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Cierran hoy las campañas y empieza el periodo de reflexión. Tres días de silencio para poder ir a votar el domingo. Van algunos apuntes de cómo llegamos a estas elecciones.

  1. AMLO y el México binario: El presidente Andrés Manuel López Obrador fue muy exitoso en hacer que las campañas que concluyen hoy giraran en torno a dos opciones: o su auto definida Cuarta Transformación o el regreso al pasado. Ese México de “o estás con Morena o eres un beneficiado del pasado” no lo logró romper la campaña de Xóchitl. La tenía muy complicada ya que el presidente utilizó todos los recursos del estado para sostener este cuento de o conmigo o con los ladrones del pasado.

No obstante, no deja de llamar la atención este discurso cuando en las filas de Morena hay tantos políticos del pasado y del tan odiado PRI. Empezando por Manuel Bartlett, el padre del fraude el ’88 contra el que dijo Sheinbaum en el tercer debate que ella luchó. Es el gobierno que más embajadas le ha dado a políticos del PRI. Hay muchas incógnitas sobre Claudia, pero una ya quedó clara. Si gana, seguirá con los abrazos a los Priístas que tanto critica. Y para muestra, la foto dándole la bienvenida a Alejandra del Moral la misma semana de las elecciones. ¿Pues no que odian a los Priístas?

  1. El carro completo: tanto el presidente como Claudia Sheinbaum piden que el voto sea todo por Morena. ¿Qué pensarán de esta petición sus aliados del PT y PVEM tomando en cuenta que si no reciben el 3 por ciento de la votación válida emitida, pierden el registro?

Más allá de esta duda, otra fundamental: ¿Realmente queremos darle tanto poder a un solo partido? Ya hemos sido testigos de un ejecutivo que con mucho poder se torna en un presidente caprichoso que no admite diferencias. Una presidencia con contrapesos en el legislativo y en el judicial es la mejor receta para asegurar que sigamos siendo una democracia. El país de una sola persona fue un lastre para México en los 70 años del PRI y sería lo mismo en caso de que se repitiera con Morena.

  1. La violencia es lo de menos: En estos días el New York Times; el Financial Times; el Washington Post; el Economist han retratado la terrible violencia electoral que se vive en México y como ha cobrado la vida de 34 candidatos que buscaban un cargo de elección popular hacia las elecciones del domingo. Ayer, en la conferencia de Palacio Nacional – esa que ocurre después de una hora de reunión entre el presidente y su gabinete de seguridad – López Obrador dijo que en México no hay violencia. Lo que dicen los medios es producto del amarillismo y de que están controlados por sus adversarios. Ayer mismo fue asesinado Ricardo Arizmendi Reynoso, candidato suplente del PRI por la presidencia municipal de Cuautla, Morelos. ¿En qué otro país podría salir a presumir el presidente que las elecciones se celebran en paz y tranquilidad cuando hay ya no digamos más de 30, con que exista más de 1 candidato que ha sido asesinado?
  2. Y la corrupción también: esa tampoco existe en el mundo que nos pinta cada mañana el presidente. En estas campañas han sido expuestas con pruebas contundentes las fortunas inexplicables de Rocío Nahle, candidata a la gubernatura de Veracruz; Cuitláhuac García, actual gobernador de ese mismo estado; Clara Brugada, la candidata de Morena a la Jefatura de Gobierno de la CDMX; y Mario Delgado, dirigente de Morena. En ningún caso ha mostrado el presidente que prometió barrer las escaleras de arriba para abajo la intención siquiera de tomar la escoba.
  3. Triunfos sí; derrotas no: tanto el presidente López Obrador como su candidata Claudia Sheinbaum han hablado de fraude electoral. Van por triunfo en todo, la presidencia; las ocho gubernaturas; la Jefatura de Gobierno y la mayoría calificada en el legislativo. En cualquier votación que les sea adversa, la van a desconocer. En la democracia de Morena solo se admiten victorias.

Columna completa en El Universal

El combate a la corrupción fue el problema número uno que prometió abatir Andrés Manuel López Obrador. Y el fracaso ha sido tan grande, que esta semana, en la presentación de su plan anticorrupción, hasta su fiel escudera, Claudia Sheinbaum, se vio obligada a reconocerlo.

“La corrupción no es un asunto cultural, como se decía antes. Es un asunto que se generó durante años en gobiernos corruptos donde hubo impunidad. Hoy tenemos un presidente honesto, pero tenemos que avanzar todavía más en que se erradique la corrupción en cualquier lugar donde se encuentre”, dijo la candidata de Morena.

Así que seguimos con corrupción y seguimos con impunidad.

Enrique Peña Nieto fue el que dijo que la corrupción en México podía considerarse hasta un tema cultural. Ya estará en los sociólogos definir si esto es cierto o no. Lo que es evidente es que la fórmula mágica que vendió López Obrador para que México fuera otro país, uno mejor, simplemente no funcionó.

AMLO prometió que con acabar con la corrupción se tendría dinero suficiente para cubrir las necesidades del país para hacerlo uno mucho mejor. Y que para acabar con la corrupción simplemente había que barrer las escaleras de arriba para abajo. Es decir, que con que el presidente no fuera corrupto, se acabaría con la corrupción.

Cinco años después, la lista de corruptelas en este gobierno es larga, como también la cifra de lo defraudado a los mexicanos. La impunidad ha permanecido aunque se le ha agregado el componente de disfrazar de justicia lo que es meramente venganza.

Por ejemplo, lejos de haber señalado y procedido contra la corrupción que se dijo que había en el proyecto del NAIM (el aeropuerto en Texcoco) como razón para su cancelación, se prefirió encarcelar a una enemiga política del presidente, a Rosario Robles, y se hizo utilizando una licencia falsa. Nada se ha hecho en el mayor desfalco del sexenio, el ocurrido en Segalmex, bajo la batuta del amigo del presidente, Ignacio Ovalle.

