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Un equipo de investigadores de la Universidad de Arizona, Estados Unidos, ha confirmado que los animales vivos vendidos en el mercado mayorista de marisco de Huanan, en Wuhan, provincia de Hubei  en China, fueron el origen probable de la pandemia de COVID.

Dirigidos por el experto en evolución de virus de dicha universidad, Michael Worobey, equipos internacionales de investigadores han rastreado el inicio de la pandemia hasta el mercado de Wuhan. Sus hallazgos se han publicado este martes en dos artículos en la revista ‘Science’.

Las publicaciones, que desde entonces han pasado por una revisión por pares e incluyen análisis y conclusiones adicionales, prácticamente eliminan los escenarios alternativos que se han sugerido como origen de la pandemia. Además, los autores concluyen que la primera propagación a los humanos desde los animales probablemente se produjo en dos eventos de transmisión separados en el mercado de Huanan a finales de noviembre de 2019.

Uno de los estudios detalla las localizaciones de los primeros casos conocidos de COVID-19, así como las muestras de hisopos tomadas de superficies en varios lugares del mercado. El otro se centró en las secuencias genómicas del SARS-CoV-2 a partir de muestras recogidas de pacientes de COVID durante las primeras semanas de la pandemia en China.

El primer trabajo, dirigido por Worobey y Kristian Andersen en el Instituto de Investigación Scripps de San Diego, California, examinó el patrón geográfico de los casos de COVID  en el primer mes del brote (diciembre de 2019). Se pudo determinar la ubicación de casi todos los 174 casos identificados por la OMS ese mes, 155 de los cuales estaban en Wuhan.

Los análisis mostraron que estos casos se agruparon estrechamente alrededor del mercado de Huanan, mientras que los casos posteriores se dispersaron ampliamente por Wuhan, una ciudad de 11 millones de habitantes. En particular, los investigadores descubrieron que un porcentaje sorprendente de los primeros pacientes de Covid sin conexión conocida con el mercado (lo que significa que no trabajaban ni compraban allí) resultaron vivir cerca del mercado.

“Esto apoya la idea de que el mercado fue el epicentro de la epidemia”, sostiene Worobey, que explica que los vendedores se infectaron primero y provocaron una cadena de infecciones entre los miembros de la comunidad en los alrededores.

El estudio también examinó muestras de hisopos tomadas de las Superficies del mercado, como los suelos y las jaulas, tras el cierre del mismo. Las muestras que dieron positivo para el SARS-CoV-2 estaban significativamente asociadas a los puestos que vendían animales salvajes vivos.

Los investigadores determinaron que los mamíferos que ahora se sabe que son susceptibles al SARS-CoV-2, incluidos los zorros rojos, los tejones y los perros mapaches, se vendían vivos en el mercado de Huanan en las semanas anteriores a los primeros casos registrados de COVID-19.

El segundo estudio, un análisis de los datos genómicos del SARS-CoV-2 de los primeros casos, fue codirigido por Jonathan Pekar y Joel Wertheim, de la Universidad de California en San Diego, y Marc Suchard, de la Universidad de California en Los Ángeles, ambos en Estados Unidos, así como por Andersen y Worobey.

Determinaron que la pandemia, que inicialmente involucró dos linajes sutilmente distintos de SARS-CoV-2, probablemente surgió de al menos dos infecciones separadas de humanos de animales en el mercado de Huanan en noviembre de 2019 y quizás en diciembre de 2019. Los análisis también sugieren que, en este periodo, hubo muchas otras transmisiones del virus de animales a humanos en el mercado que no se manifestaron en los casos registrados.

Los autores utilizaron una técnica conocida como análisis de reloj molecular, que les permitió llegar a la hipótesis de que una introducción singular del virus en el ser humano, en lugar de múltiples introducciones, sería incoherente con los datos del reloj molecular. Estudios anteriores habían sugerido que un linaje del virus, denominado A y estrechamente relacionado con los parientes virales de los murciélagos, dio lugar a un segundo linaje, denominado B.

Lo más probable, según los nuevos datos, es un escenario en el que los dos linajes saltaron de los animales a los humanos en ocasiones separadas, ambas en el mercado de Huanan, según Worobey.

Así, los dos estudios aportan pruebas de que la COVID-19 se originó mediante saltos de animales a humanos en el mercado de Huanan, probablemente tras la transmisión a esos animales de murciélagos portadores de coronavirus en la naturaleza o en granjas de China.

En el futuro, los investigadores afirman que los científicos y los funcionarios públicos deben tratar de comprender mejor el comercio de animales salvajes en China y en otros lugares y promover la realización de pruebas más exhaustivas de los animales vivos que se venden en los mercados para reducir el riesgo de futuras pandemias.

