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Los rescatistas siguen sacando a más sobrevivientes de entre los escombros, a 11 días del terremoto que devastó zonas de Turquía y Siria, aunque los mismos equipos reconocen que las posibilidades de encontrar a más personas con vida se agotan.

La agencia turca de manejo de desastres actualizó el número de fallecidos en la tragedia en el país a 38,044 personas, lo que elevó la cifra total de decesos en los dos países hasta los 41,732.

Es probable que los muertos sigan aumentando a medida que los socorristas recuperen más cadáveres entre la devastación.

Sin embargo, de acuerdo a diversas proyecciones, el número final de muertos podría oscilar entre los 75,000 y 90,000.

El gobierno informó que al menos 84,000 estructuras, con más de 332,000 viviendas, fueron destruidas por el terremoto del pasado 6 de febrero o resultaron demasiado dañadas para ser usadas.

El martes, el presidente Recep Tayyip Erdogan afirmó que 2.2 millones de personas han abandonado la zona del desastre. De ellas, dijo, se han satisfecho las necesidades de vivienda de 1.6 millones, incluso unas 890,000 personas ubicadas en instalaciones públicas como dormitorios de estudiantes, y otras 50,000 en hoteles.

Al respecto, el gobierno anunció hoy que a partir de marzo se iniciará la reconstrucción en las zonas destrozadas.

El recuento oficial de muertos por los terremotos del pasado 6 de febrero en Turquía y Siria ha rebasado los 35 mil. Sin embargo, una empresa alemana de análisis de riesgos advierte de que el número final de muertos podría oscilar entre los 75,000 y 90,000.

Hasta ahora el peor terremoto del siglo XXI fue el que se produjo en la región china de Sichuan en mayo de 2008, que tuvo una magnitud de 8 y que dejó más de 90,000 muertos.

Aunque en Turquía y Siria la potencia de los sismos fue algo menor: 7.7 y 7.6, y la región tiene menos densidad de población que la provincia china, hubo otros elementos que elevaron la mortalidad.

La empresa de análisis de riesgo por catástrofes Risklayer, con sede en Karlsruhe, Alemania, vaticinó en un primer momento una cifra de fallecidos de más de 52,000, con un rango superior de sus cálculos superando incluso los 100,000.

La base del cálculo es un modelo que combina bases de datos globales con imágenes de drones y satélites para valorar la extensión de los daños.

Sin embargo, días más tarde, elevaron sus estimaciones debido a que los daños fueron mayores a los que inicialmente tuvieron en cuenta y a que el derrumbe completo de numerosos edificios de viviendas elevaba la cifra de fallecidos.

“La mayoría de las muertes habrían ocurrido en esos edificios de apartamentos de varios pisos”, indicaron los expertos de Risklayer en redes sociales.

Los últimos análisis de la compañía sitúan el número de víctimas al mismo nivel que en Sichuan “lo que significa que, lamentablemente, es probable que haya entre 75,000 y 90,000 muertos”.

Según datos oficiales, más de 11,000 edificios se vinieron abajo durante los terremotos, muchos de ellos eran bloques de apartamentos de varios pisos en los que los esfuerzos de rescate son muy complicados, ya que se necesita maquinara pesada.

Recordemos que los sismos se produjeron la madrugada del lunes, a las 04:17 hora local, cuando la mayoría de las personas dormían en sus casas, lo que dificultó que pudieran ponerse a salvo, un factor que, según los expertos, ha elevado mucho las víctimas.

A falta de estimaciones oficiales en Turquía de desaparecidos, no solo la firma alemana ha hecho sus proyecciones; algunos expertos locales han realizado cálculos propios que apuntan a que todavía quedan decenas de miles de muertos debajo de los escombros.

Ahmet Ovgun Ercan, un prestigioso geofísico de la Universidad Técnica de Estambul estimó que puede haber aún unos 155,000 cadáveres bajo las ruinas de los edificios.

Según Ercan, sus números salen de un cálculo matemático en el que tiene en cuenta el número de edificios derrumbados, la media de apartamentos en cada edificio y el número promedio de personas que habita cada vivienda.

