Gran revuelo causó una desafortunada redacción en un artículo propuesto para la nueva constitución de la recién creada Ciudad de México. Como si el horno estuviera para bollos, algo que pudo haberse resulto si los constituyentes y los asambleístas hicieran su trabajo, pero en su lugar se originó tremendo revuelo que llevó a gritos de ¡vivimos en la URSS! ¡quieren acabar con la propiedad privada!

 

Y como el historial de abusos de la clase política abunda, la simple propagación de que se quiere imponer oooootro impuesto para los ciudadanos, en este caso de la Ciudad de México, se ha vivido como una muestra más de la voracidad de nuestros gobernantes.

 

Me explico.

 

El Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, envió a la Asamblea Constituyente un proyecto que contenía un cambio al artículo 122 Constitucional. En el artículo 21 numeral 7 del proyecto de constitución local se le hizo un cambio de redacción que planteaba que los incrementos en el valor del suelo, derivados de la inversión a éste, formarían parte de la riqueza pública de la Ciudad.

 

El responsable de esta redacción ha sido, según fuentes del gobierno local, el reconocido arquitecto Enrique Ortiz Flores, miembro del consejo asesor del Jefe de Gobierno para la constitución local. Vaya problema en que metió al Jefe de Gobierno obligando a enfrentar un tema que ni se veía venir.

 

Pero la Asamblea Constituyente tiene la facultad de aprobar, reformar o desechar lo que reciben como propuestas. En lugar de ello, dos de los constituyentes – Santiago Creel y Ernesto Cordero – decidieron atacar políticamente difundiendo que se trataba de un intento por confiscar la propiedad privada a través de la plusvalía.

 

A ello se sumó la Asamblea Legislativa del DF (ALDF) cuya comisión de vivienda está presidida por Dunia Ludlow, del PRI. Ella junto con la panista Margarita Martínez Fisher, decidieron modificar la Ley de Vivienda y en el artículo 94 incorporar esa palabra hoy sinónimo de voracidad: plusvalía.

 

Más revuelo. Si bien el Jefe de Gobierno aclaró que él no aprobaría ningún nuevo impuesto sobre las propiedades la bola se fue a la cancha de la ALDF. Y la bola la tomó, ni más ni menos que el compañero de partido de Ludlow en la Cámara de Diputados, Cesar Camacho Quiroz, quien salió a medios a decir que el partido vetaría la ley de Ludlow si llegase a San Lázaro.

 

Algo que jurídicamente estaría por ver si procede pero lo que trasciende es que Camacho Quiroz salió a decir que ellos mismos desconocerían una ley que su propio partido había aprobado en la ALDF.

 

Ante los llamados decididos y enojados de la sociedad civil este abuso de la clase política quedó zanjado. Ayer salieron los asambleístas involucrados a decir que dan marcha atrás. Pero en su lugar dejó en evidencia la falta de sensibilidad de la clase política con la situación que el resto de los ciudadanos vivimos actualmente.

 

Devaluación, inflación, pérdida de empleos y un largo y complicado etcétera se ve acompañado de ataques políticos que dejan en medio a los ciudadanos cada vez más cansados de esta clase política. Y después nos preguntamos por qué tienen éxito los candidatos antisistema. En México y en el mundo.

 

El fenómeno Trump no nación por generación espontánea ni de un día para el otro.

 

Apostilla: dos muestras más de insensibilidad: La legislación electoral que permite que presidentes de partido se anuncien y promuevan mientras que los demás aspirantes deben de quedarse simplemente observando.¿Piso parejo? ¡Ajá! Y aunado a ello, el que estos spots sigan siendo gratis para los políticos que de por sí reciben carretadas de recursos públicos.

 

@AnaPOrdorica

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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