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El presidente Recep Tayyip Erdogan pidió este viernes la aprobación del Parlamento turco a la solicitud de adhesión de Finlandia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), una decisión aplaudida de inmediato por la Alianza transatlántica.

«Hemos decidido iniciar en nuestro Parlamento el proceso de adhesión de Finlandia a la OTAN», informó Erdogan tras recibir en Ankara al presidente finlandés, Sauli Niinistö.

De los 30 miembros de la Alianza transatlántica, 28 ya aprobaron el pedido de integración del país nórdico. Solo faltan Turquía y Hungría, que indicó ayer que someterá la cuestión al voto legislativo el próximo 27 de marzo.

La OTAN aceptó en junio las candidaturas de Finlandia y Suecia, que pusieron así fin a décadas de no alineamiento militar, como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania.

Turquía había subordinado su aprobación a que los dos candidatos dieran garantías de que dejarían de ofrecer protección a militantes kurdos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), a los que acusa de «terroristas».

Sin embargo, Erdogan sigue bloqueando la adhesión de Suecia, aunque reconoció que Finlandia adoptó «medidas concretas» en los últimos meses para satisfacer sus exigencias.

«Espero que (la ratificación) ocurrirá antes de las elecciones», afirmó Erdogan en una conferencia de prensa con su homólogo finlandés. Y es que las elecciones presidenciales y legislativas turcas están previstas para el 14 de mayo, aunque el Parlamento turco debe interrumpir sus trabajos un mes antes los comicios.

Finlandia, sometida a una neutralidad forzada por Moscú tras su enfrentamiento con la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial, comparte 1,340 km de frontera con Rusia.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien celebró el anuncio de Erdogan, consideró que «lo más importante es que Finlandia y Suecia se conviertan rápidamente en miembros completos de la OTAN», aunque no que se adhieran exactamente al mismo tiempo.

La situación es más delicada para Suecia, que se enfrenta aun a las objeciones turcas. «No hubo ninguna medida positiva tomada por Suecia en lo que respecta la lista de terroristas», señaló Erdogan, aludiendo a las más de 120 extradiciones solicitadas oficialmente por Turquía.

El ministro sueco de Relaciones Exteriores, Tobias Billström, lamentó poco después que su país siga esperando la autorización de Turquía, y afirmó que Suecia era consciente de la posibilidad de que Finlandia la obtuviera antes.

Sin embargo, Billstrom dijo que  la decisión de Turquía de ratificar el protocolo de adhesión de Finlandia a la OTAN sin esperar a Estocolmo no era la opción deseada.

«Es un hecho que no queríamos pero para el que estábamos preparados», afirmó en conferencia de prensa, agregando que «no hay ningún peligro» a «corto plazo» de que Helsinki inicie su adhesión a la Alianza Atlántica antes que Estocolmo.

Respecto a las palabras que ha pronunciado el presidente de Turquía sobre el supuesto «incumplimiento» de las demandas de Ankara, Billstrom ha asegurado que Suecia ha seguido el acuerdo y no tenía intención de hacer «ni más ni menos» de lo que se establece en sus pautas.

«Suecia ha hecho lo que se esperaba que hiciéramos y lo que asumimos en relación con la firma del memorándum trilateral», sostuvo ante las palabras de Erdogan.

El presidente turco Recep Tayyip Erdogan anunció este miércoles que su gobierno mantiene su plan de realizar elecciones un mes antes de lo planeado a pesar del sismo que sacudió el sur del país el mes pasado.

En un discurso a legisladores de su partido, Erdogan reclamó a quienes critican el manejo que su gobierno le ha dado al sismo y sostuvo que el pueblo le responderá a esos críticos el 14 de mayo, la fecha que el partido había fijado tentativamente para las elecciones antes del sismo.

Recordemos que el terremoto del 6 de febrero y las réplicas sucesivas han dejado un saldo de 50,000 personas sin vida, tanto en Turquía como en Siria, aunque la mayormente se registra en Turquía.

Cerca de 204,000 edificios colapsaron o quedaron seriamente dañados en Turquía, dejando sin hogar a cientos de miles de personas.

Las autoridades afirman que 14 millones de personas fueron afectadas por el sismo, y que millones han abandonado la zona o han sido evacuadas.

Erdogan no ofreció información sobre cómo se realizarán las elecciones en la zona del sismo, ni si se le permitirá a los sobrevivientes votar en sus nuevas localidades. El mandatario, que está en el poder desde 2003, busca su tercer período presidencial consecutivo.

