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El exsecretario de Finanzas británico, Rishi Sunak, dijo este viernes que se presentará como candidato a sustituir a Boris Johnson, después de que contribuyó a una serie de acontecimientos que llevaron la caída del primer ministro.

Johnson anunció ayer que dejaría el cargo de primer ministro tras un desontento generalizado en el Partido Conservador, desencadenada por el último de una serie de escándalos que han socavado fatalmente la confianza pública.

La inminente salida de Johnson ha añadido incertidumbre política a una mezcla ya difícil de inflación al alza, desaceleración del crecimiento y malestar industrial, en medio de la guerra en Ucrania y la continua lucha de Reino Unido por adaptarse a la vida después del Brexit.

“Alguien tiene que aprovechar este momento y tomar las decisiones correctas. Por eso me presento para ser el próximo líder del Partido Conservador y su primer ministro”, dijo Sunak en un video de campaña publicado en Twitter.

Sunak y el secretario de Salud, Sajid Javid, dejaron el gabinete el martes pasado, con pocos minutos de diferencia, poniendo en marcha una cadena de dimisiones, cerca de 50 en total, que llevaron a la decisión de Johnson de renunciar.

Las reglas y el cronograma de la contienda para reemplazar a Johnson serán establecidos la próxima semana por un comité del partido.

El presupuesto elaborado por Sunak el año pasado puso a Reino Unido rumbo a su mayor carga fiscal desde la década de 1950, lo que, según sus críticos, socavó su pretensión de favorecer la reducción de impuestos.

Durante la pandemia del COVID-19, Sunak destinó unos 400,000 millones de libras a ayuda económica, evitando un gran salto en el desempleo, pero dejando que el endeudamiento público aumentara hasta un récord en tiempos de paz, con una caída histórica del PIB.

La popularidad de Sunak entre los legisladores conservadores se vio mermada después de que subió los impuestos a las nóminas de pago en abril para financiar un mayor gasto en salud y asistencia social, y después de que anunció planes para elevar fuertemente el impuesto de sociedades en 2023.

Sunak dijo en su carta de dimisión que quedó claro que su enfoque de la economía había sido demasiado diferente al de Johnson, luego de que ambos intentaron ponerse de acuerdo sobre los próximos pasos para el país. Sunak siguió refiriéndose al tema en el video de anuncio de su candidatura.

“Las decisiones que tomemos hoy determinarán si la próxima generación de británicos tendrá también la oportunidad de un futuro mejor”, dijo. “¿Afrontamos este momento con honestidad, seriedad y determinación? ¿O nos contamos cuentos de hadas reconfortantes que pueden hacernos sentir mejor en el momento, pero que dejarán a nuestros hijos en peor situación mañana?”.

Otro dato que se ha recordado es que Sunak votó a favor de abandonar la Unión Europea en 2016.

Sunak no es el único que ha levantado la mano para suceder a Johnson. El diputado conservador Tom Tugendhat, presidente de la comisión parlamentaria de Relaciones Exteriores, y la Fiscal General, Suella Braveman, ya anunciaron sus candidaturas.

Un sondeo del gabinete YouGov realizado entre votantes conservadores señaló al ministro de Defensa, Ben Wallace, y a la secretaria de Estado de Comercio Internacional, Penny Mordaunt, entre los favoritos. Sin embargo, ninguno de ellos oficializó su participación en la carrera por convertirse en el próximo inquilino de Downing Street.

Una de las figuras del Partido Conservador, el ex primer ministro John Major, elevó inmediatamente la voz contra la “insostenible” permanencia de Johnson en el cargo, sugiriendo que el vice primer ministro Dominic Raab actúe como jefe de gobierno interino.

Pero el portavoz de Downing Street descartó esta posibilidad, asegurando a los periodistas que Johnson “sigue siendo primer ministro hasta que haya un nuevo líder del partido y el trabajo del gobierno continuará mientras eso ocurra”.

Si los conservadores no expulsan inmediatamente a Johnson, la principal fuerza de la oposición lanzará una moción de censura contra el Ejecutivo, amenazó la número dos del Partido Laborista, Angela Rayner.

El Partido Laborista se vio legitimado el viernes cuando la policía anunció que tanto Rayner como su número uno, Keir Starmer, fueron exonerados en una investigación sobre si habían infringido las reglas anticovid con una cena de trabajo durante una campaña electoral en abril de 2021.

Ahora, ¿qué sigue para Reino Unido?, Ana Paula Ordorica aborda el tema en Broojula, junto a Julián Ventura, analista internacional, ex subsecretario de relaciones exteriores.

El primer ministro Boris Johnson de Reino Unido, sobrevivió ayer a un voto de confianza de su propio partido, activado por los diputados conservadores rebeldes debido a los escándalos como el “partygate”, las fiestas celebradas en Downing Street durante los confinamientos.

Aunque según las actuales reglas Johnson no puede ser objeto de otro voto de confianza interno durante un año, tiene la delicada tarea de recuperar a los integrantes de su partido, y a su electorado, indignado por los escándalos y estrangulado por la inflación, que está en su mayor nivel en 40 años.

