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La viabilidad de una propuesta respaldada por Estados Unidos para poner fin a casi nueve meses de guerra en Gaza quedó en duda este lunes después de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijera que únicamente aceptaría un acuerdo de cese el fuego “parcial” que no pusiera fin a la guerra.

En una entrevista transmitida ayer por la noche a un medio conservador y afín a Netanyahu, el mandatario israelí dijo que estaba “preparado para llegar a un acuerdo parcial, esto no es un secreto, que nos devuelva a algunas de las personas”, en alusión a los aproximadamente 120 rehenes que siguen retenidos en la Franja de Gaza.

“Pero estamos comprometidos con continuar la guerra tras una pausa, para completar el objetivo de eliminar a Hamás. No estoy dispuesto a renunciar a eso”, añadió.

Las palabras de Netanyahu no se diferenciaban mucho de lo que ha dicho en el pasado sobre sus términos para un acuerdo. Pero se producían en un momento sensible en el que Israel y Hamás parecían distanciarse en las negociaciones sobre la propuesta más reciente de cese el fuego, lo que podrían ser otro revés para los mediadores que intentan detener la guerra.

Las declaraciones de Netanyahu eran un gran contraste con los términos generales del plan detallado a finales del mes pasado por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que lo presentó como un proyecto israelí, y al que algunos en Israel se referían como “el acuerdo de Netanyahu”.

El plan de tres fases supondría la liberación de los rehenes que quedan a cambio de cientos de palestinos encarcelados por Israel. Pero las disputas y la desconfianza sobre aplicación del acuerdo persisten entre Israel y Hamás.

Hamás ha insistido en que no liberará a los cautivos que quedan a menos que haya un cese al fuego permanente y una retirada completa de las fuerzas israelíes de Gaza. Cuando Biden anunció la nueva propuesta el mes pasado, dijo que incluía ambas cosas.

Pero Netanyahu dice que Israel sigue comprometido con destruir la capacidad militar y de gobierno de Hamás y con asegurarse de que nunca pueda volver a realizar un ataque como el del 7 de octubre.

En la entrevista, Netanyahu dijo que la fase actual de los combates está terminando, lo que sienta las bases para que Israel envíe más tropas a su frontera norte para hacer frente a la milicia libanesa Hezbolá en lo que podría ser un nuevo frente de la guerra. Sin embargo, dijo que eso no significaba que la guerra en Gaza hubiera terminado.

Durante la fase inicial de seis semanas, los dos bandos negociarían un acuerdo sobre la segunda fase, que según Biden incluiría la liberación de todos los rehenes vivos, incluidos soldados varones, y la retirada total israelí de Gaza. El cese al fuego temporal se convertiría en permanente.

Tras la emisión de la entrevista, Hamás dijo que representaban una “confirmación inconfundible de su rechazo” al acuerdo apoyado por Washington, que también fue respaldado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

La milicia palestina dijo que la posición de Netanyahu “contrasta” con lo que según el gobierno estadounidense había aprobado Israel. El grupo dijo que su insistencia de que cualquier acuerdo incluya un cese al fuego permanente y la retirada de todas las fuerzas israelíes de la totalidad de la Franja de Gaza era “una necesidad inevitable para bloquear los intentos de Netanyahu de evasión, engaño y perpetuación de la agresión y la guerra de exterminio contra nuestro pueblo”.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo este mes durante una visita a la región que algunas de las peticiones de Hamás eran “factibles” y otras no, sin entrar en detalles.

Tanto Netanyahu como Hamás tienen incentivos en mantener la devastadora guerra en marcha pese al coste catastrófico sobre los civiles en Gaza y el creciente descontento en Israel tras tantos meses en los que el gobierno no ha logrado su objetivo de recuperar a los cautivos y derrotar a Hamás.

Las familias de los rehenes han ido perdiendo la paciencia con Netanyahu y creen que sus aparentes reparos a avanzar en un acuerdo tienen motivaciones políticas. Un grupo que representa a las familias condenó las declaraciones de Netanyahu, que consideró como un rechazo israelí a la propuesta más reciente de alto el fuego.

El jefe del Comando Norte del Ejército israelí, el mayor general Ori Gordin, reiteró este jueves, cuando se cumplen 18 años desde el último gran enfrentamiento bélico entre Israel y Hezbolá, que sus tropas están listas para una posible guerra total contra el grupo libanés y que, cuando “reciban órdenes, el enemigo encontrará un Ejército listo y fuerte”.

“La semana pasada completamos los preparativos para un ataque en el norte. Nuestras tropas y comandantes están entrenados y decididos. Cuando recibamos órdenes, el enemigo se encontrará con un Ejército fuerte y listo”, sostuvo Gordin.

Las hostilidades en la frontera entre Israel y Líbano se reavivaron el pasado 8 de octubre, al día siguiente de la guerra en la Franja de Gaza, pero en las últimas semanas se ha recrudecido el intercambio de fuego entre las partes, el mayor desde 2006.

“Hezbolá ha sufrido duros golpes puesto que a lo largo de este año hemos destruido su infraestructura y ahora lo seguimos haciendo diariamente. No nos queda más remedio que seguir luchando juntos tal y como hicimos hace 18 años”, advirtió el mayor general.

El Gobierno israelí informó ayer de la autorización para movilización unos 50,000 reservistas adicionales ante el aumento de la tensión en la frontera libanesa, lo cual fue tomado como el primer paso para un escenario de guerra total que podría estar más cerca que nunca.

Israel, de hecho, ya movilizó a unos 300,000 reservistas cuando comenzó la guerra en la Franja de Gaza, y gran parte de ellos han sido desplegados en la frontera norte, donde las hostilidades con Hezbolá y otras milicias palestinas se desataron al día siguiente en paralelo al conflicto en el enclave.

“Quien piense que nos quedaremos de brazos cruzados se equivoca. Estamos preparados para una acción extremadamente fuerte en el norte. De una forma u otra restableceremos la seguridad en el norte”, amenazó el miércoles el primer ministro, Benjamín Netanyahu, en una vista a las tropas apostadas en la ciudad norteña de Kiryat Shmona.

Al menos 3 civiles han muerto en ataque israelíes esta semana y suman unos 70 civiles libaneses fallecidos desde octubre, incluidos una decena de menores y tres periodistas.