Las elecciones, que tienen que realizarse antes del 18 de junio, llegan en un momento difícil para Erdogan, cuya popularidad ha caído pronunciadamente debido a la alta inflación de su país.

Además, Erdogan ha admitido que hubo fallas en la respuesta inicial al sismo, aunque las atribuyó al mal clima y a los daños que el terremoto causó a las carreteras e infraestructura aledaña.

Hoy, Erdogan reiteró su promesa de reconstruir más de 400,000 viviendas en un periodo de un año.

«Vamos a despejar los escombros, vamos a sanar las heridas. Construiremos sobre la destrucción y mejoraremos las vidas de nuestro pueblo», afirmó.

Erdogan anunció además que el viernes se reunirá una comisión especial de reconstrucción para asegurar que las nuevas construcciones cumplan con los códigos establecidos. Y es que según expertos, gran parte de la destrucción causada por el sismo se debe al incumplimiento de los códigos de construcción.

Más de 100 personas han sido detenidas este lunes en la capital de Turquía, Estambul, durante unas manifestaciones en protesta por la respuesta del gobierno a los terremotos registrados el pasad 6 de febrero, que han dejado más de 50,000 muertos en territorio turco y sirio.

Más de 160,000 edificios con 520,000 apartamentos se derrumbaron o sufrieron graves daños en Turquía por la catástrofe, la peor de la historia moderna del país.

La protesta, organizada por la Confederación de Sindicatos Progresistas de Turquía (DISK) y la Confederación de Sindicatos de Empleados Públicos (KESK), se llevó a cabo con la intención de denunciar los recientes «informes de corrupción» a raíz de la ayuda humanitaria.

La prensa local ha informado que el secretario general de la DISK, Fahrettin Engin Erdogan, se encuentra entre los más de 100 detenidos.

«La represión violenta de una manifestación sindical pacífica en Turquía es completamente inaceptable», señaló la secretaria de la Confederación Europea de Sindicatos en un comunicado, Esther Lynch, refiriéndose como «represión» a la respuesta a la protesta pacífica.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha pedido este mismo lunes perdón a la población de la provincia de Adiyaman, en el sureste del país, por el retraso registrado en la entrega de ayuda tras los terremotos del 6 de febrero.

La movilización se registró cuando un sismo sacudió el sureste de Turquía, dejando un muerto, 69 heridos y el derrumbe de 29 edificios, según las autoridades turcas. La última réplica, con una magnitud de 5.6 y una profundidad de 6.15 km.

Yunus Sezer, jefe de la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias de Turquía (AFAD), declaró en una rueda de prensa que se habían desplegado equipos de búsqueda y rescate en cinco edificios.

Se han producido cuatro nuevos sismos en la región en las últimas tres semanas, así como 45 réplicas con magnitudes de entre cinco y seis, dijo el director general de terremotos y reducción de riesgos de la AFAD, Orhan Tatar.

Los sismos se han producido meses antes de las elecciones presidenciales y parlamentarias previstas para junio, que suponen el mayor desafío político para el presidente Tayyip Erdogan en sus dos décadas de gobierno.

Un nuevo sismo magnitud 6.4 sacudió este lunes la provincia turca de Hatay, una de las más afectadas por el terremoto del pasado 6 de febrero, que según datos oficiales ha dejado al menos 41,000 muertos.

El nuevo temblor, con epicentro en el distrito de Defne, al sur de la ciudad de Antioquía, tuvo lugar a las 17:04 hora local, según datos de AFAD, la agencia turca de emergencias; se sintió en países vecinos.

Las autoridades han advertido a la población que se mantengan alejados de la costa en la provincia de Hatay, ya que el nivel del agua podría subir medio metro tras el nuevo movimiento telúrico.

El Ayuntamiento de Defne informó que se produjo un apagón de electricidad y que toda la zona quedó a oscuras. En el transcurso de la tarde-noche se buscaba recuperar el servicio.

No se dispone aún de datos sobre posibles nuevos daños o víctimas, pero numerosos reporteros presentes en Antioquía, informaron de que el temblor provocó pánico entre los supervivientes, quienes se encuentran en tiendas de campaña.

Algunos medios reportan que al menos un edificio ya a medio colapsar se desplomó entero y estructuras de otros dañaron coches estacionados.

Ahmet Ovgun Ercan, un prestigioso geofísico de la Universidad Técnica de Estambul, aseguró a la emisora HalkTV que este sismo, al que calculó una duración de 17 segundos, es un fenómeno normal y anticipó que algunos edificios ya dañados se habrán desplomado.

