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Hoy tenemos a una presidenta con una popularidad récord. Datos de diversas encuestas, como Buendía & Márquez en estas páginas y de El Financiero, indican que su aprobación llegó al 78-80 por ciento durante sus primeros 100 días en el poder. A nivel internacional es una estrella. No se ha aventado los papelones de Petro, Zelensky ni Trudeau, a quienes les ha salido carísimo el mal manejo la relación con Trump. Por el contrario, Sheinbaum crece cada vez que habla por teléfono con Trump ya que ha logrado desactivar sus amenazas de forma elegante y hasta tersa.

Y, sin embargo, su poder está puesto a prueba de manera constante.

Esto a pesar de que la oposición está aplastada. La misma encuesta de Buendía y Márquez refleja una situación crítica para los tres partidos de oposición: MC, PRI y PAN. Si hoy fueran las elecciones intermedias, Morena lograría el 58 por ciento de los votos. Si se suman PT y PVEM, llegarían en coalición al 68 por ciento. La oposición se quedaría con 13 por ciento para MC, 10 por ciento para PRI y 9 por ciento para el PAN. MC ya rebasó al PRI y al PAN pero como sea, los tres partidos están hechos añicos.

Y esto sin tomar en cuenta el balance de opinión que existe sobre estos partidos. El PAN tienen negativo 42 y el PRI negativo 49. En contraste, Morena tiene positivo 54. Así, la oposición está fragmentada, debilitada y sin liderazgos atractivos para la ciudadanía.

Popular dentro y fuera de México: esto pintaría un escenario que debería ser ideal para Claudia Sheinbaum. Y sin embargo, su liderazgo está constantemente siendo cuestionado.

¿Cómo puede una presidenta que ganó con más votos que López Obrador y que tiene una popularidad más alta que la que él tuvo en todo su sexenio verse retada a cada rato? ¿Cómo si no hay una oposición que la amenace o la cuestione?

La oposición a Sheinbaum está dentro de Morena.

El fin de semana trascendió por el desaire que las figuras más importantes de Morena tuvieron con la presidenta. El Zócalo se suponía que se llenaría para mostrar unidad de los mexicanos ante los aranceles de Trump. Cuando en la llamada que tuvo la presidenta de México con el de Estados Unidos logró que éstos se desactivaran por un mes más, la cita en el Zócalo se transformó en un evento partidista. La mujer que sabe lidiar con maestría con Donald Trump recibió la espalda de las figuras más importantes de Morena, empezando por el hijo del presidente López Obrador, Andy López Beltrán.

Podríamos pensar que ante la andanada de problemas que enfrenta México y la presidenta esto es una nimiedad, pero en realidad demuestra que esa popularidad y esa aceptación, tanto dentro como fuera de México, son una condición necesaria más no suficiente para afianzar a Sheinbaum con el poder que otorga la silla presidencial.

Y es que antes de darle la espalda en el Zócalo, Monreal, Adán Augusto, Esquer y Velasco, le dieron la espalda a Sheinbaum en el Congreso con la iniciativa para luchar contra el nepotismo cuando la patearon para que entre en vigor hasta el 2030.

Lejos de apoyarla en los retos enormes en materia de seguridad, economía y la relación con EUA, la presidenta está teniendo que luchar con los morenistas. A pesar de ser una rockstar dentro y fuera de México, son sus partidarios los que la están poniendo constantemente a prueba.

¿Cuándo y cómo les va a responder Sheinbaum a quienes en Morena buscan debilitar su poder? ¿Debe hacerlo? Son dudas para momentos críticos para México.

Columna publicada en El Universal

La iniciativa fue buena pero al final los mostró de cuerpo entero. Quieren parecer diferentes, impolutos, impecables, pero les gana el agandalle y la trampa. Me refiero a las iniciativas que envió Claudia Sheinbaum al legislativo el pasado 5 de febrero. Fueron dos. Una para prohibir la reelección consecutiva y otra para prohibir el nepotismo electoral. Aquí me escribiré sobre esta segunda.

La de nepotismo pretende que, para cubrir con el requisito de idoneidad, los aspirantes a un cargo de elección popular no tengan o hayan tenido en los tres últimos años vínculos matrimoniales ni de parentesco o de consanguinidad civil.

La presidenta describe al nepotismo como una forma de corrupción porque la persona en el cargo puede aprovecharlo para otorgar empleos o favores a familiares y amigos sin considerar su idoneidad.

“Al ser el nepotismo una forma de abuso de poder que socava la confianza en las instituciones y promueve desigualdades, es necesario prohibir esta práctica para eliminar cualquier sesgo o sospecha de ilegitimidad en los cargos de elección popular.” Eso dice el documento que envió el Ejecutivo al Legislativo.

En un país en el que los Monreal (PRD-Morena) se han “adueñado” de Zacatecas; en el que los hermanos Villarreal (PAN) se han alternado la alcaldía de San Miguel de Allende, Guanajuato; en el que Samuel García (MC), gobernador de Nuevo León buscó impulsar a su esposa como alcaldesa de Monterrey; en donde los Yuñez (neo-Morenista) dominaron por años Veracruz y un largo etcétera, la iniciativa se antojaba positiva.

Pero cuando algunos en Morena y sus aliados se dieron por enterados pegaron el grito en el cielo. En especial el Partido Verde. Ese finísimo partido que ha hecho mucho por llenarse sus bolsillos de billetes verdes y prácticamente nada por la ecología del país.

Si la reforma llegaba al legislativo, no la votarían porque dejaría fuera a la esposa del gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo, quien también es del Verde y actualmente es senadora, Ruth González. Ella quiere suceder a su esposo en las elecciones del 2027.

Del lado de Morena la iniciativa pondría en aprietos la candidatura de Felix Salgado para suceder a su hija Evelyn en Guerrero. Salgado le heredó la candidatura en el 2021 a su hija cuando el INE le canceló su derecho por irregularidades en la comprobación de gastos y por denuncias de abuso sexual, y ahora quiere ser gobernador en el 2027.

El Senador Saúl Monreal quiere suceder en su cargo al actual gobernador de Zacatecas, David Monreal, pero con esa prohibición quedaría fuera.

Así que ahora, para mostrarse de cuerpo entero, exactamente como son, decidieron mover la entrada en vigor de la reforma para el 2030 y así todos tranquilos y orgullosos de su “lucha” contra el nepotismo. Aprueban la reforma pero la patean al 2030 para dejar una nueva camada de nepotismo al frente de distintos estados.

Con esta reserva el Verde se sumó a la propuesta. Votaron todos a favor. Así que no pueden ser señalados de estar con el nepotismo. Aja.

Apostilla: Ricardo Anaya tiene razón cuando dice que la reforma es incompleta. Debe de incluir al Ejecutivo (cof, cof Andy) y prohibir el nepotismo cruzado para que no haya familias completas trabajando en distintas carteras del gobierno.

Columna publicada en El Universal

Primero que nada hay que aplaudir el Plan México que presentó la presidenta Sheinbaum esta semana en el marco de sus primeros cien días de gobierno. El objetivo es captar 2 mil proyectos de inversión por 227 mil millones de dólares para el país. Se pretende además llegar al top 10 de las mayores economías del mundo, avanzando del actual duodécimo lugar.