En total, más de 440 personas han muerto estos ocho meses en los enfrentamientos en ambos lados de la divisoria, la mayoría en el flanco libanés y en las filas de Hezbolá, que ha confirmado unas 300 bajas de milicianos, algunas en Siria. En Israel han muerto 23 personas en el norte, diez civiles.

La guerra en la Franja de Gaza, que está por cumplir ocho meses, le costará a Israel más de 60,000 millones de dólares (253,000 millones de séqueles), según la estimación del gobernador del Banco Central israelí, Amir Yaron.

Este monto será en concepto de gastos en defensa, mantenimiento de los evacuados y por la pérdida de ingresos fiscales por la ausencia de trabajadores llamados a filas.

Yaron dijo este jueves en una conferencia universitaria que los gastos en seguridad son “significativos” y que representan “una alta carga presupuestaria” para el futuro de Israel.

“La guerra no debería traer consigo un cheque en blanco para gastos permanentes de defensa, y hay que encontrar los equilibrios adecuados”, alertó.

Ayer, el asesor de seguridad nacional israelí Tzachi Hanegbi pronosticó que la ofensiva israelí se prolongará al menos otros siete meses hasta lograr “la destrucción total de las capacidades gubernamentales y militares de Hamás”.

Las estimaciones del gobernador del Banco Central, que prevén ese costo total hasta comienzos de 2025, indican que Israel necesitará unos 27,000 millones de dólares (118,000 millones de séquels) para satisfacer las necesidades de defensa del país, y unos 9,000 millones más (38,000 millones séqueles) para cubrir los gastos de alojamiento y otros servicios de los más de 60,000 evacuados del sur y del norte del país.

El banco central también prevé otros 8,000 millones de dólares (35,000 millones de séqueles) en pérdidas de ingresos fiscales debido a la guerra y otros 5,700 millones (23,000 millones de séqueles) para compensar los daños directos del conflicto.

Más allá del costo económico, al menos 36,224 personas han muerto y 81,777 han resultado heridas en el devastado territorio palestino, la mayoría (cerca de un 75%) mujeres y niños, mientras continúan los bombardeos israelíes.

Los tanques israelíes alcanzaron este martes el centro de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, el mismo día en que Irlanda, España y Noruega reconocieron el Estado de Palestina y a pesar de las condenas internacionales por un bombardeo contra un campo de refugiados el domingo pasado.

La decisión de los tres países europeos indignó a Israel, que la considera una “recompensa” para Hamás, movimiento islamista que gobierna Gaza desde 2007 y contra el cual Israel libra una guerra desde hace más de siete meses.

Con España, Irlanda y Noruega, el Estado de Palestina pasó a estar reconocido por 145 países de los 193 estados miembros de la ONU, aunque la lista no incluye a la mayoría de las potencias occidentales.

En las últimas horas, la comunidad internacional ha expresado su indignación por un bombardeo israelí el domingo por la noche en el campo de refugiados de Barkasat, a las afueras de Rafah, que mató a 45 personas e hirió a 249, según el Ministerio de Salud de Gaza.

Al respecto, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá este martes con carácter de urgencia a petición de Argelia, miembro no permanente del Consejo.

Pese a estos llamados y repudio, las fuerzas israelíes continuaron este martes con su campaña de bombardeos y de tiros de artillería en el centro y en el oeste de Rafah, una ciudad fronteriza con Egipto, en el marco de una operación terrestre emprendida a principios de mayo.

Los tanques israelíes fueron “desplegados en la rotonda de Al Auda, en el centro de la ciudad de Rafah”, dijo un testigo citado por la agencia AFP. Una fuente de seguridad de Rafah también confirmó haber visto tanques israelíes en el centro de la ciudad.

Según la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), un millón de civiles huyeron de Rafah desde que Israel inició su operación terrestre.

“Esto ocurrió con ningún lugar seguro al que ir y entre bombardeos, escasez de comida y agua”, denunció la UNRWA en X, asegurando que prestar ayuda en esa zona es “casi imposible”.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se refirió al bombardeo del domingo en Rafah como “un accidente trágico” y el Ejército indicó que investigará la muerte de víctimas civiles.

En un primer momento, aseguró que había apuntado contra altos cargos de Hamás con “municiones precisas”.

La Casa Blanca se declaró “impactada” por el ataque y pidió a Israel “tomar todas las precauciones para proteger a civiles”, mientras que China expresó su “fuerte preocupación” frente a las operaciones israelíes en Rafah.

Naciones Unidas reclamó una investigación “completa y transparente” del bombardeo y el secretario general, António Guterres, lo condenó, afirmando que “mató a numerosos civiles inocentes que sólo buscaban refugio de este mortífero conflicto”.

La Media Luna Roja palestina afirma que el lugar bombardeado por Israel había sido designado “como una zona humanitaria”.

El bombardeo se produjo horas después de que Hamás disparara cohetes contra Tel Aviv y otras zonas de Israel, sin causar víctimas, y dos días después de que la Corte Internacional de Justicia, el máximo tribunal de la ONU, ordenara al gobierno de Netanyahu que suspendiera sus operaciones en Rafah.

La guerra estalló el pasado 7 de octubre, cuando comandos islamistas mataron a más de 1,170 personas, en su mayoría civiles, en el sur de Israel, además de que secuestraron a 252 personas. Según el Gobierno 121 permanecen secuestradas en Gaza, de las cuales 37 habrían muerto.

En respuesta, Israel prometió “aniquilar” a Hamás y lanzó una ofensiva aérea y terrestre contra Gaza, que ha dejado hasta el momento 36,096 muertos, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud gazatí.

La Corte Internacional de Justicia (CIJ) exigió este viernes a Israel “detener inmediatamente” su ofensiva militar en Rafah, y le ordenó garantizar el acceso sin impedimentos a la Franja de cualquier misión que busque investigar las denuncias por genocidio contra las autoridades israelíes.

En una nueva orden de medidas cautelares en protección de los derechos de los palestinos, protegidos como grupo por la Convención sobre el Genocidio, la CIJ urgió a Israel a “detener inmediatamente su ofensiva militar y cualquier otra acción en la gobernación de Rafah que pueda imponer al grupo palestino en Gaza condiciones de vida que puedan causar su destrucción física total o parcial”.

