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El Departamento de Estado del gobierno de los Estados Unidos publicó este jueves una lista de 55 funcionarios y exfuncionarios centroamericanos a los que señala por corrupción, entre los que destacan el expresidente hondureño Porfirio “Pepe” Lobo y su esposa, la exprimera dama Rosa Elena Bonilla de Lobo.

“La corrupción corroe la confianza pública; obstaculiza la gobernanza eficaz; distorsiona los mercados y el acceso equitativo a los servicios; socava los esfuerzos de desarrollo; contribuye a la fragilidad nacional, el extremismo y la migración; y proporciona a los líderes autoritarios un medio para socavar las democracias en todo el mundo. Cuando los líderes roban a los ciudadanos de sus naciones u oligarcas desobedecen el estado de derecho, el crecimiento económico se desacelera, la desigualdad aumenta y la confianza en el gobierno se desploma “, señaló la dependencia.

El listado incluye a personas que, según Estados Unidos, son sospechosas de corrupción o de socavar la democracia en El Salvador, Guatemala y Honduras, países que conforman el llamado Triángulo Norte de Centroamérica y en los que la Administración del presidente Joe Biden ha centrado su estrategia para frenar la inmigración irregular hacia el país.

El registro de los nombres fue difundido en cumplimiento de la “Ley de Compromiso Mejorada entre Estados Unidos y el Triángulo del Norte”, aprobada en diciembre pasado y promovida por el ahora excongresista demócrata Eliot Engel.

Dicha norma establece la creación de una “lista Engel” de actores corruptos y antidemocráticos a quienes se les negará la entrada a EUA y que no podrán obtener visados para viajar a ese país.

En total, el reporte incluye a 55 funcionarios acusados de corrupción: 14 de El Salvador, 20 de Guatemala y 21 de Honduras.

En el caso de Honduras, EE.UU. acusa a “Pepe” Lobo de haber aceptado sobornos de un cartel del narcotráfico y asegura que su esposa malversó fondos. Además, el Departamento de Estado señala por corrupción a los diputados Juan Carlos Valenzuela Molina, Welsy Milena Vásquez López, Milton Jesús Puerto Oseguera, Gustavo Albert Pérez, Óscar Nájera y Gladys Aurora López, entre otros.

En el informe, no aparece el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, al que la Fiscalía de Nueva York vincula con actividades de narcotráfico.

Con respecto a El Salvador, el informe acusa a la jefa del Gabinete del presidente Nayib Bukele, Carolina Recinos, de haber incurrido en una “corrupción significativa mediante la malversación de fondos públicos para beneficio personal” y asegura que también participó en un esquema de lavado de dinero.

La “lista negra” también incluye a Rogelio Rivas, separado del cargo de ministro de Seguridad a mediados de marzo pasado.

De igual forma son mencionados José Luis Merino, quien fue viceministro de Relaciones Exteriores, exguerrillero y uno de los principales líderes del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), y Sigfrido Reyes, expresidente de la Asamblea Legislativa por el FMLN y procesado actualmente bajo cargos de corrupción.

Por otro lado, en lo relativo a Guatemala, el informe menciona al congresista Boris Roberto España Cáceres y al exprimer secretario del Congreso de Guatemala Felipe Alejos Lorenzana, quien ya fue sancionado por EUA y al que ahora se le acusa de “haber participado en actos de corrupción para enriquecerse a sí mismo”.

La “lista negra” incluye los nombres de Gustavo Adolfo Alejos Cámbara, exjefe de gabinete del presidente Álvaro Colom y del excandidato presidencial Mario Amílcar Estrada, condenado por narcotráfico a 15 años de prisión en febrero de este año por una corte de Nueva York.

En un comunicado, el secretario de Estado de EUA, Antony Blinken, explicó que el objetivo de la lista publicada hoy es “apoyar al pueblo de Guatemala, Honduras y El Salvador en sus esfuerzos para formar una región democrática, próspera y segura”.

Y es que el presidente Joe Biden se ha propuesto combatir la corrupción e impulsar programas de desarrollo en los países del Triángulo Norte como parte de su estrategia para frenar la inmigración irregular.

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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, encargó a la vicepresidenta Kamala Harris la gestión de los esfuerzos diplomáticos del país relacionados con México y los países del Triángulo Norte de América Central para frenar la migración en la frontera sur, esto ante la creciente llegada de migrantes y las críticas que ha ocasionado a la respuesta que el gobierno ha dado.

“No puedo pensar en nadie más calificado”, afirmó Biden a los periodistas en una reunión en La Casa Blanca junto a Harris y los jefes del Departamento de Seguridad Interior (DHS), Alejandro Mayorkas, y del Departamento de Salud, Xavier Becerra.

