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El Senador expanista, Miguel Ángel Yuñez Márquez, construyó su carrera política sobre los hombros de su padre, Miguel Ángel Yuñez Linares. Linares fue primero Priista, luego brincó al PAN y ahí estuvo al frente del ISSSTE desde donde Andrés Manuel López Obrador lo señaló por ser un corrupto y una cuota de Elba Esther Gordillo.

Grabaciones sobre las rencillas entre ambos políticos sobran. Pero hoy todo es miel sobre hojuelas entre el clan Yuñez y Morena.

La clave fue el voto del Senador Yuñez Márquez para la Reforma al Poder Judicial. No importa que sobre él pesaran acusaciones de falsificación de documentos y fraude procesal. El expediente estaba guardado en un cajón desde el 2021. Pero cuando en Morena vieron que era necesario lograr los votos para que se aprobara la reforma judicial, lo desempolvaron y con eso lo “incentivaron” para que diera su voto al oficialismo. A cambio, el pasado 26 de noviembre un juez canceló la orden de aprehensión que se había girado en su contra.

Osea que le llegó el perdón. La extorsión judicial para aprobar una reforma que los morenistas venden como la respuesta a la corrupción en el Poder Judicial. El chiste se cuenta solo.

En Estados Unidos están viviendo su propio escándalo por un perdón otorgado desde el poder. Me refiero al indulto que le otorgó el presidente Joe Biden a su hijo Hunter, quien enfrentaba acusaciones de evasión fiscal y posesión ilegal de armas. Las condenas implicaban potencialmente décadas de prisión pero aún así, Joe Biden había dicho en repetidas ocasiones que no le otorgaría un indulto ya que confiaba en el sistema de justicia.

El domingo pasado el presidente dio un giro de 180 grados y decidió siempre sí indultar a su hijo. Es la primera vez que un presidente de Estados Unidos otorga un indulto a un hijo. Lo más cercano a este tipo de perdón había sido el que otorgó el presidente Gerald Ford a Richard Nixon y el de Bill Clinton a su hermano por posesión y tráfico de cocaína.

Luego vino Donald Trump quien perdonó, entre otras personas, a su consuegro por defraudación fiscal. Y ahora Trump ha prometido que cuando asuma la presidencia indultará a todos los presos por el asalto al Capitolio.

El que Trump haya abusado y pretenda abiertamente abusar del perdón presidencial no ha minimizado las críticas al indulto de Biden a su hijo Hunter. No solo los republicanos han atacado esta acción del presidente, también algunos demócratas que sienten que con esto Biden se rebaja al mismo nivel de Trump al demostrar que hay una justicia para los ciudadanos comunes y corrientes y otra para las élites. Que, en efecto, el sistema de justicia está viciado como tantas veces lo dijo Trump. Que es una herramienta para golpear a enemigos políticos.

Yo leo el perdón de Biden a su hijo como una lamentable pero legítima preocupación por lo que vendrá en Estados Unidos. Sobre todo si tomamos en cuenta los nombramientos que ha hecho Trump para puestos claves en la materia. Entre ellos, Pam Bondi, una ultra MAGA que sigue sin reconocer la victoria de Biden en el 2020, ha sido nominada para Fiscal General; y Tulsi Gabbard, para la Dirección Nacional de Inteligencia. Además de que Gabbard no tiene experiencia en inteligencia, preocupan sus posturas políticas alineadas con Rusia y la amenaza de la politización del trabajo de los servicios de inteligencia bajo su liderazgo.

Yuñez Márquez y Hunter Biden representan dos perdones controversiales, sin duda. Pero sigo creyendo que hay de indultos a indultos. Y asombra que mientras en EUA han pegado el grito en el cielo por el indulto, que es una figura legal, en México se está utilizando la justicia para extorsionar y nadie dice nada.

Columna publicada en El Universal

El PVEM no es un partido; no es ecologista y entre sus preocupaciones no está la de lograr un mejor México. Es un negocio de una familia y de sus amigos.

Por ello no sorprende que su porcentaje de votación no sea tan grande. Lo que sí sorprende es que, a pesar de ello, ahora va a ser la segunda fuerza en el poder legislativo. Ha pasado de ganar un 6 por ciento en el 2012, al 8 por ciento de votos que recibió en las elecciones del 2 de junio pasado. Un crecimiento de apenas el 2 por ciento. Pero aun así, sin crecer en votos de manera significativa, ha crecido mucho en el número de escaños que tiene en el Poder Legislativo desde 1986 que se fundó como Partido Verde de México a la fecha.

En 2018 no superaban el 5% de representatividad en el legislativo. En 2021 llegaron al 9-10% y para 2024 lograron un 15%. Si lo comparamos con Movimiento Ciudadano, por ejemplo, que logró en las elecciones pasadas un millón y medio más votos que el PVEM (8.4% vs 10.9%), el partido que encabeza Dante Delgado va a tener 50 diputaciones menos.

Así el PVEM ha crecido mucho en curules pero marginalmente en votos. ¿Cuál es su secreto? Como bien sabemos, en los últimos años el PVEM se ha aliado primero con el PAN, luego con el PRI y ahora con Morena.

En México existen tres tipos de coaliciones políticas. Las parciales; las totales y las candidaturas comunes. Para las coaliciones parciales, que son las que ha hecho el PVEM, existe un concepto que se llama nomenclatura. En los distritos en los que hay coaliciones parciales se le debe asignar a algún partido el lugar en caso de que la coalición lo gane. Y ahí el PVEM ha sido el rey de la negociación. El secreto del avance del PVEM en representación legislativa a pesar de no crecer significativamente en votos está en las negociaciones que ha logrado en las coaliciones y sus nomenclaturas.

De los 183 distritos en los que el PVEM hizo coalición con Morena y PT en las elecciones del 2021, negociaron quedarse con 51 distritos. Es decir recibieron un 27% de los distritos que ganaron. Ahora, en el 2024, el PVEM fue coaligado en 260 distritos. Y de esos 260 distritos al PVEM se le asignaron 71 en caso de ser ganados.

Es decir al PVEM le dieron más nomenclaturas, muchas más que al PT. Y eso es lo que le permitió crecer primero en el 2021 y mucho más ahora en el 2024.

La pregunta es ¿por qué le deja Morena esta cancha tan amplia al PVEM? Y la respuesta es que a Morena le conviene tener aliados porque si hubiera competido solo no lograría tantos escaños en el legislativo por la cláusula de sobrerrepresentación y su tope del 8 por ciento.

Si Morena hubiera ido solo en el 2024, sin coaligarse con el PT y PVEM, solo habría obtenido entre el 48-49% de las curules en el legislativo. Al ir en coalición, ese 8 por ciento se aumenta para el PT y para el PVEM. Así, Morena, junto con sus aliados, logran un 74% de representatividad en el Poder Legislativo.

Para Morena el PVEM ha sido un socio muy cómodo. Tiene mejores resultados electorales que el PT y es más disciplinado a la hora de votar con ellos en la Cámara de Diputados y en el Senado. Le aceptan prácticamente todo, así sean iniciativas que vayan en contra de la ecología.