Esta mañana, al comienzo de una reunión del consejo de ministros, Johnson aseguró que su gobierno puede por fin dejar de lado las polémicas y “seguir hablando de lo que la gente de este país quiere”. Su objetivo ahora, afirmó, es “hacer avanzar al país” apoyándose en medidas que beneficien a los británicos en plena crisis de poder adquisitivo.

Aunque ayer por la noche Johnson celebró el “convincente” resultado de la votación secreta, más del 40% de sus diputados (148 de 359) dijeron que no confían en él, lo que refleja la magnitud del malestar y el golpe a su autoridad entre sus filas.

En comparación, la ex primera ministra Theresa May sobrevivió a una moción de censura en 2018 por un margen más amplio, antes de verse obligada a dimitir unos meses después.

De haber sido Johnson derrotado, el partido habría convocado una elección interna para designar a un nuevo líder, que se convertiría automáticamente en jefe de gobierno. Pero aunque corren rumores sobre los posibles candidatos a sustituirle, ninguno de ellos destaca realmente, lo que beneficia a Johnson.

Johnson, que llegó al poder en 2019, debe ahora reconquistar el terreno perdido en un desplome de popularidad, subrayaban el martes los diarios. Un “Johnson herido está en peligro”, titulaba The i Paper mientras el periódico de izquierdas The Guardian calificaba el resultado del voto de “humillación” para el primer ministro. En el lado conservador, The Telegraph afirmaba que esta “victoria insignificante divide a los tories”.

A pesar del alivio que ha supuesto convencer a la mayoría de sus diputados, Johnson no ha terminado con las repercusiones del “partygate”. Tras las pesquisas de la policía y del informe interno de la alta funcionaria Sue Gray, está prevista otra investigación, esta vez parlamentaria. Si esta concluye que Johnson mintió a sabiendas a la Cámara de los Comunes al afirmar que no había infringido las normas, el código de conducta dicta que debería dimitir.

El primer ministro británico, Boris Johnson, y su titular de Economía, Rishi Sunak, afrontan este martes llamamientos de dimisión tras confirmarse que han sido multados por la Policía por asistir a fiestas ilegales en Downing Street durante el confinamiento por la pandemia.

Carrie Johnson, la esposa del jefe del Gobierno y madre de sus dos hijos menores, también recibirá una sanción, entre una cincuentena de penalizaciones que ya ha emitido Scotland Yard.

La oposición política en bloque ha pedido el cese inmediato de Johnson y Sunak por haber engañado al electorado y al Parlamento, si bien el líder conservador está en una posición relativamente segura al contar con el apoyo de sus diputados, que aprueban su gestión durante la invasión rusa de Ucrania.

Johnson, que se ha convertido en el primer jefe de gobierno en activo del Reino Unido en ser sancionado por romper la ley, expresó esta tarde disculpas por haberse saltado las normas, pero negó la posibilidad de renunciar al cargo.

“Quiero poder continuar con el mandato que tengo y abordar los problemas que afronta el país, asegurarme de que cumplimos con lo que espera la gente. Esa es mi prioridad”, afirmó.

Las multas que tanto el primer ministro como su esposa ya han abonado ascienden a 50 libras cada uno (60 euros), según medios británicos.

El primer ministro y el llamado Canciller del Exchequer “han recibido hoy notificaciones de que la Policía Metropolitana (Met) tiene intención de imponerles una multa” por quebrantar la normativa de los confinamientos, informó hoy un portavoz gubernamental.

La Met precisó después que Johnson será sancionado por asistir el 19 de junio de 2020 en la Oficina del Gabinete a una fiesta por su 56 cumpleaños, presuntamente organizada por su esposa, quien este martes se disculpó “sin reservas” por ese evento y admitió que ha pagado la sanción.

Scotland Yard indicó que ha remitido un total de más de 50 multas en relación con doce actos organizados en 2020 y 2021 tanto en Downing Street, donde se ubican la residencia y despacho oficial del primer ministro, como en otros edificios gubernamentales, incluidos al menos tres a los que supuestamente asistió el jefe del Ejecutivo.

El líder del Partido Laborista, primero en la oposición, Keir Starmer, dijo que tanto Johnson como Sunak, acosado en los últimos días por la situación fiscal de la fortuna de su esposa, “deben dimitir” por haber violado la ley y “mentido repetidamente a los británicos” al negarlo.

Su colega del Partido Liberal Demócrata, Ed Davey, pidió que se convoque a la Cámara de los Comunes, actualmente en el receso de Semana Santa, para votar una moción de censura contra Johnson, cuya cabeza también reclaman la ministra principal escocesa, la independentista Nicola Sturgeon, y el alcalde laborista de Londres, Sadiq Khan.

Pero el líder “tory”, que el pasado sábado estuvo en Kiev para solidarizarse con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, está en una posición mucho más fuerte que cuando estalló el escándalo de las fiestas a finales del año pasado.

A diferencia de entonces, ahora apenas es cuestionado por los parlamentarios conservadores, los únicos que podrían forzar su salida del gobierno si, como parece probable, él decidiera aferrase al cargo.

