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El escenario presidencial del Partido Demócrata, que contaba con más de media decena de candidatos hace una semana, se transformó en una competencia de dos: el exvicepresidente Joe Biden, de 77 años, y el senador Bernie Sanders, de 78.

Con Biden y Sanders, los demócratas tienen dos opciones muy distintas para elegir la clase de candidato que querrán presentar en noviembre.

Sanders, un socialdemócrata que cuenta con una enérgica coalición en el margen izquierdo de su partido para librar su batalla, iniciado hace décadas, por transformar los sistemas político y económico del país. Biden, un veterano político de la corriente tradicional del partido en Washington, defiende una estrategia más pragmática en temas clave como salud pública y cambio climático.

Un reanimado Biden se anotó victorias desde Texas hasta Massachusetts en las primarias celebradas ayer, en el llamado supermartes, revitalizando una candidatura presidencial que estaba al borde del desastre apenas unos días antes, pero Sanders se llevó el premio mayor con una victoria en California que aseguró que continuará la lucha por la nominación presidencial de los demócratas en el futuro inmediato.

Podrían pasar todavía semanas o meses hasta que el partido se incline por uno de ellos para enfrentar al presidente Donald Trump, pero el nuevo tono de la campaña empezó a tomar forma en las declaraciones que cruzaron el martes por la noche desde extremos opuestos del país.

“La gente habla de una revolución. Hemos iniciado un movimiento”, dijo Biden en los Ángeles, apropiándose de una de las frases características de Sanders. Y sin citarlo directamente, Sanders atacó a Biden en su discurso en Burlington, Vermont. “No puedes derrotar a Trump con la misma vieja política de siempre”, declaró Sanders, enumerando una lista de diferencias con Biden en temas como seguridad social, comercio y fuerzas armadas. “Esto se convertirá en un choque de ideas”.

A través de su cuenta de Twitter, Trump dijo esta mañana que el supermartes demócrata fue “una tormenta perfecta” y reiteró su viejo argumento de que el Partido Demócrata se movilizará para evitar que Sanders gane la nominación.

Las victorias de Biden fueron impulsadas por votantes demócratas que optaron por él apenas pocos días antes de emitir su voto, en una ola de impulso tardío que agitó la contienda interna en cuestión de horas. En algunos estados, los demócratas de decisión tardía constituyeron aproximadamente la mitad de todos los votantes.

Biden obtuvo el apoyo de una amplia coalición de moderados y conservadores, demócratas de raza negra y votantes mayores de 45 años. Por su parte, Sanders demostró que podía triunfar en la que quizá fue la mayor prueba de su larga carrera política. Sus victorias se debían a una base de progresistas, jóvenes y latinos, pero no logró ganar terreno entre mayores y graduados universitarios, que suponen una parte importante de los votantes demócratas.

Los otros dos aspirantes, el multimillonario neoyorquino Mike Bloomberg y la senadora de Massachusetts Elizabeth Warren, vieron muy reducidas sus opciones. Bloomberg incluso anunció el retiro de su candidatura dados los malos resultados que obtuvo.

Warren terminó en un bochornoso tercer puesto en su estado, mientras que Bloomberg logró una sola victoria: el territorio estadounidense de Samoa.

El balance del supermartes: Biden ganando al menos nueve estados y Sanders tres, planteó dudas sobre si las primarias demócratas se extenderían hasta la convención de julio o se decidiría mucho antes.

Gráfica: NYT

Joe Biden se impuso en Virginia, Carolina del Norte y Alabama, en tanto Bernie Sanders se alzó con el estado de Vermont, según las primeras proyecciones de los medios estadounidenses tras el cierre de los primeros centros de votación del “supermartes”, un día clave de la interna demócrata.

Millones de estadounidenses se pronuncian en la fecha más importante del calendario de la campaña para elegir al rival del presidente republicano Donald Trump en las elecciones de noviembre, una jornada en la que votan estados muy poblados como California, Texas y Carolina del Norte.

Este “supermartes” asigna 1,357 delegados a la convención demócrata de julio, un tercio del total. Se necesitan al menos 1,991 delegados para obtener la candidatura presidencial del partido.

