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Elon Musk aseguró que no se encontró “ni rastro” de drogas en su organismo después de tres años de pruebas aleatorias, en respuesta a un artículo de The Wall Street Journal que lo acusa de consumir “drogas ilegales”.

En un mensaje en su red social, Musk explicó que la NASA le pidió someterse a tres años de controles aleatorios, después de que el empresario apareciera en el pódcast de Joe Rogan fumando marihuana, en 2018.

“No se encontró ni rastro de drogas o de alcohol”, escribió Musk en la mañana del domingo.

El mensaje respondía a un usuario de X comentando el artículo de The Wall Street Journal, en el que el medio cita a fuentes “cercanas a Musk” que están preocupadas por su uso continuado de drogas, y en especial de ketamina.

Según el medio, Musk ha consumido LSD, cocaína, éxtasis y setas alucinógenas en fiestas privadas en las que los asistentes tenían que firmar acuerdos de confidencialidad o abandonar sus móviles a la entrada.

Uno de sus abogados aseguró al medio que el empresario se somete regularmente a pruebas de drogas en SpaceX y que “nunca ha fallado ningún test”.

Musk, de 52 años, ha recibido críticas casi constantes por su comportamiento errático, y en especial tras la compra de la red social Twitter, en 2022.

Desde entonces, la plataforma ha sufrido numerosas transformaciones, ha cambiado de nombre, y sufre un boicot de anunciantes después de que el propio Musk publicara un mensaje apoyando una teoría de la conspiración antisemita.

Un tribunal ruso rechazó este martes la apelación del periodista estadounidense Evan Gershkovich, detenido en Rusia desde marzo pasado, contra la prolongación de su detención preventiva por presunto espionaje.

El juez Yuri Pasyunin, del tribunal municipal de Moscú, decidió dejar “sin cambios” la decisión de mantener al reportero, de 31 años, en detención, al menos hasta el 30 de noviembre.

Gershkovich, corresponsal de The Wall Street Journal en Moscú, apeló contra la prolongación de tres meses de su detención provisional, ordenada a finales de agosto.

“Estamos profundamente decepcionados de que se haya desestimado de nuevo el recurso contra la prolongación de su detención. Evan debería ser liberado”, declaró la embajada norteamericana en Moscú en redes sociales.

En el mismo sentido se pronunció el diario estadounidense, quien señaló que han transcurrido más de seis meses desde el injusto arresto de Evan, y se dijeron “indignados de que siga detenido injustamente”.

Recordemos que el periodista fue detenido el 29 de marzo durante un viaje para una cobertura informativa en los montes Urales. Desde entonces está recluido en la prisión de Lefortovo, en la capital rusa.

Gershkovich está acusado de espionaje, un delito que se castiga con hasta 20 años de cárcel. En todo momento, él, su equipo legal y sus colegas, niegan las acusaciones.

Hasta ahora, Rusia no ha presentado públicamente elementos de prueba de las acusaciones y el conjunto del proceso está bajo secreto.

Foto: Twitter @WSJLive

El presidente se está saliendo con la suya. Está logrando acabar con la prensa libre e independiente en su país. Con la detención del periodista Evan Gershkovich, del Wall Street Journal, acusado de espionaje, Vladimir Putin le está clavando probablemente el último tornillo al ataúd de la libertad de prensa en Rusia.

El proceso que ha llevado a este momento en el que ya prácticamente no hay prensa libre independiente en Rusia, ha sido paulatino. Nos podemos remontar a los años de la URSS, en donde la “libertad de expresión” se regía bajo el artículo 58 del Código Penal, que declaraba ilegales el espionaje, la traición y movilizaciones en contra del régimen. Este artículo inspiró terror en los años de la URSS. Los corresponsales extranjeros acreditados aparentemente estaban fuera del ámbito de este artículo.  La mayor amenaza que enfrentaban era la expulsión. La excepción fue Nicholas Daniloff, periodista de US News & World Report detenido en 1989. El arresto de Daniloff fue una represalia por el arresto, en Estados Unidos, del diplomático soviético Gennady Zakharov, quien fue acusado de espionaje. Dos semanas después hubo un acuerdo: los soviéticos liberaron a Daniloff y los estadounidenses liberaron a Zakharov.

Con la caída de la URSS se pensó que las cosas serían distintas. Que no habría mayor amenaza a la libertad de expresión. Esto resultó errado. La presidencia de Vladimir Putin ha ido apretando las tuercas poco a poco hasta llegar al momento actual.

