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Donald Trump, favorito para hacerse con la candidatura presidencial republicana, ha dejado claro que, de regresar a la Casa Blanca, su política migratoria irá más allá del famoso muro fronterizo que lo catapultó a la presidencia en 2016.

En sus mítines de campaña, ha adoptado una fuerte retórica antimigratoria, llegando a afirmar que los extranjeros “envenenan” la sangre de Estados Unidos, y ha mencionado planes que van desde deportaciones masivas hasta la construcción de centros gigantes para detener a migrantes indocumentados.

Trump ha prometido repetidamente en sus eventos de campaña que, si regresa a la Presidencia, llevará a cabo la “mayor operación de deportación” en la historia de Estados Unidos.

Para hacerlo, el Gobierno federal pediría ayuda a los reservistas de la Guardia Nacional, detalló Stephen Miller, el principal ideólogo de las propuestas xenófobas de Trump, hace solo tres días durante la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), la gran cita de la derecha estadounidense.

Según Miller, Trump desplegaría a las Fuerzas Armadas en la frontera para negar la entrada a aquellos que necesiten solicitar asilo y deportaría automáticamente al interior de México a quienes intenten cruzar.

Trump ha citado como ejemplo de este tipo de deportaciones la conocida como ‘Operación Wetback’, ejecutada en 1954 por el entonces presidente Dwight D. Eisenhower y que resultó en la deportación de más de un millón de personas, en su mayoría mexicanos.

Para ejecutar esa gigantesca operación, la campaña de Trump ha dejado entrever sus planes para construir grandes centros para detener a los migrantes y después expulsarlos de Estados Unidos.

La idea sería establecer instalaciones “a gran escala” donde los migrantes aguardarían para ser deportados con vuelos de expulsión programados de manera continua, explicó en la conferencia CPAC Stephen Miller, quien previamente asesoró a Trump durante su mandato y que podría volver a la Casa Blanca.

Sin embargo, la legalidad de estos centros podría ser cuestionada en los tribunales, como ya ocurrió con algunos de los planes más radicales de Trump cuando estaba en la Casa Blanca.

Anticipándose a esos desafíos legales, Trump ha prometido invocar una sección de las leyes de extranjería y sedición aprobadas por el Congreso en 1789, que otorgan al presidente un mayor poder para deportar y detener a individuos que no son ciudadanos estadounidenses en tiempos de guerra.

Esa ley fue utilizada durante la Segunda Guerra Mundial por el presidente Franklin D. Roosevelt para establecer centros de internamiento donde fueron detenidos miles de migrantes japoneses y sus descendientes nacidos en Estados Unidos.

La campaña de Trump no ha especificado cuántos migrantes serían objeto de estas políticas. Sin embargo, se estima que actualmente 11 millones de inmigrantes indocumentados viven en Estados Unidos.

Trump tampoco ha descartado la posibilidad de volver a separar a las familias de migrantes que llegan a la frontera, una política que ya implementó durante su tiempo en la Casa Blanca.

Durante una intervención el año pasado en CNN, Trump admitió que la idea de separar familias “suena dura”, pero luego añadió: “Cuando les dices a las familias que si vienen las vamos a separar, ellos no vienen. Y no podemos permitirnos tener más”.

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS), encargado de migración, ha reconocido que se separaron a 4,227 niños de sus familias durante la Administración de Trump.

Tras la llegada al poder del presidente Joe Biden, en enero de 2021, se creó un grupo de trabajo para abordar esta cuestión y, según un informe del DHS de noviembre de 2023, ya se han logrado reunir a 3,147 niños con sus padres.

La campaña de reelección de Biden ha levantado la voz sobre las políticas de Trump y las ha calificado de “racistas, antiestadounidenses e ineficaces”.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, anunció este miércoles un fuerte aumento del gasto militar, tras las amenazas de Donald Trump a los países con pendientes en sus contribuciones en caso de volver a la presidencia de Estados Unidos.

“Este año, espero que 18 aliados gasten el 2% del PIB en defensa. Se trata de otra cifra récord y es seis veces más que en 2014, cuando sólo tres aliados cumplieron el objetivo”, dijo.

El anuncio de Stoltenberg sobre al número de países de la OTAN que alcanzarían la meta en gastos militares es una respuesta a la amenaza de Donald Trump de no defender a los países en mora caso resulte reelecto presidente.

Y es que el pasado fin de semana, durante un mitin de campaña, el expresidente estadounidense, otra vez aspirante a la Casa Blanca, sugirió ademas que impulsará a Rusia a “hacer lo que le dé la gana” con ellos.

De acuerdo con Stoltenberg, “estamos logrando avances reales” porque los países de la alianza “están gastando más. Sin embargo, algunos países todavía tienen un camino por recorrer”.

La lista de los 18 países que cumplirían este año con la meta de gastos militares no fue divulgada. En 2023, eran 11 los países que alcanzaron el objetivo.

Para el ministro de Defensa de Alemania, Boris Pistorius, los miembros de la OTAN no deberían perder tiempo en especular sobre quién será el candidato presidencial de los Republicanos en Estados Unidos, sino en “hacer nuestra tarea”.

En 2023, los países de la OTAN decidieron convertir el 2% en un piso mínimo, y no un objetivo máximo.