Desde que supimos de la existencia del virus que salió de Wuhan, en China, comenzó a circular un video de Bill Gates del 2015 en el que pronosticaba que en los siguientes cinco años podría venir una pandemia. Como tuvo razón, el video se volvió viral. El año pasado el mismo Bill Gates publicó un libro que es a la vez esperanzador y tétrico al hablar de lo que viene para la humanidad si no hacemos hasta lo imposible para frenar nuestras emisiones de carbono que están calentando el planeta.

Entre las conclusiones de Gates en su libro How to Avoid a Climate Disaster, el empresario y filántropo pronosticó que la pandemia terminaría en el 2021 gracias a las vacunas. Esto, como bien sabemos, no ha ocurrido. Está arrancando el 2022 y los contagios por la variante ómicron obligaron a detener la euforia que tuvimos el último trimestre del año y a preguntarnos, si no fue en el 2021 ¿será el 2022 cuando le digamos adiós a la pandemia?

Vuelvo a Bill Gates. Escribió el 22 de diciembre un hilo en twitter en el que volvió a dar su punto de vista sobre la pandemia, señalando que estamos en el momento más complicado. Lo malo, escribió Gates, es que ómicron llegará a todas nuestras casas. Lo bueno es que es tan contagioso que una vez que es dominante en un país, la ola dura aproximadamente 3 meses. Si tomamos las medidas necesarias, veremos el fin de la pandemia en el 2022.

Esperemos que Bill Gates esté en lo correcto y que este sea el año en que termine la pandemia y el SARS-COV2 sea una enfermedad más.

En Sudáfrica la ola ómicron ya pasó. Fue una ola tremendamente alta, pero también muy rápida. Los casos llegaron a ser de 23 mil al día a mediados de diciembre y ahora siguen bajando en picada, ayer fueron 8 mil al día. Las muertes y hospitalizaciones por esta variante fueron mucho menores que con las anteriores. Si vemos las gráficas de Our World In Data se ven las cuatro olas de infecciones clarísimas, pero no hay una cuarta ola de muertes.

Los estudios apuntan que ómicron es un virus que se queda generalmente en la nariz y garganta. En la parte alta de nuestro sistema respiratorio. Por ello es menos grave, ya que no causa el daño en nuestros pulmones que sí causaban las variantes anteriores. Pero también se cree que esto lo hace más transmisible ya que el virus lo tenemos en nariz y boca (saliva) y por ello la persona infectada lo pasa más fácilmente a quienes estén cerca. Además, en pruebas de laboratorio se ha visto que la variante ómicron es más fuerte para infectar que la delta. Por ello ómicron está ganado la batalla de contagios.

Ante tantos contagios, para mediados del 2022 la mayoría de la gente tendrá algún tipo de inmunidad, ya sea por vacunación o por infección. Con ello vendrá la famosa inmunidad de rebaño y el fin de la pandemia. Para julio-agosto el Covid será endémico. Esta es la predicción del Dr. Anthony Fauci, el director de Epidemiología y Enfermedades Infecciosas de La Casa Blanca.

En medio de esta predicción hay que apuntar una gran interrogante: ¿existe la posibilidad de que surja una nueva variante, igual o más contagiosa que ómicron, pero que además sea más grave?
Apostilla:

Estas predicciones son con los datos disponibles. México no hace un buen acopio de datos y tenemos a un encargado de la pandemia, Hugo López-Gatell, que no nada más no se encarga de ella, sino que obstaculiza las medidas para mitigarla. Es el caso en su empecinamiento de no vacunar a menores. Criminal.

Columna completa en El Universal

Investigadores de la Universidad de Burgos, España, y de la Universidad Federal brasileña de Santa Catarina han llevaron a cabo un estudio que demuestra la presencia del virus SARS-CoV-2 en aguas residuales en Brasil en noviembre de 2019.

Según informó la institución española, el estudio, publicado en la revista Science of the Total Environment, ha analizado la presencia del virus SARS-CoV-2 en aguas residuales en Florianópolis, una ciudad de Brasil a finales de noviembre de 2019.

Los resultados señalan que el SARS-CoV-2 probablemente circulaba sin ser detectado en Brasil desde noviembre de 2019, casi dos meses antes del primer caso notificado en el continente, el 21 de enero de 2020, y un mes antes de la notificación de los primeros casos clínicos en Wuhan, China, a finales de diciembre de 2019.