Además, le ordenó “tomar medidas efectivas para asegurar el acceso sin impedimentos” a toda la Franja de “cualquier comisión de investigación, misión de determinación de hechos u otro organismo investigativo” bajo órdenes de alguno de los órganos competentes de la ONU “para investigar las denuncias de genocidio”.

Asimismo, exigió al Gobierno israelí “mantener abierto” el cruce de Rafah para “la provisión sin obstáculos y a gran escala de los servicios básicos y la asistencia humanitaria urgentemente necesarios” entre la población palestina de Gaza.

Todas estas medidas cautelares fueron votadas por un panel de 15 jueces y aprobadas con 13 votos a favor y dos en contra.

La oposición fue del juez israelí Aharon Barak, nombrado ‘ad hoc’ por Israel para tener representación ante la CIJ, así como de la jueza Julia Sebutinde, de Uganda, que ya ha votado en contra de otras decisiones aprobadas por mayoría en este tribunal en el contexto de la situación en Gaza.

Israel tendrá que presentar en el plazo de un mes un informe con todas las medidas puestas en marcha para cumplir con las órdenes anunciadas hoy por el tribunal.

Además de estas nuevas medidas, la CIJ advirtió a Israel de que debe también poner en marcha las cautelares anunciadas en enero y marzo, lo que incluye evitar que su Ejército cometa actos de genocidio contra los palestinos de Gaza y dejar de “impedir” el acceso de ayuda humanitaria a la Franja.

El máximo tribunal de la ONU también pidió la “liberación inmediata e incondicional” de los rehenes secuestrados por el grupo islamista palestino.

La CIJ “estima que es profundamente inquietante que algunos de estos rehenes sigan cautivos en Gaza y reitera su llamado a favor de su liberación inmediata y condicional”, indicó el tribunal.

Hamás celebró el fallo de la Corte Internacional, pero dijo que Israel debería cesar ofensiva en toda Gaza y no solo en Rafah.

El Ejército israelí anunció este viernes haber recuperado los cadáveres de tres rehenes que se encontraban en la Franja de Gaza desde el ataque de Hamás el 7 de octubre, incluidos dos con nacionalidad mexicana y brasileña.

Los cadáveres del franco-mexicano Orión Hernández Radoux, del israelo-brasileño Michel Nisenbaum y del israelí Hanan Yablonka fueron recuperados durante la noche en Jabaliya, en el norte del enclave, indicó en un comunicado el Ejército, que llevó a cabo una operación conjunta con los servicios de inteligencia israelíes.

Los tres murieron durante el ataque en Israel del grupo islamista palestino Hamás el 7 de octubre, que desencadenó la guerra, y fueron trasladados a Gaza, indicó el ejército. Tras los análisis forenses de identificación, se notificó a sus familias, agregó.

Tanto Yablonka, de 42 años, como Hernández Radoux, de 32, estaban durante el ataque en el festival de música Nova, celebrado al aire libre a pocos kilómetros del enclave palestino.

“Junto con el pueblo israelí, mi mujer Sara y yo, inclinamos la cabeza con profundo dolor y abrazamos a las familias en duelo en estos difíciles momentos”, declaró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, bajo una creciente presión interna para conseguir la liberación de los rehenes que permanecen cautivos en Gaza.

Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, expresó en un mensaje en su red social X su “inmensa tristeza” por la muerte de Hernández Radoux. “Francia sigue más comprometida que nunca con la liberación de todos los rehenes”, agregó.

Los tres fallecidos formaban parte de las 124 personas que seguían retenidas en Gaza, de las 252 secuestradas el 7 de octubre. El número de rehenes se eleva ahora a 121, de los cuales 37 fallecieron, según el Ejército israelí.

Unos 140 países de los 193 países que forman parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han reconocido el Estado palestino; este número cambiará pronto.

España, Noruega e Irlanda anunciaron este miércoles el reconocimiento de Palestina como Estado, una decisión que se formalizará el 28 de mayo.

La decisión de España, Noruega e Irlanda se produce en un contexto en el que sigue la ofensiva de Israel sobre Gaza, y después de que la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) solicitara esta semana órdenes de arresto contra el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y los líderes de Hamás, una decisión duramente criticada por Estados Unidos.

De los 140 países que ya lo reconocen, ocho pertenecen a la Unión Europea (UE), aunque solo Suecia y Chipre lo hicieron después de ingresar en ella. Suecia fue el último país de la Unión Europea en reconocer el Estado palestino, el 30 de octubre de 2014. Tres años antes, el 30 de enero de 2011, lo había hecho Chipre, miembro de la Unión Europea desde 2004.

El reconocimiento por parte de Suecia en 2014 abrió el debate entre los estados miembros de la UE y varias cámaras legislativas, que aprobaron resoluciones para instar a sus gobiernos a que reconocieran oficialmente a Palestina como Estado, entre ellos el parlamento británico, el senado irlandés, el Congreso de los Diputados en España o la Asamblea francesa.

El 17 diciembre de 2014 el Parlamento Europeo (PE) se sumó al reconocimiento de Palestina al apoyar una resolución conjunta de los grupos políticos mayoritarios que consiguió 498 votos a favor, 111 en contra y 88 abstenciones.

Los otros seis países de la UE que han reconocido el Estado palestino son la República Checa, Eslovaquia, Hungría, Bulgaria, Polonia y Rumanía, y todos lo hicieron días después de que el 15 de noviembre de 1988 el Consejo Nacional Palestino proclamase en Argel el establecimiento del estado de Palestina, al tiempo que aceptaba las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad de la ONU, lo que suponía reconocer el derecho de Israel a existir.

Seis de esos países pertenecían entonces al bloque soviético, entre ellos la República Checa y Eslovaquia, unidos entonces en un solo país, Checoslovaquia.

En el año que siguió a su proclamación, el Estado palestino fue reconocido por noventa países y en 1995 el número superaba ya el centenar.

Cuba, entonces también aliado soviético, y Nicaragua fueron los primeros países latinoamericanos en reconocer Palestina como Estado, en 1988. Actualmente 24 países latinoamericanos la reconocen, todos salvo México y Panamá. El último en hacerlo fue Colombia, el 8 de agosto de 2018.

Bahamas, el pasado 8 de mayo, fue el último país en reconocer formalmente a Palestina como Estado y su derecho a la “autodeterminación”. Poco antes lo habían hecho Trinidad y Tobago (3 de mayo), Jamaica (24 de abril) y Barbados (21 de abril).