Cuando habla Sheinbaum de gobiernos corruptos del pasado ¿con qué autoridad moral lo dice? Si, es vergonzoso pensar en los negocios de los hijos de Martha Sahagún, pero más lamentable es ver que seguimos igual, veinte años después, solo que ahora viendo los negocios y las frivolidades de los hijos del actual presidente.

En su plan habla de reforzar la política de contrataciones gubernamentales mediante licitación pública. Esto es un viraje 180o de lo que hemos visto en el gobierno de López Obrador. Primero, porque han sido reacios (por usar una palabra amable) a la transparencia que exige el INAI. Tan es así que buscan desaparecerlo. Y segundo, en lo que va del sexenio, la opacidad en la entrega de contratos gubernamentales ha llegado al extremo de declarar obras de seguridad nacional El Tren Maya, El corredor del Itsmo y el aeropuerto de Tulum, entre otros. Así, AMLO ha evitado transparencia en los contratos y gastos de estas obras. Lo mismo que hizo cuando fue Jefe de Gobierno y clasificó los documentos sobre los costos de la construcción de los segundos pisos en la CDMX.

Cuando se le ha cuestionado sobre esta opacidad, López Obrador se justifica con el clásico de que “nosotros somos distintos; somos honestos”. Esa honestidad de la que presume el presidente ha sido insuficiente para combatir la corrupción. Su receta de que barriendo las escaleras de arriba abajo se acaba con la corrupción no ha funcionado. Tan es así que la aspirante a sucederlo ha tenido que admitir que en materia de corrupción hay una tarea pendiente, si es que ella llega a ganar en junio.

Columna completa en El Universal

El presidente Andrés Manuel López Obrador hizo un buen diagnóstico como candidato cuando señaló a la corrupción como el gran reto de México. Por ello debería sorprender su apoyo a Ernestina Godoy y su empeño en mantenerla cerca de su círculo político.

Ernestina Godoy no es una buena abogada. Ni siquiera debiera tener su título ya que la tesis para obtenerlo fue un plagio, como bien documentó Guillermo Sheridan. Su paso por la fiscalía ha destacado por la politización de la justicia. Desde el encarcelamiento de Alejandra Cuevas por un delito inventado con tal de darle gusto al Fiscal General, Alejandro Gertz Manero, en su ánimo de venganza personal, hasta la total impunidad para la gente de la CDMX ante la caída de la Línea 12 de metro que dejó 26 muertos. Nadie pagó por esta tragedia, no porque no hubiera responsables, sino porque habrían sido funcionarios de gobierno de la entonces Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.

Con un récord tan lamentable como Fiscal de la CDMX, debería sorprender que López Obrador saliera en su defensa en la mañanera de ayer, como lo hizo: “Lo de Ernestina Godoy es una venganza, porque es una mujer íntegra, honesta, una verdadera impartidora de justicia pero como se atrevió a investigar actos de corrupción de funcionarios del PAN en la delegación Benito Juárez y en otras partes, y se demostró que estas personas hacían negocios entregando permisos de construcción a empresas inmobiliarias, recibían moches, extorsiones, porque si hacían departamentos se quedaban con uno o dos y con dinero, y como buenos hipócritas, no perdían su respetabilidad, según ellos eran puros. Como actuó con rectitud, pues se vengaron.  Aunque obtuvo mayoría…no tuvo la calificada…Ernestina Godoy va a tener mucho apoyo, porque en el proceso de transformación se toma en cuenta a la gente honesta. Aquí tiene las puertas abiertas para lo que ella quiera, y en el futuro tendrá muchas posibilidades. Es un triunfo pírrico de los corruptos.”

Eso es una defensa a ultranza, no de la justicia, sino de una herramienta política que le es útil a un presidente que no quiere gobernar sin una fiscalía a modo. Este apoyo a Godoy es una muestra más de que la lucha en contra de la corrupción y la preocupación por un país más justo es un discurso presidencial, más no una meta de su gobierno.

Digo que debería sorprender el apoyo de AMLO a Godoy pero, al pensar en el mismo apoyo a impresentables como Bartlett; Feliz Salgado Macedonio y un largo etcétera se entiende lo que tantas veces repitió el presidente sobre sus prioridades: 100% lealtad 0% capacidad. Esa es Godoy. Ese es AMLO. Esa es Claudia. Y este tipo de apoyos a personajes que son útiles a parte de la clase política y no a México conforma parte de las características que habrá que tomar en cuenta a la hora de emitir el voto en junio próximo.

¿Queremos que sigan al mando los que politizan sin rubor la política? ¿Queremos que la justicia sea una herramienta para aplastar a adversarios y para saciar ánimos de venganza personales?

Lo que hemos visto con el empuje y apoyo a Ernestina Godoy no deja lugar a dudas de lo que significa la continuidad o el segundo piso de la 4T que ofrece Claudia Sheinbaum a los electores.

Columna completa en El Universal

Los corruptos de hoy, los que son de Morena y/o cercanos al presidente López Obrador, son muy distintos a los corruptos que antes estaban en el poder.

Cuando salen audios de Alejandro Moreno, dirigente del PRI, hablando de, por ejemplo, como compraba a periodistas cuando era gobernador de Campeche, se muestra el modus operandi de los Priístas. Pero cuando salen videos como los que exhibió mi compañero Enrique Acevedo en el noticiero que conduce en Televisa, En Punto, que involucra a tres políticos del actual gobierno de Layda Sansores recibiendo fajos de billetes en las oficinas del gobernador interino un mes antes de la elección en Campeche de la que ella resultó ganadora, ahí se trata de una venganza política, no de un acto de corrupción.