Con esos datos llegó a la cifra de 264,000 personas atrapadas bajo las ruinas, a la que restó la cifra de muertos y la de 80,000 heridos. La estimación inicial parte de un cálculo basado en estadísticas que puede dar un gran margen de error.

En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con Moisés Soffer, rescatista de CADENA Internacional, sobre las labores de rescate y ayuda en Turquía y Siria.

El gobierno federal anunció que donó 6 millones de dólares, a través de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a las víctimas del terremoto en Siria, que también afectó a Turquía y en el que han muerto más de 35,000 personas en ambos países.

“Por instrucción del presidente (Andrés Manuel) López Obrador, México dona 6 millones de dólares, a través de la ONU, a las víctimas del sismo en Siria”, expuso en un mensaje en Twitter el canciller Marcelo Ebrard.

Minutos antes, en la conferencia de prensa de Palacio Nacional, Ebrard consideró el suceso como “el sismo más grave del que se tenga memoria en el último siglo” en la región, y adelantó algunos detalles sobre la donación.

“Nos ha instruido el señor presidente que, en lo relativo al apoyo a Siria, se establecieran contactos con la administración de la ONU y se ha dispuesto que México haga una donación de 6 millones de dólares, que se depositaran en cuanto nos den la cuenta bancaria”, dijo el canciller.

Dicho depósito, adelantó, se efectuará mañana martes 14 de febrero.

Según los últimos recuentos, los sismos han dejado al menos 3,575 muertos y 5,291 heridos en Siria, aunque tanto el Ministerio de Salud sirio como los rescatistas conocidos como Cascos Blancos, que lideran las labores de búsqueda en las regiones rebeldes, ya no están actualizando sus cifras con frecuencia.

Esta ayuda económica a Siria se suma a los 150 miembros de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), de la Secretaría de Marina (Semar) y de la Cruz Roja Mexicana especializados en búsqueda y rescate enviados por México para ayudar a las víctimas y afectados por los terremotos de Turquía, que ya han llevado a cabo diversas operaciones de rescate exitosas.

Los equipos mexicanos, que siguen sobre el terreno, están compuestos por células de servicio médico y de alimentación, además de contar con 35 expertos en búsqueda y rescate del Equipo de Respuesta Inmediata a Emergencias o Desastres (ERIED) (25 especialistas y 10 binomios caninos) del Ejército, destalló la cancillería la semana pasada.

En ese sentido, este fin de semana se informó que uno de los perros rescatistas mexicano, Proteo, falleció en la madrugada del domingo mientras ayudaba en la labor de búsqueda de supervivientes y fallecidos entre los escombros.

El saldo de muertos que dejó el terremoto de hace una semana, que afectó a Turquía y Siria, ascendió este lunes a más de 35,000 víctimas.

Se cumple una semana del sismo magnitud 7.8, y a pesar del tiempo que ha transcurrido, 182 horas, los medios turcos siguen reportando que los rescatistas han logrado sacar supervivientes de entre los escombros.

El balance confirmado es de 35,224 muertos, 31,643 en Turquía y 3,581 en Siria, lo que convierte a este terremoto en el quinto más mortífero desde el inicio del siglo XXI.

En la localidad turca de Kahramanmaras, cerca del epicentro, se instalaron 30,000 tiendas de campaña y hay 48,000 damnificados en escuelas y otras 11,500 personas albergadas en centros deportivos.

El vicepresidente turco, Fuat Oktay, dijo ayer que 108,000 edificios fueron dañados en toda la zona afectada por el sismo y que 1.2 millones de personas están siendo albergadas en habitaciones estudiantiles y 400,000 damnificados fueron evacuados de la región.

En Turquía crece la indignación por la mala calidad de los edificios y la respuesta gubernamental, quien ante las escasas probabilidades de encontrar supervivientes, ha centrado sus esfuerzos en ayudar a los cientos de miles de personas que se quedaron sin hogar.

La situación es especialmente compleja en Siria, donde Bab al Hawa es el único punto por el que puede entrar ayuda internacional a zonas bajo control rebelde después de casi 12 años de guerra civil.

La ONU denunció el fracaso del envío de ayuda para Siria. Los suministros son vitales para un país donde el sistema de salud y la infraestructura están en ruinas tras el conflicto que opone el gobierno de Bashar al Asad con varios grupos rebeldes que controlan parte del territorio.

