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SEXENIO

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Si partimos de la base de que la diplomacia es para avanzar en los objetivos de un país, la pausa que ha declarado el presidente López Obrador en las relaciones con las embajadas de Estados Unidos y Canadá, en su enojo por el pronunciamiento que hicieran sus embajadores sobre la reforma al Poder Judicial, no tiene pies ni cabeza.

Pero ¿qué tiene pies y cabeza en este cierre de sexenio?

Si Xóchitl Gálvez hubiese ganado el 2 de junio, algo entendería sobre las acciones de un presidente que parece dispuesto a hacer estallar la República para que su sucesora tenga un arranque de sexenio extremadamente complicado. Pero habiendo ganado a quién él mismo le entregó el bastón de mando ¿por qué está López Obrador dispuesto a descomponer el sexenio de Claudia Sheinbaum antes de que ni siquiera arranque?

Se entiende el enojo de López Obrador con las instituciones que no se le han arrodillado: los órganos autónomos y el Poder Judicial. Un líder que busca lo mejor para su país y dejar un mejor legado no actúa con el hígado, actúa con la cabeza. Pero volvemos a lo principal, estamos ante un momento en el que no hay ni pies ni cabeza.

Sabemos que el crecimiento económico de México está íntimamente ligado a la relación comercial que tenemos con Estados Unidos y en menor medida con Canadá por el TMEC. Pretender, en aras de la soberanía, que esto no es cierto es una acción suicida.

Tomo cuatro datos de México Cómo Vamos, para dejar en claro por qué queremos seguir en el TMEC: Primero, por las exportaciones. El 84% de las exportaciones de bienes mexicanos no petroleros tienen como destino Estados Unidos. Segundo, la Inversión Extranjera Directa (IED). El 44% de la IED en México proviene de EUA y el 8% de Canadá. Tercero, por el empleo. Casi un cuarto de la población ocupada en México (14.6 millones de personas) está vinculada a sectores asociados a la integración comercial, como la manufactura, el comercio al por mayor y el transporte y almacenamiento. Y cuarto, las múltiples veces bendecidas por el presidente, las remesas. El 96% de las remesas que reciben los hogares en México provienen de Estados Unidos.

Estos datos dejan clarísimo que no nos conviene poner en riesgo el Tratado México Estados Unidos y Canadá. El TMEC que firmó México ya en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, compromete al país a contar con un Poder Judicial autónomo e independiente. Las declaraciones del Embajador Ken Salazar simplemente dijeron lo obvio: que EUA apoya una reforma que fortalezca el Poder Judicial pero que la elección de jueces no haría nada por combatir la corrupción ni por fortalecer la rama jurídica del gobierno de México.

La opinión del Embajador Salazar es simplemente para defender los intereses del acuerdo entre ambos países y para señalar las preocupaciones de empresas y empresarios estadounidenses que tienen presencia en México. Lo que hizo fue su trabajo.

AMLO, a diferencia de Salazar, ha opinado sobre temas de EUA en los que México no tienen ni vela en el entierro. El caso Julian Assange ¿cómo le concernía a México? Pero, en tiempos en los que no hay ni pies ni cabeza, el presidente no solamente quiere dinamitar la división de poderes en México. Parece que está dispuesto a todo, incluso a quemar una de las herramientas más valiosas de desarrollo y crecimiento que tenemos, la relación comercial con EUA, a unos días de que concluya su sexenio.

Qué equivocados quienes pensábamos que la transición AMLO-Sheinbaum sería tersa por ser ambos del mismo partido. Ni el peor enemigo de Sheinbaum habría ideado una estrategia tan eficiente para dinamitarle el arranque de su sexenio.

Columna publicada en El Universal

El cierre del sexenio de Andrés Manuel López Obrador apunta a ser con un manotazo sobre la mesa, al igual que su arranque y el manotazo de cancelación del NAIM. La reforma al Poder Judicial se supone que la quiere el presidente para mejorar el sistema de justicia en México, pero nada de lo que incluye su propuesta va encaminado a ello. Más bien tienen todos los tintes de un acto de venganza contra un contrapeso que le ha puesto frenos.