Entre los que no reconocen el estado palestino destacan, además de países de la Unión Europea como Alemania, Francia o Italia, Estados Unidos, el Reino Unido o Australia.

La Casa Blanca mostró este miércoles su rechazo a la decisión de España, Irlanda y Noruega de reconocer formalmente a Palestina como un Estado independiente el próximo 28 de mayo, al considerar que la solución de los dos Estados debe alcanzarse a través de negociaciones diplomáticas.

Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional afirmó a CNN que aunque “el presidente (Joe Biden) es un firme partidario de una solución de dos Estados y lo ha sido durante toda su carrera”, él cree que “un Estado palestino debería realizarse mediante negociaciones directas entre las partes, no mediante un reconocimiento unilateral”.

El Gobierno de Joe Biden ha sido uno de los principales apoyos para Israel desde el comienzo de la guerra de Gaza en octubre y debido a esto, a la campaña del demócrata le preocupa perder el apoyo de colectivos como los jóvenes o la comunidad árabe, de cara a las elecciones presidenciales de noviembre.

Los palestinos celebraron los reconocimientos de  España, Noruega e Irlanda como una afirmación de su lucha de varias décadas para establecer un Estado en Jerusalén Este, Cisjordania y la Franja de Gaza, territorios capturados por Israel en la Guerra de los Seis Días de 1967 y que todavía controla.

Israel retiró a sus embajadores en estos tres países y convocó a sus respectivos enviados diplomáticos en el país, acusando a los europeos de recompensar al grupo insurgente Hamás por su letal asalto del 7 de octubre sobre el sur del país que desencadenó la guerra.

El gobierno de Netanyahu, que se opone a la creación de un Estado palestino, dijo que el conflicto solo puede resolverse mediante negociaciones directas, pero las últimas fracasaron hace más de 15 años.

Israel anunció este jueves que su Ejército “intensificará” las operaciones terrestres en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, a pesar de las advertencias internacionales contra una ofensiva a gran escala en esta ciudad donde cientos de miles palestinos desplazados buscaron refugio.

“Entrarán más tropas” en Rafah, y “la actividad militar se va a intensificar”, declaró el ministro de Defensa, Yoav Gallant, un día después de su visita a Rafah.

El primer ministro Benjamin Netanyahu prometió destruir al movimiento palestino Hamás tras el ataque del 7 de octubre y considera necesaria una gran operación en Rafah donde, según él, se encuentran los últimos batallones del grupo islamista.

Esta invasión y sus consecuencias para los civiles preocupa a la comunidad internacional, empezando por Estados Unidos, principal aliado de Israel.

En un intento por poner fin a la guerra, la Liga Árabe reunida en Baréin pidió el establecimiento de una fuerza de paz de la ONU en los territorios palestinos ocupados hasta que se implemente la solución de dos Estados.

Estados Unidos anunció que sus tropas terminaron de instalar un muelle temporal en una playa en Gaza, destinado a facilitar el ingreso de ayuda humanitaria.

“Se ha puesto exitosamente el muelle en la playa de Gaza”, declaró el vicealmirante Brad Cooper, comandante adjunto del Mando Central de Estados Unidos.

Se espera que la ayuda humanitaria “empiece a desembarcar en los próximos días”, indicó por su parte en la red social X el mando militar estadounidense para Oriente Medio (Centcom).

El muelle, de un costo de al menos 320 millones de dólares, forma parte de los esfuerzos internacionales para eludir las restricciones de acceso por tierra a la Franja de Gaza impuestas por Israel.

En medio de todo esto, Sudáfrica acusó este jueves a Israel ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de intensificar lo que calificó como un “genocidio” en Gaza y pidió al tribunal que ordene detener la ofensiva del Estado hebreo en Rafah.

El viernes responderá Israel, que defiende su compromiso “inquebrantable” con el derecho internacional y asegura que las acusaciones de Sudáfrica son “totalmente infundadas”.

En una sentencia dictada en enero, la CIJ ordenó a Israel que hiciera todo lo posible para impedir actos de genocidio y que permitiera la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, pero no pidió un alto el fuego.

Netanyahu aseguró que Israel evitó una “catástrofe humanitaria” en Rafah, afirmando que “casi medio millón de personas” habían evacuado la ciudad, donde el Ejército israelí lleva a cabo operaciones desde el 6 de mayo.

El jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, dijo ayer que el movimiento islamista decidirá con otras facciones palestinas la forma de gobernar Gaza después de la guerra con Israel. En respuesta,

El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, afirmó ayer que se opone a que su país tenga una responsabilidad militar o civil en el gobierno de Gaza tras la guerra.

La Asamblea General de la ONU votó por un amplio margen a favor de otorgar nuevos “derechos y privilegios” a Palestina y pidió al Consejo de Seguridad que reconsidere favorablemente su solicitud de convertirse en el miembro número 194 de Naciones Unidas.

El organismo mundial de 193 miembros aprobó la resolución patrocinada por árabes y palestinos por 143 votos a favor, nueve en contra y 25 abstenciones.

Estados Unidos vetó una resolución del consejo ampliamente respaldada el pasado 18 de abril que habría allanado el camino para que Palestina fuera miembro pleno de Naciones Unidas, un objetivo que los palestinos han buscado durante mucho tiempo e Israel se ha esforzado por impedir.

El embajador adjunto de Estados Unidos, Robert Wood, dejó claro el jueves que el gobierno del presidente Joe Biden se opone a la resolución de la asamblea. Estados Unidos estuvo entre los nueve países que votaron en contra, junto con Israel.

El ministro israelí de Exteriores, Israel Katz, calificó como “absurda decisión” la votación en la Asamblea General de la ONU a favor de la integración plena de Palestina, que consideró “un premio para los terroristas de Hamás”.

“La decisión de mejorar el estatus de los palestinos en la ONU es un premio para los terroristas de Hamás tras cometer la mayor masacre de judíos desde el Holocausto y perpetrar los crímenes sexuales más atroces que el mundo haya visto”, afirmó el ministro en referencia a lo ocurrido el 7 de octubre de 2023, cuando el grupo islamista palestino atacó territorio israelí y mató a unas 1,200 personas y secuestró a unas 200.

