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Benditas remesas. Así presume el presidente López Obrador la enorme cantidad de dinero que los paisanos envían a México. Este año vamos a recibir más de 50 mil millones de dólares y las estimaciones para 2022 son que llegarán a 56 mil 700 millones. Estamos hablando de cantidades enormes, pero ¿es algo que el presidente deba presumir? Por supuesto que no.

El presidente Andrés Manuel López Obrador no entiende que presumir las cantidades históricas de remesas que recibe México es una muestra del enorme fracaso que somos como país para generar oportunidades para los mexicanos.

Con tanto mexicano que se va a Estados Unidos, lo que tenemos es una fuga de talentos que regresan al país migajas a cambio de lo que significa su salida de México. Para muestra, un ejemplo.

Jorge estudió primaria, secundaria y preparatoria en México. Después hizo la carrera de medicina en la UNAM. Hoy está haciendo su residencia en Miami, Florida. ¿Por qué? Porque si la hace en México, le pagan 6 mil pesos al mes. En Florida le pagan 10 mil dólares al mes. A partir de esta residencia, Jorge espera hacer su especialidad en oftalmología y ser un gran médico dedicado al cuidado de los ojos en Estados Unidos. Jorge quiere ganar en dólares porque sabe que si se queda en México será difícil tener un sueldo digno.

Así, toda la inversión en Jorge para que estudiara en México la van a capitalizar en Estados Unidos. Si al mes Jorge envía algo de dinero a sus papás en México, la cantidad palidece frente a la inversión que ya se hizo en él en nuestro país. Lejos de presumir que los paisanos mandan mucho dinero a México habría que preocuparse por nuestra enorme fuga de talentos. Actualmente lo que estamos haciendo es subsidiar a Estados Unidos a través de estos mexicanos.

Para acabarla de amolar, si de menos existieran planes para el aprovechamiento o para incentivar inversiones con esas remesas, algo podría capitalizar México con ese dineral. Sin embargo, los datos muestran que las remesas no están volviendo más dinámica la inversión en México y en cambio se destinan a consumo de bienes muy básicos.

En este año el aumento de las remesas se comenzó a notar desde mayo, cuando entraron 4 mil 526 millones de dólares. En julio fueron 4 mil 545 mdd; en agosto 4 mil 749 mdd y en octubre 4 mil 819 mdd. Sin embargo, si revisamos el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) de esos mismos meses e incluso al cierre del año, no se ve mayor dinamismo. Por el contrario, se registró una desaceleración.

Esto es así incluso si se observan las zonas del país que más reciben remesas, como Michoacán. Ahí no hay registro de que con las remesas se destinen a proyectos de infraestructura o en inversión en proyectos de emprendimiento o nuevos negocios. Si el presidente López Obrador quiere estar presumiendo, mejor que genere las condiciones para que se den este tipo de inversiones que acabarían impulsando la economía del país. Ahí sí, que se ponga a presumir todo lo que quiera.

Pero en las remesas ocurre lo que en tantos otros rubros en México ahora: hay una enorme oportunidad que se está desperdiciando.

Apostilla: En estos días en mi podcast Broojula podrán escuchar episodios dedicados exclusivamente a explicar y entender la reforma energética que impulsa el presidente López Obrador. Son entrevistas con expertos en la materia con el ánimo de despolitizar un tema tan complejo. Los pueden escuchar todos los días en www.eluniversal.com.mx o consultar todos los episodios en https://spoti.fi/315xjLC

Columna completa en El Universal

Hoy que se cumplen tres años de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador y que por ello está invitando a una celebración en el Zócalo la pregunta es ¿qué hay que celebrar? La aprobación presidencial, sin duda, es motivo de festejo para el presidente. Consulta Mitofsky muestra que hoy AMLO es igual de popular que hace tres años, cuando asumió el poder. Está en 65 por ciento de aprobación. A estas alturas del sexenio solo Carlos Salinas de Gortari era más popular. Tenía 77 por ciento de aprobación.

Lo sorprendente de este dato es que sucede cuando en prácticamente cualquier frente la situación es de deterioro para México y los mexicanos.

Si vemos la inflación, estamos en el punto más alto de los últimos 20 años; el más alto de este siglo, en un 7%. El Presidente dice que no nos debemos de preocupar que tenemos una inflación menor que la de Brasil. En Brasil hace poco tiempo tenían la misma inflación que tenemos actualmente en México. Confiarnos en que estamos mejor porque otros están peor, me parece que es un flaco consuelo.

Si vemos la inseguridad, los homicidios no paran. Estamos con 104,200 homicidios en lo que va de este sexenio. En todo el sexenio de Enrique Peña Nieto se cometieron 62,145 homicidios. Esto a pesar de que el presidente López Obrador prometió que acabaría con la militarización del país y lejos de acabar con ella, la ha exacerbado.

En materia de pobreza, entendiendo que hemos pasado por una pandemia, pero que también hemos dejado de aprovechar muchas oportunidades que la crisis ha presentado para México, actualmente tenemos casi 9 millones de nuevos pobres. Con todo y la promesa de que las ayudas sociales acabarían con la pobreza.

Siguiendo con la economía, la deuda pública ha crecido en 2.1 billones de pesos; está actualmente en 13.3 billones de pesos, esto representa el 51.3% del PIB. ¿No que no nos íbamos a endeudar? El tipo de cambio lo recibió el presidente López Obrador elevado, en 20 pesos con 17 centavos. Y  sin embargo, actualmente está peor, en MXN$ 21.60. Las gasolinas que a la fecha promete el Presidente que no van a subir de precio, no han hecho más que costar más. Han subido un 17% sólo en el último año. A finales del 2020 las gasolinas estaban en MXN$ 17.80. Actualmente el precio promedio, es de MXN$ 20.79. ¿Y qué decir de la luz? La luz también ha subido. La tarifa de alto consumo, DAC, al arranque del sexenio estaba en MXN$ 4.95 el kw/hr y actualmente está en MXN$ 6.29 el kw/hr. La tarifa de consumo básico también se ha incrementado. Al arranque del sexenio, estaba en 79 centavos el kw/hr y actualmente está en 85 centavos el kw/hr.

El manejo de la pandemia ha sido tan lamentable que en América Latina somos el país que más muertes por millón de habitantes presenta. De acuerdo con datos de la John Hopkins, en México, tenemos 99.7 muertes por millón de habitantes, mientras que Brasil, que es el país que más muertes por millón de habitantes presenta, tiene 61 muertes por millón de habitantes. Con esos datos no nos podemos confiar de la palabra del presidente López Obrador que pide que no nos preocupemos por la nueva variante omicron y que mejor vayamos hoy al Zócalo a escuchar mariachi y a bailar rumba.

