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Cerca de 2 mil migrantes salieron este lunes de la frontera sur en una caravana denominada “Viacrucis Migrante 2024” que busca llegar al centro del país, donde esperan continuar sus trámites ante las autoridades y, algunos contingentes, seguir su camino hacia Estados Unidos.

Con la movilización, que partió al amanecer desde Tapachula, Chiapas, los migrantes buscan mostrar el dolor humano y las dificultades que padecen en su travesía por México como los robos, las violaciones, las extorsiones, los secuestros e incluso la muerte, indicaron activistas que acompañan el contingente.

Los migrantes “tienen que caminar en el sol o en la lluvia kilómetros y kilómetros aguantando hambre. ¿Quién soporta eso?”, expresó el párroco Heyman Vázquez Medina, miembro de la Pastoral de Movilidad Humana de la Iglesia católica.

El sacerdote consideró que la política migratoria de México no ha sido clara porque no resuelve los trámites de regularización e impide a los migrantes abordar el transporte público para avanzar hacia el norte pero los deja caminar por las carreteras donde los detienen para deportarlos.

A los cuestionamientos se sumó el coordinador de la organización civil local Centro de Dignificación Humana AC, Luis García Villagrán, quien acusó al Gobierno federal de endurecer la estrategia contra los migrantes y de perseguirlos de forma implacable.

“Quieren detener estos flujos masivos y ellos no han podido controlar. El único beneficiado en estos nudos humanos es el crimen organizado”, aseguró García Villagrán.

Desde inicios de año, las autoridades migratorias han intensificado las detenciones de extranjeros tras los acuerdos a los que llegaron entre diciembre y enero los gobiernos de México y Estados Unidos para hacer frente al creciente flujo migratorio.

Pese a los operativos, miles de migrantes han continuado llegando a la frontera norte para intentar pasar hacia el territorio estadounidense.

Las siete horas de caminata, algunas bajo el intenso sol, para 30 kilómetros recorrido, en su paso por Oaxaca, minaron físicamente a una parte del llamado ‘Éxodo de la pobreza’, caravana migrante que se reagrupó luego de que el Gobierno federal la disolvió hace una semana tras partir desde Chiapas.

La caravana avanzó hacia San Pedro Tapanatepec, Oaxaca. En dicho municipio, los organizadores pidieron a las autoridades migratorias la conformación de un corredor humanitario para evitar que cientos de familias, arriesguen sus vidas caminando en las carreteras.

Luis Rey García Villagrán, activista y quien encabeza la caravana, anunció en la localidad de Los Corazones, que la caravana “no puede seguir más en las carreteras”.

“Vamos a pedirle (a las autoridades) que nos brinden un corredor humanitario para que podamos llegar a la Ciudad de México de una manera ordenada y humana, sobre todo humana, que nos dejen pasar, si no nos quieren dar documentos, sí el Gobierno federal no nos quiere dar documentos que nos dejen pasar, ¿Por qué quieren que a fuerza caminemos?”, señaló.

En Tapanatepec, las autoridades municipales improvisaron un campamento para albergar a cientos de migrantes, aunque no cuenta por el momento con servicios médicos y agua potable. Algunas personas de la localidad les proporcionaron comida y agua embotellada.

De acuerdo con los activistas que lideran la caravana, el contingente permanecerá en Tapanatepec por dos días, esperando una respuesta de las autoridades que les permitan viajar en autobuses y con salvoconductos expedidos por el INM a la Ciudad de México.

Este éxodo se da tras un inédito repunte migratorio en diciembre, cuando hubo más de 10,000 cruces irregulares diarios en la frontera entre México y Estados Unidos, donde la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense (CBP) confirmó la llegada irregular de más de 2.2 millones de migrantes de enero a noviembre.

En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con Tonatiuh Guillén López, profesor del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la UNAM, y ex Comisionado del INM, sobre el ‘Éxodo de la pobreza’, el desafío que representa para el Gobierno mexicano, y cómo influirá en las negociaciones y acuerdos con Estados Unidos.

El Gobierno federal disolvió la última caravana de migrantes, que se encontraba desde finales de diciembre avanzando por Chiapas, tras comprometerse a procesar a sus integrantes y otorgarles eventualmente algún tipo de documento que les conceda la estancia legal en el país.

Al informar de los términos del acuerdo al que se llegó con los migrantes, Roberto González López, jefe de la oficina del Instituto Nacional de Migración (INM) en Chiapas, explicó que los casos de los extranjeros serán canalizados al Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).