El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, se reunió ayer en Damasco con Asad y dijo que el líder sirio afirmó estar dispuesto a abrir más pasos fronterizos para ayudar a ingresar ayuda a zonas bajo rebeldes.

“Las crisis combinadas de conflicto, covid, cólera, declive económico y ahora el terremoto, han tenido un costo insoportable”, declaró Tedros tras visitar la ciudad siria de Alepo.

Los equipos de rescate mantienen las labores de búsqueda y rescate de supervivientes entre los escombros dejados por los terremotos que golpearon Siria y Turquía, uno de los más mortíferos de la región, aumentando el saldo de muertos a poco más de 23,000.

La ayuda humanitaria empezó a llegar a Turquía pero el acceso a Siria, en guerra y con su régimen sancionado por la comunidad internacional, es mucho más complicado.

La guerra destruyó hospitales y causó problemas en el suministro de electricidad y agua en Siria, pero la ONU solo puede enviar ayuda a las zonas rebeldes del noroeste a través del cruce de Bab al Hawa en la frontera con Turquía.

El gobierno sirio anunció que autorizará el suministro de ayuda internacional a zonas controladas por los rebeldes, con la “supervisión” del Comité Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja siria.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA), la agencia especializada de Naciones Unidas, reclamó por su parte 77 millones de dólares para acercar víveres a 874.000 personas afectadas por el sismo en Siria y Turquía.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, exigió por su parte “un alto el fuego inmediato” en Siria para facilitar el suministro de ayuda.

En tanto, el enojo crece en Turquía contra la respuesta del gobierno, juzgada insuficiente y tardía. El mismo presidente Recep Tayyip Erdogan reconoció “deficiencias”.

“Hubo tantos edificios dañados que desafortunadamente, no pudimos acelerar nuestras intervenciones como hubiéramos querido”, afirmó durante una visita a Adiyaman.

El terremoto es el más mortífero en Turquía desde 1939, cuando 33,000 murieron en la provincia oriental de Erzincan.

Según los últimos balances oficiales, el sismo, de magnitud 7.8 y que estuvo seguido de más de un centenar de réplicas, dejó al menos 22,765 muertos, 19,388 de ellos en Turquía y 3,377 en Siria. Sin embargo, se cree que el número sería más alto por las personas que no han logrado ser rescatadas.

La OMS estima que 23 millones de personas están “potencialmente expuestas, de las que unos cinco millones son “vulnerables” y teme que se desencadene una crisis sanitaria.

Las organizaciones humanitarias expresaron su preocupación por una eventual propagación del cólera, que reapareció en Siria.

El Parlamento de Turquía aprobó este jueves el estado de emergencia propuesto por el presidente Recep Tayyip Erdogan, que entró oficialmente en vigor en las diez provincias más afectadas por los terremoto del pasado fin de semana.

El estado de emergencia, en vigor durante los próximos tres meses, se basa en la Constitución turca que permite decretarlo en caso de catástrofes naturales.

Durante el estado de emergencia, se pueden imponer a los ciudadanos obligaciones monetarias, patrimoniales y laborales, y se pueden limitar o suspender temporalmente los derechos y libertades fundamentales de la ciudadanía.

Erdogan se refirió hoy a los casos de saqueo en las provincias golpeadas por el terremoto y adelantó que el Estado luchará contra ellos con el poder del estado de emergencia.

La declaración del estado de emergencia fue aprobada por la mayoría parlamentaria que tiene el gobernante partido islamista conservador AKP junto con su socio, el partido nacionalista MHP.

El número de muertos rebasó los 19,000, de los cuales 16,170 se han contabilizado en Turquía y 3,192 en Siria. Además, se reportan unos 70,000 heridos de distinta consideración.

En Turquía el número de heridos alcanza los 64,194, mientras que el recuento de edificios derruidos por los temblores se mantiene igual respecto a ayer, con 6,444.

El último balance de víctimas lo ofreció el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.

En Siria, la cifra oficial de muertos asciende a 3,192 y la de heridos a 5,235, mientras las labores de rescate continúan en las cinco provincias del país más afectadas con pocas esperanzas de hallar supervivientes.