El Plan México habla justo de las oportunidades únicas que tiene el país actualmente, en especial del nearshoring dada nuestra geografía y el conflicto comercial China-Estados Unidos. Agrega el objetivo de que nos convirtamos en una potencia científica; de turismo e innovación.

¡Bravo!

Esto es justo lo que muchos mexicanos queremos. Que a México le vaya bien para que a todos nos vaya mejor. Solo que hay un problema. Por un lado la presidenta extiende la mano a la iniciativa privada, tanto nacional como extranjera, al reconocer la importancia de su capital. Pero por el otro les da una bofetada cuando impulsa y aplaude la aprobación de la Ley al Poder Judicial y la desaparición de organismos autónomos.

En el Seminario de Perspectivas Económicas que organizó el ITAM la semana pasada estuvo Alejandro Werner, actual director del Georgetown Americas Institute de la Universidad de Georgetown y quien antes tuvo cargos importantes en el FMI y la Secretaría de Hacienda. Ahí Werner dijo que los principales problemas que tiene México actualmente no están fuera. Son problemas creados por el gobierno que se ha encargado de deteriorar las instituciones.

La llegada de Trump a La Casa Blanca es sin duda un reto enorme, pero palidece frente a los problemas que vendrán por la aprobación de reformas que erosionan el Estado de Derecho y con ello ahuyentan las inversiones. Y las inversiones que sí lleguen van a reclamar un rendimiento mucho mayor precisamente por la incertidumbre que implica a partir de ya invertir en un país como México.

¿Quiénes serán los valientes empresarios que quieran traer dinero fresco para invertir en el sector energético, por ejemplo, cuando se tendrán que sentar a la mesa con un actor – el Estado mexicano – que tendrá el 54 por ciento de la participación y que actualmente no le está pagando a sus proveedores? A ello hay que sumarle que con las nuevas reglas del Poder Judicial será imposible ganarle un solo juicio a ese socio, ya sea Pemex o CFE.

Bajo esas circunstancias ¿de dónde van a salir los 227 mil millones de dólares de inversión que promete atraer el Plan México?

En la presentación se mencionó que la cristalización del Plan México depende de la fortaleza institucional, certeza jurídica a las inversiones, así como de garantizar las atribuciones autónomas de transparencia y competencia económica. Altagracia Gómez, la Coordinadora del Consejo Asesor Empresarial, le dio al clavo cuando declaró ante los empresarios asistentes al Museo de Antropología que “para aterrizar el Plan México los necesitamos, piensen en grande, protejan a los trabajadores mexicanos, apostemos en la integración regional y confíen en México, está es la única apuesta que en el largo plazo nunca nos va a hacer perder.”

La situación es esquizofrénica. Claro que se quiere confiar en México. Claro que se quiere que al país le vaya bien. Pero ¿cómo? El principal obstáculo para que estas inversiones y este crecimiento llegue no está del lado del empresariado ni de los inversionistas sino de un gobierno que da señales de que entiende, pero actúa como si no.

Columna publicada en El Universal

No hay añoranza por el pasado que evidentemente dejó muchos problemas por resolver. Si hay, sin embargo, extrañeza por el presente. Un presente en el que se excusa lo inexcusable y se cobija lo que antes se repudiaba.

El abrazo a Miguel Ángel Yunes después de haberlo señalado como integrante de un clan corrupto; la felicitación a Cuitláhuac García después de su desastrosa gestión en el gobierno de Veracruz; el consulado en Miami a Rutilio Escandón tras dejar a Chiapas entrampado en violencia criminal; el intento de abrirle una nueva bolsa de 2.4 billones a Octavio Romero Oropeza en el Infonavit después de que dejó a Pemex en la quiebra absoluta; la aceptación y absolución del plagio de Yasmín Esquivel no solo para permanecer en el cargo sino para que pueda quedarse en la Suprema Corte 2.0 que supuestamente será mejor y menos corrupta que la actual. A estos hechos hay un desagradable etcétera que conforman la lista de incongruencias en el oficialismo.

Todo lo anterior me recuerda tanto a la novela de Mariano Azuela, Los de abajo. Podría ser lectura para estas vacaciones para alguno que otro que actualmente está en Morena en cargos relevantes. Si no se quiere leer, está también la película con “El Indio” Fernández basada en el libro.

Demetrio Macías, el personaje principal, que representa a los hombres del pueblo que luchan por un cambio en los años de la Revolución, pasa de ser el héroe que promete acabar con los privilegios de los federales a convertirse justo en lo que combatía.

Demetrio Macías luchó contra la opresión, pero cuando llegó al poder se dedicó a oprimir. Así hoy tenemos a los que en la oposición criticaban la corrupción y los privilegios, pero al llegar al poder no han más que aprovechado su puesto para repetir lo que denostaban.

Luis Cervantes, un médico desertor de los federales, se acerca a Macías y se gana su confianza. Es quien ayuda a darle forma a la lucha de Macías y a los campesinos que lo acompañan. Hoy hay varios Luis Cervantes que han salido del PRI, PAN y PRD para sumarse a Morena y criticar lo que antes fue su columna vertebral.

Lo que hemos visto de Morena en el poder, ahora con Claudia Sheinbaum pavimentando el segundo piso, es la trágica repetición de la historia de México. Hay supuestos ideales por los que se lucha desde la oposición pero ahora que han llegado al poder, lejos han quedado esos ideales. En su lugar tenemos una serie de oportunistas que se han olvidado de lo que siempre dijeron que querían para México.

¿Qué mueve a Adán Augusto en el Senado sino la ambición personal de poder? ¿Qué mueve a Ricardo Monreal en diputados sino seguir remando privilegios y prebendas para él? No han llegado a donde están pensando en servir al público, como servidores públicos que son, sino para servirse del público, como oportunistas que han demostrado ser.

Y, mientras tanto, tenemos a una presidenta Sheinbaum que por más que ha querido llevar la fiesta en paz y hablar de unidad para mantener en orden lo que su mentor le encargó, las fuertes ambiciones de quienes no se quedaron con la candidatura solamente le están complicando su mandato. Ambiciones que, por cierto, están más alineadas con complacer a quien habita en Palenque que a quien despacha desde Palacio Nacional.

Los de abajo fue literatura clásica de los años de la Revolución que noveló las incongruencias de los revolucionarios que lucharon en contra de la dictadura de Porfirio Diaz. Ahora se está reescribiendo una historia similar. Los que se decían de izquierda que querían luchar en contra de los privilegios de la clase política del PRI-PAN y PRD son igual de incongruentes. Al llegar al poder están demostrando ser más oportunistas, cínicos y ambiciosos que aquellos a los que por años tanto criticaron.

Columna publicada en El Universal

El Senador expanista, Miguel Ángel Yuñez Márquez, construyó su carrera política sobre los hombros de su padre, Miguel Ángel Yuñez Linares. Linares fue primero Priista, luego brincó al PAN y ahí estuvo al frente del ISSSTE desde donde Andrés Manuel López Obrador lo señaló por ser un corrupto y una cuota de Elba Esther Gordillo.

Grabaciones sobre las rencillas entre ambos políticos sobran. Pero hoy todo es miel sobre hojuelas entre el clan Yuñez y Morena.

