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Primero que nada hay que aplaudir el Plan México que presentó la presidenta Sheinbaum esta semana en el marco de sus primeros cien días de gobierno. El objetivo es captar 2 mil proyectos de inversión por 227 mil millones de dólares para el país. Se pretende además llegar al top 10 de las mayores economías del mundo, avanzando del actual duodécimo lugar.

El Plan México habla justo de las oportunidades únicas que tiene el país actualmente, en especial del nearshoring dada nuestra geografía y el conflicto comercial China-Estados Unidos. Agrega el objetivo de que nos convirtamos en una potencia científica; de turismo e innovación.

¡Bravo!

Esto es justo lo que muchos mexicanos queremos. Que a México le vaya bien para que a todos nos vaya mejor. Solo que hay un problema. Por un lado la presidenta extiende la mano a la iniciativa privada, tanto nacional como extranjera, al reconocer la importancia de su capital. Pero por el otro les da una bofetada cuando impulsa y aplaude la aprobación de la Ley al Poder Judicial y la desaparición de organismos autónomos.

En el Seminario de Perspectivas Económicas que organizó el ITAM la semana pasada estuvo Alejandro Werner, actual director del Georgetown Americas Institute de la Universidad de Georgetown y quien antes tuvo cargos importantes en el FMI y la Secretaría de Hacienda. Ahí Werner dijo que los principales problemas que tiene México actualmente no están fuera. Son problemas creados por el gobierno que se ha encargado de deteriorar las instituciones.

La llegada de Trump a La Casa Blanca es sin duda un reto enorme, pero palidece frente a los problemas que vendrán por la aprobación de reformas que erosionan el Estado de Derecho y con ello ahuyentan las inversiones. Y las inversiones que sí lleguen van a reclamar un rendimiento mucho mayor precisamente por la incertidumbre que implica a partir de ya invertir en un país como México.

¿Quiénes serán los valientes empresarios que quieran traer dinero fresco para invertir en el sector energético, por ejemplo, cuando se tendrán que sentar a la mesa con un actor – el Estado mexicano – que tendrá el 54 por ciento de la participación y que actualmente no le está pagando a sus proveedores? A ello hay que sumarle que con las nuevas reglas del Poder Judicial será imposible ganarle un solo juicio a ese socio, ya sea Pemex o CFE.

Bajo esas circunstancias ¿de dónde van a salir los 227 mil millones de dólares de inversión que promete atraer el Plan México?

En la presentación se mencionó que la cristalización del Plan México depende de la fortaleza institucional, certeza jurídica a las inversiones, así como de garantizar las atribuciones autónomas de transparencia y competencia económica. Altagracia Gómez, la Coordinadora del Consejo Asesor Empresarial, le dio al clavo cuando declaró ante los empresarios asistentes al Museo de Antropología que “para aterrizar el Plan México los necesitamos, piensen en grande, protejan a los trabajadores mexicanos, apostemos en la integración regional y confíen en México, está es la única apuesta que en el largo plazo nunca nos va a hacer perder.”

La situación es esquizofrénica. Claro que se quiere confiar en México. Claro que se quiere que al país le vaya bien. Pero ¿cómo? El principal obstáculo para que estas inversiones y este crecimiento llegue no está del lado del empresariado ni de los inversionistas sino de un gobierno que da señales de que entiende, pero actúa como si no.

Columna publicada en El Universal

“El Estado es el pedófilo en el jardín de infantes.”

Javier Milei

Buenos Aires, Argentina. – Para quien cree que el Estado es el culpable de todos los males, el presidente de Argentina, Javier Milei, es un héroe. Milei asumió la presidencia de Argentina en diciembre de 2023 tras años de populismo fallido, primero del Peronismo y después del Kirchnerismo. Sin una organización partidista tradicional, Milei ganó como “outsider”. El malo por conocido dio paso al bueno por conocer. Con frases drásticas como “Entre la mafia y el Estado, prefiero a la mafia. La mafia tiene códigos, la mafia cumple, la mafia no miente, la mafia compite”, Milei atrajo a algunos argentinos.

Desde la campaña prometió un cambio radical en la política económica y social del país. Equiparó su triunfo electoral con la caída del Muro de Berlín. Un año después, hay sorpresas, buenas y malas.

El gran reto de Milei era bajar la inflación y ahí el presidente ha sacado un diez. Al asumir, Argentina enfrentaba una inflación mensual superior al 25 por ciento, que se proyectaba alcanzaría un 290 por ciento interanual. Sin embargo, al cierre del año la inflación se redujo a un 2.7 por ciento mensual. Con un crecimiento del 3.9 por ciento entre julio y septiembre, la recesión que vivió Argentina llegó a su fin. El peso argentino se ha fortalecido en los últimos seis meses incluso en el mercado negro. Un éxito rotundo, pero que ha venido acompañado de un costo social muy alto.

Con su famosa motosierra, Milei implementó lo que ha llamado el “mayor ajuste en la historia de la humanidad”, recortando el gasto público en un 35% durante el primer semestre, lo que equivalió a 5.6 puntos del PIB. Esta medida fue parte de su estrategia para alcanzar el déficit cero, una promesa electoral fundamental. La gran duda es quién ha pagado este recorte ¿la casta -como llama Milei a lo que en México AMLO definió como la Mafia del Poder- o los ciudadanos comunes y corrientes?

La caída del consumo ha traído un aumento significativo de la pobreza. Con el fin de los subsidios a los energéticos; el veto al incremento en las pensiones, el cierre de centros comunitarios del Estado y tantas otras políticas públicas del estado benefactor, se estima que más de cinco millones de argentinos han caído en la pobreza en este primer año. La cifra de pobreza es hoy de alrededor del 57 por ciento. En las Villas Miseria la gente padece estos recortes a rajatabla de forma especialmente aguda.

Algunos sectores celebran la estabilidad económica y la reducción de la inflación. Ven que Milei ha logrado convencer a los ciudadanos de que esta fase dura y complicada se tiene que atravesar por la herencia de los políticos corruptos del pasado. Así que, a pesar de las dificultades económicas, hay algunos sectores que ven en Milei al héroe que llegó a salvar a Argentina. Su promesa de que en el 2025 eliminará el 90 por ciento de los impuestos es evidentemente atractiva porque ¿a quién le gusta pagar impuestos?

Cuando ganó, Milei advirtió que con sus medidas las cosas se pondrían peor antes de mejorar. Y en efecto, para los que viven en barrios pobres, la situación se ha complicado bastante. Pero lejos de repensar su estrategia Milei cerró el año advirtiendo: “Ya conocieron la motosierra. Ahora conocerán la motosierra profunda”.

¿Tendrán paciencia los argentinos para aguantar estas medidas drásticas? Esa es la gran pregunta que hay a un año de la llegada de Milei al poder.

Columna pública en El Universal

La vista de la Tierra desde el espacio se conoce como “the overview” y es verdaderamente una experiencia transformadora. Esto le platicó Jeff Bezos, el dueño de Amazon y Blue Origin, al periodista Andrew Ross Sorkin en una cumbre que organizó el New York Times hace unos días a la que acudieron los personajes más importantes del momento.