Además el PVEM ha logrado colocar por sí solo gubernaturas en Chiapas y en San Luis Potosí. Esto le ha permitido construir bastiones propios y por ello tiene legitimidad para exigir más de la coalición al argumentar que el PT no es tan estable ni tan redituable para la coalición.

Es así, mediante la negociación que hace en las coaliciones que un Partido que se dice verde pero que no se preocupa por la agenda ecológica, ha podido crecer hasta llegar a ser la segunda fuerza en la Cámara de Diputados que arrancará en septiembre sin importar que sea incongruente e indiferente en su desempeño como partido político.

Apostilla: En el episodio de hoy de mi podcast Broojula se puede escuchar el análisis completo del crecimiento del PVEM en la plática que tuve con Sergio Bárcena, de Buró Parlamentario, quién ha hecho este estudio sobre el desempeño del PVEM.

Columna publicada en El Universal

Claudia Sheinbaum ganó con el voto de las mujeres; los hombres; de los jóvenes de los que tienen entre 25 años en adelante; de las clases bajas, media-baja, media y de la clase alta.

Así lo revela una encuesta de salida de El Financiero. Votaron por ella de todos los estratos sociales, educativos y de género. Entonces ¿por qué ahora se escucha a tantos decir que los resultados fueron producto de los programas sociales? Si. La explicación que más he escuchado sobre el triunfo de Sheinbaum y de Morena es que los votos los recibieron gracias a los programas sociales.

En efecto, entre quienes son beneficiarios directos o indirectos de los programas sociales, un 69 por ciento votó por Sheinbaum mientras que un 23 por ciento votó por Xóchitl. Pero simplificar el resultado electoral a que la gente voto porque reciben unos cuantos miles de pesos me parece un error.

Por Sheinbaum votaron muchos más que los beneficiarios de los programas sociales. Aun cuando Mario Delgado salió la noche de las elecciones a decir que el resultado electoral era un golpe para la oligarquía; para los clasistas y los racistas, parte de esa oligarquía también votó por Morena y por su candidata.

Esa oligarquía que ha recibido cuantiosos contratos de construcción del Tren Maya; del AIFA y de otros proyectos de infraestructura, que lo han logrado sin licitaciones públicas, sino con adjudicaciones directas, también forma parte del grupo de votantes pro-Sheinbaum.

México es un país tremendamente desigual. Pero los extremos se tocan. Y en el voto por Morena y por Sheinbaum ambos extremos se tocaron. Por un lado vemos un estado como Chiapas, sumido en la pobreza y en una inseguridad trágica, que votó abrumadoramente por Eduardo Ramírez, el candidato de Morena a la gubernatura. Ramírez recibió el voto del 78.6 por ciento del electorado. En segundo lugar quedó Olga Luz Espinoza con apenas el 12.6 por ciento del voto. Es decir, Morena arrasó. Si vemos los distritos electorales, los mejores resultados para la coalición Sigamos Haciendo Historia (SHH) fueron en Chiapas y Oaxaca en donde ganaron distritos con promedios cercanos al 80 por ciento.

Para el segmento más pobre de la sociedad los programas sociales han hecho una diferencia. Para ellos que salga una clase política a querer ganar su voto asustando con que la democracia está en riesgo es un sin sentido. Si tienes que ver como tener lo suficiente para sacar lo del día, esa cosa abstracta llamada democracia no te va a resolver como poner comida en la mesa para la familia.

Pero cuando vemos que un 49 por ciento de los que no son beneficiarios sociales y un 49 por ciento de la clase alta también votó por Sheinbaum y su coalición, es evidente que no se puede simplificar su triunfo al dinero repartido.

Sí, fue mucho el dinero de los programas sociales. Sí, hizo que la elección fuera tremendamente inequitativa. Como no veíamos desde las décadas del PRI hegemónico. Pero en la cual se contaron bien los votos y en esa bolsa de simpatizantes también están clases altas que han resultado sumamente beneficiadas del gobierno de López Obrador.

Creo que sería un error simplificar el triunfo de Sheinbaum a que ganó porque la apoyaron quienes reciben dinero del gobierno. Hay otro segmento mucho más beneficiado con las decisiones de López Obrador, ese al que él como opositor llamó La Mafia del Poder, que el 2 de junio votó por Sheinbaum y está contenta y a la expectativa de seis años más de lo mismo.

Por cierto, en esos extremos, esto de los mercados financieros es algo que les tiene sin cuidado. A unos porque no tienen nada invertido en ellos y a otros porque están tan diversificados que lo perdido en una parte es lo ganado en otra.

Apostilla: Ya pasaron diez días de la debacle de la oposición y Alito y Marko siguen tan campantes en sus dirigencias esperando asumir su pluri en el Senado. Incomprensible que los Prístas y los Panistas se queden conformes con esta desvergüenza.

Columna completa en EL UNIVERSAL

El triunfo de Morena el domingo 2 de junio fue mucho más amplio del que esperaban muchos ciudadanos. La emoción de tantos que veían el posible triunfo de la oposición – difícil, más no imposible en la presidencia – pero sí en las distintas gubernaturas, Jefatura de Gobierno y desde luego en el legislativo, se tornó en shock al conocer la contundente victoria de Morena y sus aliados del PVEM y PT.

Ese shock ha llevado al enojo; a señalamientos de fraude; a gente queriendo comparar las sábanas de sus casillas con los resultados del PREP; a decir que la compañía del hijo de Bartlett metió mano en el software del INE y a un sinfín de teorías de la conspiración para ver si de alguna forma se sostiene que ese resultado estuvo mal.

Estamos hablando de una diferencia de más de 30 puntos porcentuales. Claudia Sheinbaum recibió 17 millones de votos más que Xóchitl Gálvez. Si multiplicamos los votos de Gálvez por dos, se sigue quedando corta frente a los votos de Claudia. Y si vemos el mapa de México, Morena solo perdió en Aguascalientes. El país se pintó de guinda. Fue una paliza.

¿Cómo pudo arrasar así Morena en la CDMX si llevamos días y días de contingencias por la mala calidad del aire? ¿Cómo pudo ganar Clara Brugada si ya no es solo Iztapalapa la alcaldía que no tiene agua? ¿Cómo se reeligió Abelina López Rodríguez en Acapulco después de su lamentable desempeño tras el paso de Otis? ¿Cómo ganó por una ventaja de dos dígitos Rocío Nahle en Veracruz si ni siquiera es veracruzana y sus escándalos de corrupción marcaron la campaña? ¿Quiénes son los que le dieron 78.5% de la votación a Eduardo Ramírez en Chiapas si en ese estado reina la inseguridad; la falta de oportunidades y la pobreza?

Podríamos seguir con este tipo de preguntas y con las teorías de la conspiración. Podemos hablar de los programas sociales y de la intervención presidencial, que sin duda influyó.  Pero es mejor aprender lecciones y voltear a ver hacia adelante.

¿Qué pasó el 2 de junio? La elección ha dejado en claro que México es un país muy complejo y que ni la oposición ni nosotros como analistas y observadores de la política hemos sabido transitar con un importante segmento de los mexicanos.

