Tag

petróleo

Browsing

La petrolera italiana Eni anunció hoy el hallazgo de un nuevo yacimiento de petróleo en nuestro país, que según sus estimaciones preliminares puede tener reservas de hasta 200 millones de barriles.

El descubrimiento se produjo en la zona de exploración llamada Yatzil en el bloque 7, en el bloque 10 en las aguas de profundidad media en Cuenca Salina Sureste, explicó la compañía en un comunicado.

Yatzil-1 EXP es el segundo pozo del Bloque 7 y el octavo pozo perforado con éxito por Eni en la Cuenca Sureste, aproximadamente a 65 kilómetros de la costa y 30 km de otros yacimientos.

El pozo fue perforado por la plataforma Valaris DPS5 Semisub en una profundidad de agua de 284 metros y alcanzó una profundidad total de 2,441 metros.

Yatzil-1 EXP encontró más de 40 metros de producción neta de petróleo de buena calidad, con excelentes propiedades petrofísicas confirmadas por una extensa recopilación de datos del subsuelo.

«Este resultado se produce después de los descubrimientos de Saasken y Sayulita en el Bloque 10 y confirma el valor de la cartera de activos mexicanos de Eni», detalló la compañía.

El proyecto de exploración del Bloque 7 está compuesto por Eni con una participación del 45%, Capricornio (30%) y Citla Energy (25%).

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) presumió entenderse “requetebién” con el secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Haitham Al-Ghais, a quien recibió en Palacio Nacional.

“Es la primera vez que una autoridad representante de países petroleros visita México. Nos entendimos bien, requetebién”, expresó el mandatario a través de su cuenta de Twitter.

En la reunión además estuvieron presentes funcionarios del gobierno federal, como la secretaria de energía, Rocío Nahle; el director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Octavio Romero Oropeza, y el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O.

Recordemos que en 2020, México alcanzó un acuerdo con la OPEP y otros países productores de petróleo (OPEP+) para reducir la producción a fin de estabilizar los precios del crudo, que se elevaron debido a la pandemia y la disminución de la demanda mundial de energéticos.

El año pasado, en 2022, López Obrador resaltó que el país recibió un “trato muy especial», luego de mantener su promesa de mantener una producción por debajo de 1.75 millones de barriles diarios, sin reducir su volumen.

«Nos dan un trato muy especial. La verdad es que los países de OPEP y de no OPEP todos redujeron su volumen de producción de petróleo y el único país que no redujo su volumen de producción fue México, explicamos las razones y nos respetaron», declaró el mandatario en octubre pasado.

La reunión llegó luego de conocerse que en el primer mes del año Pemex reportara la producción de 1.56 millones de barriles diarios de petróleo sin socios y de 1.85 millones de barriles diarios con privados.

Nuestro país es miembro observador de la OPEP desde 2016, lo que lo faculta a participar y asistir a las discusiones sobre los precios del petróleo y políticas relacionadas con el mercado global, aunque no es miembro pleno y no está sujeto a las mismas restricciones de producción.

Los países miembros de la OPEP producen casi el 42% del crudo en el mundo y administran más del 79% del total de reservas probadas.

El barril de crudo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) cotizó ayer en 94.05 dólares, un 2% más que su valor en la jornada anterior, informó este jueves la organización energética con sede en Viena.

El marcado encarecimiento tuvo lugar el mismo día en que la alianza OPEP+, integrada por los 13 miembros de la OPEP y los 10 países aliados, entre ellos Rusia, anunció que recortará su oferta petrolera en 2 millones de barriles diarios (mbd) a partir del próximo mes.

También otros tipos de crudo, como el Brent o el petróleo intermedio de Texas (WTI), reaccionaron con subidas al fuerte recorte decidido en Viena, equivalente al 2% de la oferta mundial.

Tras apreciarse más del 6% desde el lunes, el barril de Brent supera los 93 dólares, mientras que el del WTI roza los 88 dólares, sus precios más altos desde mediados de septiembre.

No obstante, distan de los picos en torno a los 110-120 dólares que llegaron a alcanzar a principios de junio, en medio de la crisis energética desencadenada por la invasión rusa de Ucrania.

Desde ayer, se adelantaba que la decisión de la OPEP+, que controla el 40% de la producción mundial de petróleo, causaría una subida en el precio de la gasolina en todo el mundo, que a su vez, aumentaría la incertidumbre económica y podría reforzar la guerra de Rusia en Ucrania. 

Según el acuerdo de la OPEP+, el recorte iniciará en noviembre de este año y se mantendrá hasta finales del 2023.

El acuerdo de la organización petrolera, señalan los expertos, es un revés al presidente Joe Biden, ya que significa un aumento en los precios de gasolina a un mes de las elecciones intermedias en el país. 