Katz consideró que la medida “demuestra el sesgo estructural de la ONU”, que, en su opinión, bajo el liderazgo del secretario general, Antonio Guterres, “se ha convertido en una institución irrelevante”.

El ministro consideró que el mensaje que la ONU manda a la “región sufriente” es que “la violencia vale la pena”.

La resolución aprobada por la Asamblea concede además a Palestina nuevas competencias que superan su estatus actual de “estado observador no miembro” y que definen su participación en la Asamblea General, pero especifica que no contará con derecho a voto ni podrá presentarse como candidata a los organismos de Naciones Unidas.

El jefe de la diplomacia israelí consideró que los palestinos no cumplen los criterios de la ONU para ser un Estado, y que la decisión viola las propias reglas de procedimiento de la ONU, ya que tal medida no puede recaer sobre la Asamblea General, según Katz.

“Cuando se trata de medidas antiisraelíes, la ONU se permite romper las reglas”, subrayó.

El ejército israelí mantuvo sus ataques sobre la Franja de Gaza, a pesar de la amenaza de Estados Unidos de suspender los envíos de ciertas armas si se produce un asalto contra Rafah, en el sur.

El destino de esta ciudad en la frontera con Egipto así como de los rehenes tomados por Hamás en su ataque contra Israel están en el centro de las negociaciones indirectas para una tregua, que se reanudaron en El Cairo.

Según la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa), unas 80,000 personas han huido de Rafah desde el 6 de mayo, cuando Israel ordenó la evacuación de los palestinos que vivían en el este de la ciudad.

El Ejército israelí informó de bombardeos contra “posiciones de Hamás” en el centro del territorio palestino.

Con el objetivo de presionar a Hamás, Israel ha lanzado incursiones en la parte oriental de Rafah y amenaza con ampliar la ofensiva a toda la ciudad que, según la ONU, acoge a 1.4 millones de palestinos, en su mayoría desplazados.

Las operaciones militares de Israel en Rafah y su paso fronterizo “tienen como objetivo obstruir los esfuerzos de los mediadores”, afirmó en un comunicado Ezzat al-Rishq, miembro del buro político de Hamás.

Ante todo esto, en una entrevista con CNN, el presidente estadounidense, Joe Biden, amenazó con suspender el envío de proyectiles de artillería y otras armas a Israel “si entran en Rafah”. “Han muerto civiles en Gaza como consecuencia de estas bombas” y eso “está mal”, añadió el demócrata.

En respuesta, el embajador israelí ante la ONU, Gilad Erdan, indicó que era “una declaración difícil y muy decepcionante de parte de un presidente al que hemos estado agradecidos desde el comienzo de la guerra”.

Previamente, un alto responsable estadounidense confirmó a agencias internacionales que ya habían suspendido un envío de bombas pesadas usadas por Israel contra ciudades gazatíes en esta guerra.

Recordemos que el Ejército israelí aseguró que prepara una ofensiva “limitada” en Rafah que, según su inteligencia, es el último bastión de Hamás.

Sus tropas ya han desplegado tanques en la zona y tomaron el control del paso fronterizo con Egipto por donde hasta ahora entraba la mayoría de los convoyes humanitarios para el enclave palestino.

El conflicto estalló el pasado 7 de octubre cuando comandos islamistas entraron al sur de Israel y mataron a 1,170 personas, en su mayoría civiles. Más de 250 personas fueron secuestradas en el ataque. Después de un canje de rehenes por presos palestinos durante una tregua en noviembre, las autoridades israelíes estiman que 128 permanecen en Gaza, aunque 36 habrían muerto.

En respuesta, Israel lanzó una ofensiva que ya ha dejado 34,904 muertos en Gaza, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Salud del territorio, gobernado desde 2007 por Hamás.

Tanques israelíes tomaron este martes el control del cruce fronterizo de Rafah en Gaza, mientras Israel ignora las advertencias de sus aliados, y opta por avanzar hacia la ciudad, incluso cuando las negociaciones de un alto el fuego con Hamás seguían sobre la mesa.

La ONU advirtió sobre un posible colapso del flujo de ayuda a los palestinos por el cierre de Rafah y el otro cruce principal hacia Gaza, Kerem Shalom.

La incursión israelí se produjo tras horas de tensiones en la guerra que libran Israel y Hamás, donde el grupo insurgente dijo que aceptaba la propuesta de alto el fuego mediada por Egipto y Qatar. Israel, por su parte, insistió en que ese acuerdo no satisfacía sus principales demandas.

La iniciativa diplomática de alto nivel y las maniobras militares hicieron que se vislumbrara una luz de esperanza, para cerrar un pacto que pudiese al menos pausar los siete meses de guerra que ha dejado más de 34,700 palestinos muertos, de acuerdo con autoridades locales de salud, y devastado Gaza.

La incursión nocturna no parecía ser la ofensiva total sobre Rafah que había preparado Israel, pero por el momento se desconoce si se ampliará.

El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu la calificó de “un paso importante” hacia el desmantelamiento de las capacidades militares y administrativas del Hamás; mientras que el ministro de Defensa, Yoav Gallant, dijo que Israel está dispuesto a “profundizar” el operativo en Rafah si las negociaciones fracasan.

Aun así, la inminente operación amenaza con ampliar una brecha entre Israel y su principal aliado, Estados Unidos, que dice estar preocupado por el destino de alrededor de 1.3 millones de palestinos hacinados en la ciudad.

Ayer, el presidente Joe Biden advirtió nuevamente al primer ministro Netanyahu, en contra de lanzar una ofensiva en Rafah después de que Israel ordenara a 100,000 palestinos que evacuaran ciertas zonas de esa ciudad.

Israel dice que en Rafah están los batallones que le quedan a Hamás, y que es necesario tomar la ciudad para derrotar a ese grupo.

Los grupos de ayuda humanitaria sostienen que un ataque sería catastrófico para los casi 1.4 millones de palestinos que se refugian allí de la campaña israelí en el resto del territorio.

La 401ra Brigada de Israel entró al cruce de Rafah en la madrugada de este martes, dijo el Ejército, y tomó el “control operativo” del crucial paso. Las imágenes mostraban a un tanque entrando. Los detalles del video coincidían con las características conocidas del lugar.