En el estudio se analizaron aguas residuales humanas de Florianópolis recogidas directamente del sistema de alcantarillado para la detección del virus SARS-CoV-2 desde octubre de 2019 hasta marzo de 2020. El virus se detectó mediante diferentes sistemas de RT-qPCR recomendados por el centro de control de enfermedades americano y las autoridades europeas, y los resultados de todas las muestras positivas se confirmaron además en un laboratorio independiente.

Para corroborar la veracidad de los resultados, se secuenciaron los productos de RT-qPCR para confirmar la identidad con SARS-CoV-2 y se realizó un estudio de secuenciación directo y completo de las muestras de aguas residuales positivas a la presencia del virus.

El ARN del virus SARS-CoV-2 se detectó el 27 de noviembre de 2019, y la detección fue confirmada en un laboratorio independiente y mediante el análisis de secuenciación de la muestra de agua residual. Las muestras en los tres análisis posteriores (diciembre de 2019, febrero de 2020 y marzo de 2020) dieron resultado positivo en todos los ensayos de RT-qPCR, incluso con un fuerte incremento en las muestras tomadas a principios de marzo.

La relevancia de este estudio radica en que se trata de la primera detección de la presencia de ARN del virus SARS-CoV-2 a nivel mundial, el 27 de noviembre de 2019 e implica además la presencia y circulación del virus en el continente americano al menos desde esa fecha, 56 días antes de la primera notificación oficial de un caso clínico de covid-19 en ese continente y más de 90 días antes en el caso de Brasil.

De esta manera, los hallazgos encontrados apuntan a que el SARS-CoV-2 circulaba desapercibido en la comunidad durante algunos meses antes de que se declarara el estado de pandemia. Los resultados también muestran que la carga viral de SARS-CoV-2 se mantuvo constante hasta principios de marzo, luego aumentó coincidiendo con el inicio de los casos de covid-19 en la región de Santa Catarina, donde se encuentra Florianópolis.

Arturo Sarukhan

EL UNIVERSAL

 

 

A lo largo de la historia, el orden internacional ha tendido a cambiar gradualmente al principio y de pronto se acelera y cristaliza. A manera de ejemplo, si bien desde el período de entreguerras Estados Unidos ya había rebasado al Reino Unido como la principal potencia global, en 1956 una intervención fallida en el canal de Suez puso al descubierto la degradación del poder británico y marcó su capítulo final como potencia global. Hoy Estados Unidos sigue siendo la principal potencia en el mundo, pero desde hace ya una década China, como la gran potencia retadora, ha venido nivelando el terreno de juego, y si Washington no reacciona a tiempo, el COVID-19 bien podría marcar otro “momento Suez” de inflexión geopolítica mundial.

La relación entre Estados Unidos y China parece encontrarse en este momento en una espiral descendente y refleja en la actual coyuntura de la pandemia, una especie de historia dickensiana de dos naciones. Por un lado, el papel de EE.UU como líder global en las últimas siete décadas se construyó no solo sobre su riqueza económica, su poderío militar y diplomático y su capacidad de innovación e reinvención singulares, sino que se fincó también en la legitimidad que fluía de sus instituciones democráticas y su gobernanza interna, así como -de tiempo en tiempo- de la provisión de bienes públicos globales, su contribución a un orden internacional basado en reglas y la capacidad y disposición para coordinar respuestas globales a la crisis del momento. El nuevo coronavirus está poniendo a prueba estos factores del liderazgo estadounidense y hasta ahora, la Administración Trump está reprobando de manera estrepitosa ese examen. Por el otro, hasta hace unos meses China parecía estar tambaleándose bajo el impacto de la pandemia. Su economía estaba en caída libre y la muerte de un médico en Wuhan que había denunciado el manejo de política de salud pública de Beijing había desatado una revuelta en línea contra las autoridades del país. Desde entonces, China había estado buscando una oportunidad para cambiar la narrativa como la nación que encubrió y permitió la propagación acelerada del virus a la de una potencia global magnánima que ofrece liderazgo en un momento de pánico y peligro en buena parte del resto del mundo. A medida que Washington vacila, Beijing se mueve rápida y hábilmente para aprovechar el boquete creado por los errores de Donald Trump, llenando el vacío para posicionarse como el líder mundial en la respuesta a la pandemia. China está tratando de convertir su crisis de salud en una oportunidad geopolítica, mostrándose como una potencia responsable (amén de lo que pueda ocurrir en Hong Kong) tal como lo hizo después de la crisis financiera de 2008, cuando su estímulo económico ayudó a elevar la demanda global, suministrando -vía el andamiaje de La Franja y la Ruta- equipos médicos, asesoramiento y, en algunos casos, personal, a países de África, Oriente Medio, Latinoamérica y el Caribe e incluso Europa. Pero mientras que durante la gran recesión Beijing coordinó sus esfuerzos con los de EE.UU, esta vez está combinando sus donaciones humanitarias a países afectados con retórica antiestadounidense (en gran medida en el marco de su guerra comercial bilateral y como respuesta a las diatribas de Trump y a su intento xenófobo por colocarle sello de ‘Hecho en China’ al virus). La sensación que queda con este círculo vicioso es la de una superpotencia en ascenso que intenta mostrar a la superpotencia del estatus quo cuál de las dos naciones es la más importante.