Así, el líder de los “tories” en Escocia, Douglas Ross, antes uno de sus mayores críticos, declaró hoy que “no sería correcto” destituir al jefe del Ejecutivo en plena guerra en Ucrania.

Además de la investigación policial, en enero la funcionaria Sue Gray publicó un informe parcial sobre las fiestas, entre ellas una celebrada la víspera del funeral del príncipe Felipe el 17 de abril de 2021, en el que criticaba la “falta de liderazgo” en el Ejecutivo y un “excesivo consumo de alcohol”.

La presión sobre Johnson podría aumentar cuando Gray difunda todos sus hallazgos o si se concluye que el primer ministro efectivamente engañó al Parlamento.

El primer ministro británico Boris Johnson rechazó este miércoles los llamados a que renuncie, en medio de un discurso en el Parlamento, donde incluso los legisladores de su propio Partido Conservador han manifestado su descontento por una serie de fiestas que violaron las normas de la cuarentena impuesta por su gobierno.

La presión a Johnson aumentó al grado que un legislador conservador se pasó al opositor Partido Laborista y un exmiembro de su gabinete lo exhortó, “en el nombre de Dios, ¡vete!”.

David Davis, exministro del Brexit, hizo la exhortación durante una sesión de preguntas al primer ministro en la Cámara de los Comunes, donde Johnson defendió la trayectoria de su gobierno en materia económica, de lucha contra el crimen y el combate contra la pandemia.

Sin embargo, Johnson trató de evadir las preguntas sobre el escándalo conocido como el “fiestagate”, que amenaza con poner fin a su carrera política.

Pidió hoy esperar a conocer las conclusiones de la investigación de la funcionaria Sue Gray, a cargo de establecer qué pasó en el 10 de Downing Street y si el primer ministro sabía que se trataban de eventos sociales y no de citas de trabajo.

Y es que Johnson asistió a una fiesta con bebidas alcohólicas en el jardín de la residencia oficial de Downing Street en mayo de 2020, cuando estaban prohibidas las reuniones fuera de las casas para contener la trasmisión del COVID-19.

“Nosotros cumplimos mientras que ellos andaban confundidos”, dijo acerca de los políticos opositores. Estos a su vez le dijeron que muchos británicos lo consideran un charlatán, un hipócrita, un mentiroso y “estúpido”.

El legislador conservador Christian Wakeford, que se pasó al laborismo, dijo a Johnson, “tanto usted como el Partido Conservador en su conjunto se han mostrado incapaces de brindarle a este país el liderazgo y gobierno que merece”.

Ahora, los conservadores estudian la posibilidad de pedir un voto de retiro de confianza a Johnson, quien hace apenas dos años dio a los conservadores a su mayor victoria electoral en cuatro décadas.

Recordemos que bajo las normas del Partido Conservador, se puede solicitar el voto de retiro de confianza en el líder del partido si 54 legisladores envían cartas a un funcionario del partido para exigirlo. Hasta ahora, apenas un puñado de legisladores conservadores han reclamado abiertamente la renuncia, pero se cree que varias decenas han enviado las cartas, incluso algunos elegidos cuando Johnson lideró la contienda en diciembre de 2019.

Si una mayoría de los 359 legisladores del partido votaran por retirarle la confianza a Johnson, se realizaría una contienda para reemplazarlo como líder conservador, y el ganador pasaría a ser primer ministro.

Inmerso en diversos escándalos y en rápida pérdida de popularidad, el primer ministro británico Boris Johnson reconoció este miércoles que sí estuvo en una fiesta en los jardines de Downing Street durante el confinamiento y pidió disculpas por ello, aunque omitió los llamados de la oposición a dimitir.

En medio de una inmensa expectación, el controvertido líder conservador se defendió en el Parlamento explicando que los jardines son una extensión de la oficina, que ha estado en constante uso debido al papel del aire fresco para frenar el virus.

“Y cuando fui a las seis de la tarde del 20 de mayo de 2020 para encontrar a grupos de empleados antes de regresar a mi oficina 25 minutos después, para seguir trabajando, creía implícitamente que se trataba de un evento laboral”, aseguró.

Sin embargo, y frente al escándalo provocado por esta última revelación en una larga serie de presuntas infracciones, reconoció que “debería haber mandado a todo el mundo de vuelta al interior”.

Y aunque insistió en que “técnicamente podría decirse que estaba dentro de las normas”, pidió “sinceras disculpas” a los británicos, que en aquel momento tenían “totalmente prohibido reunirse con sus seres queridos”.

Las disculpas de Johnson fueron insuficientes para el líder la oposición, el laborista Keir Starmer, que le acusó de “mentir” y le pidió renunciar como hicieron en el pasado sus colaboradores que infringieron las reglas contra el coronavirus.

Se sumaron al llamado las otras dos grandes formaciones de oposición, el Partido Liberal Demócrata y el Partido Nacional Escocés, que le acusó de “traicionar la confianza de la nación”.