La clave fue el voto del Senador Yuñez Márquez para la Reforma al Poder Judicial. No importa que sobre él pesaran acusaciones de falsificación de documentos y fraude procesal. El expediente estaba guardado en un cajón desde el 2021. Pero cuando en Morena vieron que era necesario lograr los votos para que se aprobara la reforma judicial, lo desempolvaron y con eso lo “incentivaron” para que diera su voto al oficialismo. A cambio, el pasado 26 de noviembre un juez canceló la orden de aprehensión que se había girado en su contra.

Osea que le llegó el perdón. La extorsión judicial para aprobar una reforma que los morenistas venden como la respuesta a la corrupción en el Poder Judicial. El chiste se cuenta solo.

En Estados Unidos están viviendo su propio escándalo por un perdón otorgado desde el poder. Me refiero al indulto que le otorgó el presidente Joe Biden a su hijo Hunter, quien enfrentaba acusaciones de evasión fiscal y posesión ilegal de armas. Las condenas implicaban potencialmente décadas de prisión pero aún así, Joe Biden había dicho en repetidas ocasiones que no le otorgaría un indulto ya que confiaba en el sistema de justicia.

El domingo pasado el presidente dio un giro de 180 grados y decidió siempre sí indultar a su hijo. Es la primera vez que un presidente de Estados Unidos otorga un indulto a un hijo. Lo más cercano a este tipo de perdón había sido el que otorgó el presidente Gerald Ford a Richard Nixon y el de Bill Clinton a su hermano por posesión y tráfico de cocaína.

Luego vino Donald Trump quien perdonó, entre otras personas, a su consuegro por defraudación fiscal. Y ahora Trump ha prometido que cuando asuma la presidencia indultará a todos los presos por el asalto al Capitolio.

El que Trump haya abusado y pretenda abiertamente abusar del perdón presidencial no ha minimizado las críticas al indulto de Biden a su hijo Hunter. No solo los republicanos han atacado esta acción del presidente, también algunos demócratas que sienten que con esto Biden se rebaja al mismo nivel de Trump al demostrar que hay una justicia para los ciudadanos comunes y corrientes y otra para las élites. Que, en efecto, el sistema de justicia está viciado como tantas veces lo dijo Trump. Que es una herramienta para golpear a enemigos políticos.

Yo leo el perdón de Biden a su hijo como una lamentable pero legítima preocupación por lo que vendrá en Estados Unidos. Sobre todo si tomamos en cuenta los nombramientos que ha hecho Trump para puestos claves en la materia. Entre ellos, Pam Bondi, una ultra MAGA que sigue sin reconocer la victoria de Biden en el 2020, ha sido nominada para Fiscal General; y Tulsi Gabbard, para la Dirección Nacional de Inteligencia. Además de que Gabbard no tiene experiencia en inteligencia, preocupan sus posturas políticas alineadas con Rusia y la amenaza de la politización del trabajo de los servicios de inteligencia bajo su liderazgo.

Yuñez Márquez y Hunter Biden representan dos perdones controversiales, sin duda. Pero sigo creyendo que hay de indultos a indultos. Y asombra que mientras en EUA han pegado el grito en el cielo por el indulto, que es una figura legal, en México se está utilizando la justicia para extorsionar y nadie dice nada.

Columna publicada en El Universal

El PVEM no es un partido; no es ecologista y entre sus preocupaciones no está la de lograr un mejor México. Es un negocio de una familia y de sus amigos.

Por ello no sorprende que su porcentaje de votación no sea tan grande. Lo que sí sorprende es que, a pesar de ello, ahora va a ser la segunda fuerza en el poder legislativo. Ha pasado de ganar un 6 por ciento en el 2012, al 8 por ciento de votos que recibió en las elecciones del 2 de junio pasado. Un crecimiento de apenas el 2 por ciento. Pero aun así, sin crecer en votos de manera significativa, ha crecido mucho en el número de escaños que tiene en el Poder Legislativo desde 1986 que se fundó como Partido Verde de México a la fecha.

En 2018 no superaban el 5% de representatividad en el legislativo. En 2021 llegaron al 9-10% y para 2024 lograron un 15%. Si lo comparamos con Movimiento Ciudadano, por ejemplo, que logró en las elecciones pasadas un millón y medio más votos que el PVEM (8.4% vs 10.9%), el partido que encabeza Dante Delgado va a tener 50 diputaciones menos.

Así el PVEM ha crecido mucho en curules pero marginalmente en votos. ¿Cuál es su secreto? Como bien sabemos, en los últimos años el PVEM se ha aliado primero con el PAN, luego con el PRI y ahora con Morena.

En México existen tres tipos de coaliciones políticas. Las parciales; las totales y las candidaturas comunes. Para las coaliciones parciales, que son las que ha hecho el PVEM, existe un concepto que se llama nomenclatura. En los distritos en los que hay coaliciones parciales se le debe asignar a algún partido el lugar en caso de que la coalición lo gane. Y ahí el PVEM ha sido el rey de la negociación. El secreto del avance del PVEM en representación legislativa a pesar de no crecer significativamente en votos está en las negociaciones que ha logrado en las coaliciones y sus nomenclaturas.

De los 183 distritos en los que el PVEM hizo coalición con Morena y PT en las elecciones del 2021, negociaron quedarse con 51 distritos. Es decir recibieron un 27% de los distritos que ganaron. Ahora, en el 2024, el PVEM fue coaligado en 260 distritos. Y de esos 260 distritos al PVEM se le asignaron 71 en caso de ser ganados.

Es decir al PVEM le dieron más nomenclaturas, muchas más que al PT. Y eso es lo que le permitió crecer primero en el 2021 y mucho más ahora en el 2024.

La pregunta es ¿por qué le deja Morena esta cancha tan amplia al PVEM? Y la respuesta es que a Morena le conviene tener aliados porque si hubiera competido solo no lograría tantos escaños en el legislativo por la cláusula de sobrerrepresentación y su tope del 8 por ciento.

Si Morena hubiera ido solo en el 2024, sin coaligarse con el PT y PVEM, solo habría obtenido entre el 48-49% de las curules en el legislativo. Al ir en coalición, ese 8 por ciento se aumenta para el PT y para el PVEM. Así, Morena, junto con sus aliados, logran un 74% de representatividad en el Poder Legislativo.

Para Morena el PVEM ha sido un socio muy cómodo. Tiene mejores resultados electorales que el PT y es más disciplinado a la hora de votar con ellos en la Cámara de Diputados y en el Senado. Le aceptan prácticamente todo, así sean iniciativas que vayan en contra de la ecología.

Además el PVEM ha logrado colocar por sí solo gubernaturas en Chiapas y en San Luis Potosí. Esto le ha permitido construir bastiones propios y por ello tiene legitimidad para exigir más de la coalición al argumentar que el PT no es tan estable ni tan redituable para la coalición.

Es así, mediante la negociación que hace en las coaliciones que un Partido que se dice verde pero que no se preocupa por la agenda ecológica, ha podido crecer hasta llegar a ser la segunda fuerza en la Cámara de Diputados que arrancará en septiembre sin importar que sea incongruente e indiferente en su desempeño como partido político.