Por más escritos y publicaciones sobre los elefantes blancos disfrazados de obras de infraestructura; por más que le dimos voz a los que se han quedado sin medicinas; con todo y los reportajes tan documentados sobre la corrupción de los cercanos al presidente, la votación arrojó un claro SÍ para AMLO y un SIGAMOS ADELANTE para Claudia.

La oposición, mientras tanto, decidió no apoyar a su candidata a la presidencia y colocó a amigos y familiares para ocupar posiciones de poder sin importar cual fuera el resultado. Ante la derrota determinante, hoy Marko Cortes y Alejandro Moreno están tranquilos porque tendrán su escaño plurinominal en el Senado. No han tenido la decencia de renunciar a sus dirigencias ni de hablar de un mea culpa.

Además de intentar entender qué pasó, la pregunta pertinente es ¿qué sigue? ¿qué le espera a México bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum? Estamos en sus manos. En su decisión de qué tomar y qué dejar de la agenda de López Obrador. En su visión de a qué ala de Morena escuchar y a cuál apaciguar. Hereda un país dividido con una larga lista de pendientes. ¿Qué camino tomará para enfrentarlos? ¿El de la confrontación o el de la reconciliación?

¿Qué va a hacer la primera presidenta con México y para los mexicanos? En eso toca concentrarnos ahora.

Columna completa en El Universal

Arturo Zaldívar, exministro Presidente de la Suprema Corte, no deja de sorprender.

En 2009, el entonces presidente Felipe Calderón propuso a Zaldívar en una terna para convertirse en ministro de la SCJN por 15 años a recomendación de su secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, para ocupar la vacante que dejaba la salida del ministro Genaro Góngora Pimentel.

Como ministro arrancó marcando su independencia sobre el presidente que lo propuso para integrarse a la Suprema Corte primero con el caso de la liberación de Florence Cassez, por la violación al debido proceso como un derecho humano que todas las autoridades deben respetar.

Después, por el caso del incendio de la Guardería ABC. En de junio de 2009, 49 niños murieron y varios más quedaron heridos en esa guardería. Zaldívar propuso a la SCJN que al titular del IMSS y amigo cercano del presidente, Juan Molinar Orcasitas, se le atribuyera la responsabilidad de esa tragedia. Su fallo habló de un desorden en la operación y supervisión del servicio de guarderías.

Me brinco ahora a la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia. Ahí Zaldívar dio un giro de 180 grados. A diferencia de lo que se vio en el sexenio de Calderón, como ministro Presidente de la Corte siempre se mostró cercano al poder ejecutivo. Tan cercano, que López Obrador quiso hacer una maroma jurídica a la que Zaldívar se prestó para que su mandato como presidente de la SCJN se extendiera. Fue el famoso artículo 13 transitorio, o la #LeyZaldivar, que al final no prosperó.

El mandato de Zaldívar debía terminar el 31 de diciembre del 2024 y al declararse inconstitucional ese 13 transitorio, se sostuvo el periodo constitucional de 15 años. Sin embargo, vino la renuncia anticipada. En noviembre del año pasado Zaldívar decidió que no quería concluir su mandato en la Corte y mejor se integró a la campaña de Claudia Sheinbaum.

Así Zalívar brincó de ser un jurista a ser un político. Entre sus acciones en este mundo de la política, Zaldívar ha usado su espacio como comentarista en el noticiero de las mañanas con Ciro Gómez Leyva para defender y promover a Claudia Sheinbaum. Ayer no fue la excepción.

Al hablar sobre el primer debate presidencial que está programado para el 7 de abril, Ciro cuestionó a Zaldívar por qué quieren bajar a uno de los moderadores aprobados por el INE, a Manuel López San Martín.

Zaldívar señaló a López San Martín de no ser imparcial. Sin entrar en detalle de como Morena se niega a que sus candidatos realmente debatan, Zaldívar me sorprendió cuando se refirió a mi desempeño como moderadora del debate en el Estado de México.

Dijo Zaldívar  “Me parece que el comportamiento de Ana Paula, a quien le tengo mucho aprecio y respeto, en ese debate no fue imparcial”. Con este comentario Zaldívar muestra su desdén por el sistema jurídico mexicano.

Dos instancias fallaron por unanimidad la inexistencia de la infracción que demandó Morena en mi contra por considerar que fui parcial como moderadora de ese debate. Primero el Tribunal Electoral del Estado de México y después el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Inexistencia quiere decir, y Zaldívar bien lo sabe, no solo que quedé absuelta del delito sino que fue una acusación sin fundamento. La inexistencia es equiparable a la nulidad de pleno derecho, pues tiene sus mismos efectos: carencia de consecuencias jurídicas.

¿Cómo puede un exministro que además presidó la Corte, desdeñar así a las instancias judiciales? Me volvió a sorprender Arturo Zaldívar, a quien yo también aprecio y respeto.

Columna completa en El Universal

Falta mucho y a la vez no falta tanto para la elección del 2024. ¿Qué certezas tenemos en el ámbito de la competencia presidencial? Primero, que será una elección de Estado. El presidente López Obrador utilizará todo lo que está a su alcance como Jefe del Ejecutivo para que gane Morena las elecciones. Es algo que ya está ocurriendo, aun cuando formalmente no han arrancado ni las precampañas. Lo vemos haciendo campaña abierta desde Palacio Nacional en la Conferencia Mañanera, que se paga con recursos públicos, y lo vemos atacando a la oposición desde ese mismo espacio.

Los 70 días del ‘corchola-tour’ también fueron financiados con recursos cuya procedencia no es transparente. Creer que cada uno de esos mítines costó 20 mil pesos, como lo reportó este diario en primera plana ayer basado en los datos que dieron los morenistas, es completamente descabellado.

Ahí están además las acusaciones que ha hecho el propio Marcelo Ebrard sobre el uso de la Secretaría del Bienestar para ayudar a la campaña de Claudia Sheinbaum. Tuvo su conferencia de prensa en la que denunció el acarreo que hace Bienestar para los eventos de Sheinbaum.  Después publicó un twitt exigiendo a la dirigencia de Morena que hiciera cumplir los acuerdos del partido ya que había acarreo y brigadeo por parte de servidores públicos en favor de la ex Jefa de Gobierno. Si eso ocurre ahora entre los partidarios ¿cómo pensar que va a ser diferente cuando la campaña sea contra la oposición? Va a ser mucho peor el uso de recursos públicos y del Estado una vez que arranque formalmente el proceso.

Otras certezas que hay hoy en el horizonte es la parálisis del INE ante las violaciones a las leyes electorales.

¿Qué incógnitas hay en el escenario de competencia? No conocemos aún a ciencia cierta quienes serán los candidatos. Podemos apostar a que en Morena será Claudia Sheinbaum y en el Frente a que quedará este domingo Xóchitl Gálvez.

Después del desplegado que publicó ayer Dante Delgado es muy posible que MC postule a Samuel García o, si al final da el brazo a torcer, a Luis Donaldo Colosio. ¿A quién le arrebatará votos esa candidatura? Será interesante ver incluso el papel que juega el muy presente machismo en la sociedad mexicana si es que quedan dos mujeres con mayor infraestructura como candidatas en contra de un hombre de un partido que en las encuestas publicadas esta semana logra un 12 por ciento de las preferencias. Movimiento Ciudadano está muy lejos de los veinte altos que le dan a Xóchitl o de los 40 bajos de Claudia.