¿Te preocupa la cercanía de Elon Musk con Donald Trump en la competencia que tienen tú y el dueño de Space X? le preguntó Sorkin a Bezos. Y es que, como bien sabemos, Musk y Trump son los nuevos grandes amigos del momento. Viven un bro-mance.

Trump ha nombrado a Musk para dirigir una nueva agencia gubernamental para volver a su gobierno más eficiente mediante un recorte que ha prometido será de dos mil millones de dólares. Elon se ha mudado prácticamente a vivir a Mar-a-Lago y está con Trump tanto en juntas para planear el arranque de su gobierno como para momentos más relajados como en los palcos de distintos estadios en donde ven juntos partidos de varios deportes.

Cerrando el año causó furor cuando uso X para postear que la Cámara de Representantes debía de echar abajo una iniciativa presupuestal que a Elon no le pareció adecuada. “Esta iniciativa no debe pasar”, publicó en su red social y unas horas después Trump estuvo de acuerdo y con ello mataron ese acuerdo presupuestal. (Por cierto, Biden sigue siendo presidente, por si a algún despistado lector se le ha olvidado ese pequeño detalle).

Esta cercanía le da a Musk una ventaja que hoy no sabemos cómo la va a aprovechar. Podría usar su influencia sobre Trump para beneficiar a sus empresas o podría buscar dañar a sus competidores, el más importante de ellos, sin duda es el dueño de Amazon y Blue Origin. La enorme duda es qué tanto durará este bro-mance entre Musk y Trump siendo ambos hombres mercuriales y de mecha corta que suelen romper con sus cercanos cuando sienten cualquier dejo de deslealtad o insubordinación.

Bezos, que no tiene esa cercanía con Trump, sí tiene una rivalidad con Musk ya desde hace tiempo. En el 2004 Musk invitó a Bezos a visitar SpaceX pero luego se sintió menospreciado cuando no recibió una invitación recíproca a visitar Blue Origin. Por eso cuando Musk superó a Bezos en el ranking de multimillonarios, posteó en Twitter que iba a enviarle una estatua gigante con el número 2.

La competencia no es solamente por quién es el más rico, también hay un enfrentamiento personal y ahora una rivalidad por el enfoque que cada uno tiene sobre lo que significa ir al espacio. Mientras que Bezos piensa que la Tierra es lo más valioso que tenemos como humanidad y que por ello debemos de enviar las industrias contaminantes a Marte, para salvar a nuestro planeta, Musk cree que la Tierra ya está condenada. Y entonces busca llevar a los humanos a Marte para iniciar ahí una nueva civilización.

“No hay un plan B. Tenemos que salvar la Tierra. Hemos enviado sondas robóticas a todo el sistema solar. Este es el mejor planeta y debemos salvarlo”, le dijo Bezos a Sorkin. Por el contrario Musk quiere que el planeta rojo, Marte, se convierta en Verde, habitable para los humanos y ha afirmado que en las próximas dos décadas se mudarán a Marte un millón de personas.

Ambas visiones son bastante ambiciosas. La competencia no es solo por ser el más rico del mundo, sino también por definir el futuro de la exploración espacial y cómo las grandes empresas tecnológicas interactúan con el poder gubernamental. En este juego de ajedrez entre titanes, hoy parece estar mejor parado Musk pero las apuestas están en la mesa ya que no sabemos cuánto tiempo dure el bro-mance entre él y Trump. Bezos debe de tener algo de fe puesta en que no sea una amistad duradera.

El bro-mance Musk-Trump y la rivalidad Musk-Bezos serán de lo más interesante a observar en este 2025 que hoy arranca.

Columna publicada en El Universal

No hay añoranza por el pasado que evidentemente dejó muchos problemas por resolver. Si hay, sin embargo, extrañeza por el presente. Un presente en el que se excusa lo inexcusable y se cobija lo que antes se repudiaba.

El abrazo a Miguel Ángel Yunes después de haberlo señalado como integrante de un clan corrupto; la felicitación a Cuitláhuac García después de su desastrosa gestión en el gobierno de Veracruz; el consulado en Miami a Rutilio Escandón tras dejar a Chiapas entrampado en violencia criminal; el intento de abrirle una nueva bolsa de 2.4 billones a Octavio Romero Oropeza en el Infonavit después de que dejó a Pemex en la quiebra absoluta; la aceptación y absolución del plagio de Yasmín Esquivel no solo para permanecer en el cargo sino para que pueda quedarse en la Suprema Corte 2.0 que supuestamente será mejor y menos corrupta que la actual. A estos hechos hay un desagradable etcétera que conforman la lista de incongruencias en el oficialismo.

Todo lo anterior me recuerda tanto a la novela de Mariano Azuela, Los de abajo. Podría ser lectura para estas vacaciones para alguno que otro que actualmente está en Morena en cargos relevantes. Si no se quiere leer, está también la película con “El Indio” Fernández basada en el libro.

Demetrio Macías, el personaje principal, que representa a los hombres del pueblo que luchan por un cambio en los años de la Revolución, pasa de ser el héroe que promete acabar con los privilegios de los federales a convertirse justo en lo que combatía.

Demetrio Macías luchó contra la opresión, pero cuando llegó al poder se dedicó a oprimir. Así hoy tenemos a los que en la oposición criticaban la corrupción y los privilegios, pero al llegar al poder no han más que aprovechado su puesto para repetir lo que denostaban.

Luis Cervantes, un médico desertor de los federales, se acerca a Macías y se gana su confianza. Es quien ayuda a darle forma a la lucha de Macías y a los campesinos que lo acompañan. Hoy hay varios Luis Cervantes que han salido del PRI, PAN y PRD para sumarse a Morena y criticar lo que antes fue su columna vertebral.

Lo que hemos visto de Morena en el poder, ahora con Claudia Sheinbaum pavimentando el segundo piso, es la trágica repetición de la historia de México. Hay supuestos ideales por los que se lucha desde la oposición pero ahora que han llegado al poder, lejos han quedado esos ideales. En su lugar tenemos una serie de oportunistas que se han olvidado de lo que siempre dijeron que querían para México.

¿Qué mueve a Adán Augusto en el Senado sino la ambición personal de poder? ¿Qué mueve a Ricardo Monreal en diputados sino seguir remando privilegios y prebendas para él? No han llegado a donde están pensando en servir al público, como servidores públicos que son, sino para servirse del público, como oportunistas que han demostrado ser.

Y, mientras tanto, tenemos a una presidenta Sheinbaum que por más que ha querido llevar la fiesta en paz y hablar de unidad para mantener en orden lo que su mentor le encargó, las fuertes ambiciones de quienes no se quedaron con la candidatura solamente le están complicando su mandato. Ambiciones que, por cierto, están más alineadas con complacer a quien habita en Palenque que a quien despacha desde Palacio Nacional.

Los de abajo fue literatura clásica de los años de la Revolución que noveló las incongruencias de los revolucionarios que lucharon en contra de la dictadura de Porfirio Diaz. Ahora se está reescribiendo una historia similar. Los que se decían de izquierda que querían luchar en contra de los privilegios de la clase política del PRI-PAN y PRD son igual de incongruentes. Al llegar al poder están demostrando ser más oportunistas, cínicos y ambiciosos que aquellos a los que por años tanto criticaron.

