Lo mejor de Hillary: el ataque a Trump por su falta de claridad sobre pago de impuestos. Y lo mejor de él: que posicionó el tema del libre comercio.

 

Universidad de Hofstra, NY.— Primer encuentro cara a cara de Donald Trump y Hillary Clinton en esta contienda presidencial. Una contienda que comenzó pareciendo comedia cuando Trump anunció que quería buscar la Presidencia de Estados Unidos y que quince meses después amenaza con convertirse en una tragedia.

 

Lo mejor de Hillary Clinton la noche del lunes: el ataque frontal a Donald Trump por su falta de claridad en el reporte del pago de sus impuestos. ¿Por qué? Porque utilizó un lenguaje “trumpiano” para inferir, deducir, sospechar de que al no presentar este reporte, Trump esconde “algo” que implica “algo” muy grave en contra de la clase trabajadora estadunidense. Sembró la duda en el tema que más le preocupa a los ciudadanos: la economía y los empleos.

 

Todos quisieran ser tan inteligentes que logren no pagar impuestos, pero Hillary logró desnudar a Trump en el tema y que dijera exactamente eso: “fui inteligente al no pagar impuestos cuando busqué una licencia para poner un casino”.

 

Lo mejor de Donald Trump: los primeros minutos del debate en los que logró posicionar el tema del libre comercio, atacando bastante a México, pero logrando conectar con un porcentaje importante de los estadunidenses que, según una encuesta de la Universidad de Harvard publicada esta semana, son escépticos sobre los beneficios del TLCAN y demás tratados en sus vidas cotidianas.

 

También logró conectar cuando criticó los 30 años de Hillary en el servicio público en los que, dijo, no ha logrado hacer los cambios que ahora como candidata propone. Con esto Trump se posicionó como el externo a Washington que puede cambiar las cosas en una elección en la que tres cuartas partes del electorado dice que quiere algo diferente.

 

Seguramente veremos más de Trump reclamando a Hillary su falta de acción en el servicio público.

 

Lo peor de Hillary: que de nueva cuenta se vio como la estudiante sesuda que se prepara tanto que deja al resto de sus compañeros, en esta ocasión a gran parte del electorado, sin entender claramente qué dice o qué propone. Tanto cerebro y tan poco corazón la aleja del electorado.

 

Lo peor de Trump: que no logró mostrarse presidenciable. Sin preparación, cuando fue cuestionado sobre sus cambios radicales de opinión sobre el lugar de nacimiento de Barack Obama (tema delicado por sus tintes raciales) o su crítica a las mujeres, en concreto a la Miss Universo Alicia Machado, Trump quiso sacudirse estos lapsus sin dar explicación alguna. Algo que, por ejemplo, no le perdona en lo absoluto a Hillary cuando a sus correos electrónicos se refiere.

 

La sorpresa: que no se tocara el tema migratorio y que no se mencionara el famoso muro en ninguna sola ocasión.

 

¿Qué sigue? Esperar a ver si el repunte para Hillary Clinton es significativo tras seis semanas que llevaba de muy mal momentum en el que Donald Trump ha logrado acercarse a ella en las encuestas nacionales y en las encuestas de estados columpios clave como Colorado, Pennsylvania y Florida.

 

Ver también si alguno de estos temas logró atraer a votantes indecisos que en esta contienda son bastantes. Hace cuatro años la diferencia entre Obama y Romney era también de dos puntos a nivel nacional, pero contaban con la preferencia de 48 y 46 por ciento, respectivamente. En cambio ahora Hillary le lleva dos puntos de ventaja a Trump, pero con 42-40 por ciento de las preferencias. Esto significa que hace cuatro años había seis por ciento de votantes indecisos a estas alturas. Ahora hay entre 18 y 20 por ciento de votantes indecisos. ¿Logró alguno de los dos candidatos atraer a este segmento del electorado?

 

Ésa es la gran pregunta que queda de este primer round entre Hillary y Trump. Próxima parada, San Louis, Missouri, el 9 de octubre próximo.

 

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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