Desde el 2012 cuando comenzaron las primeras manifestaciones en contra de Putin, se amplió el catálogo de delitos que ameritaban detención por cargos de traición a la patria y/o espionaje. Este endurecimiento se recrudeció de nuevo en febrero del año pasado con la nueva invasión a Ucrania lo que llevó varios periodistas rusos y extranjeros a abandonar el país.

Gershkovich fue de los pocos que se quedaron a seguir ejerciendo el periodismo. Su detención el 29 de marzo ha significado la escalada más importante en acoso a la prensa y ataque a la libertad expresión desde tiempos de la Guerra Fría. Tanto el Departamento de Estado como el WSJ ha negado las acusaciones en su contra y consideran que está detenido bajo acusaciones falsas lo que lo convierte en un rehén de Putin.

El gobierno de Estados Unidos logró que más de 40 países firmaran una carta exigiendo el gobierno de Putin la liberación de Gershkovich enfatizando que él estaba acreditado como periodista en Rusia y que el periodismo no es un delito. No obstante, ayer un juez negó otorgarle su libertad antes de que comience su juicio, programado para el 29 de mayo. Si Gershkovich es declarado culpable podría pasar 20 años en una colonia de prisioneros.

Lo que le ocurre a este periodista del WSJ es la culminación de ataques de Putin a la Prensa y a quienes no están de acuerdo con su guerra en contra de Ucrania. La escalada en los ataques a la libertad de prensa y expresión han sido paulatinos.

En un país como México, en donde hay ataques a la libertad de expresión que vienen también desde la presidencia, lo que ocurre en Rusia no puede verse como un problema ajeno y/o lejano. Putin está logrando que todo el periodismo independiente abandone Rusia. Con el periodismo tratado como un delito, la cobertura de la guerra en Ucrania quedará enmarcado de la propaganda y mentiras de su régimen. Es el sueño cumplido de cualquier autócrata.

Columna completa en El Universal

Un tribunal ruso rechazó la solicitud de liberación del periodista estadounidense Evan Gershkovich, quien fue arrestado a finales del mes pasado acusado de espionaje, por lo que permanecerá en detención preventiva.

A diferencia de muchos otros periodistas estadounidenses que abandonaron Rusia tras iniciarse la ofensiva en Ucrania, Evan Gershkovich, hijo de emigrantes soviéticos, decidió seguir trabajando en territorio ruso.

“No pierdo la esperanza”, dijo en una carta dirigida a sus padres desde la cárcel de Lefortovo, y publicada por el Wall Street Journal (WSJ).

Pese a la decisión del tribunal ruso, una de sus abogadas, Maria Korchaguina, indicó que Evan sigue siendo “combativo”.

En el momento de su detención en Ekaterimburgo, en los Urales, parecía estar trabajando sobre la industria del armamento y el grupo paramilitar Wagner. El sumario está bajo secreto, por lo que es imposible saber en este momento de qué se le acusa exactamente.

El Kremlin se limitó a decir que fue sorprendido “en flagrante delito” de espionaje, pero sin dar más detalles.

Sus amigos y colegas sostienen que Evan Gershkovich estaba haciendo su trabajo, más allá de que supiera que el FSB, el servicio secreto ruso, lo tenía en el radar.

Para Evan Gershkovich, como para otros periodistas occidentales en Rusia, la acreditación entregada por la cancillería rusa parecía una protección suficiente.

El corresponsal del WSJ, perfectamente rusohablante, multiplicó los artículos en los que contaba cómo los rusos viven el conflicto, y se entrevistó con los familiares de soldados muertos y con detractores del presidente Vladimir Putin.

Al ser acusado de espionaje, un cargo que desmiente enérgicamente, el corresponsal del Wall Street Journal, se enfrenta a 20 años de prisión, en un caso de gravedad inédita contra un periodista extranjero.

En Broojula, Ana Paula Ordorica conversa con David Luhnow, Jefe de la oficina en Reino Unido de The Wall Street Journal, sobre el caso de Evan Gershkovich, y el precio que la prensa paga en Rusia por cubrir la verdad.

 

Foto: Twitter @PjotrSauer

La embajadora de Estados Unidos en Rusia, Lynn Tracy, visitó al corresponsal del The Wall Street Journal (WSJ), Evan Gershkovich, detenido en Rusia acusado de espionaje, en la prisión preventiva Lefórtovo ubicado en la capital rusa.