Ante ello, la Casa Blanca emitió un comunicado donde califica la situación como una decepción y aseguró que la decisión impactará más en los países de bajos y medianos ingresos, los cuales, se están recuperando de los elevados precios de la energía.

Pero, ¿qué hay detrás de este anuncio? En Broojula, Ana Paula Ordorica analiza la decisión de la OPEP+ con David Shields, experto en temas de energía.

La alianza OPEP+, liderada por Arabia Saudí y Rusia, acordó reducir su producción en 2 millones de barriles diarios (mbd), lo que supone el mayor recorte de la oferta petrolera desde mayo de 2020.

La decisión se adoptó en una conferencia ministerial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus diez naciones productoras aliadas, entre ellas Rusia, México y Kazajistán, siendo el primer encuentro presencial del grupo desde el inicio de la pandemia.

Además, los ministros participantes acordaron extender un año más su cooperación, con lo cual la alianza, creada en 2016 para hacer frente a la caída de los «petroprecios», se mantendrá al menos hasta fines de 2023.

En su declaración final, precisan que han acordado «ajustar a la baja la producción global en 2 mbd (…) a partir de noviembre» próximo.

Nominalmente, ese volumen equivale al 2% de la oferta mundial de crudo y es cerca del doble del que se esperaba en los mercados internacionales.

La razón es que la mayoría de los productores ya están bombeando menos de la cuota nacional establecida debido a problemas técnicos de capacidad derivados de inversiones insuficientes.

Así, se estima que en su conjunto, la alianza bombea entre 3.5 y 4 mbd por debajo de la cuota total establecida para octubre, de 43.85 millones de barriles diarios (mbd), que abarca el bombeo de 20 países, todos menos los miembros de la OPEP Venezuela, Irán y Libia, que están exentos del compromiso de limitar sus extracciones).

«No llegaremos a recortar 2 mbd, pero nos esforzaremos en esa dirección», admitió el presidente de turno de la OPEP, Bruno Jean-Richard Itoua.

Tras destacar que se ha intentado ajustar las cuotas a la capacidad de cada país, estimó que el recorte real será «algo entre uno y dos millones» de barriles diarios.

Aun cuando el recorte real vaya a ser al final menor que el anunciado, la medida supone un claro «no» a las naciones occidentales que vienen desde hace tiempo pidiendo a la OPEP que aumente la producción para abaratar los combustibles y la energía, y frenar así la inflación, en medio de la actual crisis energética.

Estados Unidos consideró que la OPEP y sus aliados «se han alineado con Rusia» al recortar la producción.

«Está claro que con la decisión de hoy la Opep+ se alinea con Rusia», dijo la portavoz de la Casa Blanca Karine Jean-Pierre.

Por su parte el presidente Joe Biden calificó la decisión como un «error», mientras que el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan y el principal consejero económico de Biden, Brian Deese, afirmaron en un comunicado que el mandatario «está decepcionado por la decisión corta de miras de la Opep+».

Todos los ministros presentes coincidieron en reiterar que el grupo solo tiene consideraciones técnicas, y no políticas, cuando toma sus decisiones, y defendieron el recorte con el argumento de que quieren atraer inversiones al sector.

«No estamos poniendo en peligro el mercado energético. Estamos suministrando seguridad y estabilidad al mercado de la energía», declaró en rueda de prensa el secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Haitham Al Ghais.

La OPEP+ volverá a reunirse el próximo 4 de diciembre.

La secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, celebró este viernes la decisión del G7 de apostar por poner topes al precio del petróleo ruso, una decisión que dijo, le quitará al presidente Vladímir Putin «ingresos para financiar su brutal» e «ilegal» guerra en Ucrania.

A través de un comunicado, Yellen celebró el deseo del grupo integrado por Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Canadá y Japón, que ayudará a que los precios mundiales de la energía bajen, aseguró.

«El G7 reducirá significativamente la principal fuente de financiación de Rusia para su guerra ilegal, mientras mantiene el suministro a los mercados energéticos mundiales al mantener el flujo de petróleo ruso a precios más bajos», apuntó la secretaria.

Y es que en una reunión virtual, los ministros de Finanzas del G7 reiteraron este viernes su propósito de reunir los apoyos necesarios para imponer un tope al precio del petróleo ruso.

«Buscamos una coalición amplia para maximizar la efectividad», dice el documento publicado en la página web del Ministerio de Finanzas alemán, que ejerce la presidencia de turno del grupo de los siete países más industrializados.

Yellen apuntó que espera que «en las próximas semanas» se implemente este límite de precios, que «es una de las herramientas más poderosas que tenemos para luchar contra la inflación y proteger a los trabajadores y las empresas en los Estados Unidos y en todo el mundo de futuros picos de precios causados ​​por interrupciones globales».

El G7 reiteró su solidaridad con Ucrania y la condena a la agresión rusa y constata que «los costes económicos de la guerra y los consiguientes aumentos de precios los sienten desproporcionadamente los grupos vulnerables en todas las economías y especialmente en aquellos países que ya afrontaban inseguridades alimentarias y desafíos fiscales».