Las encuestas muestran que hoy Morena gana con cualquier candidat@. Reforma le dio el lunes 53% al partido. ¿Se sostendrá esta cifra si hay un hombre en la boleta postulado por otro partido?

¿Qué pasará con Marcelo Ebrard? Acabará apoyando a Claudia Sheinbaum si, como todo apunta, ella termina siendo la ‘ganadora’ de las encuestas del partido después de haber dicho que su cierre de tour en Veracruz fue un bostezo-fest?

Son dudas que, salvo la definición de Movimiento Ciudadano, se resolverán tan pronto como la semana próxima.

Columna completa en El Universal

Las campañas que supuestamente no son campañas de las corcholatas de Morena han costado más de 8 millones de pesos en su arranque, tan solo en un recuento de dos redes sociales. Confieso que no conocía la Biblioteca de anuncios de Meta, la empresa dueña de Facebook e Instagram, hasta ayer que leí la nota de Zedryk Raziel en El País. Los datos que ahí muestra sobre lo gastado por los aspirantes de Morena son para preguntar ¿quién pompó?

Y es que supuestamente tienen cinco millones de pesos para sus 70 días de promoción para convertirse en los defensores de la 4T, ósea en la persona que será candidat@ presidencial en el 2024. Pero si desde ya están desembolsando estos dinerales solamente para redes, hace falta que expliquen de dónde sale tanto dinero.

Y es que aun cuando hay claridad sobre el dineral que le han invertido tan solo en Meta, no hay mayores datos respecto de quién paga. Para darle la vuelta a la exigencia de Meta de acreditar la personalidad de quien contrate un anuncio o campaña, se han creado organizaciones o colectivos proselitistas para encabezarlas.

Haremos Historia, Vamos con Claudia, Claudia Va, La Transformación Sigue, Poder Morenx; Ahora #EsAdán; Que siga López; Agusto del Chairo; #MejorMarcelo; MarceLovers…son solo algunos de los sitios proselitistas creados. Hay que agregar a esto las campañas en favor de alguna corcholata pagadas por diputados, senadores o gobernadores y medios morenistas. Ahí está la que pagó desde ayer el diputado Mario Peraza, para darle la bienvenida a Yucatán a la ex Jefa de Gobierno o la pagada por la Senadora de Morelos, Lucy Meza, para promover fotos de ella con Sheinbaum en su gira del domingo pasado por el estado. En el caso de Layda Sansores, hay varios medios (Primicia del Sur; La Redacción del Campechano; Informe Maya) que publican fotos de ambas políticas en campañas pagadas en Meta.

Y es justo Claudia Sheinbaum la que más ha gastado, invirtiendo en los últimos 90 días 5 millones de pesos. Le sigue Adán Augusto con 1.2 millones de pesos y en tercer lugar Manuel Velasco con 1.1 millones. Repito la pregunta ¿quién pompó?

Porque esto es solamente Facebook e Instagram. Twitter tenía datos de pagos de publicidad en su Centro de Transparencia de Anuncios pero desde noviembre del 2019 los dejó de publicar por una prohibición a estos anuncios en la plataforma. Raro porque no hace falta un análisis sesudo para darnos cuenta de que en Twitter también han invertido las corcholatas. Desde el 6 de junio que renunció Ebrard a la SRE, abrir Twitter equivale a abrirle las puertas a las campañas Morenistas. La cantidad de anuncios es desbordante y esos montos no están incluidos en este recuento de Raziel.

Así que estos millones simplemente descuadran las cuentas entre el dinero gastado en dos redes sociales y lo que Morena les ha dado a las corcholatas para gastar como total para todos los gastos de estas pre-precampañas. No incluyen ni las demás redes (Tik Tok y Twitter) ni la cantidad de espectaculares y bardas pintadas promocionando a los aspirantes morenistas. Mucho menos la cantidad de eventos y mítines.

¿Por qué creeremos que serán Jefes del Ejecutivo confiables si desde tanto tiempo antes están rompiendo las reglas de forma tan burda y descarada?

¿Qué va a hacer el INE cuando Meta le entregue, conforme mandata la ley, toda esta información para que haga la revisión de gastos?

Columna completa en El Universal

Por un lado el presidente López Obrador ha querido vender la idea de que la contienda presidencial ya la ganó Morena. Que ese arroz ya se coció. Que la oposición no tiene nada que ofrecer más que el regreso al pasado. O es la transformación o es la mafia del poder.

Por el otro lado se dice y se repite que el presidente es un genio para las campañas. Que si bien no ha sabido gobernar el país, estos cinco años ha mantenido encendido el modo campaña y con ello se habla primordialmente del tema que López Obrador pone en agenda en la conferencia mañanera.

Pero estos días ha sido muy claro que el presidente está tan obsesionado con que su transformación no se acabe el 1º de octubre del 2024 y con su intención de que sean dos en la silla presidencial a partir de esa fecha, él y Claudia Sheinbaum, que no se ha percatado de una serie de errores que ha cometido.

En primer lugar, al haber adelantado los tiempos cuando dio a conocer las reglas de su sucesión en el restaurante El Mayor al día siguiente del triunfo en el Estado de México. A partir de entonces ha expuesto a las corcholatas – a Sheinbaum, Ebrard, Adán Augusto y Monreal – a un conflicto con las instituciones electorales por incurrir en actos anticipados de campaña.

Estas reglas también obligaron a los mismos personajes, salvo a Ebrard, a renunciar a sus cargos antes del tiempo que hubieran querido. Claudia Sheinbaum pretendía seguir al frente de la Jefatura de la CDMX cuando menos hasta septiembre. Ahora se las ha tenido que ver con tiburones de la política que le han complicado el arranque.

Aunado a ello, los aspirantes de Morena están abiertamente en conflicto entre ellos. Por más que las reglas de Morena han pedido que no se ataquen ni se confronten entre ellos, los mensajes que manda cada una de las corcholatas es una puñalada para sus compañeros de partido. Como ejemplo perfecto está la fotografía que publicó Claudia Sheinbaum del periódico de Stanford, en el que aparece ella protestando contra el neoliberalismo ante una visita que hiciera Carlos Salinas de Gortari a la Universidad. Sheinbaum pregunta ¿Y ustedes en dónde estaban en 1991?  Lo hace sin mencionar a Ebrard, pero es evidente que es un dardo en su contra. ¿En dónde estaba Ebrard en ese momento? En el PRI, en el gobierno de la Ciudad de México que encabezaba el cercanísimo a Salinas, Manuel Camacho Solís.

Esta rivalidad ha sido motivada por un presidente que no permite una competencia democrática dentro del partido. Un presidente que le gusta acaparar reflectores y detesta compartirlos. Así, cada aspirante no piensa más que en ganar sus simpatías para desbancar a Sheinbaum y la ex Jefa de Gobierno no piensa más que en la forma de mantenerse como la favorita.