Recordemos que tras revelaciones en diciembre de varias de estas fiestas, Johnson aseguró haber recibido garantías de que “siempre se respetaron las reglas”. Incluso encargó una investigación interna a la alta funcionaria Sue Gray y prometió que habría “consecuencias” si se cometieron infracciones.

La prensa publicó el lunes un email del 20 de mayo de 2020 en que el secretario particular de Johnson, Martin Reynolds, invitaba a un centenar de empleados a “disfrutar del buen tiempo” tomando “unas copas con distancia social” en los jardines de Downing Street. “Traigan sus propias bebidas”, decía.

Sumándose a otros escándalos de corrupción y amiguismo, esto provocó la ira de la opinión pública, y de muchos diputados de su propio partido que contemplan incluso una moción de confianza interna, contra el líder conservador, de 57 años, elegido triunfalmente en 2019, pero que ahora no deja de perder popularidad.

El presidente Andrés Manuel López Obrador pidió apoyo al gobierno de Israel para que extraditar al extitular de la extinta Agencia de Investigación Criminal (AIC), Tomás Zerón, quien se encuentra en ese país desde hace dos años y es solicitado por la justicia de nuestro país por supuestos casos de tortura, entre otros delitos, relacionados con el caso de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.

López Obrador reveló este viernes que fue el 23 de septiembre que envió una carta al primer ministro de Israel, Neftali Bennett, para pedirle que intervenga en el proceso de extradición de Zerón, quien huyó a ese país en agosto de 2019 luego de que se le abrió un proceso por torturas, desaparición forzada y delitos contra la administración de justicia.

Las autoridades de México iniciaron gestiones para extraditar al exfuncionario, que fue el primer investigador del caso de Ayotzinapa, pero hasta el momento no han recibido respuesta de Israel.

“La lucha que ha liderado Israel en la reivindicación de los derechos humanos frente a la tortura y a las violaciones que su pueblo ha sufrido ha sido ejemplar. Y, por ello, sabemos de su sensibilidad y solidaridad para un caso que nos ocupa, el cual tanto ha lastimado a nuestra comunidad y que es esencial resolver para devolverle la transparencia y la justicia a la vida pública de nuestro país”, dice la carta que leyó el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas.

En la comunicación, AMLO refiere que el caso de Ayotzinapa es una de las agresiones históricas más graves a los derechos humanos que ha sufrido México en las últimas décadas.

Sostuvo que la desaparición de los 43 estudiantes de la escuela normal rural fue “una acción brutal y despiadada en la que se coludieron miembros del narco y autoridades”.

La carta llegó luego de que se cumplieran siete años de la desaparición, y después de que el pasado fin de semana los familiares de los desaparecidos, centenares de jóvenes y activistas salieran a las calles en la Ciudad de México para exigir a las autoridades que averigüen qué les sucedió a los normalistas.

Fumio Kishida se alzó con el triunfo en las elecciones primarias del partido gobernante, por lo que será nombrado nuevo primer ministro de Japón, un cargo que asume con la intención de implicar más al país en retos globales como la estabilidad en Asia-Pacífico y el cambio climático.

El exministro de Exteriores y de Defensa, de 64 años, se impuso en los comicios internos del Partido Liberal Democrático (PLD) de Japón, una votación con aire de elecciones generales ya que en este país el presidente de la fuerza política dominante es quien ocupa la jefatura del Ejecutivo.

Kishida, con amplia experiencia diplomática y considerado una figura moderada dentro del partido conservador, superó al ministro a cargo de la vacunación contra el COVID-19, Taro Kono, quien partió como favorito con un perfil más independiente y reformista.

La investidura de Kishida como nuevo primer ministro está prevista para llevarse a cabo el próximo lunes en el parlamento, donde el PLD cuenta con una sólida mayoría que espera revalidar en las elecciones nacionales que deberán convocarse antes de que finalice noviembre.

Kishida tiene en su currículum logros importantes como la mejora de los lazos con Seúl y Moscú o la histórica visita del expresidente estadounidense Barack Obama a Hiroshima, la primera ciudad que sufrió un bombardeo nuclear. Ha señalado que entre sus prioridades estarán reforzar la alianza con Estados Unidos y aumentar las defensas nacionales frente al auge militar de China y frente a los desarrollos armamentísticos de Corea del Norte.

También señaló su voluntad de “lograr un Indopacífico libre y abierto”, la forma en la que se suelen referir Washington y Tokio a su estrategia para contener el creciente poderío geoestratégico de China, aunque no llegó a aludir de forma directa a Pekín.

En el área económica, tratará de promover una “mejor distribución de la riqueza” para apuntalar el crecimiento económico de Japón.

El primer ministro japonés, Yoshihide Suga, anunció este viernes que no será candidato para liderar su partido en las elecciones internas previstas a finales de este mes, lo que implica que dejará posteriormente también el cargo de jefe de gobierno, una decisión que ha sorprendido ya que llegó al poder hace tan solo un año.

“Quiero concentrarme en los esfuerzos para luchar contra el coronavirus y por ello no me presentaré a las elecciones” para liderar el Partido Liberal Demócrata (PLD), dijo Suga a la prensa tras una reunión con los líderes de la formación política, que ostenta el poder en el país.