El cruce de Rafah con Egipto y el de Kerem Shalom con Israel son puntos de entrada críticos para alimentos, medicinas y otros suministros que mantienen con vida a la población de Gaza de 2.3 millones.

Las autoridades israelíes negaron a la oficina de asuntos humanitarios de la ONU el acceso al cruce de Rafah, dijo su portavoz Jens Laerke, advirtiendo que la interrupción podría interrumpir la frágil operación de ayuda.

Israel también llevó a cabo una serie de ataques y bombardeos sobre Rafah durante la noche en los que murieron al menos 23 palestinos.

El Ejército de Israel dijo que tomó el paso tras recibir información de inteligencia de que estaba “siendo utilizado con fines terroristas”, pero no ofreció pruebas que respaldaran esa afirmación, aunque sostuvo que la zona próxima al cruce había sido utilizada para lanzar un ataque con mortero que mató a cuatro de sus soldados e hirió a otros cerca del paso de Kerem Shalom el domingo.

Según el Ejército, las tropas terrestres y los ataques aéreos alcanzaron supuestas posiciones de Hamás en Rafah.

Wael Abu Omar, vocero de la autoridad palestina responsable de los cruces, reconoció que las fuerzas israelíes habían tomado el paso y cerraron las instalaciones por el momento. Los ataques aéreos alcanzaban las inmediaciones del cruce desde el lunes, agregó.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Egipto condenó la toma del cruce y la calificó de “una escalada peligrosa”.

En ese sentido han llegado diversos posicionamientos de otros países, entre ellos México.

El Gobierno federal condenó el asalto del Ejército de Israel en Rafah por considerar que traerá “consecuencias catastróficas” para la población civil.

“El Gobierno de México condena la ofensiva militar de las fuerzas armadas de Israel contra la ciudad de Rafah y externa su profunda preocupación por las consecuencias catastróficas que tal avanzada puede significar para la vida de miles de civiles asentados en dicha localidad”, sentenció un comunicado la Cancillería.

Consideró que “los ataques en contra de la población civil constituyen una seria violación a las normas del derecho internacional humanitario”.

Por ello, expuso que “México hace un enérgico llamado para un cese al fuego humanitario inmediato, que sea observado por todas las partes del conflicto, y así sentar las bases para un entendimiento pacífico y definitivo”.

El asalto de Israel en Rafah también ha despertado condenas del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, de la Unión Europea (UE) y de países latinoamericanos como Brasil.

Tras la orden de Israel de evacuar la zona oriental de Rafah ha aumentado el temor a una incursión israelí en ese enclave del sur de Gaza, donde 1.4 millones de los desplazados allí hacinados pueden sufrir “atrocidades masivas”, alertó este lunes la ONG Consejo Noruego de Refugiados (NRC).

“La ofensiva militar de Israel en Rafah podría conducir a la fase más mortífera de este conflicto, infligiendo un sufrimiento espantoso a aproximadamente 1,4 millones de civiles desplazados en la zona”, señaló el secretario general de NRC, Jan Egeland, antiguo jefe humanitario de Naciones Unidas, en un comunicado.

Según la ONG, Rafah se ha convertido en el último refugio para cientos de miles de familias gazatíes que han huido de las hostilidades en el norte, por lo que ante una ofensiva militar israelí de este tipo se enfrentan a la amenaza de un desplazamiento prolongado y a la muerte.

Además, advirtió de que Al-Mawasi, la zona humanitaria designada por el ejército israelí para reubicar a los evacuados, “ya está desbordada” y carece de garantías de seguridad, alojamiento o fácil retorno una vez finalizadas las hostilidades.

“El sistema de ayuda está abocado al colapso, dejando a quienes huyen del avance de las fuerzas israelíes vulnerables al hambre y al sufrimiento”, afirmó Egeland.

Hamás advirtió que los preparativos para la ofensiva terrestre de Israel en Rafah dejan de lado el destino de los rehenes cautivos en el territorio y amenazan a cientos de miles de civiles.

El movimiento islamista palestino afirmó en un comunicado que Israel se prepara para lanzar una ofensiva terrestre a gran escala “sin considerar la catástrofe humanitaria en la Franja ni el destino de los prisioneros enemigos en Gaza”, en alusión a los rehenes israelíes.

Al respecto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hablara este lunes con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, luego de que el Gobierno estadounidense fijara postura.

“Hemos dejado clara nuestra opinión al gobierno israelí sobre una invasión terrestre de Rafah de gran alcance y el presidente hablará hoy con el primer ministro”, declaró a la agencia AFP un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional.

Benjamin Netanyahu prometió que invadirá Rafah, con o sin tregua con el movimiento islamista palestino Hamás.

Este último insiste en que un cese del fuego debe ser definitivo e Israel mantiene su promesa de aniquilar al movimiento palestino, que el 7 de octubre lanzó un ataque sin precedentes en su territorio que desencadenó la guerra.

Ese día comandos islamistas lanzaron un asalto en el sur de Israel en el que murieron 1,170 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a unas 250, según un balance basado en datos israelíes.

Las autoridades de Israel estiman que, tras un canje de rehenes por presos palestinos en noviembre, 128 personas permanecen cautivas en Gaza y que 35 han muerto hasta ahora.

La ofensiva de represalia lanzada por Israel ha dejado 34,735 muertos en Gaza, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Salud del territorio palestino gobernado por Hamás.

La presidencia de la Autoridad Palestina llamó este lunes a Estados Unidos a impedir la invasión de Rafah por parte del ejército israelí.

“Hacemos un llamamiento a la administración estadounidense para que intervenga para evitar esta masacre, que advertimos tendrá repercusiones peligrosas”, dijo la presidencia palestina, citada por la agencia oficial de noticias palestina Wafa, y aseguró que está multiplicando las discusiones “intensivas” con sus socios internacionales sobre esta cuestión.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, aseguró este martes que el Ejército entrará en Rafah para eliminar a los cuatro batallones de Hamás que presuntamente quedan en el sur de la Franja de Gaza, “con o sin acuerdo” de tregua.

“Entraremos en Rafah y eliminaremos a los batallones de Hamás allí, con o sin acuerdo”, indicó Netanyahu durante una reunión con familiares de secuestrados y víctimas del ataque del 7 de octubre.