¿Podrán ambas naciones escapar en esta coyuntura lo que el internacionalista Graham Allison llama la trampa de Tucídides? En su “Guerra del Peloponeso”, el historiador y general griego describe que fue el ascenso de Atenas y el temor que eso inculcó en Esparta lo que hizo que la guerra fuese inevitable. En el pasado, cuando potencias retadoras y del estatus quo evitaron la guerra, se requirió de ajustes enormes y dolorosos en las actitudes y acciones no sólo de la nación retadora sino también de la retada. Históricamente en las relaciones internacionales, suelen coincidir tres atributos que convierten una emergencia internacional en una reconducción pacífica del realineamiento geopolítico: la existencia de una alianza en tiempos de conflicto o volatilidad que se transforma en una coalición de paz o estabilidad; un final identificable, marcado y claro de la crisis con el que comienza un nuevo capítulo en el sistema internacional; y la presencia de un país poderoso y visionario para guiar el esfuerzo. Hoy, esos
tres atributos están ausentes, y la relación entre Estados Unidos y China se ha deteriorado al nivel más bajo desde la masacre de Tiananmen en un momento particularmente desafortunado, cuando los dos países deberían unir fuerzas para mitigar los estragos sociales económicos y financieros -y eventualmente los geopolíticos- causados por la pandemia. Después de más de 40 años de interacción entre Estados Unidos y China, las dos superpotencias no han podido salvar el abismo ideológico que las separa. Una pandemia global podría haber servido como una ocasión para una mayor cooperación: en realidad, solo ha hecho que la brecha sea más patente.

Si bien el conflicto no es inevitable y esta nueva era de rivalidad geopolítica puede diferir en aspectos importantes de las tensiones de Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética entre 1947 y 1991, las diferencias irreconciliables en los valores políticos y las ambiciones estratégicas entre China y EE.UU están destripando la confianza mutua. La competencia estratégica seguirá siendo el paradigma dominante, una competencia que tiene, además, implicaciones directas para México en virtud de nuestra vecindad con EE.UU y la interdependencia de nuestras economías. La pregunta es si esa rivalidad creciente, esa “Guerra Fría 2” como muchos analistas ya la están bautizando, se inclina hacia una hostilidad permanente y total y un cambio estructural del foco de poder global.

Mucho dependerá -más allá de las megatendencias y cálculos geopolíticos- de lo que suceda políticamente tanto en Washington como en Beijing. Pensar simplemente que esta polarización estratégica existe solo porque está Trump en el poder sería confundir síntoma con enfermedad; en la última década se ha dado un realineamiento bipartidista en Estados Unidos (https://www.eluniversal.com.mx/articulo/arturo-sarukhan/nacion/aguila-co…) hacia una relación de mayor dureza y realismo con China. Pero por ahora, ciertamente la ruta más directa y la mejor esperanza para el resto del mundo para impulsar en el mediano plazo la cooperación global ante la pandemia y evitar que la dislocación geopolítica entre ambas naciones sea aún mayor es la derrota de Trump en las urnas en noviembre.

China, país fuertemente criticado por su falta de transparencia cuando surgió el nuevo coronavirus, revisó sus cifras y anunció este viernes 1,300 muertos adicionales por la pandemia.

Los balances oficiales de Pekín de contagios y decesos por coronavirus provocan desde hace semanas numerosas sospechas, aunque los responsables chinos aseguraron este viernes que no han ocultado datos aunque sí hubo “omisiones” y “retrasos”.

El país había informado hasta ahora de 3,342 muertos y más de 82,000 contagios, con cerca de 1,400 millones de habitantes.

Este viernes, Wuhan, ciudad en la que brotó el virus en diciembre pasado, explicó que en el apogeo de la epidemia algunos pacientes murieron en casa porque no podían ser atendidos en hospitales y no fueron contabilizados.

Con estas nuevas cifras, el saldo total de fallecimientos en China se situaría en 4,632 decesos.

