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El expresidente Donald Trump criticó la decisión del gobierno de Joe Biden de permitir la suspensión de forma cautelar de la vacunación con el fármaco desarrollado por la farmacéutica Johnson & Johnson contra la COVID-19.

El gobierno de Biden “hizo un flaco favor a la gente de todo el mundo” al permitir que los CDC y la FDA hicieran una “pausa” en el uso de la vacuna de Johnson & Johnson, cuyos resultados “han sido extraordinarios”, señaló hoy Trump en un comunicado.

El expresidente republicano aprovechó la pausa cautelar de la aplicación de la vacuna de J&J para levantar sospechas sobre los motivos de la suspensión.

“Tal vez todo esto se hizo por motivos políticos o tal vez sea por amor de la FDA a Pfizer (otra vacuna)”, dijo el exmandatario, y añadió que fue este organismo, “trabajando con Pfizer”, el que “anunció la aprobación de la vacuna dos días después de las elecciones presidenciales de 2020”.

“¡Vuelva a poner la vacuna de Johnson & Johnson en la línea rápidamente. La única forma de derrotar al virus de China es con nuestras excelentes vacunas!”, apuntó.

Y es que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) y la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) recomendaron “una pausa” en el uso de la citada vacuna por “cautela”, después de haberse detectado 6 casos de un tipo de coágulo sanguíneo “raro y grave” entre las más de 6.8 millones de dosis administradas.

El anuncio de la FDA y los CDC significa que todos los canales de salud federales (lugares de vacunación masiva, centros de salud comunitarios y similares) que administraban anteriormente la vacuna de Johnson & Johnson tendrán que detener el proceso por el momento.

La de J&J no ha sido la única vacuna cuya administración se ha suspendido en el mundo, ya que varios países también han detenido el uso del suero de AstraZeneca después de detectar casos de trombos.

Expertos han señalado que la de Johnson & Johnson es como una vacuna tradicional: más fácil de distribuir y de almacenar que las basadas en ARN mensajero, como las de Pfizer y Moderna. Al igual que la de AstraZeneca, usó una tecnología sobre la que los científicos llevan trabajando desde hace décadas: un virus denominado adenovirus.

Los adenovirus son virus comunes que provocan enfermedades como el resfriado o la gripe.

La vacuna de J&J utiliza un adenovirus desactivado que manda instrucciones al cuerpo de la persona vacunada para combatir la COVID-19. Este virus no tiene nada que ver con el coronavirus y no se puede replicar ni causar una infección viral en el vacunado.

La vacuna de J&J toma las instrucciones genéticas del virus para construir proteínas en pico, pero, a diferencia de los preparados de Pfizer y de Moderna, que almacenan esos datos genéticos en ARN monocatenario, es decir, de cadena sencilla, este suero usa ADN bicatenario (de doble cadena).

Los ensayos clínicos dieron un eficacia de la vacuna de J&J del 66% en la prevención de la enfermedad moderada o grave en la Fase 3 de una prueba clínica en EUA y del 85 % en los casos más graves.

Janssen Pharmaceutica, una división de Johnson & Johnson con sede en Bélgica, desarrolló la vacuna en colaboración con el israelí Beth Israel Deaconess Medical Center.

Las agencias federales de salud de los Estados Unidos recomendaron este martes suspender el uso de la vacuna contra el COVID-19 de la farmacéutica Johnson & Johnson, luego de que seis personas sufrieran un raro trastorno relacionado con coágulos sanguíneos.

La decisión se produce una semana después de que reguladores europeos dijeron que habían encontrado un posible vínculo entre la vacuna de AstraZeneca y casos de coágulos sanguíneos que han provocado un número reducido de muertes.

La vacuna de dosis única de Johnson & Johnson, y la fórmula de bajo costo de AstraZeneca han sido consideradas como herramientas vitales para combatir la pandemia que ha causado la muerte a más de 3 millones de personas en el mundo.

Sin embargo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) anunciaron que sostendrán una reunión de asesoramiento mañana para revisar los casos vinculados a la vacuna de J&J. La Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) estudiará dicho análisis.

Las seis personas que recibieron la vacuna de J&J, y que se encuentran bajo investigación, son mujeres de entre 18 y 48 años y los síntomas se presentaron entre seis y 13 días después de haber sido vacunadas con dicho fármaco.

En estos casos, se detectó un tipo de coágulo sanguíneo llamado trombosis de seno venoso cerebral (CVST) que se sumó a bajos niveles de plaquetas en sangre.

Los CDC y la FDA de Estados Unidos afirmaron que los casos adversos parecen ser extremadamente raros en este momento.

J&J dijo que estaba trabajando de cerca con los reguladores y destacó que no se había establecido una relación causal evidente entre estos episodios y la vacuna contra el COVID-19 fabricada por su unidad Janssen.

Un reporte del New York Times, que citó a funcionarios locales, dijo que una mujer falleció y una segunda en Nebraska está hospitalizada en condición grave, aunque por ahora no hay información oficial y confirmada.

Hasta el ayer 12 de abril, se habían administrado más de 6.8 millones de dosis de la vacuna de Johnson & Johnson en Estados Unidos.

La medida recomendada por autoridades estadounidenses ocurre menos de una semana después de que el regulador europeo de los medicamentos dijera que estaba revisando raros casos de coágulos de sangre en cuatro personas de Estados Unidos que recibieron la vacuna.

La pausa en el uso de la vacuna de J&J “no tendrá un impacto significativo” en inmunización en Estados Unidos, dijo brevemente La Casa Blanca.