Sus palabras llegan cuando Hamás estudia la última propuesta de tregua de los mediadores en El Cairo, con la mediación de Estados Unidos, Egipto y Qatar.

El acuerdo contemplaría la liberación de docenas de rehenes a cambio de un alto el fuego de seis semanas en una fase inicial, según un funcionario egipcio y la prensa israelí. Cientos de palestinos presos en cárceles israelíes también quedarían libres.

El punto de fricción está en lo que ocurriría después. Hamás ha exigido garantías de que la eventual liberación de todos los rehenes pondrá fin a la campaña israelí en Gaza y supondrá la retirada de sus tropas del arrasado territorio.

Israel solo ha ofrecido una pausa prolongada y se comprometió a reanudar su ofensiva una vez finalice la tregua. Esta cuestión ha obstaculizado repetidamente los esfuerzos de los mediadores durante los meses de conversaciones.

“La idea de que pararemos la guerra antes de alcanzar todos sus objetivos está fuera de toda discusión”, dijo Netanyahu en la reunión, en alusión a las tres finalidades repetidas en estos casi siete meses de guerra: devolver a los rehenes, acabar con la fuerza militar de Hamás y lograr que Gaza deje de ser una “amenaza” para Israel.

Ante este último mensaje del primer ministro, el ministro de Seguridad Nacional y colono Itamar Ben Gvir, amenazó este martes de nuevo con romper el Ejecutivo de coalición si Netanyahu decide no invadir Rafah y accede a negociar con Hamás.

“Advertí al primer ministro (de las consecuencias]), Dios no lo quiera, de que Israel no entre en Rafah, Dios no lo quiera, de que ponga fin a la guerra, Dios no lo quiera, de que haya un acuerdo temerario”, dijo Ben Gvir en discurso grabado en vídeo en X.

Por su parte, el líder de la oposición, Yair Lapid, condenó las palabras de Ben Gvir, pidió su dimisión y lamentó en X que Israel fuera un “rehén de locos irresponsables”, en referencia a los dos partidos ultranacionalistas que se oponen a un acuerdo para la liberación de los rehenes.

“No puedes seguir así. Un ministro con antecedentes penales (Ben Gvir) está en la Oficina del primer ministro y le amenaza con consecuencias si no hace lo que le dice. Ben Gvir le dice (así) al mundo entero y a toda la región que Netanyahu es débil y que trabaja para él. Es increíble que no lo despidan en el acto”, dijo en X.

Organizaciones internacionales y gran parte de la comunidad internacional, incluido Estados Unidos, advierten que una ofensiva contra Rafah supondría una catástrofe humanitaria aún mayor que la que ya están sufriendo los palestinos en el enclave, con escaso alimento, agua potable y un sistema sanitario devastado.

En Rafah malviven 1.4 millones de gazatíes, la mayoría desplazadas de norte durante una guerra en la que ya han muerto más de 34,500 personas en 207 días de ofensiva, donde cerca del 80% de la población sigue desplazada

Israel esperará “hasta el miércoles por la noche” una respuesta de Hamás a la oferta de tregua que se está negociando en El Cairo antes de decidir si envía una delegación a Egipto, dijo a la agencia AFP un funcionario israelí.

“Israel ha decidido no enviar una delegación a El Cairo de inmediato” y “tomará una decisión cuando Hamás haya dado su respuesta”, según este funcionario que solicitó el anonimato. “Esperaremos hasta el miércoles por la noche y luego decidiremos”, añadió.

La guerra entre Israel y Hamás cumplió este martes 200 días sin señales de desescalada ni de que el movimiento islamista se disponga a liberar a los rehenes que aún tiene en su poder, o de que Israel renuncie a invadir Rafah, sur del territorio palestino.

“Después de 200 días, el enemigo sigue atrapado en las arenas de Gaza. Sin objetivo, sin horizonte, sin la ilusión de la victoria o de la liberación de los prisioneros”, afirmó el portavoz del brazo armado de Hamás, Abu Obeida.

“Mientras un solo centímetro de nuestra tierra siga sometido a la agresión de la ocupación, seguiremos golpeando y resistiendo”, agregó en una declaración difundida por televisión.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reiteró ayer que su “determinación inquebrantable” de conseguir la liberación de los casi 100 rehenes aún retenidos en Gaza.

En las últimas 24 horas, los bombardeos israelíes mataron a 32 palestinos, según el Ministerio de Salud de la Franja de Gaza, gobernada por Hamás, lo que lleva el balance total desde el inicio del conflicto a 34,183 muertos, en su gran mayoría civiles.

El ejército israelí bombardeó la madrugada del martes el centro de la Franja, alcanzando las inmediaciones del campo de refugiados de Bureij y el campo de Nuseirat.

Recordemos que el conflicto se inició el pasado 7 de octubre, con una incursión de milicianos islamistas que mataron a unas 1,170 personas en el sur de Israel y secuestraron a unas 250, según un recuento en base a datos oficiales israelíes.

Qatar, que junto a Egipto y Estados Unidos actúa como mediador para conseguir una tregua y la liberación de los rehenes, afirmó que los representantes de Hamás permanecerán en Doha mientras su presencia sea “útil y positiva” para las avanzar en las negociaciones.

Estas últimas se hallan estancadas y ambas partes se acusan mutuamente de bloquearlas.

En tanto, Netanyahu enfrenta una creciente presión interna para conseguir que los rehenes sean liberados. Ayer por la noche, coincidiendo con el inicio de la Pascua judía, cientos de manifestantes protestaron delante de su domicilio, en el norte de Tel Aviv.

Para derrotar a Hamás, Netanyahu prometió que continuará su ofensiva contra Rafah que, según las autoridades israelíes, es el último gran bastión del movimiento islamista. La comunidad internacional le insta a abstenerse de esa operación, temiendo una catástrofe humanitaria.

Tras más de seis meses de guerra, los casi 2.4 millones de habitantes de Gaza, asediada por las fuerzas israelíes, están en riesgo de hambruna, según la ONU, que exige la llegada de más ayuda humanitaria.

El ataque de Israel contra una zona del centro de Irán ha causado una gran preocupación en la comunidad internacional y ha desatado diversos llamados a que ambos países detengan su enfrentamiento.

Israel habría lanzado la madrugada de este viernes varios misiles contra Irán en la provincia de Isfahán. A pesar de los reportes, Irán ha negado el ataque: primero dijo que las defensas antiaéreas habían derribado varios drones y luego señaló que fueron “varios objetos voladores”.

