trump planean aprovechar para lanzar un último desafío a lo votado por los estadounidenses.

No hay ninguna perspectiva de que la sesión en el Congreso cambie el resultado de los comicios, es decir, la elección de Joe Biden como próximo presidente, pero sí se espera un largo debate y varias votaciones.

Según las leyes que rigen el proceso electoral de Estados Unidos, ambas cámaras del Congreso deben reunirse ese día en una sesión conjunta que comenzará a las 13:00 horas para abrir y contar los certificados de los votos electorales correspondientes a cada estado del país.

La sesión, que debe estar dirigida por el vicepresidente estadounidense, en este caso, el republicano Mike Pence, normalmente es una mera formalidad para validar resultados que ya ha corroborado el Colegio Electoral, que se reunió el pasado 14 diciembre en cada estado y ratificó la victoria de Biden.

Sin embargo, basta con que un miembro de la Cámara Baja y otro del Senado presenten una objeción a los resultados en uno de los estados para desatar un debate y una votación de ambas cámaras sobre la posibilidad de no contar los votos electorales en ese territorio.

Recordemos que al menos trece senadores republicanos y más de cien congresistas de ese partido en la Cámara Baja han adelantado que presentarán o respaldarán objeciones a los resultados en varios estados.

Los senadores, liderados por Ted Cruz, aseguran que no pretenden revertir el resultado de las elecciones, sino dar voz a aquellos que creen que los comicios no fueron justos, a pesar de que no hay ninguna prueba de que hubiera un fraude o irregularidades masivas, como denuncia Trump.

Los legisladores piden que el Congreso cree una comisión electoral para “llevar a cabo una auditoría de emergencia con una duración de diez días de los resultados electorales en los estados disputados”, afirmaron en un comunicado conjunto el sábado.

Mañana, los certificados de los votos electorales se abrirán por orden alfabético, con el objetivo de contarlos para corroborar qué candidato presidencial superó la barrera de 270 votos electorales que da las llaves de La Casa Blanca. Los legisladores republicanos no han aclarado sobre en qué estados presentarán objeciones, pero es posible que lo hagan en los seis territorios donde Trump ha cuestionado la victoria de Biden: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin.

Por cada estado sobre el que un congresista y un senador presenten una objeción, la sesión conjunta entrará en receso y se abrirán debates separados de un máximo de dos horas en cada una de las dos cámaras, seguidos de votaciones en sus respectivos plenos sobre la posibilidad de rechazar los resultados.

Debido a las precauciones relacionadas con la pandemia, las votaciones en la Cámara Baja duran normalmente una hora o más, por lo que es posible que se tarde de tres a cuatro horas en resolver las objeciones en cada estado. Si los legisladores cuestionaran los resultados en los seis estados citados, es posible que la sesión dure 24 horas o más y, si son menos los territorios desafiados, es probable que el proceso se retrase igualmente hasta la madrugada del jueves.

La pregunta que ronda la sesión del Congreso mañana es si hay opciones de revertir el resultado de las elecciones. De acuerdo a la mayoría de los analistas, la respuesta es que no.

La oposición demócrata controla la Cámara de Representantes, por lo que los republicanos no tienen opciones de superar una votación por mayoría en ese recinto, algo que se requiere para rechazar el resultado en cualquier estado.

La sesión terminará irremediablemente con Pence declarando a Biden como ganador de las elecciones, por mucho que se alargue la reunión y que Trump y sus aliados confíen en que el vicepresidente pueda de alguna forma influir en el proceso y manipularlo, algo que los tribunales ya han aclarado que no es posible.

“Espero que Mike Pence nos ayude. Si no lo hace, no me caerá tan bien”, dijo Trump este lunes durante un mitin en Georgia.

Al hablar de las vacunas que México obtendrá en los próximos días para comenzar a inmunizar a los primeros grupos de la población, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dio a conocer que se obtuvieron gracias a la ayuda del gobierno de Estados Unidos.