Los rescatistas alertaron de que las cifras podrían seguir subiendo, ya que muchas personas continúan atrapadas bajo los escombros en el cuarto día de operaciones de emergencia tras el sismo inicial registrado el fin de semana, y al que han seguido múltiples réplicas.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, reconoció este miércoles “deficiencias” en la respuesta a los terremotos que sacudieron su país y Siria.

“Por supuesto, hay deficiencias, es imposible estar preparado para una catástrofe así”, dijo el jefe de Estado, que visitó la provincia de Hatay, una de las más afectadas, en la frontera con Siria.

Erdogan anunció que cada familia damnificadas por los terremotos recibirá 10,000 liras turcas, cerca de 500 euros, al tiempo que ha afirmado que Ankara lanzará “operaciones masivas de vivienda” en las diez provincias afectadas.

“Nuestros ciudadanos no deben preocuparse. Nunca permitiremos que se queden en la calle”, ha manifestado, antes de incidir en que las víctimas pueden alojarse por ahora en varios hoteles en las provincias de Antalya, Anlanya y Mersin.

“Tenemos una capacidad significativa de habitaciones (en hoteles). Si nuestros ciudadanos no quieren quedarse aquí en tiendas de campaña, les buscaremos acomodo en hoteles”, prometió.

Los rescatistas siguen trabajando en Turquía y Siria en busca de señales de vida entre los restos de los miles de edificios que colapsaron.

Autoridades han informado que la cifra de fallecidos superó las 11.000 personas, lo que lo convierte este episodio como el más letal en más de una década.

La agencia de gestión de desastres de Turquía reportó este miércoles que la cifra de decesos registrados en el país había superado las 8,500 personas. Los fallecidos en las zonas del norte de Siria controladas por el gobierno subieron a 1,200, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Damasco, y al menos 1,400 más murieron en la región controlada por los rebeldes, según el grupo de emergencias Cascos Blancos. Ni Turquía ni Siria han dado cifras sobre el número de desaparecidos.

Rescatistas llegados desde más de dos docenas de países se unieron a las decenas de miles de efectivos locales mientras el país comenzaba a recibir la ayuda comprometida.

Hasta 23 millones de personas podrían verse afectadas en la región, indicó Adelheid Marschang, responsable de emergencias en la Organización Mundial de la Salud, que calificó la situación como una “crisis sumada a múltiples crisis”.

Erdogan señaló que 13 de los 85 millones de habitantes del país se vieron afectados por el sismo y declaró el estado de emergencia en 10 provincias. Más de 8,000 personas han sido sacadas de entre los escombros.

El número de muertos que dejaron los terremotos que se registraron el pasado fin de semana en Turquía y Siria ha superado las 5,000 personas.

En Turquía, el número de muertos se elevó a 3,419 y 20,534 personas heridas, declaró el vicepresidente Fuat Oktay.

En Siria, al menos 1,602 personas fallecieron y 3,640 resultaron heridas, según los balances de las autoridades de Damasco y de los equipos de rescate de las zonas rebeldes.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, decretó el estado de emergencia por un periodo de tres meses en las diez provincias del sureste azotadas por el sismo.

De acuerdo a mapas de la zona afectada, una responsable de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Adelheid Marschang, indicó que “23 millones de personas están expuestas” a las consecuencias del terremoto, “incluyendo cinco millones de personas vulnerables”.

“Es una carrera contra el reloj”, advirtió el director general de la institución, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Las malas condiciones meteorológicas y las bajas temperaturas dificultan las labores de búsqueda.

Según el gobierno turco, la ayuda internacional comenzó a llegar este martes con los primeros equipos de socorristas procedentes de Francia y Qatar.

El presidente estadounidense, Joe Biden, prometió a su homólogo turco “toda la ayuda necesaria, sea la que sea”.

El contingente francés pretende llegar hasta Kahramanmaras, en la zona del epicentro, una región de acceso difícil y sepultada bajo la nieve.

China anunció este mismo martes el envío de una ayuda de 5.9 millones de dólares, que incluirá grupos especializados en el socorro en entornos urbanos, equipos médicos y material de urgencia.