Columna completa en El Universal

Una mañanera sí y la otra también el presidente López Obrador ataca los contratos que la iniciativa privada obtuvo en el sexenio de Enrique Peña Nieto en el sector energético. Contratos que ha descrito como leoninos; como un abuso que daña la soberanía de México al otorgar a empresas privadas, en especial internacionales, los recursos que López Obrador considera deben manejar Pemex y/o la CFE.

Por eso llama la atención que en el caso de Grupo Simsa no se le escuche al presidente queja alguna de los abusos de esta empresa propiedad de Nessim Issa Tafich. Por el contrario, el monopolio en la distribución y transporte de gas natural que tiene una de sus subsidiarias, Gas Natural del Noroeste, en el estado de Veracruz, se mantiene extrañamente firme.

Tan firme que desde el sexenio de Enrique Peña Nieto y hasta la fecha han obtenido más de 40 contratos exclusivos para la distribución de gas en donde ellos deciden a quién le venden; cuánto y cómo cobran. El caso más llamativo es la concesión que se les dio del gasoducto Zapoapita-Mendoza que apenas mide 35 kilómetros pero es sumamente importante porque es el que conecta el norte con el sur de México.

Y aquí es cuando entra en acción la selectividad de los contratos en el gobierno. La empresa Alten (Destiladora del Valle) presentó una denuncia en contra de Gas Natural del Noroeste (GNN) porque de un día al otro, en 2019, Pemex le cambió la jugada a pesar de tener un contrato vigente para que le suministrara gas natural. Petróleos Mexicanos les anunció que su nuevo proveedor sería GNN. Hasta ahí no habría problema, salvo por la mordida de entrada que pidió este nuevo proveedor a Alten: 17 millones de pesos, como se puede ver en la carpeta 3645-2019.

Como Alten no quiso pagar esta cantidad y presentó una denuncia contenida en la carpeta arriba mencionada, GNN amenazó y acusó a la empresa de robar gas de sus ductos, de gaschicol. A pesar de no presentar una sola prueba, la Fiscalía General de la República cateó una planta de Alten y detuvo sus trabajos durante cuatro meses. Todo esto con el apoyo de la gerente de Gas Natural y Etano de Pemex, Beda Carreto Santiesteban, contra quien ya hay una carpeta de investigación también, la 2664-2021, por abuso en sus funciones.

Al no encontrar pruebas que acreditaran el robo de gas por parte de Alten, la planta ya fue reabierta pero los daños causados por los privilegios de GNN son varios. Alten no es la única empresa afectada en la zona de Orizaba. En total ya se han perdido más de 700 empleos en esa región por recortes que han tenido que hacer entre cierre de plantas y aumento a las tarifas de gas de forma unilateral y sin explicación por parte de GNN.

Lo peor es que algunas empresas han tenido que encontrar otras fuentes de energía para no frenar su producción, entre ellas combustóleo y metano que, además de ser más caras, son mucho más contaminantes.

Esta concesión del ducto Zapoapita-Mendoza que se le otorgó a GNN permite a la empresa trabajar sin ninguna regulación. Evidentemente aquí no se puede hablar de que a través de esta acción apoyada por el gobierno estatal y federal se esté logrando un fortalecimiento ni de Pemex ni de Gas Bienestar, como constantemente dice el presidente que actúa su gobierno. Por ello la gran pregunta es ¿por qué tiene tanto poder esta empresa, Gas Natural de Noroeste, filial de Grupo Simsa? Y ¿por qué tiene tanto poder Beda Carreto Santiesteban, una gerente en Pemex?

Columna completa en El Universal

Hace menos de un mes fue un escándalo que el líder de la bancada del PAN en el senado, acompañado de otros de sus colegas se reunieran con Santiago Abascal, el líder de VOX, el partido de ultraderecha de España. El crítico número uno de ese encuentro fue el presidente Andrés Manuel López Obrador quien, ni tarde ni perezoso, fijó su postura desde la tribuna de la mañanera para decir que “vinieron unos extremistas de España, el Vox que se unieron con el PAN porque son lo mismo, nada más que simulaban, los del PAN, de que eran demócratas y no, son conservadores y ultraconservadores casi fascistas”.

Agregó López Obrador que “Hubo un besamanos, una vergüenza, llegaron todos los senadores (del PAN), creo que 16, al besamanos”.

Muy mal esa reunión de Panistas. Ni duda cabe que no han entendido nada sobre en donde está la batalla electoral para ganar votos y pensar que puedan regresar algún día al poder. Está en el centro, no en los extremos.

Sin embargo, tomando en cuenta que ésta es la visión del presidente López Obrador, que enaltece la máxima de “dime con quien andas y te diré quien eres” ¿qué podemos decir de su apapacho al dictador de Cuba, Miguel Diaz-Canel; al de Venezuela, Nicolás Maduro; al canciller de Nicaragua que venía en representación de Daniel Ortega?

Para ambos países pidió misericordia. Para Cuba, el fin del embargo estadounidense; para Venezuela, el retiro de las sanciones económicas. ¿Es entonces esto un fuera máscaras de Andrés Manuel López Obrador? ¿Cabe la posibilidad de parafrasearlo y decir: López Obrador es lo mismo que Diaz-Canel, Maduro y Ortega, nada más que simula que es un demócrata y no, es un dictador y un violador de los derechos humanos y la libertad de expresión?

Si nos apegamos a cómo se refirió López Obrador al encuentro de algunos panistas con VOX, la respuesta es si. Para un hombre que siempre ha dicho que las relaciones exteriores e internacionales no le interesan, lo que vimos desde el 16 de septiembre cuando le dio a Diaz-Canel el trato que ningún otro Jefe de Estado del extranjero había tenido antes, salvo el que tuvo el francés Charles De Gaulle en 1964, y continuó a lo largo de la cumbre de la CELAC muestra que a López Obrador sí le interesan los temas internacionales y nos dejan verlo de cuerpo entero con quién se entiende y con quién no.

La alternativa es que todo esto fue una estrategia del presidente de México para distraer del desastroso manejo de la crisis migratoria. Fue increíble que en la CELAC se hablará de todo, hasta de una Agencia Espacial de la región, sin que se mencionara el tema migratorio.

Bueno, hasta propuso el presidente que la CELAC conforme una especie de Comunidad Europea en América Latina. ¡Vaya idea viniendo de alguien que constantemente habla de defender la soberanía mexicana! La Comunidad Europea es precisamente la cesión de soberanía económica, laboral y de fronteras.

Apostilla: López Obrador le envió una carta al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para decirle cómo resolver la crisis migrante que aqueja tanto a su país como a México. Le pidió que aporten los fondos para replicar Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro en los países de Centroamérica. Me imagino que cuando leyó la carta Biden ha de haber dicho “Caray, ¡¿Cómo no se nos había ocurrido esto antes?!…el presidente López Obrador es un genio.” Aunque unos minutos después habría calculado lo que todos sus antecesores. Que dar dinero a los gobiernos de Honduras, Guatemala y El Salvador sólo enriquece a la clase política de esos países sin lograr cambios favorables para sus ciudadanos. Además, ¿Cómo podría La Casa Blanca justificar, por ejemplo, darle recursos a un Bukele que se auto describe como el dictador más cool del mundo mundial en su perfil de twitter?