Asimismo los ministros se mostraron convencidos de que el efecto de las sanciones que ya se han impuesto a Rusia aumentará con el tiempo y aseguraron que seguirán velando por el cumplimiento de estas.

Además, recordaron que en la cumbre de Elmau de junio pasado los líderes del G7 subrayaron que se esforzarían por evitar que Rusia se beneficie de su guerra de agresión y, ahora, en el marco de ese compromiso, proponen que el transporte de petróleo ruso y sus derivados solo se permita a nivel mundial si los productos se venden por debajo de un precio tope.

«El precio tope estará específicamente diseñado para reducir los ingresos rusos y la capacidad de Rusia para financiar su guerra de agresión a la vez que limite el impacto de la guerra en los precios globales de la energía, particularmente para los países de bajos y medianos ingresos», señala el documento.

Rusia amenazó hoy con suspender el suministro de petróleo y productos derivados del petróleo a los países que decidan limitar el precio del crudo ruso.

«Si imponen restricciones a los precios, simplemente no suministraremos petróleo y productos derivados de petróleo a las empresas o Estados que las imponen, ya que no trabajaremos de manera no competitiva», dijo el viceprimer ministro Alexander Novak.

Y es que los ministros de Finanzas de los países del G7 (EUA, Alemania, Francia, el Reino Unido, Italia, Canadá y Japón) debatirán mañana la idea de poner un precio límite a las exportaciones de petróleo ruso para evitar que el Kremlin se haga con cuantiosos ingresos a medida que aumenta el precio del barril de crudo.

Novak calificó las propuestas de imponer un tope al precio del petróleo ruso de «completamente absurdas», y agregó que la medida podría destruir por completo el mercado mundial del crudo.

«La interferencia en los mecanismos de mercado de una industria tan importante como la industria petrolera, que es la más importante en términos de garantizar la seguridad energética de todo el mundo, solo desestabilizará el mercado petrolero», afirmó el funcionario ruso.

Novak señaló que aquellos consumidores europeos y estadounidenses que ya están pagando altos precios por la energía ahora, serán los primeros que paguen por la medida. «Esto arruinará por completo el mercado», enfatizó el viceprimer ministro.

La Unión Europea (UE) adoptó formalmente este viernes su sexto paquete de sanciones contra Rusia, que incluye un embargo progresivo sobre la mayor parte de sus importaciones de petróleo ruso, después de semanas de intensas negociaciones con Hungría.

Los documentos del paquete de medidas fueron publicados en el Diario Oficial de la UE precisamente al cumplirse 100 días del inicio de las operaciones militares rusas en Ucrania.

El paquete remueve al mayor banco ruso, Sberbank, del sistema interbancario Swift, una pieza esencial para procesar pagos y transferencias internacionales, y amplía la lista de personas y entidad rusas sancionadas.

Entre las personas sancionadas se destaca el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, y su familia. Finalmente, veta las transmisiones de tres cadenas de TV rusas (Rossiya RTR, Rossiya 24, y TV Centre International) en el espacio de la UE.

También incluye en la lista negra europea a la exgimnasta Alina Kabaeva, a quien se atribuye una proximidad con el líder ruso, Vladimir Putin, negada por el Kremlin. En cambio, también por presión de Hungría, la UE retiró la propuesta de incluir entre los sancionados al líder de la Iglesia Ortodoxa Rusa, el patriarca Kirill.

La propuesta original de la Comisión Europea establecía un embargo total de las compras europeas de petróleo ruso hasta el fin de este año, pero la idea se enfrentó a la oposición de Hungría, que temía por su seguridad energética.

La salida fue limitarlo inicialmente al petróleo que llega a la UE por vía marítima, excluyendo así el oleoducto que abastece a Hungría, en un paso que afecta más de dos tercios de las compras europeas de crudo ruso.

Además, Alemania y Polonia se comprometieron a renunciar aún este año a la parte de sus importaciones de crudo que llega por oleoducto, y de esa forma la UE estima que afectaría hasta el 90% de las importaciones petroleras provenientes de Rusia.

El cese de importaciones por barco de crudo se producirá en un plazo de seis meses y el de derivados del petróleo en un plazo de ocho meses. El suministro por tubería, en cambio, podrá continuar en forma temporal aunque sin que se haya fijado un plazo para tres países sin salida al mar: Hungría, Eslovaquia y República Checa.

Se trata de una concesión especial para Hungría, que depende en un 65% de su consumo de petróleo ruso que llega por el oleoducto Druzhba y que ha luchado por obtener garantías para su seguridad energética.

El acuerdo también prevé en caso de que se detenga el oleoducto de Druzhba, que atraviesa territorio ucraniano, se adoptaría una exención especial para los países afectados por el embargo por vía marítima.