Las declaraciones de Trump generaron una verdadera conmoción a nivel global, e importantes líderes criticaron públicamente esa postura. Durante su gestión como presidente, Trump criticó abiertamente a los aliados de la OTAN por resistirse a aumentar el gasto en materia de Defensa.

En el escenario de la guerra en Ucrania, varios países del bloque hay aumentado sus inversiones militares, pero Estados Unidos aún carga con la mayor parte del gasto combinado de defensa.

Más allá de las amenazas a los países en mora, lo que más preocupó a los aliados es la sugerencia de que, desde la Casa Blanca, Trump permitiría que Rusia haga “lo que le de la gana” con los países deudores.

En un mensaje inusualmente duro en X, Stoltenberg afirmó que la sugerencia de que los países de la OTAN no se defenderían entre sí “socava la seguridad” de todos, incluyendo la de estados Unidos.

La controversia pone de relieve la dependencia de la OTAN de los gastos militares estadounidenses, y sugiere la discusión sobre si los países europeos: 29 de los 31 integrantes de la alianza militar, tienen realmente una alternativa.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, bromeó este lunes sobre su memoria y declaró que recuerda haber estado activo en política “durante un tiempo”, tras la polémica que generó el informe de un fiscal que puso en cuestión su estado cognitivo.

“Aunque sé que no lo parezco, he estado aquí durante un tiempo, y sí, lo recuerdo”, dijo el mandatario en un evento, mientras hacía un recuento sobre algunas de las políticas medioambientales que ha llevado a cabo en los últimos años.

El presidente, de 81 años, participó en un acto organizado por la Asociación Nacional de Condados, en el que ofreció un discurso y donde bromeó, queriendo calmar los ánimos tras la polémica desatada durante los últimos días.

Y es que recordemos que el fiscal especial Robert Hur presentó el jueves de la semana pasada un informe sobre el manejo de documentos clasificados y, aunque decidió no presentar cargos en su contra, sí hizo duros comentarios sobre la “memoria significativamente limitada” del presidente Biden durante los interrogatorios que se le hicieron en 2023.

En una rueda de prensa improvisada ese mismo día desde la Casa Blanca, Biden señaló, en tono visiblemente enfadado, que su memoria se encuentra en buenas condiciones, consciente de que el factor de su edad y sus lapsus en público podrían lastrar su reelección en los comicios presidenciales de noviembre.

“Tengo buenas intenciones, y soy un hombre mayor, y sé qué demonios estoy haciendo”, dijo Biden ante la pregunta de un periodista de Fox News al respecto.

Biden ha sido objeto de investigación desde que hace un año se encontraron en su domicilio de Delaware y en una oficina privada documentos clasificados de la época en la que fue vicepresidente de Barack Obama.

Los documentos fueron encontrados por los abogados de Biden en noviembre y diciembre de 2022, y entregados inmediatamente a los Archivos Nacionales, el organismo que tiene que resguardarlos, tras lo cual el Departamento de Justicia abrió una investigación.

El expresidente Donald Trump, precandidato a la nominación presidencial republicana, también fue investigado por retener documentos oficiales en su mansión de Florida y fue imputado de 40 cargos ya que durante meses, a diferencia de Biden, se negó a entregarlos.

Todo lo que gira alrededor de Taylor Swift se convierte en tendencia en redes sociales. Esta vez, comenzó a circular un video en el que habría respaldado a Donald Trump rumbo a la elección presidencial de los Estados Unidos.

Sin embargo, la cantante no posó en la alfombra roja de los Grammy con el letrero en favor del aspirante republicano, a pesar de lo que afirman muchos usuarios afines al expresidente lo han viralizado en redes.

Perfiles de Facebook, Instagram y X comparten un video de Taylor Swift aparentemente sosteniendo un cartel rojo con la frase en inglés: “Trump won. Democrats cheated!”; en español: “Trump ganó. Los demócratas hicieron trampa”, en referencia a las elecciones de 2020 en las que el actual presidente, Joe Biden, resultó ganador.

El contenido se viralizó después de la ceremonia de los Grammy el domingo pasado, donde Swift se convirtió en la primera artista en ganar cuatro veces el premio al álbum del año.

Agencias internacionales como Efe han corroborado lo sucedido. La secuencia viral está manipulada con un letrero en favor a Trump y unas manos que lo sostienen, sobrepuestos en la grabación original donde Taylor Swift posa en la alfombra roja de los Grammy con unos largos guantes negros que no muestran sus manos, como demuestra un análisis con fuentes abiertas y varios rastreos en internet.

Un análisis con lupa con la herramienta Forensically muestra que los dedos no tienen formas normales y las manos parecen insertadas en la imagen, al igual que el letrero rojo con letras azules y blancas.

Por otro lado, una búsqueda inversa de imágenes en Google con los fotogramas clave del video conduce a varias publicaciones en TikTok con la misma secuencia de la cantante en la alfombra roja. Sin embargo, en realidad lleva puestos unos guantes negros largos, y en ningún momento se le ve con un letrero.

