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El presidente de Rusia, Vladímir Putin, designó hoy a Nikolái Sofinski como nuevo embajador ruso en México, que reemplazará a Víktor Koronelli, quien estuvo a cargo de la legación diplomática rusa desde el 2018.

El  decreto por el cual se formaliza el nombramiento fue publicado hoy en el portal de informaciones legales del gobierno ruso.

Además, en otro decreto presidencial publicado este mismo viernes, Sofinski fue designado como embajador concurrente de Rusia en Belice.

Sofinski, de 65 años, cuenta con una experiencia diplomática de más de tres décadas; fue embajador en Perú y Uruguay, además de ser consejero delegado en la Embajada de Moscú en España y cónsul general en Houston, en Estados Unidos.

Para Rusia, el trato con México y América Latina en general son de gran importancia, declaró el pasado 18 de enero el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, quien destacó que “las relaciones con América Latina están en auge”.

El anuncio llega en el marco de que el gobierno de nuestro país ha afrontado la invasión rusa a Ucrania con “pasividad”, sin imponer represalias económicas a Rusia como la mayoría de los países de Occidente, limitándose a llamar al diálogo y la mediación para frenar la guerra.

Arturo Sarukhán

EL UNIVERSAL

 

 

“Las naranjas se acomodan solitas”, solía sentenciar el embajador Jesús Silva-Herzog -con quien colaboré en la embajada mexicana en Estados Unidos en los años noventa- cuando se nos presentaba un reto complejo en los procesos de toma de decisiones del gobierno mexicano con respecto a la agenda bilateral. Y de alguna manera, las naranjas efectivamente se han venido reacomodando en las últimas semanas, por lo menos del lado estadounidense, con el arranque de la gestión de Joe Biden, el retorno a un manejo normal de la relación bilateral con México por parte de Washington y la primera reunión entre los mandatarios de ambas naciones este lunes. Como escribí hace poco en esta página de Opinión acerca del potencial y bienvenido relanzamiento de la relación que se abre con la Administración Biden, lo que no está claro aún es si el presidente mexicano aprovechará o no ese reacomodo para recalibrar sus posiciones y decisiones de política pública que impactan a la relación con EE.UU. Por el momento, los signos al respecto son aún contradictorios y, en algunos casos puntuales, parecen ir a contracorriente.

Los acontecimientos de esta última semana -y sobre todo su secuenciación en Washington- iluminan de manera nítida este dilema. Primero, Biden sostuvo su primer encuentro con otro mandatario al reunirse virtualmente con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau. En la conversación figuraron de manera prominente los temas de cambio climático, la economía verde, las energías renovables y la eficiencia energética y la manera en la cual EE.UU y Canadá podrían generar sinergias en esos temas en foros multilaterales como el G20; los esfuerzos de mitigación y control de la pandemia y de vacunación; y la reactivación económica y la competitividad -y los retos comerciales y tecnológicos- con China. Y ambos líderes hablaron de la necesidad de reactivar la Cumbre Norteamericana, la cual no se celebra desde 2016, para abordar todos estos temas desde una perspectiva regional. Acto seguido, Biden firmó un decreto presidencial instruyendo que se efectúe un estudio acerca de las oportunidades y retos para EE.UU en sus cadenas de suministro, sobre todo con respecto a insumos como superconductores, baterías eléctricas o dispositivos médicos, y sectores esenciales y estratégicos como el farmacéutico y de salud pública, defensa, tecnología de la información, transporte, energía y producción de alimentos. Cuarenta y ocho horas después, el secretario de Estado Antony Blinken daba la vuelta de tuerca de este proceso a través de sendas reuniones virtuales con ministros del gabinete canadiense y los secretarios de Relaciones Exteriores y Economía de México, y precedido esa mañana por declaraciones de Katherine Tai, la nominada para ocupar la Oficina de Representante Comercial de EE.UU (durante su primera comparecencia de ratificación al cargo en el Senado) y de la subsecretaria adjunta interina para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, en las cuales ambas dejaban patente, de manera pulcra y respetuosa pero a la vez meridianamente clara, que la nueva administración estará vigilando el cumplimiento cabal de los compromisos de México al amparo del TMEC en los temas laboral, ambiental y energético. Y finalmente, ese mismo día la Casa Blanca cuadraba el círculo -en ese retorno a la normalidad diplomática estadounidense contemporánea con las primeras interacciones de forma y fondo de un nuevo mandatario estadounidense al norte y sur con los dos socios y vecinos norteamericanos- anunciando la primera reunión bilateral con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Pero no se requiere ser Henry Kissinger para entender lo que todo esto implica para la relación con EE.UU ni tampoco tener clarividencia para percatarse de por qué el paradigma de nacionalismo y soberanía del cual abreva López Obrador y con el cual encara al mundo en general y a nuestro socio comercial en particular (tal y como quedó demostrado cuando respondió en su conferencia de prensa a las aseveraciones estadounidenses sobre la Ley de la Industria Eléctrica) chocará, tarde o temprano, con la manera en la cual la relación bilateral con EE.UU se ha transformado en las últimas dos décadas y media.