En esta oportunidad, sin embargo, no habrá entrega inmediata de visas humanitarias ni Formas Migratorias Múltiples, como ocurrió con otras caravanas.

Poco después de que se llegó al acuerdo, las autoridades iniciaron el traslado de la mayoría de los migrantes hacia un albergue del DIF ubicado en la aduana de la localidad de Huixtla, cercana a la frontera con Guatemala.

El activista Luis García Villagrán, de la organización local Centro de Dignificación Humana AC, que guiaba al contingente, indicó que de acuerdo con una respuesta formal del INM, se dará prioridad a las familias y a los grupos vulnerables.

García Villagrán pidió a las autoridades migratorias agilizar los procedimientos para entregar los documentos de estancia legal a los migrantes para que puedan continuar su camino hacia otras ciudades de México o la frontera con Estados Unidos.

La caravana, formada por unos 6,000 migrantes, partió en Nochebuena desde Tapachula, en la frontera con Guatemala, y durante cinco días recorrió unos 100 kilómetros en el estado de Chiapas hasta llegar al poblado de Mapastepc, donde se detuvo con la mitad de sus integrantes.

La movilización coincidió con la reunión celebrada a mediados de la semana pasada entre el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, para evaluar la crisis migratoria.

La reunión se produjo tras la llamada telefónica del presidente Joe Biden y AMLO el pasado 20 de diciembre para expresarle la preocupación de su gobierno por el creciente flujo de migrantes en la frontera sur de Estados Unidos, donde llegaron a detectarse hasta 12,000 cruces ilegales al día.

Durante el encuentro, las autoridades mexicanas pidieron a Estados Unidos que de prioridad a la reapertura de algunos cruces fronterizos cerrados ante la avalancha de migrantes.

La petición fue atendida días después por Washington, que se comprometió a reanudar a partir del 4 de enero las operaciones en los cruces de Eagle Pass, Texas; San Ysidro en San Diego, California; Lukeville en Arizona y en el puerto peatonal de Morley en Nogales, Arizona, según informó ayer por la noche la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

La región registra un flujo migratorio sin precedentes que no ha podido controlarse pese a los intentos de Estados Unidos de abrir nuevos cauces para llegar de forma legal al país, a la vez que endurece las consecuencias de hacerlo de forma irregular.

México detectó más de 680,000 extranjeros en situación irregular de enero a noviembre, según las cifras oficiales. Además, un récord de casi 137,000 personas pidieron refugio en el país.

La caravana migrante que partió la semana pasada de la frontera sur del país, como la más numerosa en l que va del año, se desintegró este viernes tras más de 10 días de recorrido en el estado de Chiapas.

Irineo Mujica Arzate, director de la organización Pueblos Sin Fronteras, explicó que el grupo se dispersó porque unos 500 migrantes, en particular familias, aceptaron lo que el Instituto Nacional de Migración (INM) les ofreció, mientras que otros partieron por su cuenta a otros municipios.

“Este grupo de personas que quedó está más capacitado para poder caminar, pues estamos los que estamos y se va seguir adelante y especialmente caminaré hasta (el vecino estado de) Oaxaca”, comentó el activista, quien acompaña a los migrantes.

La mayoría de los extranjeros expresaron estar agotados, con llagas en los pies, enfermos, con dolores musculares y a paso lento, pero sin desistir de su intento de llegar a Estados Unidos, aunque sea por su cuenta.

La caravana, que llegó a sumar cerca de 8,000 migrantes, partió la semana pasada como la más grande del año desde Tapachula, donde resistió y avanzó por más de 10 días, a diferencia de otras realizadas en meses anteriores que se desintegraban en breve.

Su avance se obstaculizó porque el INM les negó la entrega de Fórmulas Migratorias Múltiples (FMM) que les permitan transitar hacia el norte del país, pero los migrantes insisten en que el Gobierno se solidarice.

El grupo que permanece en camino tiene la idea de descansar hasta el municipio de Mapastepec, y después, llegar a Pijijiapan.

La situación en la frontera sur refleja un flujo migratorio “sin precedentes” de la región, como advirtió la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), con hasta 16,000 migrantes que llegan al día a las fronteras de México, de acuerdo con el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Una caravana de familias y comerciantes afectados por el paso del huracán Otis, que devastó principalmente Acapulco, arribó este lunes a la Ciudad de México, para reclamar al Gobierno federal la entrega de más recursos para los miles de damnificados y los cientos de hoteles y comercios que quedaron destruidos.