Siguiendo la marca de agua en la parte superior derecha de las imágenes virales, al explorar la cuenta de X de la revista Variety, es posible encontrar el video original, publicado el pasado 4 de febrero. En la grabación de 24 segundos se ve a Swift posando frente a las cámaras con un vestido blanco y unos guantes negros largos arriba del codo, y solamente levanta una vez un brazo a la altura de la cintura. No lleva ningún cartel, lo que prueba que se trata de un montaje.

Por otro lado, una búsqueda en Google con las palabras clave “Taylor Swift Trump” no encuentra registros oficiales de que la cantante haya hecho algún pronunciamiento político en los Grammy.

No es la primera vez que Swift es blanco de imágenes manipuladas y acusaciones falsas de haber llamado al voto o apoyado a cierto partido o candidato en varios países. En septiembre pasado una imagen manipulada de la cantante con una playera con el logo de Morena durante su última gira en México se viralizó, misma que resultó ser falsa.

Los Republicanos tienen un tema que es un garbanzo de a libra para ellos de cara a la elección presidencial de noviembre 8: el migratorio. Es un garbanzo de a libra porque es el gran problema que le interesa de manera especialmente importante al electorado y en el que este partido goza de una ventaja de 30 puntos sobre los demócratas en la opinión pública cuando se les pregunta cuál partido es el que mejor puede manejar el tema.

La migración es el gran pendiente por resolver. Y en éste logran mayor aceptación los Republicanos sobre los Demócratas. El discurso que pueden y están utilizando para echarle gasolina a una hoguera de por sí encendida es ideal para estos tiempos de odio hacia lo extranjero: ¡Paren la invasión! Es lo que ha dicho Trump y lo que los republicanos, que están a los pies del expresidente, no paran de repetir.

Ahora que Trump ha ganado las primarias de Nuevo Hampshire y los caucuses de Iowa es prácticamente seguro que los estadounidenses verán una repetición de Trump vs. Biden en su elección presidencial. Con ello el banderazo de salida de las campañas generales se ha dado. Y tanto Biden como Trump han adoptado el discurso de dureza y firmeza para decir que quieren arreglar el caos de un sistema migratorio roto.

La realidad es que ninguno está pensando en arreglar nada. Los Demócratas saben que deben empujar políticas más severas y menos humanitarias hacia los migrantes pero entienden que los Republicanos ahora mismo se van a negar a aprobarles nada con tal de seguir utilizando a la migración como herramienta de golpeteo al gobierno de Biden. Las campañas políticas estarán por encima de cualquier tipo de acuerdo bipartidista.

Atrás ha quedado el Biden humanista que quería demostrar que era diferente a Trump en materia migratoria. Ahora tenemos a un presidente demócrata hablando de cerrar la frontera porque sabe que si quiere reelegirse, tiene que demostrar que puede arreglarla. El presidente ya no está escuchando a quienes en su partido y en su gobierno abogan por políticas que respeten los Derechos Humanos y honren el sentido de Estados Unidos como un país de migrantes. En pocas palabras, Biden se han endurecido en el tema migratorio.

Del lado de Trump ya sabemos que hay: gritos que señalan a México como culpable de la invasión a Estados Unidos. Y conocemos sus tácticas intimidatorias que prometen desde ya que, si regresa a La Casa Blanca, podría hasta invadir México con tal de arreglar la frontera.

¿Qué significa esto para México? Que sin quererlo ni pedirlo, formaremos parte de las campañas políticas estadounidenses. Y lo haremos por las razones equivocadas. Porque representamos un problema para Estados Unidos. Así que más nos vale irnos preparado para una temporada muy turbulenta que puede convertirse en huracán categoría 5 si llega a reelegirse Trump.

¿Se estarán preparando para ello en Palacio Nacional?

Columna completa en El Universal

La junta electoral de Illinois descartó expulsar al expresidente Donald Trump de las primarias que se celebrarán en el estado del próximo 19 de marzo, a la espera de que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre el futuro del republicano.

Los ocho miembros del organismo desestimaron un caso que pedía descalificar a Trump por su presunta implicación en el asalto al Capitolio de 2021.

La junta electoral de Illinois, cuya decisión puede ser recurrida en tribunales, argumentó que no tiene competencias para pronunciarse sobre la constitucionalidad de la candidatura del republicano.

Esta noticia se dio a conocer cuando faltan pocos días para que el Tribunal Supremo de Estados Unidos escuche, el próximo 8 de febrero, los argumentos en el caso por el que Trump fue expulsado de las primarias en Colorado y Maine.

La decisión que el alto tribunal, de mayoría conservadora, adopte sobre ese asunto marcará jurisprudencia en todo el país.

En el fondo del asunto hay todo un debate jurídico sobre si la Enmienda 14 de la Constitución inhabilita al magnate neoyorquino para ejercer cargos públicos después de haber sido imputado por su vinculación en la “insurrección” del asalto al Capitolio.

Esa enmienda fue aprobada en 1868, después de la guerra civil en Estados Unidos, con el objetivo de evitar pudieran volver al poder los alzados sureños de la Confederación que habían jurado la Constitución y luego la traicionaron.

El 19 de diciembre del año pasado, en un fallo sin precedentes en la historia de Estados Unidos, el Tribunal Supremo de Colorado expulsó a Trump de las primarias en el estado por su papel en el ataque al Capitolio, una decisión que también adoptaron las autoridades de Maine el 28 de diciembre.