Pero quizás su más grande error en estos días ha sido darle el reflector que necesitaba a una figura de la oposición fuerte y carismática como lo es Xóchitl Gálvez. La senadora del PAN había dicho que quería ser candidata a la Jefatura de Gobierno de la CDMX. López Obrador la difamó al decir que ella estaba en contra de los programas sociales de su gobierno. Ella ganó una demanda para poder ejercer su derecho de réplica en Palacio Nacional. López Obrador incumplió su palabra y no dejó entrar a Xóchitl a la Mañanera. A partir de este acto, el presidente le abrió la puerta a la candidatura presidencial.

Sobre Gálvez hay mucho que escribir. Por lo pronto, simplemente anotar que en ella, Morena podrá encontrar a una rival con la historia personal y política adecuada para el momento actual y por ello una contrincante bastante competitiva. Y fue López Obrador quien la puso en los reflectores.

Columna completa en El Universal

Queda claro que Morena quiere el voto ciudadano, pero es un partido que no le gusta uno de los principales pilares de la democracia, el debate de ideas.

Cuándo se llevó acabo el primer debate entre las candidatas por la gubernatura del Estado de México, al que fui invitada por el Instituto Electoral local con la aprobación de todos los representantes de los partidos a fungir como la moderadora, se hizo todo un escándalo previo y posterior al encuentro entre Delfina Gómez y Alejandra del Moral.

Antes del debate, porque los coordinadores de la campaña de Delfina dijeron que ella no acudiría en la fecha señalada por problemas de agenda. La lectura que se le dio es que no quería Horacio Duarte ni Mario Delgado que ella arriesgar a su ventaja en las encuestas en un cara cara con Del Moral.

Al final el debate se llevó acabo y en el post debate el mismo coordinador y el presidente de Morena decidieron culparme de haber sido parcial y emitir juicios de valor por haberle preguntado a la candidata sobre un hecho totalmente probado: ¿Por qué debían de creer los mexiquenses en que ella (Delfina Gómez) combatiría la corrupción como gobernadora así como alcaldesa estaba aprobado que se le había descontado parte de su salario a trabajadores de Texcoco al grado de qué el tribunal multó a Morena?

No haber esta no haber hecho esta pregunta, considero, pudo haber sido motivo de que la campaña de Del Moral me acusara, y con razón, de ser efectivamente parcial en favor de Morena y sus aliados.

Al final, el escándalo le sirvió a la campaña de Delfina Gómez para que el segundo debate fuera uno sin confrontación de ideas. El INE llevaba años intentando lograr que los debates en México fueran eso, debates, y no monólogos escrito por los estrategas para que los candidatos llegaran simplemente a leer al encuentro.

La regresión que vimos en el segundo debate fue solamente una probadita de lo adversos que son a la democracia algunas de las figuras más destacadas de Morena y del actual gobierno.

La siguiente probadita acaba de llegar para confirmar que el debate simplemente no les gusta. En el documento del Acuerdo del Consejo Nacional de Morena que define el método de selección de la candidatura presidencial para el 2024 se especifica que los aspirantes evitarán los debates públicos y las polémicas. También evitarán los medios reaccionarios, conservadores, adversos de la Cuarta Transformación y partidarios del viejo régimen.

Ahí está, en blanco y negro y escrito por la dirigencia de Morena con la venia del presidente López Obrador, lo que ya sabíamos: no les gusta el debate ideas. Lo pusieron en papel y lo dieron a los medios para que circulara sin pudor alguno.

Ante esta aversión al debate, la gran pregunta es si con los números que tienen de voto duro les alcanza para no solo ganar la Presidencia si no la mayoría de dos terceras partes en el legislativo para poder modificar la Constitución a su antojo.

Si la estrategia de acudir solamente entrevistas con medios afines, van exacerbar las cámaras de eco. Los que ya están convencidos de que AMLO y Morena representen la mejor opción para México ahí seguirán. Pero ¿cómo van a ganar nuevos simpatizantes y votos si no se atreven a ir ante lo que califican como medios reaccionarios?

¿Ya hicieron las cuentas?

Columna completa en El Universal

Pasadas las elecciones de este año estamos ya con las elecciones presidenciales del 2024 encima. Ante este banderazo, van 3 preguntas y respuestas:

  1. ¿Por qué ganó Delfina? A pesar de un fallo del Tribunal que confirma que cuando Gómez fue alcaldesa de Texcoco hubo un descuento a los salarios de los trabajadores y por ello una multa a su partido, a Morena, Delfina Gómez obtuvo 8 puntos más en las elecciones del domingo que la candidata de la alianza PRI-PAN-PRD-PANAL, Alejandra del Moral.

El justificado hartazgo con casi un siglo de malos gobiernos del PRI es tan grande que ni un fallo que comprueba un delito fueron suficientes para que los mexiquenses le dieran la espalda a Delfina.

También ganó porque hubo un buen operativo del partido, de Morena, y del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. El día de la elección hubo detenciones de funcionarios de los gobiernos de Veracruz y Michoacán en municipios del Estado de México con dinero en efectivo y listas de electores.

A ello hay que sumar que Delfina Gómez ha sido una política disciplinada que ha cumplido al pie de la letra la estrategia emanada desde Palacio Nacional. Acudió a sus mítines; estuvo cerca de la gente y se apegó al mensaje de sus coordinadores de campaña. No perdió el piso en ningún momento queriendo demostrar que la que manda es ella. Acudió a los debates y se apegó al discurso que se esperaba de ella, incluso superando las bajas expectativas que había sobre su capacidad para debatir.

  1. Va Por México dice que prácticamente empató con Morena al sumar los votos que obtuvieron en Coahuila y Estado de México. ¿Es una lectura correcta? Al día siguiente de las elecciones, la coalición dio una conferencia de prensa en la que celebraron el triunfo en Coahuila, que fue por una diferencia de 35.5 puntos porcentuales, la más holgada en 18 años. Sumaron los votos obtenidos por Morena-PT-Verde en EdoMex, con los obtenidos por Morena en Coahuila. Esto dio un total de 3 millones 548 mil 410 votos. Ese número lo compararon con la suma de votos del PRI-PAN-PRD en Coahuila y Estado de México, que fue de 3 millones 494 mil 061 votos. La diferencia de votos fue de 1.55 por ciento (o 54 mil 343 votos). La conclusión es que hay tiro ante tan marginal diferencia de votos.

Lo anterior es una lectura incorrecta porque la tendencia que hemos visto es de Morena ganando elección tras elección desde 2018. De las 23 gubernaturas que se han disputado en de este sexenio, Morena ha ganado 17. Por su parte, el PRI ha perdido todas, salvo Durango y Coahuila. Ha pasado de ser un partido que gobernaba a casi el 60 por ciento de la población a sólo gobernar poco menos del 4 por ciento, y esto en alianza. Estas pérdidas estatales implican también pérdidas en presupuesto. Tan solo pensar en el Estado de México, la diferencia del 1.5 que hacen hoy es irrisoria si pensamos en lo que significará el control de ese bastión para las elecciones del 2024.

Sería pertinente para la alianza hacer un ejercicio de autocrítica más que de autocomplacencia, tras el resultado del domingo, en donde es evidente que sus actuales liderazgos son insostenibles.