La movilización partió ayer de Acapulco y culminó frente a Palacio Nacional, donde decenas de manifestantes exigieron al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), mayor atención ante las problemáticas que enfrenta el puerto, donde persisten las fallas en los servicios públicos a 12 días del paso del huracán.

En un discurso, Evodio Velázquez, exalcalde de Acapulco e integrante de la caravana, pidió al Gobierno que se declare a la localidad turística como “prioridad nacional”.

Quienes integran la caravana, exigieron la instalación de una mesa de dialogo para entregar el pliego petitorio, con las propuestas de los acapulqueños, quienes también reclaman un trato digno y que en el presupuesto que se discute en el Congreso, se adicione una partida especial con recursos para la reconstrucción.

Sin embargo, a través de redes sociales se denunció que la caravana fue impedida de avanzar en su recorrido por la Ciudad de México, luego de que elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana les obstaculizara su marcha.

Durante su conferencia matutina, López Obrador restó importancia a la marcha y la atribuyó al “oportunismo” y “politiquería” de algunos adversarios.

En ese sentido, mencionó, entre quienes se aprovechan de la situación para lucrar políticamente, a la senadora Xóchilt Gálvez, virtual candidata de la oposición a las elecciones presidenciales del próximo año.

Ante las críticas que se le hacen al Gobierno, López Obrador afirmó que se dispone de suficientes recursos para atender la devastación que dejó Otis.

Recordemos que el Gobierno informó la semana pasada sobre 61 mil millones de pesos las familias, pequeños empresarios y hoteleros afectados por Otis.

Y es que las autoridades calculan que Otis ocasionó afectaciones en al menos 250,000 viviendas, 120 hospitales y clínicas y en más del 80% de los comercios e infraestructura hotelera de Acapulco.

AMLO también anunció que tras conversaciones con varios empresarios y dirigentes del sector turístico se acordó que entre marzo y abril del próximo año se reabrirán al menos 35 hoteles en Acapulco.

Adicional, adelantó que se destinarán 10,000 efectivos de la Guardia Nacional para prestar seguridad de manera permanente en Acapulco.

Foto: X @acostanaranjo

Una caravana de unos 7,000 migrantes partió este lunes de Tapachula, Chiapas, frontera sur del país, en respuesta a la falta de avances en la Cumbre Migratoria de Latinoamérica realizada el pasado 22 de octubre y ante la ausencia de emisión de permisos por parte del Gobierno para poder transitar por el país y llegar a la frontera norte.

Al menos seis hombres venezolanos y hondureños y cinco mujeres, salieron encadenados y con banderines blancos para pedir paz y documentos de tránsito para poder salir de esta “cárcel” en la que han estado varados durante días y meses en espera de documentación que acredite su estancia legal en México.

Los miles de extranjeros se concentraron alrededor de las 06:00 de la mañana y emprendieron su camino de manera masiva, preparados con paraguas, cartones, mochilas e hijos en brazos con la esperanza de poder llegar a la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México.

En la caravana, integrada por migrantes en su mayoría de Honduras, Venezuela, Haití, Cuba, El Salvador y Guatemala, viajan cerca de 3,000 niños y mujeres quienes caminan a paso lento, con sillas de ruedas, andaderas. Todos afirman que han huido de la pobreza, marginación, la inseguridad y las pandillas en sus países de origen.

Irineo Mújica Arzate, director de la Organización Pueblos Sin Fronteras, conformó que en esta caravana van 7,000 personas con el objetivo de salvar sus vidas, seguir su camino, conseguir un documento y no ser presas del crimen organizado y del narcotráfico.

“Esto salva vidas, la verdad. Aquí nos vamos a quedar, vamos a valorar cómo viene el huracán y aquí vamos a quedarnos a descansar hoy”, señaló.

Los migrantes llegaron este lunes hasta la comunidad de Álvaro Obregón, a unos 15 kilómetros de Tapachula, donde se quedaron a descansar y, dependiendo de las condiciones climáticas, podrían valorar si continúan caminando.

La situación en la frontera sur refleja un flujo migratorio “sin precedentes” de la región, como advirtió la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) el mes pasado, con hasta 16,000 migrantes que llegan al día a México, de acuerdo con datos revelados por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La caravana ‘Viacrucis Migrante’ aceptó las propuestas que le hiciera del Instituto Nacional de Migración (INM), con lo que se logró disolver la caravana que buscaba llegar a la Ciudad de México.