Según Erdogan, 45 países ofrecieron ayuda. Entre ellos se encuentra México, quien informó que esta mañana despegó desde el AIFA, una aeronave que transporta ayuda a Turquía.

El canciller Marcelo Ebrard precisó que la operación está a cargo de la Fuerza Aérea Mexicana, y a bordo viaja personal de la SEDENA, SEMAR, Cruz Roja Mexicana, Protección Civil y la SRE.

Adicional, viajan equipos de rescate y 16 caninos. Luego del ofrecimiento que hiciera el reconocido grupo ‘Topos México’, el canciller indicó que resuelto el transporte que se solicitó, lo cual fue posible gracias a la ayuda de la Embajada de Turquía en México. En tanto, informó que la secretaría apoyó con los pasaportes y visados.

En tanto, el llamado de ayuda por el gobierno de Siria recibió por ahora respuesta de Moscú, su aliado, que prometió equipos de socorro “en las próximas horas”, además de 300 militares rusos que ya se encuentran en el lugar para ayudar en el rescate.

La ONU también reaccionó, pero insistió en que la ayuda debe llegar a toda la población siria, incluida la parte que no está bajo control de Damasco. En ese sentido, la Media Luna Roja siria instó a la Unión Europea a levantar las sanciones contra el régimen.

Los balances a un lado y otro de la frontera no dejan de aumentar y, teniendo en cuenta la magnitud de la destrucción, pueden seguir la misma tendencia. Solo en Turquía, las autoridades contabilizaron casi 5,000 inmuebles derrumbados.

Ayer se registraron hasta 185 réplicas, y han continuado durante la madrugada de este martes. La más fuerte, de magnitud 5.5, ocurrió a las 6:13 locales a 9 km al sureste de Gölbasi, al sur de Turquía.

Foto: Twitter @business

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró este jueves que el líder del grupo terrorista Estado Islámico (EI), Abu Ibrahim al Hashimi al Qurashi, murió en una explosión que él mismo causó, durante una operación estadounidense en el norte de Siria.

En un discurso desde La Casa Blanca después de confirmar en un comunicado que una operación estadounidense había acabado con la vida de Al Qurashi, el presidente defendió que su gobierno hizo todo lo posible para “minimizar las muertes de civiles”.

“Mientras nuestras tropas se acercaban para capturar al terrorista, en un acto final de cobardía desesperada y sin ninguna consideración por las vidas de su propia familia o de otros en el edificio, decidió volarse a sí mismo por los aires”, dijo Biden.

Al Qurashi no recurrió “simplemente a un chaleco” con explosivos, sino que decidió “volar por los aires” el tercer piso del edificio donde se encontraba escondido, matando consigo a varios miembros de su familia, añadió el mandatario.

“Sabiendo que este terrorista se había rodeado de familias, incluidos niños, tomamos la decisión de llevar a cabo una redada de fuerzas especiales, algo mucho más arriesgado para nuestra propia gente, en lugar de lanzar un ataque aéreo”, defendió Biden.

El presidente no confirmó la cifra de fallecidos durante la operación, que según los denominados Cascos Blancos, un grupo de rescatistas que opera en las áreas de Siria controladas por al oposición, dejó 13 muertos, entre ellos 6 niños.

No obstante, Biden insinuó que todas las víctimas civiles se debieron a las acciones de Al Qurashi, y aseguró que la operación ha “enviado un mensaje claro a los terroristas de todo el mundo”. “Iremos tras ustedes y les encontraremos”, dijo Biden a los yihadistas.

La operación tuvo lugar en un edificio en la zona de Atme, en la provincia noroccidental siria de Idlib, y las fuerzas estadounidenses lograron sacar a la familia que vivía en el primer piso antes de que comenzara el operativo, aseguraron funcionarios estadounidenses.

Después de que Al Qurashi detonara la carga explosiva, el equipo de elite se enfrentó en un fuego cruzado con otro “terrorista del EI” al que no identificaron y que vivía en el segundo piso, que finalmente murió junto a su esposa.

Foto: Twitter

Turquía acordó este jueves detener su ofensiva en Siria durante cinco días para permitir que las fuerzas kurdas se retiren de una “zona segura” que Ankara había tratado de capturar, un acuerdo que fue aplaudido por Washington y que los líderes turcos presentaron como un triunfo absoluto.