El reportaje de Fátima Monterrosa es impecable. No solamente se trata de los videos en los que aparecen Raúl Pozos Lanz, Rocío Abreu Artiñano y Armando Toledo Hamid recibiendo millones de pesos en efectivo. Además muestra con fechas los brincos de estos personajes de sus anteriores partidos a Morena y a formar parte del gobierno de Sansores una vez que ella ganó la gubernatura. Para rematar, llamó a cada uno de estos personajes para preguntarles para qué era ese dinero.

Raúl Pozos Lanz recibe los fajos de dinero un mes antes de las elecciones, en mayo del 2021. Él fue integrante del PRI hasta diciembre 7 del 2020 cuando publica un video renunciando al partido. Al día siguiente, el 8 de diciembre, Layda Sansores publica otro video en el que le da la bienvenida a Morena. Un mes después, cuando gana la elección, nombra a Raúl Pozos Secretario de Educación del Estado. Cuando la reportera le llama para preguntar sobre los videos, su respuesta es que era dinero para cumplir las demandas de la ciudadanía. ¿Pues qué demandas debe cumplir pagando en efectivo? ¿Están registrados como gastos de campaña?

Rocío Abreu era senadora del PRI-PVEM. En 2018 renuncia y se va a Morena. Aparece en los videos en la misma oficina que Pozos Lanz, solo que ella lo hace en dos ocasiones. A la pregunta de Monterrosa sobre los fajos de billetes, la hoy senadora Morenista no sabe ni qué inventar. A duras penas alcanza a decir que era para pagar unos impuestos. Hasta donde sé, los impuestos no se pueden pagar en efectivo.

El otro hombre que aparece en los videos ni le tomó la llamada a Monterrosa. Armando Toledo Hamid acude a la misma oficina a recibir fajos de billetes. En septiembre del 2021, cuando Sansores asumió la gubernatura, fue nombrado Jefe de la oficina de la gobernadora.

Todo esto ocurre en la oficina de Carlos Miguel Aiza González, quien era gobernador interino de Campeche. Hoy es el Embajador de México en República Dominicana. Su hijo, Carlos Aysa Damas renunció al PRI y ahora es Diputado por Morena.

Así o más claro. Pero qué responden desde el gobierno a estos videos: que son producto de una venganza. Lo mismo que ha dicho el presidente cuando hemos visto a sus hermanos recibiendo videos. Ahí además la justificación fue que eran aportaciones para el movimiento.

Cuando se ha documentado el desfalco en la Secretaría de Educación Pública los pocos meses que estuvo al frente Delfina Gómez, el presidente la defiende diciendo que ella es impecable y la prueba es que vive en la misma casa de siempre.

Queda claro que cuando salen videos de “los otros”, son la prueba fehaciente de cuan corruptos son los conservadores. Cuando salen a la luz videos de los de Morena, los corruptos de este gobierno, éstos son producto de una venganza política.

Los corruptos de antes y los de ahora son diferentes solo en el grado de cinismo al pretender los de ahora darse baños de pureza y pretender justificar lo indefendible.

Si realmente hubiera un compromiso con combatir la corrupción, Delfina no sería la candidata de Morena en el Edo Mex y los tres personajes de los videos difundidos estarían ya fuera del gobierno de Campeche.

Columna completa en El Universal

En junio del 2019 el presidente Andrés Manuel López Obrador dio a conocer un memorándum que firmó contra el influyentismo, la corrupción, nepotismo, el amiguismo. Dijo: “me toca estar informando constantemente para que no utilicen mi nombre. Nosotros no vamos a permitir corrupción, impunidad, influyentismo, amiguismo ni el nepotismo, ninguna de esas lacras de la política”.

Esto fue su respuesta cuando se dio a conocer que su hijo, José Ramón López Beltrán, había participado en el arranque de los Centros Integradores de Bienestar en el Estado de México. Así, no es la primera vez que por acciones de su hijo, el presidente sale a defenderse y a su familia diciendo que él es diferente y que no hay amiguismo ni nepotismo en su gobierno. Y sin embargo…

Ese memorándum claramente queda violado cuando el mismo José Ramón López Beltrán ahora admite que trabaja para un amigo del presidente, en este caso para Daniel Chávez, dueño de Grupo Vidanta. Dejemos de lado la creación espontánea de la empresa en donde dice trabajar López Beltrán, KEI Partners, cuya página muestra como proyectos suyos fotografías de otros lugares. Por ejemplo, publicitan el Bar 88 en Royal Pines, un club en Houston, usando la fotografía del Bon Bon Bar, en Gotemburgo, Suecia. Eso por sí solo debería ser un escándalo y una muestra de que creen que a los mexicanos nos pueden mentir sin que no demos cuenta.

El presidente o no entiende o cree que no entendemos los demás que un conflicto de interés es precisamente que su hijo trabaje para un empresario que hace negocios con su gobierno. Cree que la situación lo exenta porque no cobra su asesoría en el Tren Maya aun cuando Grupo Vidanta tiene muchos tentáculos en el sector turístico, entre ellos la concesión del aeropuerto de Puerto Peñasco, Sonora.

Pero más allá de las mentiras del hijo del presidente, ¿qué otras alarmas enciende el López Obrador iracundo que hemos visto en estos días? De forma destacada está la intolerancia. El comunicado que publicó ayer Grupo Parlamentario de Morena en el Senado de respaldo al presidente arranca afirmando que López Obrador encarna a la Nación, a la patria y al pueblo. Concluye: “[…] por ende, los que se oponen al Presidente de México no son más que un puñado de mercenarios que al ver sus privilegios mancillados, luchan con todo su poder económico para que prevalezca el viejo régimen en el que podrían hacer sus negocios sucios en la oscuridad. Son ¡unos traidores a la nación, a la patria y al pueblo!”