“Me he dado cuenta de que no podía hacer las dos cosas”: luchar contra la pandemia y por la reelección en el PLD, dijo Suga. “He tenido que elegir”, explicó.

Toshihiro Nikai, número dos del partido se dijo sorprendido con el anuncio. “Es realmente lamentable, pero ha hecho lo que ha creído mejor tras una larga reflexión”, agregó.

El vencedor de las elecciones internas del PLD, previstas el 29 de septiembre, liderará el partido en las legislativas previstas este otoño. Como el PLD no tiene otra formación que le haga sombra en el país, su nuevo líder se convertirá casi automáticamente en primer ministro.

La decisión de Suga recuerda a las tomadas por otros jefes de gobierno anteriores, en un país en el que la inestabilidad parece algo casi crónico. El complicado calendario electoral de Japón y las incesantes luchas de poder dentro de los partidos han hecho que, desde la Segunda Guerra Mundial, solo cinco primeros ministros hayan pasado más de cinco años en el cargo.

Suga, de 72 años, era considerado el favorito para liderar el partido, aunque su gobierno es muy impopular según los últimos sondeos. A finales de agosto, solo tenía un 26% de opiniones positivas, según una encuesta del diario Mainichi.

La popularidad de Suga también se ha desplomado, paralelamente a la de su formación, debido a las decisiones que ha tomado para hacer frente a la pandemia, que sigue propagándose en Japón. Desde junio el país registra cifras de contagios muy altas, que llegan a 20,000 nuevos casos diarios.

Suga también es muy impopular por su empeño en mantener a cualquier precio los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de este año, pese a que la mayoría de la población se oponía a su celebración.

Fumio Kishida, exministro de Relaciones Exteriores, de 64 años, que ya había mostrado su interés en ser candidato para liderar el partido, se ha convertido ahora en el favorito, porque es a la vez “moderado y experimentado”. Pero también hay otros perfiles del partido, más populares entre los electores, como el ministro de la Reforma Administrativa y de la Vacunación, Taro Kono, o el exministro de Defensa, Shigeru Ishiba, que podrían también ser candidatos.

Suga asumió el cargo de primer ministro en septiembre de 2020 tras la renuncia inesperada de Shinzo Abe por motivos de salud. Suga encarnaba la experiencia, el pragmatismo y la continuidad con respecto a su predecesor, del que era su mano derecha. Por ello, al inicio de su mandato, su popularidad era envidiable.

Millones de japoneses vieron la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos y muchos están animando a sus atletas, pero la sombra del COVID-19 está impidiendo que el primer ministro Yoshihide Suga reciba un impulso en su respaldo de cara a las elecciones de este año.

El apoyo de los votantes a Suga cayó nueve puntos porcentuales hasta el 34%, su nivel más bajo desde que asumió el cargo en septiembre, mostró este lunes una encuesta del diario económico Nikkei realizada del 23 al 25 de julio. Los Juegos, aplazados el año pasado por la pandemia, se inauguraron el viernes.

Casi dos tercios de los encuestados afirmaron que el despliegue de la inmunización contra el coronavirus en el país no avanza bien. Y es que el programa se ha visto obstaculizado por un comienzo lento y por problemas de suministro, y menos de una cuarta parte de la población está totalmente vacunada.

El escenario ideal de Suga habría sido contener el brote del virus, presidir unos Juegos exitosos y convocar elecciones generales.

Este sueño se vio truncado después de que el aumento de las infecciones por COVID-19 provocara el cuarto estado de emergencia en Tokio y obligara a los organizadores de los Juegos Olímpicos a prohibir el acceso de los espectadores a casi todas las sedes.

Tokio informó este lunes 1,429 nuevos casos de COVID-19, casi el doble que el mismo día de la semana anterior.

Muchos japoneses temen que la afluencia de atletas y funcionarios para el evento deportivo aumente las infecciones, y el 31% de los encuestados por Nikkei dijo que los Juegos debían haberse cancelado o pospuesto de nuevo. Un 56% opinó que las medidas de Japón para los atletas y equipos extranjeros eran “inapropiadas”.

Los Juegos se celebran bajo estrictas normas de cuarentena para evitar la propagación de las infecciones, pero han aparecido varios casos positivos de atletas y otras personas.

Los organizadores informaron este lunes 16 nuevos contagios de COVID-19 relacionados con los Juegos, incluidos tres atletas, lo que eleva el total desde el 1 de julio a 148.

Las estrictas normas para evitar el contagio en los Juegos incluyen la realización de pruebas frecuentes para detectar el virus, la restricción de movimientos y el uso de cubrebocas por parte de los atletas y otras personas en la mayoría de las situaciones.

Las autoridades han animado a los residentes japoneses a ver los Juegos por televisión, pero los aficionados se congregaron el lunes en el recorrido del triatlón al aire libre en la isla de Odaiba, en la bahía de Tokio, desafiando al personal olímpico que llevaba carteles pidiendo que no se reunieran.