La tregua fue anunciada por el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, después de conversaciones en Ankara con el presidente de Turquía, Tayyip Erdogan, y fue rápidamente aplaudida por el presidente Donald Trump, quien dijo que salvaría “millones de vidas”.

Sin embargo, si se implementa, Turquía conseguiría todos los objetivos principales que anunció cuando lanzó el asalto hace ocho días: el control de una franja en Siria de más de 30 kilómetros de profundidad y una retirada de la milicia kurda YPG, antes una aliada cercana de Estados Unidos.

“La zona segura será impuesta principalmente por las Fuerzas Armadas turcas”, dijo un comunicado conjunto de Estados Unidos y Turquía publicado después de las conversaciones.

Un funcionario turco dijo que se obtuvo “exactamente lo que queríamos” de las conversaciones con Washington. El canciller turco, Mevlut Cavusoglu, describió el acuerdo como una pausa únicamente para permitir que los combatientes kurdos se retiren.

Los combatientes kurdos se verán obligados a renunciar a sus armas pesadas y sus posiciones serán destruidas, dijo Cavusoglu, que no quiso hablar de un “alto el fuego” porque solo pueden acordarse entre partes legítimas. Ankara considera terroristas a los kurdos.

Pence dijo que Washington ya había estado en contacto con las Fuerzas Democráticas Sirias lideradas por los kurdos, y que habían acordado retirarse y se estaban replegando.

Este viernes, el presidente Donald Trump se reunió en el Pentágono con jefes militares para hablar sobre la batalla final para expulsar a ISIS de su último bolsón de territorio en Siria.

Trump se iba a reunir con el secretario interino de Defensa, Patrick Shanahan, que ha estado a cargo del Pentágono desde el 1 de enero. Él se hizo cargo luego que Jim Mattis dejó el puesto por la decisión de Trump de retirar las tropas estadounidenses de Siria.

Trump no ha dicho si va a nominar a Shanahan para el cargo.

Shanahan enfrentó duras preguntas de senadores el jueves sobre el deseo del presidente de usar 7 mil millones de dólares del presupuesto de construcciones militares para el muro en la frontera con México.

El Gobierno enfrenta además fuerte oposición del Gobierno afgano, que está siendo marginado de las conversaciones estadounidenses con el Talibán.

“Arena y muerte”, fue la descripción que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio de la situación que se vive en Siria, una nación devastada por la guerra.

“Siria se perdió hace mucho tiempo. Se perdió hace mucho tiempo. Y además de eso, no quiero que estemos hablando de arena y muerte. De eso estamos hablando”, dijo Trump durante una reunión de gabinete.

“No estamos hablando de vastas riquezas. Estamos hablando de arena y muerte”, subrayó el mandatario.

En cuanto a la fecha de la polémica retirada de las fuerzas estadounidenses de Siria, Trump sentenció: “No quiero estar en Siria para siempre”.

Después de anunciar recientemente que las tropas volverían a Estados Unidos de inmediato, y que el grupo Estado Islámico (EI) había sido derrotado, no dio ningún calendario específico para la salida de los efectivos.

El lunes, el presidente republicano dijo que Estados Unidos estaba “enviando lentamente” tropas a casa, un tono marcadamente diferente al que usó en su anuncio inicial de retirada el 19 de diciembre.

Estados Unidos tiene desplegados en el norte de Siria cerca de 2 mil soldados, la mayoría de ellos fuerzas especiales, para combatir al EI y apoyar a otras fuerzas antiyihadistas.

El enviado especial de Estados Unidos para la coalición que combate a la organización terrorista Estado Islámico (ISIS), Brett McGurk, renunció este sábado en protesta por la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de retirar las tropas de Siria.

De acuerdo con la cadena de televisión CBS, McGurk había planeado dimitir el próximo año, pero decidió adelantarse a esta decisión y así unirse al ahora exsecretario de Defensa, James Mattis, quien dimitió esta semana al diferir también con el mandatario por diferencias políticas.

Como líder de la misión contraria de ISIS, McGurk había estado en la región para reunirse con socios de la coalición, incluido el líder kurdo Masoud Barzani, la semana pasada cuando el presidente Trump tomó la repentina decisión de obtener el apoyo de los Estados Unidos.