Primero le puso un freno cuando quiso la extensión de mandato de Arturo Zaldívar como Ministro Presidente de la Corte. Antes, cuando los ministros se negaron a apegarse a recortarse el salario como pedía el presidente para que nadie ganara más que él. Y durante el sexenio le pusieron varios altos en sus intentos por pasar por encima de la Constitución. Notable fue el caso de la Ley de la Industria Eléctrica.

El documento oficial con los objetivos de la reforma al poder judicial se puede leer que ésta busca una Suprema Corte eficaz, austera y transparente en donde la elección popular legitime a los impartidores de justicia.

Eso no va a ocurrir. Pretender que sean sujetos del voto popular suena democrático, pero es un sin sentido. Primero porque para ser seleccionados dependerán de la presidencia y del poder legislativo. Segundo porque los ciudadanos apenas nos informamos de quién busca la presidencia. Ni hablar de los candidatos a diputados o senadores. Menos ocurrirá con los integrantes del judicial.

Bolivia es el único país en el mundo que elige, por voto popular, a los 26 principales cargos judiciales incluyendo a los integrantes d el Tribunal Supremo de Justicia. Hasta ahora la elección de integrantes del poder judicial solo ha ocurrido dos veces en Bolivia, en 2011 y 2017. En ambas los votos nulos y blancos han sido más numerosos que los favorables a los candidatos. Y la que tenía que ocurrir el año pasado está suspendida por un conflicto entre el legislativo y el judicial. Ha sido un verdadero caos en donde el ganador ha sido el actual presidente, Luis Arce, quien controla al poder judicial y ante la parálisis lo seguirá haciendo indefenidamente.

En un país como México, con los problemas de dinero sucio y crimen organizado ¿de verdad queremos que quienes quieran impartir justicia tengan que salir a hacer campañas y a buscar recursos; hacer convenios con cárteles; atraer dinero sucio y luego, cuando ganen, tengan que cumplir con sus “patrocinadores”?

El expresidente de Bolivia,  Eduardo Rodríguez Veltzé, opinó en entrevista par El País sobre como ha funcionado este sistema: “para elegirse debían cortejar a los políticos durante la preselección de candidatos, que se hace por dos tercios de votos de la Asamblea Legislativa, y luego tenían que hacerse conocer por los votantes en un proceso electoral sin tradición alguna en el país. El voto popular obedece a una lógica: se vota por simpatía, por identificación, pero los votantes no están capacitados para evaluar los méritos de un funcionario que, sobre todo, es técnico”. A ello agregó que ““El Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), siendo el garante de los derechos fundamentales, hasta hoy no repara en que Bolivia tiene el récord de meter gente en las cárceles. Existen 30 mil reos y, esto es lo grave, un 70% con prisión preventiva, sin sentencia. Los magistrados han sido funcionales a esta práctica abusiva.”

Difícil pensar que México pueda estar peor en materia de impartición de justicia y Estado de Derecho pero la reforma de López Obrador será el camino más seguro para lograrlo. Y todo por un acto de venganza.

Columna completa en El Universal

Guadalupe Correa-Cabrera no llegó al Parlamento Abierto de la Cámara de Diputados para defender la propuesta de reforma energética del presidente López Obrador. Llegó con una presentación que solo tenía nombres de personas a las que descalificó por ser según ella lobistas, cabilderos o representantes/facilitadores de grupos de interés.

Sacó una presentación que no tenía un solo dato para defender las bondades o las virtudes de la propuesta del presidente. Ni un solo dato. Solamente fueron nombres de personas y de empresas que Correa-Cabrera acusa, sin probar, que reciben dinero de grandes empresas como Iberdrola. Señala también a empresarios y a organizaciones como el Consejo Mexicano de Negocios, México Evalúa o el IMCO como culpables de magnificar datos a través de redes sociales y medios de comunicación para desprestigiar la iniciativa presidencial. A algunos grandes empresarios de México los señala, de nuevo sin una sola prueba, de ser prácticamente empleados de think tanks estadounidenses y que por ello atacan la reforma de López Obrador.