Para hacer más efectivo el embargo, se prohibirá la reventa de productos petrolíferos derivados del crudo ruso en un plazo de ocho meses dentro de la UE y a terceros países. Debido a su dependencia, ese plazo será de 18 meses para la República Checa.

Debido a la demora en negociar el embargo, Rusia ha minimizado su impacto en las finanzas rusas, afirmando que los europeos serán «los primeros en sufrir».

El presidente Joe Biden, anunció este viernes que 30 países se unirán a Estados Unidos para poner «decenas de millones» de barriles de petróleo en el mercado para frenar la subida de precios por la guerra en Ucrania.

«Las naciones se están uniendo para impedir que (el presidente de Rusia, Vladímir) Putin use como arma sus recursos energéticos», afirmó el mandatario en declaraciones a la prensa en La Casa Blanca.

Biden reveló que este mismo viernes 30 naciones llegaron a un acuerdo para aumentar la oferta de petróleo en el mercado, satisfacer la demanda e intentar bajar los precios.

No reveló de qué naciones se trata, pero ayer La Casa Blanca adelantó que Estados Unidos estaba conversando con la treintena de países que forman parte de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

Los miembros de la AIE celebraron este viernes una reunión extraordinaria para discutir posibles acciones para dar estabilidad al mercado petrolero internacional.

Esa reunión se produce solo un día después de que Biden ordenara la liberación de una cantidad récord de la reserva de petróleo de su país (un millón de barriles diarios durante los próximos seis meses) para intentar frenar la subida de precios.

El plan de Biden servirá para añadir al mercado global un total de 180 millones de barriles de petróleo (1 millón al día durante 180 días o 6 meses), pero el impacto podría ser relativo porque la aportación de Estados Unidos solo supone un 1% de la demanda global.

Además, Rusia ha dejado de poner en el mercado unos 3 millones de barriles al día.

Biden reveló ayer que estaba coordinándose con sus aliados de todo el mundo y esperaba que otras naciones aportaran entre 30 y 50 millones de barriles de crudo.

La AIE ya acordó el pasado 1 de marzo, una semana después de la invasión rusa de Ucrania, liberar 60 millones de barriles de petróleo de las reservas estratégicas de sus miembros en todo el mundo. En ese momento, Estados Unidos puso en el mercado 30 millones de barriles de crudo, justo la mitad de lo que acordó la AIE.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reconoció este martes que defender la democracia ante la invasión rusa de Ucrania va a suponer costos para los estadounidenses, en referencia al notable aumento del precio del combustible registrado en los últimos días

Y es que el precio promedio de la gasolina alcanzó la cifra récord de 4.17 dólares el galón (cuatro litros) en Estados Unidos.

El precio subió diez centavos de dólares en un día y 55 centavos desde la semana pasada, según la Asociación Estadounidense del Automóvil (AAA). El precio más alto jamás registrado hasta ahora en Estados Unidos era de 4.10 dólares el galón, alcanzado el 17 de julio de 2008.

La creciente demanda y una reducción en el suministro como consecuencia de la invasión de Ucrania por parte de Rusia contribuyen a la subida de precios, lo mismo que el incremento de los precios del petróleo.

El precio de referencia del crudo de Estados Unidos subió un 8% este martes, hasta más de 129 dólares el barril.

«Defender la democracia va a implicar costos, y nos va a suponer costos a nosotros también», sostuvo Biden en un discurso desde La Casa Blanca, en el que anunció la prohibición de las importaciones de petróleo y gas natural procedentes de Rusia.

Los estadounidenses importan 100,000 barriles de petróleo ruso diarios, según Rystad Energy. El año pasado, el 8% de las importaciones estadounidenses de petróleo y sus derivados provinieron de Rusia.

Cualquier reducción de las importaciones de petróleo ruso hará subir más todavía los precios del petróleo y la gasolina.

Analistas creen que los precios del crudo podrían llegar a 160 dólares, e incluso 200 dólares, el barril si Occidente deja de importar combustibles de Rusia.

El embargo sobre la importación estadounidense de petróleo y gas rusos, dijo Biden, servirán para aumentar las sanciones impuestas a Rusia y «asestar otro duro golpe» al presidente Vladimir Putin.

La decisión se tomó «en estrecha coordinación» con los aliados de Estados Unidos, precisó el mandatario. «No contribuiremos a subvencionar la guerra de Putin».

Por el momento, Europa se niega a decretar un embargo sobre estas importaciones rusas, que cubren el 40% de sus necesidades de gas natural y el 30% de petróleo.

«Podemos tomar esta decisión, mientras que otros no pueden», explicó Biden al recordar que Estados Unidos es un exportador neto de energía, es decir que produce más petróleo y gas del que consume, recordó Joe Biden. «Pero trabajamos estrechamente con Europa y nuestros socios para poner en marcha una estrategia a largo plazo para reducir su dependencia de la energía rusa».