Las preguntas sobre el origen del virus se multiplican. Hasta ahora se creyó que apareció en un mercado al aire libre de Wuhan donde se vendían vivos ciertos animales de especies raras. El nuevo coronavirus sería de origen animal, parecido a un patógeno presente en los murciélagos, habría pasado al hombre y mutado.

Pero la prensa estadounidense abrió una nueva hipótesis. Según el Washington Post, la embajada de Estados Unidos en Pekín alertó hace dos años sobre las escasas medidas de seguridad de un laboratorio que estudiaba los coronavirus de los murciélagos.

Según la televisión Fox News, este nuevo coronavirus habría brotado en este lugar debido a un error involuntario.

El jueves, en una entrevista con el Financial Times, el presidente francés Emmanuel Macron estimó que había zonas oscuras en la gestión china y que “hay cosas que sucedieron que no sabemos”.

El presidente chino Xi Jinping, sorprendió esta martes al visitar Wuhan, epicentro del nuevo Covid-19. Ahí el presidente afirmó que el coronavirus está “prácticamente contenido” en la ciudad y su provincia, Hubei.

“Los primeros resultados fueron obtenidos estabilizando la situación y cambiando la tendencia en Wuhan y en Hubei”, donde 56 millones de habitantes están en cuarentena desde finales de enero, declaró Xi según la prensa local.

La visita de Xi Jinping coincide con el anuncio de nuevas cifras del ministerio de Sanidad, con solo 19 casos nuevos en las últimas 24 horas. Se trata de una caída espectacular en relación a los centenares de contaminaciones diarias durante el mes de febrero y una muestra que las drásticas medidas adoptadas por China están dando resultado.

Xi Jinping, quien portó un cubrebocas, llegó el martes por la mañana a Wuhan y luego visitó el hospital de Huoshenshan, el que fue construido en solo diez días para hacer frente a la epidemia. Según las imágenes de Xinhua, Xi habló con enfermos y personal médico por videoconferencia.

También visito un barrio residencial de Wuhan para hablar con habitantes en cuarentena y con agentes encargados de aplicar medidas de prevención.

“No hay que rebajar el esfuerzo”, aseguró el mandatario en su visita, añadiendo que la propagación del Covid-19 está “prácticamente contenida”.

Sin embargo, la visita de Xi desató críticas en internet. Le acusaron de que no haber visitado el epicentro del coronavirus en el puntó más álgido; pero ahora que la situación va mejorando, acude acompañado de los medios.

Recordemos que el nuevo coronavirus apareció en diciembre en Wuhan, antes de propagarse a la provincia de Hubei, y luego al resto del país y al mundo.

China tomó en enero medidas drásticas. La mayoría de ciudades de Hubei quedaron aisladas y en el resto del país millones de personas fueron puestas en cuarentena preventiva. Ahora, las autoridades anunciaron que las personas no contaminadas y que no hayan estado en contacto con enfermos podrían ahora viajar dentro de la provincia.

En contrate, sesenta millones de italianos recibieron este martes la consigna de quedarse en sus casas, una medida sin precedente para intentar frenar el avance del nuevo coronavirus.

“Todos a casa, todo cerrado”, eran los títulos de la prensa italiana este martes, con los que se resumía el decreto firmado por el jefe de gobierno Giuseppe Conte, que decidió extender a todo el país las medidas que ya habían confinado desde el domingo a la población del norte de la península.

“Voy a firmar un decreto que puede resumirse así: ‘Me quedo en casa’ (…) toda Italia será una zona protegida”, dijo el jefe de gobierno. Pidió a todos los italianos “evitar los desplazamientos” salvo para ir a trabajar, comprar víveres o recibir cuidados médicos.

Adicional, todas las reuniones multitudinarias de personas quedan también prohibidas.

Italia se convierte así en el primer país del mundo en extender a todo su territorio medidas drásticas para intentar contener la epidemia que ya se ha cobrado 463 vidas y ha contagiado a unas 9,000 personas.

El gobierno de México informó que repatrió hoy a tres mexicanos que solicitaron ser trasladados desde Wuhan, República Popular China, con motivo del brote de COVID-19.

Indicaron que la acción contó con el apoyo del Gobierno de Colombia, quien transportó a los mexicanos hasta Bogotá.

La Secretaría de Salud indicó que los connacionales no han presentado síntomas de enfermedad desde el inicio de la actual contingencia sanitaria, lo que además fue un requisito sanitario para considerar su repatriación.

