Tag

autoridades

Browsing

Al horror de la volcadura de un tráiler que dejó más de 55 centroamericanos indocumentados muertos le siguió lo previsible: el lamento de las autoridades y el anuncio de la creación de un grupo de acción para combatir el tráfico de migrantes. Tan, tan. La vida sigue.

¿Qué esfuerzos serios harán en México las autoridades para aclarar cómo pudo este tráiler pasar tres retenes sin que nadie se diera cuenta de que en la caja del tráiler iban más de cien personas hacinadas? Es más que plausible inferir que lo que ocurrió con estos migrantes es un modus operandi permitido y hasta auspiciado por autoridades en México que están de acuerdo con que aquí se trafique personas.

Como en todo en la vida, las pérdidas de unos son las ganancias de otros. Desde que Donald Trump anunció el programa ‘Quédate en México’ el tráfico de personas ha crecido. La tragedia para quienes deben pagar hasta 12 mil dólares para ir hacinados en un tráiler o en autobús hacia Estados Unidos es un negociazo para sus traficantes.

Carlos Denton, Director de CID/Gallup, estuvo en un podcast recientemente hablando de como en el mundo hay 144 millones de personas que quieren irse a Estados Unidos. Para ello lo más fácil es salir de Centroamérica, cruzar México e intentar llegar a EUA.

La empresa de Denton ha infiltrado mujeres haciéndose pasar por madres migrantes indocumentadas intentando llegar a Estados Unidos. Con ello han encontrado información valiosa sobre este tráfico de personas. Saben, por ejemplo, que el hijo del líder de los Zetas en el Golfo se fue a estudiar a Harvard. Ahí, en lugar de pensar en armar un negocio legal, se dio cuenta del enorme mercado que podía representar el tráfico de personas. El programa Quédate en México dejaría a muchos más indocumentados varados en México en dónde las autoridades se preocupan poco por qué les pasa cuando son regresado a nuestro país. Y tuvo razón. Denton estima que los Zetas obtienen entre 350 y 400 millones de dólares al año por tráfico de migrantes.

Hay miles de historias de este tráfico de personas. El Washington Post publicó un reportaje desgarrador a principios de año en donde la reportera Arelis R. Hernández cuenta el calvario de Nancy, una mujer salvadoreña, y sus dos hijos, Andrea y David, para llegar a Estados Unidos.

No sólo tuvieron que lidiar con las condiciones terribles para llegar a la frontera. Una vez ahí se quedaron en un campamento en Matamoros en donde las condiciones climáticas y de insalubridad fueron terribles. Pero lo peor fue cuando llegaron a Reynosa en autobús. Ahí fueron secuestrados juntos con miles de migrantes más. Por persona pedían que la familia en Estados Unidos depositara $500 dólares para poder ser liberados.

El calvario de Nancy; los datos de Denton; la tragedia del tráiler de la muerte…todo esto ocurre en México, en donde no se ve ningún tipo de esfuerzo relevante por luchar en contra del tráfico de personas. Es una tragedia y una auténtica vergüenza.

Columna completa en El Universal

La realidad en materia de seguridad ha cambiado dramáticamente, para mal. Lejos de tener una estrategia con metas específicas para presentar resultados, tenemos a un Secretario de Seguridad Pública que señala puntos de inflexión al mismo que tiempo que queda claro que la situación ha empeorado y hay dos factores que lo demuestran contundentemente.

Lo primero es que, de tener un problema grave de inseguridad en pocas ciudades, como Coahuila; Ciudad Juárez; Matamoros y Reynosa, ahora la inseguridad está en prácticamente todo el país, salvo pequeñas islas de tranquilidad como Mérida.

Lo segundo es que ahora los delitos no discriminan niños, mujeres ni familias. La delincuencia ya cruzó esa línea y ya no respeta. Ante la impunidad, la matanza va parejo, como quedó claro con lo ocurrido a la familia Le Barón hace dos días en Sonora, el estado que quiere gobernar Alfonso Durazo. Pero, desgraciadamente éste no es el único caso de asesinatos de familias. Las notas con estas matanzas son ya el pan de cada día en el noticiero que conduzco en Foro TV, A Las Tres.

En los casi diez años que he tenido a mi cargo un noticiero en esta plataforma y antes en Grupo Imagen, he podido ver claramente el deterioro en la seguridad. Las notas cotidianas de asesinatos múltiples de familias y vecinos aparecen con mayor frecuencia. No digo que antes no ocurrieran nunca, como fue el caso de la masacre de Villas de Salvacar en el 2010, pero ahora este tipo de crímenes ocurren con más frecuencia y en más lugares. Tan solo la semana pasada hubo un tiroteo en una fiesta infantil en Iztapalapa y otro en el festejo de San Andrés Totoltepec en donde se dio el tiroteo mientras más de mil personas estaban bailando en la calle.

Y ante este recrudecimiento del crimen, la respuesta de las autoridades es la misma de siempre: lamentamos los hechos; vamos a investigar; lo ocurrido no va a quedar impune. Pero sí queda impune. Ahora con el agravante de que, además, el encargado de la seguridad en el gobierno no sabe del tema. Ha sido un político que ha brincado de partido y de lealtades para mantenerse en el poder, no alguien que conozca desde la teoría hasta la práctica de temas de seguridad. Y por eso, aun cuando era evidente que el problema de inseguridad que heredó el gobierno de López Obrador no se iba a resolver en doce meses, tampoco se va a resolver en los que siguen ni en lo que resta del sexenio con la actual estrategia.

Creer que el cambio lo va a lograr el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, que da 3 mil 600 pesos a quienes pueden ganar impunemente miles de dólares producto de las distintas actividades ilegítimas que existen en México, es una ingenuidad monumental.

En la conferencia mañanera el presidente declaró que posiblemente lo ocurrido a la familia Le Barón se trató de una confusión de quienes asesinaron a las 3 mujeres y 9 niños, pero eso tampoco es una justificación. Lo terrible; lo lamentable, es que en México se puede cometer un crimen de esa magnitud para ajustar cuentas entre delincuentes y nada pasa.

Sin duda parte del problema viene del flujo de armas de norte a sur y del enorme consumo de drogas en Estados Unidos, pero el meollo del asunto es la falta de Estado de Derecho en México. Así como no es correcto que el presidente culpe al pasado de lo que ocurre actualmente, tampoco podemos creer que reglas de Estados Unidos van a ser las que traigan seguridad en México.

 

Columna completa en EL UNIVERSAL