Con esta definición de oposición como mercenarios y traidores de parte de quienes deberían ser un contrapeso al Ejecutivo, no comparsas, vemos una copia de los dichos de Chávez y Maduro en Venezuela, Ortega en Nicaragua y los Castro en Cuba. Los senadores están de facto criminalizando a la oposición, algo que sucede en regímenes autoritarios, no en las democracias.

Y claro, está también ataques a la prensa; a la libertad de expresión; las violaciones a la Constitución y un largo etcétera. No sorprende pues que estemos en la espiral de un régimen híbrido a una autocracia. Esa es la auténtica transformación de López Obrador.

Apostilla: Llama la atención que José Ramón López Beltrán prefirió irse a vivir a Estados Unidos antes que a cualquiera de los países que su padre constantemente defiende, como Venezuela, Cuba, Nicaragua o El Salvador. ¿Por qué no quiso irse a vivir a alguno de esos paraísos el hijo del presidente?

Columna completa en El Universal

El presidente Andrés Manuel López Obrador decidió, sin invitación de por medio, presentarse ante la ONU para hablar de corrupción y desigualdad como el gran problema de México al cual él ha sabido hacerle frente. Más allá de que la presidencia rotativa del Consejo de Seguridad de la ONU, que este mes le corresponde a México, no era el foro porque ahí el mandato son los temas de paz y seguridad internacionales, el gran problema de nuestro país no es la corrupción.

Tan solo una semana antes podría haber viajado el presidente a Roma para estar en la Cumbre del G20 y plantear, ahí si, el tema de desigualdad y hasta de corrupción. Pongo `hasta’ porque si bien es cierto que es un enorme problema en México, su gobierno no puede presumir logros en este rubro, lo que debe de ser bastante decepcionante para todos los que creyeron en su discurso y por ello votaron por él en 2018.

El gran problema de México no es la corrupción. Es un acto que indigna, sin duda. Pero el gran problema de México es que no tenemos un Estado de Derecho. Ante esta ausencia, es muy fácil ser corrupto porque mientras se esté del lado del poder, no hay problema. No hay castigo. Algo que no ocurre en donde se respeta el Estado de Derecho. Y eso no ocurre en México.

El presidente habla que antes de él había un Estado de Chueco en México.

¿Qué si no Estado de Chueco es decidir detener a un delincuente confeso solamente cuando sale a la luz una fotografía de él cenando en un restaurante muy campante, algo que no es ilegal pero sí inmoral, como dijo el presidente sobre Lozoya? El momento de la detención y las razones para hacerlo, cuando se hizo evidente que el ex director de Pemex estaba aprovechándose del criterio de oportunidad, demuestran el grave Estado de Chueco en México.

¿Qué si no Estado de Chueco es tener en prisión a una exfuncionaria por un delito que no amerita prisión preventiva como ocurre desde hace más de dos años con Rosario Robles? La forma de detenerla y mantenerla en Santa Martha Acatitla demuestra el terrible Estado de Chueco en México.

¿Qué si no Estado de Chueco es tener en prisión a una señora por las rencillas personales del Fiscal General de la nación? Cuando la familia Cuevas Castillo comenzaba a ver la luz para que saliera de prisión su madre tras 13 meses de estar en Santa Martha Acatitla, de forma sospechosamente rápida y por una solicitud del Fiscal Gertz Manero, la Suprema Corte de Justicia atrajo los amparos de las señoras Alejandra Cuevas y su madre Laura Morán. Este amparo lo habían ganado en primera instancia contra la orden de aprehensión y el auto de formal prisión que enfrentan y mantiene, como decimos líneas arriba, a la primera en prisión y a la segunda, de 94 años, escondida para evitar ser detenida también.

¿Qué si no Estado de Chueco es que los hermanos del presidente, Pío y Martín, aparezcan en videos recibiendo fajos de billetes y a ellos no se les toque ni con el pétalo de una investigación?

 

Columna completa en EL UNIVERSAL

Prácticamente en todas las conferencias en Palacio Nacional el presidente Andrés Manuel López Obrador se refiere al tema de la corrupción. Su combate; el barrer las escaleras de arriba para abajo; al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie…y un largo etcétera son el pan de cada día en su discurso.

Por eso debería sorprender su constante ataque a quienes, desde la sociedad civil, buscan lo mismo que él: acabar con la corrupción. O cuando menos, luchar vehementemente en su contra. En la Mañanera de ayer fue especialmente crítico con la Organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y contra su presidente, Claudio X. González.

Los acusó de haber solapado la corrupción en el pasado por haber defendido el proyecto del aeropuerto de Texcoco, el cual describió el presidente como “el saqueo más grande que se tenía preparado, que se iba a hacer al pueblo y a la nación; que iba a significar casi un billón de pesos. Iba a ser como un Fobaproa.”

Y agregó: “¿Qué hicieron [los de MCCI] si la corrupción estaba legalizada en la época en que ellos simulaban que la combatían? ¿Por qué no dijeron nada de que Salinas en 1994 modificó el Código Penal para que la corrupción no fuese delito grave? ¿No lo sabían ellos? ¿Cómo fue que crearon una asociación civil llamada Mexicanos Contra la Corrupción si nunca dijeron nada; nunca, de que la corrupción estaba legalizada porque no era delito grave?”

Por ello, el presidente cree que el verdadero nombre de la asociación debiera ser Mexicanos CON la Corrupción y la Impunidad. Y así lo declaró, generando risas entre los asistentes a su mañanera.