Apostilla: En el episodio de hoy de mi podcast Broojula se puede escuchar el análisis completo del crecimiento del PVEM en la plática que tuve con Sergio Bárcena, de Buró Parlamentario, quién ha hecho este estudio sobre el desempeño del PVEM.

Columna publicada en El Universal

Claudia Sheinbaum ganó con el voto de las mujeres; los hombres; de los jóvenes de los que tienen entre 25 años en adelante; de las clases bajas, media-baja, media y de la clase alta.

Así lo revela una encuesta de salida de El Financiero. Votaron por ella de todos los estratos sociales, educativos y de género. Entonces ¿por qué ahora se escucha a tantos decir que los resultados fueron producto de los programas sociales? Si. La explicación que más he escuchado sobre el triunfo de Sheinbaum y de Morena es que los votos los recibieron gracias a los programas sociales.

En efecto, entre quienes son beneficiarios directos o indirectos de los programas sociales, un 69 por ciento votó por Sheinbaum mientras que un 23 por ciento votó por Xóchitl. Pero simplificar el resultado electoral a que la gente voto porque reciben unos cuantos miles de pesos me parece un error.

Por Sheinbaum votaron muchos más que los beneficiarios de los programas sociales. Aun cuando Mario Delgado salió la noche de las elecciones a decir que el resultado electoral era un golpe para la oligarquía; para los clasistas y los racistas, parte de esa oligarquía también votó por Morena y por su candidata.

Esa oligarquía que ha recibido cuantiosos contratos de construcción del Tren Maya; del AIFA y de otros proyectos de infraestructura, que lo han logrado sin licitaciones públicas, sino con adjudicaciones directas, también forma parte del grupo de votantes pro-Sheinbaum.

México es un país tremendamente desigual. Pero los extremos se tocan. Y en el voto por Morena y por Sheinbaum ambos extremos se tocaron. Por un lado vemos un estado como Chiapas, sumido en la pobreza y en una inseguridad trágica, que votó abrumadoramente por Eduardo Ramírez, el candidato de Morena a la gubernatura. Ramírez recibió el voto del 78.6 por ciento del electorado. En segundo lugar quedó Olga Luz Espinoza con apenas el 12.6 por ciento del voto. Es decir, Morena arrasó. Si vemos los distritos electorales, los mejores resultados para la coalición Sigamos Haciendo Historia (SHH) fueron en Chiapas y Oaxaca en donde ganaron distritos con promedios cercanos al 80 por ciento.

Para el segmento más pobre de la sociedad los programas sociales han hecho una diferencia. Para ellos que salga una clase política a querer ganar su voto asustando con que la democracia está en riesgo es un sin sentido. Si tienes que ver como tener lo suficiente para sacar lo del día, esa cosa abstracta llamada democracia no te va a resolver como poner comida en la mesa para la familia.

Pero cuando vemos que un 49 por ciento de los que no son beneficiarios sociales y un 49 por ciento de la clase alta también votó por Sheinbaum y su coalición, es evidente que no se puede simplificar su triunfo al dinero repartido.

Sí, fue mucho el dinero de los programas sociales. Sí, hizo que la elección fuera tremendamente inequitativa. Como no veíamos desde las décadas del PRI hegemónico. Pero en la cual se contaron bien los votos y en esa bolsa de simpatizantes también están clases altas que han resultado sumamente beneficiadas del gobierno de López Obrador.

Creo que sería un error simplificar el triunfo de Sheinbaum a que ganó porque la apoyaron quienes reciben dinero del gobierno. Hay otro segmento mucho más beneficiado con las decisiones de López Obrador, ese al que él como opositor llamó La Mafia del Poder, que el 2 de junio votó por Sheinbaum y está contenta y a la expectativa de seis años más de lo mismo.

Por cierto, en esos extremos, esto de los mercados financieros es algo que les tiene sin cuidado. A unos porque no tienen nada invertido en ellos y a otros porque están tan diversificados que lo perdido en una parte es lo ganado en otra.

Apostilla: Ya pasaron diez días de la debacle de la oposición y Alito y Marko siguen tan campantes en sus dirigencias esperando asumir su pluri en el Senado. Incomprensible que los Prístas y los Panistas se queden conformes con esta desvergüenza.

Columna completa en EL UNIVERSAL

El triunfo de Morena el domingo 2 de junio fue mucho más amplio del que esperaban muchos ciudadanos. La emoción de tantos que veían el posible triunfo de la oposición – difícil, más no imposible en la presidencia – pero sí en las distintas gubernaturas, Jefatura de Gobierno y desde luego en el legislativo, se tornó en shock al conocer la contundente victoria de Morena y sus aliados del PVEM y PT.

Ese shock ha llevado al enojo; a señalamientos de fraude; a gente queriendo comparar las sábanas de sus casillas con los resultados del PREP; a decir que la compañía del hijo de Bartlett metió mano en el software del INE y a un sinfín de teorías de la conspiración para ver si de alguna forma se sostiene que ese resultado estuvo mal.

Estamos hablando de una diferencia de más de 30 puntos porcentuales. Claudia Sheinbaum recibió 17 millones de votos más que Xóchitl Gálvez. Si multiplicamos los votos de Gálvez por dos, se sigue quedando corta frente a los votos de Claudia. Y si vemos el mapa de México, Morena solo perdió en Aguascalientes. El país se pintó de guinda. Fue una paliza.

¿Cómo pudo arrasar así Morena en la CDMX si llevamos días y días de contingencias por la mala calidad del aire? ¿Cómo pudo ganar Clara Brugada si ya no es solo Iztapalapa la alcaldía que no tiene agua? ¿Cómo se reeligió Abelina López Rodríguez en Acapulco después de su lamentable desempeño tras el paso de Otis? ¿Cómo ganó por una ventaja de dos dígitos Rocío Nahle en Veracruz si ni siquiera es veracruzana y sus escándalos de corrupción marcaron la campaña? ¿Quiénes son los que le dieron 78.5% de la votación a Eduardo Ramírez en Chiapas si en ese estado reina la inseguridad; la falta de oportunidades y la pobreza?

Podríamos seguir con este tipo de preguntas y con las teorías de la conspiración. Podemos hablar de los programas sociales y de la intervención presidencial, que sin duda influyó.  Pero es mejor aprender lecciones y voltear a ver hacia adelante.

¿Qué pasó el 2 de junio? La elección ha dejado en claro que México es un país muy complejo y que ni la oposición ni nosotros como analistas y observadores de la política hemos sabido transitar con un importante segmento de los mexicanos.

Por más escritos y publicaciones sobre los elefantes blancos disfrazados de obras de infraestructura; por más que le dimos voz a los que se han quedado sin medicinas; con todo y los reportajes tan documentados sobre la corrupción de los cercanos al presidente, la votación arrojó un claro SÍ para AMLO y un SIGAMOS ADELANTE para Claudia.

La oposición, mientras tanto, decidió no apoyar a su candidata a la presidencia y colocó a amigos y familiares para ocupar posiciones de poder sin importar cual fuera el resultado. Ante la derrota determinante, hoy Marko Cortes y Alejandro Moreno están tranquilos porque tendrán su escaño plurinominal en el Senado. No han tenido la decencia de renunciar a sus dirigencias ni de hablar de un mea culpa.