Lütfü Savaş, alcalde de la localidad de Antakya, a unos 25 kilómetros del epicentro, también aseguró que varios edificios se han desplomado con personas en su interior.

Desde el sismo del pasado 6 de febrero, ninguno de los edificios en Antioquía es habitable, pero hay equipos de trabajo en los escombro que pueden haber sido atrapados por algún nuevo desplome.

Además, muchos supervivientes tienen el hábito de reunirse alrededor de fogatas ante los edificios derrumbados para ayudar en la identificación de cadáveres, lo que alertó que pudieran estar en riesgo ante algún nuevo derrumbe.

AFAD habla de una segunda réplica de magnitud 5.8 con epicentro en Samandag, al 18 kilómetros al sur de Defne.

Los rescatistas siguen sacando a más sobrevivientes de entre los escombros, a 11 días del terremoto que devastó zonas de Turquía y Siria, aunque los mismos equipos reconocen que las posibilidades de encontrar a más personas con vida se agotan.

La agencia turca de manejo de desastres actualizó el número de fallecidos en la tragedia en el país a 38,044 personas, lo que elevó la cifra total de decesos en los dos países hasta los 41,732.

Es probable que los muertos sigan aumentando a medida que los socorristas recuperen más cadáveres entre la devastación.

Sin embargo, de acuerdo a diversas proyecciones, el número final de muertos podría oscilar entre los 75,000 y 90,000.

El gobierno informó que al menos 84,000 estructuras, con más de 332,000 viviendas, fueron destruidas por el terremoto del pasado 6 de febrero o resultaron demasiado dañadas para ser usadas.

El martes, el presidente Recep Tayyip Erdogan afirmó que 2.2 millones de personas han abandonado la zona del desastre. De ellas, dijo, se han satisfecho las necesidades de vivienda de 1.6 millones, incluso unas 890,000 personas ubicadas en instalaciones públicas como dormitorios de estudiantes, y otras 50,000 en hoteles.

Al respecto, el gobierno anunció hoy que a partir de marzo se iniciará la reconstrucción en las zonas destrozadas.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) lanzó este jueves un llamado para reunir mil millones de dólares de ayuda para las víctimas en Turquía del terremoto que golpeó ese país y Siria la semana pasada y que ha dejado hasta ahora cerca de 40,000 muertos, según cifras oficiales.

«La financiación, que cubre un período de tres meses, ayudará a 5.2 millones de personas y permitirá a las organizaciones de asistencia aumentar rápidamente el apoyo vital a los esfuerzos liderados por el gobierno (de Turquía) por el terremoto más devastador del país en un siglo», indicó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

Guterres señaló que las necesidades son enormes, y dijo que ante el sufrimiento de la gente, «no hay tiempo que perder».

«Insto a la comunidad internacional a intensificar y financiar completamente este esfuerzo crítico en respuesta a uno de los mayores desastres naturales de nuestro tiempo», añadió Guterres.

Y es que el temblor de magnitud 7.8 del 6 de febrero dejó sin vida a poco más de 35,000 personas en el sureste de Turquía, y a varios miles más en Siria. Sin embargo, algunos expertos han señalado que la cifra podría ser cercana a los 90 mil, de acuerdo con proyecciones basadas en los edificios derrumbados y sus posibles habitantes.

Y es que cientos de miles de personas, incluidos niños y adultos mayores, no tienen acceso a refugios, alimentos, agua, calentadores y atención médica en un contexto de temperaturas bajo cero. Además, unos 47,000 edificios han sido destruidos o dañados en Turquía, lo que obligó a miles a ser alojados en refugios temporales.

«Turquía es el hogar del mayor número de refugiados del mundo y ha mostrado una inmensa generosidad con su vecina Siria durante años», insistió el jefe de la ONU. «Ahora es el momento de que el mundo apoye al pueblo de Turquía, como simplemente lo ha hecho con otros en busca de ayuda», finalizó Guterres.

El recuento oficial de muertos por los terremotos del pasado 6 de febrero en Turquía y Siria ha rebasado los 35 mil. Sin embargo, una empresa alemana de análisis de riesgos advierte de que el número final de muertos podría oscilar entre los 75,000 y 90,000.

Hasta ahora el peor terremoto del siglo XXI fue el que se produjo en la región china de Sichuan en mayo de 2008, que tuvo una magnitud de 8 y que dejó más de 90,000 muertos.

Aunque en Turquía y Siria la potencia de los sismos fue algo menor: 7.7 y 7.6, y la región tiene menos densidad de población que la provincia china, hubo otros elementos que elevaron la mortalidad.