El equipo legal de Trump apeló a estas medidas y el Supremo de Estados Unidos admitió a trámite el caso de Colorado el pasado 5 de enero.

Y es que recordemos que en el sistema electoral estadounidense, los estados son los encargados de organizar las elecciones, con sus propias leyes y reglas, por lo que la decisión del Supremo impondrá un único criterio en todo el país.

Trump, que ya ha ganado las primarias en Iowa y en Nuevo Hampshire, es el indiscutible favorito a la nominación republicana para batirse el próximo noviembre en las elecciones con el actual mandatario, Joe Biden.

Donald Trump repitió triunfo la noche de ayer en las primarias republicanas de New Hampshire, derrotando a Nikki Haley, lo que allana su camino en busca de regresar a la Casa Blanca, y perfilándose a enfrentar de nueva cuenta en las urnas al actual presidente, Joe Biden.

El margen de victoria de Trump rondaba los 11 puntos sobre su única rival, Nikki Haley, quien a pesar del resultado, prometió seguir en la contienda.

Haley, de 52 años, felicitó a Trump por su victoria, pero afirmó que “la carrera está lejos de haber terminado”. Advirtió a los republicanos de que convertir a Trump en candidato es una “victoria para Biden” el 5 de noviembre.

“Esta carrera está lejos de haber terminado. Quedan docenas de estados. Y el próximo es mi querido estado de Carolina del Sur”, dijo la noche de ayer. “Soy una luchadora y ahora somos los últimos en pie junto a Donald Trump”, añadió.

Por su parte, en un discurso, el magnate de 77 años volvió a burlarse de su rival, instándola a retirarse. “Vamos a ganar fácilmente”, dijo acerca de cuando la contienda de primarias llegue a su estado natal, Carolina del Sur.

También arremetió contra su posible contrincante en noviembre diciendo que, como presidente, es el “peor de la historia” de Estados Unidos, “un país en decadencia”.

Trump quiere vengarse de Biden desde su derrota electoral en noviembre de 2020, que nunca ha reconocido. Su determinación es tal que no le detendrán los cuatro juicios penales y varias demandas civiles que pesan contra él.

En un comunicado, Biden advirtió que la democracia y las libertades individuales están “en juego”, dando por seguro que Trump “será el candidato republicano”. Su equipo de campaña también da por segur un nuevo duelo Trump-Biden.

Los resultados confirman que su movimiento MAGA “ha completado su toma de control” sobre el Partido Republicano, afirmó el equipo demócrata en un comunicado usando el acrónimo del lema trumpista “Make America Great Again”.

New Hampshire representaba sólo 22 delegados de un total de 1,215 que nominarán oficialmente al candidato republicano en julio en Milwaukee. Pero en comparación con estados más conservadores, es revelador para tomar el pulso nacional y de las próximas primarias, dado que los votantes no afiliados están autorizados a votar en las primarias tanto del partido republicano como del demócrata.

Los demócratas también celebraron primarias ayer en New Hampshire, las cuales ganó Biden, de 81 años, a pesar de que su nombre no figuraba en las papeletas por desacuerdos con la rama local del partido. Como consecuencia no se otorgarán delegados, lo que convierte la elección en algo meramente simbólico en el proceso general de nominación que concluirá en agosto.

La siguiente parada del calendario electoral es Carolina del Sur, donde se celebrarán las primarias el próximo 24 de febrero.

Pese a que ha defendido y pedido la no intervención, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) parece no conducirse de la misma forma. Sus declaraciones de los últimos días han revelado que está interviniendo en el proceso electoral de Estados Unidos.

Esta mañana, afirmó que la declinación del gobernador de Florida, Ron DeSantis, de la carrera por la nominación presidencial republicana en Estados Unidos, se debió a su campaña antiinmigrante.

“DeSantis podría haber levantado el vuelo, pero se metió en una campaña antiinmigrante pensando que eso iba a ayudar y se desplomó, se fue en picada”, expresó AMLO.

López Obrador lanzó también una indirecta al gobernador de Texas, Greg Abbott, pues dijo que “ojalá” tome nota de lo que le pasó a DeSantis en sus aspiraciones presidenciales, en especial por las declaraciones y medidas antiinmigrantes que ha impuesto en su estado, fronterizo con México.

Pero, cuestionado sobre su opinión acerca de la posibilidad de que Trump resulte electo otra vez como presidente de los Estados Unidos, López Obrador pidió esperar, pues dijo, “están en las campañas”.

Sin embargo, reafirmó que tanto con Trump como con el actual presidente estadounidense, Joe Biden, el país ha tenido “buenas relaciones”. Afirmó que durante la Administración de Trump hubo “muy pocos problemas”.

“Diría yo, (hubo) uno y lo resolvimos, pero en general hubo respeto”, dijo al destacar que en ese periodo se firmó el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que “está ayudando mucho” a la economía de nuestro país.

En cuanto a Biden, reiteró que es el único presidente de Estados Unidos que en los últimos tiempos no construido más muro fronterizo, además de que es el primero en abrir una vía para que los migrantes lleguen legalmente a aquel país.