Este nuevo arrebato del presidente sorprende por varias razones. Primero que nada, porque a pesar de haber anunciado la cancelación del NAIM en Texcoco aduciendo esta corrupción, el gobierno no ha señalado absolutamente nada ni a nadie por estos actos. Simplemente ha dicho, pero nada ha demostrado.

Cuando empezó ese proyecto se hablaba de la enorme corrupción que lo envolvía. En mi caso quise investigar algunos de los ángulos señalados como infestados por la corrupción. Uno de ellos, el peaje que transportistas estaban obligados a pagar para que llegaran los materiales a la zona de construcción. Un peaje no regulado y que se señalaba iba a los bolsillos de lideres locales. Nunca encontré nada en concreto. No se puede señalar que hay corrupción si no hay pruebas. En el caso del presidente él decidió no solo señalar la corrupción del NAIM sino cancelarlo. A la fecha sigue diciendo que el tamaño del saqueo iba a ser de cerca de mil millones de pesos. Si tiene esa información, que persiga a los saqueadores. Se le va a aplaudir. Barrer las escaleras no es suficiente para acabar con la corrupción. También hace falta recoger la basura y ponerla en su lugar. ¿Quién está pagando una sola factura con la justicia por haber cometido un acto de corrupción en el proyecto del NAIM? A la fecha absolutamente nadie.

Lo segundo: el señalamiento de la modificación al Código Penal en 1994 no lo persiguió ni investigó MCCI porque la asociación nació 22 años después, en 2016. Y tercero: el que la corrupción no fuera delito grave no quiere decir que la corrupción estuviera legalizada. Hay delitos, como las infracciones de tránsito, que sin ser graves, no dejan de ser delitos perseguidos por la justicia.

 

Columna completa en El Universal

Los casos de sobornos de la empresa brasileña Odebrecht ocurrieron en 12 países de América Latina y solamente en dos no ha habido consecuencias. México y Venezuela. Ahora, el gobierno mexicano ha decidido empezar a actuar vía la Secretaría de la Función Pública (SFP), la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y la Fiscalía General de la República (FGR).

La semana pasada la SFP inhabilitó a Emilio Lozoya Austin, ex Director de Pemex, con diez años para ocupar cualquier puesto en el servicio público y a Edgar Torres Garrido, ex Director de Pemex Fertilizantes con 15 años además de una multa de 620 millones de pesos, por la compra presuntamente irregular de Grupo Fertinal en el 2015. Hoy, Torres Garrido es Jefe de Inversiones de Makech Capital, una empresa de inversiones de Emilio Lozoya.

Por su parte la UIF congeló las cuentas de quien era Director de Pemex cuando Odebrecht sobornó funcionarios en México, Emilio Lozoya Austin, lo mismo que las de la empresa AHMSA, que fue la otra empresa que vendió su planta de fertilizantes, Agro Nitrogenados, a PEMEX. El dueño de AHMSA, Alonso Ancira Elizondo, fue detenido ayer en España y la FGR giró una órden de aprehensión en contra de Lozoya.

¿Por qué de pronto se aceleró el proceso jurídico y las acciones del gobierno mexicano en la investigación sobre las compras de PEMEX de las dos plantas fertilizantes?

Porque el gobierno mexicano quiere evitar quedarse como el chinito: no’mas milando como los estadounidenses sí actúan en contra de la corrupción en el caso Odebrecht, capítulo México. Es evidente que para el gobierno mexicano sería una vergüenza y una enorme incongruencia que, teniendo como bandera principal abatir y acabar con la corrupción, sean los americanos los que hagan el trabajo que este país ha sido incapaz de hacer.

Y es que el Departamento de Justicia y a la Securities and Exchange Commission (SEC) han recibido una demanda en contra de la compra que hizo Pemex de Grupo Fertinal y de Agro Nitrogenados por un monto de 635 millones de dólares por la primera y de 275 por la segunda, por un total de 910 millones de dólares.

El monto es investigado por el sobreprecio pagado por PEMEX tomando en consideración el valor de los activos de ambas empresas en ese momento. En un informe de los auditores independientes BDO que realizaron sobre la situación financiera de Pemex Fertilizantes a la que tuve acceso se puede ver que Pemex pagó $15 millones de dólares a los socios de Fertinal por los activos de la empresa y solicitó un crédito por el valor mercantil. Tan solo esta decisión significó pagar un sobreprecio de $188 millones de dólares por Fertinal que se convirtió al año siguiente de la compra en una pérdida, un pasivo, para el ejercicio contable del 2016.

Tanto el Departamento de Justicia de EU como la SEC consideran que esta venta está sujeta al Foreign Corrupt Practices Act (FCPA), ya que la deuda de Pemex cotiza en Estados Unidos y el público inversionista lo centra en su jurisdicción.

El FCPA castiga con cárcel a quienes corrompen a un funcionario público en detrimento de la empresa y sus inversionistas en capital o deuda. En este caso, el soborno investigado es por un detrimento posible de PEMEX y sus tenedores de bonos.

En los próximos días se harán públicas estas investigaciones del Departamento de Justicia de EUA y de la SEC y el gobierno mexicano podrá decir que ya ha estado trabajando en esta investigación también, vía la FGR, la SFP y la UIF.

 

Este es el informe de los auditores independientes de Pemex Fertilizantes en donde queda claro el sobreprecio pagado por Grupo Fertinal que menciono en mi columna.

 

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Columna completa en El Universal

Aun cuando quizás Andrés Manuel López Obrador no viva en Los Pinos, a tres mil quinientos metros del lugar en donde han vivido los presidentes de México desde Lázaro Cárdenas, se ubica la delegación Miguel Hidalgo. Ahí, tan cerca de Los Pinos, regresa como alcalde Víctor Hugo Romo.