Columna publicada en El Universal

Sam Altman usualmente ha donado al partido demócrata, pero ahora está dando un millón de dólares para la inauguración de Donald Trump del próximo 20 de enero. Altman, cofundador y director ejecutivo de OpenAI, no está solo. Jeff Bezos, de Amazon, y Mark Zuckerberg de Meta, también donaron un millón cada uno para la fiesta de Trump.

En palabras de Altman, “El presidente Trump llevará a nuestro país a la era de la Inteligencia Artificial y estoy ansioso por apoyar sus esfuerzos para garantizar que Estados Unidos se mantenga a la vanguardia”.

El motor de búsqueda de Inteligencia Artificial, Perplexity, se unió a la ola de donaciones, ofreciendo también su propio millón. El director comercial, Dmitry Shevelenko, dijo que quiere que la empresa sea un buen socio para el gobierno de Trump. Estos donativos son muy diferentes a lo que vimos en el 2021, cuando Joe Biden no aceptó donaciones de empresas de tecnología. Pero también marcan una nueva tendencia en Estados Unidos: la de besar el anillo o hincarse ante Trump.

La situación está siendo tan descarada que hasta Donald Trump está asombrado de lo popular que se ha vuelto. Esta semana dio una conferencia de prensa en la que dijo que no sabía qué pasaba pero que creía que se había vuelto más popular que nunca. “Durante mi primer mandato todo el mundo se me oponía pero ahora todo el mundo quiere ser mi amigo. No sé, mi personalidad cambió o algo así”.

No, Trump no ha cambiado de personalidad. Los que han cambiado son los otros. Y es que ahora van Jefes de Estado de otros países, empresarios, políticos y demás personalidades a verlo a Mar-a-Lago en una versión moderna del besamanos.

Mark Zuckerberg cenó ya en Mar-A-Lago, al igual que Sundar Pichai, Sergey Brin y Tim Cook, por hablar de los titanes de la tecnología. Esta semana acudirá al besamanos Jeff Bezos, quien desde antes de la elección fue duramente criticado cuando el Washington Post decidió de último momento y por primera vez no publicar un apoyo a ningún candidato, ni a Harris ni a Trump. La lectura fue que Bezos, dueño del WP, tomó esta decisión para congraciarse con un Trump que se veía como el probable triunfador y así no quedar tan en desventaja frente a su principal competencia en la industria espacial, Elon Musk.

Otros no tienen que ir a verlo para arrodillarse ante el futuro presidente. Es el caso de la cadena ABC que acaba de anunciar que donará 15 millones de dólares a una futura biblioteca Trump para evitar un juicio ante una denuncia que interpuso el futuro presidente en contra de uno de sus periodistas más importantes, George Stephanopolus.

Stephanopolus cometió un error en una entrevista al decir que Trump había sido acusado de violación cuando la acusación fue por abuso sexual. La demanda que interpuso Trump la pudo haber ganado ABC con la mano en la cintura. Pero la cadena decidió mejor llegar a un arreglo, lo que parece otra forma de una empresa más de arrodillarse ante el futuro presidente.

Después de que ABC accediera al pago, Trump demandó al diario Des Moines Register de interferencia electoral por una encuesta que publicó antes de la elección en la que Harris salía como probable ganadora. Así, un Trump que ya de por sí ha recurrido a demandar a medios de comunicación en el pasado, ahora ha amenazado que vendrán muchas más demandas a medios de comunicación. Esto no augura nada positivo.

Lo que se ve venir para Estados Unidos es una latinoamericanización de la relación prensa-poder que pondrá a prueba los cimientos de la libertad de expresión en el país ejemplo en la materia.

Momentos complicados estamos por ver mientras la fila de los que quieren besar el anillo o arrodillarse ante Trump sigue creciendo.

Columna publicada originalmente en El Universal

Ayer la presidenta Claudia Sheinbaum viajó a Acapulco para su primera reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública. En un escenario más que complejo por la violencia que se ha apoderado de México, hay algunas luces en el horizonte y unas enormes confusiones.

Las luces arrancan al ver que Sheinbaum se ha desmarcado de la fallida estrategia de abrazos, no balazos de su antecesor. En su lugar ha definido una estrategia basada en cuatro ejes: 1) Atención a las causas de la violencia. 2)Consolidación de la Guardia Nacional y las policías locales. 3)Fortalecimiento de la inteligencia e investigación y 4) Coordinación entre instituciones federales y estatales.

De estos ejes, todos importantes, resalto el fortalecimiento de inteligencia y la coordinación con los estados. Es evidente que la seguridad es responsabilidad de la federación pero que sin el compromiso y la participación de estados y municipios, sería ingenuo pensar que la situación se puede mejorar.

La importancia de esta coordinación con las autoridades locales acaba de probar ser la clave en Estados Unidos para la detención de Luigi Mangione, este joven señalado como el presunto asesino del director de una de las grandes aseguradoras, United HealthCare, que fue baleado afuera de un hotel en pleno Manhattan.

Las autoridades de Nueva York siguieron con cámaras de seguridad los movimientos del tirador hasta donde pudieron. En ellas lograron sacar algunas fotografías de su cara y las enviaron a los departamentos de policía de todo el país. La estrategia parece haber funcionado.

Mangione fue detenido en Altoona, Pensilvania, tan solo seis días después del crimen.

Su arresto se logró gracias a la llamada de una empleada de un McDonalds que lo reconoció por las fotos divulgadas en los medios. Llamó al 911; llegó la policía y el resto es historia.

Eso es un ejemplo de un combate eficiente a la violencia. El mensaje de cero impunidad es clarísimo. Y se logra con coordinación. No es mostrar cifras alegres, como nos recetan a cada rato las autoridades en México. Es actuar en tiempo real para evitar la impunidad.

Lamento decirlo pero en México estamos a años luz de que tengamos la seguridad a la que está obligado el Estado. Primero que nada porque el dinero no se está invirtiendo en ello. Si vemos el Presupuesto de Egresos del 2025, la Secretaría de Seguridad Pública tendrá un recorte de más de cien mil millones de pesos; la Sedena un recorte de más de 35 mil millones de pesos y la Semar un recorte de más de 6 mil millones de pesos. Se entiende que no hay dinero porque el gobierno de López Obrador se encargo de tirarlo en obras faraónicas; en compra de votos y en no hacer nada con desfalcos como el ocurrido en Segalmex, pero ¿cómo pensar tener mejor seguridad si se le hacen recortes a las instituciones encargadas de procurarla?

Al mismo tiempo confunde si vemos los rubros recibirán carretadas de dinero. Además de Pemex,  en el PEF 2025 se le han asignado miles de millones a los trenes de pasajeros, entre ellos el Tren Maya, que recibirá 40 mil millones de pesos. El Tren es un fracaso. La primera responsabilidad del Estado no es jugar a ser empresario ni agente de viajes, es proveer seguridad a los ciudadanos. Por ello le cedemos el monopolio del uso de la fuerza.