De acuerdo con la oficina de Barzani, el estadounidense había expresado su preocupación por el destino de los kurdos en Siria, incluyendo al grupo de combatientes liderados por los kurdos conocido como las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF), quienes han sido las tropas terrestres en la lucha contra ISIS y reciben ayuda de asesores estadounidenses, armas y ataques aéreos.

 

Con información de CBS News / Foto: Twitter

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, planea retirar de Afganistán a unos 7,000 militares, la mitad de los 14 mil que tiene desplegados en ese país, según informaron hoy medios estadounidenses.

Trump tomó esta determinación al mismo tiempo que la anunciada este miércoles de retirarse de Siria, según fuentes del Pentágono.

La decisión se ventila poco después de que se supiera la dimisión del hasta ahora jefe del Pentágono, el general James Mattis, por desacuerdos con Trump.

Trump prometió en campaña replegar al máximo las tropas estadounidenses en el exterior, aunque hasta ahora Mattis y otros asesores le había convencido de mantener o incluso ampliar la presencia en algunos países. El repliegue de la mitad del contingente en Afganistán se ve como un primer paso en el cumplimiento de esa promesa de reducir al máximo la presencia militar estadounidense, aunque muchos alertan de que puede aumentar el caos en el país.

Las tropas estadounidenses en Afganistán dejaron de combatir en 2014 y están dedicadas actualmente a entrenar y orientar a las fuerzas afganas, así como a labores de contra el terrorismo de Al Qaeda y el Estado Islámico.

Este domingo, aviones de combate iraquíes lanzaron un nuevo ataque aéreo contra posiciones del grupo extremista Estado Islámico dentro de Siria, informó la oficina del primer ministro de Irak, Haider al-Abadi.

“Bajo las órdenes de al-Abadi, los héroes de la Fuerza Aérea del Ejército iraquí atacaron posiciones de los cabecillas del EI en la aldea siria de al-Deshisha, cercana a la frontera iraquí”, precisó el gobierno en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter.

Esta nueva fase de ataques aéreos, la segunda en menos de un mes, contra los yihadistas en Siria se produjo con el objetivo de impedir un eventual ingreso de los extremistas a suelo iraquí.

De acuerdo con el vocero del Mando de Operaciones Conjuntas de las Fuerzas Armadas de Irak, el general de brigada, Yahya Rasul, el objetivo de la operación aérea fueron las sedes de reunión de los líderes y los comandantes más importantes del grupo terrorista.

Asimismo, afirmó que esta operación llevada a cabo en coordinación con el gobierno sirio, continuará hasta la eliminación total de la amenaza terrorista que proviene de Siria.

El presidente ruso Vladimir Putin se dijo dispuesto a reunirse con su homólogo estadounidense Donald Trump, según informó su ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, aunque precisó que ese encuentro no se está preparando actualmente.

“El presidente Putin está dispuesto a una reunión de ese tipo”, declaró Lavrov en en una entrevista con la agencia de prensa rusa Ria Novosti, al ser preguntado sobre la posibilidad de que ambos jefes de Estado puedan encontrarse. “Partimos del principio de que el presidente estadounidense, en una conversación telefónica, envió una invitación y declaró que estaría feliz de ver a Putin en La Casa Blanca, y luego volver a verlo en una visita recíproca”, añadió.

La invitación de Trump a Putin llegó en marzo durante una conversación telefónica, pero esta no se ha concretado desde entonces, en un contexto de tensiones relacionadas con el caso del envenenamiento del exespía ruso Serguéi Skripal en el Reino Unido y con el presunto ataque químico en Duma, Siria, que los occidentales imputan al régimen de Bashar Al Asad.

Por otro lado, refiriéndose a Corea del Norte, Lavrov afirmó que una desnuclearización de la península coreana requeriría “un largo proceso de negociaciones” y que Pyongyang querrá tener garantías de seguridad. Además, manifestó la satisfacción del Kremlin por el “diálogo intercoreano” y el futuro encuentro entre el líder norcoreano Kim Jong Un y Trump, deseando que “la reunión sea un éxito”.

 

Con información de AFP / Foto: Archivo APO