El presidente mexicano persiste en no querer entender que esa división a rajatabla que él concibe entre los temas de política interna y los de política exterior con EE.UU no existe. Desde hace dos décadas y media la profunda transformación de la relación bilateral -y nuestra interdependencia económica, social y estratégica- ha borrado la línea divisoria entre lo interno y lo bilateral. Los temas de política interna y los de política exterior ya no existen en compartimentos estanco separados; están entreverados y son verdaderamente ‘intermésticos’, este termino con el cual empecé a describir la relación durante mi gestión como embajador: los temas de política interna son bilaterales, y viceversa. Pretender lo contrario es no solo querer tapar el sol con un dedo; conlleva problemas de fondo en el manejo de la relación y uno que otro lance de incongruencia. Si efectivamente, como postula López Obrador, los temas de política doméstica son asuntos internos, ¿en qué tesitura se coloca cuando, por ejemplo, él o su gobierno hablan, como ya lo han hecho en días pasados,  sobre medidas en Estados Unidos para impedir el trasiego de armas hacia el sur, sobre un nuevo acuerdo de trabajadores temporales o las implicaciones que conlleva la iniciativa de reforma migratoria presentada por Biden en el Congreso la semana pasada y que afectará el bienestar de cinco millones de mexicanos indocumentados en ese país? Estos son temas que al amparo de la segunda enmienda constitucional o de las leyes migratorias de ese país, configuran sin duda algunos de los temas de política interna estadounidenses más polarizantes y de trato más endiablado.

Con la secuencia de acciones diplomáticas de la última semana y media, la Administración Biden ha puesto en marcha el camión de la relación bilateral con México y del encuadre que ésta tiene con el contexto regional y global más amplio. La reactivación del Diálogo Económico de Alto Nivel entre los dos países acordada en la reunión virtual entre los dos mandatarios el lunes -y un retorno a privilegiar la re-institucionalización de la relación vía mecanismos del andamiaje bilateral- es un primer paso en la dirección correcta. Pero una vez que las naranjas se empiecen a reacomodar en la zona de carga del camión como resultado de este movimiento, cómo acabe respondiendo a ello el Presidente López Obrador determinará en gran medida el rumbo y tono muscular de la relación más importante para México en el mundo  durante los próximos cuatro años.

El presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de Diputados, Mario Delgado, aseguró que los legisladores que acuden a la LIX Reunión Interparlamentaria entre Estados Unidos y México, que inicia hoy en San Diego, California, buscan fortalecer la relación entre ambos congresos.

Indicó que la realización de la reunión tiene como fin el impulsar la aprobación del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y avanzar en temas como migración, control de armas y seguridad.

El también coordinador de Morena en la Cámara de Diputados agradeció el mensaje que le envió el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, a los legisladores que representarán a México en la reunión que concluye el próximo domingo.

A ese encuentro con los congresistas estadounidenses acuden, además de Delgado Carrillo, los coordinadores de los diputados del Partido Acción Nacional (PAN), Juan Carlos Romero Hicks; de Movimiento Ciudadano, Tonatiuh Bravo; del Partido del Trabajo (PT), Reginaldo Sandoval, y de la Revolución Democrática (PRD), Verónica Juárez.

En la agenda bilateral están previstos temas como la venta de armas, lucha contra el crimen organizado y migración, principalmente.

El inicio de la reunión en EUA coincide con lo que se dijo esta mañana en la conferencia del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), donde el subsecretario para América del Norte, Jesús Seade, afirmó que se han disipado las dudas por parte de Estados Unidos para ratificar T-MEC y pronto se verá a ese país iniciar el proceso formal para avalar el acuerdo.

Este viernes a las 17 horas, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, se reunirá en sus oficinas de la colonia Roma con Taro Kono, ministro de Asuntos Exteriores de Japón.

El encuentro servirá para que el tabasqueño confirme al diplomático la importancia de la relación bilateral en creación de empleos y asistencia en desastres naturales, así como la necesidad de fortalecer la cooperación con la región Asia-Pacífico.

De acuerdo con la embajada de Japón en México, cuando Taro Kono llegue a la Ciudad de México, se dirigirá a la Secretaría de Relaciones Exteriores y más tarde, acudirá a la casa de transición del tabasqueño, que se encuentra en la calle de Chihuahua esquina con Monterrey, en la colonia Roma, donde AMLO ya ha recibido a delegaciones de los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, así como al embajador de China en México.