“Hoy visité a Evan Gershkovich en la prisión de Lefórtovo, es la primera vez que nos dan acceso a él desde su detención ilegal hace más de dos semanas”, señaló Tracy en un mensaje publicado en la cuenta de Twitter de la Embajada estadounidense.

La diplomática agregó que el reportero se siente bien y “se mantiene fuerte”. “Reiteramos nuestro llamamiento para su liberación inmediata”, remató en el breve mensaje.

Rusia admitió la semana pasada que aún no había dado permiso a los diplomáticos de Estados Unidos en Moscú para que visitaran en prisión a Gershkovich, al afirmar que la solicitud estaba bajo consideración.

El Servicio Federal de Seguridad (FSB), antiguo KGB, acusó formalmente de espionaje al periodista estadounidense el pasado 7 de abril.

Los abogados del corresponsal del WSJ, han apelado su detención, mientras decenas de periodistas independientes rusos escribieron una carta demandando su liberación y calificando de gratuita la acusación de espionaje en virtud del artículo 276 del código penal, cargo que se castiga con hasta 20 años de prisión.

Tanto la Casa Blanca como The Wall Street Journal han negado las acusaciones de las fuerzas de seguridad rusas contra su corresponsal y han exigido su liberación inmediata.

Recordemos que fue el 30 de marzo pasado, cuando Gershkóvich fue detenido en Ekaterimburgo mientras realizaba un reportaje, lo que lo convirtió en el primer periodista estadounidense detenido en Rusia acusado de espionaje desde la Guerra Fría.

El gobierno de Rusia ha subrayado que se trata de un arresto legítimo pues fue sorprendido “in fraganti” cuando intentaba conseguir información clasificada como secreto de Estado, aprovechando su condición de periodista.

Además, indicó que Gershkovich está por ahora fuera de cualquier posible canje de presos con Estados Unidos hasta que haya una sentencia firme dictada por un tribunal ruso.

En Broojula, Ana Paula Ordorica conversa con David Luhnow, Jefe de la oficina en Reino Unido de The Wall Street Journal, sobre el caso de Evan Gershkovich, y el precio que la prensa paga en Rusia por cubrir la verdad.

Foto: Lucy Gilmour vía @WSJPR

El esfuerzo mundial por inmunizar a la población contra el COVID-19, así como la demanda y disponibilidad de las vacunas, ha llevado a los grupos delincuenciales a encontrar un nuevo mercado: la venta de vacunas falsas, aprovechándose de las personas que buscan el fármaco.

De acuerdo con el diario estadounidense The Wall Street Journal (WSJ), la farmacéutica Pfizer informó este miércoles que logró identificar en México y Polonia, los primeros casos confirmados de vacunas COVID falsificadas.

La empresa analizó los envases incautados por las autoridades de ambos países en investigaciones independientes, lo que permitió que se confirmara la falsedad del medicamento.

De acuerdo a lo detallado por el diario, las dosis confiscadas en nuestro país sucedió en Nuevo León, las cuales tenían un etiquetado errónea, mientras que en los frascos decomisados en Polonia se identificó que se trataba de un tratamiento antiarrugas.

WSJ relata que aproximadamente 80 personas recibieron la vacuna falsa en nuestro país en febrero pasado, en una clínica particular ubicada en San Pedro de la Garza; las personas habrían pagado alrededor de mil dólares (20 mil pesos) por dosis; y aunque la sustancia no correspondía a la vacuna contra el COVID-19, por el momento se descartan daños físicos a quienes fue suministrada.

El secretario de Salud de Nuevo León, Manuel de la O, detalló que los frascos decomisados permanecían en hieleras comunes, en los cuales se logró identificar números de lote diferentes de los que se enviaron al estado como parte de la política nacional de vacunación, además de que la fecha de expiración era errónea.

Recordemos que en enero pasado, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) había alertado sobre un sitio web falso donde se comercializaban las vacunas de Pfizer.

El directos mundial de seguridad de Pfizer, Lev Kubiak, indicó al WSJ que en todo el planeta se necesitan las vacunas, lo que ha dado a los delincuentes “una oportunidad perfecta” para lucrar con la situación.