El mandatario reveló que en el viaje que hizo a Washington en julio pasado, habló con Donald Trump y con el vicepresidente Mike Pence sobre el tema, por lo que “ellos ayudaron y facilitaron a que México fuese tomado en cuenta y contara con la vacuna”.

Incluso López Obrador dijo que la autorización para la vacuna de Pfizer se dará tan pronto los reguladores estadounidenses aprueben la fórmula.

La ayuda que México habría recibido de Trump sobre la vacuna contra el Covid-19, podría ser uno de las razones por la que López Obrador se ha abstenido de felicitar al presidente electo, Joe Biden, pues en “apoyo” al republicano se niega a reconocer su derrota.

En más temas de Trump y la elección presidencial, el magnate aseguró este jueves que le ha “decepcionado” el fiscal general de su país, William Barr, quien esta semana declaró que no habían encontrado pruebas de fraude en las elecciones del pasado 3 de noviembre.

Preguntado por si sigue teniendo confianza en Barr, Trump dijo simplemente: “Pregúnteme eso de nuevo dentro de unas semanas (…) Deberían estar investigando todo este fraude (…) y no han mirado demasiado, lo cual es una decepción, para serle honesto, porque hay un fraude masivo”, añadió Trump en declaraciones a los periodistas durante un acto en el Despacho Oval.

Sus declaraciones llegaron poco después de que el diario The Washington Post informara de que Trump sigue “furioso” con Barr por sus declaraciones, y que es posible que le despida.

Trump acostumbra a despedir de manera fulminante a miembros de su gabinete cuando percibe que su lealtad puede haber disminuido. Después de perder las elecciones de noviembre ya ha procedido contra su secretario de Defensa, Mark Esper.

El despido del fiscal general sería sumamente polémico, porque históricamente, el Departamento de Justicia que lidera Barr ha operado con independencia de las directrices políticas de la Casa Blanca, por lo que los presidentes no deben influir en sus investigaciones.

El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, y su rival, la demócrata Kamala Harris, se enfrentarán esta  tarde en su único debate televisado antes de los comicios del próximo 3 de noviembre.

El debate se realizará en un momento complicado para la campaña de Trump y Pence por la reelección, a menos de una semana después de que el presidente republicano anunció que se había contagiado COVID-19 y de que informó de un brote entre funcionarios de alto perfil de La Casa Blanca.

El exvicepresidente Joe Biden, el candidato demócrata, lleva una ventaja significativa sobre Trump en las encuestas nacionales, incluyendo una diferencia de 12 puntos porcentuales en el último sondeo de Reuters/Ipsos entre posibles votantes, cuando faltan menos de cuatro semanas para las elecciones.

Los equipos de ambos candidatos mantenían una discusión ante el pedido de Harris de instalar barreras de policarbonato (plástico) en la sala para reducir las posibilidades de una infección.

La cadena CNN reportó que un miembro de la comisión que supervisa el debate dijo a que Pence se le permitiría participar sin el panel, en tanto que Harris tendría uno a su lado si es que así lo prefería. Sin embargo, finalmente los republicanos accedieron a que dicha barrera fuera colocada. Además se aumentará la separación entre ambos participantes a casi cuatro metros.

Tanto Pence como Harris han dado negativo en las pruebas de coronavirus tomadas apenas ayer. El encuentro se desarrollará en Salt Lake City, Utah.

En un comunicado, la portavoz de Harris, Sabrina Singh, dijo: “Si la guerra a las mascarillas del Gobierno de Trump se ha convertido ahora una guerra contra las barreras protectoras, eso te dice todo lo que necesitas saber sobre por qué la respuesta al COVID-19 es un fracaso”.

Pence y Harris completan a su manera a cada uno de los candidatos a la presidencia. Cristiano ferviente y de buenos modales, Pence, un abogado, contrasta con la exhuberante personalidad de Trump. Habla mesuradamente sobre la pandemia pero también es un orador disciplinado.

De padre jamaiquino y madre india, Harris parece una promesa de vitalidad ante un Biden que, en caso de ganar, sería el presidente más viejo en llegar a La Casa Blanca.

