Tag

Nahlé

Browsing

Hay un dicho que se le atribuye a Winston Churchill que los grandes empresarios de México tienen muy presente desde que López Obrador se vio con grandes posibilidades de ganar la presidencia de México: “Muchos miran al empresario como el lobo que hay que abatir; otros lo miran como la vaca que hay que ordeñar; pero pocos lo miran como el caballo que tira la carreta.”

Lo tienen presente porque el presidente Andrés Manuel López Obrador lleva años viendo a los empresarios como el lobo al que hay que abatir. Y ahora, con el Acuerdo de Infraestructura presentado en Palacio Nacional ayer, en el marco de la mañanera, parece que el presidente los quiere ver como una vaca a la que hay que ordeñar. Quiere que inviertan a pesar de que las señales que han recibido de parte de su gobierno no son alentadoras.

El peor enemigo de la inversión es la incertidumbre y el gobierno de la 4T le inyecta sus buenas dosis cada vez que denosta a los empresarios y cada vez que cambia las reglas del juego con la mano en la cintura. Lo hizo al cancelar el NAIM de Texcoco; lo quiso hacer modificando los contratos de gasoductos y lo llevó a cabo ahora, con la modificación que hizo la Secretaria de Energía, Rocío Nahle, a las reglas para obtener Certificados de Energía Limpia, los famosos CELs.

Y aquí, en Rocío Nahle me detengo para mostrar, que si bien en Palacio Nacional se quiso mostrar que AMLO reconoce la importancia de la inversión privada y que los empresarios le van a meter su dinero a varios proyectos en México, las tensiones están tan a la vista que el documento que se presentó durante la conferencia en donde se enumeraron los 147 proyectos de infraestructura que equivalen a 859 mil 22 millones de pesos, venía con errores en donde los montos señalados no cuadraban con el total a invertir.

¿Por qué? Porque días antes de la presentación volvieron a aflorar los desencuentros entre, por un lado, los rudos y los técnicos del gabinete, y por el otro, entre los rudos del gabinete y los empresarios.

Del lado de los rudos, está Rocío Nahle; entre los técnicos están el Secretario de Hacienda, Arturo Herrera, y el Jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo. Herrera no tiene buena relación con Nahle por la necedad de construir la refinería de Dos Bocas. Basta recordar que Herrera fue quien declaró al Financial Times que en el 2020 no habría recursos para Dos Bocas, algo que al día siguiente le enmendó la plana el presidente López Obrador.

Alfonso Romo, por su parte, ha tenido que lidiar con el enojo de los empresarios por la modificación a las reglas de CELs que hizo Nahle, en beneficio de la CFE y en perjuicio de quienes invirtieron en el sector a partir de 2014 confiando en los incentivos que entonces les daban estos certificados.

Son varios los empresarios que le transmitieron a Romo que Nahle “ni picha; ni cacha; ni deja batear.” Con ella dentro del Acuerdo de Inversión en Infraestructura, los empresarios no estaban contentos. No le tienen confianza.

Así, al cuarto para las doce, el desencuentro con Nahle llevó a la decisión de sacarla del Acuerdo presentado ayer. Por eso, se modificaron las tablas con los montos a invertir en los distintos proyectos, dejando los sectores de energía en CEROS, pero omitieron hacer la corrección correspondiente en los totales.

 

Columna completa en El Universal

Recuerdo el hartazgo que comenzó a sentirse en Estados Unidos cuando Barack Obama era presidente y pasado más de un año de su llegada a la Casa Blanca, seguía culpando a su antecesor George W. Bush por los problemas económicos.

Obama repetía una y otra vez que “el día que asumí el cargo, enfrentamos $7.5 mil millones de dólares adicionales en deuda nacional como resultado de dos grandes recortes de impuestos, principalmente para los estadounidenses más ricos. También heredamos la peor recesión desde la Gran Depresión, que, incluso antes de tomar cualquier medida, agregó $3 mil millones de dólares adicionales a la deuda nacional”.

Esta oratoria llevó al hartazgo de más de uno que le preguntaban a Obama ¿hasta cuándo va a seguir culpando a su antecesor por los problemas del actual gobierno?

Esa misma pregunta que se hacían varios estadounidenses en 2009, me gustaría hacérsela hoy al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador: ¿Hasta cuándo los problemas de hoy seguirán siendo culpa del pasado neoliberal, de los antecesores conservadores y cuándo ya serán responsabilidad del actual gobierno? Hasta ahora, si
no son los expresidentes o sus empleados, AMLO apunta a las fallas como derivadas de algo o alguien más. Tan solo en la conferencia mañanera de ayer, el reporte con errores que dio la secretaria de Energía, Rocío Nahle, sobre las gasolineras que cobran más cara y más barata la gasolina, fue culpa de la Comisión Reguladora de Energía, la CRE.

El lunes, con bombo y platillo, AMLO le pidió a Nahle que leyera la lista completa de estaciones de servicio que venden la gasolina más cara y más barata. Cuando al día siguiente el reportero de Grupo Imagen le señaló al presidente que algunas de esas estaciones de servicio tienen meses de estar cerradas, AMLO excusó la información errónea aduciendo que ésta la habían obtenido de la CRE, un órgano independiente.

A los medios les tomó menos de 24 horas dar con la situación de las gasolineras cerradas. Si AMLO y la secretaria Nahle hubiesen querido hacer bien su presentación, incluso habrían mencionado no sólo las estaciones que venden más barato, sino las que han cerrado por estar suspendidas por presuntamente vender combustible robado.

Va tan solo un ejemplo. La gasolinera Servicio M&M, ubicada en el Estado de México, que, según la secretaria Nahle vende el litro de Magna muy barata, en 15.71 pesos, fue cerrada en agosto de 2017 por venta de combustible robado. Esta gasolinera es señalada como propiedad de María del Carmen Miranda Nava y Ricardo Víctor Mercado Galán, hermana y cuñado del exsecretario de Desarrollo Social, Luis Enrique Miranda Nava, gran compañero del expresidente Enrique Peña Nieto.

En lugar de reportar el dato correcto y colgarse no una sino dos medallas, una por señalar la corrupción y otra por realmente encontrar las gasolineras que venden más barato, AMLO optó por dar por bueno un reporte que ni se revisó, a pesar de que la advertencia de que se darían los datos se hizo con una semana de anticipación. Y cuando se da a conocer el error, la culpa no es de Nahle ni de AMLO, es de un órgano independiente: de la CRE.

Se entiende que cambiar a México no es un trabajo que sucederá de la noche a la mañana. Por ello, en lugar de estar señalando al pasado para justificar las fallas del presente, tendrá que llegar el momento en que se asuma la responsabilidad de gobernar hoy México. Presidente López Obrador, gobierne sin excusas por favor.

 

Columna completa en El Universal