Romo ya fue delegado de Miguel Hidalgo por el PRD y el balance de su gestión la marcó la corrupción. Corrupción que abarcó desde la extorsión a restauranteros, antreros y constructores, hasta el desarrollo de edificios plagados de irregularidades en donde Romo pedía su ‘diezmo’ de un departamentito para él o sus cercanos.

Ahora regresa bajo las silgas de MORENA. Ganó por poquito: 5 mil 49 votos de los 226 mil 502 que se emitieron. Algunos dicen que su triunfo fue gracias a la compra de votos y el rebase de tope de gastos de campaña. Cuando menos eso ha reportado quien quedó en segundo lugar, Margarita Martínez Fisher, del Frente (PAN, PRD y MC) cuya queja está ahora en el Tribunal local y seguramente llegará hasta el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Pero la explicación más sencilla es que Romo ganó arrastrado por el tsunami de López Obrador.

¿Cómo es posible que AMLO que habla de que el poder es humildad; de honestidad valiente y de que su bandera es no a la corrupción tenga entre los suyos a un personaje como Víctor Hugo Romo?

Basta comenzar con decir que actualmente existe una denuncia penal en su contra a la que no se ha presentado a declarar porque tiene fuero como Asambleísta. La denuncia es por una serie de obras que realizó cuando estuvo al frente de Miguel Hidalgo cuyas irregularidades siguen costándole a la delegación, ahora municipio, y que en pocas semanas deberá pagar 70 millones de pesos a la Tesorería.

Las obras señaladas en la denuncia en contra de Romo son tres principalmente: El mercado Escandón; el edificio delegacional y el parque El Mexicanito. Sobre estas tres obras y sus irregularidades hay documentos presentados y acreditados ante las instancias penales correspondientes que señalan pagos anticipados; cambios a los proyectos originales; uso de empresas como Elementos Estructurales y Construcción BC S.A de C.V cuya existencia no ha podido comprobarse por lo que cumplen con las características de las llamadas empresas fantasmas, e incumplimiento en los plazos de construcción.

Incluso hay dos ex funcionarios de la administración de Romo que están vinculados a proceso por las irregularidades en estas obras. Martín Adolfo Mejía Briones y José Carlos García Chávez quienes fungieron como Director General de Obras Públicas y Desarrollo Urbano y Director de Obras, respectivamente.

 

Columna completa en EL UNIVERSAL

Una de las grandes promesas de campaña de Donald Trump fue que acabaría con la corrupción de los grandes capitales y su injerencia en la política en Washington. Le llamó ‘filtrar el pantano’; Drain the swamp.

Han pasado poco más de 500 días de Trump en La Casa Blanca y algunas de sus promesas de campaña las ha intentado cumplir, pero definitivamente la de limpiar el pantano no solo no la ha implementado; el pantano se está desbordando.

Los escándalos de corrupción y de cercanía del dinero a la toma de decisiones están en su gabinete; en los empleados de La Casa Blanca y en el propio Trump.

En el caso del presidente de Estados Unidos la lista arranca por la negativa a hacer pública su declaración de impuestos. Nadie sabe cuánto y ni siquiera si Trump paga o no impuestos. Además, es notoria la falta de separación entre el presidente y sus empresas; los contratos obtenidos por su hija Ivanka a partir de la llegada de su papá al poder; el conflicto de interés que representa ser dueño de un hotel que está a pocas cuadras de La Casa Blanca en el cual han optado por hospedarse desde Jefes de Estado hasta empresarios que llegan a Washington D.C a sostener reuniones con Trump. A todo ello hay que agregar el costo que ha significado para los contribuyentes estadounidenses los constantes viajes de Trump a algunas de sus propiedades de fin de semana para jugar golf.

En su gabinete los escándalos son cosa de todos los días. Un ejemplo es el titular de la Agencia de Protección al Ambiente (EPA), Scott Pruitt, que fue impuesto en el cargo gracias a las contribuciones de los billonarios hermanos Koch que se han beneficiados de tener en la EPA a alguien para eliminar regulaciones ambientales que tanto le cuestan al sector energético, de donde proviene su fortuna.

Actualmente, los escándalos que apuntan a un desbordamiento del pantano tienen que ver con la posibilidad de que Trump otorgue perdones presidenciales a personajes controversiales. Ejemplo perfecto es el ex gobernador de Illinois, Rod Blagojevich, que lleva 6 años en prisión de los 14 años que fue sentenciado por actos de corrupción, extorsión y sobornos entre los que estaba intentar vender el escaño de Barack Obama en el Senado que dejó cuando arrancó su campaña presidencial.

Para Trump limpiar el pantano se ha traducido más en acusar a los medios que no le son afines de ser mentirosos y corruptos, al igual que al Departamento de Justicia por la investigación de los nexos de su campaña con Rusia o de la ausencia de una investigación sobre Hillary Clinton por sus correos electrónicos.

 

 

Columna completa en El Universal

Si algo sabe hacer bien Andrés Manuel López Obrador, es comunicar. Hoy la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) es su bandera.

Bandera que ha merecido una historieta tipo cómic en la que AMLO explica porque quiere cancelar esa obra que describe como cara, innecesaria y herramienta de corrupción de la mafia del poder. La historieta se titula: Un aeropuerto que no debe aterrizar y se ilustra con una pista encharcada sobre la cual va a aterrizar un avión mientras un puerco gordo, vestido de empresario, sostiene una bolsota de dinero que se entiende es producto de la corrupción.

El discurso de AMLO en el sentido de que va a cancelar la obra es como ese comic. Es ya la caricatura de lo que AMLO representa: el político que finalmente le pondrá un ‘hasta aquí’ a los empresarios de siempre, los mismos beneficiarios de décadas. Para AMLO la cancelación de la obra se puede equiparar al muro de Donald Trump. Enciende emociones de los ciudadanos cansados con las corruptelas de siempre.