Detalló que cumplieron con los protocolos sanitarios de China, incluyendo las medidas de distanciamiento social, durante más de un mes. Fueron sujetos a revisiones médicas de salida por autoridades chinas, así como de pre-abordaje por autoridades colombianas.

Durante el último vuelo hacia nuestro país fueron acompañados por un médico especialista en bioseguridad y control de infecciones de la Secretaría de Salud y de Sanidad Naval, quienes aplicaron y supervisaron el protocolo específico de bioseguridad para el traslado de repatriados desde zonas de alto riesgo y evidenciaron que los connacionales mexicanos llegaron sin presencia de signos, ni síntomas de la enfermedad hasta su entrega al servicio de sanidad internacional del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).

El servicio de sanidad internacional del AICM realizó una segunda valoración médica, en apego a sus protocolos, incluida, únicamente para esta ocasión, la toma de muestras biológicas para descartar la posibilidad de SARS-CoV-2 y por lo mismo, descartar la condición de portabilidad del virus.

Las autoridades indicaron que los ciudadanos serán trasladados a sus domicilios particulares en donde cumplirán, durante catorce días, con un protocolo de aislamiento domiciliario como medida preventiva, con el seguimiento continuo y directo por parte de los servicios de salud de sus respectivas localidades.

“El proceso de repatriación se llevó a cabo con apego a las recomendaciones del Reglamento Sanitario Internacional y con pleno respeto a los derechos humanos de los connacionales”, aseguró el obierno.

La tarde-noche de ayer, 10 mexicanos procedentes de Marsella, Francia, aterrizaron en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México a bordo del vuelo 498 de Lufthansa, de la Ciudad de México, luego de permanecer 14 días en cuarentena tras su salida de Wuhan, China, por la alerta del Covid-19.

“Siento mucha tranquilidad de estar aquí en casa, sobre todo por mis padres”, afirmó Martín Enrique Gutiérrez, quien comentó que se enteró del llamado coronavirus cuando se encontraba en su hotel, razón por la que tuvo que permanecer encerrado, por indicaciones de las autoridades sanitarias de China.

“Yo estuve encerrado 10 días desde que empezó la cuarentena (en Wuhan por el coronavirus). Los últimos días se veía la ciudad sola como fantasma, casi no había nadie en la calle”, narró el ingeniero mecánico-automotriz, originario de Chihuahua.

Agradeció el apoyo del gobierno de Francia, donde permaneció, junto al grupo de mexicanos, a quienes se les siguieron todos los protocolos sanitarios establecidos por las autoridades de esa nación y al comprobarse que no presentaron síntomas del virus, recibieron su certificado médico.

El grupo de mexicanos arribó a Francia el pasado 2 de febrero proveniente de Wuhan, provincia de Hubei, a la base militar de Istres al sur del país, desde donde fueron trasladados a una zona de confinamiento donde permanecieron los 14 días.

“Yo estoy muy agradecida con el gobierno de Francia. Nos cuidaron mucho, nos trataron muy bien, nos trataron de una manera increíble. Nosotros desde el momento en que llegamos a Francia estuvieron en contacto continuo todo el tiempo“, comentó a su vez Valeria Díaz.

Al comentar que tenía muchos sentimientos encontrados, comentó que hay varios mexicanos que aún permanecen en China, aunque dijo desconocer de cuánto se trata y confió en que en algún momento que las cosas mejoren, regresará a continuar sus estudios en China, sobre economía y tratados internacionales.

Daniel Stamatis también se mostró feliz de arribar al país, al agradecer todo el apoyo que recibieron de las autoridades francesas y dejar claro que la salida de Wuhan fue difícil, dónde permaneció por siete años. “Lo complicado fue el trámite…pero ahora estoy encantado de la vida”.

Bernardo Aguilar, director general para Europa de la SRE, informó que aún hay cerca de siete connacionales que permanecen en Wuhan, China, en buenas condiciones de salud; “no tenemos información de que tengamos algún contagio”, subrayó.

Entrevistado en el aeropuerto tras recibir a los 10 mexicanos que estuvieron en Marsella, Francia, señaló que se buscarán los medios en caso de que más connacionales quieran salir de Wuhan. 

El funcionario pidió no utilizar el término evacuación: “no es una evacuación, las personas que quieren retirarse de allá (Wuhan) lo pueden hacer, hay otras que se quieren quedar, otros que se quieren salir y aquellas personas que quieren salir, buscaremos los medios”.

Aguilar Calvo destacó que la cancillería está en comunicación con la delegación mexicana en China “y no tenemos información de que tengamos algún contagio”.