El INM dijo que los ofrecimientos que se hicieron fueron para evitar que los migrantes “pongan en riesgo su salud y su vida al transitar de manera irregular por territorio mexicano”.

En una asamblea a mano alzada, desde el parque central de Villa Comaltitlán, la comunidad migrante aceptó la propuesta de recibir Visas Por Razones Humanitarias para mujeres y niños, mientras que para hombres y mujeres que viajan solos, se aceptó el otorgamiento de las Formas Migratorias Múltiples (FMM) por un lapso de 45 días, lo que les permitirá transitar sin problemas legales por el país.

El director de Pueblos Sin Fronteras, Irineo Mujica, quien acompañaba la caravana, destacó que con este acuerdo, lo más importante es que las personas van a transitar y poder llegar a su destino.

“Qué bueno que el INM ha decidido otorgar esos documentos porque realmente es lo que se necesita para que deje de ser una cárcel Tapachula”, consideró.

Elementos de Grupos Beta levantaron un censo en la plaza Villa Comaltitlán, donde se contabilizaron un total de mil 186 personas, de las que 814 son adultos y 372 en núcleos familiares, entre los que se encuentran 126 menores de edad acompañados y cinco no acompañados, mismos que tendrán oportunidad de contar con los beneficios acordados como alimento y agua.

Las autoridades migratorias también dieron a conocer que no proporcionarán autobuses para la movilidad de personas migrantes, aunque destacaron que podrán desplazarse por sus propios medios y con el documento migratorio que les permite transitar por el país de forma legal.

El INM destacó que las personas censadas, en su mayoría, son de países centroamericanos y de Venezuela.

Puntualizó que todos los menores de edad no acompañados y núcleos familiares serán canalizados al sistema de Desarrollo Integral de la Familia (DIF) para que la Procuraduría de la Defensa del Menor resuelva su situación y el INM acatará de manera inmediato su determinación.

El secretario de Gobernación, Adán Augusto López, aseguró esta mañana que México es un país de “puertas abiertas” para migrantes, en referencia a la nueva caravana con cerca de 3,500 extranjeros que partió ayer desde la frontera sur.

“La tradición en México es ejemplo, por ello es un país de asilo, es un país de puertas abiertas”, afirmó el funcionario, quien encabezó la conferencia matutina de hoy en sustitución del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) quien se encuentra aislado y en recuperación por su nuevo contagio de COVID-19.

López Hernández afirmó que el gobierno federal trabaja en conjunto con los gobiernos estatales y municipales para atender a los migrantes.

“Se está atendiendo a nuestros migrantes. El gobierno federal procura garantizar no nada más el libre tránsito por el territorio nacional sino que estén muy bien atendidos en cuanto a alimentación, en cuanto a prevención de la salud”, enfatizó.

Recordó que, recientemente, autoridades de la Ciudad de México trasladaron a un albergue a migrantes haitianos para atenderlos.

En ese sentido, señaló que la caravana que salió del sur del país está vigilada por autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) apoyados por elementos de la Guardia Nacional. Y enfatizó en que las autoridades están al pendiente del desarrollo de la nueva caravana.

El escrutinio sobre la atención a los migrantes por parte del gobierno federal ha crecido desde el incendio del 27 de marzo pasado en Ciudad Juárez, donde fallecieron 40 migrantes en una estación del INM.

La caravana, que partió ayer desde la frontera sur, busca llegar a la capital mexicana para exigir justicia por esta tragedia y denunciar las muertes causadas por la política migratoria del país.

Organizadores, donde figura la participación de la ONG Pueblos Sin Fronteras, se han referido a esta nueva caravana como un ‘Viacrucis migrante’. Participan personas migrantes procedentes de Venezuela, Colombia, Haití, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, entre otros países.

Según organizaciones civiles, 2022 fue el año más trágico para los migrantes en México, pues unos 900 murieron en el intento de cruzar sin documentos hacia Estados Unidos.

Foto: Twitter @EuniceRendon

La asociación Pueblos Libres Sin Fronteras convocó a la primera caravana migrante de 2023 que partirá mañana de Tapachula, Chiapas Estados Unidos, ya que los cientos de migrantes llevan más de dos meses varados sin atención del Instituto Nacional de Migración (INM).