Y confunde también el grado de compromiso con la estrategia cuando ayer la presidenta aplaudió el trabajo de la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, y mantiene en su cargo a Rubén Rocha en Sinaloa cuando ambos estados se encuentran en una situación indefendible de inseguridad.

Columna publicada en El Universal

El Senador expanista, Miguel Ángel Yuñez Márquez, construyó su carrera política sobre los hombros de su padre, Miguel Ángel Yuñez Linares. Linares fue primero Priista, luego brincó al PAN y ahí estuvo al frente del ISSSTE desde donde Andrés Manuel López Obrador lo señaló por ser un corrupto y una cuota de Elba Esther Gordillo.

Grabaciones sobre las rencillas entre ambos políticos sobran. Pero hoy todo es miel sobre hojuelas entre el clan Yuñez y Morena.

La clave fue el voto del Senador Yuñez Márquez para la Reforma al Poder Judicial. No importa que sobre él pesaran acusaciones de falsificación de documentos y fraude procesal. El expediente estaba guardado en un cajón desde el 2021. Pero cuando en Morena vieron que era necesario lograr los votos para que se aprobara la reforma judicial, lo desempolvaron y con eso lo “incentivaron” para que diera su voto al oficialismo. A cambio, el pasado 26 de noviembre un juez canceló la orden de aprehensión que se había girado en su contra.

Osea que le llegó el perdón. La extorsión judicial para aprobar una reforma que los morenistas venden como la respuesta a la corrupción en el Poder Judicial. El chiste se cuenta solo.

En Estados Unidos están viviendo su propio escándalo por un perdón otorgado desde el poder. Me refiero al indulto que le otorgó el presidente Joe Biden a su hijo Hunter, quien enfrentaba acusaciones de evasión fiscal y posesión ilegal de armas. Las condenas implicaban potencialmente décadas de prisión pero aún así, Joe Biden había dicho en repetidas ocasiones que no le otorgaría un indulto ya que confiaba en el sistema de justicia.

El domingo pasado el presidente dio un giro de 180 grados y decidió siempre sí indultar a su hijo. Es la primera vez que un presidente de Estados Unidos otorga un indulto a un hijo. Lo más cercano a este tipo de perdón había sido el que otorgó el presidente Gerald Ford a Richard Nixon y el de Bill Clinton a su hermano por posesión y tráfico de cocaína.

Luego vino Donald Trump quien perdonó, entre otras personas, a su consuegro por defraudación fiscal. Y ahora Trump ha prometido que cuando asuma la presidencia indultará a todos los presos por el asalto al Capitolio.

El que Trump haya abusado y pretenda abiertamente abusar del perdón presidencial no ha minimizado las críticas al indulto de Biden a su hijo Hunter. No solo los republicanos han atacado esta acción del presidente, también algunos demócratas que sienten que con esto Biden se rebaja al mismo nivel de Trump al demostrar que hay una justicia para los ciudadanos comunes y corrientes y otra para las élites. Que, en efecto, el sistema de justicia está viciado como tantas veces lo dijo Trump. Que es una herramienta para golpear a enemigos políticos.

Yo leo el perdón de Biden a su hijo como una lamentable pero legítima preocupación por lo que vendrá en Estados Unidos. Sobre todo si tomamos en cuenta los nombramientos que ha hecho Trump para puestos claves en la materia. Entre ellos, Pam Bondi, una ultra MAGA que sigue sin reconocer la victoria de Biden en el 2020, ha sido nominada para Fiscal General; y Tulsi Gabbard, para la Dirección Nacional de Inteligencia. Además de que Gabbard no tiene experiencia en inteligencia, preocupan sus posturas políticas alineadas con Rusia y la amenaza de la politización del trabajo de los servicios de inteligencia bajo su liderazgo.

Yuñez Márquez y Hunter Biden representan dos perdones controversiales, sin duda. Pero sigo creyendo que hay de indultos a indultos. Y asombra que mientras en EUA han pegado el grito en el cielo por el indulto, que es una figura legal, en México se está utilizando la justicia para extorsionar y nadie dice nada.

Columna publicada en El Universal

El lunes amanecimos con una amenaza de Donald Trump que publicó en su red social, Truth Social. Ahí escribió que en su primer día como Presidente va a imponer un arancel del 25 por ciento a México y Canadá hasta que el fentanilo y los indocumentados dejen de entrar a Estados Unidos.

La estrategia ya la vimos antes. Trump 1.0 hizo algo similar en mayo del 2019 cuando publicó en twitter que o dejaban de llegar caravanas de migrantes a Estados Unidos o impondría un arancel a productos mexicanos del 5% que iría incrementando. El arancel nunca entró en vigor porque México usó a la Guardia Nacional para frenar el flujo de migrantes.

En esta ocasión la respuesta a Trump fue de la presidenta Claudia Sheinbaum. Fue una respuesta razonable, sensata y firme. En resumen, Sheinbaum le dice a Trump que México impondría tarifas retaliatorias a las de EUA, pero que eso simplemente arrancaría una guerra comercial de la que la región de norteamerica saldría perdiendo. Sheinbaum menciona además a empresas estadounidenses como General Motors o Stellantis como las primeras que resultarían afectadas por este tipo de tarifas.

Bien por la respuesta de la presidenta. La incógnita que aun me queda es, si estamos viendo lo complicado que va a ser lidiar con un Trump 2.0 que nos quiere usar como piñata política ¿por qué nos ponemos de pechito para que la relación bilateral y las inversiones se vean afectadas?

Primero está la Ley Judicial que elimina los contrapesos de toda república democrática. A ello hay que agregar la desaparición de los órganos autónomos. Para cumplirle el capricho al ex presidente López Obrador de desaparecer a las instancias que le pusieron los mínimos frenos durante su presidencia, se está teniendo que hacer todo un circo, maroma y teatro que afecta al país. Ya bajó su perspectiva de crecimiento Moodys y esto apenas empieza.

La Ley Judicial es un desórden completo. Quieren justificar la avalancha de registros de última hora con la clásica de que “así somos los mexicanos que dejamos las cosas para el último momento”, cuando a todas luces es evidente que la inscripción para puestos de elección popular en el Poder Judicial no ha entusiasmado. Punto. Es un fracaso. Y lo mismo ocurrirá con la elección del 2025.

Esto mina el Estado de Derecho. A ello hay que agregar la desaparición de los órganos autónomos. Si bien el documento del TMEC no menciona la palabra autónomos, en los capítulos 18, 21 y 22 enfatizan que México, Estados Unidos y Canadá deben de contar con instituciones independientes en telecomunicaciones, competencia y en el sector energético. Va a ser muy complicado de convencer a quienes piensen en invertir en México o a quienes quieren ganar una controversia comercial que el traslado del IFT, Cofece, CRE, etc. a las Secretarías de Estado en un gobierno con tanto poder y sin un Judicial independiente garantiza esta independencia. Con las reglas del juego que estamos poniendo nos convertimos en un socio poco confiable; en un socio incómodo.

