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En 2023 murieron 45 periodistas en el mundo en el ejercicio de su profesión, la cifra más baja desde 2002 debido en gran parte a la reducción de asesinatos en América Latina, según el informe anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF).

El año pasado, el balance mundial de periodistas muertos alcanzó los 61 fallecidos. Fue 20 años atrás cuando la cifra fue menor a la de este 2023: en 2022 se registró la muerte de 33 periodistas, cuando más de un tercio de los casos estaban relacionados con el conflicto en Oriente Medio.

Las cifras de 2023 destacan por la “disminución significativa” del número de muertos en América Latina, con seis periodistas asesinados frente a 26 en 2022, resalta el informe.

México, el país mortífero para la profesión después de la Franja de Gaza, registró cuatro periodistas muertos en 2023, frente a 11 el año anterior, aunque este descenso no refleja una mayor seguridad para la prensa, apuntó RSF.

Además, la ONG apuntó que de un total de 84 periodistas reportados como desaparecidos en el mundo, casi uno de cada tres es de nuestro país.

El secretario general de RSF, Christophe Deloire, afirmó que la baja mundial “no reduce en absoluto la tragedia en Gaza”.

“¿El trabajo de las organizaciones intergubernamentales, de las ONG y de los propios medios de comunicación” o “mayor prudencia?” Las causas de la disminución son múltiples y “discutibles”, señaló.

El recuento mundial al 1 de diciembre “no incluye a los periodistas asesinados fuera del ejercicio de sus funciones, a los que no fueron asesinados ni a aquellos cuya muerte sigue siendo desconocida”, aclaró RSF.

La organización enmuera un total de 63 periodistas muertos en Oriente Medio desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás el 7 de octubre, aunque la mayoría no murieron en el ejercicio de su profesión, además de 13 periodistas muertos “por fuego israelí” en Gaza.

Según RSF, esta guerra ha causado la muerte de tres periodistas que trabajaban en Líbano y de otro en Israel asesinado por Hamás. El conflicto en Ucrania cobró la vida de dos periodistas en 2023 de un total de 11 desde la invasión rusa de febrero de 2022.

Este miércoles se conmemora el Día Nacional del Periodista, que en caso de México, no hay nada que celebrar, pues 2022 registró cifras inéditas de asesinatos y ataques en contra de los profesionales de la comunicación

“No hay nada que celebrar en uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo. Lo único importante es la oportunidad de recordar a los gobiernos y la sociedad que el periodismo, el derecho a la información y la democracia están en riesgo”, dijo la representante de Reporteros Sin Fronteras (RSF) en México, Balbina Flores.

Y es que según el recuento de RSF, 11 periodistas fueron asesinados el año pasado en nuestro país en relación con su trabajo, y otros 4 casos siguen bajo investigación, mientras que otros organismos, como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), calculan hasta 20 asesinatos.

De cualquier modo, 2022 se convirtió en el año más mortífero para los profesionales de la información en México, el “país en paz” más peligroso para la prensa y que concentró el 20% de los asesinatos de periodistas documentados por RSF a nivel global.

“Asesinaron a más periodistas que en Ucrania o Irak. Es muy impactante siendo un país en paz y democracia”, alertó Flores en entrevista con la agencia Efe.

El homicidio es el nivel más extremo de la violencia contra los profesionales de la comunicación, pero suele ir precedido por un ambiente de hostigamiento, crítica y persecución, alertó la representante del organismo internacional. “Gran parte de esas amenazas proviene del poder público por vía telefónica, redes sociales o de forma directa. Este tipo de actos inhiben el ejercicio periodístico”, añadió.

En ese sentido, señaló las repetidas críticas que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) hace todos los días sobre los periodistas críticos de su administración.

Tan solo este miércoles, el mandatario cuestionó a la prensa al presentar la sección “Quién es quién en las mentiras”, una sección semanal en sus conferencias matutinas en la que exhibe a medios que cuestionan a su gobierno.

Volvió a cuestionar a medios como Reforma, que se ha convertido en blanco habitual de sus ataques, así como al periodista Carlos Loret de Mola, a quien incluso retó a acudir a una mañanera y explicar el supuesto montaje que encabezó sobre detención de Israel Vallarta y Florence Cassez.

Recordemos que el Día Nacional del Periodista se celebra cada 4 de enero en nuestro país, en conmemoración del fallecimiento de Manuel Caballero, considerado a menudo el padre del periodismo moderno en México.