Columna completa El Universal

Hoy, como cada semana desde el 30 de junio, veremos en la conferencia mañanera del presidente López Obrador a Ana Elizabeth García Vilchis darnos los datos del “Quién es quién en las mentiras”. Esta sección parece una radiografía del sexenio. Es una mala idea que lejos de sumarle al gobierno y al presidente le resta, pero aun así, se implementa. Ya puesta en práctica, se hace mal por los errores evidentes de su titular que demuestra poca preparación e improvisación. A pesar de ello se repite y se persiste en el error.

Mala idea porque muestra que el presidente está a la defensiva. Que en lugar de poder mostrar con acciones los logros de su gobierno, tiene que atacar a los medios para justificar sus fracasos. En un régimen democrático es difícil que salga bien parado un presidente que ataca a los medios que lo critican con investigaciones fundadas. En Estados Unidos lo intentó Donald Trump durante 4 años con el resultado que conocemos.

La puesta en práctica ha sido desastrosa. Desde el primer miércoles del Quién es Quién en las mentiras los errores de Ana Elizabeth García Vilchis fueron suficientes para, si no cancelar la sección, buscar a alguien con más preparación para el ataque.

Al mencionar notas y columnas que hablan de espionaje a periodistas, Vilchis dijo que hubo nado sincronizado, refiriéndose a que varios escribieron y reportaron sobre lo mismo. Le pareció tan serio, tan serio el asunto, que se aventó el chiste de decir que esos periodistas ganarían medalla de oro en las olimpiadas. El chiste se lo acabó llevando ella cuando se le señaló que una de las notas que mostró con bombo y platillo, publicado en la revista Forbes, fue del 2017.

Al criticar un texto publicado en el portal de Univison, Vilchis comentó que era un periódico estadounidense, algo que evidentemente no es este canal de televisión, uno de los más importantes de habla hispana en el mundo.

Para criticar otro texto, mostró la investigación del periodista Emilio Godoy, publicado en El País, sobre desechos nucleares en Laguna Verde. La critica no fue por que fuera falso sino por que se hizo viral en redes. El periodista, al verse atacado, mostró en twitter la solicitud de información que hizo al gobierno ya que Vilchis criticó que para este reportaje no se había hecho precisamente eso: consultar al gobierno.

Fue tal el desastre que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos emitió una recomendación al gobierno para que reconsiderara la sección por estar afectando las garantías para un debate libre e informado.

No obstante, como ya mencionamos, el presidente ha decidido seguir con su sección del “Quién es quién en las mentiras” y con ello ha persistido en la implementación de una mala idea. A la conferencia mañanera del 4 de agosto, Vilchis llegó tarde. El presidente arrancó con la silla vacía a su lado que unos minutos más tarde una apresurada Vilchis corrió para ocupar. Ahí dijo su ya célebre frase de “no es mentira pero se exagera” al referirse a una nota de Reforma del día anterior en donde el periódico daba cuenta de como la CFE ha subido un 20 por ciento la tarifa De Alto Consumo (DAC).

Para explicar las publicaciones que no hablan bien del gobierno, tanto Vilchis como el presidente señalan que se debe a que el periodismo está enojado porque ya no hay pagos para publicar notas favorables. “Vamos a resistir los ataques de los medios de comunicación…están molestos porque ya no reciben publicidad oficial, chayo”, ha dicho el presidente. Lo dice cuando nunca como ahora es evidente la creación de portales y de ‘periodistas’ a modo.

Así nos seguiremos, de miércoles en miércoles, con un presidente atacando la libertad de expresión a través de Ana Elizabeth García Vilchis. Una mala idea; mal implementada y en cuyo error se persiste. La radiografía perfecta del actual gobierno.

Columna completa en EL UNIVERSAL

El presidente culpa a los medios de comunicación de querer generar pleitos entre sus colaboradores, en especial entre Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard – sus gall@s para sucederlo en el 2024 – por las investigaciones respecto al desplome de parte de la Línea 12 del metro.

La verdad es que los pleitos entre quienes trabajan y salen del gobierno de López Obrador nada tienen que ver con los medios. Valdría la pena que el presidente reflexione sobre las reacciones entre quienes salen y quienes quedan en su gobierno porque, como bien dice el dicho “la ropa sucia se lava en casa” pero en este gobierno los problemas se están ventilando a la vista de quien quiera verlos.

El más reciente episodio fue la salida de la hoy ex Secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval. El presidente la despidió por desleal, cuando realmente la debió haber despedido por su falta de resultados al frente de una secretaría que debería ser central para compaginar el discurso de combate a la corrupción con los hechos. La deslealtad se sabe que fue por empujar la candidatura de su hermano a la gubernatura de Guerrero.

Pero a la mañana siguiente del despido, la Secretaria de Energía, Rocío Nahle, publicó un tuit con la foto de portada del periódico Reforma con Irma Eréndira y replicando el titular: “Se va de SFP con pleito y sin resultados”. Por alguna razón Nahle decidió borrar el tuit unos minutos después de subirlo…pero después lo volvió a publicar.

Esta rudeza hacia su ex compañera de gabinete no es el único enojo/desencuentro entre el equipo del presidente. Quizás el más notorio fue la salida de Carlos Urzúa de Hacienda a través de una carta que publicó también en redes sociales en donde dejó muy claro su descontento con las decisiones del presidente y su círculo cercano.

“Me resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de interés”, fue parte de lo que escribió el exsecretario, hoy colega en estas páginas quien cada semana desmenuza las contradicciones e incompetencias en materia económica del actual gobierno.

Una carta con parecidos descontentos publicó Germán Martínez al anunciar su renuncia al IMSS. Denunció una “injerencia perniciosa de algunos funcionarios de la Secretaría de Hacienda que pone en riesgo la vocación igualitaria, de justicia, y de prestación de servicios del IMSS”. Criticó la austeridad del gobierno y a la fecha sigue señalando sus inconformidades. La más reciente ha sido con la extensión del mandato del ministro Zaldívar.

La salida de Martha Bárcena de la Embajada de México en Washington también ha dejado muy claro el rompimiento con el canciller Ebrard. También usando twitter, el martes criticó la postura de México ante el creciente autoritarismo del presidente Daniel Ortega en Nicaragua. Tanto la Embajadora como su esposo, Agustín Gutiérrez Canet – tío de la esposa del presidente, Beatriz Gutiérrez – han sido sumamente críticos con Ebrard desde redes sociales y en sus columnas en El Heraldo y Milenio, respectivamente.

¿Son o no merecidas las críticas al gobierno de López Obrador? Es discutible, pero no es el motivo de esta reflexión. Lo que llama la atención son los crecientes y muy públicos desencuentros dentro de la 4T y entre los que salen o abandonan ese barco.