Harris es además la primera candidata negra a la vicepresidencia por uno de los grandes partidos; en caso de ganar, sería también la primera mujer en llegar al segundo cargo más importante de Estados Unidos.

La campaña de la senadora reconoció que Harris tiene un “difícil” reto por delante, puesto que Pence es “formidable a la hora de debatir”.

“Nuestra expectativa es que Mike Pence tendrá un buen debate. Ha tenido éxito en otros debates y tuvo su propio programa de radio, así que no le subestimamos”, dijo la asesora de la campaña presidencial de Biden, Symone Sanders, durante una rueda de prensa telefónica horas antes del debate.

Debido al temperamento calmado del vicepresidente, la campaña demócrata no cree que vaya a interrumpir constantemente a Harris, como hizo Trump con Biden la semana pasada en su debate en Cleveland (Ohio).

“Pero por mucho que (Pence) se exprese con confianza, lo que expresará serán mentiras y distorsiones”, opinó Sanders, quien matizó que Harris no se dedicará a verificar la información que cite su rival, sino que se concentrará en “dirigirse al pueblo estadounidense”.

Por su parte el senador demócrata Cory Booker aseguró que “no hay nada que esta mujer negra no haya enfrentado antes, en el sentido del racismo, la xenofobia o el machismo, y no lo haya superado de una forma extraordinaria”

La campaña de reelección de Trump y la Casa Blanca han dado pocos detalles sobre la preparación de Pence para el debate, pero la cadena NBC News asegura que el vicepresidente se ha entrenado para rebatir a Harris sin que se perciba como que la está atacando de una forma machista.

Harris, por su parte, ha ensayado para el debate con el exalcalde Pete Buttigieg, uno de sus rivales en las primarias demócratas, en el papel de Pence, según el diario The New York Times.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habló sobre las especulaciones surgidas en las últimas semanas y ha confirmado que mantendrá a su ‘número dos’, Mike Pence, como compañero para las elecciones de noviembre de 2020, ya que está haciendo un “fenomenal” trabajo.

En entrevista con la cadena Fox News, Trump respondió a una pregunta sobre la posible incorporación a su campaña de la exembajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, un “rumor” al que no ha dado crédito.

“Nikki lo haría genial, pero Mike Pence ha hecho un fenomenal trabajo como vicepresidente”, ha dicho el mandatario, al hablar de un “amigo” con el que considera que forma “un buen equipo”. “Es nuestro hombre
al cien por cien”.

Haley ha aumentado su presencia pública en las últimas semanas, lo que ha dado pie a todo tipo de especulaciones sobre su posible vuelta a la primera línea, probablemente con un puesto de responsabilidad en el Gobierno en caso de que Trump logre dentro de un año un segundo mandato.

En otro tema, el presidente Trump dijo esta mañana que no prevé un juicio político en su contra porque los demócratas no tienen “absolutamente nada” que lo incrimine, a pesar de las declaraciones de testigos según los cuales el presidente retuvo la ayuda a Ucrania para presionar a ese gobierno a que investigara a los rivales políticos de Trump.

Sostuvo que si la cámara baja vota a favor de un juicio político, le parecería muy bien que el Senado lo realice.

El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, llamó a presionar al Congreso de su país para que apoye el nuevo acuerdo comercial con México y Canadá.

Ante una multitud reunida en una compañía de servicios petroleros en la cuenca Pérmica que se extiende entre Nuevo México y Texas, Pence vinculó la futura prosperidad del sector energético estadounidense con la aprobación este año del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el cual fue firmado en noviembre por el presidente Donald Trump, el primer ministro canadiense Justin Trudeau y el entonces presidente mexicano Enrique Peña Nieto.

Insinuó que el acuerdo comercial resultará en más infraestructura para transportar energía de Estados Unidos a México, sin especificar si eso podría significar oleoductos o tendidos eléctricos.