  1. ¿Qué significa la renuncia de Ebrard a la SRE? Al anunciar que dejará la cancillería el lunes próximo, Ebrard logra enviar el mensaje de que quiere unidad, pero que va en serio por la candidatura de Morena por la presidencia. Quiere que todas las “corcholatas” estén en piso parejo para competir en la encuesta del partido. Su salida no podía darse una vez que perdiera la encuesta porque el presidente lo culparía de generar división en Morena.

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Dijo el presidente en su Mañanera del lunes que su Plan C es pedirle a la ciudadanía que no vote por la oposición; que vote por Morena: “Hay un plan C, que no estén pensando que ya se terminó todo, que no se vote por el bloque conservador, ningún voto a los conservadores, sí a la transformación”.

AMLO hizo así un llamado al voto utilizando recursos públicos. Algo que él repudió vehementemente cuando lo hizo Vicente Fox en las elecciones presidenciales del año 2006: “Hay que cambiar de jinete, no de caballo” dijo el entonces presidente, pidiendo el voto por Felipe Calderón.

La indignada respuesta de Andrés Manuel López Obrador culminó hasta que se modificó el artículo 134 Constitucional, en su fracción VII, para incluir el Principio de Neutralidad Constitucional, el cual exige a todos los servidores públicos, empezando por el presidente, a que el ejercicio de sus funciones se realice sin sesgos, en cumplimiento estricto de la normatividad en materia electoral.

Hoy AMLO hace lo que en su momento tanto le reprochó a Vicente Fox.

En el 2015 López Obrador reclamaba los lazos familiares en puestos públicos. En su cuenta de twitter escribió: “Que nunca se permita el amiguismo, el influyentismo y nepotismo, ninguna de esas lacras de la política. MORENA debe ser faro de moralidad.

Ahora, ante la conformación de las quintetas para que de ahí salgan los nombres de los Consejeros Electorales del INE que sustituirán a Lorenzo Córdova, Ciro Murayama, Adriana Favela y José Roberto Ruiz Saldaña que concluyen su mandato la semana próxima, no importa que los que lleguen sean parientes de ni cercanos a integrantes de Morena y/o de su gabinete.

“Si pertenecen o participan con nuestro movimiento y no están impedidos, si no lo prohíbe la ley […] cualquiera que llegue será mejor que los que están actualmente. Lo importante es que sea gente íntegra, honesta. No, no eso de la experiencia”, dijo el presidente en su Mañanera cuando se le cuestionó la cercanía de varios de los posibles sustitutos de los consejeros salientes, incluyendo el presidente.

Entre los candidatos están Bertha Alcalde, la hermana de la secretaria de trabajo; Netzaí Sandoval, hermano de la ex Secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval; Guadalupe Álvarez Rascón, hija de un senador de Morena; Zircey Bautista Arreola, esposa del subsecretario de SEDATU; Guadalupe Taddei Zavala, tía del director de LitioMx y prima del Secretario de Bienestar de Sonora; Víctor Humberto Mejía y Jorge Montaño, ambos tabasqueños, cercanos al secretario de Gobernación, Adán Augusto López; y Bernardo Valle, cercano a la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum.

Tiene razón el presidente cuando dice que el parentesco con integrantes de un partido no es contrario a la ley electoral para ser Consejero del INE. Las preferencias políticas no necesariamente comprometen la ética, integridad ni la capacidad de los consejeros.

Pero, con la tendencia de destrucción, acaparamiento de las instituciones del actual gobierno que encabeza López Obrador, es muy complicado concederles a estos candidatos el beneficio de la duda.

Recordemos que López Obrador es el presidente que apoyó que la candidatura de Felix Salgado Macedonio a la gubernatura de Guerrero se la quedara su hija Evelyn, cuando se le retiró por no cumplir con la ley.

El nepotismo y el amiguismo ha sido una constante en el gobierno de López Obrador, a pesar de que antes lo reprobada. Hoy hace el presidente lo que como candidato y líder opositor señalaba como trampas de la Mafia del Poder.

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Los corruptos de hoy, los que son de Morena y/o cercanos al presidente López Obrador, son muy distintos a los corruptos que antes estaban en el poder.

Cuando salen audios de Alejandro Moreno, dirigente del PRI, hablando de, por ejemplo, como compraba a periodistas cuando era gobernador de Campeche, se muestra el modus operandi de los Priístas. Pero cuando salen videos como los que exhibió mi compañero Enrique Acevedo en el noticiero que conduce en Televisa, En Punto, que involucra a tres políticos del actual gobierno de Layda Sansores recibiendo fajos de billetes en las oficinas del gobernador interino un mes antes de la elección en Campeche de la que ella resultó ganadora, ahí se trata de una venganza política, no de un acto de corrupción.

El reportaje de Fátima Monterrosa es impecable. No solamente se trata de los videos en los que aparecen Raúl Pozos Lanz, Rocío Abreu Artiñano y Armando Toledo Hamid recibiendo millones de pesos en efectivo. Además muestra con fechas los brincos de estos personajes de sus anteriores partidos a Morena y a formar parte del gobierno de Sansores una vez que ella ganó la gubernatura. Para rematar, llamó a cada uno de estos personajes para preguntarles para qué era ese dinero.

Raúl Pozos Lanz recibe los fajos de dinero un mes antes de las elecciones, en mayo del 2021. Él fue integrante del PRI hasta diciembre 7 del 2020 cuando publica un video renunciando al partido. Al día siguiente, el 8 de diciembre, Layda Sansores publica otro video en el que le da la bienvenida a Morena. Un mes después, cuando gana la elección, nombra a Raúl Pozos Secretario de Educación del Estado. Cuando la reportera le llama para preguntar sobre los videos, su respuesta es que era dinero para cumplir las demandas de la ciudadanía. ¿Pues qué demandas debe cumplir pagando en efectivo? ¿Están registrados como gastos de campaña?

Rocío Abreu era senadora del PRI-PVEM. En 2018 renuncia y se va a Morena. Aparece en los videos en la misma oficina que Pozos Lanz, solo que ella lo hace en dos ocasiones. A la pregunta de Monterrosa sobre los fajos de billetes, la hoy senadora Morenista no sabe ni qué inventar. A duras penas alcanza a decir que era para pagar unos impuestos. Hasta donde sé, los impuestos no se pueden pagar en efectivo.

El otro hombre que aparece en los videos ni le tomó la llamada a Monterrosa. Armando Toledo Hamid acude a la misma oficina a recibir fajos de billetes. En septiembre del 2021, cuando Sansores asumió la gubernatura, fue nombrado Jefe de la oficina de la gobernadora.

Todo esto ocurre en la oficina de Carlos Miguel Aiza González, quien era gobernador interino de Campeche. Hoy es el Embajador de México en República Dominicana. Su hijo, Carlos Aysa Damas renunció al PRI y ahora es Diputado por Morena.

Así o más claro. Pero qué responden desde el gobierno a estos videos: que son producto de una venganza. Lo mismo que ha dicho el presidente cuando hemos visto a sus hermanos recibiendo videos. Ahí además la justificación fue que eran aportaciones para el movimiento.

Cuando se ha documentado el desfalco en la Secretaría de Educación Pública los pocos meses que estuvo al frente Delfina Gómez, el presidente la defiende diciendo que ella es impecable y la prueba es que vive en la misma casa de siempre.