A pregunta expresa refirió que la instrucción del secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, fue la de recibir adecuadamente a los 10 mexicanos que llegaron este domingo, a fin de otorgarles todas las facilidades.

El nuevo nombre que la Organización Mundial de la Salud (OMS) le otorgó al nuevo Coronavirus surgido en China será COVID-19, esto con la intención de terminar con las confusiones y los nombres erróneos.

El nuevo nombre se compone de las primeras letras de la enfermedad en inglés: Corona (Co), Virus (Vi), Disease (D) y el año en que se localizó, 2019 (19).

La OMS recordó que está prohibido nombrar a una enfermedad como un punto geográfico, como es el caso de quienes llamaron esta enfermedad “virus de Wuhan”, así como llamarla como un especie animal y mucho menos como un grupo de personas.

El director de la OMS, Tedros Adhanom, anunció que, después de la coordinación con el Secretario General de la ONU, se enviará un equipo de manejo de crisis del sistema de las Naciones Unidas a las regiones que lo requieran, sobre todo a China.

En este país se encuentra el 99% de los casos de Covid-19, detectada en diciembre del año pasado en el mercado de Wuhan, de la provincia de Hubei que permanece cerrada.

Aclaró que este periodo se trata de una ventana de oportunidad, en el cual se deben valorar los esfuerzos de China para contener el contagio, pero recordó que en caso de no prevenir no se podrá hacer nada en contra de esta.

Anunció que al menos 400 científicos se reunirán a partir de mañana para concentrar esfuerzos en atacar y prevenir la propagación de la enfermedad, comenzando con recomendaciones básicas de protección, empleadas por otras enfermedades como la gripe común o la influenza.

La OMS calcula que emplearán al menos 18 meses más para lograr concretar una vacuna que ataque esta enfermedad, pero recuerdan que hasta ahora se ha podido atender a diferentes pacientes.

Hasta el momento la organización tiene registrados 42 mil 708 pacientes, sólo 393 se encuentran fuera de China, por lo que esperan que las acciones de control continúen funcionando y se sigan respetando.

Aclaró que se han podido superar otras crisis, como es el caso del Ébola, que ya cumplió 42 días sin contagios nuevos, aunque el día de mañana el comité de emergencia se volverá a reunir para abordar el desarrollo del Ébola.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo esta mañana que el coronavirus 2019-nCoV aún no ha desatado una “pandemia, término que se aplica en una situación de propagación global de una enfermedad, ya que África y América Latina carecen de casos confirmados.

“Actualmente, no estamos en una situación de pandemia (…) estamos en una fase epidémica con brotes múltiples”, dijo Sylvie Briand, directora del departamento de Preparación Mundial de la OMS para Riesgos Infecciosos en conferencia de prensa.

Hasta el momento se han registrado 20 mil 676 casos en todo el mundo, 427 fallecidos y 664 recuperados. Al menos 20 mil 467 de los infectados se encuentran en China y 425 de las muertes también han sido en ese país.

Briand reconoció que el contagio de persona a persona es intenso y que por ello las autoridades chinas han tomado medidas para limitar su propagación.

Aceptó que el coronavirus originado en la ciudad de Wuhan, es un gran “desafío” pero estimó posible detener la transmisión e incluso “eliminar” el virus.

Al respecto, China ha intensificado los esfuerzos para contener la propagación del nuevo coronavirus debido a que se ha confirmado un creciente número de casos de infecciones.

China ha movilizado 20 hospitales móviles desde todo el país hacia Wuhan, el epicentro del brote para atender a los pacientes con síntomas leves. Esos hospitales modulares llegarán a la ciudad a partir de hoy. Adicional, lanzó el lunes un programa de investigación para evaluar el valor clínico de la medicina tradicional china combinada con la medicina occidental en la prevención y el tratamiento de la neumonía causada pro el nuevo coronavirus.

La mayoría de los pacientes que han sido infectados por el nuevo coronavirus sólo muestran síntomas leves, dijo Jiao Yahui, un funcionario de la Comisión Nacional de Salud, durante una conferencia de prensa.

La tasa de mortalidad actual de los casos de contagio del nuevo coronavirus en la parte continental china ha disminuido a 2.1%.

El primer grupo de pacientes infectados con el nuevo coronavirus está siendo transferido al Hospital Huoshenshan (Montaña del Dios de Fuego), que fue entregado el domingo luego de ser construido en 10 días.

China inició este viernes la construcción de un hospital destinado a recibir a un millar de pacientes víctimas del coronarivus, a partir del 3 de febrero, informó la prensa estatal.