“Necesitamos aprobar el T-MEC, el cual abrirá la puerta a un futuro ilimitado de energía estadounidense”, declaró Pence, quien exhortó a los presentes a que se comuniquen con la delegación de la Cámara de Representantes y del Senado estatal, que son de mayoría demócrata.

Por su parte el presidente Donald Trump también elogiado el acuerdo trilateral, el cual describió como una victoria para el sector manufacturero estadounidense porque exonera de impuestos a vehículos que incluyan más componentes norteamericanos y contempla aumentos de salarios en México.

No obstante, las leyes habilitantes requieren de aprobación tanto de la Cámara de Representantes como del Senado, mienytras que la cámara baja de mayoría demócrata quiere mayores concesiones en los temas laboral y ambiental.

Además, los demócratas no están entusiasmados por darle a Trump un triunfo en materia comercial de cara a las elecciones de 2020.

La gira de Pence por el oeste incluye actos para promover el pacto comercial en dos distritos legislativos que el año pasado los demócratas arrebataron a los republicanos.  La campaña intermitente de Pence a favor del T-MEC incluyó una escala en York, Pensilvania, donde en junio solicitó a un auditorio de ingenieros, comerciantes y vendedores que exijan al Congreso la aprobación del convenio.

La próxima parada de Pence para promover el tratado es Salt Lake City, donde tiene previsto hablar este jueves en el único distrito legislativo del estado que es controlado por los demócratas.

El vicepresidente Mike Pence llamó este martes a los latinos estadounidenses a que apoyen la reelección de Donald Trump; les prometió que Estados Unidos nunca será un país socialista como Cuba, Venezuela o Nicaragua.

“Los latinoamericanos saben lo que es la libertad… saben que no es socialismo”, expresó Pence en un evento repleto de cubanos, venezolanos y nicaragüenses. Al afirmar que Estados Unidos nunca será un país socialista, los presentes estallaron en ovaciones y gritos de “Four more years, four more years” (“Cuatro años más, cuatro años más”).

Pence llegó este martes a Miami para lanzar la coalición “Latinos por Trump”, un grupo de líderes empresariales, activistas y políticos de todo el país que asesorará a la campaña del presidente Trump sobre temas de interés para la comunidad hispana de Estados Unidos.

Su arribo tuvo lugar una semana después de que Trump lanzara su campaña de reelección en la ciudad de Orlando, en el centro de Florida, y antes de que 20 precandidatos demócratas realicen el miércoles y jueves en Miami su primer debate presidencial con miras a las elecciones del año próximo.

Florida podría ser un estado clave en la elección el magnate. En 2016 el estrecho triunfo de Trump por poco más de un punto porcentual en Florida sobre Hillary Clinton fue decisivo para asegurarle la presidencia.

Los analistas aseguran que si el mandatario quiere un segundo mandato necesita repetir el buen desempeño en este estado. Un pequeño número de votos podría marcar la diferencia y es por eso que el voto hispano es decisivo.

Adicional, esta mañana, el vicepresidente cuestionó de nuevo la actitud de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes en materia migratoria, y resaltó la que sigue México al enviar a 15 mil soldados a la frontera.

“México mantiene su promesa y envió 15 mil soldados a la frontera para ayudar con la crisis”, escribió el vicepresidente en su cuenta de Twitter, mensaje que en pocos minutos reenvió en su propia cuenta el presidente Donald Trump.

Añadió que “mientras tanto los demócratas no financiarán camas para niños migrantes (…) México sigue haciendo más que los demócratas del Congreso para asegurar nuestra frontera y es tiempo de que den un paso adelante”.

El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, aseguró que el muro en la frontera con México estará construido antes de que termine la gestión de Donald Trump.

“Ya hemos empezado a construir el muro. Les prometo que lo terminaremos entero antes de que acabe nuestro mandato”, refirió Pence.

En la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), el estadounidense defendió la declaratoria de emergencia nacional emitida por Trump para obtener fondos para la construcción del muro.

“Da igual lo que lean, oigan o vean en los medios: tenemos una crisis importante en la frontera sur a niveles nunca antes vistos. Los narcotraficantes y las mafias están explotando a familias y menores no acompañados que vienen de Centroamérica”, explicó.