Si hubiese sido una sección en la mañanera, la presentación de Guadalupe Correa-Cabrera habría sido un “Quién es quién entre los opositores a la reforma energética”. La invitada por la bancada de Morena al Parlamento en la Cámara de Diputados cumplió con las premisas de las conferencias del presidente: acusó sin presentar una sola prueba; reclamó que todas estas personas están al servicio de la mafia del pasado y punto.

No dijo nada sobre costos de la electricidad; sobre por qué nos conviene a los consumidores que el gobierno mexicano ancle el futuro de la CFE a Pemex; nada sobre cómo la reforma ayudará a México a ser más competitivo. No aclaró ninguna de las grandes preocupaciones que genera la iniciativa presidencial.

Esto no sorprende cuando estamos en el sexenio de los nombres, no de las razones.

Ocurrió lo mismo cuando anuncia el presidente López Obrador que Panamá no iba a dar el beneplácito para que Pedro Salmerón fuese el Embajador de México en ese país. En lugar de demostrar que Salmerón no es el acosador que tantas mujeres señalan, prefirió atacar a la canciller panameña, Érika Mouynez de creerse la Santa Inquisición.

Lejos de aprovechar el rechazo de Panamá para distanciarse de Salmerón, el presidente decidió doblar su apuesta y anunciar que le pedirá a Salmerón que haga una historia para los jóvenes sobre los fraudes electorales en México. Será interesante saber qué escribe sobre la elección de 1988, cuando el hoy Director de la CFE, Manuel Bartlett, anunció la caída del sistema. Ja.

Y ¿qué decir de la defensa a su hijo José Ramón López Beltrán? Lejos de demostrar que no hay conflicto de interés en que él y su esposa, ella sí cabildera de temas energéticos, vivieran en una lujosa casa en Houston propiedad de un alto ejecutivo de Baker Hughes, contratista de Pemex, prefirió acusar a los periodistas que han dado a conocer el caso o que lo han reportado. De forma destacada atacó a Carlos Loret de Mola, Carmen Aristegui y Brozo. No hubo ni explicación ni defensa al estilo de vida acomodado de su hijo.

Este es el sexenio de los nombres, no de las razones. Vaya transformación.

Columna completa en El Universal

Parecieran contradictorios los resultados de las encuestas que vemos cuando el sexenio cumple la mitad de su trayecto. Tres años en el poder; muy malos resultados y la popularidad de Andrés Manuel López Obrador está en 60 por ciento. ¿Cómo explicar la diferencia entre lo que dicen las encuestas y la realidad?

En la de Buendía y Laredo publicada esta semana aquí, en El Universal, vemos que lo mejor que ha hecho AMLO de acuerdo con los encuestados son los apoyos para adultos mayores y los programas sociales. En eso mismo coincide la encuesta de Lorena Becerra en Reforma.

También hay más encuestados que dicen que el presidente ha manejado bien la educación, la salud y el combate a la COVID19. ¿Cómo se puede explicar esto cuando en educación transcurrieron 17 meses sin clases presenciales, de total abandono, y el regreso se hizo apresurado y sin estrategia?

¿Cómo hablar de que en salud se han hecho bien las cosas ante la escasez de muchos medicamentos, no solo los oncológicos, aunque en estos es inhumana la desatención? Hay datos del CONEVAL de la disminución en un 38 por ciento en la atención de la salud pública y el aumento en un 26 por ciento de la privada, ósea consultorios y farmacias.

Para quienes estaban inscritos en el Seguro Popular, se los cambiaron por el INSABI que simplemente no ha funcionado y ha dejado a más personas sin seguro para tratarse al momento de enfermar. Según CONEVAL en 2018 había 20 millones de personas sin afiliación a un sistema de salud; ahora hay 35 millones. Muestra clara de que el INSABI ha sido un fracaso.

Y esto ha ocurrido en medio de una pandemia.

