Tag

davos

Browsing

Si vemos las variables económicas de México, llama la atención lo bien que están tomando en cuenta el panorama político nacional polarizado; el ataque desde el poder a la democracia; y la visión estatista anclada en los 70s del gobierno actual.

Aun así, el tipo de cambio no solo ha estado estable, sino que el peso se ha fortalecido frente al dólar. Las reservas internacionales están en más de 200 mil millones de dólares gracias a un crecimiento acumulado a lo largo del 2022. El crecimiento reportado para el año que acaba de concluir fue mejor de lo esperado. Las finanzas públicas se vieron favorecidas por un precio elevado del petróleo y ni qué decir de las carretadas de dinero que entran al país producto de las remesas.

En el mundo la situación ha sido menos grave de lo que las estimaciones económicas apuntaban. Ahora que estuve en el Foro Económico Mundial de Davos, no puedo decir que hubo optimismo per se, pero sí una visión mucho menos pesimista de la que esperaba. La palabra temida, recesión, fue abordada con mejores ojos de los que anticipé. Los datos de inflación, sobre todo en Estados Unidos, mostraron desde diciembre señales de mejoría. El desempleo no se disparó. Con ello la visión de los economistas presentes en los Alpes Suizos fue mucho mejor de lo previsto.

Estamos pues ante un panorama menos pesimista en las principales economías del mundo y en especial en Estados Unidos. Esto en un momento en que el comercio con países amigos se ha vuelto primordial. De ahí la constante referencia al ‘friendshoring’ y ‘nearshoring’ del cuál el principal beneficiado podría ser nuestro país. Hay una oportunidad magnífica para México. Además, si volteamos a ver las economías de otros países latinoamericanos, nuestro país se ve como la mejor opción para el capital y la inversión. ¿Van a preferir Perú y su inestabilidad política? ¿Brasil que quiere una moneda común con ¡Argentina!? ¿Venezuela; El Salvador; Nicaragua? México brilla si lo comparamos con cualquiera de estas opciones.

México podría ser en este momento un alacrán con alas. Tenemos todas las oportunidades posibles jugando a nuestro favor. Pero…como dice el dicho: “Dios no da alas a los alacranes”.

Y las alas se las está cortando a México el presidente López Obrador con sus decisiones estatistas y erradas. Una vez más, se desaprovecha esta oportunidad de crecimiento que traería enormes beneficios para los mexicanos.

La mejor apuesta que podríamos hacer como país es asociarnos en materia energética con nuestros vecinos del TMEC para que ellos arriesguen su dinero en México y todos ganemos en los proyectos que resulten productivos.

México ha sido una potencia en la producción de autos. El mercado está girando hacia los vehículos eléctricos. Justo ahora es cuando México debería subirse en esa ola. Pero tenemos un presidente que prefiere legalizar los autos chocolate.

López Obrador presume constantemente los ríos de remesas que entran al país. ¿Por qué no piensa en un programa gubernamental para que éstas puedan invertirse en proyectos productivos? Entran y entran remesas y ¿a dónde se van? Hoy solamente tenemos al presidente aplaudiendo las remesas pero desaprovechando la oportunidad de que éstas se traduzcan en proyectos que sumen al presente y futuro de México.

México podría ser un alacrán con alas pero es, simplemente, un alacrán.

Apostilla: AMLO es un populista sin un plan. Esta fue la mejor descripción que escuché sobre el presidente de México en Davos.

Columna completa en El Universal

Davos, Suiza. Como cada año, enero arranca con el Foro Económico Mundial en este pueblo remoto de los Alpes al que además de converger mentes brillantes, llegan millonarios, billonarios y la crema y nata de la política.

Davos lleva 53 ediciones y en esta el lema es ‘Cooperación en un mundo fragmentado’. Se da en un ambiente en el que se respira ansiedad ante las crisis permanentes a las que se enfrenta el mundo: perma-crisis. Si no es el ataque a la democracia en un país, como sucede en Brasil, es la continua guerra en otro, como es Ucrania, que está a menos de 2 mil kilómetros de estas montañas.

El significado de la guerra de Putin se siente. Ayer habló la Primera Dama del país, Oleana Zelensky, urgiendo a los países europeos a hacer más por Ucrania para que concluya esta guerra. En otra de las mesas a las que atendí se habló sobre las amenazas a la democracia que viven distintos rincones del mundo. Ya afuera de ese salón me topé con Arancha González Laya, la Decana de la escuela de Relaciones Internacionales de Paris, platicando con un joven de Venezuela que está construyendo la estrategia opositora a Maduro que ya Juan Guaidó simplemente no entregó. A ellos se les acercó nada más y nada menos que Sviatlana Tsikhanouskaya, la mujer que encabeza la oposición al gobierno de Bielorusia.

Tsikhanouskaya ganó las elecciones de su país en agosto del 2020 pero el actual dictador, Aliaksandr Lukashenka, simplemente se ha negado a reconocer su derrota.

La posibilidad que da Davos para que dos líderes opositores de países tan diferentes puedan conversar es lo que le da valor a este Foro. Sí, el mundo atraviesa por una perma-crisis, pero sin este tipo de encuentros difícilmente se podría lograr romper las inercias que lleven a sus soluciones.

Ediciones pasadas del Foro Económico Mundial han llevado a la creación de organismos como el G20 (1998) o alianzas importantes como Gavi (2000) que veinte años después resultó sumamente importante para la distribución de vacunas en el mundo golpeado por COVID.

Este año veo dos grandes temas en las mesas de discusión. El primero es ¿qué futuro tiene la globalización? Sabemos que la pandemia rompió las cadenas de suministro y que la guerra en Ucrania ha generado una Europa que no quiere depender más de los energéticos rusos. Pero también es evidente que no se puede regresar a ese mundo en el que cada país producía todo por sí mismo. La interdependencia es irreversible. Entonces ¿cómo va a dibujarse una nueva globalización? Lo más probable es que veamos varios bloques de países y no el mundo bipolar de La Guerra Fría, ni el unipolar que le siguió con Estados Unidos como hegemón.

El otro gran tema es la innovación. Por mucho que veamos y suframos los efectos de las redes sociales en nuestras sociedades, la respuesta que veo en la mesa es más innovación y no menos. Innovación desde para combatir el cambio climático hasta para lograr disminuir las desigualdades.

Por más que se critique que el Foro se lleve a cabo en este sitio remoto al cual llegan en sus aviones privados la crema y nata de la política y economía global, Davos sigue siendo el lugar que marca una agenda relevante para el resto del mundo, para el resto del año.

Columna completa en El Universal