Pence agradeció además la labor de la Patrulla Fronteriza y del Servicio de Inmigración y Aduanas.

El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, solicitó a México reconocer a Juan Guaidó como presidente de Venezuela.

“A los líderes del mundo les decimos: ha llegado la hora. No pueden ser espectadores. México, Uruguay y quienes faltan, les instamos a que se unan y reconozcan a Guaidó como presidente de Venezuela”, sostuvo el funcionario estadounidense en el marco de la reunión de Ministros de Relaciones Exteriores del Grupo de Lima.

El vicepresidente estadounidense señaló que después de que Nicolás Maduro impidió la entrada de ayuda humanitaria a Venezuela, es momento de que países como México apoyen a Guaidó.

“Que se unan al dar un paso adelante en reconocer la lucha del pueblo venezolano para recuperar su libertad”, dijo Pence en Bogotá, Colombia donde se llevó a cabo la reunión del Grupo de Lima.

Asimismo pidió a los países que abiertamente están a favor de Maduro y reconocen su legitimidad reconsiderar dicho apoyo.

Cabe recordar que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha evitado reconocer a Juan Guaidó como presidente de Venezuela, luego que se autoproclamó como tal el pasado 23 de enero, en apego a la “no intervención” y ha optado más por ser un vehículo para el diálogo entre las partes a través del Mecanismo de Montevideo.

El gobierno del presidente Donald Trump afirmó hoy que “es el momento de terminar” con el gobierno de Venezuela, mientras llamó al presidente Nicolás Maduro a “no poner a prueba” a Estados Unidos.

“Este no es el momento del diálogo. Es momento de poner fin a la dictadura en Venezuela”, enfatizó el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, quien habló a nombre del gobierno federal.

El vicepresidente sostuvo que su país continuará con su presión para lograr la transición pacífica. “Todo está sobre la mesa”, enfatizó.

Destacó que Estados Unidos sancionó esta semana a la línea petrolera de Venezuela y reiteró al pueblo de Venezuela que siempre contarán con su apoyo hasta que se celebren elecciones libres y transparentes.

Confió en que pronto llegará el día en que Venezuela sea libre y goce de plena libertad. Señaló que Estados Unidos es consciente que los venezolanos están luchando y está ganando el impulso por la libertad. “Maduro debe irse”.

Acusó a Cuba de ser una “maligna influencia” para Venezuela, pues sostuvo que Cuba exporta tiranía y su influencia ha llevado a Venezuela al fracaso.

 

Este martes, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, defendió los comentarios del presidente estadounidense, Donald Trump, sobre la presencia de personas de Medio Oriente en la caravana de migrantes, asegurando que Estados Unidos arresta a 10 sospechosos de terrorismo al día en su frontera sur.

En un foro público organizado por el diario The Washington Post, Pence señaló que es “inconcebible” que no haya ninguna persona que no sea de descendencia del Medio Oriente entre los más de siete mil miembros de la caravana de migrantes que salió desde Honduras con el objetivo de llegar a Estados Unidos.

“El año pasado arrestamos a más de 10 terroristas o sospechosos de terrorismo por día en nuestra frontera sur, de países que son referidos como ‘Que no son de México’ (Other Than México-OTM), de la región del Medio Oriente”, aseguró Pence.

En los últimos días, el presidente Trump insistió, sin ofrecer evidencias, que “personas del Medio Oriente, así como criminales y miembros de la pandilla MS-13, viajan entre la caravana de migrantes que se encamina a Estados Unidos.

El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, acusó que la caravana de migrantes está siendo promovida por agrupaciones izquierdistas de Honduras financiadas por Venezuela para desafiar la soberanía y la frontera de Estados Unidos.

“El presidente de Honduras (Juan Orlando Hernández) me dijo que (la caravana) es organizada por grupos izquierdistas en Honduras financiados por Venezuela y enviados al norte para desafiar nuestra soberanía y desafiar a nuestra frontera”, dijo Pence en un foro organizado por The Washington Post.