Biden llega revitalizado a esta votación luego de ganar el sábado en Carolina del Sur con un importante margen, y tras haber sumado el lunes los apoyos de los exaspirantes Pete Buttigieg, Amy Klobuchar y Beto O’Rourke, consolidando el aval de los moderados del partido, que temen que Sanders esté demasiado a la izquierda para ganarle a Trump.

Sanders, que busca conservar el liderato tras imponerse en New Hampshire y Nevada y terminar casi empatado en Iowa, ganó en el estado de Vermont, su estado natal, sumando 16 delegados.

Para Sanders, que se describe como “socialista democrático”, la fórmula para derrotar a Trump es congregar “la mayor participación de votantes en la historia” del país. Su campaña capta buena parte del voto latino, tiene gran movilización y ha logrado una recaudación récord a base de contribuciones de particulares.

Una de las incógnitas de la jornada es el desempeño que logrará Bloomberg, el multimillonario exalcalde de Nueva York de 78 años, que debuta en las primarias este “supermartes”, tras gastar 500 millones de su fortuna personal y posicionarse como tercero en discordia.

En cuarto lugar aparece la senadora progresista Elizabeth Warren, de 70 años, que intenta reavivar su campaña tras magros resultados. Muy por detrás figura la congresista de Hawái Tulsi Gabbard, de 38 años, sin expectativa de despuntar.

Los estados del “supermartes” congregan el 40% de la población del país, y California es la joya de la corona al otorgar 415 delegados, seguido de Texas, con 228, y Carolina del Norte, con 110, los tres con una muy importante población hispana. También votan Alabama, Arkansas, Colorado, Maine, Massachusetts, Minnesota, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah, Vermont y Virginia.

EstadounIdenses de 14 estados votarán hoy en el llamado ‘supermartes’, un día más importante para el Partido Demócrata, ya que se definirá en gran medida, al que será el candidato que disputará La Casa Blanca contra Donald Trump.

Según analistas, llegan un Joe Biden reforzado por el respaldo de tres exprecandidatos y tras la victoria en las primarias de Carolina del Sur.

Amy Klobuchar, Pete Buttigieg y Beto O’Rourke decidieron apoyar la campaña del exvicepresidente de los Estados Unidos en Dallas, Indiana y Texas, en respuesta a los llamados centristas internos que han pedido unidad para evitar que el senador de Vermont, Bernie Sanders, se convierta en el candidato presidencial.

Sin embargo, en su estado natal, California, Texas, Virginia, Massachussetts, Colorado, Maine y Utah, Sanders lidera las preferencias, de acuerdo con NBC News.

Por su parte, Biden lidera las preferencias en Carolina del Norte, Tennessee, Alabama, Minnesota, Oklahoma, con una ligera ventaja porcentual. Arkansas es liderado por Mike Bloomberg.

De acuerdo con una encuesta realizada por Univisión, Latino Community y North Star Opinión, Sanders tiene el triple de apoyo entre los demócratas latinos que Biden, mientras que un 42% afirma que votará por él en contraste con el 15% que lo hará por Biden.

El objetivo final de las primarias es alcanzar el respaldo de mil 990 delegados; este martes se otorgarán mil 357 de ellos. California y Texas aportan la mayor cantidad, estados de fuerte población hispana y afrodescendiente.

A las 23:00 horas cerrará la última casilla y los resultados deberían presentarse horas después. En los cuatro primeros comicios primarios, Elizabeth Warren, la cuarta candidata, no ha mostrado un buen desempeño, pues solo ganó ocho delegados el 3 de febrero en Iowa.

La salida del joven precandidato moderado Pete Buttigieg en la carrera por la nominación presidencial demócrata cambió este domingo el panorama para los contendientes, al reforzar las posibilidades de Joe Biden en su disputa con Bernie Sanders, ubicado más a la izquierda.

Esta situación se produce dos días antes de las primarias del supermartes, cuando los demócratas sean llamados a votar en 14 estados.

Joe Biden, exvicepresidente de Barack Obama, ya había recobrado las esperanzas el sábado gracias a su gran victoria en Carolina del Sur.

Buttigieg, de 38 años, primer político abiertamente homosexual en la competencia por la nominación de un partido mayoritario, anunció la noche de ayer su retiro de las primarias para designar al demócrata que se enfrentará a Donald Trump en noviembre.