Para acabarla de amolar, desgraciadamente en esta ocasión la amenaza de Trump nos agarra divididos a México y a Canadá para hacer un frente común ante Trump. Justin Trudeau no amaneció con ganas de enojarse con México. Sus dichos responden a que en México les estamos imponiendo tarifas, derechos les llaman, en el sector minero. Pero Trudeau no es el único en hablar de un acuerdo comercial sin México, a él se le han sumado Pierre Poilievre, líder de la oposición, y Doug Ford, Primer Ministro de Ontario, la provincia más poblada de Canadá.

Buena respuesta verbal y escrita de Sheinbaum a Trump, pero no se pude decir lo mismo de las acciones de su gobierno y del legislativo que controla Morena.

Columna publicada en El Universal

Una de las noches más memorables de la Convención Nacional Republicana fue cuando entró al escenario Donald Trump con las bocinas tocando a todo volumen la canción de James Brown de “Es un mundo de hombres, hombres, hombres”. Ahí mismo, entró en escena el luchador Hulk Hogan gritando como buen macho y arrancándose la camisa.

La campaña de Donald Trump se enfocó en presumir su masculinidad. Y el resultado fue positivo. En lugar de ir a entrevistas con medios tradicionales, Trump se sentó con varios podcasts dirigidos por hombres que le hablan a hombres. El más relevante de ellos, sin duda, fue Joe Rogan. Trump le dio una entrevista que duró 3 horas y que tiene más de 49 millones de vistas en YouTube. JD Vance, el compañero de fórmula de Trump, también fue con Rogan y su episodio tiene 16 millones de vistas. La noche antes de la elección Rogan salió a manifestar públicamente su apoyo a la candidatura Trump-Vance.

Más allá del fenómeno que resultaron ser los podcasts como herramienta exitosa de comunicación en ambas campañas, lo que daría para una columna en sí, es de llamar la atención que en una contienda en la que estaba en juego tanto para las mujeres, la elección la acabaron definiendo los hombres.

Aun cuando la elección se dio por primera vez desde que se revirtió el derecho al aborto en EUA, y aun cuando Kamala fue la segunda oportunidad para que los estadounidenses votaran por una mujer para la presidencia, Harris perdió. Y es que más de la mitad de los hombres menores de 30 años votaron por Trump. En el 2020 ocurrió exactamente lo contrario. Uno de los segmentos que fue decisivo para la victoria de Trump fueron los hombres latinos. Mientras que en el 2020 un 59% votó por Biden frente a un 36% que lo hizo por Trump, ahora un 54% votó por el republicano frente a un 44% que lo hizo por ella.

La campaña de Trump bombardeó con un spot que hablaba de Harris como una mujer más preocupada por proteger los derechos de la población transgénero que de la población en general. “Ella está por elles; mientras Trump se preocupa por ti”, decía el spot. En un contexto de hipermasculinidad, el mensaje resonó.

Aunque la vicepresidenta obtuvo más votos de mujeres que Trump (54% vs 44%), menos mujeres votaron por Harris de las que lo hicieron por Biden. Más de la mitad de las mujeres blancas votaron por Trump. En los segmentos en los que le fue bien a Harris fue con mujeres negras (un 92% que votaron por ella frente a un 7% que votó por Trump), y con las latinas, (un 61% por ciento que votaron por Harris frente a un 37% que votó por Trump).

Evidentemente el género no fue lo único que influyó en el triunfo de Donald Trump, pero me temo que entre los saldos del resultado de la elección en Estados Unidos podría estar que los partidos, tanto el Demócrata como el Republicano, decidan no postular a una mujer a la presidencia en un buen tiempo.

Apostilla: Lo publicado ayer en estas páginas debiera ser alarmante. Un presidente que en aras de la austeridad decidió quitarles pensión y seguridad a sus antecesores, ahora recibe una pensión mensual de poco más de 21 mil pesos y cuenta con un esquema de seguridad y protección en su domicilio particular en Palenque, Chiapas proporcionado por la Sedena. ¿No que el pueblo lo cuidaba? ¿No que mucha austeridad? Entiendo que esto, aquí y en China, se llama incongruencia.

Columna publica en El Universal

Florida, EUA: Las encuestas marcaron un país dividido hasta ayer, el último día en que pudieron votar los estadounidenses. El tono de las campañas evocó dos sentimientos muy poderosos. En el caso de Trump, el enojo con un país que ha definido como en declive, que está siendo invadido por migrantes que son criminales que llegan a EUA a contaminar la sangre de sus ciudadanos. En el caso de Harris, la esperanza en un mejor país. Un EUA que le pueda dar la vuelta a la página de Trump quien ha estado presente casi por una década en el espacio político…y más allá.

Enojo vs Esperanza. Ambos son sentimientos que mueven a los votantes. Ambos han probado ser una receta ganadora.

Enojo fue lo que llevó a Richard Nixon a ganar en 1968 con su campaña de “La Mayoría Silenciosa” que estaba fastidiada con las manifestaciones en contra de la guerra en Vietnam. Lo mismo le ocurrió a Bill Clinton con el enojo que evocó en contra de las políticas económicas de George Bush padre, en especial su promesa de no aumentar impuestos.

Esperanza es la palabra que primero viene a la mente si pensamos en la campaña ganadora de Barack Obama. Pero hay otras campañas que han ganado con este mensaje. Desde Franklin D. Roosevelt con su “New Deal” como la receta para tener esperanza en medio de la Gran Depresión o Ronald Reagan quien con su slogan “Es de mañana en América” quiso mostrar un optimismo renovador para su país.

En esta ocasión la división entre enojo y esperanza ha sido tan potente que prácticamente no ha importado qué hagan bien o qué hagan mal ambos candidatos. La aguja no se ha movido. Trump puede hacer movimientos grotescos con un micrófono; decir que su oponente es una prostituta; aplaudir que a un territorio del país le llamen una pila de basura en medio del océano al referirse a Puerto Rico y nada de eso hace que sus simpatizantes revaloren si es el indicado para dirigir al país.

Por el lado de Harris, ella es la vicepresidenta de un Biden que ha logrado que EUA sea el país que mejor se ha recuperado en todo el mundo de los efectos económicos de la pandemia. Su economía es la envidia de cualquiera y sin embargo, un 63 por ciento de los estadounidenses sienten que van por el camino incorrecto.

Escribo esta columna cuando no sabemos quién ha ganado las elecciones. Lo único seguro es esta división, o más bien polarización del país. Y que para México vendrán cuatro años sumamente complicados.

Algunos piensan que es mejor que llegue Trump con sus amenazas para poner orden en un México que no ha sabido lidiar con las amenazas del crimen organizado y a las instituciones. Y que necesitamos que lleguen los estadounidenses a exigir orden.

La verdad es que hemos sido un mal vecino. Estamos en la conversación en EUA por las razones equivocadas. Si de migración se trata, por nuestra frontera entran miles de indocumentados a Estados Unidos. Si de combate a la inseguridad hablamos, tenemos a un gobierno que se enoja por la captura de uno de los grandes capos del narcotráfico. Y en materia comercial estamos implementando reformas que vulneran el Estado de Derecho, justo lo que necesitan las empresas extranjeras para tener certeza al traer su dinero a nuestro país.