Asimismo, destacó que la administración de Donald Trump está trabajando muy de cerca con México para resolver lo que calificó como una crisis. “Vamos a hacer todo lo posible para evitar que esta caravana venga al norte y viole nuestra frontera”, señaló el vicepresidente.

El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, confirmó que el 1 de diciembre acudirá a la toma de posesión del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador. Además, refrendó su compromiso por trabajar en conjunto para lograr la paz y el desarrollo del Triángulo Norte, así como frenar la migración.

Al participar en la segunda Conferencia sobre Prosperidad y Seguridad en Centroamérica que se realiza en Washington, el vicepresidente estadounidense apuntó que si su país es próspero, los países del triángulo norte lo serán de igual manera; en ese sentido, apuntó que se trabajará en conjunto con el próximo Gobierno Federal de México.

Asimismo animó a los ciudadanos centroamericanos a no poner en peligro a sus familias al tratar de cruzar la frontera ilegalmente.

En representación de México, acudió al evento Luis Videgaray, secretario de Relaciones Exteriores, y Alfonso Navarrete Prida, secretario de Gobernación.

The Conference on Prosperity and Security in Central America

Secretary Pompeo, Vice President Pence, and DHS Secretary Nielsen, along with Mexican Foreign Secretary Luis Videgaray and Secretary of Government Alfonso Navarrete, co-host the second Conference for Prosperity and Security in Central America, at the Department of State.

Posted by U.S. Department of State on Thursday, October 11, 2018

Este martes, miles de personas se reunieron en las inmediaciones del World Trade Center de Nueva York para rendir tributo a las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Con una emotiva ceremonia, familiares de los fallecidos leyeron los nombres de las casi 3,000 personas que perdieron la vida en los ataques de hace 17 años.

Entre las figuras destacadas que estuvieron presentes en el homenaje, se encontraba el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio; y el gobernador del estado, Andrew Cuomo; los exalcaldes neoyorquinos Rudolph Giuliani y Michael Bloomberg; así como la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley.

En tanto que, el presidente, Donald Trump, y el vicepresidente, Mike Pence, acudirán a Pensilvania y el Pentágono, respectivamente, los otros dos lugares donde los atacantes estrellaron aviones secuestrados el 11 de septiembre de 2001, en el atentado terrorista más letal en suelo estadounidense.

Trump y su esposa, Melania, participarán en una ceremonia en el memorial del 11-S ubicado en un campo cerca de Shanksville, Pensilvania, donde el pasado sábado se inauguró la “Tower of Voices”.

Pence, por su parte, asistirá a los actos del Pentágono, en Washington.

El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, instó a las naciones de América Latina a aumentar la presión sobre Venezuela, por lo que rápidamente el mandatario venezolano respondió llamándolo ‘culebra venenosa’.

El colaborador del Presidente Donald Trump aseguró que Venezuela alguna vez fue un faro de prosperidad y libertad, pero bajo el control de Nicolás Maduro, la democracia de Venezuela se “ha visto reducida por una dictadura brutal”.

Maduro reaccionó y criticó al estadounidense quien se encuentra de gira por América Latina. “Cada vez que la culebra venenosa de Mike Pence abre la boca me siento más fuerte, más claro de cuál es el camino”.

En el mismo discurso, Maduro afirmó que “te hemos derrotado y te vamos a derrotar Mike Pence, donde estés, a donde viajes Mike Pence. La revolución bolivariana se hace cada vez más fuerte”.

Las declaraciones de Pence se produjeron en Ecuador luego de reunirse con el presidente Lenín Moreno, donde anunció una donación por 1.5 millones de dólares para luchar contra la corrupción y reforzar a la sociedad civil.

“Estados Unidos dona a Ecuador 1.5 millones de dólares para acabar con la corrupción y reforzar a la sociedad civil”, dijo Pence al inicio de una declaración conjunta con el presidente Moreno, en el palacio de Carondelet en Quito.