“Tenemos un suministro muy limitado, un suministro que aumentará a medida que aumentemos y otras empresas ingresen al espacio de las vacunas. Mientras tanto, existe una oportunidad perfecta para los delincuentes”, declaró en entrevista con el diario estadounidense.

El diario estadounidense The Wall Street Journal (WSJ) aseguró que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha instalado un clima de terror contra empresarios en el país, a quienes investiga a través de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda, la cual dirige Santiago Nieto.

En un editorial publicada por el diario ayer, y firmada por la periodista Mary Anastasia O’Grady, se indica que “México avanza una normativa de un solo hombre (…) tras bambalinas, la ley está siendo utilizada para esparcir el terror entre los oponentes del presidente”.

La periodista señala que una pieza clave para dicha labor es la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), que supuestamente investiga actividades financieras sospechosas y entrega la información al fiscal general, aseguró O’Grady.

“En la práctica, dicen los críticos, está siendo usada para ganar control de las instituciones que deberían ser independientes”, añadió.

El texto señala a Santiago Nieto, quien en repetidas ocasiones ha dado a conocer el congelamiento de cuentas bancarias de empresas e individuos, sostiene que la prohibición de hablar de investigaciones en curso aplica únicamente para la Fiscalía General de la República (FGR) de México, por lo que él se defiende asegurando que utiliza su libertad de expresión para notificar avances.

La periodista del WSJ concluye su análisis indicando que México se conduce hacia una política dictatorial donde el presidente López Obrador dispone qué sucede a nivel institucional.

Sin embargo, esta mañana, el presidente López Obrador sostuvo que la acusación del WSJ es desmedida y que en México hubo gobiernos de un solo hombre durante las gestiones de Antonio López de Santa Anna, en el siglo XIX, y Porfirio Díaz, a principios del siglo XX.

Y aunque reconoció que la UIF sí investiga a diversas empresas e individuos, dijo que no lo hace a manera de intimidación, sino para garantizar que no haya cobro de cuotas a manera de sobornos para facilitar la asignación de contratos por parte del gobierno federal.

Esta mañana durante su conferencia de prensa matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) negó que su administración tenga lazos con el gobierno de Irán, como se dio a conocer en el periódico Wall Street Journal (WSJ).

El mandatario relató que hace unos días alguien le comentó que un columnista mexicano había escrito que el diario estadounidense hablaba de que tenía información de vínculos del gobierno mexicano con el de Irán

Ante ello López Obrador opinó que el periódico no es objetivo, “la verdad es que ni leo eso. Si me preguntan les contesto que no es objetivo, me consta”, enfatizó el presidente.

Hizo referencia a una columna escrita por la periodista Anastasia O’Grady, quien cita a “una fuente de inteligencia, confiable le aseguró que desde que López Obrador asumió la presidencia había establecido relaciones con el gobierno de Irán”:

“Qué importancia le puedo dar a eso nada. No me quita el tiempo”, indicó López Obrador al señalar que dedica poco tiempo a polemizar con sus adversarios.

AMLO aseguró que está enfocado en México, en transformar al país a través de una fórmula sencilla: combatiendo la corrupción y la impunidad, y lo que se ahorre destinarlo al bienestar del pueblo.

Las autoridades chinas se negaron a renovar las credenciales de prensa de un periodista del diario Wall Street Journal residente en Beijing, lo que significó en los hechos la expulsión de un profesional que cubrió durante largo tiempo al presidente Xi Jinping y el Partido Comunista.

La cancillería informó este viernes, en respuesta a una pregunta por fax acerca de la visa del periodista Chun Han Wong, ciudadano de Singapur, que los periodistas extranjeros con la “intención maligna de calumniar y atacar a China no son bienvenidos”.

Hace un mes, Wong y otro colega publicaron una nota de una investigación australiana sobre presuntos vínculos de un primo de Xi con el lavado de dinero y una presunta mafia.

Un vocero de Dow Jones, la empresa matriz del diario, dijo en un comunicado que las autoridades se negaron a renovar las credenciales de prensa de Wong.  El portavoz dijo que la empresa está investigando el asunto, pero no entró en detalles.

Wong, de 33 años, quien trabajaba en China desde 2014, se negó a hacer declaraciones.

Los periodistas extranjeros en China necesitan credenciales válidas para renovar sus visas. La visa y la credencial tienen el mismo periodo de validez y generalmente se deben renovar una vez al año.