La empresa de análisis de riesgo por catástrofes Risklayer, con sede en Karlsruhe, Alemania, vaticinó en un primer momento una cifra de fallecidos de más de 52,000, con un rango superior de sus cálculos superando incluso los 100,000.

La base del cálculo es un modelo que combina bases de datos globales con imágenes de drones y satélites para valorar la extensión de los daños.

Sin embargo, días más tarde, elevaron sus estimaciones debido a que los daños fueron mayores a los que inicialmente tuvieron en cuenta y a que el derrumbe completo de numerosos edificios de viviendas elevaba la cifra de fallecidos.

«La mayoría de las muertes habrían ocurrido en esos edificios de apartamentos de varios pisos», indicaron los expertos de Risklayer en redes sociales.

Los últimos análisis de la compañía sitúan el número de víctimas al mismo nivel que en Sichuan «lo que significa que, lamentablemente, es probable que haya entre 75,000 y 90,000 muertos».

Según datos oficiales, más de 11,000 edificios se vinieron abajo durante los terremotos, muchos de ellos eran bloques de apartamentos de varios pisos en los que los esfuerzos de rescate son muy complicados, ya que se necesita maquinara pesada.

Recordemos que los sismos se produjeron la madrugada del lunes, a las 04:17 hora local, cuando la mayoría de las personas dormían en sus casas, lo que dificultó que pudieran ponerse a salvo, un factor que, según los expertos, ha elevado mucho las víctimas.

A falta de estimaciones oficiales en Turquía de desaparecidos, no solo la firma alemana ha hecho sus proyecciones; algunos expertos locales han realizado cálculos propios que apuntan a que todavía quedan decenas de miles de muertos debajo de los escombros.

Ahmet Ovgun Ercan, un prestigioso geofísico de la Universidad Técnica de Estambul estimó que puede haber aún unos 155,000 cadáveres bajo las ruinas de los edificios.

Según Ercan, sus números salen de un cálculo matemático en el que tiene en cuenta el número de edificios derrumbados, la media de apartamentos en cada edificio y el número promedio de personas que habita cada vivienda.

Con esos datos llegó a la cifra de 264,000 personas atrapadas bajo las ruinas, a la que restó la cifra de muertos y la de 80,000 heridos. La estimación inicial parte de un cálculo basado en estadísticas que puede dar un gran margen de error.

En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con Moisés Soffer, rescatista de CADENA Internacional, sobre las labores de rescate y ayuda en Turquía y Siria.

El gobierno federal anunció que donó 6 millones de dólares, a través de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a las víctimas del terremoto en Siria, que también afectó a Turquía y en el que han muerto más de 35,000 personas en ambos países.

«Por instrucción del presidente (Andrés Manuel) López Obrador, México dona 6 millones de dólares, a través de la ONU, a las víctimas del sismo en Siria», expuso en un mensaje en Twitter el canciller Marcelo Ebrard.

Minutos antes, en la conferencia de prensa de Palacio Nacional, Ebrard consideró el suceso como «el sismo más grave del que se tenga memoria en el último siglo» en la región, y adelantó algunos detalles sobre la donación.

«Nos ha instruido el señor presidente que, en lo relativo al apoyo a Siria, se establecieran contactos con la administración de la ONU y se ha dispuesto que México haga una donación de 6 millones de dólares, que se depositaran en cuanto nos den la cuenta bancaria», dijo el canciller.

Dicho depósito, adelantó, se efectuará mañana martes 14 de febrero.

Según los últimos recuentos, los sismos han dejado al menos 3,575 muertos y 5,291 heridos en Siria, aunque tanto el Ministerio de Salud sirio como los rescatistas conocidos como Cascos Blancos, que lideran las labores de búsqueda en las regiones rebeldes, ya no están actualizando sus cifras con frecuencia.

Esta ayuda económica a Siria se suma a los 150 miembros de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), de la Secretaría de Marina (Semar) y de la Cruz Roja Mexicana especializados en búsqueda y rescate enviados por México para ayudar a las víctimas y afectados por los terremotos de Turquía, que ya han llevado a cabo diversas operaciones de rescate exitosas.

Los equipos mexicanos, que siguen sobre el terreno, están compuestos por células de servicio médico y de alimentación, además de contar con 35 expertos en búsqueda y rescate del Equipo de Respuesta Inmediata a Emergencias o Desastres (ERIED) (25 especialistas y 10 binomios caninos) del Ejército, destalló la cancillería la semana pasada.

En ese sentido, este fin de semana se informó que uno de los perros rescatistas mexicano, Proteo, falleció en la madrugada del domingo mientras ayudaba en la labor de búsqueda de supervivientes y fallecidos entre los escombros.