Esta nueva caravana, llamada “Paz de Cristo”, caminará desde Tapachula con banderas blancas en señal de paz, además de llevar bolsas de plástico para recoger la basura por donde pase el contingente.

Jesús Hernández, líder de la agrupación, detalló este viernes que este primer contingente de personas saldrá cerca de las 8:00 hora local con personas de distintas nacionalidades que han padecido por dormir en las calles en medio del frío y el sol.

En su mensaje a medios, solicitó al gobierno federal que les apoye para llegar a su primer parada: Oaxaca, donde pedirán ayuda humanitaria y autobuses.

“Si ustedes se dan cuenta, los migrantes llevan más de dos meses varados y hay situaciones difíciles donde el gobierno no se da cuenta”, denunció.

La caravana partirá tras la nueva política migratoria de Estados Unidos, que el pasado 5 de enero anunció que acogerá a 30,000 migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela al mes con un programa especial, pero deportará de inmediato a México al resto que llegue por tierra.

A pesar de ello, migrantes venezolanos intentarán cruzar porque consideran que ya han sacrificado “todo”.

La caravana refleja el flujo migratorio récord en la región, como muestra la detención de 2.76 millones de indocumentados en la frontera de Estados Unidos con México en el año fiscal 2022.

Durante 2022, según datos de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), México recibió 118,478 peticiones de migrantes que solicitaron asilo, la segunda cifra más alta tras la de 2021 con 131,448 casos.

Una caravana con cerca de 1,000 migrantes, la séptima que se forma en este mes, partió la madrugada de este martes desde Tapachula, en la frontera con Guatemala, porque el Instituto Nacional de Migración (INM) se niega a emitir permisos temporales.

Desde Tapachula han salido siete caravanas en el último mes para caminar a San Pedro Tapanatepec, en el vecino estado de Oaxaca, donde esperan conseguir permiso de transitar por México hasta la frontera con Estados Unidos.

El contingente de personas se organizó y formó una nueva caravana en menos de 24 horas en la que viajan en su mayoría hombres de Venezuela, Ecuador, República Dominicana, Colombia, Honduras y otros países de Centroamérica, pero también cerca de 150 niños y cientos de mujeres.

José Gregorio Hernández, originario de Caracas, expuso que su objetivo es pasar por México de manera pacífica, ordenada y con un buen comportamiento; sin embargo, considera que el gobierno federal está en una contradicción porque en San Pedro Tapanatepec las autoridades otorgan un salvoconducto para transitar por el territorio nacional, pero desde Tapachula hasta ese lugar los detienen o devuelven.

Para fortalecer la caravana, podrían unirse con otros grupos que van en la carretera para evitar que los deporten a Guatemala.

Las caravanas reflejan un flujo migratorio récord a Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) ha interceptado a más de 1.7 millones de personas en lo que va del año fiscal 2022, que se inició en octubre pasado.

El gobierno de nuestro país también ha recibido críticas por su trato a los migrantes, incluyendo el despliegue de casi 30,000 miembros de las Fuerzas Armadas en las fronteras norte y sur para tareas migratorias.

Una caravana de cerca de 500 migrantes partió este lunes desde Tapachula, Chiapas, con el propósito de llegar a Estados Unidos debido a que no han podido regularizar su situación migratoria en la frontera sur del país.

El grupo de extranjeros, que llevaban varios días varados en Tapachula, está conformado en su mayoría por personas de Venezuela, Colombia, Honduras, El Salvador y Ecuador.

El conjunto de migrantes irregulares salió del parque Central Miguel Hidalgo con familias enteras y hombres solos. La falta de dinero, comida y la desesperación de no poder obtener sus papeles ante las autoridades migratorias los obligó a salir en esta nueva caravana.

César Cancino, ciudadano de origen hondureño, declaró a la agencia Efe que lleva cuatro meses en Tapachula porque antes le dieron un visado, pero en Tuxtla Gutiérrez, autoridades rompieron su documento y le dijeron que no estaban aceptando dicho trámite.

“Nosotros no estamos aquí para hacer la invasión, sino que estamos para tener el sueño americano, tengo cuatro días que no he comido, todas mis cosas me han robado, me han asaltado y maltratado, y otro de los casos es que mi familia está enferma”, comentó.

Los migrantes pasaron el primer retén migratorio ubicado en el ejido de Viva México, unos 6 kilómetros al norte de Tapachula, donde cruzaron sin contratiempos ni molestias por ninguna autoridad migratoria.

