Tag

Elon Musk

Browsing

La vista de la Tierra desde el espacio se conoce como “the overview” y es verdaderamente una experiencia transformadora. Esto le platicó Jeff Bezos, el dueño de Amazon y Blue Origin, al periodista Andrew Ross Sorkin en una cumbre que organizó el New York Times hace unos días a la que acudieron los personajes más importantes del momento.

¿Te preocupa la cercanía de Elon Musk con Donald Trump en la competencia que tienen tú y el dueño de Space X? le preguntó Sorkin a Bezos. Y es que, como bien sabemos, Musk y Trump son los nuevos grandes amigos del momento. Viven un bro-mance.

Trump ha nombrado a Musk para dirigir una nueva agencia gubernamental para volver a su gobierno más eficiente mediante un recorte que ha prometido será de dos mil millones de dólares. Elon se ha mudado prácticamente a vivir a Mar-a-Lago y está con Trump tanto en juntas para planear el arranque de su gobierno como para momentos más relajados como en los palcos de distintos estadios en donde ven juntos partidos de varios deportes.

Cerrando el año causó furor cuando uso X para postear que la Cámara de Representantes debía de echar abajo una iniciativa presupuestal que a Elon no le pareció adecuada. “Esta iniciativa no debe pasar”, publicó en su red social y unas horas después Trump estuvo de acuerdo y con ello mataron ese acuerdo presupuestal. (Por cierto, Biden sigue siendo presidente, por si a algún despistado lector se le ha olvidado ese pequeño detalle).

Esta cercanía le da a Musk una ventaja que hoy no sabemos cómo la va a aprovechar. Podría usar su influencia sobre Trump para beneficiar a sus empresas o podría buscar dañar a sus competidores, el más importante de ellos, sin duda es el dueño de Amazon y Blue Origin. La enorme duda es qué tanto durará este bro-mance entre Musk y Trump siendo ambos hombres mercuriales y de mecha corta que suelen romper con sus cercanos cuando sienten cualquier dejo de deslealtad o insubordinación.

Bezos, que no tiene esa cercanía con Trump, sí tiene una rivalidad con Musk ya desde hace tiempo. En el 2004 Musk invitó a Bezos a visitar SpaceX pero luego se sintió menospreciado cuando no recibió una invitación recíproca a visitar Blue Origin. Por eso cuando Musk superó a Bezos en el ranking de multimillonarios, posteó en Twitter que iba a enviarle una estatua gigante con el número 2.

La competencia no es solamente por quién es el más rico, también hay un enfrentamiento personal y ahora una rivalidad por el enfoque que cada uno tiene sobre lo que significa ir al espacio. Mientras que Bezos piensa que la Tierra es lo más valioso que tenemos como humanidad y que por ello debemos de enviar las industrias contaminantes a Marte, para salvar a nuestro planeta, Musk cree que la Tierra ya está condenada. Y entonces busca llevar a los humanos a Marte para iniciar ahí una nueva civilización.

“No hay un plan B. Tenemos que salvar la Tierra. Hemos enviado sondas robóticas a todo el sistema solar. Este es el mejor planeta y debemos salvarlo”, le dijo Bezos a Sorkin. Por el contrario Musk quiere que el planeta rojo, Marte, se convierta en Verde, habitable para los humanos y ha afirmado que en las próximas dos décadas se mudarán a Marte un millón de personas.

Ambas visiones son bastante ambiciosas. La competencia no es solo por ser el más rico del mundo, sino también por definir el futuro de la exploración espacial y cómo las grandes empresas tecnológicas interactúan con el poder gubernamental. En este juego de ajedrez entre titanes, hoy parece estar mejor parado Musk pero las apuestas están en la mesa ya que no sabemos cuánto tiempo dure el bro-mance entre él y Trump. Bezos debe de tener algo de fe puesta en que no sea una amistad duradera.

El bro-mance Musk-Trump y la rivalidad Musk-Bezos serán de lo más interesante a observar en este 2025 que hoy arranca.

Columna publicada en El Universal

El anuncio de la compra de Twitter que hizo Elon Musk es enorme en materia de negocios pero aún más en la forma como afectará como nos comunicamos hoy en día. ¿Para bien o para mal? Esa es la gran pregunta.

Comencemos por aclarar que Twitter no es un gran negocio. Es más chico que otras plataformas, como Facebook o Instagram, y sus ingresos dependen en un 90 por ciento de anunciantes. Pero eso a Elon Musk no le importa. Sugiere mover la plataforma hacia un esquema de suscripciones pero aclara que lo que más le interesa es influir en la forma como se discuten los temas fundamentales de hoy en el mundo en general y en Estados Unidos en particular.

En ese país están muy nerviosos los demócratas y muy ansiosos los republicanos con la noticia de Elon. Los republicanos sienten que Musk logrará balancear más un discurso que sienten está cargado del lado liberal y además están con la expectativa de que regrese Donald Trump a la plataforma. Aunque el expresidente ha dicho que no regresará a Twitter, habrá que ver si resiste la tentación de utilizar la red social ante las elecciones intermedias de este año y hacia las presidenciales del 2024.

Una encuesta de YouGov muestra que el 54 por ciento de los republicanos están de acuerdo con que Elon compre Twitter, mientras que solo un 7 por ciento de los demócratas piensan igual.

Del lado demócrata hay más preocupación por esta postura de completa libertad de expresión que ha dicho Musk que será el mantra principal de Twitter. Muchos se preguntan ¿qué pasa cuando se deja en absoluta libertad la comunicación en aras de defender la libertad de expresión? Las plataformas que lo han hecho se han visto inundadas de violencia, información falsa y pornografía. El ejemplo perfecto es Perler que fue vetada de Apple y Google en su plataforma de descarga, de la cual depende Twitter.

De entrada, esta intención de absoluta libertad que quiere Musk se enfrentará a dos grandes problemas. El primero es que los reguladores de contenidos en la Unión Europea ya salieron a decir que si quiere funcionar en sus 27 países miembros, Twitter tendrá que seguir procurando moderar y/o sacar a quienes fomenten discursos de odio y promuevan información falsa.

El segundo problema será China. ¿Qué va a hacer Elon Musk con un país que censura las comunicaciones en su país, incluyendo redes sociales, y que además es comprador y suministrador importantísimo de insumos para Tesla? ¿Va a poner en riesgo las finanzas de la empresa de vehículos eléctricos en aras de mantenerse firme con la libertad de expresión? Se antoja una decisión complicada ya que, de entrada, parte del financiamiento para la compra de Twitter está respaldado por acciones de Tesla.

Algo que suena muy interesante en el código de Twitter, según Musk, es la intención de acabar con los bots y las cuentas falsas. Ojalá encuentre la receta. No será sencillo y habrá que encontrar cómo proteger la identidad de quienes viven en regímenes autoritarios que amenazan las libertades de ciudadanos que utilizan Twitter con pseudónimos para poder comunicarse con “el exterior”.

Interesante también su idea de permitir la edición de mensajes en la plataforma. ¿Qué pasa si le damos retwitt a un mensaje que después es editado y con ello cambia el sentido del mensaje?

Twitter es, como ha dicho Musk, el espacio digital en el que los temas fundamentales de la humanidad se debaten. Veremos qué significa que las llaves de ese espacio las tenga una sola persona y además la que hoy es la más rica del mundo.

Apostilla: Como todo con Elon Musk, hasta el precio que ofertó para la compra tiene su simbolismo. La oferta de $54.20 por acción contiene sus número favoritos, 420, en referencia a la mariguana.

Columna completa en El Universal