Presidentes como Abraham Lincoln o Winston Churchill fueron famosos por conformar gabinetes integrados por rivales políticos. Ambos destacaron por el liderazgo para hacerlos trabajar en equipo a pesar de estas rivalidades. Para AMLO, que le gusta compararse con grandes hombres de la historia, queda claro que un enorme pendiente está en lograr armonía y trabajo en equipo de su gente.

Columna completa en El Universal

Pasada la elección intermedia, arrancó ya el proceso para la elección del 2024. Por ello el presidente ya se quiso adelantar y aumentar sus posibles candidatos ante los problemas para Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard después de la tragedia evitable de la Línea 12 del metro. Sin embargo, antes de las elecciones presidenciales hay dos paradas.

La primera es si se enjuicia a los políticos del pasado, el mal llamado juicio a los expresidentes. La segunda parada es la posibilidad de revocar el mandato del presidente.

El juicio a los políticos del pasado está programado para agosto de este año. Esto tendrá al presidente López Obrador muy ocupado en seguir en modo polarizador.

La revocación de mandato la quería AMLO junto con la intermedia, pero se evitó que así fuera y con ello no pudo estar en las boletas de las elecciones que acaban de llevarse a cabo. Pero es un hecho que el presidente quiere que en el 2022 se lleve a cabo la votación para revocarle o no el mandato. Y si la oposición cae en la trampa del presidente de apoyar este ejercicio le estará haciendo un enorme favor.

Esto viene a cuento ya que pasadas las elecciones está muy contenta una parte de la oposición por el resultado en las legislativas y en la CDMX, pero un grupo de empresarios siente que deben de ir más allá y entusiasmar a más ciudadanos a participar en la política para frenar a Morena.

Y ahí, según me comentan dentro de estos círculos de empresarios, ven que no pueden ignorar la revocación de mandato. Ojalá la ignoren. Para lograr que ésta avance, el presidente necesita que alguien presente la solicitud entre noviembre y diciembre de este año, que es el plazo de tres meses a partir de la mitad de su sexenio. El presidente no la puede solicitar, pero podemos anticipar que entre sus muchos habilitadores, alguno hará la solicitud para comenzar a juntar las poco más de 2 millones 800 mil firmas necesarias para que proceda la revocación.

Y ahí es en dónde los empresarios que quieren mayores contrapesos al gobierno deben ignorar la revocación de mandato. Una encuesta de El Financiero publicada después de las elecciones muestra que de haberse hecho la revocación el 6 de junio un 46% habría votado por remover a AMLO y un 49% por dejarlo como presidente. Esto puede poner nerviosos a quienes quisieran ver al presidente perder. Gran error harían si caen en la trampa de querer movilizar a la población para participar en el ejercicio. Hay que tomar en cuenta que al presidente le gusta estar en modo campaña y lo hace bastante bien. Prefiere que el tema sea la revocación de su mandato y apelar al pueblo como sabio en lugar de enfrentar preguntas sobre su desempeño como gobernante.

Para que el proceso de revocación sea válido debe participar cuando menos el 40 por ciento de los inscritos en la lista nominal. Con los números de este año, eso equivale a 37 millones 411 mil electores. Lo mejor que puede hacer la oposición es ignorar el proceso; no caer en la trampa de que con la revocación se puede premiar o castigar al presidente y no permitir que lo asuma como bandera de campaña para evitar la responsabilidad de gobernar.

Veremos si evitan o caen en esta trampa del presidente.

 

Columna completa en El Universal

La situación complicada por la que atraviesa México es culpa del coronavirus, no del actual gobierno. Es un problema del mundo entero. Andrés Manuel López Obrador y el equipo de expertos que lo aconsejan están intentando manejar de la mejor forma posible el reto de salud que no se había visto en más de un siglo. Y lo están logrando. Basta voltear a ver a Brasil, India, Gran Bretaña o Estados Unidos para darnos cuenta de que la pandemia tiene efectos desastrosos en todos los continentes y en países tanto pobres como ricos y que México no es el que peor lo está haciendo.

Esa es la visión de muchos de quienes apoyan al gobierno; a la autollamada 4ª Transformación y al presidente López Obrador. Pero es una visión equivocada. Si bien el mundo entero está teniendo que hacerle frente a la pandemia, el gobierno de México es de los que peores acciones ha tomado y por ello de los que peores resultados está teniendo.

No es un tema de filias ni fobias. Tampoco de simpatías o rencores. Es un tema de datos.

Solamente en México ha muerto más gente que en todo el continente asiático. Con datos de Our World in Data, en México han muerto mil 626.44 personas por millón de habitantes mientras que en Asia han muerto 97.14 por millón de habitantes. Al presidente le encanta decir que a México no nos ha ido tan mal como a Italia o España. Toda Europa tiene menos muertes acumuladas por millón de habitantes: 1,277.72 vs 1,626.44.

Escuchamos hablar de Australia y Nueva Zelanda como las excepciones entre los países que han logrado controlar la pandemia, pero si vemos los datos de la Universidad de Johns Hopkins, nos damos cuenta que son varios países en donde ha habido menos de mil muertes por COVID19. En total. No en 24 horas. Desde que inició la pandemia hay países en los que han muerto menos de mil personas. El escritor Aurelio Asiain hizo un recuento utilizando la base de Worldometers y encontró que hay 126 países en los que han muerto menos de mil personas por COVID-19. En México, usando las cifras de Our World in Data, llevamos más de 200 mil muertes. Más de 200 veces las muertes que en otros 126 países.

Hay varias cosas graves de esta retórica de que la situación en México está mal por culpa del coronavirus y no por un mal manejo del actual gobierno. Además de que no se le exige rendición de cuentas al presidente, hemos visto como varios de los que acuden a vacunarse creen que deben estar hasta agradecidos con López Obrador. No se dan cuenta que la vacunación es la salvación y la esperanza de los países que más mal han manejado la pandemia. En donde se controló desde un principio es simplemente una herramienta preventiva adicional.

Apostilla: Solo en México. En cualquier otro país Félix Salgado Macedonio habría quedado en el basurero de la historia dese hace varias décadas. Tiene una trayectoria de varios escándalos en donde orinar en la calle y acusar a los policías que lo querían detener de estarlo secuestrando es el menor de ellos. Pero no. En México un político así no se va al basurero de la historia. Salgado Macedonio ha sido alcalde, diputado y hoy senador con licencia. Quiere gobernar Guerrero, un Estado con tremendos problemas de crimen organizado y guerrilla y por ello un reto monumental. ¿Por qué creen el presidente López Obrador y Mario Delgado que él es la solución para el estado y el perfil del político que le conviene impulsar al partido?

Columna completa en El Universal

De un lado está quien promete que no es como los otros. Del otro lado, los que prometen que no son como el actual.