La riqueza personal de los líderes comunistas y sus familias es desde hace mucho un tema tabú. Tanto periodistas del New York Times como de la agencia Bloomberg tuvieron problemas de visado luego de publicar notas sobre la riqueza de las familias del entonces premier Wen Jiabao y Xi en 2012.

Wong es el sexto periodista que se va de China bajo circunstancias similares desde 2013, de acuerdo con el Club de Corresponsales Extranjeros.

El México de Andrés Manuel López Obrador vive un retroceso que va en contra de las promesas que hizo durante su campaña, señaló el diario The Wall Street Journal en su columna The Americas, en la que lo acusa de “centralizar el poder, tratar de gobernar por la vía del decreto y la intimidación”.

En la columna, titulada “El retroceso de México”, firmada por Mary Anastasia O’Grady, el diario comienza aludiendo a los cerca de 8 mil 500 homicidios cometidos en México en los primeros meses del año, y resalta que se trata de un incremento de 9.6% respecto al mismo periodo de 2018.

El WSJ recuerda que López Obrador asumió la presidencia de México con la promesa de reducir las tasas de criminalidad y mejorar los estándares de vida, pero advierte que tanto “el subdesarrollo como el crimen violento son síntomas de un Estado de derecho fallido”, y que “ninguno de los objetivos de López Obrador se pueden lograr sin un claro compromiso con la certidumbre judicial, de arriba a abajo”.

Asimismo, la columna señala que el Presidente mexicano va en la “dirección opuesta, centralizando el poder, tratando de gobernar por la vía del decreto y la intimidación, y expandiendo el rol del ejército en el gobierno”.

La columnista advierte que aunque López Obrador crea que puede controlar de ese modo el poder porque el valor del peso se mantiene estable, “el nuevo gobierno hace difícil ser optimista”.

Agrega que aunque el mandatario mexicano se enoje ante las acusaciones de que es antidemocrático, “sus acciones hablan más fuerte que las palabras que dice en sus conferencias diarias”, y pone como ejemplo el memorándum de su administración en el que instruyó a desobedecer la reforma constitucional en materia de educación aprobada en la anterior administración.

El WSJ afirma que el jefe de Estado “se ve a él mismo como el salvador mexicano, quien desde su posición de poder imparte la justicia. Y, por tanto, se justifica en su objetivo de transformar radicalmente al país. Tomará venganza contra los que se oponen o como el los descalifica, los ‘fifís’. Cualquiera que se ponga en su camino es considerado corrupto”.

La columna señala que la “relación del presidente con el Ejército es tema de preocupación. Como candidato criticó la participación del ejército en la seguridad pública. Ahora propone incrementar su rol en el combate al crimen organizado a través de una estrategia de seguridad encabezada por un comando militar, en vez de civil”.

Y concluye: “En todo esto hay un patrón, y no tiene nada qué ver con mejorar la vida de los mexicanos”.

 

 

 

Columna completa en The Wall Street Journal

Bajo el principio de la defensa de una prensa libre e independiente, que trabaja sin miedo y que no responde a favores, los Pulitzer premiaron en su última edición a The Wall Street Journal y a The New York Times por trabajos que destaparon escándalos relacionados con el presidente Donald Trump. Además, la cobertura de las matanzas por los tiroteos en Parkland, Annapolis y Pittsburgh también fueron galardonadas.

Este año, el diario The Wall Street Journal recibió el Pulitzer al mejor periodismo nacional por descubrir los pagos que el entonces candidato republicano, Donald Trump, ordenó a su abogado personal hacer a dos mujeres para que no revelaran en la recta final de la campaña de 2016 que tuvieron relaciones sentimentales con él. Mientras que, The New York Times fue condecorado por su investigación sobre la riqueza de la familia Trump.

La Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia concede este galardón cada año en 14 categorías periodísticas, así como en siete relacionadas con las letras, el drama y la música. La más importante es la de servicio público, junto a la de periodismo de investigación y nacional.

The Sun Sentinel, Los Angeles Times, The Associated Press y Reuters fueron algunos otros medios ganadores del premio Pulitzer este año.

Este año se conmemoran 103 años de historia de estos premios. El jurado revisó 1,162 textos periodísticos para elegir a los ganadores.

A una semana de las elecciones presidenciales, el diario estadounidense The Wall Street Journal (WSJ) indica que la mayoría de las encuestas favorecen a Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pero advierte que muchos mexicanos aún tienen la esperanza de que el candidato pueda ser derrotado por alguno de sus adversarios.