Queda claro que cuando salen videos de “los otros”, son la prueba fehaciente de cuan corruptos son los conservadores. Cuando salen a la luz videos de los de Morena, los corruptos de este gobierno, éstos son producto de una venganza política.

Los corruptos de antes y los de ahora son diferentes solo en el grado de cinismo al pretender los de ahora darse baños de pureza y pretender justificar lo indefendible.

Si realmente hubiera un compromiso con combatir la corrupción, Delfina no sería la candidata de Morena en el Edo Mex y los tres personajes de los videos difundidos estarían ya fuera del gobierno de Campeche.

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Hasta hoy la oposición ha estado bastante aletargada. Distraída. Sin brújula. La agenda política la ha estado llevando el presidente con su partido Morena. Y sin embargo hoy es un día fundamental, muy importante para ambos bandos en el que la oposición podría o cavar su tumba o salir del letargo.

La votación de la iniciativa para mantener a las Fuerzas Armadas coadyuvando en la seguridad pública del país hasta el 2028 es mucho más que un tema de seguridad. Dada la forma como el presidente López Obrador ha decidido manejar las negociaciones (algunos dirían extorsiones) sobre el tema, lo que obliga esta votación es a que los actores políticos se definan.

En la Cámara de Diputados ya hubo definiciones. Alejandro Moreno, el presidente nacional del PRI, decidió doblarse ante el gobierno después de semanas de filtración de audios que lo mostraron de cuerpo entero como un político digno de ganarse el papel estelar en la película de “La Ley de Herodes”.

En el Senado los ojos están puestos en el PRI, aunque también existen flancos débiles en PAN y PRD. Como Morena y sus aliados tienen 75 votos asegurados para votar en favor de mantener al ejército en las calles hasta el 2028 y no hasta el 2024 como lo marca la ley actualmente, de asistir los 128 senadores a la sesión de hoy les faltarían 11 votos para su aprobación.

¿Quiénes dentro de la oposición votarán con Morena y sus aliados?

Decía líneas arriba que AMLO ha decidido irse por el camino de la extorsión en lugar de utilizar el de la negociación. En lugar de llegar con los legisladores con datos y mostrar avances de la Guardia Nacional, acompañado de sus retos por delante y así justificar que es necesario darle más tiempo a la capacitación de civiles antes de retirar a las fuerzas armadas de estos trabajos de seguridad pública, el presidente ha optado por una estrategia de amenaza. No le ha dado oportunidad a los legisladores de votar la iniciativa por sus aciertos o errores. Ha convertido el debate en una definición de bandos: o con el presidente o en su contra, cuando la disyuntiva debería de ser ¿cómo mejorar la seguridad pública en México? ¿Se puede lograr si se le da más tiempo al ejército en las calles?

Pero esas preguntas no parecen estar en el centro de la discusión. Vemos más bien a legisladores que todo indica están siendo condicionados a que no serán perseguidos jurídicamente a cambio de votos en favor de sus iniciativas. O amenazados de que si votan en contra de los deseos del presidente, las carpetas de investigación están listas para ser aperturadas.

Hoy será el momento en que los senadores de oposición tengan que definirse. ¿Qué tan fuertes son las amenazas que Palacio Nacional ejerce sobre cada uno de ellos? ¿Cuántos doblarán ante estas presiones? Sin saberlo, el presidente López Obrador está obligando a la oposición a definirse. Y a partir de esta definición podremos ver de qué está realmente hecha la oposición y conocer si tienen figuras, argumentos y agallas para la batalla más importante que seguirá, la de la contienda hacia el 2024.

Desgraciadamente la seguridad pública es lo último que está en la mesa en la votación de hoy.

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La votación de la Ley de la Industria Eléctrica con la que buscaba el presidente López Obrador darle preponderancia a la CFE en el orden de despacho para la producción de energía, sin importar si al hacerlo se utilizaba combustóleo, que es la forma más sucia y cara, no obtuvo los votos suficientes para implementar el cambio constitucional.

La oposición sorprendió al presentarse en la Cámara de Diputados en domingo de Pascua y al votar toda en contra de la iniciativa presidencial. Sorprendió porque se intuía que desde Palacio Nacional se mandaban mensajes de chantaje a la oposición: si votaban como quería el gobierno, en favor de modificar la LIE, no les sacarían sus trapitos al sol; de lo contrario…

Y la oposición resistió. Inmediatamente después comenzó la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, con sus “Martes de Jaguar” a dar a conocer audios de su antecesor en el estado y ahora presidente del PRI, Alejandro Moreno, en los que se le escucha que además de tener un buen dominio del francés (por la cantidad de groserías dichas en un solo enunciado), tuvo manga ancha para cuando menos hacer dos que tres actos de corrupción.

Martes tras martes Alito resistió. Pero ayer hubo un cambio de señales. La diputada priísta, Yolanda de la Torre, presentó una iniciativa que va en el mismo sentido de la presidencial para fortalecer y ampliar la militarización de la seguridad pública en el país. Además, casualmente, la gobernadora Sansores decidió que ya no va a dar a conocer más audios de Alito. Que se acabó ese contenido en sus Martes de Jaguar.

Como en política es difícil creer en las coincidencias, esto no puede tener otra lectura más que un acuerdo entre Moreno y Palacio Nacional para sacar adelante la iniciativa que el presidente López Obrador envió al Congreso como preferente y que ayer lo llevó a admitir lo que todos sabíamos: que si en campaña AMLO prometió la desmilitarización de la seguridad pública, ahora quiere darle todo el poder al Ejército. López Obrador cambió de opinión. Así lo admitió en su Mañanera de ayer.

La reacción del PAN no tardó en llegar. Su dirigente, Marko Cortes, dijo que o retira el PRI esta iniciativa o la alianza Va por México llega a su fin. Así, la alianza opositora se tambalea.

¿Significa esto que Morena va a ganar sí o sí en el 2024? No lo sabemos. En todas las encuestas publicadas rumbo al 4º Informe de Gobierno queda una cosa clara y una muy incierta. La primera es que el PRI es el partido más desprestigiado. En la de Eknoll que se publicó en estas páginas, un 47 por ciento dijo que NUNCA votarían por el PRI. ¿Le conviene a la alianza opositora ir junto a un partido tan mal parado ante los ciudadanos? Le hice esta pregunta en mi podcast Broojula a Enrique de la Madrid y él opina que la alianza debe de ir toda unida para tener oportunidad. Que para quienes no les guste el PRI voten tachando en la boleta a otro de los partidos de la oposición.

Pero aquí entra la incertidumbre. Por alguna razón no hay, o no he visto, ninguna encuesta que pregunte sobre segundas opciones a los votantes. Hay quien asume que si el PRI va solo, lejos de dividir el voto de la oposición va a dividir el de Morena ya que son los partidos más similares entre sí. Para un Morenista que no esté contento con quien vaya de candidato por ese partido, ¿tendría como 2ª opción al PRI? No lo sabemos. Los encuestadores no lo han preguntado.