Si gana Harris, el nuevo gobierno de EUA se va a poner duro para que México deje de generar problemas al sur de su frontera. De ganar Trump, va a chantajear al gobierno mexicano desde el día uno, como ya lo hizo antes de ser electo. Así que hoy, si ya hay resultados, podremos saber si aguantar la respiración de miedo o si ponernos a trabajar para ser un mejor vecino de la economía más fuerte en el mundo.

Columna publicada en El Universal

Claudia Sheinbaum ha dicho que su gobierno busca promover el uso energías limpias como una forma de abastecer la demanda nacional de energía; de promover la competitividad de la región y para aprovechar el nearshoring.

Esta semana, durante su conferencia mañanera, Sheinbaum habló de las energías limpias y de las inversiones que promoverá su gobierno en éstas, aunque les puso un pero.

“¿Qué problema tienen las fuentes renovables?” preguntó en su conferencia Sheinbaum. Y ella misma se respondió: “Que no siempre están funcionando. Como es solar, entonces cuando hay sol generan, cuando no hay sol no generan, la eólica qué problema tiene, cuando hay aire genera, cuando no hay aire no genera, entonces les llaman intermitentes. Pero el sistema eléctrico debe recibir una energía constante porque si no, estas intermitencias generan problemas incluso técnicos […] Entre las reglas que se están planteando es que debes tener bancos de baterías, tienes que tener un sistema que garantice que el voltaje va a ser constante, o sea reglas técnicas”.

Platicando con expertos en materia energética, entre ellos Gonzalo Monroy para mi podcast Broojula, se entiende que existen dos preocupaciones en el sector privado por las implicaciones en las inversiones que pueden tener dos conceptos del Plan de Energía de Sheinbaum. La primer preocupación tiene es el techo que se les pone a sus inversiones. Cuando la presidente dice que la CFE producirá el 54 por ciento de la energía y los privados pueden llegar hasta el 46 por ciento, le pone un límite que los hace dependientes de la productividad o improductividad de la CFE. El crecimiento de ese 46 por ciento depende de que la CFE sea eficiente o no y con ello crezca o contraiga su 54 por ciento.

La segunda preocupación tiene que ver con el requerimiento de que los privados absorban los costos  exorbitantemente elevados de invertir en bancos de baterías para hacerle frente a las intermitencias.

Existe otra alternativa para lidiar con las intermitencias que puede funcionar como una transición hacia las energías limpias y que no requieren el tiempo y el costo inmediato y aún así asegura el abasto energético que México necesita.

Me refiero al uso de gas natural. Éste es clave como energía de transición en el objetivo de reducir las emisiones de producir energía con combustóleo o carbón, como ocurre actualmente, al tiempo que satisface la creciente demanda de energía sin tener que esperar a que se invierta y ponga en marcha un parque eólico o solar. El gas natural sirve tanto para darle luz a quienes hoy no tienen energía confiable como atraer inversiones. Es un insumo que tenemos posibilidad de importar de Estados Unidos a un costo muy económico.

Hace unas semanas Microsoft anunció una inversión de mil trescientos millones de dólares para la construcción de un data center en Querétaro. Antes, Amazon Web Services anunció una inversión de cinco mil trescientos millones de dólares para su propio centro de datos. El reto que tiene México ahora es generar la enorme cantidad de energía necesaria para este tipo de infraestructura y otras oportunidades que presenta el nearshoring.

En México tenemos un trilema en materia energética: no tenemos energía suficiente, sustentable y asequible para ser lo atractivos que debiéramos para las inversiones y para tener un nivel de vida acorde al siglo XXI. Reactivar la generación tras un sexenio perdido en el que se frenaron las inversiones en energías limpias tomará tiempo. Y ahí me parece que vale la pena voltear a ver al gas natural como puente hacia las energías limpias.

 

Columna publicada en El Universal

¿Quién va a ganar en Estados Unidos? Es la pregunta que más recibo en estos días. Las encuestas marcan un empate, tanto en las nacionales como en los siete Estados columpio. Agregadores como Real Clear Politics le dan +.8 a Harris y 50 por ciento de probabilidad de ganar tanto a Trump como a la Vicepresidenta en FiveThirthyEight.

En las cien simulaciones que hace el semanario The Economist Trump gana 54 veces y Harris 46.

Si queremos buscar claridad en las casas de apuestas, bajo el supuesto de que como ahí las preferencias se miden en dinero contante y sonante, resulta que tampoco encontraremos respuesta. Y es que las casas de apuestas están manipuladas por afines a Trump.

Apostadores en Polymarket le dan un 64 por ciento de probabilidades a Trump de ganar. Pero, hay tres cuentas que le han inyectado $30 millones de dólares en estos días apostando a que Trump ganará y con ello han logrado generar mucho ruido en las redes sociales para que la percepción sea que el expresidente va que chuta para regresar a La Casa Blanca.

La verdad es que ahora, cuando ya han votado más de quince millones de estadounidenses, la contienda es un volado. Y por ello ambas campañas han estado metiendo toda la carne al asador.

Del lado de Harris, su campaña se ha podido enfocar en dar muchas entrevistas ya que ha recaudado tanto dinero que no es necesario que se junte con donadores. Lleva más de mil millones de dólares recaudados desde que Biden se bajó de la contienda. Es una cantidad que no tiene precedente y menos contando lo corta que ha sido la campaña.

Las entrevistas las ha dado con periodistas y medios que han sorprendido. Primero arrancó en el podcast “Call Her Daddy” que conduce Alex Cooper. Éste logra audiencias de hasta 10 millones de escuchas por episodio. No es un podcast que trate temas políticos. Más bien toca temas de mujer. Y por ello ahí Harris pudo explayarse en su postura ante el aborto.

Además del podcast de Cooper, Harris fue al programa nocturno de Stephen Colbert, The Late Show, a The View, también de fuerte audiencia femenina, y muy notablemente fue a Fox News con Bret Baier a meterse prácticamente a la cueva del lobo. Baier no entrevistó a Harris, más bien la confrontó como si fuese un debate entre él y la actual vicepresidenta. La estrategia de Harris era acercarse a votantes republicanos que no simpatizan con Trump. Veremos si su apuesta con ésta última entrevista fue la correcta.

Trump, por su parte, aceleró el paso en sus eventos y entrevistas, también varias a medios digitales incluyendo el podcast This Week con Theo Vaughn y Full Send de los simpatizantes de Trump agrupados bajo los Nelk Boys. Ahora estará con Joe Rogan que tiene 14 millones de escuchas por episodio. Así que también el ex presidente ha optado por acudir a medios no tradicionales para acercarse a audiencias específicas, en su caso a hombres jóvenes.

Tanto en sus entrevistas como en sus eventos Trump ha doblado su apuesta en su discurso de enojo y odio al grado de amenazar con desplegar a la Guardia Nacional para combatir a los enemigos internos si gana la presidencia. Esos enemigos internos son, ni más ni menos, que ciudadanos estadounidenses que se le ha opuesto.

Estamos a menos de dos semanas de que concluyan las votaciones en Estados Unidos. Las campañas han tenido de todo. Ha sido impactante ver la organización que implica buscar el voto ciudadano con propuesta y no con compra de voto como ocurre en otras latitudes. Y con todo y todo, el resultado de la elección es un volado.