¡No al NAICM! es el ¡Build the Wall! región 4.

Y por ello le vino como anillo al dedo que Carlos Slim se subiera al ring para decir que la cancelación del proyecto supondría suspender el crecimiento económico del país. El Ing. Slim tiene una participación importante en el proyecto. Su constructora CICSA es parte del consorcio que construirá el edificio Terminal con una participación del 14.29% del contrato. Tiene además el 25% de la Pista 3 junto con la constructora La Peninsular. FCC, la constructora española de la cual es socio, también es parte del consorcio y tiene el 14.28% de los contratos para la construcción del edificio Terminal.* Así que AMLO quedó feliz de responderle.

Le permitió decir que de Los Pinos mandaron al empresario más rico de México a defender un proyecto que va a seguir engordando su cartera. Justo obtuvo el material para encender la furia y la división que tanto le gusta a AMLO. Aquello de ‘nosotros los pobres contra ustedes los ricos; nosotros los honestos contra ustedes los corruptos’.

La historieta de AMLO, su comic sobre el NAICM, está plagado de imprecisiones y mentiras. Pero están bien dibujadas y bien explicadas y por ello no sorprende que sean bien recibidas y aceptadas.

Por ejemplo, el comic arranca diciendo que existen muchas ciudades con dos aeropuertos, por lo que su propuesta de habilitar el de Santa Lucía es viable. Entre las ciudades mencionadas está Nueva York, Roma, Londres. Lo que no explica el comic de AMLO es que en esas ciudades la distancia entre aeropuertos cumple con el mandato del Centro para el Desarrollo de Sistemas Avanzados de Aviación, Mitre, que es el organismo internacional que se encarga de checar, entre otras cosas, la distancia entre aeropuertos para autorizar su viabilidad tomando en cuenta que no exista interferencia entre los radiales.

 

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Rindiendo protesta como candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador declaró que “con terquedad, con necedad, con perseverancia, rayando en la locura, de manera obcecada, voy a acabar con la corrupción.”

 

Antes, en entrevista con El Universal, AMLO tocó este tema, el de la corrupción, que es uno de los más sensibles y que más lastiman el desarrollo de México, para decir que, con voluntad, él iba a acabar con la corrupción.

 

Y, sin embargo, tenemos sus listas de candidatos plurinominales. Para llorar, no para acabar con la corrupción.

 

AMLO, el tres veces candidato a la presidencia, es sin duda terco. Pero su terquedad no parece estar dirigida en acabar con la corrupción. Más bien parece estar enfocada en hacer todo lo posible por quedarse con el segundo lugar en la elección presidencial. Como le ocurrió en el 2006 y de nuevo en el 2012.

 

¿Qué otra explicación hay para sus alianzas y absoluciones? Primero decidió decirle que no al PRD, su natural aliado, para abrazar al PES. Después ha sumado a personajes ya muy mencionados por ser tan cuestionados a su campaña. Caso emblemático, Elba Esther Gordillo, la villana de villanas en la política mexicana. Y ahora está la lista de SUS plurinominales.

 

SUS en mayúscula porque, a diferencia de lo que ocurre en otras campañas, en la de AMLO no hay mayor imposición que su voluntad. Si Napoleón Gómez Urrutia está en la lista de plurinominales de Morena es porque así lo decidió, y negoció, él y nadie más que él.

 

¿A cambio de qué es que a AMLO le conviene que regrese a México por la puerta del fuero Napoleón Gómez Urrutia? Es como si Lula da Silva decidiera en su campaña presidencial declarar que, de ganar, le otorgaría perdón presidencial a Marcelo Odebrecht, el rostro de la corrupción en Brasil.

 

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Así como Bill Clinton acuño “es la economía, estúpidos” en su campaña que lo llevó a la presidencia en 1992, ahora en México hacia el 2018 es muy fácil entender que…es la corrupción, estúpidos, lo que la gente quiere que sea resuelto.

Lo llevamos pidiendo a gritos desde hace tiempo. Por ello, vuelvo a recordar que Enrique Peña Nieto enarboló como eje central de su campaña en el 2012 que combatiría de manera frontal la corrupción y que para ello crearía un Zar Anticorrupción.

Pues ya vamos en el año seis del gobierno y el famoso y cacareado Zar brilla por su ausencia. Pero lo peor es que esto es así no porque el actual gobierno no sepa lo importante que es para los ciudadanos el combate a la corrupción. Tan lo sabe, que se creo y aprobó el Sistema Nacional Anticorrupción y se nombré un Comité Ciudadano Anticorrupción para apoyar en esta lucha que tanto nos cuesta a todos en México.

El detalle está en que, por un lado no se ha nombrado al titular de este Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), y por el otro el Comité Ciudadano está siendo bloqueado constantemente en sus esfuerzos por avanzar en la materia.

Cuatro de los cinco comisionados, me imagino que hartos con la tomadura de pelo a la que sienten y ven han sido sujetos, decidieron hablar. Y lo hicieron con el New York Times que publicó un artículo de primera plana el pasado 2 de diciembre haciendo un recuento de lo mal que está la lucha contra la corrupción en México.

Una tomadura de pelo porque además del Zar Anticorrupción no han sido nombrados los 18 jueces que deberían conformar el SNA.

También porque los comisionados, Jacqueline Peschard, Luis Manuel Pérez de Acha, José Octavio López y Mariclaire Acosta han sido bloqueados de cualquier discusión en materia de corrupción por el gobierno. (El 5º comisionado, Alfonso Hernández, no aparece citado ni entrevistado en el artículo).

 

 

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Foto: Archivo APO

Me imagino a la hoy ex presidenta de Corea del Sur, Park Geun-Hye, lamentando que fue víctima del bullying. Que por eso surgió la Revolución de las Velas que terminó sacándola del poder a ella y que puso a los directivos de Samsung, la empresa más grande e importante de ese país, en prisión.