Además de intentar entender qué pasó, la pregunta pertinente es ¿qué sigue? ¿qué le espera a México bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum? Estamos en sus manos. En su decisión de qué tomar y qué dejar de la agenda de López Obrador. En su visión de a qué ala de Morena escuchar y a cuál apaciguar. Hereda un país dividido con una larga lista de pendientes. ¿Qué camino tomará para enfrentarlos? ¿El de la confrontación o el de la reconciliación?

¿Qué va a hacer la primera presidenta con México y para los mexicanos? En eso toca concentrarnos ahora.

Columna completa en El Universal

Arturo Zaldívar, exministro Presidente de la Suprema Corte, no deja de sorprender.

En 2009, el entonces presidente Felipe Calderón propuso a Zaldívar en una terna para convertirse en ministro de la SCJN por 15 años a recomendación de su secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, para ocupar la vacante que dejaba la salida del ministro Genaro Góngora Pimentel.

Como ministro arrancó marcando su independencia sobre el presidente que lo propuso para integrarse a la Suprema Corte primero con el caso de la liberación de Florence Cassez, por la violación al debido proceso como un derecho humano que todas las autoridades deben respetar.

Después, por el caso del incendio de la Guardería ABC. En de junio de 2009, 49 niños murieron y varios más quedaron heridos en esa guardería. Zaldívar propuso a la SCJN que al titular del IMSS y amigo cercano del presidente, Juan Molinar Orcasitas, se le atribuyera la responsabilidad de esa tragedia. Su fallo habló de un desorden en la operación y supervisión del servicio de guarderías.

Me brinco ahora a la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia. Ahí Zaldívar dio un giro de 180 grados. A diferencia de lo que se vio en el sexenio de Calderón, como ministro Presidente de la Corte siempre se mostró cercano al poder ejecutivo. Tan cercano, que López Obrador quiso hacer una maroma jurídica a la que Zaldívar se prestó para que su mandato como presidente de la SCJN se extendiera. Fue el famoso artículo 13 transitorio, o la #LeyZaldivar, que al final no prosperó.

El mandato de Zaldívar debía terminar el 31 de diciembre del 2024 y al declararse inconstitucional ese 13 transitorio, se sostuvo el periodo constitucional de 15 años. Sin embargo, vino la renuncia anticipada. En noviembre del año pasado Zaldívar decidió que no quería concluir su mandato en la Corte y mejor se integró a la campaña de Claudia Sheinbaum.

Así Zalívar brincó de ser un jurista a ser un político. Entre sus acciones en este mundo de la política, Zaldívar ha usado su espacio como comentarista en el noticiero de las mañanas con Ciro Gómez Leyva para defender y promover a Claudia Sheinbaum. Ayer no fue la excepción.

Al hablar sobre el primer debate presidencial que está programado para el 7 de abril, Ciro cuestionó a Zaldívar por qué quieren bajar a uno de los moderadores aprobados por el INE, a Manuel López San Martín.

Zaldívar señaló a López San Martín de no ser imparcial. Sin entrar en detalle de como Morena se niega a que sus candidatos realmente debatan, Zaldívar me sorprendió cuando se refirió a mi desempeño como moderadora del debate en el Estado de México.

Dijo Zaldívar  “Me parece que el comportamiento de Ana Paula, a quien le tengo mucho aprecio y respeto, en ese debate no fue imparcial”. Con este comentario Zaldívar muestra su desdén por el sistema jurídico mexicano.

Dos instancias fallaron por unanimidad la inexistencia de la infracción que demandó Morena en mi contra por considerar que fui parcial como moderadora de ese debate. Primero el Tribunal Electoral del Estado de México y después el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Inexistencia quiere decir, y Zaldívar bien lo sabe, no solo que quedé absuelta del delito sino que fue una acusación sin fundamento. La inexistencia es equiparable a la nulidad de pleno derecho, pues tiene sus mismos efectos: carencia de consecuencias jurídicas.

¿Cómo puede un exministro que además presidó la Corte, desdeñar así a las instancias judiciales? Me volvió a sorprender Arturo Zaldívar, a quien yo también aprecio y respeto.

Columna completa en El Universal

Falta mucho y a la vez no falta tanto para la elección del 2024. ¿Qué certezas tenemos en el ámbito de la competencia presidencial? Primero, que será una elección de Estado. El presidente López Obrador utilizará todo lo que está a su alcance como Jefe del Ejecutivo para que gane Morena las elecciones. Es algo que ya está ocurriendo, aun cuando formalmente no han arrancado ni las precampañas. Lo vemos haciendo campaña abierta desde Palacio Nacional en la Conferencia Mañanera, que se paga con recursos públicos, y lo vemos atacando a la oposición desde ese mismo espacio.

Los 70 días del ‘corchola-tour’ también fueron financiados con recursos cuya procedencia no es transparente. Creer que cada uno de esos mítines costó 20 mil pesos, como lo reportó este diario en primera plana ayer basado en los datos que dieron los morenistas, es completamente descabellado.

Ahí están además las acusaciones que ha hecho el propio Marcelo Ebrard sobre el uso de la Secretaría del Bienestar para ayudar a la campaña de Claudia Sheinbaum. Tuvo su conferencia de prensa en la que denunció el acarreo que hace Bienestar para los eventos de Sheinbaum.  Después publicó un twitt exigiendo a la dirigencia de Morena que hiciera cumplir los acuerdos del partido ya que había acarreo y brigadeo por parte de servidores públicos en favor de la ex Jefa de Gobierno. Si eso ocurre ahora entre los partidarios ¿cómo pensar que va a ser diferente cuando la campaña sea contra la oposición? Va a ser mucho peor el uso de recursos públicos y del Estado una vez que arranque formalmente el proceso.

Otras certezas que hay hoy en el horizonte es la parálisis del INE ante las violaciones a las leyes electorales.

¿Qué incógnitas hay en el escenario de competencia? No conocemos aún a ciencia cierta quienes serán los candidatos. Podemos apostar a que en Morena será Claudia Sheinbaum y en el Frente a que quedará este domingo Xóchitl Gálvez.

Después del desplegado que publicó ayer Dante Delgado es muy posible que MC postule a Samuel García o, si al final da el brazo a torcer, a Luis Donaldo Colosio. ¿A quién le arrebatará votos esa candidatura? Será interesante ver incluso el papel que juega el muy presente machismo en la sociedad mexicana si es que quedan dos mujeres con mayor infraestructura como candidatas en contra de un hombre de un partido que en las encuestas publicadas esta semana logra un 12 por ciento de las preferencias. Movimiento Ciudadano está muy lejos de los veinte altos que le dan a Xóchitl o de los 40 bajos de Claudia.

Las encuestas muestran que hoy Morena gana con cualquier candidat@. Reforma le dio el lunes 53% al partido. ¿Se sostendrá esta cifra si hay un hombre en la boleta postulado por otro partido?

¿Qué pasará con Marcelo Ebrard? Acabará apoyando a Claudia Sheinbaum si, como todo apunta, ella termina siendo la ‘ganadora’ de las encuestas del partido después de haber dicho que su cierre de tour en Veracruz fue un bostezo-fest?