En el mismo sentido se pronunció este marte el gobierno de Reino Unido, quien informó que dejará de importar petróleo y derivados petrolíferos rusos a fines de 2022.

«Esta transición dará al mercado, a las empresas y a las cadenas de suministro tiempo más que suficiente para sustituir las importaciones rusas, que representan el 8% de la demanda del Reino Unido», tuiteó el ministro de Empresas y Energía, Kwasi Kwarteng.

La decisión británica no concierne al gas natural ruso, que representa un 4% del consumo en el Reino Unido. Pese a todo, Kwarteng afirmó estar «explorando opciones para terminar» también con esas compras.

Esta decisión amenaza con agravar la crisis del costo de la vida en el Reino Unido, donde los precios de la gasolina y el gasóleo ya se han disparado por la agitación de los mercados tras la invasión rusa a Ucrania.

Pero Kwarteng aseguró que la mayor parte de las importaciones británicas de crudo proceden de «socios fiables» como Estados Unidos, Países Bajos y los países del Golfo Pérsico. «Trabajaremos con ellos este año para asegurar más suministros», afirmó.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) destacó esta mañana un «balance positivo» en las finanzas públicas por los excedentes del precio del crudo, que está al doble de lo presupuestado por el gobierno ante la crisis de Ucrania.

“No tenemos necesidad de aumentar los precios de las gasolinas porque se compensan los subsidios que estamos dando a la gasolina con los excedentes del precio del petróleo crudo. Entonces estamos haciendo un balance y es positivo para la Hacienda Pública», declaró en su conferencia matutina.

El mandatario destacó que la mezcla mexicana de crudo ronda los 115 dólares por barril, el nivel más alto desde el sexenio de Felipe Calderón.

El precio contrasta con lo proyectado en el presupuesto oficial de Hacienda de 2022, que contempla un precio de 55.1 dólares por barril e ingresos petroleros por más de 1,087 billones de pesos.

Ante el alza de costos, el gobierno decretó el pasado fin de semana un estímulo fiscal de 100% al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que pagan los consumidores por la gasolina Magna y el diésel.

“La mayor parte (de los excedentes) va a compensar lo que podría significar los incrementos en los precios de los combustibles. Para decirlo con claridad, lo utilizaríamos para subsidiar los combustibles”, explicó López Obrador.

El presidente insistió en que a México «no afecta» la crisis económica derivada de la invasión de Rusia en Ucrania que inició hace dos semanas.

«No vamos a tener problemas de aumentos de precios en combustibles ni en energía eléctrica a pesar de la invasión y de la guerra en Ucrania. Nosotros no vamos a aumentar los precios de las gasolinas, del diésel, ni el precio de la luz para que estemos tranquilos por eso», sostuvo.

El mandatario aseguró que su gobierno «logró detener la caída» que se produjo por 14 años consecutivos en la extracción de petróleo. Además, afirmó que han reducido en un 45% las compras de gasolinas del extranjero con la inversión hecha para rehabilitar las seis refinerías existentes, la compra de Deer Park en Houston, y la construcción de la nueva refinería en Dos Bocas.

“Tenemos suficientes reservas de petróleo, entonces se está exportando petróleo y estamos obteniendo excedentes y van a ser más esos excedentes de venta de petróleo crudo, alrededor de 900,000 barriles diarios», detalló.

El presidente Joe Biden decidió prohibir las importaciones de petróleo ruso, endureciendo el costo económico a Rusia por la invasión de Ucrania, según revelaron este martes medios estadounidenses.

La medida se da luego de las peticiones del presidente ucraniano Volodmyr Zelenskyy a Estados Unidos y aliados occidentales para cortar las importaciones, lo que eran una omisión flagrante de las fuertes sanciones impuestas a Moscú por la invasión.

Y es que las exportaciones de energía han mantenido una afluencia constante de flujo de efectivo a Rusia a pesar de las severas restricciones en su sector financiero.

Biden anunciará la medida este mismo martes, según las fuentes consultadas por medios como CNN. La Casa Blanca anunció que en efecto Biden hablará a la nación sobre «medidas para que Rusia rinda cuentas por su guerra no provocada e injustificada contra Ucrania».

Estados Unidos tomará la medida por su cuenta, aunque realizó consultas con aliados europeos que dependen más de la energía exportada por Rusia. El gas natural ruso comprende un tercio del consumo europeo de ese combustible. Estados Unidos no importa gas natural de Rusia.

No se sabe aún qué países se sumarán a esta sanción. Alemania anunció ayer que no apoyaría la medida, alegando la dependencia a los energéticos rusos.

Cuando estalló el conflicto hace dos semanas, Biden explicó que era renuente a prohibir la importación de energía rusa porque no quería provocar un aumento en el precio de la gasolina.