Columna publicada en El Universal

La clave de la prosperidad son las instituciones de un país. Esta premisa tan sencilla de entender pero tan difícil de lograr le valió esta semana el premio Nobel de Economía a Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson.

La pregunta que se hicieron estos economistas fue ¿por qué hay países que aun cuando son vecinos y gozan prácticamente de las mismas condiciones geográficas, climatológicas y hasta algunas culturales tienen un desarrollo diametralmente distinto? Y el ejemplo que los hoy premiados ponen son las dos Nogales, ciudades en la frontera México y Estados Unidos: Nogales, Sonora y Nogales, Arizona.

Las poblaciones de ambas Nogales han sido tan cercanas por tanto tiempo que hasta ancestros comunes pueden compartir. Sin embargo, del lado estadounidense gozan de mejor salud, educación y oportunidades que en el lado mexicano. En la Nogales de EUA pueden premiar o castigar a los políticos según su desempeño, no así en Nogales de México ¿Por qué?

Los Nobel escriben que en Nogales, Sonora, a pesar de las profundas similitudes geográficas y culturales que hay con la Nogales de Arizona, el crimen organizado hace que iniciar y administrar empresas sea riesgoso. ¿Por qué esta diferencia?

La respuesta la sabemos bien. Cuántas veces no se ha dicho que los mexicanos somos unos en México y otros en Estados Unidos. Aquí rompemos las reglas y allá nos comportamos. Y esto es así porque el costo de romper la ley en Estados Unidos se paga y en México la impunidad es la regla.

Así, el Nobel de Economía fue para quienes concluyeron a base de estudios científicos que las instituciones marcan la diferencia entre un país que se desarrolla y uno que se estanca. El fenómeno lo remiten a cómo fue colonizado México vis a vis cómo se formó Estados Unidos con los migrantes de Gran Bretaña. Las instituciones que se crearon entonces influyeron en el desarrollo de cada país. Pero hoy vemos estas diferencias aun sin remitirnos a las épocas coloniales. Finlandia es un país más rico y próspero que Rusia. Lo mismo República Dominicana y Haití. Caso similar el de Turquía y Grecia.

La clave del éxito de los países más ricos está en tribunales que deciden los casos de manera justa; en policías que hacen cumplir las leyes y en funcionarios públicos que actúan en beneficio del interés público y no con el propósito de canalizar recursos hacia las elites.

Ejemplo patente de que en México vamos en sentido contrario lo vimos cuando Mario Delgado dijo que de regalo de despedida le darían a AMLO la reforma judicial. Ahí, el entonces dirigente de Morena, dejó claro su desdén por buscar un beneficio para el interés público y su búsqueda a toda costa para beneficiar a la élite política, al entonces presidente.

Resulta paradójico que justo en el momento en que en México se están desmantelando las instituciones que nos podrían conducir al desarrollo que viven ciudades como Nogales, Arizona, hayan sido premiados Acemoglu, Johnson y Robinson. Su conclusión es que las instituciones que establecen libertades económicas fundamentales y el Estado de Derecho son buenas para el crecimiento económico a largo plazo.

Parafraseando al asesor de Bill Clinton, James Carville, que decía que la respuesta para ganar elecciones estaba en la economía (“It’s the economy, stupid!”) la clave del desarrollo está claramente en las instituciones.

Pero en México se ha decidido andar por el sentido contrario. Lejos de fortalecerlas, hemos optado por desmantelar las pocas áreas que lograban un dejo de cumplimiento con el Estado de Derecho.

Columna publicada en El Universal

La inseguridad en México es atroz. Que el alcalde de la capital de un Estado sea degollado a menos de una semana de haber asumido el cargo debiera conmovernos e indignarnos hasta la médula. Pero no. Ni siquiera la nueva presidenta parece advertir la gravedad de lo ocurrido.

En su conferencia Mañanera del lunes, Sheinbaum se limitó a decir que se harán las investigaciones necesarias para saber cuál fue el motivo y hacer las detenciones correspondientes. Ayer, al presentar Omar García Harfush la estrategia de seguridad del actual gobierno, Sheinbaum tomó el micrófono y aprovechó para enfatizar que la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, cuenta con el apoyo de su gobierno.

Muchos han tratado de ver en Omar García Harfuch la esperanza de que él podrá poner orden y llevar a cabo una estrategia más eficaz en contra del crimen organizado que la de abrazos, no balazos del sexenio pasado.

García Harfuch fue eficaz en combatir la inseguridad en la CDMX y por ello está la esperanza de que logrará lo mismo a nivel federal. Sin embargo, hay dos problemas a los que deberá enfrentarse ahora. El primero es encabezar una secretaría que no tendrá los dientes ni las herramientas que requiere para la tarea encomendada. Habría hecho mucho más sentido que ayer lo hubiera acompañado en la presentación de la estrategia de seguridad el nuevo Secretario de la Defensa, Ricardo Trevilla, quien tiene el mando de los elementos tanto del Ejército como de la Guardia Nacional.

El segundo problema para García Harfuch es tener que llegar a trabajar montado en la estrategia del sexenio anterior en la que se mintió consistentemente en los datos que se mostraban y en la que se hizo una marcada diferencia entre los gobiernos de la oposición con los de Morena.

Ayer, desconozco si intencionalmente o por error, se mostró una lámina con la tasa de homicidios por cada cien mil habitantes en la que en primer lugar aparece Guanajuato, un estado gobernado por el PAN.

Guanajuato en efecto tuvo el mayor número de homicidios entre enero y septiembre del 2024 en todo el país. Pero esa cifra no es la tasa por cada 100 mil habitantes, como erróneamente venía en la lámina expuesta en la conferencia Mañanera, sino en números absolutos. Si la cifra fuera por cada 100 mil habitantes, el primer lugar lo tendría Colima, que en agosto del 2024 fue de 7.09, según datos del Observatorio Nacional Ciudadano que dirige Francisco Rivas.

Colima, como bien sabemos, es gobernado por la morenista Indira Vizcaíno.

En homicidios por cada cien mil habitantes, Guanajuato está en agosto del 2024 en el 6º lugar del país con 3.10. Antes están Baja California, gobernador por Marina del Pilar de Morena; Morelos gobernador por Margarita González de Morena; Guerrero, gobernador por la Morenista Evelyn Salgado; y Chihuahua gobernado por la Panista Maru Campos.

Más allá del error en la lámina, lo lamentable es el discurso que parece diferenciar entre los estados gobernador por la oposición de los gobernados por Morena. En materia de seguridad México es un solo país. Debería de dar igual qué partido lo gobierna. Que la delincuencia se atreva a mandar este tipo de mensajes es un desafío y una afronta para el Estado Mexicano en su conjunto. Empezando por la nueva presidenta.

Que mensaje más alentador deben de recibir los delincuentes que están atreviéndose a degollar a una autoridad cuando saben que para el nuevo gobierno hay esta diferencia partidista. La división de los gobiernos no es más que una buena noticia para los criminales.