“Eso no existía, claro muchas veces es rebasada la cantidad de solicitantes y se satura la frontera, pero existe esa opción, esa posibilidad de que un hermano colombiano, cubano, venezolano, panañemo, guatemalteco, hondureño pueda hacer una solicitud, llenar unos requisitos y tener una visa, eso no existía”, aseveró.

Incluso dijo que según una encuesta que vio, de la cual no dio mayores detalles y el vocero de la Presidencia no encontró, Trump y Biden están “parejos”. “El presidente Biden, con el expresidente Trump. La última que vi de Morgan, ¿la tienes ahí?, es un punto que tiene arriba el presidente Biden”, dijo.

Las relaciones entre Estados Unidos y México afrontan un importante reto este 2024, pues coincidirán las elecciones presidenciales de ambos países, con la migración, el narcotráfico  y la seguridad como temas clave.

López Obrador intentó matizar sus dichos asegurando que “no podemos meternos en eso. Nada más para información general, no es para presumir, para tirar aceite, pero la mañanera la ven muchos y se enteran de cómo están las cosas, no sólo en México, sino también afuera”.

Donald Trump y su exembajadora ante la ONU Nikki Haley se enfrentan este martes en las primarias republicanas de New Hampshire, que según procesos anteriores, podría decidir el resto de la carrera por la Casa Blanca.

Ayer por la noche, durante un mitin en Laconia, Trump se mostró muy confiado en que ganará esta etapa de las primarias. “Ahora quedan dos personas, y creo que una se irá probablemente mañana y la otra se irá en noviembre”, cuando se celebrarán las presidenciales, dijo. “Pero ahora es el momento de que el Partido Republicano se una”, añadió.

Trump aventaja a Haley por casi 20 puntos en las encuestas para esta segunda primaria.

La salida de la carrera el pasado fin de semana del gobernador de Florida, Ron DeSantis, considerado tiempo atrás como el principal rival de Trump, redujo la batalla a un duelo, que se anuncia muy desigual. Trump cuenta con una base de seguidores fieles y ganó las primarias de Iowa con una enorme ventaja sobre DeSantis (segundo) y Haley (tercera).

Si arrasa en New Hampshire, sería muy difícil que la exgobernadora de Carolina del Sur pueda recuperarse.

El camino de Trump, de 77 años, para ser designado candidato de los republicanos frente al demócrata Joe Biden en las elecciones presidenciales de noviembre podría quedar despejado con los resultados de esta noche.

Pero si Haley, de 52 años, reduce la distancia o gana en este estado donde los votantes no afiliados pueden participar, entonces quedaría bien posicionada para la próxima votación a finales de febrero en su estado de Carolina del Sur.

Trump presume de encuestas en su red social Truth Social y volvió a referirse a su rival por el apodo que le puso: “cabeza hueca”. Este fin de semana, también afirmó que “ella no era lo suficientemente dura (…), lo suficientemente inteligente (…), lo suficientemente respetada”.

Aunque Trump no ha parado de acosarlo, DeSantis llamó a los conservadores a votar por él. “Para mí está claro que la mayoría de los votantes de las primarias republicanas quiere darle a Donald Trump otra oportunidad”, dijo al anunciar el fin de su campaña.

New Hampshire representa sólo 22 delegados de un total de 1,215 que nominarán oficialmente al candidato republicano en julio en Milwaukee. Pero en comparación con estados más conservadores, es revelador para tomar el pulso nacional y de las próximas primarias.

Trump, procesado en varios casos, incluido uno por presuntamente haber intentado alterar los resultados de las elecciones de 2020, alternará los próximos meses entre tribunales y los mítines.

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, anunció ayer la suspensión de su campaña por la nominación presidencial republicana, y dijo que apoyará al expresidente Donald Trump, favorito de la contienda.

En un video publicado en X, DeSantis indicó que después de haber quedado en segundo lugar la semana pasada en los caucus de Iowa, no podía “pedir” a sus partidarios “que ofrezcan voluntariamente su tiempo y donen sus recursos” sin un “camino claro hacia la victoria”. “En consecuencia, hoy suspendo mi campaña”, sostuvo.

Su retirada de la contienda se produce a menos de dos días de las primarias de New Hampshire, donde las encuestas lo situaban muy por detrás del expresidente Trump y de la exembajadora ante la ONU Nikki Haley.

Precisamente la retirada de DeSantis, tras meses de debilitamiento de sus apoyos, deja solo a Haley, con pocos votos, entre Trump y la nominación como candidato del Partido Republicano a las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre.

“Para mí está claro que la mayoría de los votantes de las primarias republicanas quieren darle otra oportunidad a Donald Trump”, expuso DeSantis en la grabación, señalando que ha tenido diferencias con el expresidente, sobre todo por la pandemia del coronavirus.

Trump “tiene mi respaldo porque no podemos volver a la vieja guardia republicana de antaño o a una forma reenvasada de corporativismo recalentado que representa Nikki Haley”, señaló.

El expresidente, inmerso en varios procesos legales en su contra, arrasó el pasado martes en Iowa, donde un 51% de los votantes republicanos lo eligieron frente a DeSantis, que solo obtuvo un 21%, y a Haley, con un 19%.

La campaña de Trump dijo en un comunicado el domingo que estaba “honrado” por el respaldo de DeSantis, y llamó a los republicanos a unirse en torno a él, desestimando a Haley como “la candidata de los globalistas y los demócratas”.