Antes de la invasión, las exportaciones de gas y petróleo comprendían más de un tercio de los ingresos económicos del gobierno ruso.

Los precios de los energéticos se han disparado desde la invasión a pesar de la decisión de gobiernos occidentales de liberar reservas estratégicas, con lo cual las exportaciones rusas se han vuelto aun más lucrativas.

Recordemos que Estados Unidos y aliados han impuesto sanciones a los principales bancos rusos, al Ministerio de Finanzas ruso y a su Banco Central, y han buscado cortar a Rusia del sistema internacional de mensajes financieros SWIFT.

Pero las normas emitidas por el Departamento del Tesoro permiten las transacciones rusas para exportar energéticos, mediante bancos no sancionados que no están basados en Estados Unidos, a fin de minimizar las perturbaciones en los mercados energéticos mundiales.

Rusia es el mayor exportador del mundo de gas natural y el segundo mayor exportador de petróleo crudo.

El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) abrió este lunes con una subida del 1.49% y se situaba en 117.40 dólares ante la posibilidad de que Estados Unidos y sus aliados occidentales impongan sanciones a las importaciones de petróleo y gas natural ruso.

Esta mañana, en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), los contratos futuros del WTI para entrega en abril añadían 1.72 dólares por barril respecto al cierre del viernes, que terminó con una subida semanal en torno al 25% debido a la guerra en Ucrania.

Durante la sesión en Europa y Asia, el crudo Brent alcanzó los 139.13 dólares el barril, en tanto que los futuros del West Texas Intermediate (WTI) de Estados Unidos llegaron a 130.50 dólares. Los dos contratos de referencia tocaron techos no vistos desde julio de 2008.

Los precios del crudo, el gas natural y la gasolina se han disparado hasta sus niveles más altos en una década tanto en Estados Unidos como en Europa por el temor a una reducción en el suministro derivada del conflicto armado que inició el gobierno ruso en Ucrania, que cumple hoy su día 12.

Los precios mundiales del petróleo se han disparado más del 60% desde principios de 2022, junto con otros productos básicos, lo que genera preocupaciones sobre el crecimiento económico mundial y una estanflación.

Analistas de JP Morgan dijeron que el petróleo podría subir a 185 este año dólares, en tanto que expertos de Mitsubishi UFJ Financial Group Inc (MUFG) estimaron que el crudo podría llegar a 180 dólares y provocar una recesión mundial.

Rusia, uno de los líderes en exportación de crudo y productos petrolíferos del mundo, enfrenta duras sanciones por parte de Estados Unidos, Europa y sus aliados por la invasión a Ucrania y está experimentando dificultades para vender sus combustibles aunque el castigo no se aplique a su sector energético.

Los aliados occidentales estarían contemplando ahora dar un paso más en esa dirección y prohibir de manera coordinada las importaciones de petróleo y gas rusos, según dijo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en una entrevista con CNN.

Al respecto, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha reivindicado este lunes la importancia de imponer un nuevo paquete de sanciones contra Rusia por la invasión de Ucrania y ha exigido boicotear las importaciones y exportaciones, especialmente de petróleo, procedentes del país.

En un nuevo mensaje a la nación, Zelenski señaló que» si la invasión continúa y Rusia no abandona sus planes contra Ucrania será necesario imponer una nueva batería de sanciones contra la guerra y a favor de la paz», además de «boicotear las exportaciones».

Así, ha manifestado que muchos lo llamarán «embargo», pero también podría llamarse «moralidad». «Se trata de negarse a dar dinero a un terrorista», sostuvo en relación al presidente ruso, Vladimir Putin.

«Si no quieren seguir las reglas del mundo civilizado, no deben recibir bienes y servicios del mundo civilizado. Que la guerra les alimente», añadió.

Una coalición de once gobiernos nacionales y subnacionales acordaron este jueves en la cumbre del clima de la ONU COP26 poner fin a la concesión de nuevas licencias para la exploración y explotación de petróleo y gas en los territorios bajo su jurisdicción.

En una iniciativa impulsada por Dinamarca y Costa Rica, llamada «Beyond Oil and Gas Alliance» (Alianza más allá del petróleo y el gas, BOGA, en inglés), once Ejecutivos (más otro en concepto de ‘amigo’) se han comprometido a acabar con la explotación de estos recursos fósiles «en una transición justa y bien gestionada».

Según se anunció en una rueda de prensa, además de esos dos socios fundadores, se adhieren al grupo como «miembros principales» Francia, Irlanda, Suecia, Gales (Reino Unido), Québec (Canadá) y Groenlandia. Además, Nueva Zelanda, California (Estados Unidos) y Portugal son miembros «asociados» e Italia se une de momento como «amigo de BOGA».

Los miembros principales de la alianza se comprometen a poner fin a la concesión de nuevos permisos de exploración, mientras que los asociados deben demostrar que realizan esfuerzos para su eliminación progresiva, como el fin de las subvenciones.