Veremos si García Harfuch logra el éxito a nivel federal como el que tuvo en la CDMX con este tipo de obstáculos.

Columna publicada en El Universal

Tenemos presidenta. Claudia Sheinbaum rindió protesta. Recibió la banda presidencial de Ifigenia Martínez, una mujer que nació en 1930, veintitrés años antes de que las mujeres pudieran votar en México, y que hoy le colocó esa emblemática banda a la primera mujer presidenta.

Sheinbaum, vestida de blanco, arrancó hablando del proceso de desafuero en contra de AMLO. “Hace exactamente 19 años, en este mismo recinto, en un atropello a la libertad, el Jefe de Gobierno de entonces […] pronunció un discurso que cimbró para siempre, la lucha por la democracia.”

Todo ayer fueron símbolos. El vestido blanco, algo positivo por no apuntar hacia Morena, el partido que la postuló a la presidencia. Su arranque alabando a Andrés Manuel López Obrador, tanto en el Congreso como después en el Zócalo, no es de sorprender. Ahora es momento de que Sheinbaum capitalice y se adueñe de la popularidad de AMLO, no de desmarcarse y pelearse.

Llamó la atención mucho de lo que dijo la presidenta… y también mucho de lo que no dijo.

Casi desde el principio de su discurso se quiso ir por asegurar que en materia económica será un gobierno responsable, que respetará la autonomía del Banco de México y en el que promoverá las inversiones. “Tengan la certeza que las inversiones de accionistas nacionales y extranjeros estarán seguras en nuestro país”, dijo muy pronto en su discurso.

Habló del TMEC, la herramienta más neoliberal de la economía mexicana, como algo positivo que fortalece a los tres países firmantes: México, EUA y Canadá. Qué bueno porque es cierto. Se refirió a la polémica reforma al Poder Judicial como algo democrático simplemente porque se elegirán a jueces y magistrados. Como si la democracia se redujera al acto de votar y como si perder los pesos y contrapesos no fuera un balde de agua fría para ésta.

Me gustó su enfoque hacia la producción de energía con fuentes renovables y menos en ponerle un número irreal a la producción diaria de barriles de petróleo. No me gustó como habló de la inseguridad. No hubo un solo reconocimiento a los miles de mexicanos que han sido asesinados o han desaparecido en el sexenio. Simplemente se abocó Sheinbaum a decir que la militarización de AMLO no es militarización. Y aprovechó para golpear a Calderón, en sintonía con el discurso lopezobradorista.

Me gustó su anunció de que hoy estará en Acapulco. Los líderes se miden por sus reacciones frente a las tragedias humanas. Ya no perderé espacio en la columna para mencionar la reacción de AMLO ante Otis… mejor a ver para adelante y darle el beneficio de la duda a CSP y su visita hoy a los damnificados de John.

No me gustó que, al cierre, el grito antes de ¡Viva México! Fuera ¡Viva la Cuarta Transformación! porque no todos los mexicanos están en favor de esa transformación – 23 millones no votaron por ella – y con esto falla a su promesa de que gobernará para todos.

El discurso fue de continuidad y de alabanza a AMLO. Por ahora, él sigue siendo la figura principal. El dueño del movimiento. Tiempo al tiempo.

Apostilla: La cita de lo que dijo AMLO en el proceso del desafuero que Sheinbaum eligió ayer en su discurso fue “ustedes me van a juzgar, pero no olviden que todavía falta, que a ustedes y a mí, nos juzgue la historia”. Y sí, hoy aún sigue faltando que la historia juzgue a AMLO, que ya cerró su sexenio, y a Sheinbaum, que está por arrancarlo.

Columna publicada en El Universal

Kamala Harris, la candidata demócrata a la presidencia, le dio una paliza a Donald Trump en el debate del 10 de septiembre. Dos semanas después, hay encuestas que muestran que a pesar de ese muy buen desempeño, Harris no logró un brinco igual de simbólico en las preferencias electorales.

¿Por qué?

Al concluir el debate el New York Times encuestó a votantes probables, tanto demócratas como republicanos, y el 67 por ciento opinó que Harris ganó el debate. Entre votantes independientes un 68 por ciento opinó que ella le ganó a Trump.

El debate lo vieron 67 millones de personas en Estados Unidos. Fue un récord. Como comparativo, el juego de la NFL que más personas han visto en la historia logró 29 millones de televidentes.

Pero en las encuestas que se han publicado habiendo pasado unos días del debate hay buenas noticias para ambos candidatos y, en conclusión, el resultado pinta para ser muy cerrado. En la encuesta nacional del New York Times Trump y Harris están empatados en 47%. En un promedio de las 12 principales encuestas Harris mejoró 1.5 por ciento a nivel nacional.

¿Cómo es posible? No solamente le fue bien a Harris en el debate. La vicepresidenta ha tenido muy buenas semanas con eventos llenos, recaudación récord de fondos y apoyos de personalidades como Taylor Swift. Bueno, hasta en economía ha tenido buenas noticias con el anuncio de la FED de bajar tasas. Esto, aunque la FED quiera estar ajena a la política, ayuda a quien está en La Casa Blanca porque abarata el costo del dinero en un momento en que la economía puede ser el tema que defina el voto de los que aún están indecisos.

Y al mismo tiempo a Trump le ha ido muy mal. En el debate y después. Durante el debate Harris mostró lo fácil que es arrinconar a Trump. Simplemente hay que cuestionar el número de personas que atienden sus mítines o su inteligencia para que el expresidente se salga de su carril, pierda toda disciplina política y comience a decir barbaridades como que los haitianos se comen a las mascotas en Ohio.

Su mala racha post debate ha incluido un segundo atentado a su vida. Después, con su candidato a gobernador de Carolina del Norte, Mark Robinson, implosionando por declaraciones escandalosas que hizo en un sitio de pornografía, Trump ha tenido que malabarear en un estado que es crucial para que el republicano llegue a los 270 votos del Colegio Electoral.

Lo que indican estas encuestas es, por un lado, que Estados Unidos está polarizado y que cambiar las preferencias del electorado es muy complicado. Si vemos las encuestas de los estados columpio, Harris ha logrado una ventaja nada despreciable en Pensilvania, que es fundamental para ella. Pero Trump ha avanzado en Arizona y Georgia.

¿Qué tiene a su favor Harris rumbo a las elecciones? Entre más la conocen los estadounidenses, más sube la opinión favorable sobre ella. ¿Qué tiene a su favor Trump? Un sistema electoral que ha tendido a favorecer a los republicanos. Por eso, a pesar de que los demócratas han ganado el voto popular en cinco de las últimas seis elecciones, solo han ganado el Colegio Electoral en tres ocasiones.

Harris ha logrado colocarse como la candidata que representa el cambio y la esperanza. Trump es el candidato del enojo y del odio. En un momento en que los votantes indecisos están pesimistas sobre el rumbo de su país, esto puede ayudar a Trump.

A 41 días de las elecciones, la contienda es un volado. Ambos candidatos tienen posibilidades de ganar. Nate Silver, el famoso encuestador de FiveThirtyEight considera que es la elección más cerrada en la historia de EUA.

Columna publicado en El Universal