En su propia nota, Haley advirtió que Estados Unidos “no es un país de coronaciones”. “Hasta ahora, solo un estado ha votado. La mitad de sus votos fueron para Donald Trump, y la otra mitad no (…). Los votantes merecen opinar sobre si vamos por el camino de Trump y Biden otra vez, o si vamos por un nuevo camino conservador”, dijo.

Muchos republicanos habían depositado sus esperanzas en DeSantis, que con solo 45 años era acogido por algunos como una estrella emergente de la derecha.

Pero su candidatura, anunciada a finales de mayo, tuvo dificultades para establecerse como una amenaza para Trump, de 77 años. Este fin de semana ya había cancelado todas sus entrevistas televisivas, apuntando a la que sería su decisión.

DeSantis, un antiguo oficial de la Marina criticado por su falta de carisma, fue elegido en 2018 gobernador en Florida tras recibir el respaldo de Trump. Desde entonces, se distanció con frecuencia del exmandatario y ganó notoriedad por una serie de posturas de extrema derecha en educación, inmigración y temas LGBT.

DeSantis aparece casi a diario en los medios de comunicación nacionales para enzarzarse en guerras culturales contra políticos, empresas y profesores “progresistas” a los que acusa de imponer su ideología a los estadounidenses.

Sus iniciativas más llamativas han incluido permitir a los floridanos llevar armas ocultas sin permiso e imponer una de las leyes sobre el aborto más restrictivas del país. También se unió a los gobernadores de otros estados republicanos en el envío de migrantes a ciudades demócratas del norte y el este de Estados Unidos.

Además de las declaraciones de su equipo de campaña, Donald Trump dejó atrás meses de críticas y burlas a Ron DeSantis, Llamó la atención que, en su mitin de campaña de ayer en Nueva Hampshire, Trump elogió a DeSantis sin referirse a él como “DeSantimonius” o “DeSanctus”, poniéndole así fin a la que quizá fue la más enconada rivalidad de la campaña republicana de 2024.

“Sólo quiero agradecerle a Ron y felicitarlo por hacer un muy buen trabajo”, manifestó Trump al inicio de sus declaraciones. “Fue muy amable, y me dio su respaldo. Lo agradezco, y también estoy ansioso de trabajar con Ron”. Trump dijo que DeSantis era “una persona realmente magnífica”.

Donald Trump afirmó este jueves que el presidente de Estados Unidos debería gozar de una “inmunidad total” contra un procesamiento penal incluso si sus acciones “cruzan la línea” roja.

El favorito para la nominación republicana de cara a las elecciones presidenciales de noviembre próximo se enfrenta a 91 cargos penales en cuatro casos que incluyen el presunto intento de alterar los resultados electorales de 2020 y de apropiarse de documentos secretos cuando se fue de la Casa Blanca.

En una publicación subida a sus redes sociales, Trump argumentó que como presidente tenía inmunidad total ante el procesamiento e instó a la Corte Suprema a fallar en su favor.

“INCLUSO LOS HECHOS QUE ‘CRUZAN LA LNEA’ DEBEN RECAER BAJO INMUNIDAD TOTAL, O SER AÑOS DE TRAUMA TRATANDO DE DETERMINAR EL BIEN DEL MAL”, señaló Trump en su red Truth Social, fiel a su estilo de escribir en mayúsculas.

Trump sugirió que los presidentes estadounidenses necesitan inmunidad para poder tomar decisiones difíciles.

El republicano comparó la situación con la de las fuerzas de seguridad, que deben seguir trabajando a pesar de “‘policías canallas’ ocasionales”. “A veces”, escribió Trump, “hay que vivir con un ‘genial pero ligeramente imperfecto'”.

En su opinión, la Corte Suprema, que se inclinó a la derecha desde que él nombró a tres nuevos jueces durante su mandato, tomará una “decisión fácil”, si tiene que dirimir sobre el caso.

Y es que un tribunal federal de apelaciones de Washington examina actualmente un recurso de Trump pidiendo inmunidad en un procesamiento por su presunto papel en el intento de alterar el resultado de las elecciones de 2020, en las que perdió frente al demócrata Joe Biden.

Si los magistrados rechazan la apelación de Trump, como anticipan la mayoría de los expertos legales, es probable que el caso llegue ante la Suprema Corte .

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) aseguró que “no se puede cerrar” la frontera de Estados Unidos con México, esto después de que Donald Trump prometiera hacerlo si obtiene el triunfo en la elección presidencial de su país.

“Es parte de las campañas en Estados Unidos, se expresan muchas cosas en las campañas para tratar de ganar votos, sin embargo, no se pueden cerrar las fronteras entre México y Estados Unidos, no se pueden cerrar las fronteras, porque es fundamental la integración económica, social”, expresó López Obrador.

El mandatario reaccionó a la victoria de Trump, quien arrasó ayer con más del 50% de los votos en los caucus de Iowa, donde en su discurso triunfal advirtió que una de sus primeras acciones de Gobierno será cerrar la frontera con México.

“Vamos a sellar la frontera. Tenemos una invasión, una invasión de millones y millones de personas que están viniendo a nuestro país”, manifestó el aspirante a la candidatura republicana.