El ataque es atribuido a Israel por declaraciones de funcionarios de distintas delegaciones como Estados Unidos, aunque el gobierno de Benjamín Netanyahu no ha confirmado oficialmente su participación.

Fuentes anónimas citadas por el diario Jerusalem Post afirmaron que el ataque de este viernes debe ser interpretado más como una advertencia a Teherán sobre las capacidades ofensivas israelíes y como una señal de que Israel no busca una guerra regional.

“El mensaje (del ataque) era inequívoco: ‘Esta vez decidimos no atacar sus instalaciones nucleares, pero podría haber sido peor'”, aseguraron las fuentes al periódico.

El Ejército iraní dio a entender este viernes que no responderá al ataque con drones que sufrió anoche, pues aseguró que derribó los drones sin que se produjeran impactos a gran escala, lo que ha sido interpretado como un intento de minimizar la acción de Israel.

“Gracias a nuestra vigilancia, se disparó a objetos voladores”, dijo el comandante en jefe del Ejército de Irán, el general de división Abdul Rahim Musavi, a la agencia iraní Defa Press, especializada en defensa.

Ante la pregunta de si Irán responderá a la agresión, Musavi afirmó: “Ya se ha visto la respuesta de Irán”, en una aparente alusión al ataque del pasado sábado a Israel.

Desde Ginebra, la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos pidió este viernes a Israel e Irán esfuerzos para reducir las tensiones en un momento “extremadamente precario” en Oriente Medio, después de presuntos ataques israelíes en suelo iraní.

“Es difícil obtener aún información exacta (sobre los posibles ataques), pero urgimos a las partes a que den pasos hacia una desescalada de la situación”, señaló en rueda de prensa el portavoz de la oficina Jeremy Laurence.

La fuente oficial también pidió a otros Estados con influencia en los beligerantes “hacer todo lo posible para garantizar que no haya deterioro en una situación que ya es extremadamente precaria”.

La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, pidió a todas las partes que frenen la escalada de violencia en Oriente Medio.

“Tenemos que hacer todo lo posible para que todas las partes frenen la escalada en esa región”, afirmó Von der Leyen durante su visita a la ciudad finlandesa de Lappeenranta para inspeccionar la frontera entre Finlandia y Rusia.

China se unió a esta idea al declarar su oposición a “cualquier acción que provoque una escalada” de la crisis en Oriente Medio, según el portavoz de Exteriores Lin Jian, quien agregó que su país “seguirá desempeñando un papel constructivo” para rebajar la tensión.

En tanto, los ministros de Exteriores del G7 están reunidos en la isla italiana de Capri, donde también se analizó la situación en Oriente Medio.

En un comunicado, los ministros de Exteriores del G7 han instado a las partes a evitar una escalada y han asegurado que este grupo de países “seguirá trabajando para este fin”. Asimismo, los ministros han vuelto a condenar “en los términos más enérgicos” a Teherán, cuyas acciones suponen un paso “inaceptable” hacia la desestabilización de la región, en alusión a la ofensiva “sin precedentes” contra territorio israelí el pasado sábado.

Los miembros del G7 han reiterado su apoyo a Israel y su “compromiso con la seguridad” de este país. En esta línea, han pedido a Irán que “se abstenga” de apoyar a Hamás, a Hezbolá y a otros actores no estatales, cuyas actuaciones “están aumentando peligrosamente las tensiones”.

Entre los países árabes Egipto expresó este viernes su “profunda preocupación” por la situación y pidió que las partes ejerzan “autocontrol máximo” para evitar la extensión del conflicto en Oriente Medio.

El Ministerio de Exteriores egipcio subrayó que “seguirá intensificando sus contactos con todas las partes interesadas e influyentes para contener la tensión y la escalada”.

Otro país árabe, Omán, que suele ofrecerse para mediación en Oriente Medio, condenó el ataque y pidió “abordar las causas y las raíces de la tensión y el conflicto” en la región.

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, afirmó este viernes que Moscú, tras conversar con Teherán, le trasmitió a Israel que Irán no quiere una escalada del conflicto.

“Hubo contactos telefónicos entre los dirigentes de Rusia e Irán, entre nuestros representantes y los israelíes. Dejamos muy claro en estas conversaciones y transmitimos a los israelíes que Irán no quiere una escalada”, dijo el jefe de la diplomacia rusa en una entrevista con tres emisoras rusas.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, advirtió este miércoles, al inicio de una reunión del Gobierno, de que nadie le va imponer que decisión debe tomar sobre la respuesta de Israel al ataque de Irán el pasado fin de semana en el que se ocuparon más de 300 proyectiles.

“Agradezco a nuestros amigos por su apoyo en la defensa de Israel y todos sus consejos. Pero quiero ser claro: tomaremos nuestras decisiones nosotros mismos. El Estado de Israel hará todo lo necesario para defenderse”, indicó.

El líder israelí hizo estas declaraciones tras reunirse este miércoles en su oficina de Jerusalén con el ministro de Asuntos Exteriores británico, David Cameron; y su homóloga alemana, Annalena Baerbock a quienes también insistió en que el Estado hebreo debe preservar su derecho a la autodefensa.

“También anoche mantuve una conversación telefónica con el primer ministro británico, Rishi Sunak y pronto hablaré con otros líderes”, adelantó Netanyahu.

Sobre esta llamada telefónica, un portavoz de Downing Street, oficina del jefe de Gobierno del Reino Unido, explicó que Sunak le reiteró a Netanyahu su “firme apoyo”, pero al tiempo subrayó que “una escalada importante no va en interés de nadie y solo profundizaría la inseguridad en Oriente Medio”.

Y es que la comunidad internacional espera que la respuesta de Tel Aviv contra Teherán no agrave el conflicto en una región ya marcada por la devastadora guerra en Gaza y con un intercambio de fuego diario entre Israel y Hezbolá en la frontera norte del país.

Hasta ahora, la ofensiva israelí ha causado ya cerca de 34 mil muertos y más de 76 mil heridos, en el enclave después de que al menos 56 personas perdieran la vida en las últimas 24 horas y otras 89 resultaran heridas en ataques del Ejército israelí, según informes del Ministerio de Sanidad gazatí.