Miguel Castro, migrante de Venezuela, manifestó que la idea principal de esta marcha es avanzar de manera pacífica porque muchos de los migrantes han cruzado ya varios países y México es el último lugar para poder llegar a Estados Unidos.

El venezolano indicó que en Tapachula se entregó a las autoridades de la estación migratoria Siglo 21, donde les dan un documento de expulsión del país por 10 días, periodo en el que no tienen autorización para circular por territorio mexicano y que los obliga a salir por la frontera más cercana, que es Guatemala.

Ahora, los migrantes planean caminar unos 300 kilómetros desde Tapachula hasta San Pedro Tapanatepec, Oaxaca, donde les están otorgando las Formas Migratorias Múltiples (FMM), un documento de tránsito para poder circular de manera legal por territorio mexicano.

Las caravanas reflejan un flujo migratorio récord a Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) ha interceptado a más de 1.7 millones de personas en lo que va del año fiscal 2022, que inició en octubre pasado.

Además, México recibió más de 58,000 solicitudes de refugio en la primera mitad de 2022, un incremento anual de casi un 15%, según la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) afirmó este miércoles que “es normal” el despliegue de Fuerzas Armadas en las fronteras ante el avance de la caravana migrante que esta semana salió de Chiapas, con cerca de 15,000 personas.

“Es normal lo que se está haciendo, no hay un plan especial”, respondió el mandatario durante su conferencia de prensa matutina, luego de ser cuestionado sobre el despliegue de casi 30,000 elementos de la Guardia Nacional, el Ejército y el INM en las fronteras, en tareas migratorias.

López Obrador respondió que cuando regrese el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, quien asistió en su representación a la Cumbre de las Américas en Estados Unidos, se reunirá con él para revisar el asunto migratorio.

Denunció que desde hace cinco años, desde la gestión del presidente Donald Trump, el gobierno mexicano ha buscado apoyo para Centroamérica, pero “no ha habido respuesta”. “Se habló de 4,000 millones de dólares y en cuatro o cinco años no han destinado nada”, criticó.

En cambio, enfatizó, “autorizaron los legisladores de Estados Unidos esos que hablan de que les preocupan los derechos humanos como (Marco) Rubio y el otro señor, Ted Cruz y el (Robert) Menéndez, esos senadores, casi por unanimidad, creo que faltó uno, autorizaron 40.000 millones de dólares para armas a Ucrania”, lamentó.

Aprovechó el momento para criticar a legisladores del Partido Republicano por acusarlo de multiplicar la presencia del crimen organizado en México y llamó a Cruz y a Rubio a aportar pruebas en su contra, si las tienen.

Organizaciones civiles han denunciado en diversas ocasiones abusos de las autoridades y militares al tratar de contener la ola migrante con redadas y detenciones. Los cuestionamientos han crecido esta semana por la partida el lunes de una caravana migrante de casi 15,000 personas desde Chiapas, y que se da en el marco de la Cumbre de las Américas que se realiza en Los Ángeles, California.

La región vive un flujo récord hacia Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) detectó a más de 1.7 millones de indocumentados en la frontera con México en el año fiscal 2021, que terminó el 30 de septiembre.

En tanto, el gobierno mexicano ha informado que ha interceptado a más de 252,000 migrantes indocumentados de enero a noviembre y deportó a más de 100,000 en el mismo periodo, de acuerdo con la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación.

Una inédita caravana de cerca de 15,000 migrantes, la más numerosa hasta ahora, partió este lunes de Chiapas, en la frontera sur de México, rumbo a Estados Unidos, esto en el marco de la Cumbre de las Américas, que empieza hoy en Los Ángeles, con la migración como tema principal.

Los extranjeros, en su mayoría venezolanos, centroamericanos y africanos, buscan como primer destino una nueva oficina del Instituto Nacional de Migración (INM) en la que puedan regularizar su situación en México porque en Tapachula no consiguen visas humanitarias.

Bajo una fuerte lluvia, cubiertos con paraguas, cartones, bolsas, impermeables y toallas, emprendieron el viaje a las 6:30 hora local, sin importar la adversidad del clima.

Al grito de “¡libertad, libertad, somos migrantes, no delincuentes!”, los extranjeros salieron con maletas, botellones de agua y la esperanza de no ser detenidos y avanzar en este nuevo intento.