El saldo de muertos que dejó el terremoto de hace una semana, que afectó a Turquía y Siria, ascendió este lunes a más de 35,000 víctimas.

Se cumple una semana del sismo magnitud 7.8, y a pesar del tiempo que ha transcurrido, 182 horas, los medios turcos siguen reportando que los rescatistas han logrado sacar supervivientes de entre los escombros.

El balance confirmado es de 35,224 muertos, 31,643 en Turquía y 3,581 en Siria, lo que convierte a este terremoto en el quinto más mortífero desde el inicio del siglo XXI.

En la localidad turca de Kahramanmaras, cerca del epicentro, se instalaron 30,000 tiendas de campaña y hay 48,000 damnificados en escuelas y otras 11,500 personas albergadas en centros deportivos.

El vicepresidente turco, Fuat Oktay, dijo ayer que 108,000 edificios fueron dañados en toda la zona afectada por el sismo y que 1.2 millones de personas están siendo albergadas en habitaciones estudiantiles y 400,000 damnificados fueron evacuados de la región.

En Turquía crece la indignación por la mala calidad de los edificios y la respuesta gubernamental, quien ante las escasas probabilidades de encontrar supervivientes, ha centrado sus esfuerzos en ayudar a los cientos de miles de personas que se quedaron sin hogar.

La situación es especialmente compleja en Siria, donde Bab al Hawa es el único punto por el que puede entrar ayuda internacional a zonas bajo control rebelde después de casi 12 años de guerra civil.

La ONU denunció el fracaso del envío de ayuda para Siria. Los suministros son vitales para un país donde el sistema de salud y la infraestructura están en ruinas tras el conflicto que opone el gobierno de Bashar al Asad con varios grupos rebeldes que controlan parte del territorio.

El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, se reunió ayer en Damasco con Asad y dijo que el líder sirio afirmó estar dispuesto a abrir más pasos fronterizos para ayudar a ingresar ayuda a zonas bajo rebeldes.

«Las crisis combinadas de conflicto, covid, cólera, declive económico y ahora el terremoto, han tenido un costo insoportable», declaró Tedros tras visitar la ciudad siria de Alepo.

Los equipos de rescate mantienen las labores de búsqueda y rescate de supervivientes entre los escombros dejados por los terremotos que golpearon Siria y Turquía, uno de los más mortíferos de la región, aumentando el saldo de muertos a poco más de 23,000.

La ayuda humanitaria empezó a llegar a Turquía pero el acceso a Siria, en guerra y con su régimen sancionado por la comunidad internacional, es mucho más complicado.

La guerra destruyó hospitales y causó problemas en el suministro de electricidad y agua en Siria, pero la ONU solo puede enviar ayuda a las zonas rebeldes del noroeste a través del cruce de Bab al Hawa en la frontera con Turquía.

El gobierno sirio anunció que autorizará el suministro de ayuda internacional a zonas controladas por los rebeldes, con la «supervisión» del Comité Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja siria.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA), la agencia especializada de Naciones Unidas, reclamó por su parte 77 millones de dólares para acercar víveres a 874.000 personas afectadas por el sismo en Siria y Turquía.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, exigió por su parte «un alto el fuego inmediato» en Siria para facilitar el suministro de ayuda.

En tanto, el enojo crece en Turquía contra la respuesta del gobierno, juzgada insuficiente y tardía. El mismo presidente Recep Tayyip Erdogan reconoció «deficiencias».

«Hubo tantos edificios dañados que desafortunadamente, no pudimos acelerar nuestras intervenciones como hubiéramos querido», afirmó durante una visita a Adiyaman.

El terremoto es el más mortífero en Turquía desde 1939, cuando 33,000 murieron en la provincia oriental de Erzincan.

Según los últimos balances oficiales, el sismo, de magnitud 7.8 y que estuvo seguido de más de un centenar de réplicas, dejó al menos 22,765 muertos, 19,388 de ellos en Turquía y 3,377 en Siria. Sin embargo, se cree que el número sería más alto por las personas que no han logrado ser rescatadas.

La OMS estima que 23 millones de personas están «potencialmente expuestas, de las que unos cinco millones son «vulnerables» y teme que se desencadene una crisis sanitaria.

Las organizaciones humanitarias expresaron su preocupación por una eventual propagación del cólera, que reapareció en Siria.

El Parlamento de Turquía aprobó este jueves el estado de emergencia propuesto por el presidente Recep Tayyip Erdogan, que entró oficialmente en vigor en las diez provincias más afectadas por los terremoto del pasado fin de semana.