Según imágenes difundidas en la televisión, la maquinaria se alistaba para preparar el terreno donde se levantará el centro médico en Wuhan, el epicentro del brote, una ciudad con 11 millones de habitantes en el centro del país.

Los trabajos concluirán en tiempo récord y el hospital, de 25.000 metro cuadrados, abrirá sus puertas el 3 de febrero, según la agencia Xinhua.

Únicamente aceptará enfermos de la neumonía viral de origen desconocido que ha contaminado desde diciembre a 830 personas, de las que han muerto 26, según el último balance.

El lugar “aliviará la escasez de recursos médicos”, precisó la agencia de prensa oficial.

La ciudad de Wuhan, donde se ha registrado la mayoría de los contagiados, quedó el jueves bajo cuarentena pues los habitantes no están autorizados a salir.

Se ha constatado una falta de camas en los hospitales destinados a recibir a los pacientes contaminados por el nuevo coronavirus.

“Movilizamos a todos los obreros que están en Wuhan para trabajar por equipos rotatorios que garanticen el trabajo las 24 horas del día”, declaró Zhang Chongxi, jefe de la empresa Wuhan Construction, según la agencia.

China había construido un hospital en tiempo récord, una semana, durante la epidemia del SRAS en 2003. El lugar parecía un edificio prefabricado. El nuevo hospital de Wuhan habría sido concebido siguiendo el mismo modelo.

El Gobierno de Tamaulipas, a través de la Secretaría de Salud, informó que bajo un estricto protocolo de bioseguridad nivel tres, visitó, tomó muestras e inició investigación a un paciente masculino con enfermedad respiratoria con antecedente de visita a la Ciudad de Wuhan, Hubei, en China, donde se originó y se han confirmado diversos casos de coronavirus.

Gloria Molina Gamboa, secretaria de Salud informó que tras la notificación del área de urgencias del ISSSTE en Reynosa, se dio parte a la Dirección General de Epidemiologia para solicitar diagnóstico en el InDRE, para identificación de virus respiratorio.

Detallaron que el paciente masculino, de 57 años, de origen asiático, con residencia habitual en Reynosa, se encuentra asintomático, solamente presenta tos seca y rinorrea; actualmente sin fiebre y en constante comunicación con los servicios de salud.

Subrayó que como parte del protocolo, la dependencia a su cargo instaló en esta ciudad fronteriza una red negativa hospitalaria para la detección temprana de neumonías y síndromes de insuficiencia respiratoria severa, sin que se hayan presentado casos sospechosos.

La titular de la SST reveló que el pasado 25 de diciembre 2019, el paciente viaja a China, saliendo de Reynosa a la Ciudad de México, con escala en Tijuana, posteriormente llegada a Beijing, y el mismo día a la Ciudad de Wuhan, Hubei.

Llegando a dicha ciudad, convivió con cuatro familiares, con quienes se comunica diariamente y actualmente se reportan sanos, “no tuvo convivencia con animales y visitó algunas ciudades cercanas (menos de 100 Km en tren)”.

Precisó que regresó el día 10 de enero, saliendo de la Ciudad de Wuhan, Hubei, con rumbo a Beijing, con escala en Tijuana, Ciudad de México y llega a Reynosa el día 11.

El lunes 13 de enero de 2020, inicia con tos (comenta rara); el jueves 16 inicia con flujo nasal, sin dolor de pecho o dolor de garganta; adicional subrayaron que vive solo y no convive con personas enfermas (respiratorias)

Molina Gambia precisó que tanto al paciente como a su acompañante, se obtuvieron muestras de faringe y orofaringe, las cuales partieron este miércoles por la mañana rumbo al InDRE para su diagnóstico el cual se espera en menos de 72 horas.

Se le indicó tratamiento a base de oseltamivir, además de aislamiento social por cinco días, hasta su mejoría, en tanto se programó una visita a su centro de trabajo donde se realizará búsqueda activa de contactos y casos sospechosos.

Una persona que viajó desde China fue diagnosticada en Seattle con el coronavirus de Wuhan, confirmó este martes un portavoz de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.

El coronavirus, recientemente identificado, se originó en la ciudad china de Wuhan y se ha extendido a Pekín y Shanghái.

La persona afectada fue hospitalizada la semana pasada y, según las autoridades, se encuentra “bastante enferma” tras haber viajado recientemente a Wuhan.

Hasta ahora, más de 300 personas han sido infectadas y seis han muerto, según funcionarios de salud chinos.

La semana pasada, los CDC comenzaron a evaluar a los viajeros de China en tres aeropuertos estadounidenses. Además del caso en Seattle, se han reportado otros en Corea del Sur, Tailandia y Japón.