Son dudas que, salvo la definición de Movimiento Ciudadano, se resolverán tan pronto como la semana próxima.

Columna completa en El Universal

Las campañas que supuestamente no son campañas de las corcholatas de Morena han costado más de 8 millones de pesos en su arranque, tan solo en un recuento de dos redes sociales. Confieso que no conocía la Biblioteca de anuncios de Meta, la empresa dueña de Facebook e Instagram, hasta ayer que leí la nota de Zedryk Raziel en El País. Los datos que ahí muestra sobre lo gastado por los aspirantes de Morena son para preguntar ¿quién pompó?

Y es que supuestamente tienen cinco millones de pesos para sus 70 días de promoción para convertirse en los defensores de la 4T, ósea en la persona que será candidat@ presidencial en el 2024. Pero si desde ya están desembolsando estos dinerales solamente para redes, hace falta que expliquen de dónde sale tanto dinero.

Y es que aun cuando hay claridad sobre el dineral que le han invertido tan solo en Meta, no hay mayores datos respecto de quién paga. Para darle la vuelta a la exigencia de Meta de acreditar la personalidad de quien contrate un anuncio o campaña, se han creado organizaciones o colectivos proselitistas para encabezarlas.

Haremos Historia, Vamos con Claudia, Claudia Va, La Transformación Sigue, Poder Morenx; Ahora #EsAdán; Que siga López; Agusto del Chairo; #MejorMarcelo; MarceLovers…son solo algunos de los sitios proselitistas creados. Hay que agregar a esto las campañas en favor de alguna corcholata pagadas por diputados, senadores o gobernadores y medios morenistas. Ahí está la que pagó desde ayer el diputado Mario Peraza, para darle la bienvenida a Yucatán a la ex Jefa de Gobierno o la pagada por la Senadora de Morelos, Lucy Meza, para promover fotos de ella con Sheinbaum en su gira del domingo pasado por el estado. En el caso de Layda Sansores, hay varios medios (Primicia del Sur; La Redacción del Campechano; Informe Maya) que publican fotos de ambas políticas en campañas pagadas en Meta.

Y es justo Claudia Sheinbaum la que más ha gastado, invirtiendo en los últimos 90 días 5 millones de pesos. Le sigue Adán Augusto con 1.2 millones de pesos y en tercer lugar Manuel Velasco con 1.1 millones. Repito la pregunta ¿quién pompó?

Porque esto es solamente Facebook e Instagram. Twitter tenía datos de pagos de publicidad en su Centro de Transparencia de Anuncios pero desde noviembre del 2019 los dejó de publicar por una prohibición a estos anuncios en la plataforma. Raro porque no hace falta un análisis sesudo para darnos cuenta de que en Twitter también han invertido las corcholatas. Desde el 6 de junio que renunció Ebrard a la SRE, abrir Twitter equivale a abrirle las puertas a las campañas Morenistas. La cantidad de anuncios es desbordante y esos montos no están incluidos en este recuento de Raziel.

Así que estos millones simplemente descuadran las cuentas entre el dinero gastado en dos redes sociales y lo que Morena les ha dado a las corcholatas para gastar como total para todos los gastos de estas pre-precampañas. No incluyen ni las demás redes (Tik Tok y Twitter) ni la cantidad de espectaculares y bardas pintadas promocionando a los aspirantes morenistas. Mucho menos la cantidad de eventos y mítines.

¿Por qué creeremos que serán Jefes del Ejecutivo confiables si desde tanto tiempo antes están rompiendo las reglas de forma tan burda y descarada?

¿Qué va a hacer el INE cuando Meta le entregue, conforme mandata la ley, toda esta información para que haga la revisión de gastos?

Columna completa en El Universal

Por un lado el presidente López Obrador ha querido vender la idea de que la contienda presidencial ya la ganó Morena. Que ese arroz ya se coció. Que la oposición no tiene nada que ofrecer más que el regreso al pasado. O es la transformación o es la mafia del poder.

Por el otro lado se dice y se repite que el presidente es un genio para las campañas. Que si bien no ha sabido gobernar el país, estos cinco años ha mantenido encendido el modo campaña y con ello se habla primordialmente del tema que López Obrador pone en agenda en la conferencia mañanera.

Pero estos días ha sido muy claro que el presidente está tan obsesionado con que su transformación no se acabe el 1º de octubre del 2024 y con su intención de que sean dos en la silla presidencial a partir de esa fecha, él y Claudia Sheinbaum, que no se ha percatado de una serie de errores que ha cometido.

En primer lugar, al haber adelantado los tiempos cuando dio a conocer las reglas de su sucesión en el restaurante El Mayor al día siguiente del triunfo en el Estado de México. A partir de entonces ha expuesto a las corcholatas – a Sheinbaum, Ebrard, Adán Augusto y Monreal – a un conflicto con las instituciones electorales por incurrir en actos anticipados de campaña.

Estas reglas también obligaron a los mismos personajes, salvo a Ebrard, a renunciar a sus cargos antes del tiempo que hubieran querido. Claudia Sheinbaum pretendía seguir al frente de la Jefatura de la CDMX cuando menos hasta septiembre. Ahora se las ha tenido que ver con tiburones de la política que le han complicado el arranque.

Aunado a ello, los aspirantes de Morena están abiertamente en conflicto entre ellos. Por más que las reglas de Morena han pedido que no se ataquen ni se confronten entre ellos, los mensajes que manda cada una de las corcholatas es una puñalada para sus compañeros de partido. Como ejemplo perfecto está la fotografía que publicó Claudia Sheinbaum del periódico de Stanford, en el que aparece ella protestando contra el neoliberalismo ante una visita que hiciera Carlos Salinas de Gortari a la Universidad. Sheinbaum pregunta ¿Y ustedes en dónde estaban en 1991?  Lo hace sin mencionar a Ebrard, pero es evidente que es un dardo en su contra. ¿En dónde estaba Ebrard en ese momento? En el PRI, en el gobierno de la Ciudad de México que encabezaba el cercanísimo a Salinas, Manuel Camacho Solís.

Esta rivalidad ha sido motivada por un presidente que no permite una competencia democrática dentro del partido. Un presidente que le gusta acaparar reflectores y detesta compartirlos. Así, cada aspirante no piensa más que en ganar sus simpatías para desbancar a Sheinbaum y la ex Jefa de Gobierno no piensa más que en la forma de mantenerse como la favorita.

Pero quizás su más grande error en estos días ha sido darle el reflector que necesitaba a una figura de la oposición fuerte y carismática como lo es Xóchitl Gálvez. La senadora del PAN había dicho que quería ser candidata a la Jefatura de Gobierno de la CDMX. López Obrador la difamó al decir que ella estaba en contra de los programas sociales de su gobierno. Ella ganó una demanda para poder ejercer su derecho de réplica en Palacio Nacional. López Obrador incumplió su palabra y no dejó entrar a Xóchitl a la Mañanera. A partir de este acto, el presidente le abrió la puerta a la candidatura presidencial.

Sobre Gálvez hay mucho que escribir. Por lo pronto, simplemente anotar que en ella, Morena podrá encontrar a una rival con la historia personal y política adecuada para el momento actual y por ello una contrincante bastante competitiva. Y fue López Obrador quien la puso en los reflectores.