Haití tendrá un nuevo gobierno este martes, y será encabezado por Ariel Henry como primer ministro, quien había sido nombrado en ese puesto por el presidente Jovenel Moïse antes de ser asesinado.

En este nuevo gobierno que enfrenta múltiples desafíos, dada la magnitud de la actual crisis institucional y de seguridad, el primer ministro en funciones Claude Joseph retomará su cargo como ministro de Relaciones Exteriores.

La nueva administración carecerá de presidente y tendrá la tarea de organizar nuevas elecciones “lo antes posible”. “Desde hace varios días, Claude Joseph y Ariel Henry han estado llevando a cabo una serie de reuniones de trabajo que conducirán a la formación de un gobierno inclusivo con Ariel Henry como primer ministro”, destacó un funcionario del gobierno que habló en condición de anonimato.

Este anuncio parece poner fin al enfrentamiento entre Joseph y Henry, que competían por el liderazgo del Ejecutivo haitiano.

Moïse había elegido a Henry para reemplazar a Joseph como primer ministro en los días previos a su asesinato a tiros en su residencia de Puerto Príncipe en la madrugada del 7 de julio. Pero en las horas posteriores al magnicidio, Joseph declaró el “estado de sitio” y dijo que estaba a cargo, provocando una lucha por el poder en la atribulada nación caribeña, sumida en la pobreza y la violencia.

La balanza finalmente se inclinó a favor de Henry, quien se benefició durante el fin de semana del apoyo de un grupo de embajadores en representación de países como Alemania, Brasil, Canadá, España, Estados Unidos, Francia, Unión Europea, así como la Representante Especial de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas (ONU).

En un comunicado el sábado, este “Grupo central” pidió “la formación de un gobierno consensuado e inclusivo”.

“Con este fin, (el Grupo) alienta encarecidamente al primer ministro designado Ariel Henry a continuar la misión que se le ha confiado para formar dicho gobierno”, agregaron los embajadores.

El funeral de Moïse , asesinado a los 53 años por un comando armado, tendrá lugar el viernes. Herida en el ataque nocturno, su esposa Martine Moïse regresó a Puerto Príncipe el sábado, luego de ser atendida en un hospital de Miami.

Paralelamente a la preparación del funeral de Moïse, continúa la investigación sobre su asesinato, con el apoyo técnico de la agencia policial federal estadounidense, el FBI.

La policía haitiana arrestó a unos 20 militares retirados colombianos que oficiaron como mercenarios y afirma haber descubierto un complot organizado por un grupo de haitianos, incluido un exsenador actualmente buscado y un pastor médico radicado en Florida, sureste de Estados Unidos. Estos hombres habrían reclutado al comando gracias a una empresa de seguridad colombiana, también establecida en ese estado estadounidense.

El primer ministro italiano, Mario Draghi, lamentó este miércoles que varios grupos de interés estén recibiendo vacunas de COVID-19 antes que las personas mayores de 80 años.

En un discurso ante el Senado, Draghi lamentó que no todas las regiones del país estén siguiendo las directivas del Ministerio de Salud que dan prioridad a los mayores de edad para vacunarlos.

“Algunas (regiones) están descuidando a sus ancianos en favor de grupos que proclaman prioridad, probablemente sobre la base de alguna influencia contractual”, dijo Draghi. “Debemos estar unidos en la forma de emerger de la pandemia, tal como la hemos sufrido juntos en los meses anteriores”.

Las regiones son casi autónomas en la forma en que brindan atención médica a sus residentes. Muchas han designado categorías de trabajadores o asociaciones profesionales para recibir las vacunas.

En la pequeña región sureña de Molise, los periodistas son un grupo prioritario. Los abogados tienen prioridad en Sicilia, sin importar que vayan o no a tribunales.

Ciudadanos mayores y sus hijos adultos ya han denunciado, incluso en programas de radio, que personas de entre 80 y 90 años no han podido vacunarse, mientras que, por ejemplo, profesores universitarios cuyas aulas es poco probable que abran pronto debido a las restricciones por el COVID-19 ya han recibido la inyección.

Adicional, se informó de un descubrimiento de una reserva de 29 millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca contra el Covid-19.

Las dosis fueron identificadas por funcionarios italianos durante una inspección de una planta de envasado en Anagni, cerca de Roma.

AstraZeneca se encuentra en el centro de una estruendosa controversia por los importantes retrasos en las entregas a que está comprometida con la Unión Europea (UE).

El anuncio de este descubrimiento, informado por la prensa italiana y luego confirmado por fuentes europeas, se conoció el mismo día en que la UE decidió fortalecer drásticamente su mecanismo para controlar las exportaciones de vacunas.

Bajo fuerte presión, el laboratorio aseguró que los 29 millones de dosis almacenados estaban pendientes de un “control de calidad”. Además, señaló, 16 millones de dosis estaban destinados a países de la UE y 13 millones serían para el fondo internacional COVAX, de apoyo a países de bajos ingresos.

“Actualmente no se planean exportaciones fuera de los países del programa COVAX”, dijo un portavoz de AstraZeneca. “Se entregarán casi 10 millones de dosis a los países de la UE en la última semana de marzo, el resto en abril”, añadió.