Finalmente, la representante de RSF se mostró poco optimista de cara al año que arranca y vislumbró que los próximos procesos electorales, en Coahuila y Estado de México, así como la contienda de 2024, provocarán una guerra política que afectará a los periodistas.

México se mantuvo en 2022, por cuarto año consecutivo, como el país más peligroso para los profesionales de la información, al sumar 11 periodistas asesinados, tres más que en Ucrania, de acuerdo con el balance anual que publicó este miércoles Reporteros Sin Fronteras (RSF).

Los estudios sitúan a Latinoamérica como la zona más peligrosa para ejercer la libertad de prensa, ya que la región acumula casi la mitad de las muertes violentas globales (el 47.4%) de periodistas en ejercicio de su profesión.

En total, este año, “57 periodistas han pagado con su vida su compromiso con la información, frente a los 48 asesinatos en 2021, y los 50 en 2020”, señala el informe de RSF.

El 65% de todos ellos “han sido asesinados en zonas consideradas en paz”, pero las peores cifras las mantiene nuestro país, donde hubo 11 periodistas muertos.

Son cuatro más que en 2021 y tres más que en el mismo periodo en Ucrania, que fue el segundo lugar más mortífero del mundo para los periodistas debido a la guerra que libra ante la invasión rusa.

Haití se situó en tercer lugar, con seis periodistas muertos, mientras que Brasil igualó a Siria y Yemen con 3 víctimas.

De entre los periodistas fallecidos, 49 eran locales y 8 extranjeros y la mayoría fueron asesinados de forma “deliberada”, solo una docena del total de las muertes ocurrieron de manera fortuita, sin ser blanco expresamente.

RSF elabora anualmente este balance desde 1995, en base a datos recopilados entre el 1 de enero y el 1 de diciembre de su publicación. El cómputo total del balance 2022 incluye a periodistas profesionales y no profesionales, así como a otros trabajadores de los medios.

Además, RSF alertó que el número de periodistas encarcelados en el mundo alcanzó un nuevo récord en 2022, con 533.

Más de la mitad de los periodistas encarcelados en el mundo hasta el 1 de diciembre estaban en cinco países: China (110), Birmania (62), Irán (47), Vietnam (39) y Bielorrusia (31).

Irán es el único país que no figuró el año pasado en esta “funesta lista”, señala la ONG, que lleva este registro anual desde 1995.

La República Islámica ha encarcelado a un número “sin precedentes” en 20 años de profesionales de la prensa, tras el inicio del movimiento de protestas que estalló en septiembre.

Unos 34 nuevos periodistas se sumaron a los 13 que ya estaban encerrados antes del comienzo de las protestas.

“Los regímenes dictatoriales y autoritarios llenan rápidamente sus cárceles de periodistas”, denunció Christophe Deloire, secretario general de la organización de defensa de la libertad de prensa.

RSF destacó también el número inédito de mujeres periodistas encarceladas, con 78, por encima de las 60 del año pasado.

“Las mujeres periodistas representan ahora más del 15% de los detenidos frente a menos de 7% hace cinco años”, señala RSF.

El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, dijo este miércoles que de acuerdo a cifras corroboradas por su organismo, 557 periodistas han sido asesinados en el mundo en los últimos diez años en el cumplimiento de su labor.

Además, más de un millar de periodistas han sufrido prisión por realizar su trabajo y 64 se encuentran desaparecidos.

“Estas estadísticas son increíbles porque nadie que hace su trabajo debería sufrir este riesgo, especialmente en la actualidad, cuando es tan importante tener una prensa fuerte, independiente y ética” comentó en su primera reunión con periodistas en Ginebra.

“Ustedes son parte de del ecosistema democrático y es absolutamente importante preservarlo. Los periodistas están en primera línea para garantizar que la verdad y los hechos salgan a luz y esto es muy importante desde la perspectiva de los derechos humanos”, declaró.

Türk, de nacionalidad austriaca, asumió el puesto de alto comisionado el pasado mes, en reemplazo de la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet.

Sobre los asesinatos de periodistas, ocho fiscales de todo el mundo reunidos por la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) lanzaron un llamado a los sistemas de justicia para que actúen “contra la impunidad” en estos crímenes.

Los fiscales, entre ellos la mexicana Laura Borbolla y la brasileña Raquel Dodge, elaboraron una lista de diez compromisos para que los ataques contra los periodistas no queden sin respuesta penal.