Si en 2018 una persona gastaba 2 mil 358 pesos para un servicio de salud, en 2020 el gasto aumentó a 3 mil 299 pesos. Esto es un golpazo del 40 por ciento en la bolsa de los mexicanos. Pero aún así, más personas responden que el presidente ha manejado bien la pandemia que las que contestan que lo ha hecho mal. En la de Reforma es de dejar boquiabierto que un 53 por ciento responde que AMLO ha buscado evitar que aumenten los contagios y muertes por coronavirus frente a un 43 por ciento que opina lo contrario. Para un presidente que se ha negado a lo más elemental, el uso de cubrebocas, estos números son de llamar la atención.

Entonces si las encuestas muestran algo distinto que la realidad hay que pensar que hay una tercera variable: el discurso. Tres años de AMLO como presidente y la gente le cree lo que dice. Le sigue creyendo.

Le creen cuando a pesar de lo mencionado arriba, en uno de sus trece spots AMLO dice: “La atención médica, los medicamentos gratuitos, ya son derechos constitucionales. Son una realidad”.

Y si. Eso dice la constitución, pero la realidad es otra. Imagino que quien llega a buscar su medicamento gratuito y no lo encuentra, busca como pagarlo de su bolsillo o pide prestado y piensa que tuvo mala suerte de no encontrar lo que el presidente dice que ahí esta.

Con tan pobres resultados tener una aprobación del 60 por ciento en promedio está magnífico para López Obrador. Todo indica que lo que dice en las mañaneras y sus mensajes en los spots de cara al informe de hoy se lo creen muchos mexicanos. Al presidente le creen sus otros datos, aun si la realidad reflejada hasta en sus bolsillos, es otra.

 

Columna completa en El Universal

El presidente Andrés Manuel López Obrador llegó a la presidencia con la firme propuesta de no endeudar al país durante su sexenio. López Obrador no quiere ser recordado como otro López presidente, José López Portillo, y el endeudamiento que le dejó a México.

Como el presidente es obstinado y necio, así se describe a sí mismo, aun en medio de la pandemia más fuerte que ha enfrentado el mundo en más de un siglo, él no cambia rumbo, va derecho y no se quita.

Con el argumento (certero) de que en el pasado se rescató a los millonarios usando el dinero de todos los mexicanos mediante el Fobaproa, ahora ha dicho que no hay plan de rescate para nadie. Como si no existiera la opción intermedia de idear un plan para que la economía no se vaya a pique, sin que signifique salvar solo a los ricos que tanto desprecia el presidente.

López Obrador parece no ver la diferencia entre lo que ocurrió en las crisis financieras del pasado con lo que está ocurriendo ahora. Esta crisis es exógena a la economía. No se ha generado por un problema de liquidez, como ocurrió en el 2008-2009. Por ello, los gobiernos en prácticamente todo el mundo, menos en México, han ideado planes para suavizar el impacto de la crisis para empresas y para individuos.

Así, un europeo o un estadounidense dueño de un restaurante, con los apoyos generados por sus gobiernos, puede cerrar durante el confinamiento sin tener que despedir a sus empleados y bajar la cortina de manera definitiva de su negocio. En el momento que se pueda reactivar la economía, ese restaurantero lo único que tendrá que hacer es ir a su local, limpiar el polvo; bajar las sillas; llamar a sus empleados para que regresen y reabrir.

En el caso de México, en donde no hay apoyos gubernamentales, el mismo restaurantero va a tener que cerrar. El poco capital con que contaba se esfuma en los primeros meses de la pandemia donde los utilizo para sobrevivir sin ingresos. Al acabarse estos, no le queda más que cerrar y despedir a sus empleados. Con esto deja a varias familias sin ingresos, incluyendo la suya. El día que se pueda reactivar la economía, este restaurantero tendría que en primer lugar conseguir recursos e ir a buscar un nuevo local; acondicionarlo y recontratar meseros; cajeros etc. Lo que sería un proceso mucho más largo y complicado.

Es el caso de ya 90 mil restaurantes en todo el país, en su mayoría micro, pequeños y medianos negocios que ha dejado sin trabajo a aproximadamente 300 mil personas. El presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera de Alimentos Condimentados (Canirac), Francisco Fernández Alonso, ha dicho que esperan que el cierre continúe.