“Nuestro objetivo siempre ha sido ayudar a unificar a los estadounidenses para derrotar a Donald Trump”, dijo a sus seguidores.

“Debemos reconocer que en este punto de la carrera, la mejor manera de mantener la fe en esos objetivos (…) es apartarse y ayudar a unir a nuestro partido y nuestro país”, añadió.

El exalcalde de la ciudad de South Bend, Indiana, se había posicionado como un moderado, advirtiendo contra los excesos del ala izquierda del partido encarnada por Bernie Sanders.

En la primera definición de Iowa a principios de febrero, había saltado a los primeros planos tras ganarle por poco a Sanders. Luego, logró el segundo lugar en New Hampshire, un excelente desempeño para alguien que hasta hace poco tiempo era un desconocido a escala nacional.

Su decisión de tirar la toalla se produce después de la severa derrota en Carolina del Sur, que dejó al desnudo sus dificultades para llegar al electorado negro, esencial para que un demócrata gane La Casa Blanca.

Como muchos, Donald Trump consideró que Joe Biden será el gran beneficiario de la partida de Buttigieg. “Todos sus votos del supermartes irán a Joe Biden, el dormilón”, tuiteó el mandatario recurriendo a uno de sus apodos burlones para nombrar a sus adversarios.

Impulsado por su clara victoria en las primarias de Carolina del Sur el sábado, Joe Biden se posicionó el domingo más que nunca como una alternativa a Bernie Sanders y cuestionó la capacidad de su rival demócrata para atraer votantes.

Después de decepcionar en las primeras tres elecciones de Iowa, New Hampshire y Nevada, el exvicepresidente finalmente logró detener la caída, obteniendo con casi la mitad de los votos emitidos (48.4%), más del doble de Bernie Sanders (19.9%), quien quedó segundo.

“Es un gran impulso para nosotros”, dijo Biden el domingo a la cadena CNN, poco más de 48 horas antes de las gigantescas primarias del supermartes.

Más de un tercio de los delegados (alrededor del 34%) que elegirán al candidato del partido en la convención demócrata a mediado de julio serán elegidos el martes.

“Marca el comienzo de un regreso”, dijo a Fox el candidato de 77 años, quien fue por mucho tiempo el favorito entre los demócratas, antes de ser superado en las últimas semanas por Sanders.

Con los otros aspirantes fuertemente rezagados, Biden se enfrenta el martes a un oponente que ha recaudado casi el doble de la cantidad por su equipo de campaña (134 millones de dólares contra 70 millones) y tiene una red innegable entre los demócratas.

Para amplificar su impulso, quien fuera senador de Delaware de 1973 a 2009 volvió a acusar a su principal competidor. Asegura que el programa de Sanders, que según él es demasiado izquierdista, corre el riesgo de espantar a una parte significativa de los electores.

“Será muy difícil mantener a la mayoría en la Cámara de Representantes y revocar el Senado”, que ahora tiene mayoría republicana, dijo Biden en entrevista con la cadena ABC.

Mal posicionado en muchos de los principales estados en juego este martes, incluidos California y Texas, Biden intenta proyectarse más allá de las primarias demócratas.

Ha presentado su capacidad de lograr atraer votantes en los estados que oscilan entre los dos partidos principales, como Georgia o Florida.

“Para vencer a Trump, vamos a necesitar la mayor participación en la historia de este país”, dijo Bernie Sanders, a ABC. “Y no creo que sea factible si no tienes un mensaje que resuene entre las clases trabajadoras y medias”.

Su oponente, el exvicepresidente de 77 años dijo que “la gente no quiere una revolución”, refiriéndose a las radicales propuestas de Sanders. “Quiere resultados”.

Superado en fondos y colaboradores por Sanders, Biden también ve como una amenaza a Michael Bloomberg, que ya ha gastado más de 500 millones de dólares en publicidad de campaña, una cifra nunca antes vista, y que se medirá por primera vez en las urnas el martes.

“El Partido Demócrata quiere un demócrata”, dijo. “Ni socialista, ni exrepublicano. Un demócrata, para ser su candidato y unir al país de la manera en la que lo he hecho a lo largo de mi carrera”, agregó.