El llamamiento fue divulgado con motivo del Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas, que se conmemora este 2 de noviembre.

A diferencia de lo expuesto por el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, según datos de RSF, más de mil periodistas y trabajadores de medios de comunicación han sido asesinados en todo el mundo desde 2010, mientras que otros 118 están desaparecidos desde 2016.

Cerca del 90% de los crímenes cometidos contra los periodistas quedan impunes, señala la Unesco.

Como ejemplo, Bernard señaló que “es habitual descubrir, como sucede en México, que el vínculo entre el asesinato y la actividad periodística de la víctima nunca ha sido objeto de una investigación seria”.

El llamamiento, que está abierto a que se sumen fiscales de todo el mundo, incluye entre sus puntos preservar la independencia y la imparcialidad de las investigaciones en delitos contra periodistas, actuar de forma decidida para poner fin a la impunidad o averiguar de forma sistemática el vínculo entre el crimen y la actividad profesional de la víctima.

También incluye velar por la seguridad de los periodistas amenazados y de sus familias, proteger el secreto de las fuentes y pedir que se dote a las fiscalías de los medios necesarios para desarrollar sus investigaciones.

En nuestro país, el gobierno federal reportó la semana pasado que 260 periodistas han sido asesinados en los últimos tres sexenios, con 63 de ellos en lo que va de a la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

El subsecretario de Derechos Humanos del Gobierno, Alejandro Encinas, reconoció 13 asesinatos de comunicadores en lo que va de este 2022, aunque la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y otras organizaciones, registra un total de 18.

La organización Reporteros sin Fronteras (RSF) aseguró que 2022 es el año más letal para el ejercicio de los periodistas en nuestro país, tras un mes (agosto) que ha dejado cuatro nuevos muertos que elevan a 14 los comunicadores asesinados en lo que va del año.

La organización, que no tiene constancia de una cifra tan alta desde el inicio de sus recuentos, lamenta este “sórdido récord” que ha convertido la situación del periodismo en México en un “drama que exige acciones urgentes por parte del gobierno”.

Con estas cifras México se mantiene en cabeza, por cuarto año consecutivo, de la lista de países más peligrosos para el ejercicio de la profesión, por delante incluso de países en guerra como Ucrania (ocho casos) o Yemen (tres casos).

México, cabe recordar, ocupa el puesto 127 de 180 en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2022 de RSF.

“La lista de periodistas asesinados en México es espeluznante y parece alargarse inexorablemente sin que el gobierno federal ni las autoridades locales se hagan cargo de la dimensión del problema, ni tomen decisiones valientes”, lamentó el director de la Oficina de Reporteros Sin Fronteras (RSF) en América Latina, Emmanuel Colombié.

Desde el inicio del mandato del presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, en diciembre de 2018, RSF ha contabilizado al menos 36 asesinatos de periodistas y dos desapariciones, las de Jorge Molotzin Centlal y Pablo Felipe Romero Chávez, en 2021, en el estado de Sonora.

La ONG matiza que la mayoría de estos asesinatos se concentran en los estados especialmente “gangrenados” por la corrupción y el crimen organizado: Michoacán, Sonora y Veracruz, con cinco casos cada uno. En la gran mayoría de estos 38 casos, “la impunidad”, lamenta RSF, “es casi total”.

El último caso tuvo lugar este pasado lunes, cuando el periodista Fredid Román fue ejecutado en Chilpancingo, Guerrero. Román acababa de salir de su domicilio en su vehículo, cuando dos individuos en una motocicleta abrieron fuego contra él antes de darse a la fuga.

Román, editor del diario local ‘Vértice’ y muy crítico con el gobierno de Guerrero y con la corrupción de las autoridades locales, murió en el acto. Su sobrino señaló públicamente como responsable del asesinato a la banda criminal local de Los Ardillos, que, según él, había amenazado varias veces de muerte a su tío.

El hijo de Román fue ejecutado hace un par de meses atrás, por lo que la Fiscalía de Guerrero está analizando la relación entre ambos casos.

Román se convirtió así en el cuarto periodista asesinado desde principios de agosto, después de Ernesto Méndez, Juan Arjón López y Alán González, cuyos nombres se suman tristemente a los de José Luis Gamboa Arenas, Alfonso Margarito Martínez Esquivel, Lourdes Maldonado López, Roberto Toledo, Heber López, Jorge Luis Camero Zazueta, Juan Carlos Muñiz, Armando Linares López, Luis Enrique Ramírez y Antonio de la Cruz.