El estado de emergencia, en vigor durante los próximos tres meses, se basa en la Constitución turca que permite decretarlo en caso de catástrofes naturales.

Durante el estado de emergencia, se pueden imponer a los ciudadanos obligaciones monetarias, patrimoniales y laborales, y se pueden limitar o suspender temporalmente los derechos y libertades fundamentales de la ciudadanía.

Erdogan se refirió hoy a los casos de saqueo en las provincias golpeadas por el terremoto y adelantó que el Estado luchará contra ellos con el poder del estado de emergencia.

La declaración del estado de emergencia fue aprobada por la mayoría parlamentaria que tiene el gobernante partido islamista conservador AKP junto con su socio, el partido nacionalista MHP.

El número de muertos rebasó los 19,000, de los cuales 16,170 se han contabilizado en Turquía y 3,192 en Siria. Además, se reportan unos 70,000 heridos de distinta consideración.

En Turquía el número de heridos alcanza los 64,194, mientras que el recuento de edificios derruidos por los temblores se mantiene igual respecto a ayer, con 6,444.

El último balance de víctimas lo ofreció el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.

En Siria, la cifra oficial de muertos asciende a 3,192 y la de heridos a 5,235, mientras las labores de rescate continúan en las cinco provincias del país más afectadas con pocas esperanzas de hallar supervivientes.

Los rescatistas alertaron de que las cifras podrían seguir subiendo, ya que muchas personas continúan atrapadas bajo los escombros en el cuarto día de operaciones de emergencia tras el sismo inicial registrado el fin de semana, y al que han seguido múltiples réplicas.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, reconoció este miércoles «deficiencias» en la respuesta a los terremotos que sacudieron su país y Siria.

«Por supuesto, hay deficiencias, es imposible estar preparado para una catástrofe así», dijo el jefe de Estado, que visitó la provincia de Hatay, una de las más afectadas, en la frontera con Siria.

Erdogan anunció que cada familia damnificadas por los terremotos recibirá 10,000 liras turcas, cerca de 500 euros, al tiempo que ha afirmado que Ankara lanzará «operaciones masivas de vivienda» en las diez provincias afectadas.

«Nuestros ciudadanos no deben preocuparse. Nunca permitiremos que se queden en la calle», ha manifestado, antes de incidir en que las víctimas pueden alojarse por ahora en varios hoteles en las provincias de Antalya, Anlanya y Mersin.

«Tenemos una capacidad significativa de habitaciones (en hoteles). Si nuestros ciudadanos no quieren quedarse aquí en tiendas de campaña, les buscaremos acomodo en hoteles», prometió.

Los rescatistas siguen trabajando en Turquía y Siria en busca de señales de vida entre los restos de los miles de edificios que colapsaron.

Autoridades han informado que la cifra de fallecidos superó las 11.000 personas, lo que lo convierte este episodio como el más letal en más de una década.

La agencia de gestión de desastres de Turquía reportó este miércoles que la cifra de decesos registrados en el país había superado las 8,500 personas. Los fallecidos en las zonas del norte de Siria controladas por el gobierno subieron a 1,200, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Damasco, y al menos 1,400 más murieron en la región controlada por los rebeldes, según el grupo de emergencias Cascos Blancos. Ni Turquía ni Siria han dado cifras sobre el número de desaparecidos.

Rescatistas llegados desde más de dos docenas de países se unieron a las decenas de miles de efectivos locales mientras el país comenzaba a recibir la ayuda comprometida.

Hasta 23 millones de personas podrían verse afectadas en la región, indicó Adelheid Marschang, responsable de emergencias en la Organización Mundial de la Salud, que calificó la situación como una «crisis sumada a múltiples crisis».

Erdogan señaló que 13 de los 85 millones de habitantes del país se vieron afectados por el sismo y declaró el estado de emergencia en 10 provincias. Más de 8,000 personas han sido sacadas de entre los escombros.

El número de muertos que dejaron los terremotos que se registraron el pasado fin de semana en Turquía y Siria ha superado las 5,000 personas.

En Turquía, el número de muertos se elevó a 3,419 y 20,534 personas heridas, declaró el vicepresidente Fuat Oktay.

En Siria, al menos 1,602 personas fallecieron y 3,640 resultaron heridas, según los balances de las autoridades de Damasco y de los equipos de rescate de las zonas rebeldes.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, decretó el estado de emergencia por un periodo de tres meses en las diez provincias del sureste azotadas por el sismo.