El WSJ indica que en sus intentos anteriores por llegar a la Presidencia, AMLO se ha hecho de una reputación de ser un mal perdedor, por lo que si de nueva cuenta llega a ser derrotado en las urnas, avecina que su reacción no sería buena.

“AMLO se autodenominó el candidato anticorrupción porque los mexicanos están hartos de una clase política ladrona. En los últimos seis años, durante el gobierno del PRI del presidente Enrique Peña Nieto, la familia del presidente, su administración, Petróleos Mexicanos (Pemex) y múltiples gobernadores del PRI, una vez promocionados como la nueva generación de líderes del partido, han sido acreditados de corrupción flagrante. Aunque Meade se considera limpio, el peso del PRI ha dañado sus posibilidades”, relata el diario.

Señala que al igual que Meade, Ricardo Anaya no ha tenido las cosas fáciles, pues ha sido señalado de actos de corrupción y lavado de dinero.

El trabajo del diario señala que AMLO no es el antídoto para los temas de corrupción, pues tiene sus propios señalamientos, los cuales no ha podido aclarar; para ello retoma la construcción del segundo piso de la Ciudad de México. Múltiples contratos sin licitación, incluyendo los que ventiló Ricardo Anaya en el tercer debate por un total de 171 millones de pesos para un solo contratista.

“Para alguien que se considera a sí mismo como moralmente superior a sus oponentes, López Obrador también tiene una cuestionable colección de amigos y seguidores. Uno de los más coloridos es René Bejarano, que trabajó en el gobierno de la capital con AMLO, pero es más conocido por haber sido capturado en video en 2004 empacando una maleta con dinero en efectivo del empresario argentino Carlos Ahumada”, añade el texto del WSJ.

Sobre los números que las encuestas dan al tabasqueño, el diario indica que un problema que tienen los encuestadores para tener una idea clara de las preferencias, es la gran cantidad de hogares mexicanos que se niegan a participar en los ejercicios, a lo que se agrega el porcentaje de indecisos. “Al asignar votos indecisos a los candidatos proporcionalmente, algunos encuestadores pueden estar distorsionando la imagen”.

Asegura que mientras los seguidores de AMLO es poco probable que estén indecisos, muchos oponentes de AMLO planean apoyar a quien parezca capaz de vencer al demagogo de izquierda. “Muchos pueden estar indecisos, pero no están contemplando votar por AMLO. Si sus votos van en gran medida son, digamos algo, para Anaya y si la participación es alta, AMLO podría ser derrotado”.

Compara la elección en nuestro país, con lo que sucedió en Estados Unidos con la victoria de Trump, o con el referéndum Brexit, o con el referéndum colombiano sobre las FARC; indica que dichos sucesos desafiaron lo pronosticado por las encuestas.

 

Con información de The Wall Street Journal / Foto: Archivo APO

En 2006, Andrés Manuel López Obrador perdió su primera carrera presidencial por un pelo. Se negó a conceder, y en una ceremonia surrealista se puso una banda presidencial y se declaró el presidente legítimo de México. Anteriormente, en un ardiente discurso en la histórica plaza de la capital, maldijo a las instituciones del gobierno de México.

Ahora, el político de izquierda está a semanas de una elección en la cual hace su tercer intento por llegar a la presidencia.

Aunque las encuestas lo ubican como el candidato favorito, ha dividido al país, aterrorizando a muchos de los hombres de negocios más importantes de México y electrizando a muchos mexicanos promedio hartos de los políticos de siempre, de la corrupción, del lento crecimiento económico y de la creciente violencia.

Según las encuestas, López Obrador está a 15 puntos de distancia de Ricardo Anaya, el candidato del partido de centro-derecha del ex presidente Felipe Calderón.

El próximo 1 de julio podría ser la última y mejor oportunidad de AMLO de ganar la presidencia tras las derrotas sufridas en 2006 y 2012.

Su mensaje anti corrupción, que es el centro de su campaña, es más popular que nunca debido a que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto ha estado plagado de escándalos. Media docena de gobernadores priístas han sido acusados de malversar cientos de millones de dólares, aunado a que la violencia desmedida y la persistente pobreza se han sumado al hambre de cambio.