Además de al gobierno federal, RSF llamó igualmente a autoridades locales como Alfredo Ramírez Bedolla, gobernador de Michoacán; a Cuitláhuac García Jiménez, gobernador de Veracruz; a Evelyn Salgado, gobernadora de Guerrero y a Alfonso Durazo, gobernador de Sonora, “a reforzar sus mecanismos de protección para la prensa y a identificar a los autores materiales e intelectuales de los asesinatos registrados estos últimos años en sus Estados”.

Un total de 46 periodistas fueron asesinados o perdieron la vida en el ejercicio de su profesión en 2021, según el balance anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF), el número más bajo de muertes en 20 años, mientras la cifra de encarcelados alcanzó un récord histórico, 488.

El recuento de la organización defensora de la libertad de prensa, publicado este jueves, señala por tercer año consecutivo a México como el país más peligroso para los periodistas, mientras que China conserva su condición de mayor cárcel del mundo para los informadores.

RSF atribuye la disminución del número de periodistas asesinados a “la evolución de los conflictos regionales” en Siria, Irak o Yemen, con una “estabilización de los frentes” tras unos años particularmente mortíferos que marcaron un récord en 2016.

Desde 2003, el balance anual de la organización no había registrado menos de 50 víctimas mortales. Cayeron tanto los periodistas fallecidos en zonas de conflicto como los que fueron objetivo directo de sus asesinos.

En total, 26 reporteros fueron blanco de ataques mortales, un 65% del total, frente al 85% del año anterior, con México como principal zona de peligro, con siete víctimas, que elevan a 47 el número registrado en los últimos cinco años.

Como en balances anteriores, RSF denuncia que “en cuanto un periodista se interesa por asuntos molestos y el crimen organizado, en particular a nivel local, se arriesga a una ejecución a sangre fría” en nuestro país. Todo ello en una situación de “impunidad casi total” y de “ausencia de valientes reformas por parte de los gobiernos sucesivos”, lo que genera “una espiral de violencia que parece no detenerse nunca”.

Afganistán, donde los talibanes recuperaron el poder, se situó en segundo lugar de la trágica lista, con seis muertos, todos ellos asesinados en atentados islamistas en medio de una “impunidad total”. El país asiático iguala con México en número de víctimas en los últimos cinco años.

La caída del número de periodistas asesinados contrasta con el récord de informadores tras las rejas, tras el aumento del 20% registrado en 2021, reflejo de “la amplificación de una represión cada vez más implacable contra la información independiente”.

El retorno de la junta militar al poder en Birmania, el endurecimiento de la situación en Bielorrusia y la mano dura de China en Hong Kong explican en buena medida el empeoramiento histórico de la situación.

China se mantiene como la mayor prisión del mundo para periodistas, con 127 en el país más poblado del mundo, mientras Birmania accede a la segunda plaza, con 53, desbancando a Vietnam (43) y Arabia Saudí (31), que también ha sido superada por Bielorrusia (32).

Este jueves se dio a conocer la edición 2019 de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada por la organización Reporteros sin Fronteras (RSF), la cual coloca a México como el país más peligroso del continente.

Según RSF, el informe muestra que el odio a los periodistas degenera en violencia, lo que hace que aumente el miedo.

Destacó que sigue reduciéndose el número de países que se consideran seguros, que no es más que aquellos en los que los periodistas pueden ejercer su oficio sin correr peligro, mientras que crece el control que ejercen los regímenes autoritarios en los medios de comunicación.

Reporteros Sin Fronteras reportó que el ambiente en que trabajan los periodistas de la región (América Latina) es cada vez más hostil y quienes cubren temas delicados suelen padecer actos de violencia, intimidaciones y presiones de todo tipo.

El país más peligroso del continente americano para la prensa sigue siendo México, que se posiciona en el lugar 144; y es que, según las cifras disponibles, en 2018 fueron asesinados al menos 10 periodistas.

RSF alertó sobre la colusión de políticos y funcionarios corruptos con miembros del crimen organizado, sobre todo a escala local, que son la amenaza principal a la seguridad de los actores de la información y obstaculiza el funcionamiento de la justicia a todos los niveles.

En su informe destaca la llegada de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a la presidencia, que dijo, se produjo tras una campaña electoral marcada por innumerables agresiones a periodistas en todo el país. Subrayó que la transición política justificó el ligero progreso de México que avanzó tres lugares respecto a la medición anterior.