De acuerdo a mapas de la zona afectada, una responsable de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Adelheid Marschang, indicó que «23 millones de personas están expuestas» a las consecuencias del terremoto, «incluyendo cinco millones de personas vulnerables».

«Es una carrera contra el reloj», advirtió el director general de la institución, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Las malas condiciones meteorológicas y las bajas temperaturas dificultan las labores de búsqueda.

Según el gobierno turco, la ayuda internacional comenzó a llegar este martes con los primeros equipos de socorristas procedentes de Francia y Qatar.

El presidente estadounidense, Joe Biden, prometió a su homólogo turco «toda la ayuda necesaria, sea la que sea».

El contingente francés pretende llegar hasta Kahramanmaras, en la zona del epicentro, una región de acceso difícil y sepultada bajo la nieve.

China anunció este mismo martes el envío de una ayuda de 5.9 millones de dólares, que incluirá grupos especializados en el socorro en entornos urbanos, equipos médicos y material de urgencia.

Según Erdogan, 45 países ofrecieron ayuda. Entre ellos se encuentra México, quien informó que esta mañana despegó desde el AIFA, una aeronave que transporta ayuda a Turquía.

El canciller Marcelo Ebrard precisó que la operación está a cargo de la Fuerza Aérea Mexicana, y a bordo viaja personal de la SEDENA, SEMAR, Cruz Roja Mexicana, Protección Civil y la SRE.

Adicional, viajan equipos de rescate y 16 caninos. Luego del ofrecimiento que hiciera el reconocido grupo ‘Topos México’, el canciller indicó que resuelto el transporte que se solicitó, lo cual fue posible gracias a la ayuda de la Embajada de Turquía en México. En tanto, informó que la secretaría apoyó con los pasaportes y visados.

En tanto, el llamado de ayuda por el gobierno de Siria recibió por ahora respuesta de Moscú, su aliado, que prometió equipos de socorro «en las próximas horas», además de 300 militares rusos que ya se encuentran en el lugar para ayudar en el rescate.

La ONU también reaccionó, pero insistió en que la ayuda debe llegar a toda la población siria, incluida la parte que no está bajo control de Damasco. En ese sentido, la Media Luna Roja siria instó a la Unión Europea a levantar las sanciones contra el régimen.

Los balances a un lado y otro de la frontera no dejan de aumentar y, teniendo en cuenta la magnitud de la destrucción, pueden seguir la misma tendencia. Solo en Turquía, las autoridades contabilizaron casi 5,000 inmuebles derrumbados.

Ayer se registraron hasta 185 réplicas, y han continuado durante la madrugada de este martes. La más fuerte, de magnitud 5.5, ocurrió a las 6:13 locales a 9 km al sureste de Gölbasi, al sur de Turquía.

Foto: Twitter @business

Representantes de los gobiernos de Finlandia, Suecia y Turquía sostuvieron este viernes una reunión en la que los dos países nórdicos reafirmaron los compromisos suscritos en junio para destrabar su ingreso a la OTAN, que incluyen garantías de que combatirán «toda forma de terrorismo».

Ankara ha señalado históricamente a Helsinki y Estocolmo su supuesta falta de colaboración para perseguir a personas vinculadas a los grupos kurdos Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y las Unidades de Protección Popular (YPG), así como a la organización encabezada por el clérigo Fethulá Gulen.

Estos señalamientos se tradujeron en un veto público a las aspiraciones de Suecia y Finlandia de entrar en la OTAN, pero a finales de junio, en el marco de la cumbre de líderes de la Alianza Atlántica celebrada en Madrid, los tres gobiernos suscribieron un memorándum al que este viernes han dado seguimiento.

El Ministerio de Exteriores sueco explicó en un comunicado que los asistentes a la reunión examinaron medidas «concretas» con las que poner en práctica este acuerdo. Según una portavoz del gobierno finlandés citada por la cadena YLE, Turquía no puso nuevos requisitos sobre la mesa.

La Presidencia turca ha destacado que sus interlocutores mostraron «plena solidaridad» con Turquía en cuanto a que están dispuestos a no apoyar en ningún caso a organizaciones «terroristas», según declaraciones recogidas por los medios locales.

Sin embargo, los principales dirigentes turcos, incluido el presidente Recep Tayyip Erdogan, han dejado claro en los últimos dos meses que no hay nada definitivo. Turquía aún no ha ratificado el ingreso de Suecia y Finlandia a la OTAN, avalado ya por dos tercios de los Estados miembro.