Los otros son unos ladrones. El actual es un incompetente.

Ese es el tono al arranque de las campañas que culminarán con las elecciones del 6 de junio enmarcado en la gran interrogante de si la popularidad de Andrés Manuel López Obrador, el actual presidente, podrá acarrear votos para su coalición: Morena-PT-PVEM de tal forma que la segunda mitad del sexenio pueda concretar los cambios prometidos.

Hasta ahora los cambios del presidente han sido por disposición de AMLO mismo, como la conversión del Seguro Popular en INSABI; la extinción de fideicomisos; el programa nacional de austeridad; la decisión de construir el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y la termoeléctrica de Morelos.

Los cambios legislativos han sido a leyes secundarias, como la creación de la Ley Nacional de Extinción de Dominio; a la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada, Seguridad Nacional y el Código de Procedimientos Penales para convertir la defraudación fiscal en una actividad de delincuencia organizada; a éste mismo código para penalizar delitos en materia de hidrocarburos y un largo etcétera.

Su partido ha presentado varias ocurrencias que, por fortuna, se han quedado en eso, ocurrencias, como la de eliminar las comisiones que pueden cobrar los bancos; el impuesto a las grandes fortunas; la intención de que Banco de México reciba dólares en efectivo y la prohibición total de la subcontratación.

En estas elecciones intermedias un primer enfoque estará precisamente en qué tanto puede ampliar el número de escaños el presidente y los partidos que se le han aliado, que no son pocos – PT; PVEM; Partido Encuentro Social; Redes Sociales Progresistas y Fuerza México – para llevar a cabo cambios más radicales, como una reforma constitucional a la industria energética.

Para ello importan también las legislaturas locales, ya que una reforma constitucional requiere la aprobación de 17 de éstas. Actualmente Morena controla 18 legislaturas locales. Un estudio publicado por Citibanamex sobre el arranque de las campañas pronostica que Morena se quedará con mayoría en entre 12 y 14 congresos locales, lo que sería una piedra en el zapato de cualquier modificación constitucional que quisiera hacer el presidente.

Por otro lado, estará por verse qué tanto contrapeso logrará la alianza PAN, PRI, PRD en los 219 distritos y en las 11 gubernaturas en los que han decidido ir juntos. Hasta ahora esa alianza va arriba en las encuestas solamente en dos estados, en Baja California Sur y San Luis Potosí.

Si el dicho de “toda política es local” prueba ser verídico, estos números deben moverse en los menos de 60 días que quedan para las elecciones porque hasta ahora todo el enfoque ha sido nacional: o estás con el cambio que promete AMLO o estás con los del pasado. Falta que los candidatos hagan política en lo local para ver de qué están hechos o si solo pretenden montarse en la estela de la popularidad presidencial o en su rechazo.

 

Columna completa en El Universal

Blanco o negro. El presidente parece ver solo esos dos colores. Lo demuestra en varias ocasiones, la más reciente tiene que ver con la industria eléctrica al comparar lo que ocurrió en Texas, cuando casi todo el estado se quedó sin suministro de energía eléctrica, con el apagón en gran parte de México.

“La crisis en el estado de Texas dejó dos grandes lecciones a los mexicanos: es indispensable la rectoría del Estado en materia energética y no apostar al uso de un solo combustible en la producción de electricidad. No podemos poner todos los huevos en una sola canasta para generarla”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La rectoría del Estado es blanco; la industria en manos de muchos – particulares y empresa estatal competitiva – es negro. Y así, con ese sencillo diagnóstico, AMLO piensa que México enfrentó mejor el problema de desabasto y que vamos por buen camino con la Ley de la Industria Eléctrica que fortalecerá más a la CFE. Como la CFE pudo reactivar el suministro mediante el uso de combustóleo y carbón, México tiene un mejor sistema eléctrico que Texas.

Blanco o negro: en manos de particulares o en manos del Estado. Así ve el presidente las alternativas en materia de energía.

El problema en Texas no es que tenga un sistema eléctrico en manos de muchos particulares. El problema en realidad es doble. Por una parte prácticamente no hay regulación. Las compañías no tienen que mantener reservas ni invertir en insular sus instalaciones para soportar los climas extremos si no lo quieren hacer. Y por la otra, el Estado pensó que al tener la demanda y oferta suficiente para autoabastecerse, no necesitaba estar conectado con otra red eléctrica. Al aumentar la demanda exponencialmente por el clima tan frío – algo que no ocurría hace 35 años – y al no tener instalaciones preparadas ni para el exceso de demanda ni para el clima extremo, el sistema entero colapsó. Tanto instalaciones de energía solar; eólica; nucleares; de carbón y de gas. Todas. Y no tuvo posibilidad de conectarse y abastecerse de las redes eléctricas de otros estados.

Paul Krugman recuerda en su columna de esta semana en el New York Times como el arquitecto de la red eléctrica de Texas, el profesor de Harvard, William Hogan, pronosticó que el mercado sería el encargado de que las empresas se regularan solas.

Pues el profesor Hogan estuvo equivocado. Lo que tiene que hacer Texas ahora es pensar en conectar su red eléctrica a otras fuentes además de a la actual, ERCOT, como lo hacen el resto de los estados de la Unión Americana. Además tiene que implementar regulaciones que aseguren las reservas y la inversión en las instalaciones para momentos de crisis.

Ese mismo reto lo tiene también México. Creer que fortalecer a la CFE va a ser la solución es un error monumental. Lo que hará es volvernos más vulnerables porque los monopolios estatales no tienen incentivos para auto regularse. Es además poner todos los huevos en una canasta, la de la compañía estatal, justo lo que dice el presidente que debemos evitar como lección de lo ocurrido en Texas.

Apostilla: Los hallazgos de la Auditoría Superior de la Federación respecto a irregularidades por más de 67 mil millones de pesos en el 2019 es lamentable, no por lo que muestran, sino por lo muy poco que se puede hacer con estos señalamientos. La ASF no tiene dientes. No los tenía antes y ahora que claudica ante la mínima presión presidencial, menos.

Columna completa en El Universal

Este es un año electoral y el presidente Andrés Manuel López Obrador quiere hacer del voto una elección entre el saqueo del pasado o la transformación que él ofrece. Así lo dijo ayer en la conferencia mañanera.

“¿Quién va a decidir si quiere que regrese la política de saqueo y de corrupción? ¿Quién va a decidir si continúa o no? Pues el pueblo, los ciudadanos.” Esa es la disyuntiva que ve el presidente López Obrador sin darse cuenta de que la decisión no es entre saqueo o la transformación. Que más bien estamos viendo la transformación del saqueo.