En un primer tramo, caminaron más de 8 kilómetros, por lo que ya pasaron el primer retén migratorio donde estaban miembros de la Guardia Nacional (GN) y el INM, que se limitaron a observar el avance del contingente.

El director del Centro de Dignificación Humana, Luis Rey García Villagrán, expuso que en total hay más de 5,000 familias, incluyendo cerca de 93 mujeres embarazadas y 3,000 niños.

“Es necesario que esta crisis migratoria se atienda conforme a la ley, visas humanitarias por un año, inmediatamente, que sean válidas en territorio nacional”, dijo García Villagrán, activista conocido por acompañar y defender las caravanas de migrantes.

Esta caravana levanta presión hacia la Cumbre de las Américas, que se realiza entre hoy y el próximo viernes en Los Ángeles, y donde se buscará un acuerdo regional en política migratoria.

La caravana de migrantes planeaba avanzar esta jornada al menos unos 18 kilómetros en total. De momento, ninguna autoridad federal ha buscado a los migrantes para poder atender sus demandas.

La caravana refleja el flujo migratorio récord hacia Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) detectó a más de 1.7 millones de indocumentados en la frontera con México en el año fiscal 2021, que terminó el 30 de septiembre pasado.

En tanto, el gobierno mexicano reportó este fin de semana un incremento de 89% interanual en el número de migrantes presentados o canalizados por la autoridad migratoria en el primer trimestre de 2022, al sumar 77,626 de enero a marzo.

Las autoridades migratorias disolvieron en las últimas horas la cuarta caravana de migrantes que se ha formado en lo que va de año, cuando transitaba por el municipio de Tapachula, Chiapas.

El contingente de un centenar de extranjeros, que salió ayer en la tarde, fue disuelto por elementos del Instituto Nacional de Migración (INM), quienes realizaron sus funciones acompañados de la Guardia Nacional con equipos antimotines.

Esta cuarta caravana de migrantes salió la madrugada de este miércoles desde la comunidad de Álvaro Obregón tras avanzar ayer unos 16 kilómetros desde Tapachula.

Los extranjeros fueron sorprendidos por las autoridades migratorias que llegaron con camionetas y decenas de miembros de la Guardia Nacional, quienes los rodearon y evitaron que salieran de nuevo a caminar sobre la carretera.

La representante del Instituto Nacional de Migración (INM) en Chiapas, Paola López Rodas, arribó a la comunidad y pidió a los migrantes que la escucharan y accedieran a recibir la atención y evitar así que siguieran arriesgándose por la carretera caminando.

De acuerdo a diversos testimonios, los migrantes, al ver a la Guardia Nacional, temieron ser encerrados en alguna estación migratoria. Sin embargo, las autoridades federales les ofrecieron a llevar mujeres y niños al municipio de Huixtla, también en Chiapas, donde se les empezará su trámite de visas por razones humanitarias.

Ahora esperan que las autoridades les cumplan con la entrega de los documentos de regulación para poder avanzar a los Estados Unidos.

Este es el cuarto grupo de migrantes que salen de manera masiva de Tapachula en lo que va de año y que han logrado obtener acuerdos con el INM, aunque en algunos contingentes pasados se produjeron choques con las autoridades. La anterior fue el pasado 16 de abril, que se disolvió horas después tras un acuerdo con las autoridades.

México deportó a más de 114,000 extranjeros en 2021, de acuerdo con datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (Segob). Además, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) recibió un récord de 131,448 solicitudes de refugio en 2021.

El INM informó recientemente que desde el 1 de enero y hasta el 13 de abril de este año interceptó a 115,379 migrantes, de los cuales un 15% eran menores de edad, principalmente de naciones de Centroamérica.

La caravana migrante, la segunda en lo que va del año, que salió el viernes pasado de Tapachula, Chiapas, con rumbo a la frontera con Estados Unidos, se disolvió este domingo luego de que autoridades migratorias acordaran agilizar los trámites migratorios de sus integrantes.

Luis García Villagrán, un activista que acompaña a los migrantes, dijo que las autoridades acordaron trasladar a poco más de 200 personas, principalmente de Venezuela, Colombia, Cuba, Nicaragua, entre otros países, a los estados de Tabasco y Oaxaca, en el sur del país, para sus trámites.

El grupo había salido el pasado 1 de abril con el objetivo de llegar a la frontera con Estados Unidos, aunque ese mismo día se enfrentaron con piedras y palos a agentes de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración (INM).