Simultáneamente, una fuente del gobierno del Reino Unido negó que alguna de las dosis almacenadas en Italia fuese destinada a Londres, y un funcionario del gobierno italiano dijo que “parecían estar destinadas a Bélgica”, un país que actúa como plataforma para la distribución de vacunas.

AstraZeneca produce sus vacunas dentro de la UE en dos fábricas en Bélgica y Holanda, al tiempo que la planta en Italia se encarga del embotellado.

La inspección del sitio italiano en Anagni había sido solicitada por el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, y la UE ahora comprobará a quién estaban destinadas estas vacunas. “Sospechamos que AstraZeneca tenía más capacidad de producción en Europa de la que se había registrado”, observó.

AstraZeneca había prometido inicialmente 120 millones de dosis a los países de la UE en el primer trimestre, pero luego admitió que solo podría proporcionar 30 millones.

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, aseguró este jueves que si el resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos no es claro, “puede que haya problemas”, por lo que su país va a estar “preparada para diversas posibilidades”.

Las declaraciones de Trudeau se producen después de que tanto el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, como su vicepresidente, Mike Pence, se hayan negado a declarar si aceptarán una eventual derrota en las elecciones que se celebrarán en Estados Unidos el 3 de noviembre.

Ayer, Mike Pence evitó contestar de forma clara si Trump aceptará una eventual derrota. “Si tenemos unas elecciones libres y justas, sabemos que vamos a tener confianza en ellas y creo en el fondo de mi corazón que el presidente Trump será reelegido por otros cuatro años”, declaró Pence durante el debate que mantuvo con la candidata demócrata a vicepresidenta, Kamala Harris.

A preguntas de los medios de comunicación, Trudeau afirmó hoy durante una conferencia de prensa que mientras observan el desarrollo de las elecciones en Estados Unidos, Canadá va a estar preparada para diversas “posibilidades”.

Trudeau también se refirió al potencial impacto que una situación de incertidumbre en las elecciones tendría en la economía canadiense y los canadienses.

El primer ministro canadiense añadió que “todos esperamos una transición sin problemas o un claro resultado de las elecciones, como mucha gente en todo el mundo. Si es menos claro, puede que haya trastornos y necesitamos estar preparados para cualquier resultado”, añadió.

Trudeau también reconoció que lo que pasa en Estados Unidos impacta en Canadá, aunque advirtió que por norma no comenta o valora el proceso político estadounidense.

Hablando en francés, el primer ministro canadiense sí se refirió a la “polarización” del mundo político en Estados Unidos, algo que calificó de “preocupante”.

Trudeau no pudo evitar añadir que “en Canadá tenemos la suerte de que los diferentes niveles del Gobierno”, las autoridades provinciales y federales, están trabajando en la respuesta a la pandemia de COVID-19 “sin traer elementos excesivamente políticos”.

El Reino Unido, segundo país de Europa más golpeado por la pandemia del coronavirus, con más de 26,700 muertos, “superó el pico” de la epidemia, afirmó el primer ministro británico Boris Johnson.

“Hemos superado lo que podría haber sido un vasto pico, como si hubiéramos estado pasando por un enorme túnel alpino, y ahora podemos ver la luz del sol”, afirmó Johnson, que el lunes volvió al trabajo tras su recuperación de Covid-19 que lo llevó a estar una semana hospitalizado.

El Reino Unido comenzó el miércoles a incluir en su balance las muertes por coronavirus ocurridas en hogares, residencias de ancianos y otros centros, por lo que las cifras se dispararon situándolo como segundo país más afectado de Europa, solo por detrás de Italia.

Hasta el momento, ha registrado un total de 26.711 víctimas mortales, anunció el primer ministro.

Acusado de haber reaccionado tarde a la pandemia y haber dudado en ordenar el confinamiento, finalmente anunciado el 23 de marzo, Johnson se encuentra ahora bajo fuerte presión para explicar cuándo y cómo el país relajará las medidas.

El primer ministro se mostró cauteloso y pidió paciencia: “es vital que no perdamos el control y nos apresuremos a una segunda montaña aún más alta”, dijo en referencia a una nueva ola de contagios.

Sin embargo, defendió haber tomado la decisión de confinar al país “en el momento adecuado” y prometió presentar la próxima semana una “hoja de ruta” sobre un progresivo desconfinamiento y reactivación de la economía.

Antes de reactivar la actividad, las autoridades británicas quieren confirmar una clara disminución del número de muertes, pero también asegurarse de que disponen de suficientes medios de detección, seguimiento y protección.

Oficialmente, 171,253 personas han sido contaminadas en el Reino Unido y en las últimas 24 horas se registraron 674 muertes adicionales dentro y fuera de los hospitales.

El coronavirus sigue golpeando al Reino Unido, sobre todo luego del ingreso del primer ministro Boris Johnson a una unidad de cuidados intensivos.

Johnson recibió “algo de oxígeno”, pero “no se la ha aplicado un respirador”, dijo este martes el ministro del gabinete Michael Gove.