Pese a la creciente retórica antiinmigrante y antimexicana de Trump, López Obrador aseveró que no tiene problemas con él, al recordar que su único desencuentro fue a mediados de 2019, cuando Trump impuso aranceles a México para exigir el freno a la inmigración indocumentada.

“No hay realmente problema con el presidente Trump, solo tuvimos una diferencia en cuanto al manejo de la frontera por establecer o pretender establecer de manera unilateral aranceles, impuestos, a mercancías mexicanas que se introducen a Estados Unidos”, señaló.

El presidente aseguró que “es indispensable la buena vecindad” porque “imagínense cerrar las fronteras un día, lo que significa de pérdida para las empresas estadounidenses y mexicanas”.

La presión se ha elevado tras la histórica migración irregular en diciembre, con un promedio de más de 10,000 personas diarias que llegaron a la frontera de Estados Unidos y México, según ha reconocido López Obrador.

Pero el mandatario lo atribuyó a las elecciones presidenciales, que este año coincidirán en Estados Unidos y México.

“Todo esto tiene que ver con las campañas, ayer hubo elecciones, están celebrándose elecciones en los partidos, cuando menos he visto resultados de las internas en el Partido Republicano y va arriba el presidente Trump, le va ganando a (Ron) DeSantis, que también tiene un discurso antiinmigrante porque de esa manera piensan que obtienen votos”, remató.

Donald Trump se afianzó este lunes como el gran favorito de los republicanos para las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos con una victoria contundente en las primarias de Iowa, anunciada apenas media hora después del comienzo de la votación.

El magnate de 77 años, sobre el que pesan cuatro imputaciones penales, aventaja por mucho a sus principales rivales: Ron DeSantis y Nikki Haley, según los resultados definitivos.

Con el 100% de los votos escrutados, Trump se alzó con la victoria en los caucus, obteniendo un 51% de los votos, una diferencia de casi 30 puntos respecto al segundo lugar, ocupado por el gobernador de Florida con el 21.2%, seguido por la tercera posición de la exembajadora de EUA ante la ONU, Nikki Haley quien consiguió el 19.1%.

Trump da así un paso más hacia un probable duelo con el presidente demócrata saliente Joe Biden.

“Creo que ha llegado el momento de que todos, de que nuestro país se una (…). Ya sean republicanos, demócratas, liberales o conservadores”, afirmó el expresidente ante sus simpatizantes congregados en medio de un ambiente festivo en Des Moines, capital de este estado del medio-oeste del país.

Sin embargo, pese a su llamado de “unidad”, resumió su programa electoral, en el cual prometió perforar más pozos petroleros y “cerrar la frontera” con México.

Y es que recordemos que la inmigración es uno de los temas que más preocupa a los republicanos y uno de los predilectos de Trump, quien afirma que los migrantes “envenenan la sangre” del país y amenaza con llevar a cabo “la mayor operación interna de expulsión” si regresa a la Casa Blanca.

En un mensaje en la red social X, Biden reconoció que la victoria en Iowa convierte a Trump en el “claro favorito” de los republicanos “en este momento”.

El gobernador de Florida Ron DeSantis, un conservador con posiciones duras sobre la inmigración o el aborto, apostó todo por Iowa, recorriendo en los últimos meses cada uno de los 99 condados. Celebró su buen resultado, agradeciendo a sus simpatizantes por su apoyo cuando “todos estaban en contra”. Los medios de comunicación “escribieron nuestro obituario hace unos meses”, les dijo.

La exembajadora ante la ONU Nikki Haley, la única mujer en la carrera y muy apreciada por los círculos empresariales, quedó tercera con un 19%, pero no se consideró derrotada y pronosticó que le iría mejor en otras primarias.

En cuarto lugar se situó Vivek Ramaswamy con aproximadamente el 7%, aunque anunció que dejaba la contienda, y llamó a votar por Donald Trump.

A pesar de una fuerte nevada, los votantes salieron a los centros de reunión en Iowa para el “caucus” o asamblea electoral.

Después de una oración y el tradicional juramento de lealtad a la bandera estadounidense, los representantes de los candidatos pronunciaron un discurso y después los participantes plasmaron en una hoja de papel su elección, y se colocaron en los espacios dispuestos para cada grupo.

A partir de la próxima semana el calendario de las primarias llevará a los candidatos a New Hampshire. Seguirán en los demás estados hasta junio. En julio, durante la convención nacional se nominará oficialmente al candidato presidencial republicano.

Donald Trump quiere amarrar la nominación antes de que comiencen sus juicios, algunos de los cuales le exponen a penas de cárcel. El republicano vivirá un año fuera de lo común en todos los sentidos, con idas y venidas en los tribunales.

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo este martes, tras asistir a una audiencia en un tribunal de Washington, que los demócratas van a tratar de ganarle las próximas elecciones presidenciales por la vía judicial.

“Creo que ellos sienten que esta es la forma en la que van a tratar de ganar”, afirmó Trump en una declaración a periodistas después de salir del tribunal. “Es algo muy triste lo que ha sucedido con toda esta situación. Cuando hablan de amenaza a la democracia, esto es una amenaza real a la democracia”, añadió.