Tras ese enfrentamiento, varios migrantes se cosieron los labios para exigir que las autoridades les otorgaran documentos que les permitieran transitar por territorio mexicano.

La caravana duró tres días y apenas avanzó unos 16 kilómetros hasta la comunidad de Álvaro Obregón, prácticamente a la salida de Tapachula, donde los cerca de 400 migrantes que aún la integraban aceptaron finalizar su marcha.

Esta es la segunda caravana migrante del año, tras un primer contingente de unas 500 personas que salió en enero pasado, pero apenas avanzó unos 20 kilómetros ante la presión de las autoridades.

El INM pidió a los migrantes no autolesionarse “ni convertirse en rehenes de los intereses de terceros, quienes dicen defender sus derechos humanos, pero los motivan a cometer acciones que dañan su integridad física y psicológica”. Señaló que las leyes y normas en la materia establecen rutas e instancias de atención para mantener una migración segura, ordenada y regular.

Y es que desde hace años, justo antes de Semana Santa, los indocumentados acompañados por activistas realizan un recorrido por el país, a veces hasta la frontera norte, que denominan “Viacrucis migrante” y que en 2018 dio surgimiento a las caravanas.

La estrategia del gobierno federal ha sido montar retenes en el camino de los migrantes, sobre todo en Chiapas, para detener su avance.

El número de personas que intentan llegar a Estados Unidos aumentó con la llegada del presidente Joe Biden a la Casa Blanca en enero de 2021.

Para este año, se anticipa que el flujo repunte aún más luego de que Estados Unidos suspendió el viernes pasado la orden de salud pública conocida como Título 42, que establecía la expulsión de personas sin papeles como medida precautoria por la pandemia de COVID-19.

La región vive un flujo récord de migrantes hacia Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) detectó a más de 1.7 millones de indocumentados en la frontera con México en el año fiscal 2021, que terminó el 30 de septiembre.

México deportó a más de 114,000 extranjeros en 2021, de acuerdo con datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación del país, mientras que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) recibió un récord de 131,448 solicitudes de refugio en 2021.

Foto: Twitter @EuniceRendon

La caravana de unos 600 migrantes, la mayoría centroamericanos, que salió a primera hora de este viernes, se enfrentó con piedras y palos a elementos de la Guardia Nacional, que respondieron con gases lacrimógenos en Chiapas.

El grupo, que busca llegar a la frontera con Estados Unidos, con una parada en la Ciudad de México, salió al amanecer de Tapachula y tras caminar un par de horas se encontró con un primer retén de agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y guardias, informaron autoridades y activistas.

Las fuerzas del orden se vieron superadas por los migrantes, que tras algunos empujones lograron seguir su marcha, aunque en un número menor, para encontrarse unos kilómetros más adelante con un segundo operativo.

Ante el bloqueo del paso, la caravana reaccionó lanzando palos y piedras pero fue dispersada con gases lacrimógenos, según imágenes que se han viralizado en redes sociales.

“No hay atención, está cerrada la oficina de regulación (del INM), están tergiversando la ley”, denunció Luis Villagrán, activista mexicano que acompaña a la caravana.

Villagrán denunció el uso de la fuerza contra los migrantes y lamentó que las autoridades hayan rechazado la petición de agilizar su situación legal. Durante el operativo, decenas de personas fueron detenidas y otras se entregaron, en su mayoría mujeres y niños.

Desde hace años, justo antes de Semana Santa, los indocumentados acompañados por activistas mexicanos realizan un recorrido por el país, a veces hasta la frontera norte, que denominan “Viacrucis migrante” y que en 2018 dio surgimiento a las caravanas.

La estrategia del gobierno federal ha sido montar retenes en el camino de los migrantes, sobre todo en Chiapas, para detener su avance y desmantelar el grupo poco a poco.

El avance de esta nueva caravana se da en momento en que Estados Unidos suspendió la orden de salud pública conocida como Título 42, que establecía la expulsión de personas sin papeles como medida precautoria por la pandemia de COVID-19.

Quienes buscan llegar a Estados Unidos por la frontera sur enfrentan en su travesía por México numerosos peligros ante el acecho de criminales y de traficantes de personas que los trasladan en condiciones infrahumanas. El 9 de diciembre pasado, un tráiler que trasladaba a 160 migrantes irregulares chocó contra un puente peatonal en una carretera de Chiapas dejando 56 fallecidos.