Sería interesante que lo hicieran para tener mayor claridad sobre lo que significa que la alianza opositora se tambalee, como lo estamos viendo en estos momentos. ¿Quién gana y quién pierde si PAN y PRD no van con el PRI en las próximas elecciones?

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Estamos a días de las elecciones en las que se renovarán seis de las 32 gubernaturas de México: Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas. Según las encuestas, Morena lleva la delantera en cuatro de los seis estados, pero no todo está escrito.

En Aguascalientes y Durango podría ganar la oposición. En ambos estados va junta la coalición PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano va solo. Sin embargo, en estos últimos días hemos visto como Durango se ha apretado. La ventaja que traía Esteban Villegas se ha acortado y prácticamente llega empatado con Marina Vitela. La MCista Patricia Flores, ex panista del gobierno de Felipe Calderón, tiene entre seis y nueve puntos, dependiendo la encuesta que se revise. Estos puntos le habrían venido muy bien a la oposición para rescatar este estado.

En Hidalgo tiene cómoda ventaja Julio Menchaca, de Morena. La candidata de la oposición, la priísta Carolina Viggiano se ha quedado muy atrás a pesar de ir en alianza con PAN y PRD. Ahí Movimiento Ciudadano presentó al ex cantante, Francisco Xavier, como su candidato quien llega igual que Flores, con alrededor del 6 por ciento de las preferencias.

En Oaxaca no se logró una candidatura de oposición y Salomón Jara de Morena lleva una cómoda delantera. MC llega con Alejandra García Morlán en el mismo rango del 6 por ciento.

En Quintana Roo tampoco se logró una candidatura única de oposición. PAN y PRD van juntos con un partido local; MC presentó su propio candidato, José Luis Pech, después de haber decidido quitarle la candidatura a Roberto Palazuelos por varios escándalos del hoy empresario hotelero de sus años como amigos de los hijos de los presidentes. Pech tiene alrededor del 16 por ciento de las preferencias. De haberse sumado, al igual que el PRI, podrían darle la batalla a la morenista Mara Lezama, pero divididos parece que le van a entregar el estado a Morena.

Tamaulipas es un estado complicado de medir por los problemas de inseguridad, pero si le creemos a los números, va a ganar Américo Villarreal, de Morena y perderá César Verástegui de la alianza PAN,PRI,PRD. Arturo Diez Gutiérrez, de MC, tiene alrededor del 5 por ciento de las preferencias.

El fundador de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, ha repetido que no quieren ser un partido que se sume a los tradicionales, a otras fuerzas políticas, porque representan una alternativa realmente diferente. No son simplemente la opción a Morena y a López Obrador. Insiste que así pueden presentar una candidatura independiente en el 2024 y ganar.

Los números hoy colocan a Movimiento Ciudadano como un partido que tiene preferencias en el rango de un solo dígito. El gradualismo que supone Dante Delgado que le permitirá en un futuro arrebatar un triunfo presidencial se antojan complicados para estas elecciones.

Lo positivo de este gradualismo de MC y Dante Delgado es que lo mantiene alejado de escándalos de los que los ciudadanos están hartos, como los dichos de Alejandro Moreno, dirigente del PRI.

Lo negativo es que ayudará a que Morena se alce con más gubernaturas el próximo domingo. Y ya hemos visto que cuando Morena gana, deja de jugar el juego democrático.

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El Senador Ricardo Monreal quiere ser presidente en el 2024. Lo volvió a aclarar esta semana en el marco de la conferencia sobre América Latina que organizó el Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales y Chatham House. Quiere ser el candidato y dijo que sabe por qué le han hecho la ley del hielo en Palacio Nacional.

Primero dijo que él es un político independiente, no un acólito y que “quizás por eso no me quieren”. Más adelante agregó que él se siente en el mejor momento de su carrera política. Con 62 años consideró que está en la cúspide de entusiasmo, lucidez y que entiende el frío del poder.

Se definió como un hombre multipartidista porque primero estuvo en el PRI, al cual renunció en 1997 para irse al PRD con Andrés Manuel López Obrador. Con el hoy presidente ha estado trabajando los últimos 24 años. Fue gobernador de Zacatecas bajo las siglas del PRD; senador por el PT y diputado por Movimiento Ciudadano. A Morena llegó como uno de sus fundadores. Así es que, en efecto, es multipartidista.

En el evento estaba una Embajadora de un país Nórdico que se me acercó al final de la plática de Monreal para decir que estaba muy sorprendida de que en México el ser multipartidista fuera motivo de orgullo y una medalla que presumir. Para ella, en su país esto representaría un símbolo de convicciones e ideología no muy firmes. Sería, de hecho, motivo de ataque de los adversarios.

Pero Monreal presumió su multipartidismo en el marco de la pregunta sobre si buscaría la candidatura presidencial del 2024 con otro partido de no obtenerla con Morena. Su respuesta: “He hablado con todos”. Y agregó que cuando él ganó la gubernatura de Zacatecas se fue con el PRD porque el PRI lo bloqueó y le negó la candidatura. Al arranque de la campaña, el PRD tenía el 5 por ciento de las preferencias en Zacatecas y al final, él ganó. “Cuando renuncié al PRI fue porque me excluyeron”. Más claro, ni el agua.

“Voy a luchar, pero tampoco seré suicida. Les puedo ganar si abren el debate de las propuestas y la experiencia”. Esto lo dijo después de aclarar que la elección del 2024 no está aún resuelta y que quien así lo crea, quien considere que está definida, está equivocado.

Monreal, como Sheinbaum, Ebrard y Adán Augusto, se encuentran en campaña. Sheinbaum estuvo en Tamaulipas el fin de semana, acompañando al candidato Américo Villarreal, a pesar de que la Ciudad de México tuvo tolvaneras y contingencia ambiental. Ella lo excusó diciendo que pidió que se le descontara el día de trabajo en la CDMX.

Ebrard estuvo en Cancún, apoyando a la candidata de Morena a la gubernatura, Mara Lezama, a pesar de que el viernes un juez bloqueó el intento de Biden por poner fin al Título 42 que ha generado una deportación masiva a México. Como el Título 42 iba a vencer el lunes 23 de mayo, las oleadas de migrantes se dejaron ir a la frontera con Estados Unidos. México tiene un problemón en la frontera norte, pero el Canciller está en campaña en Quintana Roo.

Monreal habló como candidato. Se definió como un simpatizante de izquierda, pero de la que gobierna países como Dinamarca. La izquierda que tiene como prioridad la educación y el cuidado al medio ambiente. La izquierda moderna, y no la otra izquierda a la que nos estamos acercando, dijo, en lo que claramente era hacer referencia a los países que no están convocados a la Cumbre de las Américas – Cuba, Nicaragua y Venezuela – por los que ha abogado el presidente López Obrador ante Biden.

Sobre esta condicionante de AMLO a Biden, Monreal consideró que entiende como un intento por recuperar la solidaridad como gesto hacia el sur, algo que implica un riesgo alto por la tensión que genera en la relación con Estados Unidos. “Obviamente vendrá una reacción de Biden si el presidente López Obrador no asiste a la Cumbre.”

Con ello Monreal dejó bastante claras sus ideas, preferencias y proyectos hacia el 2024.

 

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