El mandatario afirmó que le encargó a Harris “una dura tarea”, refiriéndose al aumento de la llegada de migrantes indocumentados, sobre todo niños no acompañados, a la frontera sur. “Cuando ella habla, habla por mí”, dijo Biden sobre su vicepresidenta.

Esta es la primera misión específica que Biden encarga a Harris, percibida como parte de una generación más joven del Partido Demócrata, y quien siempre lo escolta en sus comparecencias desde que entraron en funciones el 20 de enero pasado.

Este miércoles, La Casa Blanca envió una delegación de congresistas a la frontera con México para a visitar un centro para migrantes en Carrizo Springs, en Texas.

Harris reconoció que Estados Unidos necesita aumentar la capacidad de procesar las demandas de asilo y de acoger a los migrantes, principalmente personas de América Central que huyen de la pobreza, la violencia y los desastres naturales.

“Es un gran problema”, dijo en una entrevista con la cadena CBS, en la que también afirmó que el gobierno heredó una estructura muy maltrecha de la anterior administración, que además defendió una política muy agresiva contra la inmigración irregular.

El gobierno de Biden revirtió las grandes líneas que marcaron la estrategia migratoria de Donald Trump, como la política de obligar a los demandantes de asilo a esperar en México a que se resuelva su caso. Sin embargo, toda la cadena de mando del actual Ejecutivo ha reiterado el mensaje de que no es el momento de inmigrar y de que la frontera está cerrada.

La promesa de Biden de mantener una política migratoria más humana se ha complicado con el aumento de la llegada de personas, que pone una fuerte presión en la frontera, aunque el gobierno se niegue a catalogar la situación como una “crisis”.

“Hay niños que se presentan en nuestra frontera que huyen de la violencia, que huyen de la persecución, de situaciones terribles, pero no es una crisis”, insistió esta semana la portavoz de La Casa Blanca, Jen Psaki.

El titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard, informó esta mañana que ayer se inició la comunicación con los países del Triángulo del Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador), respecto al tema migratorio.

“Ya se instaló la mesa de trabajo con los tres países y desde luego estaremos trabajando con ellos los temas propiamente migratorios, pero también lo que tiene que ver con la acción inmediata del Plan de Desarrollo Integral para Centroamérica”, señaló el canciller.

Adelantó que será este miércoles cuando hable personalmente con los mandatarios, pues las agendas de los tres permitieron que las conversaciones fueran hasta hoy.

Detalló que hasta ahora la comunicación había sido con los embajadores de dichos países, con quienes mantenían una sesión cada semana, lo cual ahora será una mesa permanente para atender lo que llamó la “emergencia” de la migración.

Ebrard apuntó que lo que se ha hablado con los países tiene que ver principalmente con el tema de protección a los migrantes y con la gestión fronteriza.

“Tenemos que ver muchos detalles y trabajar de la mano con ellos, y hemos encontrado una buena recepción”, dijo el titular de Relaciones Exteriores.

Y es que recordemos que la tarde de ayer, el vicepresidente de El Salvador, Félix Ulloa, criticó a México por establecer un pacto migratorio con Estados Unidos sin la participación de los países del Triángulo Norte.

Lamentó que México haya negociado de manera bilateral asegurando que los países de Centroamérica estaban de acuerdo, cuando “prácticamente” han sido tomados como una moneda de cambio en las negociaciones.

El vicepresidente de El Salvador, Félix Ulloa, criticó este martes a México por establecer un pacto migratorio con Estados Unidos sin la participación de los países del Triángulo Norte, integrado por El Salvador, Guatemala y Honduras.

Ulloa expuso que el acuerdo “va a tener consecuencias, no solo de carácter humanitario, sino a nivel de política regional”.

Señaló que las consecuencias de carácter político serán “responsabilidad de nuestros Estados, porque hasta el momento los Gobiernos de Guatemala, Honduras y El Salvador no hemos fijado una posición con relación a las pláticas y las negociaciones entre México y Estados Unidos”.

Lamentó que México haya negociado de manera bilateral; además de que denunció que nuestro país ha planteado que Centroamérica está de acuerdo, cuando “prácticamente” son una moneda de cambio en estas negociaciones.

El vicepresidente apuntó que, tras el acuerdo, las autoridades de EUA “solo nos van a venir a contar lo que ya acordaron y nos van a venir a explicar cuáles son esas medidas a implementar”.

Ulloa dijo que México, como nación soberana, tiene todo el derecho de establecer sus propias políticas en el tema, porque también es un país expulsor de migrantes, aunque ahora se le cuestiona, condiciona y se le presiona como un país de tránsito debido a que la expulsión de migrantes “viene de nuestros países”, remató el funcionario.