Tag

internacional

Browsing

La buena noticia es que la presidenta Claudia Sheinbaum decidió regresar a México a la escena internacional con su presencia en la Cumbre del G20. La mala es que fue ahí para hablar de un programa de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, y con ello sigue sin ser ella la que claramente tenga en sus manos la agenda del gobierno. La peor es que decidió que ese tema fuera el fracasado programa Sembrando Vida.

En su discurso desde Río de Janeiro Sheinbaum propuso que los gobiernos de las principales economías del mundo destinen 1 por ciento de su gasto militar a un plan de reforestación para sembrar árboles en zonas deforestadas. Hay que sembrar vida en lugar de sembrar odio, dijo la presidenta de México.

Muy raro que hable de pacificación con la cantidad de muertes en México. Van más de 200 mil homicidios y 50 mil desaparecidos en tiempos de la 4T, de la que ella presume representar su segundo piso. Urge la pacificación, empezando en casa.

Y muy raro que hable de reforestación con la cantidad de árboles que se talaron en el sureste mexicano para construir el Tren Maya. La organización CartoCrítica hizo un análisis sobre el Tren Maya. Utilizando imágenes satelitales la ONG determinó que el proyecto de 10 mil 831 hectáreas deforestó un 61 por ciento del área. Estamos hablando de 6 mil 600 hectáreas deforestadas por un tren que costó más de 500 mil millones de pesos y lo que destaca es la falta de usuarios.

La propuesta de Sheinbaum llama la atención cuando acaba de enviar un presupuesto que le recorta el 40 por ciento de sus recursos a la Semarnat. Es, después de la Sedena, la secretaría a la que más le aplicaron la tijera. Entonces ¿por qué ir a hablar de un tema ante los lideres mundiales que en casa claramente no se está priorizando?

“Vengo a nombre de un pueblo, generoso, solidario y sabio a hacer un llamado a las grandes naciones a construir y no a destruir”, dijo Sheinbaum al lanzar su propuesta. Sembrando Vida ha generado deforestación, corrupción y clientelismo.

Como sus beneficiarios deben tener un área de 2.5 hectáreas libres para recibir 6 mil 250 pesos mensuales, varios agricultores decidieron talar árboles buenos para poder recibir el dinero. Tan solo en el año en que arrancó, 2019, se reportó que contribuyó a la destrucción de más de 70 mil hectáreas de bosques y selvas. Ya dentro del programa las semillas entregadas no se pensaron para el terreno en el cual se plantarían. Mucho de lo sembrado murió. Ante la falta de supervisión, generó corrupción. Cerca de las elecciones de junio, los beneficiarios recibieron pagos adelantados de dos meses en un acto claramente clientelar.

Sheinbaum desperdició su primera entrada en la escena internacional al ir a proponer el programa Sembrando Vida. Mucho más sentido para ella y para el mundo habría sido hablar del uso de energías renovables, por ejemplo. Es algo que trae en su agenda. Es un área que podría sumarle a México con inversiones en el sector. Y es un tema que, con un Elon Musk susurrándole al oído a Donald Trump, podría agradar incluso a la agenda del próximo presidente de EUA ya que su impulso por los vehículos eléctricos entra dentro de esta agenda de descarbonización.

Realmente inexplicable por qué decidió la presidenta Sheinbaum que esa fuera su primera carta para jugar en el escenario internacional.

Lo salvable de la visita a Brasil fue marcar una diferencia al estar presente, por un lado, y el haber sostenido reuniones bilaterales con otros Jefes de Estado, algo que López Obrador nunca hizo por su idea provinciana de que la mejor política exterior es la interior.

Columna publicada en El Universal

Me imagino a la hoy ex presidenta de Corea del Sur, Park Geun-Hye, lamentando que fue víctima del bullying. Que por eso surgió la Revolución de las Velas que terminó sacándola del poder a ella y que puso a los directivos de Samsung, la empresa más grande e importante de ese país, en prisión.

 

Fue solo por bullying. Bullying ante una pobre presidenta que tenía una amiga, Choi Soon-sil, que manejaba a la tituar del ejecutivo a su antojo y, mediante esa cercanía logró que su hija Chung Yoo-ra, dedicada a la equitación, fuera admitida a una de las mejores universidades de Corea y que Samsung le regalara un caballo sumamente elegante y competitivo.

 

Esas fueron las dos gotas que derramaron el vaso de la corrupción en Corea del Sur. Un país que estaba acostumbrado a las trampas y los cochupos, allá los llaman chaebols, y que decidió hace poco más de un año, el 28 de septiembre del 2016, ponerle punto final a estas prácticas mediante el Acta Kim Young-ran.

 

Esta política regula las prácticas que antes se consideraban tradición en las relaciones entre servidores públicos y empresarios. Prohíbe invitar a los políticos o periodistas a comidas que impliquen un gasto mayor a $25 dólares; dar regalos más caros de $45 dólares y otorgar más de $100 dólares en efectivo como regalos de boda o funerales. Para los maestros de escuela la cifra máxima permitida en cualquiera de estos rubros es de CERO wons (moneda de Corea del Sur).

 

Esta Acta anticorrupción afectó de arranque a 4 millones de servidores públicos (que por cierto, en Corea no pueden pertenecer a ningún partido salvo los Secretarios de Estado). Pero como tiene prohibiciones para las familias de los servidores, el Acta Him Young-ran ha afectado prácticamente a todos los ciudadanos.

 

 

Columna completa en El Universal 

Foto: Twitter