Además, Italia se unirá como “amigo”, lo que, según la organización, implica que apoya sus objetivos.

En el acto de presentación, celebrado en las instalaciones de la COP26, el Ministro de Clima, Energía y Servicios Públicos de Dinamarca, Dan Jørgensen, declaró que su gobierno pondrá “fin a la era fósil”, no porque “no haya más petróleo disponible”, sino porque “es lo que hay que hacer”.

Destacó que, para su país, “uno de los principales productores europeos de petróleo”, esta será “una decisión cara pero acertada” debido a que tendrán que afrontar “la transformación del sector fósil”.

La ministra de Medio Ambiente y Energía de Costa Rica, Andrea Meza, dijo que, a pesar de que su país no es productor de petróleo, dispone de reservas, unos depósitos que prohibieron explotar hace 20 años. Meza aseguró haber recibido “mucha presión para revertir esa norma”, por lo que blindará esa decisión con la aprobación de una nueva ley en ese sentido.

La ministra costarricense se reafirmó en la decisión de formar parte de BOGA porque “cada dólar fósil es un dólar menos para la conservación de la naturaleza”.

Suecia, también miembro principal de esta alianza contra el gas y el petróleo, representada por su ministro de medio ambiente y clima, Per Bolund, dijo que el futuro es renovable y que su país aprobará el próximo verano una ley que fijará la prohibición de la búsqueda de combustibles fósiles.

La ministra de transición ecológica de Francia, Barbara Pompili, explicó en un comunicado que respetar el Acuerdo de París significa alejarse de dos siglos de civilización de combustibles fósiles en unas pocas décadas. Señaló que “en Francia, dos tercios de la energía consumida siguen siendo de origen fósil”, por lo que deberán “lograr una transformación completa de su economía”.

Algunos países han rechazado la invitación a unirse a la coalición, en particular el Reino Unido, que ha sido el anfitrión de la presidencia de la COP26 de Glasgow, pero ha decidido no poner una fecha de finalización a la eliminación del petróleo y el gas.

El investigador del E3G, grupo de expertos independiente europeo, Euan Graham señaló que la alianza BOGA representa un cambio muy esperado en la geopolítica ya que los países se están dando cuenta de los esfuerzos que hay que hacer para «alinear la producción de petróleo y gas» con el objetivo de contener el ascenso de la temperatura en 1.5 grados.

Foto: Twitter @catabreu_

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) indicó este martes que la recuperación de la demanda mundial de crudo, desplomada hace un año por la pandemia de la COVID-19, se logrará plenamente en el cuarto trimestre del 2021.

«Prevemos que la demanda sobrepasará los 99 millones de barriles diarios (mbd) en el cuarto trimestre, lo que nos situaría en niveles previos a la pandemia», afirmó el secretario general de la OPEP, Mohamed Barkindo.

El consumo petrolero aumentará este año en casi un 6.8% (3.3 mbd) en los países fuera de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y en un 6.4% (2,7 mdb) en la propia OCDE, precisó.

Barkindo facilitó esas estimaciones ante el Comité Conjunto de Supervisión Ministerial (JMMC) de la llamada OPEP+ (la OPEP y 10 productores aliados), en una breve sesión previa a la conferencia de los ministros de los 23 países integrantes de esa alianza.

Tras revisar la situación actual del mercado petrolero, el JMMC recomendó a las delegaciones mantener sin cambios el plan acordado en abril para restablecer de forma gradual y controlada parte del recorte de producción vigente. Ello implica un aumento del bombeo conjunto en 2,141 mbd hasta julio, que comenzó ya en mayo.

Tras una subida de 350,000 bd en mayo, el pacto prevé otros 350,000 barriles diarios adicionales en junio y 441,000 bd en julio, a lo que Arabia Saudí añadiría además otros 250,000 bd en mayo, 350,000 bd en junio y 400,000 bd en julio.

Según el JMMC, en abril los países del grupo cumplieron con los recortes pactados en un 114%.

Paralelamente a las negociaciones de la OPEP+, los precios del crudo se disparaban hoy, entre otras cosas por algunos indicios de que el esperado acuerdo para salvar el pacto nuclear iraní podría atrasarse o estancarse. Con ello, se alejaría el momento en el que los barriles iraníes bloqueados por las sanciones estadounidenses puedan al mercado mundial de crudo.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) aseguró este lunes que su intención es no vender petróleo al extranjero al final de su mandato y apostar por la «autosuficiencia» en la generación de combustibles.

«Ya tomamos la decisión de no vender petróleo crudo a finales del Gobierno (en 2024). Toda la producción la vamos a procesar en nuestro país y no va a haber una sobreexplotación de crudo, porque queremos dejar reservas de crudo a las futuras generaciones», sostuvo el mandatario en su conferencia matutina.