 

Fue solo por bullying. Bullying ante una pobre presidenta que tenía una amiga, Choi Soon-sil, que manejaba a la tituar del ejecutivo a su antojo y, mediante esa cercanía logró que su hija Chung Yoo-ra, dedicada a la equitación, fuera admitida a una de las mejores universidades de Corea y que Samsung le regalara un caballo sumamente elegante y competitivo.

 

Esas fueron las dos gotas que derramaron el vaso de la corrupción en Corea del Sur. Un país que estaba acostumbrado a las trampas y los cochupos, allá los llaman chaebols, y que decidió hace poco más de un año, el 28 de septiembre del 2016, ponerle punto final a estas prácticas mediante el Acta Kim Young-ran.

 

Esta política regula las prácticas que antes se consideraban tradición en las relaciones entre servidores públicos y empresarios. Prohíbe invitar a los políticos o periodistas a comidas que impliquen un gasto mayor a $25 dólares; dar regalos más caros de $45 dólares y otorgar más de $100 dólares en efectivo como regalos de boda o funerales. Para los maestros de escuela la cifra máxima permitida en cualquiera de estos rubros es de CERO wons (moneda de Corea del Sur).

 

Esta Acta anticorrupción afectó de arranque a 4 millones de servidores públicos (que por cierto, en Corea no pueden pertenecer a ningún partido salvo los Secretarios de Estado). Pero como tiene prohibiciones para las familias de los servidores, el Acta Him Young-ran ha afectado prácticamente a todos los ciudadanos.

 

 

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Foto: Twitter

El talón de Aquiles de Andrés Manuel López Obrador es su honestidad. Se dice diferente. Se dice inmune a la corrupción. Declara que con él ese México corrupto va a quedar atrás. Que, hacia adelante, con él en la presidencia, viene el México de la esperanza.

 

Y sin embargo…

 

…Sin embargo está el caso de su aliado, el PT, y el manejo que el partido-negocio le ha dado al dinero recibido para subsidiar escuelas particulares.

 

Cuando creíamos que los partidos recibían un dineral, nos enteramos que además de las prerrogativas, reciben dinero público para otros propósitos. En el caso del PT, es para los Centros de Desarrollo Infantil, los CENDIS, que son guarderías y preprimarias que son un híbrido público privado. Reciben dinero de los Estados que a su vez es depositado por la federación, además de las colegiaturas que les cobran a los alumnos.

 

CENDIS hay en todos los estados del país excepto en Morelos y Querétaro en donde hay CADIs, Centro Asistencial de Desarrollo Infantil. El PT administra CENDIs en doce Estados: los de Baja California, Sonora, Durango Nayarit, Guanajuato, Colima, Michoacán, Chiapas, Puebla, Aguascalientes, Zacatecas y Nuevo León.

 

Así lo ha venido haciendo por más de una década. Los recursos que reciben los administradores de los CENDIs para su manejo varían dependiendo el acuerdo al que llega el dueño con el gobernador; Secretario de Finanzas y Secretario de Educación de cada Estado.

 

Hoy la PGR está investigando a la esposa del líder del PT, Guadalupe Rodríguez Martínez, porque recibió depósitos del Estado de Nuevo León directamente a su cuenta para el supuesto manejo de los 12 CENDIs del estado.

 

Y la respuesta de AMLO a esta investigación es que se trata de una venganza política del PRI por la alianza del PT con Morena que arrancó desde que el candidato del Edo Mex declinó a favor de Delfina Gómez.

 

 

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Ante el desprestigio de la clase política y su derivado, el hartazgo con los partidos y sus integrantes, se han puesto de moda los ciudadanos como impolutos y como la solución a nuestros problemas. Todos los partidos y/o alianzas voltean a ver a la candidatura ciudadana como respuesta para poder ganar en el 2018.

 

El PRI y sus rémoras voltean a ver a José Antonio Meade o a José Narro como sus alternativas ciudadanas. Meade no está afiliado a ningún partido, es cierto. Pero de que es político, no hay duda. Es además un extraordinario servidor público, con décadas de serlo y sin escándalos de por medio. Ni de corrupción, ni personales, ni partidistas o chapulineos. A pesar de haber trabajado con presidentes del PRI, del PAN.

 

José Narro sí acredita ser PRIísta por haber sido titular de lo que hoy conocemos como la Fundación Colosio, antes la Fundación Siglo XXI. Venderlo como ciudadano es intentar hacerlo con calzador. Sería mejor que el PRI lo perfilara como un Bernie Sanders región 4, que, a sus 68 años puede mover los ánimos de jóvenes, como lo hizo el demócrata en la contienda interna del partido en contra de Hillary Clinton. Pero como lo ciudadano está de moda, así quieren que se vea a Narro.

 

En Morena Andrés Manuel López Obrador se presenta como antisistema y conserva la palabra Movimiento como emblema de que lo suyo es distinto a los desprestigiados partidos y que por eso él no se mancha ni con el pétalo de una P de político.

 

Irónico por que él ha sido PRIísta y PRDista y es el ejemplo del político que no ha vivido más que del erario. No conocemos cómo le ha hecho para pagar esa vida de giras a diestra y siniestra. Las sumas no dan, como sucede con muchos otros políticos y es razón importante del desprestigio que hoy aclama cambios. Pero AMLO no le encuentra la incoherencia.

 

Y ahora el Frente Ciudadano por México, que antes se pensó que se llamaría Frente Amplio Opositor, pero, como están de moda los ciudadanos, prefirieron botar eso de Amplio y sumarle la palabra mágica: Ciudadano.

 

 

 

 

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