La reunión en la Cancillería será a puerta cerrada y se contempla que Taro Kono sea recibido por el subsecretario Carlos de Icaza González, encargado de las relaciones bilaterales con los países de África, Asia-Pacífico, Europa y Medio Oriente.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, enviará un equipo de alto nivel a México para reunirse el día de mañana con el virtual presidente electo Andrés Manuel López Obrador (AMLO), señal de la importancia que le asigna a la relación bilateral, tensa en los últimos meses, dijo una fuente del gobierno estadounidense.

“Este es un viaje importante programado en un momento clave en nuestra relación bilateral”, dijo un alto funcionario del Departamento de Estado al informar esta tarde a periodistas sobre la visita.

Pompeo estará acompañado por el asesor presidencial y yerno de Trump, Jared Kushner; la secretaria de Seguridad Interior, Kirstjen Nielsen; y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.

La fuente señaló que “esta delegación es digna de mención y un testimonio de la importancia que el gobierno y Estados Unidos le dan a la relación bilateral”.

Los funcionarios estadounidenses también se reunirán con el presidente mexicano saliente, Enrique Peña Nieto, quien entregará el poder a AMLO el 1 de diciembre, así como con el canciller Luis Videgaray, sin embargo los reflectores están puestos en la reunión con el ganador de la elección presidencial.

El funcionario del Departamento de Estado dijo que Trump busca desarrollar una buena relación con el presidente electo mexicano. “El presidente Trump tuvo una llamada muy positiva con el presidente electo López Obrador después de las elecciones mexicanas, y este viaje será una buena oportunidad para continuar nuestra conversación y conocernos”, afirmó.

 

Con información de AFP / Foto: Archivo APO

La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó este martes que el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, realizará una Visita Oficial a México los días 12 y 13 de octubre próximos, como parte del seguimiento a la visita de Estado que realizó el Presidente Enrique Peña Nieto a Canadá en junio de 2016.

 

La dependencia indicó que con la visita de Trudeau “refrenda la voluntad política de ambos países para fomentar el diálogo al más alto nivel y trabajar en beneficio de nuestras sociedades”, además de buscar dar continuidad a los esfuerzos de colaboración en aspectos clave de la agenda bilateral.

 

Se prevé que durante la visita, los mandatarios tratarán temas referentes a la competitividad, emprendimiento e innovación, así como el fortalecimiento de los flujos comerciales entre ambos países; y es que la visita se da en el marco del proceso de renegociación que ambos países sostienen junto a Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio de América Latina (TLCAN) .

 

 

Mientras dos de sus secretarios se encuentran de visita en México, el presidente Donald Trump aseguró ante representantes de los medios de comunicación que “con México tendremos una buena relación, y si no, no”, por lo que analistas han asegurado que a Trump no le importa el estado de la relación con nuestros país, siempre y cuando consiga lo que quiere en materia económica y migratoria.

 

Durante la reunión que sostuvo con ejecutivos de compañías manufactureras, el mandatario aseguró que no permitirá el déficit comercial de 70 mil millones de dólares que se tiene actualmente entre ambos países, así sea al precio de no tener una “buena” relación con México.

 

Describió la llegada de drogas a través de la frontera con México, como si fuera “agua”, por lo que indicó que con él al frente de la administración federal, eso ya no sucederá.

 

 

 

 

Con información de La Silla Rota / Foto: Archivo APO

El Secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray recibió esta tarde al Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Embajador Carlos Raúl Morales Moscoso, con quien sostuvo una reunión para revisar el estado que guarda la relación bilateral entre ambos países.

 

La visita del canciller Morales se da en el marco de la XXV Sesión de la Conferencia General del Organismo para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina y el Caribe y en el 50º Aniversario de la firma del Tratado de Tlatelolco.

 

Durante el encuentro que sostuvieron, conversaron sobre la importancia de la Comisión Binacional México-Guatemala y acordaron llevar a cabo la XII Reunión Plenaria de la Comisión en el primer semestre del año. En esta comisión, presidida por ambos ministros de Relaciones Exteriores, se abordaron temas de la agenda bilateral, tales como migración, desarrollo, medio ambiente, energía e infraestructura fronteriza, entre muchos otros.  

 

Se aprovechó la visita para reiterar la invitación que el Presidente Jimmy Morales extendió al Presidente Peña Nieto para que visite Guatemala este 2017 y acordó con su homólogo guatemalteco trabajar en los preparativos de la visita, cuyas fechas se definirán en breve.

 

 

 

 

Con información y foto de SRE