Porque en el pasado hubo saqueo. Sin duda tiene razón el presidente cuando dice que tras la crisis de 1995, el remedio fue convertir las deudas privadas de unos cuantos, de los banqueros, de las grandes corporaciones, en deuda pública, en referencia al Fobaproa. Pero cuando remata con que en su gobierno son distintos, le falta aclarar que son otros nombres, pero que el saqueo continúa. La transformación está en las manos que lo reciben. Y en algunos casos ni los nombres han cambiado, si nos remitimos al Director General de la CFE, Manuel Bartlett.

¿Cómo justificar que la disyuntiva es entre el saqueo y la redención de México si el actual gobierno sigue manteniendo la impunidad de quienes incurren en casos de corrupción? López Obrador desmanteló varios fideicomisos bajo el argumento que eran unas cajas opacas de gastos pero su transformación del saqueo lo ha llevado, por ejemplo, a crecer casi en un mil por ciento el Fideicomiso de Administración y Pago de Equipo Militar, el Fidape.

Al finalizar el gobierno de Peña Nieto, el Fidape tenía un saldo de 5 mil 40 millones de pesos, pero 2020 lo cerró con cerca de 50 mil millones de pesos. Este fideicomiso no rinde cuentas sobre sus gastos a nadie y es actualmente el tercero más grande del gobierno federal.

Entonces, quitarle dinero a unos fideicomisos a los que acusa de ser opacos para trasladarlo a otro fideicomiso que también es laxo en transparencia no es más que la transformación del saqueo.

La disyuntiva electoral del 2021 es bastante pobre para México. Primero porque la oposición no logra presentar una agenda atractiva ni una verdadera solución a los problemas del país. Segundo, porque es más que evidente que al presidente López Obrador le quedó grande la tarea de transformar a México. La mejor prueba de ello es que lleva más de dos años señalando al pasado por las fallas del presente. A estas alturas, parece que la disyuntiva electoral del 2021 será entre darle más o menos poder al presidente López Obrador vía los pesos y contrapesos de la Cámara de Diputados. ¿Saqueo o transformación? No…sólo transformación del saqueo.

Apostilla: El presidente dijo, al regresar a la mañanera después de recuperarse de COVID que “se decidió la gratuidad en servicios de salud y todos los que han sido atendidos en centros de salud, que es la inmensa mayoría, porque son muchísimos más los atendidos en hospitales públicos que en hospitales privados, todos han recibido atención médica gratuita. Eso no sucedía anteriormente. En los institutos de salud, que son de lo mejor que tiene el país, hay gratuidad en atención médica, no sólo a enfermos de COVID, sino a todos los enfermos.”

El que se ha atendido de forma gratuita ha sido él. Su tratamiento corrió a costa de nuestros impuestos. Para la gran mayoría de los que nos hemos contagiado de COVID el tratamiento, por más básico, ha sido bastante caro.

 

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El Instituto Gamaleya en el cual se desarrolló la vacuna Sputnik V parece un mundo libre de COVID-19. La gente camina de un lado a otro, platica y se saluda, sin utilizar cubrebocas ni pensar en la sana distancia. Y es que sus casi mil 200 empleados ya han recibido esta vacuna desde el otoño del 2020. Esto incluye al principal científico encargado de su desarrollo, Denis Luganov, a su esposa, hija y nieta.

Así relata Joshua Yaffa, el corresponsal en Moscú del semanario New Yorker, en un extraordinario reportaje en el que logra visitar el laboratorio y platicar con los desarrolladores de la vacuna…y también con los científicos fuera de Rusia que dudan de su seguridad y eficacia.

Sputnik V es ahora la vacuna por la cual apuesta el gobierno mexicano una vez que el suministro de otras vacunas parece haberse ¿estancado? ¿complicado? ¿nunca haberse bien concretado? No sabemos bien a bien qué ha pasado pero el caso es que no han llegado a México. Entre que Pfizer se retrasó con el suministro de vacunas en todo el mundo; Moderna está comprometida a entregar primero a Estados Unidos; CanSino no ha sido aprobada en ningún país fuera de China; y Novavax y Johnson & Johnson están en esas, la apuesta que ha señalado López Obrador desde su aislamiento es la Sputnik V. ¿Es esta vacuna un parteaguas científico o una apuesta nacionalista apresurada de Vladimir Putin?

La pregunta es más que válida. Sputnik V fue anunciada como vacuna exitosa por Vladimir Putin en agosto del 2020. Muy al estilo del presidente ruso, se hizo con bombo y platillo, pero sin dar a conocer los estudios clínicos necesarios y solo con la garantía de que la hija de Putin ya había sido inoculada. Putin, el mismo gobernante que ha sido acusado de envenenar a sus adversarios, ya sea dentro del país, como ocurrió con el líder opositor Alexéi Navalny, o fuera, como fue el caso de Sergei Skripal y su hija, pide que confíe el mundo en su vacuna.

No hay claridad ni siquiera de cuál hija de Putin recibió la Sputnik V. Se rumor que es Katerina Tikhonova, una mujer que dirige un instituto científico en la Universidad de Moscú. Pero eso no es todo en el mundo del rumor y la opacidad. Tikhonova se dice que es hija del presidente, pero ni en eso hay certeza.

En el Instituto Gamaleya fue en donde se desarrollaron vacunas contra el Ébola y MERS, pero éstas no fueron aprobadas por ningún regulador en el mundo. El éxito de su eficacia radica en los dichos del Instituto. Para cuando se aplicaron estudios de fase III de estas vacunas, ambas enfermedades ya estaban casi bajo control.

Así que con tanta incertidumbre, resulta positivo que la revista científica The Lancet haya dado a conocer su opinión sobre el estudio fase III de la Sputnik V. Lo que dice The Lancet es que en el estudio en el que participaron 20 mil rusos, se obtuvo un 91.6% de eficacia. Ahora la fase III se va a llevar a cabo en India y la EMA, que es el equivalente a la Cofepris de Europa, ha dicho que van a comenzar los estudios fase III en el viejo continente con 40 mil participantes para ver si la aprueban también.

También parece positivo que en el reportaje de Yaffa, al final nos cuenta que, habiendo platicado tanto con científicos que participaron en el desarrollo de la Sputnik V como con sus críticos, él decidió ponerse la vacuna.

Apostilla: Anoche la Cofepris aprobó el uso de emergencia de la Sputnik V. El gobierno dijo que ha comprado 24 millones de dosis. Esperemos que este anuncio sí convierta en realidad y no sea un juego más de la 4T con la esperanza de los mexicanos.

 

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La falta de coherencia entre las ideas y las acciones se llama incongruencia. Es la definición de diccionario. Y es también el sello claro e indeleble de la autollamada 4T. Un gobierno que presume tener múltiples ideas para transformar y hacer de México un país mejor y que a la hora de tener que implementarlas simplemente falla.

Falla porque lo que dicen que van a hacer no es congruente con lo que hacen. El presidente lleva décadas diciendo que la corrupción es el mal que mantiene a México en el subdesarrollo. Apenas llega al poder y lleva dos años cobijando la corrupción dentro de su familia y dentro de su equipo de gobierno. No tiene un solo acto de verdadera lucha contra la corrupción que presumir. Si tener a Manuel Bartlett en el equipo y hablar de combate a la corrupción no es ejemplo suficiente de incongruencia, van otros.