La falta absoluta de respuesta financiera y fiscal hará que México sea uno de los países más afectados por la pandemia y de los que más tarde en recuperarse. Aun cuando el presidente dijo en mayo que la recuperación iniciaría en junio y después, la semana pasada, que la recuperación comenzará en agosto, ¡ósea en dos días! Quizás en agosto nos dirá que en septiembre y así nos iremos.

Los esfuerzos de política pública que hoy están dándose en otros países ayudarán a que la recuperación sea más rápida. Pero nosotros vamos en sentido contrario. Por esta falta de ayuda económica, que el presidente confunde con regalarle dinero a los ricos, es que México tardará más en recuperarse. Así, el país es hoy el contraejemplo mundial de cómo enfrentar los efectos económicos de la pandemia.

Apostilla: El presidente, sin embargo, decide seguir adelante con el show del avión presidencial. Vaya, ni los desastres en Nuevo León y Tamaulipas por el paso de Hanna desviaron su mañanera desde el hangar presidencial. Prefirió pedirnos a los mexicanos que compremos cachitos para la rifa del avión de a $500 pesos cada uno, en lugar de ir a visitar a los afectados por la tormenta tropical.

 

Columna completa en El Universal

El regreso del PRI a Los Pinos hace seis años se dio con un político joven que llegó con popularidad pero en medio de una fuerte decepción con la alternancia porque el PAN tenía también sus escándalos de corrupción. Que regresen los que saben, fue el tono de la elección del 2012 ante una ciudadanía que pareció resignarse a la corrupción.

En febrero del 2012 pude platicar con el entonces candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, cuando tenía 14 puntos de ventaja sobre el segundo lugar. La elección ya se veía definida. Enrique Peña Nieto sería el próximo presidente. Le hice una entrevista para un libro que se llamó 2012: Los Punteros en la que le pregunté sus prioridades para cuando llegara a Los Pinos.

Crecimiento; seguridad y educación, fueron sus tres prioridades. En ésta última, en educación, se concentró gran parte de la entrevista. Consideró en ese momento ser un político diferente al cual se le podía tener confianza porque como gobernador del Estado de México había sabido escuchar a la gente y por ello se había sensibilizado con sus problemas.

Sobre seguridad, su énfasis fue componer el aparato de procuración y administración de justicia. Dijo no estar de acuerdo con la demanda en cortes internacionales que se abrió en contra de Felipe Calderón por violación a los Derechos Humanos. Demanda de la cual, por cierto, nada hemos vuelto a saber a lo largo del sexenio.

Sobre corrupción, Peña habló de la creación de un zar anticorrupción. Zar que, sobra decir, brilla por su ausencia a tres días de concluir el sexenio. Más aún, concluye Peña con un encargado de despacho en la PGR. Alberto Elías Beltrán lleva ahí no un mes, ni dos, ni seis. Lleva trece meses de encargado de despacho de una de las carteras fundamentales para poder empezar a vislumbrar que en México existe Estado de Derecho.

A la pregunta concreta sobre impunidad de los políticos que cometen actos de corrupción, con los ejemplos de René Bejarano, cuando AMLO era Jefe de Gobierno; Cesar Nava, en la presidencia de Felipe Calderón, o los PRIístas Humberto Moreira, Mario Marín (eran los corruptos de hace un sexenio), Peña respondió: “El compromiso que quiero hacer con los mexicanos en esta materia es emprender un combate eficaz a la corrupción. […] ni el partido ni yo estamos para solapar los actos fuera de la ley de nadie, sea del PRI o de cualquier otro partido. La ley debe aplicarse por igual a todos los mexicanos y lo que debe dejarse acreditado es no solo el postulado sino la acción eficaz en ese combate, que es la parte que no se ha visto. Yo estoy haciendo un compromiso para que, donde haya denuncia y se acredite una práctica de corrupción, se pueda sancionar y aplicar la ley a quien incurra en ese delito.”

Seis años después, ya sabemos que esto simplemente ha quedado sin cumplirse.

 

Columna completa en El Universal