López Obrador indicó que maneja «una política distinta, nueva» basada en una gestión del petróleo «muy racional y muy acorde con la protección y la defensa del medioambiente porque son recursos no renovables», por lo que la producción estará lejos de los 3 millones de barriles diarios y se quedará en los 2.2 o 2.4 millones.

«Lo que queremos es ser autosuficientes en producción de gasolinas, de diésel, ya no comprar las gasolinas y el diésel, procesar toda nuestra materia prima y solo lo que se necesita para el consumo interno», insistió.

Además, López Obrador aseguró que pretende alentar las fuentes de energía renovables sin malos negocios o «chuecos» con empresas privadas, como él los definió, ni «eólicas subsidiadas».

«Estamos pensando rehabilitar las (centrales) hidroeléctricas, que es energía limpia, renovable y de bajo costo. Tenemos las grandes presas, tenemos la infraestructura. Ese es el plan hacia adelante», añadió.

Pese a la información que ha circulado en distintos medios, el presidente defendió que la producción de Pemex no ha bajado este año pese a la crisis del coronavirus y el recorte de 100,000 barriles diarios durante mayo y junio que México asumió en un acuerdo con la alianza OPEP+.

«Al contrario, se detuvo la caída, porque durante 14 años se venía cayendo la producción petrolera. Ya el año pasado no sucedió esto, ya no se cayó la producción. Y este tampoco», aseguró.

López Obrador ha tratado de rescatar a Pemex, considera la petrolera más endeudada del mundo, desde que llegó al gobierno en diciembre de 2018 y tiene en marcha un plan para mejorar la capacidad de refinación de la compañía estatal.

La construcción de la nueva refinería de Dos Bocas, al sur del país, es una de las obras más importantes que está llevando a cabo su administración, además de haber iniciado un proceso de rehabilitación de las seis refinerías ya existentes.

El presidente también anunció esta mañana la entrada en vigor de una nueva norma para garantizar que las estaciones de servicio de combustible vendan litros completos a los consumidores.

Explicó que los distribuidores habían gozado de una prórroga de casi dos años y, de acuerdo con el reporte semanal de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), en distintas regiones de la República algunos no cumplieron con la regularización e incluso continúan colocando artefactos para manipular el volumen de combustible despachado.

Al presentar el informe comparativo de marcas y precios, el titular de la Profeco, Ricardo Sheffield Padilla, recordó que el periodo de gracia concluirá en octubre.

AMLO reafirmó que para su gobierno es fundamental mantener estables los precios de los combustibles para evitar aumentos en productos y servicios que pudieran afectar a la población.

Aseguró que a casi dos años de administración “existe el compromiso de no aumentar en términos reales los precios de los combustibles, del gas, de la luz y hemos cumplido. A pesar de la pandemia no ha habido gasolinazos ni aumentos excesivos, desproporcionados en energéticos”, sostuvo.

La OPEP proyectó este miércoles que la histórica caída anual del consumo petrolero a raíz de la pandemia de coronavirus será mayor a la prevista hace un mes, al pasar del 8.03% al 9.09%.

Esta revisión es atribuida a que el freno de las actividades económicas «en algunos países» fue durante el segundo trimestre mayor de lo estimado inicialmente, indica la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en su informe mensual.

Calcula ahora que la demanda mundial de petróleo promedie los 90.6 millones de barriles diarios (mbd) en todo 2020, después de haber rozado los 100 mbd en 2019. el desplome es de 9.1 mbd, 100,000 bd más que lo calculado en el informe anterior.

Pese a la cifra ajustada, la previsión es de una constante mejora: desde los 81.84 mbd del pasado trimestre, el consumo de crudo sube hasta 92.10 mbd en el trimestre actual y a 95.83 en los últimos tres meses del año.

Para 2021, la OPEP espera, en base a una mejora de la situación epidemiológica en el planeta, un incremento interanual de 7 mbd, hasta una media de 97.63 mbd.

Dichos pronósticos parten del escenario de que «el Covid-19 será contenido en gran medida a nivel mundial, sin mayores trastornos para la economía global», resaltan los expertos de la organización.

No obstante, recuerdan la incertidumbre que aún prevalece sobre la evolución futura de la pandemia y su impacto en el mercado petrolero, por lo que estiman necesario que los productores del llamado «oro negro» mantengan limitada su oferta y que los consumidores incentiven el consumo energético.

A este respecto, no solo se refieren al recorte de suministros pactado en abril por los trece miembros de la OPEP y sus diez aliados independientes, entre ellos Rusia, que rige desde mayo pasado, sino que también esperan que otros productores rebajen su bombeo para apuntalar la cotización del barril.

«De cara al futuro, la evolución de los precios del crudo y de los productos en el segundo semestre del año seguirá viéndose afectada por la preocupación por una (eventual) segunda oleada de infecciones y el aumento de las existencias (reservas de crudo) mundiales», advierten.