Esta semana está el viaje del subsecretario de Salud, Hugo López Gatell a Oaxaca; su decisión de ir a ver a su familia – eso dijo en su respuesta cantinflesca – en lugar de ser congruente con lo que tanto pide al resto de los mexicanos: quedarnos en casa. ¿O era quédate en casa…de tus amigos en la playa? Mientras varios mexicanos están enfermos o mueren de COVID, el subsecretario cree que está bien estar sentado en un restaurante en la playa en Oaxaca porque “allá no están en semáforo rojo”.

Quizás el viaje de López Gatell a Oaxaca lo pudo haber cambiado por una visita a un hospital COVID; a una reunión con familiares de muertos por coronavirus; a un encuentro con personal médico y de enfermería, pero no. El subsecretario prefirió ir a una playa oaxaqueña y cuando fue cuestionado a su regreso, decidió echarle la culpa de su mala decisión a los medios de comunicación por querer desprestigiarlo.

En la misma semana vimos a otros políticos y al presidente en fotografías en redes sociales pasándola a todo dar. El presidente se vistió de jugador de béisbol y escribió que siempre hay tiempo para hacer deporte. Sí, mucha gente ha salido de vacaciones y otra tanta se fotografía en momentos alegres con amigos y familia y suben sus imágenes a las redes sociales, pero es muy distinto ser un ciudadano de a pie que ser funcionario público.

Al Subsecretario López-Gatell ¿no le da vergüenza con los médicos que no han podido descansar de la cantidad de pacientes que tienen que recibir en los hospitales? Y al presidente López Obrador ¿cómo puede solaparlo? ¿Cómo puede decir que le importa el pueblo y a la vez dejarlo a la merced de un hombre que claramente no está ni interesado en hacer el trabajo encomendado?

El viaje de López-Gatell es un escándalo en el mundo. Medios estadounidenses han puesto el comparativo de que el Dr. Anthony Fauci decida irse a Miami. “El zar del COVID se toma una vacación a la playa en medio del aumento de casos”, es la lectura que le dieron ayer en CNN.

En Irlanda, el Comisionado de Comercio, Phil Hogan, la Ministra de Agricultura y un senador tuvieron que renunciar a su cargo por haber asistido a un evento de 81 personas en un campo de golf. En Ontario, el Ministro de Finanzas, Rod Phillips, tuvo que renunciar cuando se supo que se fue de fin de año a St. Barth’s. Fue el mismo caso del la Jefa del Servicio Médico de Escocia, Catherine Calderwood y del Ministro de Salud de Nueva Zelanda, David Clark.

En México, el viaje ya se volvió una buena manera de promover turismo: “Si Gatell ya fue a Huatulco, tú ¿para cuándo? No te quedes fuera y reserva ya!!! Viaje a Huatulco y Puerto Escondido. Avistamiento de ballenas y liberación de tortugas del 29 de enero al 1 de febrero 2021”, es el mensaje que me apareció en redes sociales de una empresa JA Tours.

Qué ingeniosos los de la empresa turística. Y qué incongruencia la de la 4T.

 

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Los simpatizantes del presidente le creen todo ciegamente. Lo que dice es tan irreal que el otro lado cree que puede simplemente ignorarlos y seguir adelante como si no existieran. Aún cuando ya se ha recurrido a la violencia, el otro lado parece pensar que se trata solo de unos cuantos. La gran pregunta del 2021 será saber qué pasará con Donald Trump y sus simpatizantes una vez que llegue Biden a La Casa Blanca. ¿Pueden simplemente ignorarlos los demócratas?

Trump ha utilizado twitter sin freno a lo largo de su presidencia para soltar mentira tras mentira. Desde que perdió la presidencia no ha parado de señalar que hubo fraude. Ha presentado múltiples demandas en las que los argumentos simplemente no han podido sostenerse frente a un juez y por ello las ha perdido todas.

Pero esa derrota legal no ha ocurrido ante la opinión pública. Trump señala que si solo se contaran los votos legales él ganaría. Los votos ilegales son, por supuesto, los que recibió Joe Biden. Argumenta que ningún presidente ha ganado una elección sin ganar Ohio y Florida y que como él ganó ambos estados, pues es imposible que Biden haya triunfado. Esto, además de no ser un argumento jurídico para demostrar fraude, es falso. Basta recordar que en 1960 Nixon ganó ambos estados y perdió la elección ante John F. Kennedy.

La gran preocupación es ¿qué hacer con los millones de estadounidenses que le creen a Trump el cuento del fraude electoral? Hasta ahora la estrategia de los demócratas y de Joe Biden parece ser de ignorarlos. Sí, Biden ha dicho que va a gobernar para todos, pero los simpatizantes de Trump no quieren eso.

En una demanda escandalosa interpuesta por el Procurador de Texas solicitando que se eliminarán a los electores de Georgia; Pennsylvania; Michigan y Wisconsin para que las legislaturas de esos estados escogieran a quienes votarían por el presidente el pasado 14 de diciembre, la Suprema Corte le puso un alto. Pero no puede dejar de alarmar que 126 miembros de la Cámara de Representantes y Procuradores de 17 estados en los que ganó Trump se sumaron a esta petición de Texas. El presidente del partido republicano en ese estado se fue tan lejos como sugerir que podrían separarse de Estados Unidos y conformar su propia Unión de Estados.

Los simpatizantes de Trump están convencidos de que les robaron la elección. Viven en una realidad alternativa. Varios de ellos han enviado mensajes amenazando la vida de los funcionarios encargados de validar la elección. Entre ellos, nada más y nada menos que Joe DiGenova, abogado de la campaña Trump, que dijo que Christopher Krebs, quien fuera director de la Agencia de Ciberseguridad del Departamento del Interior hasta que Trump lo despidió por declarar que la elección no fue fraudulenta, debía ser asesinado. Estos llamados a la violencia no pueden pasar como simples locuras.

Pretender ignorar a los simpatizantes del presidente no parece ser la mejor estrategia. La democracia de Estados Unidos se vio amenazada. La próxima elección puede tener un resultado más cerrado. O el próximo presidente que quiera mantenerse en el poder puede tener un mejor equipo legal que la vergüenza que ha resultado ser Rudolph Giuliani.

La amenaza a la democracia sigue presente, aun cuando el 20 de enero salga Trump y llegue Joe Biden a La Casa Blanca. No será sencillo para el demócrata gobernar en un país en el cual casi el 50 por ciento de la población lo siente como ilegítimo.