El ministro de Relaciones Exteriores turco pidió hoy a Finlandia y Suecia tomar «medidas concretas» en relación con los compromisos que deben cumplir antes de su ingreso a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

«Aún no han cumplido los compromisos asumidos en los documentos (para ingresar a la OTAN)» , dijo el canciller Mevlut Cavusoglu en la conferencia anual de embajadores realizada en la capital, Ankara, para discutir la política exterior turca.

Recordemos que Finlandia y Suecia decidieron unirse a la OTAN después del comienzo del conflicto Rusia-Ucrania a fines de febrero.

Sin embargo, su intento de ingreso fue inicialmente bloqueado por Turquía, que acusó a los dos países de apoyar a organizaciones terroristas contrarias a Turquía, luego de que rechazaron las solicitudes de extradición presentadas por Ankara relacionadas con sospechosos afiliados al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y al movimiento de Gulen.

El 28 de junio, los tres países firmaron un memorándum de entendimiento que abordó las preocupaciones de Turquía durante la cumbre de la OTAN en Madrid, cuando Finlandia y Suecia prometieron apoyar el combate de Turquía al terrorismo y acordaron abordar «sin demora y a fondo sus solicitudes de deportación o extradición pendientes relacionadas con presuntos terroristas».

Los Estados miembros de la OTAN, incluyendo a Turquía, firmaron a inicios de julio los protocolos de ingreso de Suecia y Finlandia, lo que dio inicio al procedimiento para admitir a los dos países en la alianza militar.

El siguiente paso es que los Parlamentos de todos los miembros de la OTAN ratifiquen el ingreso de ambos a la alianza.

El mes pasado, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo que Turquía suspendería el proceso de ingreso de Finlandia y Suecia a la OTAN si incumplían sus promesas de combate al terrorismo.

Y es que el PKK, clasificado como organización terrorista por Turquía, Estados Unidos y la Unión Europea, se ha estado rebelando contra el gobierno turco durante más de tres décadas. El movimiento de Gulen recibe ese nombre por su líder, el clérigo musulmán Fethullah Gulen radicado en Estados Unidos, considerado por sus seguidores como un líder espiritual. El gobierno turco acusa al movimiento de orquestar el intento golpista de 2016 que dejó al menos 250 muertos.

Rusia y Ucrania alcanzaron este viernes acuerdos con Turquía y la ONU para desbloquear la exportación de granos a través del mar Negro y aliviar la grave crisis alimentaria mundial, un avance diplomático después de cinco meses de la invasión rusa.

Tras varias rondas de negociaciones, las delegaciones rusas y ucranianas firmaron en Estambul dos textos idénticos pero separados, ya que Ucrania se negó a rubricar ningún documento con Rusia.

Antes de que se firmaran los documentos, el consejero presidencial ucraniano Mijailo Podoliak señaló que ambas partes firmarían «acuerdos espejos». «Firmamos un acuerdo con Turquía y la ONU y nos comprometemos con ellos. Rusia firmará un acuerdo espejo» con esas dos partes, afirmó Podoliak en Twitter.

El pacto, negociado desde abril bajo la dirección de la ONU y de Turquía, establece «corredores seguros» para que los barcos ucranianos puedan entrar y salir de tres puertos del mar Negro, tanto en la ciudad de Odesa como en sus alrededores.

Ambas partes se comprometieron además «a no atacar» los buques de sus adversarios, según un funcionario de la ONU.

«Hoy hay un rayo en el mar Negro: un rayo de esperanza, un rayo de posibilidad, un rayo de alivio», reaccionó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, durante la ceremonia en el Palacio de Dolmabahçe, en el estrecho del Bósforo.

El acuerdo «aliviará a los países en desarrollo al borde de la bancarrota y a las personas más vulnerables al borde de la hambruna», dijo. Ahora, «deberá aplicarse en su totalidad» lo acordado.

Se trata del primer pacto importante sellado por ambas partes desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero. El conflicto, que ya ha desplazado a millones de personas y dejado miles de muertos, se libra entre dos de los mayores productores de cereales del mundo.

Cerca de 25 millones de toneladas de trigo y otros cereales están actualmente bloqueados en los puertos de la región de Odesa por la presencia de buques de guerra rusos y de minas, colocadas por Kiev, para defender su costa.

Antes de sellar el acuerdo, Kiev había advertido que cualquier infracción de Moscú al documento y cualquier incursión en los puertos ucranianos tendría una «respuesta militar» inmediata. Turquía se ofreció para ayudar a desminar las aguas del mar Negro para facilitar la exportación de granos.

Los diplomáticos esperan que el grano pueda empezar a exportarse a mediados de agosto. Según el ministro de Defensa ruso, el acuerdo podría aplicarse «en los próximos días».