El conservador es el único jefe de Estado o de gobierno de una gran potencia en haber contraído la enfermedad, que ha dejado hasta ahora más de 75,000 muertes en todo el mundo.

Johnson, de 55 años, había subestimado a principios de marzo, cuando la pandemia ya causaba estragos, la propación del nuevo coronavirus, al decir que seguía “estrechando la mano de todos”.

Lo reemplaza el ministro de Relaciones Exteriores Dominic Raab, quien se comprometió a actuar para “derrotar al coronavirus” mientras su jefe siga hospitalizado.

Numerosos líderes como el presidente estadounidense Donald Trump, que hasta hace poco también restaba gravedad al coronavirus, desearon a Johnson que se recupere pronto.

En Estados Unidos, donde hay más de 365,000 casos y más de 10,000 muertos por el Covid-19, Trump ha instado a sus compatriotas a prepararse para “sufrir el pico de esta terrible pandemia”.

Con más de 50,000 personas que dieron positivo y 5,373 muertos, el Reino Unido se ha convertido en uno de los países europeos más afectados.

En cambio, China no registró ningún deceso en las últimas 24 horas, por primera vez desde enero pasado, cuando comenzó a dar un balance cotidiano de contagiados y muertos por el nuevo coronavirus.

En Wuhan, capital de la provincia de Hubei y cuna de la pandemia, 11 millones de habitantes esperan el fin de la prohibición de salir de la ciudad previsto para este miércoles.

Tal como lo había adelantado, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, declaró este martes el estado de emergencia de una duración inicial de un mes para Tokio y otras seis regiones del archipiélago, ante la reciente aceleración del número de casos de Covid-19 en el país.

“Al considerar que existe el temor de que la situación afecte gravemente a la vida de la gente y a la economía (…) declaro el estado de emergencia”, afirmó Abe ante un comité parlamentario. “Levantaremos esta medida en cuanto estemos seguros de que ya no sea necesaria” añadió.

El estado de emergencia no permite a las autoridades japonesas imponer un confinamiento estricto como en otros países, pero ofrece a lo gobernadores regionales la posibilidad de pedir a la población que permanezca en casa, así como el cierre temporal de comercios no esenciales.

Sin embargo varios supermercados y otras tiendas seguirán estando abiertas, el transporte seguirá funcionando y no se prevén sanciones para quienes no cumplan con las solicitudes del gobierno.

“Aunque se declara el estado de emergencia, ello no significa que la ciudad esté confinada como ocurre en otros países” agregó Abe.

El primer ministro reiteró que lo que se busca es impedir la propagación de la infección mientras mantienen en la medida de lo posible los servicios sociales y económicos.

Hasta ahora Japón no ha sufrido el impacto del coronavirus como el resto de la región o el padecido en Estados Unidos y varios países de Europa. Se han registrado cerca de 4,000 casos y 80 muertos.

Sin embargo el número de casos está en clara alza desde fines de marzo, lo que hace temer una saturación de los hospitales. Ello fue lo que ha impulsado a Abe a intensificar su acción.

Las regiones afectadas por el estado de emergencia son la capital y las tres zonas que abarcan los suburbios de Tokio; la región de la gran metrópolis del oeste de Osaka y su vecina Hyogo, así como la de Fukuoka, en la isla de Kyushu (sudoeste). Ello afecta a unos 50 millones de personas, es decir cerca del 40% de la población del país.

Recordemos que el primer ministro japonés había anunciado ayer un plan de ayuda récord de 108 billones de yenes para compensar los efectos de la crisis sanitaria en las empresas y las familias japonesas.

El primer ministro británico, Boris Johnson, ha sido trasladado a la unidad de cuidados intensivos al haber empeorado su estado de salud, informó un portavoz de Downing Street.

Johnson, de 55 años, contrajo Covid-19 hace 11, por lo que fue ingresado en el hospital londinense de St Thomas ayer por la noche ante los síntomas “persistentes” que presentaba.

Apenas esta mañana, a través de su cuenta de Twitter reportaba que se encontraba bien de salud y de buen humor, asegurando que todo se trataba de algo de rutina y que seguía al tanto de todos los temas de gobierno.

Sin embargo, se indicó que por la tarde su condición de salud empeoró, por lo que sus asesores recomendaron ser ingresado al área de cuidados intensivos.

“En el curso de la tarde, su condición ha empeorado y, por consejo del equipo médico, ha sido trasladado a la unidad de cuidados intensivos del hospital”, se informó a través de un comunicado. “Está recibiendo un excelente tratamiento, y agradece a todo el equipo del servicio nacional de salud (NHS) por su trabajo y dedicación”.

Trascendió que Johnson pidió a su ministro de Exteriores, Dominic Raab, que lo reemplace en la reunión que tiene todas las tarde para abordar el avance del Covid-19, además de que ante su estancia en el hospital, sería él quien asumiría la toma de decisiones en el país.

Fue el canciller Marcelo Ebrard quien a través de su cuenta de Twitter expresó la solidaridad de México con el primer ministro, y deseó su pronta recuperación.