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Queda claro que Morena quiere el voto ciudadano, pero es un partido que no le gusta uno de los principales pilares de la democracia, el debate de ideas.

Cuándo se llevó acabo el primer debate entre las candidatas por la gubernatura del Estado de México, al que fui invitada por el Instituto Electoral local con la aprobación de todos los representantes de los partidos a fungir como la moderadora, se hizo todo un escándalo previo y posterior al encuentro entre Delfina Gómez y Alejandra del Moral.

Antes del debate, porque los coordinadores de la campaña de Delfina dijeron que ella no acudiría en la fecha señalada por problemas de agenda. La lectura que se le dio es que no quería Horacio Duarte ni Mario Delgado que ella arriesgar a su ventaja en las encuestas en un cara cara con Del Moral.

Al final el debate se llevó acabo y en el post debate el mismo coordinador y el presidente de Morena decidieron culparme de haber sido parcial y emitir juicios de valor por haberle preguntado a la candidata sobre un hecho totalmente probado: ¿Por qué debían de creer los mexiquenses en que ella (Delfina Gómez) combatiría la corrupción como gobernadora así como alcaldesa estaba aprobado que se le había descontado parte de su salario a trabajadores de Texcoco al grado de qué el tribunal multó a Morena?

No haber esta no haber hecho esta pregunta, considero, pudo haber sido motivo de que la campaña de Del Moral me acusara, y con razón, de ser efectivamente parcial en favor de Morena y sus aliados.

Al final, el escándalo le sirvió a la campaña de Delfina Gómez para que el segundo debate fuera uno sin confrontación de ideas. El INE llevaba años intentando lograr que los debates en México fueran eso, debates, y no monólogos escrito por los estrategas para que los candidatos llegaran simplemente a leer al encuentro.

La regresión que vimos en el segundo debate fue solamente una probadita de lo adversos que son a la democracia algunas de las figuras más destacadas de Morena y del actual gobierno.

La siguiente probadita acaba de llegar para confirmar que el debate simplemente no les gusta. En el documento del Acuerdo del Consejo Nacional de Morena que define el método de selección de la candidatura presidencial para el 2024 se especifica que los aspirantes evitarán los debates públicos y las polémicas. También evitarán los medios reaccionarios, conservadores, adversos de la Cuarta Transformación y partidarios del viejo régimen.

Ahí está, en blanco y negro y escrito por la dirigencia de Morena con la venia del presidente López Obrador, lo que ya sabíamos: no les gusta el debate ideas. Lo pusieron en papel y lo dieron a los medios para que circulara sin pudor alguno.

Ante esta aversión al debate, la gran pregunta es si con los números que tienen de voto duro les alcanza para no solo ganar la Presidencia si no la mayoría de dos terceras partes en el legislativo para poder modificar la Constitución a su antojo.

Si la estrategia de acudir solamente entrevistas con medios afines, van exacerbar las cámaras de eco. Los que ya están convencidos de que AMLO y Morena representen la mejor opción para México ahí seguirán. Pero ¿cómo van a ganar nuevos simpatizantes y votos si no se atreven a ir ante lo que califican como medios reaccionarios?

¿Ya hicieron las cuentas?

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Pasadas las elecciones de este año estamos ya con las elecciones presidenciales del 2024 encima. Ante este banderazo, van 3 preguntas y respuestas:

  1. ¿Por qué ganó Delfina? A pesar de un fallo del Tribunal que confirma que cuando Gómez fue alcaldesa de Texcoco hubo un descuento a los salarios de los trabajadores y por ello una multa a su partido, a Morena, Delfina Gómez obtuvo 8 puntos más en las elecciones del domingo que la candidata de la alianza PRI-PAN-PRD-PANAL, Alejandra del Moral.

El justificado hartazgo con casi un siglo de malos gobiernos del PRI es tan grande que ni un fallo que comprueba un delito fueron suficientes para que los mexiquenses le dieran la espalda a Delfina.

También ganó porque hubo un buen operativo del partido, de Morena, y del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. El día de la elección hubo detenciones de funcionarios de los gobiernos de Veracruz y Michoacán en municipios del Estado de México con dinero en efectivo y listas de electores.

A ello hay que sumar que Delfina Gómez ha sido una política disciplinada que ha cumplido al pie de la letra la estrategia emanada desde Palacio Nacional. Acudió a sus mítines; estuvo cerca de la gente y se apegó al mensaje de sus coordinadores de campaña. No perdió el piso en ningún momento queriendo demostrar que la que manda es ella. Acudió a los debates y se apegó al discurso que se esperaba de ella, incluso superando las bajas expectativas que había sobre su capacidad para debatir.

  1. Va Por México dice que prácticamente empató con Morena al sumar los votos que obtuvieron en Coahuila y Estado de México. ¿Es una lectura correcta? Al día siguiente de las elecciones, la coalición dio una conferencia de prensa en la que celebraron el triunfo en Coahuila, que fue por una diferencia de 35.5 puntos porcentuales, la más holgada en 18 años. Sumaron los votos obtenidos por Morena-PT-Verde en EdoMex, con los obtenidos por Morena en Coahuila. Esto dio un total de 3 millones 548 mil 410 votos. Ese número lo compararon con la suma de votos del PRI-PAN-PRD en Coahuila y Estado de México, que fue de 3 millones 494 mil 061 votos. La diferencia de votos fue de 1.55 por ciento (o 54 mil 343 votos). La conclusión es que hay tiro ante tan marginal diferencia de votos.

Lo anterior es una lectura incorrecta porque la tendencia que hemos visto es de Morena ganando elección tras elección desde 2018. De las 23 gubernaturas que se han disputado en de este sexenio, Morena ha ganado 17. Por su parte, el PRI ha perdido todas, salvo Durango y Coahuila. Ha pasado de ser un partido que gobernaba a casi el 60 por ciento de la población a sólo gobernar poco menos del 4 por ciento, y esto en alianza. Estas pérdidas estatales implican también pérdidas en presupuesto. Tan solo pensar en el Estado de México, la diferencia del 1.5 que hacen hoy es irrisoria si pensamos en lo que significará el control de ese bastión para las elecciones del 2024.

Sería pertinente para la alianza hacer un ejercicio de autocrítica más que de autocomplacencia, tras el resultado del domingo, en donde es evidente que sus actuales liderazgos son insostenibles.

  1. ¿Qué significa la renuncia de Ebrard a la SRE? Al anunciar que dejará la cancillería el lunes próximo, Ebrard logra enviar el mensaje de que quiere unidad, pero que va en serio por la candidatura de Morena por la presidencia. Quiere que todas las “corcholatas” estén en piso parejo para competir en la encuesta del partido. Su salida no podía darse una vez que perdiera la encuesta porque el presidente lo culparía de generar división en Morena.

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Dijo el presidente en su Mañanera del lunes que su Plan C es pedirle a la ciudadanía que no vote por la oposición; que vote por Morena: “Hay un plan C, que no estén pensando que ya se terminó todo, que no se vote por el bloque conservador, ningún voto a los conservadores, sí a la transformación”.

