Las elecciones del domingo 5 de junio en seis estados dejaron importantes lecciones.
Primero que nada, el mapa político cambia más allá del color partidista. Después del triunfo de Mara Lezama en Quintana Roo y Tere Jiménez en Aguascalientes serán ya 9 mujeres gobernadoras en México, una cifra que no habíamos tenido jamás. Es un contraste positivo si tomamos en cuenta que al arranque de este gobierno solo había dos mujeres en los ejecutivos locales: Claudia Sheinbaum en la CDMX y Claudia Pavovlich en Sonora.
También está el cambio en el color del mapa político. Morena y sus aliados gobernarán 22 estados después del triunfo en Hidalgo, Tamaulipas, Quintana Roo y Oaxaca. Es un cambio en el color pero logrado a través de políticos que hace nada estaban en otros partidos.
En Hidalgo, Julio Menchaca fue priísta durante 35 años y renunció hasta el 2015. En Quintana Roo, Mara Lezama es del PVEM y en Tamaulipas Américo Villarreal estuvo 34 años en el PRI y renunció hasta el 2017.
Estas elecciones sin duda fueron un triunfo para el partido de Andrés Manuel López Obrador cuyo partido, aliado con el PVEM y PT, logró más votos que los de la oposición. Con datos que presentó ayer Leo Zuckermann en un evento de Bancomer al que estuve invitada, la oposición logró 46% de los votos el domingo frente a un 54% que logró la colación gobernante. Eso no ocurrió en la elección intermedia en la que la oposición ganó más votos que Morena.
Además, si separamos a la coalición y dejamos solo a Morena, es claro que es el único partido que puede por sí solo ganar elecciones. Ni PAN, ni PRI, ni por supuesto PRD ni Movimiento Ciudadano, podrían ganarle solos al partido fundado por López Obrador.
Por ello, ante la insistencia de MC de ir solo en las elecciones, tanto locales como hacia el 2024, urgen encuestas sobre la segunda preferencia de los electores. Integrantes de MC insisten en que no le quitan votos a la oposición sino a Morena, al dividir el voto. Si no sabemos qué piensan los priístas, panistas y lo que queda de los perredistas, al decidir votar por su segunda opción, es imposible entender a quién beneficia MC al ir solo.
Otro dato interesante de las elecciones del domingo es que en los estados en los que no hubo alianza opositora, Oaxaca y Quintana Roo, si bien ganó Morena, fueron los estados con mayor abstencionismo. Esto es señal de que Alejandro Murat y Carlos Joaquín decidieron quedarse al margen de las elecciones. Sin alianza opositora y sin ayuda de los gobernadores, Morena tiene mejores oportunidades de ganar.
Queda claro es que si la oposición llega con los liderazgos actuales, la van a tener más complicada. Entre los audios de ‘Alito’ Moreno, dirigente del PRI, y las predicciones anticipadas de Marko Cortes, también filtradas en audios en los que se escuchaba al Panista decir que solo triunfarían en Aguascalientes, ambos partidos se encuentran en pobres manos para la competencia en el 2023 en Coahuila y Estado de México y ni qué decir de la presidencial en el 2024. Estas dirigencias tienen que cambiar.
Por último, la organización y operación del INE fue impecable. Aún así sabemos que el presidente y su partido quieren una institución electoral sumisa a sus deseos y continuarán golpeando al INE hasta la elección y todavía después si es que no ganan en el 2024, algo que aunque el presidente quiera pintar como un triunfo que ya tienen en la bolsa, como dicen en el beisbol, el juego no se acaba hasta que se acaba.
Columna completa en EL UNIVERSAL