A la elección de este domingo en el Estado de México la candidata de Morena, Delfina Gómez, llega con muchos contras y pocos pros.
Llega primero que nada a una elección que para el presidente Enrique Peña Nieto significa mucho. Significa mucho porque es su estado natal; porque como sucesor dejó no a quien él hubiese querido dejar (Del Mazo o Videgaray) sino a quien vio como el de mejores posibilidades de ganar en el 2011, a Eruviel Ávila, por haber gobernado relativamente bien como Presidente Municipal y por ello se esperaba que fuera quien mejores resultados obtuviera ya en el Palacio de Gobierno de Toluca. Ahora sí pudo dejar a su primera opción como candidato y una derrota de Alfredo del Mazo sería una derrota no solo política sino personal y familiar de Peña Nieto.
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