Ahora, AMLO promete la ‘cuarta transformación’ para México. López Obrador ve su llegada al poder como el fin de una lucha en contra de las élites del poder que han mantenido a millones de personas en la miseria.

El político tabasqueño suele recurrir a términos religiosos, utilizando metáforas e historias bíblicas en sus discursos. Llamó en dos ocasiones a sus marchas como “Éxodos”, y su hijo menor fue bautizado como Jesús Ernesto por el salvador cristiano y por Ernesto ‘Che’ Guevara, el revolucionario.

El historiador Enrique Krauze, quien llamó en un ensayo a López Obrador como ‘el Mesías Tropical’, dijo en una entrevista: “No sé si el Congreso, la Suprema Corte y las instituciones independientes de México como el Banco Central y los medios puedan resistir su poder personal”.

Los mexicanos nacionalistas saben que AMLO posee una personalidad fuerte que a menudo trabaja en su contra.

 

 

Texto completo en The Wall Street Journal, disponible para suscriptores.

Luego de que el diario estadounidense The Wall Street Journal (WSJ) asegurara que el proyecto energético que contempla el candidato presidencial de Morena-PT-PES, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), podría poner en jaque a la industria, fue su coordinadora de campaña, Tatiana Clouthier, quien dijo que la propuesta del tabasqueño no es como la planteó el diario.

Clouthier indicó que al WSJ le falta información sobre el proyecto energético de López Obrador. “Falta información, creo que no tienen información completa de lo que estarían viendo”.

En entrevista con el portal Político.mx, la coordinadora de campaña indicó que ella ha podido leer con detenimiento el tema de energía que se incluye en el proyecto de nación del tabasqueño, y asegura que lo relatado por WSJ no está cerca de lo que se contempla.

Por su parte Rocío Nahle, actual coordinadora del grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados, y a quien AMLO ha perfilado como secretaria de energía en caso de llegar a la Presidencia, aseguró en días pasados que la intención del candidato de construir más refinerías no significaría detener la inversión extranjera en petróleo sino acabar con la política de exportación de crudo.

 

Con información de Político.mx / Foto: Archivo APO

El candidato presidencial por la coalición “Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), planea poner de cabeza al sector energético recién abierto en México, advirtió el diario estadounidense The Wall Street Journal (WSJ).

 

 

Firmado por el periodista Robbie Whelan, el texto refiere que AMLO ha confundido a los inversionistas al pedir un congelamiento temporal en las nuevas inversiones privadas en exploración y producción de petróleo.

 

Indica que AMLO ha dejado ver que sus intenciones son trasladar el gasto federal de la exploración y la producción a las refinerías, lo que según los críticos podría tener consecuencias dramáticas para la economía mexicana y las refinerías estadounidenses a lo largo de la costa del Golfo de Estados Unidos.

 

En su artículo publicado este lunes, WSJ señala que eventualmente López Obrador quiere detener por completo las exportaciones de petróleo crudo, una fuente primordial de ingresos para el país, porque considera que México se ha vuelto demasiado dependiente de Estados Unidos para obtener gasolina refinada, tal como lo ha afirmado Rocío Nahle, a quien AMLO ha anunciado que fungirá como Secretaria de Energía, si logra llegar a la Presidencia.

 

El diario recuerda que analistas de energía, políticos rivales y ex empleados de Pemex han dicho que el plan de López Obrador arrojaría la economía dependiente de la energía de regreso a los inicios de la década de 1970 y añade que el plan de las refinerías de AMLO también podría tener amplias consecuencias fiscales para México, tales como conducir a un potencial déficit presupuestario.

 

El diario precisa que López Obrador tiene una larga historia de oposición a la apertura de la industria petrolera de México a la inversión extranjera y privada. Relata que en 2013, dirigió a miles de manifestantes a protestar contra el plan del presidente Enrique Peña Nieto de permitir la inversión privada en la exploración y producción, calificando la idea de compartir los beneficios de los recursos naturales mexicanos con compañías petroleras extranjeras como una afrenta a la soberanía nacional.

 

Las seis refinerías de Pemex operaban a una capacidad promedio de 48 por ciento el año pasado, el nivel más bajo registrado, por lo que López Obrador ha anunciado que quiere construir una o dos nuevas refinerías, las cuales costarían alrededor de seis mil millones de dólares cada una y tardarían aproximadamente tres años en ser construidas.

 

Con información de The Wall Street / Foto: Archivo APO