Tag

semáforo

Browsing

Es entendible que conforme avanza la pandemia nos damos cuenta, tanto autoridades como población en general, que hay medidas que se adoptaron y fueron inútiles y otras que se adoptaron y ya agotaron su función. Hay sin embargo medidas adoptadas, que han sido inútiles y que se siguen manteniendo en pie. En esta categoría está el semáforo epidemiológico anunciado con bombo y platillo el 1º de junio del 2020.

Al concluir la Jornada de Sana Distancia y darle sepultura a la caricatura de Susana Distancia, nació el semáforo con sus cuatro colores: rojo, para indicar un estado con alto riesgo de contagios y por ello, significaría cierre de actividades económicas, sociales y educativas. El naranja sería un escalón menor de contagios y muerte y por ello habría un cierre parcial con aforo del 50% en las actividades. El amarillo significa aforo del 75% en las actividades al haber una reducción en casos, contagios y hospitalizaciones y el verde sería prácticamente un regreso a la normalidad salvo el uso de cubrebocas que permanecería obligatorio en transporte público.

Han pasado 20 meses desde ese anuncio y resulta que el semáforo epidemiológico sigue siendo una herramienta que el gobierno de López Obrador continúa utilizando a pesar de lo inútil que ha resultado porque los primeros en no seguir los lineamientos del semáforo han sido el presidente, que no usa cubrebocas salvo cuando se sube a un avión, y los gobiernos estatales.

El caso emblemático es el de la Ciudad de México en dónde en este momento estamos en color amarillo del semáforo pero todo opera con un aforo normal. El viernes pasado la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum de plano omitió el anuncio sobre el color del semáforo. Se espero a que fuera la Secretaría de Salud Federal la que definiera el color, que es irrelevante.

“Es importante adelantar que nuestra estrategia es vacunar y darle información a la ciudadanía para protegernos, que no se va a cerrar ninguna actividad cualquiera que sea el color del semáforo”, dijo Sheinbaum en su conferencia del viernes 21 de enero.

Actualmente hay solo un estado de la república en color rojo: Aguascalientes. Y ¿qué es diferente ahí respecto del resto del país, en donde se marca el norte casi todo naranja; el centro y Yucatán en amarillo y el resto del país en verde? Realmente es difícil de saber. Aún cuando el gobierno habló de diez criterios para definir el color del semáforo, no hay información clara de cómo evolucionan éstos. Además, el color del semáforo se define para dos semanas. Así, suban o bajen los casos en cada estado, el color permanecerá igual desde el pasado lunes 24 hasta el 6 de febrero.

El Consejo Nacional de Salud para el Bienestar (Conasabi), un órgano técnico encabezado por el secretario de Salud, Jorge Alcocer, es el que supuestamente define los criterios del semáforo. Pues este órgano no cuenta ni siquiera con una cuenta de twitter y en la página de la Secretaría de Salud aparece que la última reunión que sostuvieron fue en marzo del 2021.

En lugar de estar perdiendo el tiempo y recursos con un semáforo inútil porque no da información relevante y porque su color no es respetado por prácticamente nadie, valdría la pena que la Secretaría de Salud comience a pensar en cómo hacer que las vacunas estén disponibles para más ciudadanos en centros de salud y farmacias. Estar montando y desmontando sitios para vacunación que siguen limitados a edades y apellidos es caro e ineficiente cuando ya sabemos que la vacunación contra COVID va a tener que hacerse cuando menos una vez al año.

Columna completa en El Universal

Claudia Sheinbaum dijo que naranja; Hugo López-Gatell dijo que rojo. Se refieren ambos al color del semáforo epidemiológico para la Ciudad de México. Y dejan a la vista las profundas incongruencias; improvisaciones y rencillas dentro del gobierno de la 4T. Además, nos han mostrado de qué lado está el presidente Andrés Manuel López Obrador.

El semáforo epidemiológico se anunció en junio del 2020. El color lo definía la Secretaría de Salud en ese momento de acuerdo con varios lineamientos, entre ellos tasas y tendencias de contagios, hospitalizaciones y muertes. Al haber 93 mil casos y 10 mil muertes, el país entero arrancó en rojo, alerta máxima, salvo Zacatecas que estaba en naranja.

La Ciudad de México dejó de estar en rojo y pasó a naranja el 29 de junio del 2020 cuando había 220 mil 600 casos y 27 mil 121 muertes reportadas en el país. Todo para volver a regresar al rojo, con cierre de actividades, a partir del 19 de diciembre del 2020 ante el aumento de casos y muertes: 1 millón 313 mil y 117 mil 876 respectivamente.

Esto aún cuando apenas el 11 de diciembre López-Gatell había dicho que el color del semáforo era “hasta cierto punto intrascendente”, que estábamos en alerta por COVID19 y que por ello debíamos cuidarnos.

Ahora que estamos en la tercera ola con 3 millones de casos y casi 245 mil muertes el Subsecretario Hugo López-Gatell dijo que la CDMX y otros seis estados regresaban a rojo en el semáforo epidemiológico a partir del lunes pasado. Lo hizo utilizando datos de CONACYT que estima, entre otras cosas, la tasa de reproducción efectiva de COVID19. Los lineamientos completos para definir el color del semáforo se pueden encontrar aquí. Pero la Jefa de Gobierno dijo que no, que la CDMX se quedaba en naranja y que no habrá cierre de actividades.

¿Quién tiene la razón? ¿Sheinbaum o López-Gatell? Si nos atenemos a lo que dice el presidente López Obrador, la razón la tiene la Jefa de Gobierno. Ayer en la conferencia mañanera AMLO dijo: “Ya se decidió, porque corresponde al Gobierno de la Ciudad, que se tiene semáforo naranja, y eso es lo que se está llevando a cabo”. Pero si vemos los datos del gobierno que López Obrador preside, la CDMX está en rojo, de acuerdo con los lineamientos de la Secretaría de Salud que es la que tiene las atribuciones para determinar los colores del semáforo epidemiológico. Así que si consultamos los datos de la página web del gobierno, la CDMX está en rojo, pero si escuchamos al presidente, está en naranja.

La verdad es que el semáforo epidemiológico ha funcionado con una lógica política más que como una herramienta para manejar la emergencia de salud. Por un lado López-Gatell tiene meses que dijo que el semáforo es irrelevante. Por el otro, el presidente dice de el color lo pueden definir los gobiernos locales (quiero ver si eso pensaría si Alfaro cambia el color del semáforo en Jalisco a su antojo). Un presidente que debería preocuparse por la población antes que nada, está defendiendo a su jugadora consentida de cara al 2024 incluso si eso significa ir en contra de los lineamientos de salud que su gobierno fijó para lidiar con la pandemia.

En esas manos estamos.

Apostilla: Ante la derrota de Morena en la CDMX, la Jefa de Gobierno ha decidido que ni ve ni escucha a los alcaldes electos de la oposición. Claudia Sheinbaum no quiere reunirse con ell@s. En el caso de Álvaro Obregón, la alcaldesa electa Lía Limón ha reportado que se han negado a iniciar la transición. No entregan las cuentas. Ante ello la pregunta obligada es ¿qué ocultan en esa alcaldía que gobernó (es un decir) la próxima gobernadora de Campeche, Layda Sansores?

Columna completa en El Universal