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¿Qué debe hacer Claudia Sheinbaum? Gobernar la Ciudad de México nunca ha sido una tarea sencilla. Si alguien lo sabe es Andrés Manuel López Obrador quien ya ocupó la Jefatura de Gobierno que hoy ostenta Claudia. Pero a diferencia de él, que era Jefe de Gobierno cuando Vicente Fox llegó a la presidencia con el enorme bono democrático de ser el primer jefe del ejecutivo en ganarle al PRI, Sheinbaum llega a gobernar la Ciudad de México para compartir el espacio con el mismo partido, Morena. Esto no ocurría desde 1997 que Cuauhtémoc Cárdenas se convirtió en el primer Jefe de Gobierno con Ernesto Zedillo en Los Pinos.

Claudia Sheinbaum tiene actualmente un buen nivel de aceptación. De acuerdo con la más reciente encuesta de Consulta Mitofsky que hace un comparativo entre la aprobación de AMLO con la de los gobernadores y la Jefa de Gobierno, ella tenía un 50.3 por ciento de aprobación en noviembre del 2019 frente a AMLO que tenía 55.5 por ciento. Ahora la situación se ha volteado. AMLO tiene 57.6 por ciento de aprobación y Sheinbaum tiene más: 60.7 por ciento.

Estos números muestran que la Jefa de Gobierno está logrando un buen malabarismo en el dilema que enfrenta: acercarse demasiado al presidente López Obrador la aleja de buena parte de su electorado y tiene repercusiones negativas en los ciudadanos de la CDMX; alejarse de López Obrador le complica sus aspiraciones presidenciales hacia el 2021.

Para darle gusto al presidente en su manejo de la pandemia, Sheinbaum tendría que no utilizar cubrebocas; no hacer pruebas ni implementar el Código QR para intentar rastreo de contagios. Ese dilema explica parte de la razón para que estas medidas se apliquen tarde y tibiamente. Pero finalmente ha logrado que avancen. Aquí digamos que el dilema de Claudia se resuelve favorablemente.

Para darle gusto al presidente en su desprecio a los empresarios, Sheinbaum primero se peleó con varios en el ramo inmobiliario principalmente. El Cártel Inmobiliario, lo llamaron en la Jefatura de Gobierno. Bajo el argumento de combate a la corrupción, se paralizó prácticamente la construcción en la ciudad. Ahora, para intentar reactivar la economía de la CDMX se ha dado un acercamiento que a final de cuentas ni generó rendición de cuentas de ese cártel, pero sí provocó un boquete en la finanzas y en el desarrollo ordenado de la capital. Por ello, el dilema de Claudia de alejarse de los empresarios para darle gusto al presidente ha significado un costo para los ciudadanos de la CDMX.

En la agenda de género es quizás en donde más ha sorprendido la forma que ha decidido la Jefa de Gobierno para lidiar con las demandas feministas. Ante un presidente que, duele decirlo pero no hay de otra: es un misógino, Claudia Sheinbaum asumió las protestas para frenar la violencia de género como una afronta directa en su contra y no demandas legítimas. Con la llegada de Omar García Harfush a la Secretaría de Seguridad local, la situación ha mejorado en cuanto a la libertad de manifestación de las mujeres. Aquí el dilema está a flor de piel. Aun tiene que trabajarlo la Jefa de Gobierno.

Mucho se habla de cómo AMLO puede tener aprobación tan alta a pesar de los problemas que tiene el país, heredados unos y generados por él otros. En el caso de Claudia Sheinbaum vemos que la Jefa de Gobierno goza de mayor popularidad que el presidente. La gran duda será si Sheinbaum logra resolver cada vez mejor su dilema: tiene que malabarear con darle gusto al presidente o dejarle una mejor ciudad a los capitalinos.

 

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Termina el mensaje por el 2º año de gobierno del presidente López Obrador y me pongo a escribir este texto. Quisiera ser parte de aquellos que ven el vaso lleno. De los que le aplauden y al escucharlo dicen que es el mejor presidente de México. De los que forman parte del 60 por ciento de apoyo a López Obrador en las encuestas de opinión.

Quisiera escuchar y creerle a López Obrador cuando dice que con todo y la pandemia que implicó la pérdida de un millón 117 mil empleos formales, ya se han recuperado 555 mil 600. Me gustaría poder aplaudirle sin recordar que a mediados de año había dicho que para este mes de diciembre se crearían 2 millones de empleos adicionales con todo y el coronavirus.

Sería extraordinario pensar en la cancelación a rajatabla de los fideicomisos como un triunfo en la lucha contra los gastos discrecionales y la corrupción pero, cuando concluye el año y no se ha presentado una sola prueba de malversación o mal uso de estos recursos y en cambio vemos que ahora sí quedan a disposición del gobierno, surge la maldita sospecha que, si AMLO quiere, este dinero servirá para comprar votos y voluntades para las elecciones del 2021.

Dijo el presidente en su discurso que ya es una realidad la atención médica y los medicamentos gratuitos. Como envidio a quienes aplauden este dicho del presidente e ignoran la cantidad de historias dolorosas de padres que han perdido a sus hijos enfermos de cáncer por falta de medicamentos ante un presidente que ha claramente decidido ni verlos ni escucharlos.

Presumió López Obrador que en materia educativa no han faltado libros de texto; se han construido 140 universidades públicas y hay 7 mil 200 becas de posgrado. La gran pregunta es ¿de qué sirve todo esto ante lo poco que se está haciendo para controlar la pandemia en México y que los alumnos puedan regresar a las aulas? ¿Se preocupa el presidente por los efectos en la salud mental y educativa de las clases a distancia? ¿Cree que la televisión y el internet pueden sustituir el contacto con maestros y compañeros?

El presidente habló de otros datos favorables entre los que incluyó el aumento en el flujo de las remesas. “Esos envíos de dinero llegarán a la suma récord de 40 mil millones de dólares, lo cual beneficiará a 10 millones de familias que están recibiendo en promedio 350 dólares mensuales”, dijo el presidente.

¿De verdad ni él ni sus simpatizantes se dan cuenta que esto no es un logro sino un fracaso? Implica que llega dinero a México de quienes prefirieron abandonar el país para poder buscar un mejor presente y futuro que aquí simplemente no encontraron.

También habló del avance en la solución al grave problema de la inseguridad que dejaron los gobiernos anteriores. ¿Cómo escuchar esto y aplaudir? Señor Presidente, ya basta de hablar del pasado ¿Para eso quería llegar a ser el Jefe del Ejecutivo? ¿Para aventar culpas sin asumir responsabilidades?

Bueno y el cierre con broche de oro es escuchar que lo mueve la convicción de justicia y que en su gobierno no hay impunidad para nadie. ¿Cómo aceptar esto sin voltear a ver a Bartlett; Irma Eréndira Sandoval y Pío López Obrador? Sus simpatizantes argumentarán que estos casos palidecen frente a los excesos del pasado. Flaco consuelo para quien quiere de verdad un país en el que impere el Estado de Derecho.

Anhelo vivir en el maravilloso México de AMLO.

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