En la audiencia, celebrada en el tribunal federal de apelaciones de Washington, los abogados de Trump defendieron que su cliente tiene inmunidad presidencial por los hechos del asalto al Capitolio de 2021.

Trump asistió a la audiencia, convocada a menos de una semana de los caucus de Iowa, que abren el calendario electoral en Estados Unidos, pese a no ser requerida su presencia y a que no iba a poder hablar.

En su declaración posterior ante los medios, el expresidente repitió uno de los argumentos de sus abogados: rechazar su petición de inmunidad y permitir que el caso penal siga adelante abriría una “caja de Pandora” contra los mandatarios.

“Siento que, como presidente, hay que tener inmunidad. Muy simple”, dijo. Advirtió que procesar a un expresidente corre el riesgo de provocar un “caos” en Estados Unidos.

Los argumentos de Trump fueron recibidos con escepticismo por el panel de tres juezas que deberán tomar la decisión y que tuvieron que escuchar como la defensa afirmaba que incluso un asesinato político estaría bajo la inmunidad presidencial.

El caso sobre la inmunidad está ahora en la corte de apelaciones porque en diciembre, la jueza que lleva el caso penal, Tanya Chutkan, rechazó la petición de Trump para archivar el caso. Es probable que, una vez que la corte de apelaciones emita su fallo, el caso termine en el Tribunal Supremo de Estados Unidos.

El expresidente busca así evitar el juicio por el que está acusado de varios delitos, el más grave el de conspiración para obstruir un procedimiento oficial, que podrían acarrearle un máximo de 55 años de cárcel.

Es una de las cuatro causas penales que Trump tiene abiertas a 10 meses de las elecciones presidenciales. El inicio del juicio está previsto para el 4 de marzo de 2024 en la capital federal, coincidiendo de pleno con el proceso de elecciones primarias, en el que Trump parte como favorito.

El expresidente Donald Trump adelantó que, si la Justicia certifica que no tiene inmunidad frente a las acusaciones por el asalto al Capitolio de hace tres años, tampoco el actual mandatario, Joe Biden, debería gozar de una protección especial, por lo que ha sugerido que si vuelve a la Casa Blanca tras las elecciones de noviembre promoverá su imputación.

Trump ha confirmado en su red social, Truth Social, que tiene previsto acudir mañana martes a la audiencia que tiene lugar en un tribunal de apelaciones de Washington sobre la cuestión de la inmunidad, algo a lo que considera que “por supuesto” tiene derecho.

Asimismo, ha señalado que se estaba limitando a investigar un posible “fraude electoral” en los comicios de noviembre de 2020: “Era mi obligación hacerlo”.

“Si no me conceden la inmunidad, el corrupto Joe Biden tampoco la tiene”, señaló, aludiendo como potenciales motivos de imputación la “invasión” en la frontera con México, la abrupta salida militar de Afganistán y la presunta malversación de millones de dólares.

“Al utilizar el Departamento de Justicia contra su rival político, Joe ha abierto una caja de Pandora gigante”, ha advertido el magnate, que acumula todo tipo de frentes judiciales pero sigue siendo el favorito en las primarias del Partido Republicano para las próximas elecciones.

El imperio empresarial de Donald Trump recibió al menos 7.8 millones de dólares de gobiernos extranjeros durante sus años como presidente de Estados Unidos, según un informe del Congreso revelado por los demócratas.

China, Qatar o Arabia Saudí serían algunos de los países que, según el informe hecho público este jueves, hicieron pagos a la organización Trump, que el magnate dejó en manos de sus hijos Donald Jr. y Eric cuando llegó a la Casa Blanca.

Según el informe, también habría recibido dinero de Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, la India, Filipinas, Malasia, Turquía, la República Democrática del Congo, Albania y Kosovo.

En el caso de China, habría hecho pagos de hasta 5.5 millones de dólares a través de alquileres en la Torre Trump de Nueva York o de estadías en los hoteles del magnate en Las Vegas y Washington.

Trump abrió su hotel en Washington en 2016 y durante su mandato en la Casa Blanca se convirtió en un lugar clave de toma de decisiones en la capital federal. Lo vendió en 2022, una vez había abandonado el poder.

Los demócratas autores del informe acusan a Trump de haber violado una clausula constitucional que prohíbe al presidente sacar provecho de gobiernos extranjeros sin la aprobación del Congreso.

Además, señalan que los 7.8 millones de dólares seguramente sean sólo una parte de lo obtenido por Trump, ya que la investigación quedó interrumpida cuando los republicanos se hicieron con el control del Congreso hace un año.

“Es cierto que 7.8 millones de dólares son casi con certeza solo una fracción de la cosecha de dinero estatal extranjero ilegal de Trump, pero esta cifra en sí misma es un escándalo”, afirmó el representante Jamie Raskin, el demócrata de más alto rango en el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes.

Este comité es, precisamente, uno de los que lidera las pesquisas de juicio político contra el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, por supuesto tráfico de influencias con gobiernos extranjeros para beneficiar a familiares.

Los republicanos aseguran que la familia Biden, especialmente su hijo Hunter, recibió más de 15 millones de dólares de empresas y gobiernos extranjeros de Ucrania, Rusia, Kazajistán, Rumanía y China entre 2014 y 2019. Sus socios habrían recibido otros 9 millones de dólares.