AMLO hizo así un llamado al voto utilizando recursos públicos. Algo que él repudió vehementemente cuando lo hizo Vicente Fox en las elecciones presidenciales del año 2006: “Hay que cambiar de jinete, no de caballo” dijo el entonces presidente, pidiendo el voto por Felipe Calderón.

La indignada respuesta de Andrés Manuel López Obrador culminó hasta que se modificó el artículo 134 Constitucional, en su fracción VII, para incluir el Principio de Neutralidad Constitucional, el cual exige a todos los servidores públicos, empezando por el presidente, a que el ejercicio de sus funciones se realice sin sesgos, en cumplimiento estricto de la normatividad en materia electoral.

Hoy AMLO hace lo que en su momento tanto le reprochó a Vicente Fox.

En el 2015 López Obrador reclamaba los lazos familiares en puestos públicos. En su cuenta de twitter escribió: “Que nunca se permita el amiguismo, el influyentismo y nepotismo, ninguna de esas lacras de la política. MORENA debe ser faro de moralidad.

Ahora, ante la conformación de las quintetas para que de ahí salgan los nombres de los Consejeros Electorales del INE que sustituirán a Lorenzo Córdova, Ciro Murayama, Adriana Favela y José Roberto Ruiz Saldaña que concluyen su mandato la semana próxima, no importa que los que lleguen sean parientes de ni cercanos a integrantes de Morena y/o de su gabinete.

“Si pertenecen o participan con nuestro movimiento y no están impedidos, si no lo prohíbe la ley […] cualquiera que llegue será mejor que los que están actualmente. Lo importante es que sea gente íntegra, honesta. No, no eso de la experiencia”, dijo el presidente en su Mañanera cuando se le cuestionó la cercanía de varios de los posibles sustitutos de los consejeros salientes, incluyendo el presidente.

Entre los candidatos están Bertha Alcalde, la hermana de la secretaria de trabajo; Netzaí Sandoval, hermano de la ex Secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval; Guadalupe Álvarez Rascón, hija de un senador de Morena; Zircey Bautista Arreola, esposa del subsecretario de SEDATU; Guadalupe Taddei Zavala, tía del director de LitioMx y prima del Secretario de Bienestar de Sonora; Víctor Humberto Mejía y Jorge Montaño, ambos tabasqueños, cercanos al secretario de Gobernación, Adán Augusto López; y Bernardo Valle, cercano a la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum.

Tiene razón el presidente cuando dice que el parentesco con integrantes de un partido no es contrario a la ley electoral para ser Consejero del INE. Las preferencias políticas no necesariamente comprometen la ética, integridad ni la capacidad de los consejeros.

Pero, con la tendencia de destrucción, acaparamiento de las instituciones del actual gobierno que encabeza López Obrador, es muy complicado concederles a estos candidatos el beneficio de la duda.

Recordemos que López Obrador es el presidente que apoyó que la candidatura de Felix Salgado Macedonio a la gubernatura de Guerrero se la quedara su hija Evelyn, cuando se le retiró por no cumplir con la ley.

El nepotismo y el amiguismo ha sido una constante en el gobierno de López Obrador, a pesar de que antes lo reprobada. Hoy hace el presidente lo que como candidato y líder opositor señalaba como trampas de la Mafia del Poder.

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Los corruptos de hoy, los que son de Morena y/o cercanos al presidente López Obrador, son muy distintos a los corruptos que antes estaban en el poder.

Cuando salen audios de Alejandro Moreno, dirigente del PRI, hablando de, por ejemplo, como compraba a periodistas cuando era gobernador de Campeche, se muestra el modus operandi de los Priístas. Pero cuando salen videos como los que exhibió mi compañero Enrique Acevedo en el noticiero que conduce en Televisa, En Punto, que involucra a tres políticos del actual gobierno de Layda Sansores recibiendo fajos de billetes en las oficinas del gobernador interino un mes antes de la elección en Campeche de la que ella resultó ganadora, ahí se trata de una venganza política, no de un acto de corrupción.

El reportaje de Fátima Monterrosa es impecable. No solamente se trata de los videos en los que aparecen Raúl Pozos Lanz, Rocío Abreu Artiñano y Armando Toledo Hamid recibiendo millones de pesos en efectivo. Además muestra con fechas los brincos de estos personajes de sus anteriores partidos a Morena y a formar parte del gobierno de Sansores una vez que ella ganó la gubernatura. Para rematar, llamó a cada uno de estos personajes para preguntarles para qué era ese dinero.

Raúl Pozos Lanz recibe los fajos de dinero un mes antes de las elecciones, en mayo del 2021. Él fue integrante del PRI hasta diciembre 7 del 2020 cuando publica un video renunciando al partido. Al día siguiente, el 8 de diciembre, Layda Sansores publica otro video en el que le da la bienvenida a Morena. Un mes después, cuando gana la elección, nombra a Raúl Pozos Secretario de Educación del Estado. Cuando la reportera le llama para preguntar sobre los videos, su respuesta es que era dinero para cumplir las demandas de la ciudadanía. ¿Pues qué demandas debe cumplir pagando en efectivo? ¿Están registrados como gastos de campaña?

Rocío Abreu era senadora del PRI-PVEM. En 2018 renuncia y se va a Morena. Aparece en los videos en la misma oficina que Pozos Lanz, solo que ella lo hace en dos ocasiones. A la pregunta de Monterrosa sobre los fajos de billetes, la hoy senadora Morenista no sabe ni qué inventar. A duras penas alcanza a decir que era para pagar unos impuestos. Hasta donde sé, los impuestos no se pueden pagar en efectivo.

El otro hombre que aparece en los videos ni le tomó la llamada a Monterrosa. Armando Toledo Hamid acude a la misma oficina a recibir fajos de billetes. En septiembre del 2021, cuando Sansores asumió la gubernatura, fue nombrado Jefe de la oficina de la gobernadora.

Todo esto ocurre en la oficina de Carlos Miguel Aiza González, quien era gobernador interino de Campeche. Hoy es el Embajador de México en República Dominicana. Su hijo, Carlos Aysa Damas renunció al PRI y ahora es Diputado por Morena.

Así o más claro. Pero qué responden desde el gobierno a estos videos: que son producto de una venganza. Lo mismo que ha dicho el presidente cuando hemos visto a sus hermanos recibiendo videos. Ahí además la justificación fue que eran aportaciones para el movimiento.

Cuando se ha documentado el desfalco en la Secretaría de Educación Pública los pocos meses que estuvo al frente Delfina Gómez, el presidente la defiende diciendo que ella es impecable y la prueba es que vive en la misma casa de siempre.

Queda claro que cuando salen videos de “los otros”, son la prueba fehaciente de cuan corruptos son los conservadores. Cuando salen a la luz videos de los de Morena, los corruptos de este gobierno, éstos son producto de una venganza política.

Los corruptos de antes y los de ahora son diferentes solo en el grado de cinismo al pretender los de ahora darse baños de pureza y pretender justificar lo indefendible.

Si realmente hubiera un compromiso con combatir la corrupción, Delfina no sería la candidata de Morena en el Edo Mex y los tres personajes de los videos difundidos estarían ya fuera del gobierno de Campeche.

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